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11_Dejours_El Factor humano

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.. 
Segunda Parte 
Problemas epistemológicos planteados por la noción de factor 
humano 
Introducción ........................... " ......... o o o o o o 71 
1. Teoría de la acción y crítica de la racionalidad .... o o .. o o ... 75 
L Las tres formas de actuar o .. o.. o.... o... o . o .. o o . o .... o' 75 
no La acción comunicativa. o . o .. o o ..... o............. o... o80 
2. Las ciencias humanas y su división interna . o .. o . o o .. o o .. o 83 
3.Ciencias empírico-analíticas y ciencias histórico-
hermenéuticas ..... o o .. o o o o ... o.. o.. o o .... o . o .. o..... o 89 
4 Relaciones entre ciencias de la naturaleza y ciencias 
del espíritu. o.. o.. o o . o . o o o o o .. o '" o . o o .. o..... o o . o .... 95 
I. La tesis de Ricreur . o . o . . o .... o . . ... o o . . . . . . . o .. o.. o . o 95 
n. La sociología de la ciencia. o . o o . o o . o o .... o . o o . o o .... o o' 98 
lII. Conclusión o o .... o.. o o .... o o o . o o o . o . o o . o o .. o.. o o o o. 100 
Epílogo - Incidencias del análisis teórico y epistemológico de 
los presupuestos de la investigación sobre el modelo de hombre 
en las concepciones del factor humano. o..... o . o o .. o.... oo. 103 
Bibliografía . . . - . . ~ . . . . ..... ~ . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ,. 
Prefacio 
"El factor humano" es la expresión con la que los ingenieros, 
los que se ocupan de la qmfiabilidad de las instalaciones, los di­
señadores, los que hacen prevención, los especialistas en seguri­
dad de las personas y de las instalaciones, designan el compor­
tamiento de los hQml;rre~y 1ª~!ll.~r€!s~l1el trabajo. El factor hu­
mano se invoca frecuentemente en el análisis de las catástrofes 
industriales (Chernobyl, Bhopal...) de los accidentes de tren, de 
buques petroleros o de avión, de los accidentes de trabajo, etc. y 
en los procesos judiciales o "comisiones de investigación". ~ 
general, la noción de factor humano está asociada a la idea Q.~._ 
error, deJaBa, de falta c0.:netid~~_~os 0Eeracl~.­
Pero esta concepción peyorativa del homhre se basa en una 
conHanza veceS;xcesíva en la ciencia y la técn~~cier-­
lO desconOCImIento de las cienCIas humanas del traba·o. ESte-O 
~olumen recoge, dentro e os conocimientos acumulados poi 
las ciencias del hombre en el trabajo, aquellos que conviene te­
ner en cuenta para leer y evaluar la literatura científica consa­
grada al "factor humano" y para construir, con esta noción, una 
concepción menos reduccionistao 
El uso de la noción de factor humano concierne a muchas ca­
tegorías: diseñadores, ingenieros, ergónomos, psicológos del 
trabajo, especialistas de la seguridad, formadores, etc. De mane­
ra más general, todos los que trabajan, y no solamente aquellos 
que tienen responsabilidades de supervisión, se ven obligados a 
hacerse una cierta idea del funcionamiento humano. Finalmen­
te todos asignan cierto contenido a la noción de factor humano, 
término que por derivaciones sucesivas termina por abarcar el 
8 9 Ellactor humano· Chrislophe DI.>joUIS 
campo entero de la psicología. A menudo la noció!:l_<l~ fa.~!()r 
humano sirvecomo psicología a aquerrns_qüeOO-SQiipsi~ólogos, 
<y-fuñ-aorta:ento~~~~_U.!lC_OE:~l!s_<ldo depsicología .espon­
Táfl(~a o5Ie-e.~icología del sentido <:c:>.mjl.!!. _ 
El texto que sigue no constituye un tratado de psicología ge­
neral ni de psicología del trabajo. No está destinado a todos los 
mandos medios ni a todos los managers sin distinción. Está.!~.... 
dactado específicamente1'-ara los ingenieros,ergQnop1()s y for­
_Il.ladores-queen-miiChas em"p!~~~s e i~~tucione~son_ p_articu­
l~te responsal:>~s~~}as_ir:rYf!:.stiK<l<:io-n.f!:.s~9bre el factor hu­
i!tano, en centros 2.E~P~!t'!!I!~ntos especiali~cl5>!": 
Ingenieros de formación en su mayoría, deben manipular sin 
embargo nociones que tienen que ver con las ciencias humanas 
sin disponer siempre de bases teóricas necesarias para juzgar su 
ámbito de validez, y los límites de su uso legitimo. 
No solamente los conceptos surgidos de las ciencias huma­
nas y sociales son de manejo difícil, inclusive para los investiga­
dores especializados, sino que generalmente aquellos que traba­
jan en esta área, a quienes está destinado el presente documen­
to, sólo acceden por medio de manuales de psicología general o 
de sociología general. Ahora bien, el trabajo, aunque parte inte­
grante del mundo ordinario, hace surgir cantidad de problemas 
específicos insuficientemente analizados por la psicología y la 
sociología generales. Él Easo de la~~º]Qg!!g~!l~<l!ala_psico­
logía del trabajo, Lº_~Jª-§ºciºIQg!,!g~neraI.ª la.;>ociología del 
l!~á.J¡;~Qdllce distorsiQnes.enIºs con~eptos que elno especia­
lista no domina. Este paso, además, lleva a introducir conceptos 
.	suplementari~~ _cuya interpretación es obstaculizada por los 
presupuestos y las experiencias muy contrastantes que investi­
gadores e ingenieros tienen del trabajo. 
Es debido a estas dificultades encontradas por los que dedi­
can sus esfuerzos al análisis del factor humano en el trabajo, que 
se realizó esta publicación. 
Enteramente centrado en los conceptos de las ciencias huma­
nas del trabajo, este documento apunta a reunir los principales 
Pn>lado 
datos necesarios para abordar sin ingenuidad el análisis de la 
noción de factor humano, y comprender lo que está en juego en 
los debates entre las diferentes escuelas de investigación. 
Lo esencial de los materiales teóricos, conceptuales y episte­
mológicos utilizados en este documento no es original. Lo que 
constituye la originalidad de este texto tiene que ver con su for­
mulación. Redactado en función de sus destinatarios, retoma, 
recorta y recompone debates que atraviesan varias disciplinas, 
en un campo mucho más amplio que el de las ciencias del traba­
jo, con el objetivo de recuperar los argumentos más importantes 
para la discusión que trata específicamente sobre el hombre en 
situación de trabajo. La forma dada a los argumentos se ha so­
metido a una restricción particular: la de reunir los elementos de 
análisis necesarios al examen de las cuestiones más frecuente­
mente formuladas en la empresa, especialmente aquellas que se 
refieren a las conductas de riesgo para la seguridad de las per­
sonas y para la seguridad de las instalaciones. 
1 1 
Introducción 
El enfoque que adoptaremos se inscribe en la perspectiva 
abierta por la crítica del paradigma de las ciencias aplicadas. Por 
ciencia aplicada se designa, clásicamente, a las disciplinas que 
se dedican a la acción dirigida a la implementación, transforma­
ción o mejoramiento de una situación más que a la producción 
de conocimientos. Las ciencias aplicadas se oponen a las cien­
cias fundamentales, exclusivamente destinadas a la producción 
de conocimientos, independientemente de toda preocupación 
relativa a su utilidad o utilizabilidad. Las ciencias aplicadas tie­
nen una relación de subordinación epistemológica con respecto 
a las ciencias básicas. La justificación de la acción se basa en la 
referencia argumentada a los conocimientos establecidos por las 
ciencias básicas. 
Esta subordinación es la que cuestionan actualmente varias 
corrientes científicas que operan en diferentes campos discipli­
narios. En la perspectiva crítica de la que hablamos, se trata de 
establecer la primada del terreno, es decir, en este caso, de las 
conductas humanas concretas. La cuestión planteada es enton-¡­
ces la del análisis, la descripción y la comprensión de las con- I 
dudas concretamente adoptadas por los hombres y las mujeres ~ 
en situación real, considerándolas como puntos de partida del 
proceso de investigación, es decir, renunciando a considerarlas 
como la ejecución más o menos degradada de conductas idea­
les, definidas a partir de situaciones artificiales (experimental­
mente construidas). 
La referencia al comienzo de toda la discusión científica pre­
sentada en este texto está constituída entonces por las conduc­
tas "concretas", y no por las conductas-tipo, por oposición cali­
ficadascomo"abstractas". 
i 
El r",lu, hu 111<111<' • Ul'jllUf'1 2 
Las investigacione~ en m,lteria de factor humano se alimen­
tan de variados presupuestos, y responden a metodologías tam­
bién variadas. Se trata entonces de detectar las contradicciones ~ teóricas principales que surgen, llo1cJlS volells, del mismo uso del 
~concepto de factor humano entre los investigadores, en función 
de los presupuestos que fundan su pertenencia a las diferentes 
escuelas de pensamiento. Antes de analizar estos presupuestos, 
observaremos las principales orientaciones de la investigación. 
En un segundo momento solamente, remontaremos a los presu­
puestos que los preceden. 
1. 	 Las orientaciones de la investigación sobre el factor 
humano 
(1) Las cuestiones iniciales 
De las investigaciones actuales pueden desprenderse dos 
orientaciones principales que se organizan a partir de dos ma­
neras de plantear la cuestión de principio del factor humano: 
La primera formulación de la cuestión inicial sería la siguien­
te: ¿cuále~~~~.!?~~~~g~nes Y-~1:l~les .~~s medi~~de controlar~ 
fal§1luñl'!!!ª$..~n la.~tu~cióDde tra!:!ajoL 
La segunda formulación de la cuestión inicial sería: ¿cómo 
movilizar, desa!!~lar administrar los recursos_I::um~nos? 
A partir de estas dos formulaciones de principio, se pueden 
oponer las dos orientaciones en tres puntos: el objetivo de la ac­
ción, la previsibilidad de las conductas humanas y las implica­
ciones normativas. 
",1. Objetivos de la acción. Estas dos formulaciones inician dos 
enfoques de investigación. En el primero (falla), la preocupa­
ción principal es la de la seguridad. Sólo secundaria y acceso­
riamente sI;' plantea la cuestión de la calidad. En ese caso, la 
calidad aparece como una cuestión separada de la seguridad. 
En el segundo enfoque (recurso), la preocupación principal 
tiene que ver con la calidad. Sólo secundaria y accesoriamel1­
1 3 Inlroducción 
te se encuentra con la de la seguridad. En ese caso, la seguri­
dad se considera un subproducto de la calidad. 
2. Previsibilidad de las conductas humanas. En el primer enfo­
que (falla), se supone que es posible caracterizar integralmen­
te la situación de trabajo. La intervención humana adecuada 
en el proceso de trabajo se supone cognoscible por adelanta­
do. Se supone que las características de la situación de traba­
jo en el instante t2 pueden preverse a partir de los datos reu­
nidos para caracterizar la situación en el instante t1· En mate­
ria de trabajo, se admite el modelo de la ecuación laplaciana. 
En el segundo enfoque (recurso), se admite que la situación 
de trabajo no puede caracterizarse enteramente (por lo menos 
en las condiciones ordinarias de trabajo), y que hay que dar­
le lugar no sólo a lo incidental eventualmente predecible (en 
su forma si no en su ocurrencia), sino también a lo descono­
cido, lo imprevisible, lo no "ya conocido". 
\ 3. 	Orientación normativa. El primer enfoque (falla) está más 
bien ordenado con referencia a las nociones de prescripción y 
disciplina, es decir, a normas estrictamente funcionales, sin 
referencia a los valores. 
El segundo enfoque (recurso) está más bien ordenado en re­
ferencia a la noción de cultura, es decir, esencialmente a valo­
res relativos al bien y al mal, a lo justo y lo injusto, a lo desea­
ble y a lo indeseable. 
Las dos formulaciones iniciales de la cuestión sobre el factor 
humano desembocan entonces en dos orientaciones normativas 
profundamente diferentes. 
11. Las orientaciones de la investigación sobre el factor 
humano 
(2) Los enfoques de investigación 
Sin embargo, en los dos enfoques se apunta a los mismos 
hombres y a las mismas mujeres. Hay aquí una paradoja. Es pre­
14 El fddor hum.lIlo -Chrislorhr Ot'jQU rs 
cisamente esta paradoja la que no se trata científicamente, ni en 
el plano teórico ni en el plano epistemológico. De ahí los mu­
chos enfoques que, en el terreno, tratan de conciliar los dos ob­
jetivos y los dos enfoques que se cree pueden ser complementa­
rios. Esto lleva a combinaciones originales cada vez, y a acciones 
orientadas al factor huano que no se superponen en absoluto, 
pero que tienen en común la misma debilidad teórica: el sincre­
tismo. 
Señalemos, por otra parte, que no hay contradicción insolu­
ble entre objetivo de seguridad y objetivo de calidad. La contra­
dicción entre las dos orientaciones científicas que tratamos de 
revelar está en otra parte: entre las líneas conceptuales. 
11 El enfoque que parte de la caracterización del factor hu­
mano en términos de falla humana lleva al encadenamiento de 
las siguientes nociones prácticas: 
falla, error, falta 
! 
control, supervL'lión, consigna, reglamento, disciplina, sanción 
y/o formación 
Las prácticas cotidianas en el terreno son portadoras de esta 
secuencia. Estas prácticas demandan a su vez un análisis cientí­
fico que propone el siguiente linaje conceptual: 
análisis del comportamiento 
"~~_ión do! ,oo'p"',""'nlo ,n¡~,.., ,.~nt"" mód,'" n,n~,d"
de comportamiento, a estudiar separadamente 
1
investigación y concepción en materia de ayuda °asistencia al razonamiento y a la 
decisión 
t 
prótesis cognitiva; sustitucíón tan frecuente como sea posible del hombre por 
automatismos 
1 5 InlroJurl'Íón 
2/En el enfoque que se origina a partir de la caracterización 
del factor humano en términos de recurso humano, tenemos el 
encadenamiento de las siguientes nociones prácticas: 
motiv ación, dl~sll1otiv acíón 
t 
comunícación (ínfornlacional más que pragnlática) 
t 
cultura de empresa, valores 
En lo que se refiere al procedimiento científico de este tipo de 
enfoque, resulta la siguiente línea conceptual: 
análisis de las conductas (no reducibles a cornportanúenta¡) 
t 
relaciones de trabajo/ análi'iÍS de las interacciones sociales y afectivas 
t 
análisis de las estrategias de la¡ actores 
El enfoque en términos de falla humana ha sido esencial­
mente planteado por las ciencias de la ingeniería y profunda­
mente renovado por el aporte de las ciencias cognitivas. El en­
foque en términos de recursos humanos ha sido planteado esen­
cialmente por la psicología social y la escuela de las "relaciones 
humanas" y es actualmente estimulado por las que se llaman 
ciencias de la admínistración Y la gestión, que tienen más de las 
ciencias sociales que de la psicología. 
El primer enfoque es "tradicional" en los países industriales, 
mientras que el segundo se activa fuertemente con la competen­
cia japonesa y el desplazamiento de las restricciones de la pro­
ducción hacia objetivos de calidad. 
Acabamos de caracterizar dos grandes orientaciones de in­
vestigación sobre el factor humano, sustentadas respectivamen­
Ellddor hum,,"o D(!jours1 6 
te por las cit'ncias de la ingeniería y las ciencias sociales, y mos~ 
tramos suscintamente las contradicciones entre estas dos orien­
taciones, en el plano práctico y sobre todo en el plano concep~ 
tu al. 
Esta dicotomía puede parecer maniquea. De hecho, existen 
enfoques u orientaciones más matizadas, pero se puede mostrar 
fácilmente que en su mayoría se inscriben en una u otra de las 
dos orientaciones aquí definidas. En cuanto a aquellas que se re­
sistirían a la clasificación, se observa que todas ceden al sincre­
tismo, precisamente lo que tratamos de eliminar aquí por medio 
de la crítica epistemológica que constituye el objeto mismo de 
este texto. 
Hasta aquí sólo tomamos en consideración lo que es visible 
y explícito en las orientaciones de investigación sobre el factor 
humano. 
Todavía no abordamos el análisis de los presupuestos de es~ 
tos dos enfoques, ya sea por las dificultades teóricas que esto 
implica para los investigadores, ya sea por un efecto de oculta­
miento de estos presupuestos al referirlos a algo que se conside­
ra evidente,-o vinculado al sentido común, y que por lo tanto no 
justifica un trabajo de análisis. Esta segunda razón invocada pa­
ra no explicitar los presupuestos teóricos y epistemológicos es 
evidentemente ingenua¡ por paradójicoque pueda parecer, da­
do el espíritu mismo del procedimiento científico, muchos cien­
tíficos la invocan. En cuanto a la primera razón (la dificultad 
real ocasionada a los investigadores por este trabajo de explici­
tación), es mucho más seria que la segunda: explicitar los presu­
puestos implica para el investigador expresarse sobre lo que en 
una primera impresión parecería ajeno a su objeto de investiga­
ción. No se siente competente ni habilitado para hablar de sus 
presupuestos. Adentrarse en este terreno es avanzar al descu­
bierto, sin la protección del conocimiento. Efectivamente, los 
presupuestos constituyen de alguna manera la zona de vulnera­
bilidad teórica de todo investigador. 
Veremos más adelante que en las dos orientaciones científi­
cas que tratamos de caracterizar, los presupuestos que debere­
17InlrOOu(\'ión 
mos interrogar específicamente se refieren al contenido de los 
siguientes térm ¡nos: 
- hombre; 
- tecnología; 
- trabajo. 
Por ejemplo, para el psicosociólogo o el sociólogo que inves-~ 
tiga sobre el recurso humano, es muy dífícil aventurarse en lo 
que para él abarca el concepto de trabajo, sobre lo cual general­
mente no es especialista. En cambio para el ergónomo o el espe- I 
cialista en seguridad que se interesa en la falla humana, es difí-( D 
cH avanzar en el terreno del hombre, del sujeto y de las relacio~ 
l
 
nes sociales, porque en general no es un especialista en psicolo- : 
gía y sociología. ' 
Vamos a proceder entonces a un análisis de estos presupues­
tos, precisamente porque es en este nivel donde hay problemas 
en los enfoques científicos que se esfuerzan por dar cuenta del 
factor humano en el trabajo. Gracias a este análisis, podremos 
presentar los problemas teóricos y epistemológicos que los in­
vestigadores deben tomar en consideración, para poder explici­
tar, tomar posición y justificar científicamente los presupuestos 
sobre los que necesitan apoyar su trabajo. 
Comenzaremos planteando suscintamente las cuestiones 
que permiten identificar los presupuestos y la forma que revis­
ten en las dos orientaciones de investigación sobre el factor hu­
mano (identificación de los presupuestos teóricos inherentes a 
las dos orientaciones de investigación) -fin de la introducción-o 
Procederemos después al análisis de lo que aportan las cien­
cias humanas, desde el punto de vista teórico, a la noción de fac­
tor humano: antropología de las técnicas, sociología industrial, 
psicodinámica del trabajo, sociología de la ética -primera parte. 
Después de estas cuestiones teóricas, bosquejaremos una 
discusión de los problemas epistemológicos planteados por el 
análisis de los presupuestos inherentes a todo trabajo científico 
referido al factor humano -segunda parte-o 
19 1 8 El f<ldor hUll1dl1(l • Christophl' [l,'jours 
Luego de este recorrido a lo largo de las cuestiones teóricas 
y epistemológicas planteadas por el concepto de factor humano 
en las ciencias humanas, voleveremos finalmente sobre la mis­
ma noción de factor humano para examinar la siguiente cues­
tión: ¿qué dimensiones de las conductas humanas elucidadas 
por las ciencias del hombre en el trabajo deberían recuperarse 
en toda teoría del factor humano, cualesquiera sean su orienta­
ción y su metodología? -epílogo-o 
111. Identificación de los presupuestos teóricos en las 
dos orientaciones de investigación sobre el factor 
humano 
Los presupuestos implícitos que debemos explicitar concier­
nen principalmente al contenido de tres conceptos: 
- la concepción o el modelo de hombre; 
- el concepto de tecnología; 
- el concepto de trabajo. 
1. Los presupuestos relativos al modelo de hombre 
a) En el primer enfoque (sostenido por la caracterización del 
factor humano en términos de falla), la renovación aportada por 
las ciencias cognitivas se traduce a nivel del modelo de hombre 
en el abandono de los análisis holísticos1 del comportamiento y 
del agente del comportamiento. Se considera inútil un modelo 
• Holismo, del griego entero, designa en psicologí¡;¡ Ul) enfoque científico 
que remite la interpretación de las conductas humanas a la unidad constitUÍ­
da por el suíeto. Este último se considera diferente de la suma de sus partes 
(memoria, inteligencia, voluntad, ete.). Se opone al enfoque modular que re­
nuncia al análisis de la conducta como totalidad para estudiar separadamen­
te cada uno de los factores que modifican su forma final. Por ejemplo, el en­
foque modular de la inteligencia renuncia a estudiar la inteligencia como to­
talidad y concentra sus análisis en los procesos cognitivos, las actividades in­
teligentes y los factores con incidencia sobre las actividades inteligentes. 
Inlrndul'ción 
unificado del hombre. Parece más heurístico y más eficaz apo­
yarse en un modelo modular que pase por una fragmentación 
de los procesos, ya se trate de procesos psico-sensoro-motores, 
cognitivos e inclusive celulares, intercelulares o inter-redes. 
b) Por el contrario, en el enfoque que parte de la caracteriza­
ción del factor humano en términos de recurso, el modelo de 
hombre es en primer lugar holístico y eventualmente interacti­
vo. Los procesos elementales, sus articulaciones, sus desempe­
ños son de poca utilidad para dar cuenta de las conductas hu­
manas. Los conceptos de base son más bien los de representa­
ción, intencionalidad o estrategia. El modelo dominante de 
hombre es el del actor en el sentido de actor social, cuya conduc­
ta está sometida a una racionalidad estratégica. 
Veremos que según la elección -holista o modular- del modo 
de enfoque de las conductas humanas, los criterios de valida­
ción elegidos para juzgar las demostraciones son no sólo dife­
rentes, sino a veces contradictorios. Esto nos obligará a despla­
zarnos de la discusión teórica y metodológica a la discusión 
epistemológica sobre la racionalidad (cap. 1, 2" parte). 
2. Los presupuestos relativos al concepto de tecnología 
a) En el enfoque que parte de la caracterización del factor hu­
mano como falla humana, el uso del término técnica es más o 
menos unívoco. No hay diferencia fundamental entre la técnica 
y la tecnología ..EL término "tecnología" es ~Ill.r.I~ado~_!lle!!ll~g 
en eLsentido del americanISiñ~;- co.!,l'l~ sinónimo de técnica ~ 
francés._~ veces significa el CO!~llnto de conocimientos fiO..hreJa. 
fécnica.~I!C~l~tQ._c!.!Ú~!!k~remite aquí alºg.l!~!l..ID-ªqY-in<!l 
(aeTaS'" máquinas). pesigna las mác:J.1.~il!.i:\~,J<l~kt~~,,!ªsíQI!es,19S 
proceso~'psi~9g}Ü!!licosLmecánicos o informáticos sobre los que 
~~-Jundane~s rn~g,~i!!.~oeStos-autómal¡¡S:-EI conceptoaetéc­
nÍCa se refiere también a las'a-píicaci'ones-deÍ conocimiento teóri­
co en el ámbito de la producción y de la economía. Designa "los 
objetos y los mecanismos necesarios para una acción". Como se­
ñala el diccionario Robert, el término técnica se utiliza en expre­
20 
21 
El [d( lor humano ChríslOrhl' 
siones como "incidente técnico", "escala técnica", etc. La orien­
tación fundamental del uso del concepto de técnica se dirige en­
tonces a "los objetos técnicos" y pertenece enteramente al orden 
material. Aún si ese material contiene en forma sedimentada, 
asimilada, integrada, contribuciones propiamente humanas. 
b) En cambio, en el enfoque que parte de una caracterización 
del factor humano en términos de recurso humano, los presu­
puestos teóricos concernientes al concepto de tecnología son 
menos tajantes. En algunos casos, el concepto de técnica se 
liza corno en el apartado precedente. En otros, tal concepto re­
mite esencialmente a las habilidades, a los saber-hacer, a la ma­
nipulación de instrumentos y herramientas, e implica por lo tan­
to de manera esencial los usos del cuerpo en el trabajo, remitan 
directamente a una intencionalidad del cuerpo, o a una activi­
dad de pensamiento que utiliza al cuerpo como efector. En ese' 
caso, la tecnología ya no se refiere al conocimiento de los obje­
tos técnicos, sino al análisis de la historia de las conductas y de 
las habilidadeshumanas. La tecnología es entonces una ciencia 
humana y no una ciencia del ingeniero. Es una de las ramas de (' 
la antropología. A esta concepción de la tecnología se vinculan 
autores corno A Leroi-Gourhan (1943), Marcel Mauss (1934) y 
A G. Haudricourt (1987), y más recientemente autores corno 
Boehle y Milkau (De la mal1ette al'écrml, 1991). El problema se re­
toma sintéticamente en una parte del artículo de Fran<;ois Si­
gaut: "Folie, réel et technologie" (F. SIGAUf, 1990). El concepto 
de técnica que subyace a todos estos trabajos fue definido en su 
forma pril1ceps por Marcel Mauss, el fundador de la antropolo­
gía moderna, en un texto de 1934, Las técllicas del cuerpo. La téc­
nica es definida como"acto tradicional eficaz". 
En los presupuestos del segundo enfoque del factor humano 
hay por lo tanto una duda sobre la posición de los conceptos de 
técnica y de tecnología. Esto proviene de que las mismas cien­
cias sociales subestiman (e incluso desconocen) la dimensión 
propiamente tecnológica (en el sentido que acaba de definirse). 
Por otra parte, sucede lo mismo en las ciencias humanas (en la 
medida en que se las quiera distinguir de las ciencias sociales). 
InlrodUtdón 
Ahora bien, el lugar de la tecnología, en el sentido antropológi­
co del término es, de hecho, fundamental en todas las ciencias 
humanas sociales, hasta el punto en que es dudoso que se pue­
da constituir una psicología o una sociología que no se apoye y 
no vuelva constantemente a la dimensión tecnológica de toda 
conducta humana; ya sea individual o colectiva. También se en­
contrarán los argumentos de esta cuestión fundamental en el 
prefacio del libro de Haudricourt, La tecll1lo1ogie, sciellce 1l1l1/1aille 
(1987). 
En el segundo enfoque, entonces, los presupuestos sobre el 
concepto de técnica son en su mayoría los mismo que en el otro 
enfoque. Sin embargo, ciertas investigaciones explicitan presu­
puestos precisos sobre el concepto de tecnología que producen 
un desfasaje con respecto al presupuesto de sentido común que 
prevalece en la mayoría de las otras investigaciones. Ahora bien, 
para tratar cuestiones teóricas y epistemológicas relativas al uso 
del concepto de factor humano en las ciencias del trabajo, la elu­
cidación de los conceptos de técnica y de tecnología tiene conse­
cuencias decisivas. Volveremos sobre esto en el próximo capítu­
lo. 
3. Los presupuestos relativos al concepto de trabajo 
a) En las teorías que parten del enfoque a partir de la falla 
humana, se supone ya conocida la actividad concreta. Para dar 
cuenta del error humano, hay dos grupos de hipótesis posibles: 
- en un primer grupo, se evoca la negligencia o la incompe­
tencia. Se trata aquí de presupuestos que rara vez se reformulan 
en términos de hipótesis a verificar. Se los puede entonces cali­
ficar como hipótesis débiles. En la mayoría de los casos, en efec­
to, en las situaciones de riesgo no se encuentra consenso sobre 
la evaluación de estas hipótesis entre los diseñadores y los orga­
nizadores por una parte y los operadores por otra. La validación 
de estas hipótesis plantea problemas metodológicos difíciles. En 
efecto, la metodología de investigación depende de otro presu­
puesto, esta vez relativo al modelo de hombre subyacente en el 
----------
22 
23 El f,lClor hu Oldl10 • Chrislopn,' Dejours 
enfoque de investigación. Si se adopta el primer tipo de presu­
puesto teórico sobre el modelo de hombre descripto más arriba 
-el del sujeto cognitivo- se propondrá un enfoque objetivo, que 
desembocará en la naturalización de la falla y el error. En cam­
bio, sí se adopta el otro presupuesto descripto más arriba -el del 
actor social- entonces se elegirá una metodología comprensiva 
que llevará a una interpretación constructivista de la falla y del 
error humano. 
- En el segundo grupo de hipótesis, el error o la falla no pro­
ceden de la negligencia o la incompetencia de los operadores. 
Proceden más bien de un error o una insuficiencia del diseño o 
la prescripción. 
Pero de todas maneras, tanto en un caso como en el otro, se 
evita una cuestión fundamental: cualesquiera sean la calidad 
del diseño y la precisión de los procedimientos, queda una par­
te de responsabilidad de los hombres que nunca se toma en con­
sideración. Una parte que tiene que ver con la decisión. No la 
decisión en tanto resultado lógico de un diagnóstico exacto, si­
no la decisión en el sentido fuerte del término, es decir la que 
concierne a las situaciones inéditas para los actores, o las situa­
ciones cuyo análisis no puede ser saldado a priori en términos 
estrictamente científicos. Ciertas situaciones de trabajo conser­
van en efecto un carácter incierto (WISNER, 1994). Entre los datos 
de la situación y la acción existe entonces un lugar necesaria­
mente ocupado por la interpretación y la deliberación. Sucede lo 
mismo para una consigna que para una ley. La ley dice lo que 
conviene hacer en una situación caracterizada con un cierto nú­
mero de precisiones. Pero nunca se puede describir íntegramen­
te por adelantado si la situación actual o la situación que desen­
cadena el juicio tiene o no que ver con el marco de aplicación de 
esa ley. Es por esta razón que el derecho siempre es acumulati­
vo y procede por acumulación sucesiva de jurisprudencia. 
Si se toma en cuenta esta dificultad esencial de toda situación 
de trabajo, entonces hay que admitir que el trabajo nunca tiene 
que ver con la 11 ejecución", que todo trabajo implica una parte 
de gestiión del desfasaje entre la organización del trabajo pres-
InlrodtKdÓIl 
cripta y la organización del trabajo real, es decir, que por una 
parte tiene que ver con una dimensión estrictamente humana e 
inclusive interhumana resultante de la acción. La cuestión que 
se plantea indirectamente sobre los presupuestos referidos al 
concepto de trabajo remite a la hipótesis sobre la oposición en­
tre lo ya conocido y lo no-ya-conocido en la situación de traba­
jo, y, más allá de eso, a lo cognoscible y a lo no cognoscible. El 
problema planteado es el del concepto de ley. Cuando se remi­
te a la teoría de la acción en el trabajo, se hace funcionar el con­
cepto de ley como en la justicia, es decir en el sentido de la ad­
ministración de las relaciones entre los hombres en la ciudad. 
En cambio, cuando se remite a las ciencias de la naturaleza, el 
concepto de ley funciona como ley invariante, independiente de 
la voluntad (vouloir) humana, que regula los fenómenos objeti­
vables de manera anti-histórica e invariable. Es la diferencia en­
tre ley instituida y ley de la naturaleza. 
Desde el punto de vista epistemológico, la cuestión plantea­
da es saber si el trabajo tiene que ver con las ciencias de la natu­
raleza o con las ciencias humanas. Mientras esta discusión está 
abierta y explicitada en la mayoría de los campos de la actividad 
científica, no lo está en las ciencias del trabajo. Recientemente, 
este problema ha sido reconocido a nivel de la comunidad cien­
tífica (Informe FREYSSENET, 1994). 
b) En la teoría que parte del enfoque iniciado por la caracte­
rización del factor humano en términos de recurso, se discute 
esencialmente sobre la iniciativa, el compromiso y la motiva­
ción. Se realiza un análisis centrado no en el comportamiento si­
no en la conducta, con una unidad de base vinculada al hombre 
como sujeto o como actor. La conducta es no sólo la parte obser­
vable u objetivable de un acto -el comportamiento- sino también 
su parte no visible -los motivos, móviles y actos de pensamien­
to que acompañan, preceden y siguen a un comportamiento. El 
análisis está orientado hacia la elucidación de los procesos afec­
tivos y conativos2, hacia el análisis de las comunicaciones, el 
análisis del clima social, de la cultura, de la ideología, de los va­
2 Conativo: proceso referido a la movilización, el impulso, el. esfuerzo. 
24 
i 
El fador humdl10 "Chrisl(\plll' Dlioul"S 
6) 
lores y de las relaciones entre los hombres. Se trata entonces de 
referir la investigacióncientífica a los procesos intrasubjetivos e 
intersubjetivos y a las relaciones entre el individuo y la organi­
zación. En caso de falla humana, se elaboran hipótesis referidas 
al stress, al management, a la dirección o a la gestión, etc. Los 
presupuestos teóricos son los del desfasaje irreductible entre la 
organización formal y la organización informal. Las fallas se in­
terpretan rara vez como en la primera corriente. Son más bien el 
~suifidode una-intención otina lógica estratégica. Lo que falla 
enliicondiicfu -delópetadOf, lo que falla respecto del desempe­
@ 
,7 . "noesperaao;se-vlricula a la lógica de una estrategia coherente 
'~Illa qtieelacror es a la vez autor y cautivo. Estos presupuestos 
explíCitos pueden em:ontrarse en los enfoques de Crozier y de 
Frle(fl)€"rg(19í'i)~"asTconlO en el informe de Werner Ackerman 
(1990) sobre las centrales nucleares. Estamos en el paradigma de 
la acClói1:-E"rl"cuañTo a la corriente teórica de la psicología de las 
'organizaciones, esteeñfoque tiene también una serie de presu­
puestos sobre el trabajo. Sólo analiza las relaciones enfre perso­
ñ¡¡;-Qentre sTsb;mas, pero deja de lado globalmente la cuestión 
<re} tr¡ibajo~ en tanto actividad y en tanto "lo que no está ya da-o 
~o"p~!)a organización prescrita del trabajo. Atribuye en cam­
bio la calfda<fa la cooperación, pero sin devolución específica o 
E<l~_~~~esario por_~lanálisis de la actividad de trabajo. La 
. movilización por medio de la cultura, los valores o la identidad 
~eclivil_se supone transferible a cualquier tarea, cualesquiera 
sean las restricciones que implique para la actividad. 
._----~--, 
PRIMERA PARTE 
Análisis crítico de los presupuestos de 
la investigación sobre el factor 
humano: problemas teóricos 
En los si ientes c~los retomaremos estos tres términos: 
~nología;~ a!>~i ~!?.riJ que circulan constantemente en los 
textos sobre el factor humano, sin que por eso su sentido y va­
lor científico sean explicitados metódicamente por los autores 
que los emplean en el campo de la investigación sobre el factor 
humano. Para eso, vamos a transitar varios sectores de las cien­
_~ias humaI.:'!ls gue serán convocados sólo en la estricta ~edida 
en que sean indispensables para el análisis de estos tres térmi­
nos. Este análisis crítico se llevará a cabo para determinar si los 
presupuestos de los investigadores sobre el factor humano son 
compatibles con los conocimientos adquiridos en las ciencias 
del hombre y de la sociedad. 
27 
1 
El concepto de tecnología 
I. 	 Concepción común de la técnica y 
noción de falla humana 
real 
~ 
ego (otros) 
En el enfoq ue del factor humano a partir de la concepción co­
mún de la técnica, se toma esencialmente en consideración la re­
lación entre el hombre, representado en el esquema con el témi­
no "ego", y el entorno o puesto de trabajo, representado con el 
término "real", Las interacciones ego/real se consideran como 
dos polos de una economía cIrcunsciípta que forman una enti­
elad o sistema. El...Eroblema te6rkoplanteado es- el de lascondi­
'~i~d~-~ficiencÚi estasinteraceiOrieii,Si se concibe con bas­
"tante facilidad laexistenCiá.-dé acCiones -dels-lljeto sob;e 10 real, 
'por el contrano la nOClOn de acclóilOeToieársobreel sujeto es 
más enigmática. La acciÓn-¿esoelamíSm-anatúraleza en los dos 
sentidos-aelá:fríteracClóri.?En efecto, existe intencionalidad de 
la-ácció~-ders~~to-Sobre-fo rearrero la reacción de io real so­
'bre el sujeto ¿puede cahhcarse-ae-IntencionaT¿ " 
'" -.""--~..~~..--- _. 
En general, esta cuestión no se plantea claramente, de mane­
ra tal que pasa al ámbito de los presupuestos o de los prejuicios, 
28 El factor humana· Christophe DejOUfl' 
es decir, de lo que se juzga por adelantado, sin haber sido obje­
to de un análisis específico. 
Ahora bien, esta misma noción de interacción, eindusive de 
feéa:=bacl(oaereguladón,-entredos mundos no homogéneos -
eTmundo-de'las·cosas-Y·delos estados-de-las-cosas por un lado, 
éfIñundohuniano por otro- no eS obvia, Supone necesariamen­
. te:eneI plaño téórico, la existencia de una medida común entre 
estos dos mundos. . 
En estos enfoques del factor humano, esta medida común se 
establece en general a costa de: 
- _~!'!- c:i~r!!I_ !~dAcc:i(m impuesta éll concepto de hombre (o de 
sujeto, o de ego). Se deja de lado el mundo vivído; la conduc­
ta-yIa-iicCíÓÍ1 se reducen en beneficio de un componente que 
se -ha~~!,!c:!º.! el del comportamiento. Y el hombre queda re-: 
dü~ido a un ope~_ador. 
- Un postulado sobre la subordinación del comportamiento a. 
~~~, en E;!lsentido de leyes de la naturaleza, leyes fisiológicas 
.t!ey~~P1ií~~!ósicas cuyos fundamentos han sido establecidos 
e0 !..el..!!l:étodoe,,~rimental. Si el comportamiento humano 
está sometido a leyes naturales, y estas son inmutables, el 
comportamiento humano a su vez se considera invariable­
mente sometido a causas identificables. De hecho, el hombre 
pertenece al mundo natural, aunque sólo sea por su cuerpo y 
por la materialidad de los órganos involucrados en el compor­
tamiento. También, en esta concepción funciona siempre im­
plícitamente el postulado de existencia de una "naturaleza 
humana". Este postulado no es absurdo, es simplemente sim­
plificador y reductor. Esta coherencia postulada entre los 
acontecimientos que afectan al mundo de las cosas y al com­
portamiento humano se conoce como "presupuesto fisicalista 
(physicaliste)" . 
Este presupuesto, como todo presupuesto, tiene consecuen­
cias decisivas en la investigación, entre las que subrayaremos 
tres de una importancia particular para nuestra discusión: 
1, El concepto de tecnología 29 
- lo que en el com.pEr.~a!ni~I!to hUmano escapa a las leyes de la
naturaÍeza;es decir, lo que no está sometido a la racionalidad 
"lnstrumentall, debe-apartarse resueltamente de.la noción de 
'factorhlimano:Esta posición teórica se convierte en restric­
que pesa sobre toda la investigación. Ninguna vuelta, 
ninguna mención de lo que en las conductas humanas no tie­
ne que ver con las leyes de la naturaleza debe figurar en el 
análisis o la demostración, lo cual no es fácil de mantener. El 
presupuesto fisicalista (o naturalista) da una descripción posi­
tiva del comportamiento. Implica, por oposición, una caracte­
rización peyorativa de lo que se deja de lado. Esta exigencia se 
conoce como "postulado eliminacionista" en la medida en que 
elimina del análisis todo lo que en e] comportamiento tiene 
'que ver con la~creencias y los deseos. Elimina la referencia a 
-todamterioridad considerada como escoria metafísica (QUINE, 
1976; CARNAP, 1928). 
Adoptar esta posición teórica de manera rigurosa implica, por 
oposición, considerar todo lo que en las conductas humanas 
se aparta de la racionaliaa:a UínSfi"uIIlental como cond1lctas 
~~o:.~l~l!~ que no incluye exactamente la obligación de 
dejar de lado estos comportamientos en el análisis). En cuan­
to estos componentes "irracionales" del comportamiento 
vuelven a la situación de trabajo, es necesario o bien oponér­
~!e.§J)bi~ndomesticarlQs. Oponérseles es som;terlosarcon: 
trol, a la disciplina o a la sanción; domesticarlos es tratar de 
colocarlos bajo la primacía de la racionalidad instrumental 
por medio de la formación. 
- Final~el1tel estas vueltas de la dimensión de comportamien­
tos no sometidos a leyes, en primer lugar dejados de lado en 
el análisis y después considerados irracionales, si bien insisten 
en cuestionar los análisis científicos del factor humano basa­
dos en el presupuesto fisicalista, llevarán a un juicio de valor 
<::: ---_.__.._-~.~-- .. ­
1 Volveremos más adelante sobre este ténnino, que sin embargo ya introduci­
mos, que significa que un comportamiento, un acto o una acción es racional 
si respeta la exigencia de eficacia referente a un fin. 
\ 
~.n ..... o" \ •
~c.""""""'~~"¿" 
'~'$.~'---"--w.. 
30 
31 
El factor humano· Christophe Dejours 
formulado por los investigadores (y por los profesionales que 
se apoyan en la teoría así construidadel factor humano para 
intervenir sobre el terreno). Este juicio moral consiste ~:.iden­
lificar ~L~omponente heterónomo (es decir ajeno a las leyes 
la naturalezaT]Iel éoI.ill>2r:~~1Íenfo, a la f~!a d~jI1te1igellsi~ o 
a la~atología. El presupuesto fisicalista en materia de factor 
hUmano-lleva ~sí a abultar considerablemente el ámbito de la 
patología de los comportamientos. 
Laurence E. Morehouse enuncia este prejuicio fisicalista en el 
no. 1 de la revista Human factors (septiembre 1958): 
"Una filosofía de los factores humanos: está en la naturaleza del 
hombre el tratar de saber más sobre sí mismo y sobre el mundo 
en el que vive. Descubre constantemente cosas sobre sí mismo y 
sobre el universo. Siendo racional, trata de asociar sus nuevos 
descubrimientos a lo que ya sabe. Al hacerlo, desarrolla corpus 
de conocimientos así como métodos específicos a los ámbitos de 
investigación. Juntos, se convierten en una disciplina o en una 
ciencia. A medida que se extienden los descubrimientos, nacen 
nuevas disciplinas, y el hombre trata de adaptarlas a la organi­
zación sistemática de sus conocimientos. 
El estudio de los factores humanos en el sistema hombre-máqui­
na-medio ambiente produce un corpus de conocimientos en cre­
cimiento acelerado. Se inventan métodos completamente nue­
vos para acompañar el rápido desarrollo de la capacidad del 
hombre de manipular la naturaleza. Se alientan los intercambios 
fértiles entre las ciencias de la vida y las ciencias de la ingenie­
ría. El factor humano se considera en su relación con las máqui­
nas y los medio ambientes de trabajo, donde el hombre funcio­
na. El objetivo último de cada esfuerzo de esta disciplina se 
orienta hacia la utilización óptima de las capacidades del hom­
bre y de la máquina para alcanzar el grado más elevado de efi­
cacia del sistema global. Lo humano es el elemento estable de 
cada sistema, ya que no sufre cambios drásticos. Aunque cada 
mejora de las máquinas y del medio ambiente de trabajo tenga 
una influencia sobre el componente humano, los principios 
esenciales que rigen el comportamiento humano y su capacidad 
de desempeño no cambiarán. Así, la elucidación de los princi­
pios de los factores humanos es de beneficio duradero y el obje­
tivo de la "Human Factors Society" y de su revista es también 
1. El concepto de tecnología 
contribuir al avance de este conocimiento" (traducción al fran­
cés de J. G. Heinz). 
Por otra parte, el presupuesto fisicalista tiene la característi- \ 
ca de inscribir la concepción del factor humano en una perspec­
tiva práctica que acuerda gran confianza a la ciencia para anali­
zar, resolver y racionalizar la relación hombre-tarea. 
También en esta concepción se considera a la técnica como 
vinculada por derecho propio al ámbito de las ciencias de la na­
turaleza (especialmente de las ciencias de la tierra) y de las cien­
cias aplicadas (especialmente de las ciencias de la ingeniería). 
Aquí encontramos la definición restrictiva del concepto de téc­
nica anunciado precedentemente (d. cap. 11, a). 
n. 	 Concepciones psicosociológicas y 
noción de recurso humano 
_ En el enfoque del factor humano que se alimenta de la psico­
sociología, lí! p$Í!:oIog.í!;1 clínl<;:á"y-en gran"parte (fe "la sociología, 
l~dad o el si~tema_~gp.r.e_"~l'l':le se funda el análisis está cons­
t.!~i~()_Eorlas!ll!era!=donesentre elhombre (ego) y otros hom­
b~ (Qtros), Q eI!!re el sujeto y los otros. Más que del comporta­
miento, hablaremos aquí de conductas humanas., La.!~gulación I 
~eTaSCond~I.~.. s_.. f!~_e.n.t...l.'.e.nd.e como la resultante de laslñterac­
dones entre el sujeto y un medio ambiente humano. Este enfo­
quenene laventaja, respecto del precedente, de no tener que en­
trentar los problemas de la heteronomía, ya que concibe todas \ 
las interacciones en el interior del mundo humano. i. 
(real) 
......... 
otros 
ego 	 """ 
,... 
El factor humano· Christophe Dejours32 
En cambio, si en el anterior se dejaba de lado el mundo hu­
mano, en este enfoque es el mundo del trabajo el que se reduce 
al mundo intersubjetivo y social. El medio ambiente físico y las 
especificidades de las restricciones del puesto de trabajo, asico­
........... -'-0 __ __ .._ . .-0_ _'_ 
mo la actividad en el sentido ergoriómico del término se exclu­
'yen análisis. Incluso la sociología del trabajo tradicional, al 
fónlai
o 
corno-o~it:!tº_(j_~_.esfuºi.º alempleo, las calificaciones o las 
rª~don~s P!()fe~~().~é\!~~, gene!~!mente deja de lado la materia­
lidad de la actividad, ~e sus investigaciones (excepto en enfo­
ques muyes~<:.íficos: G. de Terssac,1990):En cuantó a la psico­
s.§d91ogía d.eJasorganizaciones, toma en cuenta el medio am­
biente de trabajo sólo como contexto, e inCfllsivecórno-decora­
do~sÍll·que este último tenga un impacto -direct()-sobre-Ia orga­
~Iiací6Íi~de l~ conductas humanas. Hay aquí un fuerte reduc­
c!onismo a favor del teatro subjetivo, intra e-hltersubjetivo, y de 
interacciones en términos de "clima", "liderazgo", "motiva­
ción", "gratificación", "poder", etc. 
El presupuesto que elimina del determinismo de las conduc­
tas el análisis de las restricciones producidas por el medio am­
biente de trabajo se conoce com~~~~gismo) 
Este presupuesto admite, inversamente al presupuesto fisi­
calista (en virtud del cual el comporamiento humano está some­
tido a leyes invariables), que las conductas humanas puedan 
cambiar y que sean tributarias del desarrollo social e histórico. 
Por el contrario, este presupuesto subjetivista implica la inter­
cambialidad de los contextos y la adaptabilidad humana a todos 
los ambientes. La motivación, por ejemplo, esencialmente mo­
dulada por las formas de manejo de poder y de relaciones hu­
manas en la empresa, sería transferible a cualquier actividad, lo 
que también constituye una simplificación considerable, ya que 
inclusive en condiciones ideales de mando o de organización, 
queda un lugar para las fallas humanas, los errores y los acci­
dentes, que la sola referencia a la calidad de las relaciones de 
trabajo y de la motivación no permite explicar. 
En el presupuesto" psicologista" o subjetivista, no existe, es­
trictamente hablando, concepto de técnica. El mismo concepto 
1. El concepto de tecnología 33 
de organización se toma en una acepción que remite directa­
mente a las nociones de empresa, institución o servicio, sin refe­
rencia al trabajo. La técnica es un decorado, no es un determi­
nante de las conductas humanas. Para decirlo de otra manera, el 
presupuesto subjetivista abandona la técnica a las ciencias de la 
naturaleza y admite la soberanía de las ciencias sobre la tecno­
logía. 
(Existe otro prejuicio más que, aunque en contradicción con 
el prejuicio subjetivista, tiene sin embargo las mismas inciden­
cias sobre el lugar de la técnica y las restricciones de trabajo en 
el determinismo de las conductas humanas: es el presupuesto 
"culturalista", según el cual las conductas son esencialmente he­
chos de cultura y no la consecuencia del desarrollo endógeno de 
la técnica. Entre la cultura por un lado y las conductas humanas 
por el otro, sólo se toma en consideración una mediación, la "in­
teriorización", concebida esencialmente como un fenómeno pa­
sivo. En esta perspectiva, el factor humano se determina en un 
juego de interacciones iniciadas a partir de un mundo exterior al 
mismo trabajo). 
111. Laantropologí~ d~Jas t~cnicas y 
'Ia cfif[ca-de-ios presupuestos de sentido común 
Este enfo~e está construido precisamente sobre la crítica de 
I~resllp!lésfus presentados hastaatlú-ra·sObreTá'-tecnoiogía: 
'Ia antropología de las técnicas es, de alguna manera, el enfoque" 
~rítico ~xcelencla, gue en estos últimos años ttivo~aesarro;­
'.rroS1íli.port<tntes, especialmente con_!~!~~_~cltI.E~}ón ala .antrü:: 
~las ciencias (LATOUR, W(X2I-'.G...AR,J2Z9). 
El postulado sobre el que se funda el punto de vista antropo­
lógico consiste en que las relaciones intersub'etivas entre ego y ( 
los otros ue, indiscuti lemente, desempeñan unpapel or ani- \ I \ 
zador en las conductas humanas, no pue en reducirse a una en­
.§.d (, a un sistema ego-otros. E.<:>!. conflIctos, las relaciones de '" .;> 
!'!" 
El factor humano ChristoDhe I)ejours34 
poder o el reconocimiento 2ienlJ:!'e tie~::~_a~o er~jueg()~ipntrQ 
de lo real. Si surge un conflicto entre dos persoñas, por ejemplo, 
eií-:"í mismo jamás apunta exclusivamente a la postura subjetiva 
de una o de otra. El conflicto apunta a lo que la postura del su­
jeto implica en re~ción con un hacer, un acto, una conducta o 
una acción sobre lo real. O.'J~ara decirlo de otra m.anera, el jui­
-Cio sobre el otro se refiere a la relación deeste otro con lo real, y 
slcondeno su postura o sü-actitu("1 súbjeiiv'a, siempre es 
'implica cierta manera deaCtuar sobre elmundo qUe desaprue-' 
bo o con la que estoy en desacuerdo~~Tnc(uslve que p~!ju(fi~ 
nus intereses. Este eslabón teórico es dlffCilde captar, pero es 
~ '~undameIltaL El jUici.()~~{cOnf]icto.o ei r.econociinientono s_¿~~
-tri, fieren directamente al ser del s~t<?!,~i!lo a su hacer. 
~Á .,,-- - En otras palabr~'~, el mismo principio de un sistema ego­
,....... otros que tenga que ver con un presupuesto teórico subjetivista 
o culturalista no resistiría al análisis comparatívo de las conduc­
tas humanas en situaciones de trabajo diferentes en el interior 
de una misma cultura. 
En el otro polo, el presupuesto fisicalista o naturalista que 
lleva a la formalización de un sistema ego-real sería incompati­
ble con la evolución histórica de las sociedades, de las técnicas y 
de las conductas humanas. ¡ Tod2..~is tecnológico supondría mantener juntos tres 1 términos: 
rml 
~ 
t/jO otros 
Es lo que realiza el concepto mismo de técnica en la perspec­
tiva antropológic~: latécnica es u un acto tr~-ª!-ª~il¡}-Leficafr·(M. 
Mauss).-J~ 
a) El neto materializa la relación e_nge ego y lo real. El acto,fir 'f 
tiei=ieVaiias-parffEiilailGaaes.ApUnb a una transformación del 
mundo rea~.bi~~,~~~hay~~nsformación regula~ia. del 
~ 
1. El concepto de tecnología 35 
.. lll. undo que no implique una mediación O .. !LlJatnstLU m.",nta.CIon.¡ 
Esta instrumentación puede ser una herramienta, una máquina,. 
';in lengua~. T,a segunda característica (G:I_ac~<:)~~~~.9 e~ll!:!..e~- e 
'pone siempre un compromiso, un manejo específico del cuerpo 
del que-acttla. Soste¡leruna herranlie-n ta;manrpularunanlágu i­
'na,escribir~ hablar, implican una cierta postura y una habilidad 
del cuerpo. ASÍ, el acto so~re ~..l11u_n~!0,rr1ediatizado por un ins­
lru mento, demanda a cambio, de_ ~- _.. . una,li¡}fi,ifor:. 
·..na~ión, un aprendizaje del cuerpo que~~ne!-.!:Il}ª- cierti;l AI\ . ~~ 
,~decuación a la materialidad de lo que hay que transformar, que .¡.l( r~ () O 
.también es tributaria de una cultura, como "eremos más adel(l:rt.:- ~ 
t~~:.Esto es cierto para todo acto técnico, por sofisticado y simbo- J..-ck.\J ,'~.k 
fizado que~~conm veremos~ adelante a propósito de la bA."j." k.. 
noción d(~activicla,d subjetiva.nt~:/elaborada por la etnografía <;..., -()- .N ......· 
ind;!:.!'itl'iai)'J:a,~cl1lca Siempre es una técnica del cuerpo. 
(b) Tradiciollal)Un acto_:rt.<>.pueg~h9!TIº1ºg<:lrse como técnica 
.1~1~~:sftüaQQ~.9.1Lrespecto a una tradición, ya sea en 
cqptinuidad,.Q.!I!Pt.l!rª". Pero es necesario precisar esta relación. 
A falta-de este lazo con la tradición, el acto no es inteligible pa­
,:alOs'otrosyqulzá's tampoco comprensible para el sujeto ac­
tuante.Porque sin referencia a la tradición, un acto no puede 
volverse"consCiente, no puede devenir objeto de percepción ni 
simboliza~Cuando~_ trata de un acto en ruptura con la tra­
diciÓn,la brecha respectode las técnicas"tr,úlicionales no(lebe 
seraemasIado importante, porque si no corre el riesgo de esca­
par a categodzación y no poder volverse reprod'udble, ni ac­
ceCler al mínimo de rutinizaCÍón o a la transmíSion:ta r-r::1,t11,r1I'1,n 
de aI~a manera, es 1!.:rt.il forma de sedimentación de_la:.;..s_·-'-_ 
. ~ráctica~.:.-El acto técnico, alIií. nuevo, debe volverse tradiciOnal) 
y contribuir así a hacer evolucionar toda la tradición hacia una 
tradición renovada. Pero sin llegar al reconocimiento o a la ho­
mologación del acto como acto técnico, es imposible producir 
un acto regulado del cuerpo en una acción instrumental nueva, 
que 110 sea hijo, aunque sea mutante, de la tradición. 
La dimensión tradicional del acto técnico es entonces lo que 
s~~ de lazo entre ego y los otrosen'elffiártgiIlode la teenolo­
http:1!.:rt.il
' 
h: -~ , Je. 0 
.l.. ~-
n ,1\ 
l. Y".>U'..')"­~
 
1'~~~. 
El fador humano - Chrislophe D~iours36 
,gíª--i~~LJa_pªrte PIQ.Pia Illentejnt~rsubjeti va, social()<:_l1~!l1xal_(~e 
la c2!.1?J:ruccióll (t~LUIl(t<;ºn<:l.!Jc.t¡) técnica). La técnica es entonces 
no sólo una técnica del cuerpo, sino además una técnica cultu­
ral. ­
.-- e) EficaZ)EI tercer término de la defill}ción antropológica de 
la té~nica, la eficacia del act(u)ára~tiansformar el mundo real, es 
evidentemente1unda-;';-~entaL Ahor¡-bien, esta eficacia no existe 
pOr-;í-fl.~is~a~ por unjuicio (de una gran complejidad co­
mo veremos más adelante a propósito de la dinámica del reco­
nocimiento). Por el momento, la cuestión qye s~lantea es la de 
saber quién emIte el jucio de eficacia. Si es ~Isujetosolo aOtesí 
ñlismo~estejtÍcT;;I;odríá resultar 110 Sólo subjetivo, sino además 
nulo por su parcialidad, ya que no se puede ser juez y parte. El 
juicio es entonces esencialmente asunto de los otros. QE:!Qt~os.. '!: 
[os que sin embargo ego está vinculado por la tradición. 
. .§in eficacia recoilocida, este acto sería únicamente incantato­
rio, tendría ca~ría de rituaL Finalmente, si la eficacia deun 
acto no pued~5=onyeLfu§;¡~_tJ"Adición, tiene que VeL~Q!L~n 
a:Za.ffeliz o con la no con la técnica. 
La técnica, entonces, no es sólo corporal y cultural, sino tam­
bién -raéionaC-- --- ... 
El juicio de eficacia está en el centro de la relación entre los 
otros y lo reaL De tal modo que, entre los tres polos del triángu­
lo tecnológico, las relaciones entre los polos dos a dos substan­
cializan respectivamente los tres términos constitutivos de la 
definición de la técnica (F. SIGAUT, 1990). 
REAL 
aclo ~ eficaz 
EGO ~ OTROS 
tradicional 
\\ Se ve que en esta teorización del concepto de técnica hay un 
\\engranaje entre mundo objetivo y mundo humano. Pero el com­
portamiento técnico no está sometido únicamente a las leyes in-
L El mncepto de tecnología 37 
mutables de la naturaleza, también lo está a los usos y costum­
bres, y es puramente cultural. En otr'.l:~~al.!!.bras, kJé~l1ica.i!s" a~ 
la vez acto de transfomación .tDJ).I1dQY a,cto traQsforma~ 
Clon en esta perspectiva, es evolutiva por­
que tiene que ver con el orden humano (y no solamente con el 
orden natural), que es el único dotado de conciencia historÍzan­
le. 
Por otra parte, en cambio, este enfoque antropológico de las \ 1 
.lé~:!~º~va"~_~~!1~~~rar_9.~e]~~~I.~c::!.2I1"E'.~-soa.aTes"ysu-evo-
lución se apoyan enterament"e~~!1 lil_~",olución técnicas, O Q 
es--a~vez ?1l mediafión y su desafío. La técnica accede así 
él ú"na-posición téorica fundamental e insoslayable para todas las 
ciencias humanas, ya que la técnica es ubicua y está presente ba­
jo una forma u otra en toda actividad humana. 
La tecnología, a la luz de la antropología, aparece entonces 
como la ciencia humana de las técnicas, es decir, adquiere un 
sentido muy diferente del americanismo adoptado por el senti­
do vulgar como equivalente de los dispositivos mecanizados. 
Pero no se trata únicamente de diferencias semánticas. Detrás 
de estas diferencias se despliegan dos mundos vinculados a pre­
supuestos que se oponen. Y la tecnología, cuyo polo móvil y 
evolutivo está constituido por el hombre involucrado en el acto 
técnico, pertenece propiamente a las ciencias humanas y no a las 
ciencias de la naturaleza o ciencias de la tierra. La técnica es un 
acto sobre lo real, iniciado a partir de una cultura y: sancionaao­
por-el juicio ~e los Q!ros.-Ueo'íoo"á esto;Ta-i&ñiC¡¡-eScapa,por 10'­
menos parcialmente, a la tutela de las ciencias de la naturaleza. 
La técnica, finalmente,. produce la cultura, siendo al mismo 
tíenl.Eo_,:!n ~fto .CtIl tura I sometiª:~~~J!'~E!~tI:ic~iÓnde laJ!istoria y 
1~!iocied_a4· 
Asumir las consecuencias de la crítica antropológica de los 
presupuestos sobre la técnica, implica el cuestionamiento radi­
cal del complejo de la "tecno-ciencia", entendida como unidad 
soldada en el plano teórico y epistemológico. Porgue entre la 
ciencia y la técnica se interponen las conductashum'~I1as que 
respoñaen"átinaraCíonaIídilCfiáet{uctibfe ala racionalidad te­
38 
leolÓgica. De manera opuesta, entre la sociedad y las conductas 
individuales (otros y ego) se in~pone~l 10~~to's-TécTlic6s<itIe 
no tienen la flexibilidad de un proceso simple de interiorizaciÓn. 
/¡ \ I Esto también implica el cuestionamiento de la noción de sistema 
1, _ I socio-técnico tan a menudo utilizada en las publicaciones sobre. I el factor humano. 
39 
2 
De la tecnología al concepto de trabajo 
Se trata aquí de examinar I~s relaciones de distinción y de su­
pprposición entre técnica y trabajo, que no son sinómmos, a la 
luz de disciplinas específicamente implicadas en la conceptuali ­
zación del trabajo, especialmente la ergonomía. 
La primera distinción concierne a la noción de acto. A la luz 
(!P la investiga.<:,ión ergonómica~ especia!mente la ergoñOmí~ en 
J¡'llgua francesa, ~Je otorga un lugar primordial al anªli~is_c!E' 
la' actividad a difergDct~, de la definiclQn cre::::-bm>a~ L~ tarea es 
'clqueIlo que se desea obtener o lo que se de]:¡ería hace!". La,acti­
vidad es, frente a la tarea, aquello que el operador hace reilmen­
tI' para tratar de alcanzar, lo más<iue pueda, los objetivos fija~ 
(TOS por la tarea. RespectoaeTélfécnica, -eTtrábáJo se caracteriza 
Plltonces por el marco social de obligaciones y restricciones que 
ro preced~A diferencia de un' acto no situ~~<:)r_e~~cto de una 
i)rcs<::Ejp~ió~es decir, un'acto r,~~!,~d,?~a-,una f~9ri~~ª9~'~~iir-­
!Iuiera, el trabajo stricto sensll, imp.~~~~Y~(-:(~lltexto. guec,ontribu­
yQ de manera decisiva a definirlo. También en el orq~Ilc:Q!lcC~P-­
luaTaeT trabajo, se sustituirá la noción de'actü'por la de activi­
dad,más precisa y más e~ecífi<::~: ....---'--.-----.-,---' 
Por otra parte, es cierto que la eficacia es una dimensión cen­
tral común a la técnica y al trabajo. Pero el trabajo siempreestá' 
situado-;~~n contexto económico. El criterio aislado de la efica­
cia de la actividad sobre lo real es.. insuf}cIE'Tlte Pa.:!:~j~<:)rnologai, 
'!lna activIdad con el trabajo. También hace falta que esta efica­
Cia sea útil. Esta utilidad puede ser técnica~-º<::iéilo económica, 
-~--~.-­ -. 
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tc~ 
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~~c.....--' c. ~. 
o~~~! /
\.. ~ ?~'-~ 
El factor humano _rk":<'n~kh40 
Pero el criterio utilitario, inclusive utilitarista en el sentido eco­
nómico del término, es inseparable del concepto de trabajo. 
Es sobre este criterio que se puede establecer la distinción en­
tre una distracción o entretenimiento (loisir) y un trabajo, entre 
el trabajo y el no trabajo. Jugar al tenis, montar a caballo, jugar 
al bridge, etc, todas estas ac!!Y.¡(!ªd~s II!!P[ICarl-er-uso-aetecnl~ 
ti \ cas~Pero si la eficacia técnica de los actos no está sometida a los 
tAC:~ U',~ crIterfOs-ae-ut1lIdad~se está ~n el registro de las diStracciones o 
M- vl-i.L.:..W del no trabaJo. Es en relación con este-crn:erlo-utiÍitar-ista-que se 
kve.~. mstmgue arque está de vacaciones del instructor de esquí. Para 
. ~ este último se trata de una actividad juzgad~.YJeconocid~_J1o 
~ (P- sólo por su eficacia técnica, sino~or su utilidad social y econó­
\l , b,..:... 'iñiCa(eñbeneficio-de'una municipalidadü-de un privado, 
Uve- porejemplo):---------·- .---.---..--.-.­
~~f¡nalme;;te, en lo que se refiere al tercer término del concep­
to técnico -tradicional-, reviste una forma más restrictiva en la 
esfera del trabajo. Las interacciones entre ego y los otros están 
sometidas, en efecto, a unª-~.x~ncla SupTe~!ltar~: l'a'C!~_la 
, coordinación' de las actividades. Esta coordinación implica~.RQ.r 
,'(}, ~¿..,.....-~E~~st9La la tradición~!l el se~~do ~~~~,_~~4efinid_ª,en el 
capítulo anterior. Esta tradición constituye, de alguna manera, 
~ ~~ éondíCTÓnde-posU:imaaa-de racoor~~~~!~~~-~n requi~~~sj­
t~,!:e.9!!a non, ya que 1~c:.c:.0_~.dj~a(:i()_I1,_c?m()veremos másadelante( 
no es únicamente cognitiva-instrumental, sino que t~~_~ll_-:. 
<k~~~ ~pone relaciones e in~,::racci~~~ e~I_:':'f?~~tr_O_~E!l~-comp~~nsión:
" ; ~ r~r se7tido¡ así co~~_ de_~a:_ reraCl~nes soc~~!:s.~e_t~~b~i~~g_~ 
.....--- -, C>e. ego y os o ros. 
d~ ~ l~ Estamos entonces en posición de poder derivar del triángu­
lo tecnológico un segundo triángulo cuyos polos siguen siendo 
similares. Sólo las interacciones entre polos son diferentes, de 
donde surge que el trabajo es, en el plano teórico, un concepto 
más limitado y drcunscripto que el de técnica eneIque está 1n­
·~.,!:Iido;. --- .-. --­
1 Dc la tecnología al concepto de trabajo 41 
I. Lo real como concepto (aporte de la ergonomía) 
Ahora debemos abordar de manera más precisa de lo que lo 
hemos hecho, el concepto de "real", en la teoría de la técnica y 
del trabajo. I-lemos mantenido en equivalencia aproximativa 
tres términos: el medio ambiente físico, la realidad y lo real. Pe­
ro no podemos progresar en la crítica de los presupuestos teóri­
cos propios a cada uno de los enfoques del factor humano, si no 
,tclaramos el concepto de real, que no sólo tiene un contenido 
teórico y enigmático, sino también implicaciones epistemológi­
cas esenciales para nuestra discusión. 
Definiremos lo real como "lo que, en el mundo, se hace co­
nocer por su reSIstencia al dominio tecllicóvaTConocimiento D 
dei.1[ll[~--"-'----"-· " -... _. 
Dicho de otra manera, lo real es aquello donde fracasa la tés:-.\ " 
nica después de ~e todossus recur~g2.-'62n sic!.2}t!!li2:a4o.s=~2:- J-.o ,reo\ 
!~ect'!.~ente. .k~~nt2.!lc.e~_está ligado consustancialmente al -= . 
fracaso. Es lo que en el mundo se nos esca~_~..E!_con~i~i~~_~.su ~". e>le-~ 
vez en un enigma a descifr,ú:.Loreal es siempre una invitación E:t Q-...c::::..e-­aprose"guÍrenrahiifoaernvestigación y de descubrimiento. Pe­
~<:.':~ro en cuanto se domina por medio del conocimiento, la nueva 
situación hace surgir nuevos límites de aplicación y de validez, 
así como nuevos desafíos al conocimiento y al saber. Debido a ~ esto, lo real no tiene que ver con el conocimiento sino con lo que \JI"¡\~
está másanáCícláñ:lbíto-de-'a'~afidez del conocimÍento y del sa­
Dei-hacer ac~~I~~. Lo reaTseaprenenae-é~EDffierh!iél.r·bajo la 
foiii1aCle1aexperiencia en el sentido c!.~~2~12~ri~!!cia vivida . 
.L~_real_debe distinguirse entonces c?nceptu_almente<!~.Ja 
reandad. La realidad ¡;S "el carácter de lo que no constituye úni­
~ u"ñ"c'oncepto''', sino un estado deras éosas~La díIÍcuiiad 
'lexical proviene de qu~-el aajetivo-corré~p~~dié;Í:eaT¡;~é-alidad 
también es "real". Lo que designamos como real aquí no es el 
carácter real de un estado de las cosas -su realidad- sino LO real 
como sustantivo. Lo real tiene una realidad, pero. se caract.eriza~~ q 
por su resistencia ala descr.ipción. Lo real es la parte de la reali­
~~d gue resiste a la simbolización. ___ u_______ . . . . () () 
http:c?nceptu_almente<!~.Ja
43 42 El factor humano Christophe Dejours 
Fina[mente lo real, si bien es dado por el mundo, si bien es 
n ocasionado" por la acción sobre el mundo, no remite exclusiva­
mente a la materialidad psico-quÍmico-biológica del mundo.Jll. 
mundo es también un mundo social y lo "real de lo social", es 
"(reci!" lo que en el mundo socialresiste al dOrllinio de [ast~c:ni~, 
¿as de intervención o de conocimiento de la sociedad, forma en­
teramente parte de lo real del mundo. -_. --------. 
Anteriormente vimos que el juicio de eficacia en la teoría de 
~ técnica.J' el juicio de u_f!lidad en la teoría -¿rel traba;?, se refe­
rían precisamentea la relación de ego con lo real. También de­
beríamos precisar que ahora, estos juicios sobre la eficacia y la 
utilidad se formulan teniendo en cuenta el límite que el choque 
con lo real les impone. La eficacia y!ª- utilktruLn_? son nunca 
simples y evjd~~~s-=-LoslTmite~~J~eficaci(i y.la utilId~ªtie-un 
díap'~eden cuestionarse al gía siguiepte, debido aIretroceso de 
real frente a[ avance dcla técnica ydel conocimiento. E!,.prc:­
cisamente porque eficacia y utilidad no están fijadas ni despro-: 
'vistas de amblzüedad que neceslfan;para ser validadas, del jui~ 
cío consensual de los otros sobre claCtotz~níCo·y sobre la acti- ' 
~idad de-~~biio-i~~~~!vafu.~rjte. 
El aporte decisivo de .I.'!..~rgºI)omía. a la teoría e1el trªbajo es 
haber hecho aparecer el carácter.i!1~"i!able, iI)e)(QI.a~inagota­
pie y siempre renovado_Q.ej(L!gªI en el trabajo (WISNER, 1993). 
Se trata de una avanzada en el plano conceptual cuya importan­
cia es inconmensurable y cuyas consecuencias sobre el enfoque 
del factor humano no se han asumido correctamente hasta aho­
ra, ni siquiera por parte de algunos ergónomos que, de alguna 
forma, resultaron superados por las incidencias teóricas y prác­
ticas de sus propios descubrimientos. 
En efecto, "lo real del trabajo" es una dimensión esencial de 
la inteligibilidad de los compº,[Jªmi.g!1to~y.º~J~ºI)dll.c:tªsIili~_ 
J.l:~anas en situación concreta. La falla humªnafr~n_tetl!~tarea~s. 
,lnevita~~!y.'!...q!:1_~Jº-Le<lInunca se deja _aprehender más <lue ba-
E la fon~~~~~so. --" o 
Y, según parece, es precisamente esta noción de fracaso la 
que falta en la teoría ergonómica y la teoría del trabajo, noción 
2. De la tecnología al concepto de trabajo 
sill embargo indefectiblemente ligada a la de [o reaL La pres­
nipción, es decir, lo que en ergonomía se denomina tarea o mo­
dos operatorios prescriptos, si bien nunca puede respetarse Ín­
[l'gramente cuando se trata de alcanzar [os objetivos de la ta­
reas, es precisamente por causa de lo real del trabajo. La tarea, 
es decir, lo que se desea hacer, nunca puede alcanzarse exacta­
mente. Siempre hay que reordenar los objetivos fijados al co­
mienzo. Tal es la demostración hecha por el análisis ergonómi­
co de la actividad. En otras palabras, lo real del trabajo, si se ( 
<leepta asumir las consecuencias teóricas del concepto, nos lleva 
a admitir que la actividad real siempre contiene una parte de 
fracaso frente a la cual el operario ajusta [os objetivos y la técni­
ca, El fracaso, parcial, está fundamentalmente incluido en los 1 
conceptos de eficacia y de utilidad, lo que la mayoría de las con­
cepciones del factor humano ignoran. 
Ahora bien, hablar en términos de fracaso es algo completa­
mente diferente a hablar en términos de falla, de error °de fal­
ta. ¿Por qué este término, que no está connotado peyorativa­
mente, no figura en las teorías del factor humano? 
11. Hacia otra definición del trabajo 
Frente al fracaso de una técnica, de un saber-hacer o de un 
co~o~imiento,~lin sujeto 'que experimenta impotencia. Sin 
embargo, el pathos que caracteriza la experiencia vivida no 
marca el término del proceso. El fracas02!:l:eº~ ser también un 
impulso hacia la superación, hacia la búsqueda de solución. Y 
"oe hecho,'¡;';actividad" real ya contiene una parte de reajuste, 
":crefeÜrdenamiento de los modos operatorios frente a la resisten­
élilae lo !ejl'.p'-'!.~<l<:.~rcarse más a lo~obiet.i-"'I?.?fiiªd()~P9.I la ta:' 
rea. La actividad condensa deaJguna manera el éxito del saber 
yel {~;;;;; ;~~~ionado porlorcar,erlü'n~ompr.ºJ'!lJ~()<Lu~con~ 
< t~ene una deÍ.Ínaginación, de innovación, de i~",:,~n-. 
ción. 
En la ~~a así abierta, podemos dar una nueva defini­
ción ~:~~:~:~})'e precise la dada anteriormente: '~~ 
44 El factor humano· Chrislophe Dejours 
, coordinada útil", Esta nueva definición se enuncia en los si­, }\ ~~~~.\ guientes términos: ':EI trabajo e.sJ ...~_..._a.~.. tiVidad coordinad~ des­I ¡ e[egada~~~_boml:>!~1>_)'Jas_J!l~Üeres para enfrentar [o que, en 
, .,. ~~aJ~~.E::a utilitaria! no pue_cl~_obt~11erse mediante estricta ejecu­
j) ¡) \ @n de [a organización pre~c:rip.ta." Esta definición contiene las 
tres nociones inicialmente seleccionadas para caracterizar el tra­
bajo. Pero toma en cuenta de manera más precisa lo real: lo que 
en la tarea no puede obtenerse mediante la ejecución rigurosa 
de lo prescrito, E insiste en la dimensión humana del trabajo~ 
lo que debe ajustarse, reordenarse, imaginarse, inventarse, agre­
garse por hombres y mUJeres para tomar en cuenta lo real en el 
!ra6aj~En efecto, sin esta parte de innovacIÓn;-sm el compromi-:' 
so de la inteligencia humana, la estricta ejecución mecánica de 
las prescricpiones lleva a lo que se conoce con elnéírílbre-¡fe 
IJ hue1&'1..ge celolJ trab_aj(Laieglam.entQ)~j;~DLng![~pioi~~o-de( 
trabajo en esas condic:!ones jJ~~dei':l!l_cioIl~!: c0.!f~cta_mente, 
'-ñalemos desde ahora que-el celo, implícitamente presente en la 
definición, no consiste únicamente en la inteligencia sino tam­
bién en la movilización de esta inteligencia, que, en materia de 
factor humano, presenta otros problemas que contemplaremos 
más adelante, 
Por el momento, nos limitaremos a subrayar la diferencia 
teórica de gran alcance entre la "realidad de la actividad" (a la 
que apunta la expresión actividad real o trabajo real), y lo IJ réal 
del trabajo", es decir, los límites del saber, de los conocimientos 
y de la concepción, con los que chocan los actos técnicos y las ac­
tividades de trabajo, 
111. La noción de l/actividad subjetivante" (aporte de la 
etnografía industrial) 
La noción de actividad subjetivante (sltbjektívierendes Han­
se debe a investigadores en ciencias sociales que se intere­
san específicamente en la actividad obrera, no solamente en los 
sectores clásicos de la producción, sino también en las "nuevas 
452, De la tecnología al concepto de trabajo 
I('enologías", la conducción de proa'ss y la utilización de máqui­
nas de comando numérico (B611l.E y Mil KALJ, 1991). A propósito 
dt' las industrias de process, muestran que aunque los obrer<~~_~§.­
lií n físicamente en la sala de contrQL!!.1.~iil-ªI!!lente 10 están con 
. materia en transformacióñ;y -n~cesitanpara tra-ns(orm-aria ~ n 
rontrolsensOrlaToeTaTnstruadÓ"n. ..- . 
A partir de datos empíricos, los autores remiten esencial­
Illente su investigación a los tacit skills (h~bilidades tácitas), su 
forma y los requisitos psicosensoriales necesarios a su puesta a 
punto y a su eficiencia en situación real de trabajo, Es decir, 
muy específicamente, lo implementado por los operadores para 
l'nfrentar aquello que, en la producción, no puede obtenerse 
Illediante ejecución estricta de las consignas. 
Muestran así que las competencias requeridas se basan en un 
tunéioña~llento defpensamieI1to y del cuerpo que tiene que ver 
I"lm "pensamiento_~!.vaje~' ,en el sentido de Lévi-Strauss 
(1962)yaes'ü-expresión e~ecífica en la actividad de bricolage, 
Al1oraEien, elai,a~~r~iisT~~_y~~~ri-~~_~~~~!a~~i~tivi~a­
.de~~~'l':le~stas últtn:ul§~scap'an en parte a la conciencia, 
siendo al mismo tiE~mpo inte.Il()on~es. En otros términos,no 
~iell1pre es~~n_~~J>oliZ;!3das, aunque es~~~!~i!!lª4a~I,ª iiit~ii:: 
gencia del cue!p~"y_~_~1 pensamiento c~m"prom~!ida e.r:t"~~t~s 
liyiífá:aes está a menudo a9-~lantada a la conciencia y a la sim­
~lización de estos actos práctiéos~stos"ó.Ttinlos se-fradUtetien­
"lonce~ ~~s.()~menkp()_Ú~Ir!.í_~~ct~~obremateria o las insta: 
'Iaciones, SillO por una transformación o una huella que se inscri­
lJC en el propio sujeto~ Está dimensión de transformación del 'su­
ícto por lii-actIvldá.crde trabajo, sin la cual ninguna eficiencia ~-_ 
ría "posible;-~~ a los autores a definir un concepto dEY"~ 1-.o,i 
l dad subjetivantE?') que designa las actividades específicamente _ ."; oC" r"­
. impl~o~..ThcitsKí1Ts-que~pasan-poiTaSfiansfOrma:CíOne~~'~ ,
sl1~@.va~~~~"p~~~~~L.(estas tr~sf~~_Ill~.ci(")~~s_"s.':l.~J~tivas pu:- L---~-c::.-l,; 
den objetivarse ~acias a un protocolode estudio especIfico): 
."'-~-_._-_.. ----_.- ,~ .."._- ..---_..._--­
E.!SQ..lli=epto de ac.tividad subjetivante se inscribe por lo tantQ_ 
enla "crítica de la racionalidad" ya mencionai.IáenlalntroduJ:-_ 
cíÓñ'y~queserefomará en la segunaa- - ---·----n-"'....o"'3rt'_ 
_ _ ___0 ._~000 
http:pre~c:rip.ta
El factor humano .. Christophe Dejours 46 
va coherente con la distinción operada por la ergonomía en len­
gua francesa entre tarea y actividad, con la tradición sociológica 
comprensiva ilustrada esencialmente por autores de lengua ale­
mana, y con la "crítica del giro (tOlfrlUlIIt) cognitivo" (BÓtILE y 
Retendremos esencialmente de esta contribución que se ins­
pira en gran medida de la eb1010gia, que las actividades de las 
que se habla en laJ1ljsma definición de~"no son reducti­
61es a lo que se ob~tiva en_l9J5 actos }[lill;milll.!2~;QP~~~~rios~ y 
que su descripcióni!1!~a1asj COmO el análisis de la dinámica 
!le su aplicación, pasan también por el análisis de las huellas de 
:stos actos sobre la transformación del sujeto, por una part~ 
\ , 
!) !J ror el análisis de los aportes de la su!,t~i\Tidac! r~Qfzanizada d~ __ 
a:~erdo con la forma final de los modo~_~~rat~rig~LP~~_()!!:.a, 
En otras palabras, el concepto de actividad subjetivante 
constituye la mediación conceptual que faltaría en los presu­
puestos fisicalistas sobre las interacciones entre el hombre y el 
puesto de trabajo. Esta mediación permite intercalar, entre la 
objetividad propia del mundo del medio ambiente o del puesto 
de trabajo y la objetividad de la expresión material del compor­
tamiento, un tiempo de subjetivación -la actividad subjetivante­
en la que restricción objetiva y proceso subjetivo se sostienen 
mutuamente hasta en el detalle de su dinámica interna, pero sin 
terminar jamás con la heteronomía de las dos dimensiones áel 
comportamiento y de su intención. 
En resumen, desde el punto de vista teórico, asumir las con­
secuencias del concepto de actividad en las investigaciones so­
bre el factor humano, es hacerle lugar, dentro de la teoría del 
trabajo, a los conceptos de~ 
)d - (resistencia de lo) real; 
'1 - fracaso (objetivo); 
- compensación parcial del fracaso mediante procesos que im­
'/ plican la subjetividad, es decir, procesos imprescriptibles, he­
terónomos en el orden de los mecanismos y que tienen que 
ver con una producción psíquica y cultural que procede de la 
472, De la K'Cnología al concepto de trabaju 
I'>.periencia vivida y no de la experimentación regulada: el in­
gt'nio. 
Estos conceptos, que constituyen eslabones intermedios del, 
.1Il,ílisis, nos llevan al umbral de una cuestión teórica, central pa­
1'.1 1" investigación sobre el factor humano, que se refiere a la in­
Il'liger~~:i~~~~~iza_da en ~i_tuaci~ll reaL~~t:r~~al':l, ° U~nteligé-;:;­
l ¡,¡de la práctica". 
Si el concepto de actividad supone un reajuste respecto de la 
prl'scripción dada en la tarea, ¿cómo caracterizar a la inteligen­
l'¡a convocada frente a la experiencia de lo real, que se hace co­
t\OCl'r por el fracaso de la prescriptilidad y la concepción por 
1I11i1 parte, y por el carácter inédito del obstáculo a franquear por 
pIra? ¿Cómo caracterizar lo que en la inteligencia escapa a la 
d\'scripción del mundo objetivo mediante leyes, es decir, lo que 
l'S "anómalo"? 
IV. Lo real del trabajo y la inteligencia astuta (aporte 
de la psicología histórica) 7~ e4, I<.L Loe ~ 
Es una vez más del lado de la antropología donde vamos a 
l'ncontrar elementos de teorización sobre la inteligencia de la 
yr~<:~ica. Pero esta vez, es a la psicología histÓrica y a la antro­
pología histórica a las que debe la conceptualización que nece­
sitamos para una teoría del factor humano, Caracterizar la inte­
ligencia movilizada frente a lo real (a lo que se hace conocer de­
bido a su resistencia al dominio por los saberes y los conoci­
mientos disponibles), es apelar a una teoría de la inteligencia de 
la práctica del trabajo. 
Esta forma de inteligencia fue identificada y tematizada por 
losgr¡;;:gos con el nombre demetis (queetimológicament~es 
tllúcleo de la paTaDraoTIéTüTli¡;;tlerl -én -francé~,~~lr!!~_(!~~.~..ª­
inteligencia esencialmente involucradaen las acth:!~(1(1E!~ t~<:n!­
~~as,-Cspecía1íi1entelasactívícfades'di"fabriCá~~_~JJ:!óiesisl~~sta­
inteligencia se caracteriza por un cierto número de !a~z-0s (D.!l: 
·liENNE YVERNANT, 1974).-~ 
48 
49 
El factor humano· Christophe Dejours 
-,; Se moviliza frente a fas situaciones inéditas, lo imprevisto, 
frente a las situaciones móviles y cambiantes. 
" Se muestra particularmente en la actividad del cazador, en el 
árte del navegante o del médico. 
'1 Su motor es la astucia. 
_~~.LU!l.~a!ll~ntalmente arraigada en el compromiso del 
cuerpo que funciona gracias a una suerte de mimetismo con las 
.. restriccÍones de la tarea (lo que remite muy precisamente a esta 
Ui:mzji~I().l1 de ia "sensibilidad" analizada en el concepto de acti­
vidad subie!iyante).-----_. 
Trata de ahorrar esfuerzo y privilegia la habilidad en detri­
mento del despliegue de fuerza. 
Es inventiva y creadora. 
1. Límite del concepto de metis. E! concepto de metis es esen­
ciah:!!~.nte des¡;:ripliv.o. Da cuenta delo que el uso de esta inteli­
gencia implica respecto del compromiso de toda la subjetividad 
en el esfuerzo para enfrentar la situación y lo que contiene de 
inesperado, de arriesgado, de imprevisto. Pero e~tg.~9ncepto no 
da cuenta de los procesos cognitivos y afectivos movilizados, de 
su d~~lle ni de su articulación necesaria para dar a esta inteli­
J~eru::ia su eficiencia (SALMONA, 1991). . 
YB<LPNte _d~ la. Íllvestigación actual de terreno en psicología 
c~~i~!Y~_!'~ ~~fllerza por captar analíticamente los eslabones Íll­
·t~!lUedjo1'!<:I~Ios procesos en causa {aprendizaje por el descubri­
nliento, curso de acción, cognición situada),1?~ro re!terando la 
~par~<::iQn.!Jªd~cional entre cognitivo y afectivo. De tal manera 
que no poseemos hoy en día teoría constituida de esta inteligen­
cia, más allá de la conceptualización de la actividad subjetivan­
te, que es sin duda el punto más avanzado de la investigación 
en esta dirección. 
2. La inteligencia de la práctica "en cuarentena". gsta iIl!g7 
. ligencia de la práctica, o melis, está entonces identificada formal­
2. De la tecnología al concepto de trabajo 
111l'llte desde los griegos. Pero de manera general, ha sido poco 
Z'slu¡fiada porJ()s científicos después de la revolución de las 
!'it'nciasexperimentale,s. Y en realidad es un eufemismo, ya que 
1.. metis ha sido objeto de un verdadero ostracismo, de un desa­
p('go, de una desconfianza, inclusive de una condena por parte 
d('1 tribunal de la ciencia. ¿Por qué? 
Abordamos aquí uno de los componentes comunes a los pre­
supuestos teóricos de los diferentes enfoques científicos del fac­
lor humano en el trabajo. En efe;:.to.,. lq, desconfianza respecto de 
la metis remonta a Platón: "SiC!J,La.tó.!)..se toma tanto trabajo en 
detallar los componentes de la meTis, es sólo para exponer mejor 
las razones que lo obligan a condenar esta forma de inteligencia. 
Nl'cesita denunciar ampliamente la miseria, la impotencia, pero 
sobre todo el perjuicio de los procedimientos oblicuos, de los re­
('orridos desviados, y de las astucias de la aproximación. Es en 
nombre de una misma y única Verdad, afirmada por la Filoso­
fía, que se encuentran reunidas las diversas modalidades de la 
inteligencia práctica en una condena única y decisiva. 
[...] sÍll duda el sistema aristotélico viene a corregir el repar­
lo realizado por Platón, ya que se ha podido reconocer, no sÍll 
buenas razones, en la teoría de la prudencia, expuesta en la Eti­
CI1 (/ Nicomaco, una voluntad de reanudar con la tradición de los 
retóricos y los sofistas, y con los diferentes saberes sujetos a la 
contingencia y dirigidos hacia los seres sometidos al cambio. 
cualesquieran sean los peligros, sigue siendo ciertó que, 
para el pensamiento aristotélico, puede haber un conocimiento 
sobre lo inexacto,

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