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Terapeuta-Gestalt-Herramientas-Para-El-Psicodiagnostico-1

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Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” 
Mariano Cruz Zamora 
 
 
 
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Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” 
Mariano Cruz Zamora 
 
 
 
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Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” 
Mariano Cruz Zamora 
 
 
 
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“…Pero ahora que sé quien soy 
– el hijo de esta madre, el hijo de este padre - 
tener un nombre o el otro… la verdad es que ya no importa. 
 
Todos los años que he pasado añorando no sé bien qué 
– el misterio, el secreto – 
esa parte de mí que siempre me ha faltado, 
… se han ido. 
 
Conocimiento comprendido: 
lo que me faltaba era mi propia amorosa compañía. 
 
La amorosa compañía de uno es el perdón, es el Gran Misterio, es Dios. 
Antes de que Dios pueda olvidar, debes olvidar tú. 
Lo que hago es contar esta historia… aprendo a contar esta historia. 
 
Yo, aquél que ha vivido, el aguerrido héroe. 
Pero ser héroe no es sólo contar esta historia. 
Héroe es aquel que, contando la historia, 
olvida la historia… olvida al diablo… 
se olvida de sí mismo, de sí misma… 
por la oscuridad que fue necesaria para ver la luz.” 
 
 
Tom Spanbauer. 
“El hombre que se enamoró de la luna” 
 
 
 
 
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” 
Mariano Cruz Zamora 
 
 
 
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Dedicatoria 
 
 
 
Para ti, Alfonso. 
Por nuestro amor compartido. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” 
Mariano Cruz Zamora 
 
 
 
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Agradecimientos 
 
 
 
A Elena Revenga. 
Te agradezco tu acogida, dedicación y ánimos. 
Tu intuición, tu calidez y tu complicidad. 
Siento que tu presencia nutre mi vida y estimula mi curiosidad. 
 
 
A Juanjo Albert. 
Te agradezco tu voz y tu mirada. 
Tu sabiduría y tu inquietud me entusiasman. 
Me siento querido, escuchado y respetado por ti. 
 
 
Al IPETG. 
Por ser un espacio muy especial de referencia 
para mi formación y para mi vida. 
 
A mis compañeros de formación, 
con los que he compartido los años 
de crecimiento personal. 
 
 
A las personas que acompaño en el trabajo terapéutico. 
Por el regalo de confiarme su intimidad 
y poder compartir un trecho de nuestras vidas 
reencontrándonos con nuestra humanidad y nuestra divinidad. 
En especial a “Desiré”. 
 
 
 
 
 
 
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” 
Mariano Cruz Zamora 
 
 
 
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INDICE 
 
INTRODUCCION……………………………………………………………………………… 9 
 
PARTE PRIMERA: TEORIA ENERGETICA……………………………………………… 12 
 
1. EL IMPULSO (ENERGÍA VITAL). 
SUBIMPULSO TIERNO Y SUBIMPULSO AGRESIVO……………………….. 13 
2. FORMACIÓN DEL CARÁCTER COMO CONFIGURACIÓN 
DEL IMPULSO EN LA RELACIÓN CON EL MEDIO. ………………………… 15 
3. DESARROLLO DE LA DINAMICA ENERGETICA EN 
LAS ESTRUCTURAS CARACTERIALES………………………………………. 19 
� CARÁCTER ESQUIZOIDE (el niño odiado)……………………………. 19 
¿Qué le pasa al niño en esta fase del desarrollo?................................ 19 
La madre y el padre………………………………………………….. 19 
Gestión del Impulso y del sentimiento básico de confianza…………. 20 
Expresión y Mecanismos de defensa corporales…………………….. 21 
Dinámica emocional…………………………………………………. 22 
� CARÁCTER ORAL (el niño abandonado)………………………………. 22 
¿Qué le pasa al niño en esta fase del desarrollo?................................ 22 
La madre y el padre………………………………………………….. 23 
Gestión del Impulso y del sentimiento básico de confianza…………. 24 
Expresión y Mecanismos de defensa corporales…………………….. 25 
Dinámica emocional…………………………………………………. 26 
� CARÁCTER MASOQUISTA (el niño derrotado-humillado)……………. 27 
¿Qué le pasa al niño en esta fase del desarrollo?................................ 27 
La madre y el padre………………………………………………….. 28 
Gestión del Impulso y del sentimiento básico de confianza…………. 29 
Expresión y Mecanismos de defensa corporales…………………….. 29 
Dinámica emocional…………………………………………………. 30 
� CARÁCTER PSICOPATICO (el niño utilizado)………………………… 31 
¿Qué le pasa al niño en esta fase del desarrollo?................................ 31 
La madre y el padre………………………………………………….. 31 
Gestión del Impulso y del sentimiento básico de confianza…………. 32 
Expresión y Mecanismos de defensa corporales…………………….. 33 
Dinámica emocional…………………………………………………. 33 
 
 
 
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” 
Mariano Cruz Zamora 
 
 
 
7 
� CARÁCTER RIGIDO (el niño rechazado)………………………………. 34 
¿Qué le pasa al niño en esta fase del desarrollo?............................... 34 
La madre y el padre…………………………………………………. 35 
Gestión del Impulso y del sentimiento básico de confianza…………. 35 
Expresión y Mecanismos de defensa corporales…………………….. 36 
Dinámica emocional…………………………………………………. 38 
El carácter rígido histérico………………………………….. 39 
El carácter rígido pasivo – femenino……………………….. 40 
El carácter rígido fálico – narcisista obsesivo………………. 41 
El carácter rígido fálico – narcisista compulsivo……………. 42 
 
PARTE SEGUNDA: TEORIA AXIOLOGICA………………………………………………. 44 
 
1. INTRODUCCIÓN ¿QUÉ ES LA AXIOLOGÍA FORMAL?.................................... 45 
2. EL PERFIL DE VALORES HARTMAN………………………………………….. 49 
� Descripción del PVH……………………………………………………… 49 
� Parámetros que muestra el PVH………………………………………….. 50 
MUNDO EXTERNO o Gran Extrínseco (“yo en el mundo”)………. 51 
MUNDO INTERNO o Gran Intrínseco (“yo conmigo”)……………. 52 
MUNDO SEXUAL o Gran Sistémico (manejo de la normativa 
y el impulso)…………………………………………………………. 52 
� Lectura del PVH………………………………………………………….. 53 
3. FORMULAS AXIOLÓGICAS DE CADA CARÁCTER…………………………. 55 
� SI – CARÁCTER ESQUIZOIDE – Eneatipo 5…………………………… 59 
� ES – CARÁCTER ORAL – Eneatipo 4…………………………………… 60 
� I I – CARÁCTER MASOQUISTA – Eneatipo 9………………………….. 61 
� SS – CARÁCTER PSICOPATICO – Eneatipo 6…………………………. 62 
� EE – CARÁCTER PSICOPATICO – Eneatipo 3…………………………. 63 
� EI – CARÁCTER RÍGIDO (Histérico) – Eneatipo 2……………………… 64 
� SE – CARÁCTER RÍGIDO (Pasivo – femenino) – Eneatipo 7…………… 65 
� IS – CARÁCTER RÍGIDO (Fálico – narcisista obsesivo) – Eneatipo 1…. 66 
� IE – CARÁCTER RÍGIDO (Fálico – narcisista compulsivo) – Eneatipo 8... 67 
 
PARTE TERCERA: TEORIA GESTALTICA……………………………………………… 69 
 
1. AQUÍ Y AHORA…………………………………………………………………. 72 
2. EL DARSE CUENTA…………………………………………………………….. 75 
 
 
 
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” 
Mariano Cruz Zamora 
 
 
 
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3. CICLO DE NECESIDADES Y MECANISMOS NEUROTICOS………………. 77 
� Introyección……………………………………………………………… 80 
� Proyección……………………………………………………………….. 81 
� Confluencia……………………………………………………………… 82 
� Retroflexión……………………………………………………………… 83 
4. POLARIDADES………………………………………………………………….. 84 
� Polaridad “Perro de arriba” – “Perro de abajo”…………………………. 86 
� Polaridad Interno – Externo……………………………………………... 87 
� Polaridad Masculino – Femenino……………………………………….. 88 
 
PARTE CUARTA: EL PROCESO DE DESIRÉ……………………………………………. 90 
 
1. APUNTES BIOGRAFICOS……………………………………………………… 91 
2. CÓMO SE PRESENTA, DIAGNOSTICO QUE APORTA 
Y MOTIVACIÓN PARA LA TERAPIA………………………………………… 96 
3. PRIMERAS OBSERVACIONES POR MI PARTE Y ENCUADRE……………. 99 
4. LO QUE DICE EL HARTMAN………………………………………………….. 102 
� Hartman Externo………………………………………………………… 103 
� HartmanInterno…………………………………………………………. 104 
� Hartman Sexual………………………………………………………….. 105 
� Movimientos del proceso en el Hartman………………………………... 105 
5. OBSERVACIONES DESDE LA TEORIA ENERGÉTICA…………………….. 107 
� La angustia expresada en síntomas clínicos…………………………….. 107 
� El relato de Desiré y la dinámica familiar en 
la estructuración del carácter rígido……………………………………... 109 
� La gestión del Impulso………………………………………………….. 111 
o El subimpulso tierno……………………………………… 112 
o El subimpulso agresivo…………………………………… 116 
� La sexualidad como defensa…………………………………………….. 118 
6. EL PROCESO GESTÁLTICO: 
CÓMO VOY DESARROLLANDO MI TRABAJO……………………………… 121 
� La biografía………………………………………………………………. 121 
� Perfeccionismo y crítica: polaridad perro de arriba / perro de abajo…….. 122 
� Manejo de su agresión y hostilidad: contención y proyección…………… 125 
� La angustia ante su deseo………………………………………………… 126 
� La capacidad afectiva…………………………………………………….. 129 
 
CONCLUSIONES………………………………………………………………………………. 134 
BIBLIOGRAFÍA………………………………………………………………………………... 1 38 
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” 
Mariano Cruz Zamora 
 
 
 
9 
INTRODUCCION 
 
Cuando una persona llega a nuestra consulta, al igual que nosotros en su momento, lo 
hace por la vivencia de angustia, sufrimiento, insatisfacción, etc., que ha irrumpido en 
su existencia, como figura, de tal manera que siente la necesidad de pedir ayuda. 
 
Este momento de crisis desvela un conflicto ocurrido en el contacto de la persona 
consigo misma y con el mundo. La manera como hasta ahora ha funcionado (el carácter 
que ha forjado) deja de ser útil y nos vemos envueltos en el conflicto neurótico. Se 
produce la fricción entre el organismo y el medio en el que vive. 
 
“Sea cual sea el caso, cuando el sufrimiento emocional provoca un desajuste 
importante en el orden vital, es el momento en que las personas, en su mayor parte, 
acuden pidiendo ayuda psicoterapéutica.” 1 
 
Es entonces cuando se produce el encuentro paciente – terapeuta. Mi interés, en este 
trabajo, es prestar atención especialmente al terapeuta, convertirlo en figura de nuestra 
atención. 
 
Como personas, en un momento de nuestra vida, experimentamos esta situación crítica 
de nuestra existencia desajustada; como pacientes, transitamos nuestro propio camino 
de conocimiento y crecimiento personal. Como terapeutas gestalt, además, vamos 
recorriendo itinerarios formativos que nos proporcionan y facilitan herramientas para 
nuestro trabajo. 
 
Desde la perspectiva gestáltica, consideramos que el terapeuta es la principal 
herramienta para el acompañamiento del proceso terapéutico. Estimo que esta 
herramienta que somos se va configurando a través de nuestra propia experiencia y de 
nuestra formación. 
 
Mi pretensión a la hora de plantearme preparar la Tesina para la AETG es realizar un 
trabajo de síntesis de la formación realizada como Terapeuta. Mostrar cómo, desde una 
 
1 Elena Revenga, boletín IPETG año 2000-2001 
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” 
Mariano Cruz Zamora 
 
 
 
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perspectiva gestáltica, puedo integrar las aportaciones de dos herramientas significativas 
(la teoría energética y axiológica) para realizar un acompañamiento cualificado de la 
persona que viene a consulta. Como afirma Yontef “un diagnóstico preciso ayuda a 
una terapia humanista” 2 
 
En el encuentro terapéutico no somos, como terapeutas, un papel en blanco. En el aquí y 
ahora de este encuentro desarrollamos nuestra escucha. Y es en el marco de esa escucha 
donde nosotros somos y estamos presentes y prestamos atención a otra persona que es y 
está presente. Siguiendo a Joen Fagan, “cuando el terapeuta entra en contacto con el 
sujeto que solicita su ayuda, cuenta con un cuerpo de teoría, con su experiencia previa 
y con una serie de reacciones personales y de tomas de conciencia que derivan de la 
interacción establecida y que tienen abundantes elementos afectivos e intuitivos.” 3 
 
La tesis que planteo es que, como terapeutas gestalt, somos instrumentos y tenemos 
instrumentos para ofrecer a la persona que viene a consulta la mejor ayuda posible en el 
acompañamiento de su proceso vital. En la polaridad “diagnóstico sí” - “diagnóstico 
no”, enmarco mi posición entre aquellos que tratan de encontrar un enfoque de síntesis e 
integración, donde las herramientas diagnósticas están imbricadas en la actitud 
gestáltica de un encuentro terapéutico. 
 
En este sentido, y teniendo en cuenta mi experiencia, desarrollaré las aportaciones que 
la teoría energética y la teoría axiológica, integradas en el enfoque gestáltico, pueden 
ofrecer al trabajo del terapeuta como elementos para el psicodiagnóstico y seguimiento 
del proceso terapéutico. 
 
Con la teoría energética, podremos ir observando cual es la manera en que el paciente 
ha aprendido a gestionar el Impulso Unitario (con sus componentes tierno y agresivo) 
con el que venimos a este mundo. Cómo en el aprendizaje de esta gestión ha ido 
configurándose su carácter, su manera particular de relacionarse con el medio. 
 
 
2 Yontef, G. (1995). Proceso y diálogo en psicoterapia gestáltica. Santiago de Chile: Cuatro Vientos. Pg. 
364. 
3 Fagan, J. y Lee Shepherd, I. (1970). Teoría y técnica de la psicoterapia gestáltica. Buenos Aires: 
Amorrortu. Pg. 94 
 
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” 
Mariano Cruz Zamora 
 
 
 
11 
Con la teoría axiológica, podremos ir observando su manera particular de valorar en las 
tres dimensiones que nos configuran y configuran nuestra realidad: la intrínseca, la 
extrínseca y la sistémica. A partir de la teoría de la axiología formal de Robert S. 
Hartman, el perfil de valores hartman nos proporciona un instrumento valioso sobre el 
presente de la persona y los desajustes que están condicionando su existencia. 
 
Si una de las notas de identidad de la Gestalt es desarrollar una actitud holística y 
fenomenológica para contemplar al ser humano, podemos reconocer que, en el 
apasionante oficio de la terapia, percibir las consonancias y disonancias en el cuerpo, la 
emoción y el pensamiento (del paciente y las nuestras propias) es una buena 
herramienta para nuestro trabajo. 
 
Con todos los terapeutas que he estado me ha llamado la atención de manera especial, 
cómo veían lo que veían, por qué señalaban lo que señalaban, a cuento de qué y en 
razón de qué se mostraban con esta u otra palabra, gesto, emoción, tono de voz, silencio. 
¿Qué camino han recorrido cada uno de ellos? ¿Qué camino han recorrido los padres de 
la gestalt? Considero que dentro de ese camino vital, está su formación, las herramientas 
de trabajo, que forman un nudo inseparable en su ser persona y terapeutas. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” 
Mariano Cruz Zamora 
 
 
 
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 PARTE PRIMERA: 
 TEORIA ENERGETICA 
 
 
 
 
 
 
 
 
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” 
Mariano Cruz Zamora 
 
 
 
13 
1. EL IMPULSO (ENERGÍA VITAL). 
 SUBIMPULSO TIERNO Y SUBIMPULSO AGRESIVO. 
 
Desde la teoría energética, partimos de la consideración de que el temperamento es la 
base energética que nos es dada en la concepción y con la que venimos al mundo. Esta 
energía es congénita, es decir, se configura por la conjunción de la parte hereditaria 
(dotación genética) y las experiencias intrauterinas y se irá asentando en la estructura 
corporal que, hereditariamente, distinga a cada persona. De tal forma queesta energía es 
potencial, desarrollándose psicológica, emocional y corporalmente sus cualidades y 
capacidades en el transcurso de nuestra vida. 
 
Seguimos a W. Reich al definir el temperamento como energía vital orientada a la Vida 
y que experimentamos como el impulso que conduce a todos los seres vivos hacia el 
placer y la satisfacción. 
 
“Todo análisis suficientemente profundo demuestra que la base de todas las reacciones 
no es la antítesis amor y odio, como tampoco la de eros e instinto de muerte, sino la 
oposición entre yo (“persona”; ello = placer del yo) y mundo exterior. De la unidad 
biofísica de la personalidad deriva en un comienzo un solo impulso: el de eliminar las 
tensiones internas, ya sea en la esfera del hambre, ya en la de la sexualidad. Ambas son 
imposibles sin un contacto con el mundo exterior. En consecuencia, el primer impulso 
de todo organismo vivo será establecer ese contacto con el mundo que le rodea.” 4 
 
Lowen se refiere a esta energía redefiniendo el “Eros” de Freud. Es la única que 
poseemos y con la que nacemos a este mundo. Como organismos vivos, la energía que 
nos constituye nos dirige hacia la vida y el placer y se va recreando en la dinámica polar 
de tensión – relajación. Reich así lo propone al descubrir el mecanismo del 
masoquismo, no como la orientación hacia el thánatos de Freud, sino como proceso 
evitativo del placer5 
 
4 Reich, W. (1997). Análisis del carácter. Barcelona: Paidós. Pg. 290. 
5 Obra citada. Reich, W. (1997).Pg. 219 – 227. 
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” 
Mariano Cruz Zamora 
 
 
 
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Para una mejor comprensión, estructuramos de manera didáctica este Impulso Unitario 
de Vida en dos componentes fundamentales: el subimpulso tierno y el subimpulso 
agresivo. 
 
� El subimpulso tierno: es el que nos proporciona el contacto amoroso con nosotros 
mismos y nos permite percibir las variaciones en la polaridad dinámica entre 
tensión-necesidad (displacer) y satisfacción-relajación (placer), dándonos acceso a 
la toma de conciencia de nuestras necesidades y, a través de ellas, con nosotros 
mismos. De naturaleza sensorial, según Lowen, permite el arraigo del narcisismo 
primario (el amor hacia uno mismo). De esta manera, y en razón de la conciencia 
omnipotente del bebé, se va asentando un contacto genuino de placer lo más 
parecido a la vivencia intrauterina si al detectar cualquier variación que indique una 
necesidad, se satisface. De lo contrario, lo que nos señalará el subimpulso tierno es 
una distorsión perceptiva de nosotros mismos. El subimpulso tierno tiene, por tanto, 
como misión primaria hacer posible que emerja este sentimiento en nosotros. El 
territorio donde se registra esta vivencia será el cuerpo y su óptimo asentamiento y 
desarrollo nos permitirá un contacto tierno con nosotros mismos y con los demás. 
El subimpulso tierno, por tanto, nos informa sobre nuestras necesidades básicas 
(hambre, sed,…) y sobre nuestras emociones (pena, autocompasión, alegría de ser, 
debilidad, dolor, afecto,…). 
 
� El subimpulso agresivo: es la parte del impulso unitario que nos proporciona la 
capacidad de dirigirnos (naturaleza motora de Lowen) hacia lo que queremos para 
satisfacer las necesidades que el subimpulso tierno detectó. Es necesario que 
distingamos agresividad de violencia6. La violencia es una manifestación hostil de la 
agresión. El subimpulso agresivo sería más bien el que nos da la posibilidad de 
movernos hacia la satisfacción de nuestras necesidades. El buen desarrollo y 
arraigamiento de este subimpulso hará que la persona sea capaz de satisfacer sus 
necesidades de manera autónoma; la distorsión en su asentamiento y su fluir 
manifestará tanto conductas de pasividad y sumisión como de rebeldía y violencia, 
 
6 El vocablo "agredir" (derivado del latín aggrédi y éste de gradi, es decir, "andar") significa "dirigirse 
a"; de la raíz "gradi" (caminar) se derivan palabras como ingresar, congreso, progresista (Joan Corominas, 
Breve diccionario etimológico de la lengua castellana, 3ª edición, Ed. Gredos) (Corominas, 1990; DRAE, 
1996; Moliner, 1986; Zainqui, 1985). 
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” 
Mariano Cruz Zamora 
 
 
 
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siendo todas ellas indicadores de dependencia. Juanjo Albert7, a quien sigo en esta 
exposición, considera como componentes hostiles del subimpulso agresivo: 
 
o El odio: cuya finalidad es la destrucción del objeto de deseo, que es, a su 
vez, origen de la frustración. 
o La rabia: cuya finalidad es apartar al sujeto de la frustración. 
o La ira: por la que se tiende a destruir lo que se interpone entre el deseo y 
el objeto de deseo. 
o La cólera: impulso destructivo indiscriminado dirigido contra el medio 
externo en general. 
 
Pues bien, lo que didácticamente queda expuesto como subimpulsos separados, en 
realidad concurren implicados entre sí, de manera que el subimpulso tierno tiene 
componentes agresivos y el subimpulso agresivo contiene componentes tiernos. Ambos, 
configurando un bucle dinámico de imbricación, convergen en el Impulso Unitario que 
nos impele hacia la vida. Así, sensorialmente, nos percibiremos con un sentimiento de 
confianza básico en la vida y en nosotros mismos. 
 
2. FORMACIÓN DEL CARÁCTER COMO CONFIGURACIÓN DEL 
IMPULSO EN LA RELACIÓN CON EL MEDIO. 
 
Con el nacimiento, provistos con esta energía vital de ternura y agresión que se encarna 
en nuestro cuerpo, entramos en contacto con la realidad, que, por lo general, aporta 
mayor dosis de hostilidad y frustración que la vivencia intrauterina. 
 
A. Lowen lo expresa diciendo que 
 
 “…el impulso es un desplazamiento de energía desde el centro a la superficie del 
organismo, donde afecta a la relación entre éste y el mundo exterior” 8 
 
 
7 Albert Gutiérrez, J. J. Ternura y Agresividad. En imprenta. 
8 Lowen, A. (1995). El lenguaje del cuerpo. Barcelona: Herder. Pg. 85. 
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” 
Mariano Cruz Zamora 
 
 
 
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Es en ese momento donde se inicia y desencadena el proceso de formación del carácter 
como modo particular de afrontar las frustraciones que la realidad (en todas sus 
expresiones) nos proporciona. 
 
“No importa cuál sea la forma del carácter, su función básica es construir una coraza 
contra los estímulos del mundo exterior y contra los impulsos internos reprimidos”9 
 
La angustia, como expresión de la estasis energética, surge cuando una perturbación 
obstaculiza la alternancia entre relajación y tensión, es decir, cuando se interrumpe o 
dificulta el libre flujo del instinto, tanto en lo referente a la satisfacción de las 
necesidades como en la obtención de relajación y placer. Es en ese momento donde va a 
comenzar la tarea de gestión (conteniendo o dejando fluir) de nuestro impulso. Y en este 
proceso de gestión ocurrirán los ajustes y desajustes que, con el desarrollo, irán 
tornándose en distorsiones corporales, emocionales y cognitivas que darán lugar a cada 
estructura caracterológica. Esta reorganización del impulso original que configura el 
carácter va a cumplir una función defensiva de los intolerables efectos internos 
(pulsiones, sensaciones, sentimientos y emociones) de la frustración. 
 
La frustración, al principio, procede del mundo externo y, más tarde, también del 
interno. Pero la contención del impulso la realiza siempre el propio impulso unitario que 
pierde, de esta manera, su natural discurrir. Reich lo expresa así: 
 
“la presión del mundo exterior produce en la persona una escisión, una disociación del 
impulso unitario; así resulta posible que un impulso se vuelva contra otro o incluso que 
el mismo impulso se divida en dos tendencias, una de las cualescontinúa esforzándose 
hacia el mundo mientras la otra se vuelve contra el individuo mismo”10 
 
En nuestro desarrollo psicoemocional, esta dinámica de expresión o contención del 
impulso, se va desplegando en torno a cinco antítesis: 
 
 
9 Obra citada. Reich, W. (1997) Pg. 201. 
10 Obra citada. Reich, W. (1997) Pg. 313. 
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” 
Mariano Cruz Zamora 
 
 
 
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- Primera antítesis: entre yo (expreso mi impulso) y el mundo externo (contengo 
mi impulso para satisfacer al mundo). 
 
- Segunda antítesis: entre el amor a mí (expreso mi amor a mí: narcisismo 
primario) y el amor del otro (contengo el amor a mí para conseguir el amor del 
otro: narcisismo secundario). 
 
- Tercera antítesis: entre la sexualidad (expreso mi energía creativa) y la angustia 
(contengo mi energía creativa). 
 
- Cuarta antítesis: entre la destrucción (expreso los componentes del impulso 
agresivo) y la angustia (contengo mi impulso agresivo). 
 
- Quinta antítesis: entre ética (yo elaboro la gestión de mi impulso) y moral (me 
sujeto a la elaboración de otros). 
 
En torno a estas antítesis se produce la “escisión del impulso unitario” que, en términos 
reichianos, es el proceso defensivo que vamos desarrollando en base al principio de 
economía energética. Biológica y energéticamente, este proceso de escisión y cambio de 
dirección del impulso ocurre, en primer lugar, en la musculatura (contracturas, 
bloqueos, tensiones) cumpliendo una función de defensa. Posteriormente será 
sustentado por los mecanismos de defensa psicoemocionales. Así, en cada carácter 
observaremos una típica morfología corporal. La energía que, por desviación, 
utilizamos para contener nuestros impulsos, la restamos de la expresión y del contacto 
genuino con nosotros mismos y con los demás. De esta manera, nos convertimos en 
nuestro propio enemigo, frustramos nuestro desarrollo sano, aunque la frustración venga 
de fuera, para protegernos de la angustia o displacer del desequilibrio emocional. Los 
mecanismos de defensa nos posibilitan neutralizar y contener esa angustia. 
 
Dice Juanjo Albert: 
 
“la pérdida de Confianza en la Vida y en nosotros mismos es la base sobre la que se 
desarrollan las distorsiones perceptivas, sensoriales, emocionales e intelectuales del 
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” 
Mariano Cruz Zamora 
 
 
 
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carácter (o de la neurosis, tanto da), y que éste sólo nos proporciona una fantasía de 
seguridad con la que suplir la pérdida de confianza. Y ayuda más conocer que la 
pérdida de confianza además de ser el origen es, también, un artefacto del desarrollo 
del carácter, una vivencia distorsionada y reactiva a nuestra dolorosa realidad infantil, 
una fantasía más en definitiva que refuerza neuróticamente la estructura defensiva 
caracterial. No hay nada que nos atemorice más que las fantasías de abandono, falta 
de apoyo y soledad, y el carácter viene a tapar estos “agujeros” por los que alguna vez 
en nuestras vidas tuvimos que pasar y quedamos maltrechos”11 
 
Los dos componentes del Impulso Unitario (ternura y agresión) son, pues, de la misma 
naturaleza aunque cumplen funciones distintas en aras del mismo y único objetivo: 
preservar la vida y gozar. Si esta energía original, en sus dos componentes, se moviliza 
de manera que por el subimpulso tierno contactamos con nuestra necesidad y por el 
subimpulso agresivo vehiculizamos la expresión de la misma, conseguimos la 
satisfacción. Si por el contrario, esta dinámica energética es contenida como 
consecuencia de la escisión del impulso y de la desviación del mismo (bien por 
autoinhibición de la ternura o de la agresión o de una sobre la otra) entonces ocurrirá el 
estancamiento de la misma y única energía; estancamiento que asentará las condiciones 
para la vivencia de la ansiedad o la angustia (según el grado de constricción). Y es 
entonces cuando las estructuras caracteriales adquieren su función defensiva. 
 
Lowen ilustra con un ejemplo sencillo la dinámica de estos dos componentes del 
Impulso Unitario: 
 
“en la acción de extender los brazos hacia otra persona… las características del 
movimiento están determinadas por la proporción entre ambos elementos…, si 
predomina el componente tierno, el gesto resultante es un abrazo. Sin embargo, si es 
más poderoso el elemento agresivo, la acción representa una amenaza de fuerza… en 
la neurosis, la proporción entre ambos impulsos instintivos tiende a quedar fijada 
dentro de unos estrechos límites independientemente de la situación. La proporción es 
característica de cada trastorno del carácter.”12 
 
11 Obra citada. Albert Gutiérrez, J. J. 
12 Obra citada. Lowen, A. (1995). Pg. 97. 
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” 
Mariano Cruz Zamora 
 
 
 
19 
3. DESARROLLO DE LA DINAMICA ENERGETICA EN LAS 
ESTRUCTURAS CARACTERIALES 
 
CARÁCTER ESQUIZOIDE (el niño odiado) 
 
¿Qué le pasa al niño en esta fase del desarrollo? 
 
Nos encontramos en los tres primeros meses tras el nacimiento, en la fase que Juanjo 
Albert denomina pre-oral13. Esta denominación queda justificada porque los tres 
primeros meses es el momento de los movimientos reflejos (guiados por el instinto de 
conservación, no surgiendo aún la conciencia de placer) mediante los cuales el bebé 
inicia su proceso de acomodación y adaptación para la supervivencia. La maduración 
nerviosa y muscular es insuficiente y el amplio espectro que abarca el desarrollo 
perceptivo se encuentra muy limitado para experimentarse como diferente en la relación 
con el nuevo medio. Con los condicionantes propios de la inmadurez biológica, el bucle 
percepción – acción que desencadena el desarrollo cognitivo y psicológico 
(constructivismo de Piaget) aún no se ha instaurado, de manera que el recién nacido no 
tiene todavía la capacidad de percibirse de manera diferenciada de su entorno. Más bien 
al contrario, el bebé se intuye, sensitiva y sensorialmente existente, como único ser 
inmerso en un mar de nuevos estímulos y perturbaciones de los que se siente generador 
y agente en su satisfacción al mismo tiempo. 
 
La madre y el padre 
 
En el momento del nacimiento (y quizás también durante el embarazo) la madre, por la 
razón que sea, tiene congelada su capacidad para el contacto tierno. Emocionalmente 
está anclada en el odio y este es el único afecto del que dispone para relacionarse con el 
recién nacido.14 
 
Por tanto, la instauración del contacto materno se realiza desde esta carencia afectiva 
que más tarde, y motivado por los sentimientos de culpa, se intentará reparar a través de 
 
13 Obra citada. Albert Gutiérrez, J. J. 
14 Obra citada. Lowen, A. (1995). Pg. 381 y ss. 
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” 
Mariano Cruz Zamora 
 
 
 
20 
una relación acaparadora y absorbente sobre el niño. De tal manera que se dificultará el 
establecimiento de una relación paterna adecuada, capaz de promover una articulación 
fluida en el manejo de los límites y la acción en el mundo. 
 
Gestión del Impulso y del sentimiento básico de confianza 
 
Por su extrema y exquisita percepción sensorial omnipotente, el bebé procesará su 
experiencia como autogenerada y autosatisfecha. En el establecimiento del vínculo15 
entre la madre y el hijo, éste ocupa el lugar del “objeto de la madre”, siendo, por las 
características de la vivencia materna, un objeto “odiado” sobre el que vuelca su 
atención. De tal manera que cada vez que el niño experimenta el contacto con la 
necesidad (displacer) y con la expresión de la misma, lo que registra de manera 
simultánea es un displacer aún mayor: la pulsión de la necesidad y su expresiónva 
acompañada, sensitiva y sensorialmente, de un sentimiento amenazante para su 
existencia (es capaz de registrar sensitivamente como propios el displacer de la tensión 
de su necesidad y el displacer energético del estado emocional de odio u hostilidad con 
el que se le acerca la madre) provocándole una paralización en el miedo, terror o pánico. 
Necesidad (el displacer que irrumpe en su estado de placidez) significa, a la par, 
existencia amenazada. 
 
Por esta razón, el niño necesita escindirse del contacto con su necesidad. En su 
omnipotencia sensitiva, donde no existe aún conciencia de diferenciación del mundo 
externo, el Impulso de Vida queda sometido a una percepción paradójica: subimpulso 
tierno frente a subimpulso agresivo, modificando éste su función en antitética de aquel. 
 
El subimpulso tierno ha de bloquearse, en parte, para tratar de dar cuenta lo menos 
posible, en primer lugar, de la pulsión de la necesidad (registrada como displacentera) 
y, más tarde en el tiempo, de las emociones, sentimientos y deseos. 
 
El subimpulso agresivo, en parte, también ha de bloquearse puesto que si da cauce a la 
expresión lo que emerge es la percepción sensorial del odio materno. Así invierte, en 
 
15 Bowlby, J. (1993). El vínculo afectivo. Barcelona: Paidós. 
 
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” 
Mariano Cruz Zamora 
 
 
 
21 
parte, su dirección y función: de guiar la expresión de la necesidad pasa a contenerla y a 
bloquear al subimpulso tierno, de manera que la información sensorial perceptiva que 
éste aporta quede inhibida (la necesidad es procesada sensorialmente como peligrosa 
para la existencia). 
 
Esta inhibición energética de los componentes tierno y agresivo del Impulso de Vida, 
registrada sensorialmente como displacer, es procesada como angustia. El resto de 
energía que queda libre definirá la cualidad precaria de los subimpulso tierno y 
agresivo, quedando disociados el uno del otro. La ternura queda encapsulada sin 
componentes agresivos que le den cauce, provocando temor e indefensión y la agresión 
se desliga de los componentes tiernos, convirtiéndose la acción en el mundo en fría y 
distante. Se establece, así, la fijación nuclear de este carácter. 
 
De esta manera, en la ruptura de la armonía entre la ternura (percepción de sí) y la 
agresividad (expresión de sí), el bebé experimentará una carencia importante en el 
arraigamiento del Sentimiento básico de Seguridad en la existencia. 
 
Expresión y Mecanismos de defensa corporales 
 
Ante la angustia generada por la escisión particular del Impulso de Vida en este 
carácter, desde el punto de vista energético corporal, la persona con una fuerte fijación 
en esta etapa evolutiva, elabora el mecanismo de defensa de la compartimentalización 
del propio organismo, escindiendo la percepción sensorial de las necesidades, de los 
sentimientos y, ambos, de los procesos racionales. Esta compartimentalización ejerce su 
función defensiva al dificultar que las percepciones sensoriales vayan acompañadas de 
sus componentes emocionales y sensitivos, consiguiendo que las ideas y pensamientos 
estén suficientemente distanciados de los sentimientos. 
 
La compartimentalización corporal y energética se origina y se mantiene principalmente 
a través de fuertes bloqueos de hipertensión en la musculatura en general, en las 
articulaciones y especialmente en los segmentos ocular, cervical y diafragmático 
(bloqueado en expiración). 
 
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” 
Mariano Cruz Zamora 
 
 
 
22 
Dinámica emocional 
 
Desde el punto de vista psicodinámico, la estructura de personalidad de este carácter es 
obsesiva. 
 
Por la dinámica energética descrita, la persona fijada en este carácter, cuando comienza 
a contactar con un sentimiento tierno hacia sí mismo o hacia el otro, detecta a la vez, de 
manera inconsciente, la inquietud de la amenaza. La sensación es que si expresa ternura, 
expresa al mismo tiempo la hostilidad hacia sí mismo y hacia el otro. Esta es la razón de 
la tendencia hacia el desapego emocional de las personas y las cosas. Al mismo tiempo, 
buscará la incondicionalidad en las relaciones afectivas (como reacción a su dificultad 
de autodefensa por la precariedad del subimpulso agresivo), de una parte, y, de otra, 
tendrá una gran dificultad para entregarse. Como mecanismos psicoemocionales 
emergen, equivalentes a la compartimentalización corporal, la escisión y la 
intelectualización. 
 
CARÁCTER ORAL (el niño abandonado) 
 
¿Qué le pasa al niño en esta fase del desarrollo? 
 
La etapa oral del desarrollo abarca desde los 3 hasta los 18 meses, aproximadamente. El 
desarrollo biológico sigue su curso y poco a poco, la maduración corporal propiciará 
nuevas posibilidades de percepción de sí y del mundo. Durante el primer año de vida el 
desarrollo neurológico y muscular sentarán las bases del desarrollo sensorial, perceptivo 
y motriz, de manera que, con estas nuevas herramientas, el niño estará en condiciones 
de establecer su diferenciación con el mundo exterior y progresar en su aprendizaje a 
través de la acción. 
 
En este proceso de desarrollo tendrán especial relevancia, en primer lugar, el incremento 
de la percepción sensorial alrededor de la zona oral, acaparando su atención las 
experiencias que giren alrededor de la misma. En segundo lugar, alrededor de los 6 
meses, comenzará a tomar conciencia de la diferenciación entre sí mismo y el resto de 
seres y objetos; en este sentido, empezará a cobrar un significado diferente para él las 
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” 
Mariano Cruz Zamora 
 
 
 
23 
experiencias de frustración, de manera que de sentirse el centro del universo (origen y 
fin de todo) pasará a sentirse como ser dependiente de otros, en especial de la madre. En 
tercer lugar, la experiencia emocional y cognitiva irá abriéndose paso y, con el 
desarrollo incipiente del lenguaje, podrá procesar sus vivencias y comunicarlas, 
sentándose las bases para una conciencia de sí como ser en relación. Por último, su 
curiosidad y afán exploratorio irán ampliándose en la medida en que se lo permita su 
desarrollo motriz; de las acciones centradas en la boca y las manos irá transitando, sobre 
los 12 meses, hacia las enormes posibilidades que le brindarán el gateo y el caminar 
sobre sus pies. 
 
En su despertar al mundo, el niño en esta etapa se vivirá en un presente permanente 
donde, en la dinámica displacer – placer, irá entrando en escena el principio de 
realidad16 con sus consecuentes frustraciones. La inmediatez voraz que caracteriza al 
niño en esta etapa habrá de ir incorporando la tolerancia a la demora en la satisfacción, 
de manera lo más saludable posible. 
 
La madre y el padre 
 
Ante el progresivo desarrollo del niño en su propia percepción y en su incesante 
capacidad exploratoria, la madre, o quien ejerce su función, pasa a ser vivenciada como 
el objeto del que procede la satisfacción de las demandas (primero sensoriales y más 
tarde emocionales) y, por tanto, la figura de la que depende totalmente. En este período, 
el niño aún no tiene desarrollada su capacidad afectiva, sino que se guía por sus 
necesidades básicas. En la génesis de la fijación de este carácter la relación de la madre 
hacia él se va a caracterizar por un contacto más formal que afectivo que, generalmente, 
estará representado por objetos sustitutorios y amenazas de retirada amorosa. 
 
En este sentido, si la madre ejerce una frustración desmedida sobre el niño, favorecerá 
la fijación caracterial en esta etapa. Esta frustración desmedida podrá ocurrir por la 
demora excesiva en la satisfacción de las demandas y/o por la falta de contacto y 
nutrición amorosos suficientes para el niño. En este hecho, vivido demanera reiterada, 
el niño experimentará a su madre como figura hostil, en tanto que, dependiendo de ella, 
 
16 Obra citada. Lowen, A. (1995). Pg. 69 – 83. 
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” 
Mariano Cruz Zamora 
 
 
 
24 
no proporciona la seguridad y satisfacción que él necesita y demanda. Así ocurrirá que 
el niño desarrolle la fijación en el anhelo, sustituyendo la satisfacción de las necesidades 
(y luego de los deseos) por la permanencia en el anhelo o insatisfacción. Lowen lo 
expresa de esta manera: 
 
“El carácter oral se desarrolla cuando el anhelo de la madre es reprimido antes de que 
el niño haya satisfecho las necesidades orales. Esto da lugar a un conflicto inconsciente 
entre la necesidad por una parte y el temor a la decepción por otra” 17 
 
Con su modalidad de contacto, la madre irá favoreciendo el desarrollo de la identidad de 
ser en el niño bien cimentada sobre la seguridad (arraigamiento del narcisismo primario) 
o, como en el caso del carácter oral, sobre la carencia (desencadenante de la tendencia 
depresiva de la fijación oral). 
 
Gestión del Impulso y del sentimiento básico de confianza 
 
Por el momento evolutivo que vive el niño, toda su disposición energética en la etapa 
oral está en función de la demanda de satisfacción. En este sentido, juega un papel 
significante la dificultad para reconocer la demora en la satisfacción, la idea del 
“después”, como parte del principio de realidad. La tardanza en la respuesta a sus 
demandas (y más aún la ausencia de satisfacción) es procesada como amenazante para 
su vida. 
 
La dinámica deformada del Impulso Unitario en el bebé que atraviesa esta etapa y queda 
fijado en ella es: mediante el subimpulso tierno, percibe sus necesidades (más adelante 
sus emociones y deseos) y a través del subimpulso agresivo expresa y busca la 
satisfacción. En ese momento ocurre una frustración intolerable (por demora excesiva o 
por carencia) de parte de la función materna. Así, la percepción del subimpulso tierno 
queda distorsionada (la necesidad se percibe como displacer) afectando la percepción de 
la identidad de ser y parte de su energía ha de contener esta percepción distorsionada de 
sí. Por su parte, el subimpulso agresivo que conduce la expresión de la demanda (por la 
frustración mencionada) no logra la satisfacción y su energía original se transformará en 
 
17 Obra citada. Lowen, A. (1995). Pg. 194. 
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” 
Mariano Cruz Zamora 
 
 
 
25 
agresión hostil. En un primer momento, esta hostilidad la dirige contra sí mismo; más 
tarde, contra el objeto que representa la frustración (la madre y, por extensión, el 
mundo). Pero esto hará aumentar la angustia ocasionada por el deterioro de 
insatisfacción, por la contradicción que surge al querer eliminar a la madre que es, al 
mismo tiempo, la fuente de satisfacción y de frustración. Ante el peligro de un 
abandono o carencia aún mayor, la dirección del Impulso de Vida original se 
encaminará a objetos sustitutorios, perpetuando la vivencia de insatisfacción y carencia 
convirtiéndose ésta en nota identificatoria de su identidad de ser. 
 
El desarrollo y arraigamiento saludable del subimpulso tierno va a depender, por tanto, 
de la vivencia del bebé de sentir satisfechas las necesidades con las que contacta. El 
desarrollo y arraigamiento saludable del subimpulso agresivo va a depender de su 
capacidad para satisfacer su necesidad, condicionada por la intensidad de la frustración 
(por demora intolerable o por carencia) ante las demandas expresadas. Si no es así, 
como expresa Juanjo Albert “pedir agresiva y directamente no conduce a la 
satisfacción de la necesidad, al menos no antes del agotamiento, de la depresión, y sí al 
aumento del displacer” 18 
 
Como resultado de esta dinámica energética el niño pasará a las siguientes etapas 
evolutivas con un deficiente arraigamiento del Sentimiento Básico de Seguridad en sí 
mismo y en el entorno inmediato. 
 
Expresión y Mecanismos de defensa corporales 
 
Podemos deducir, pues, que, corporalmente, el carácter oral es un tipo de estructura 
defensiva desenergetizada, fundamentalmente porque no ha habido suficiente 
posibilidad de contacto tierno consigo mismo. La energía básica no se ha podido 
arraigar al percibirse, de manera distorsionada, como fuente de displacer y angustia. Y 
la energía del impulso agresivo está inmovilizada, conteniendo sus componentes 
hostiles y fijando parte de la energía del impulso tierno. Así pues, dispone de poca 
energía libre, tierna y agresiva, para atenderse a sí mismo. 
 
 
18 Obra citada. Albert Gutiérrez, J. J. 
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” 
Mariano Cruz Zamora 
 
 
 
26 
El carácter oral se defiende, pues, de la percepción de la excitación energética 
(percibida en gran parte como sensación de angustia) a través de una sobrerelajación 
muscular que actúa como filtro para las propias percepciones sensoriales. La hipotonía 
muscular cumple así una función defensiva vital: la sobrevivencia. En ella se expresa la 
contención de los impulsos tierno y agresivo. Si no fuera así, la demanda permanente le 
llevaría a la muerte por desgaste. 
 
Dinámica emocional 
 
Desde el punto de vista psicodinámico, la estructura de personalidad de este carácter es 
histérica. 
 
Dadas las características del contacto materno apuntadas y siendo el impulso tierno el 
que posibilita la percepción y el contacto amoroso consigo mismo, la persona de 
carácter oral, al identificarse él como generador de malestar, se rechaza y rechaza todo 
lo que proceda de él. La devaluación de sí mismo irá instaurándose como seña de 
identidad. Por eso queda en una situación de profunda carencia y de dependencia 
permanente del exterior. El niño oral se vive, fundamentalmente, rodeado de 
frustraciones, con un contacto tierno disminuido y con poca capacidad energética para 
conseguir lo que necesita. 
 
La angustia derivada por la dinámica energética descrita necesita ser contenida 
emocionalmente por el desarrollo del mecanismo de la introyección. Juanjo Albert lo 
explica de esta manera: 
 
“Los estados displacenteros, que en principio los percibe como suyos y procedentes de 
él, más tarde comenzará a relacionarlos con la madre, inicialmente también como 
parte de sí mismo; por ello, el único recurso es la introyección total de la “madre 
hostil”. Hostil simplemente por cuanto que no proporciona la seguridad y la 
satisfacción que el niño necesita, por más que no queda excluida la posibilidad de 
auténtica agresión hostil de la madre hacia el niño, consciente o no. La introyección de 
la “madre buena” vendrá condicionada por la posibilidad que haya tenido de 
contactar y arraigar sus propios impulsos tiernos. A medida que su aparato psíquico se 
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” 
Mariano Cruz Zamora 
 
 
 
27 
vaya desarrollando, y pueda ir diferenciándose de la madre, estos impulsos hostiles y 
tiernos en principio centrípetos, los irá dirigiendo hacia ella, condicionado también por 
la disponibilidad que la madre tenga para recibirlos, completándose así el mecanismo 
de introyección.”19 
 
La consecuencia emocional de esta dinámica queda reflejada en la paradoja de que, 
aunque él se siente necesitado, simultáneamente (por las deficiencias en el 
arraigamiento del subimpulso tierno) se vive como no merecedor de satisfacción. Esto 
le conducirá a establecer un modo de relación con los demás y con el mundo en el que 
sus demandas, impregnadas por impulsos hostiles, se transformen en exigencias. Por el 
déficit de contacto tierno con el que crece, le será difícilexperimentar satisfacción e irá 
surgiendo poco a poco la estrategia pasional de comparación y envidia en sus 
relaciones, con lo que se irá instaurando el sufrimiento intenso (como idea perversa con 
que disfrazar su pasión) y recreando la hostilidad y rencor hacia el mundo. 
 
CARÁCTER MASOQUISTA (el niño derrotado-humillado) 
 
¿Qué le pasa al niño en esta fase del desarrollo? 
 
Continuando con su proceso evolutivo, el niño atraviesa la fase anal del desarrollo, que 
situaremos entre el año y medio y los dos años y medio aproximadamente. 
 
La percepción sensitiva, por la maduración neuromuscular, se amplía y el niño 
comienza a descubrir las sensaciones que le proporciona la zona genital y anal; aunque 
aún no es capaz de contener y controlar (lo conseguirá, generalmente, al final de esta 
etapa), sí registra el displacer de la vejiga y el recto llenos y el placer cuando se vacían, 
de manera que la polaridad necesidad – satisfacción se centra en la información que le 
llega de esta zona del cuerpo. Por otro lado, en esta edad cobra especial relevancia los 
niveles alcanzados en el desarrollo sensoriopsicomotor, que le proporcionan mayor 
seguridad y capacidad de acción exploratoria y transformadora sobre el medio, desde el 
nuevo esquema corporal de bipedestación. Este crecimiento en la experiencia le 
proporciona un buen cimiento para el desarrollo emocional, cognitivo y comunicativo, 
 
19 Obra citada. Albert Gutiérrez, J. J. 
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” 
Mariano Cruz Zamora 
 
 
 
28 
de manera que comienza a ser capaz de comprender los sentimientos y mensajes del 
otro y a expresar los propios. 
 
El desarrollo incipiente del lenguaje y la construcción de significados en la relación 
interpersonal hacen germinar los primeros niveles de socialización y, con ella, el 
proceso de incorporación de las normas morales de convivencia. 
 
En este nuevo contexto ocurre un importante progreso psicoemocional: acontecen las 
primeras experiencias de conflicto entre sus necesidades y los deseos de los demás, 
originándose la disyuntiva entre vinculación fusional (especialmente con la madre) y 
autonomía. 
 
La madre y el padre 
 
La formación del carácter masoquista en el niño sucede por la frustración reiterada del 
natural proceso de individuación ejercida por una madre sobreprotectora y asfixiante. 
Ocupada y preocupada (indicadores de su angustia personal), establece con el niño un 
vínculo, aparentemente amoroso, donde con actitudes humillantes reprimirá las 
necesidades y deseos infantiles, condicionando su amor a la obediencia y sumisión a los 
suyos propios. Lowen lo expresa diciendo: 
 
“Lo que se reprime es la creciente independencia del joven organismo, el yo en 
formación. La represión no adopta la forma de una hostilidad abierta, sino que suele 
actuar bajo el disfraz de un desvelo, una protección y una preocupación excesivos. 
Finalmente, se logra la sumisión y el masoquista se convierte en un buen chico” 20 
 
La coacción que ejerce la madre (descalificando, negando o humillando) sobre el niño 
en plena expansión de su desarrollo sensoriopsicomotor, unida a la pasividad de la 
figura paterna, favorecerá la distorsión infantil donde la satisfacción de sus necesidades 
queda relegada con el fin de satisfacer las de la madre. 
 
 
 
20 Obra citada. Lowen, A. (1995). Pg. 222. 
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” 
Mariano Cruz Zamora 
 
 
 
29 
Gestión del Impulso y del sentimiento básico de confianza 
 
En el carácter masoquista se produce un bloqueo en la natural dirección del Impulso 
Unitario hacia la obtención del placer. El componente tierno queda distorsionado al 
procesarse como displacenteras las necesidades propias ya que a lo que se ve forzado el 
niño es a satisfacer las de la madre, renunciando a las suyas. De manera que, por el 
displacer al que le conduce, el niño siente como necesario alienarse del contacto 
amoroso consigo mismo para poder obtener el aprecio de la madre y evitar el displacer 
de su reprobación. 
 
El subimpulso agresivo queda bloqueado en su función expresiva, transformándose en 
antitético de sí mismo. Ante la coacción materna sobre lo que el niño reclama en su 
autoafirmación natural, la reacción espontánea es de rabia, como defensa limitadora de 
la invasión de la madre. En el masoquista, esta expresión del componente agresivo es la 
que se dirige hacia sí mismo, como defensa autocontenedora, por la sensación (primero 
real y más tarde fantaseada) del advenimiento de un peligro y displacer aún mayor. 
 
Por tanto, y en razón de la economía energética, el niño masoquista aprenderá que es 
más rentable olvidarse de sí y contener su rabia y deseos de afirmación, 
distorsionándose el ciclo tensión – satisfacción – relajación. 
 
“el carácter masoquista se estructura sobre la disfunción básica de un insuficiente 
desarrollo y un arraigamiento distorsionado del sentimiento de seguridad básico en la 
individualización para la autonomía de ser y para procurarse activamente satisfacción 
a sus necesidades y, posteriormente, a sus deseos.” 21 
 
Expresión y Mecanismos de defensa corporales 
 
La dinámica energética descrita explica el estado displacentero de tensión permanente 
en que se vive el carácter masoquista, resultando como mecanismo de defensa corporal 
la contención energética, que explica el excesivo y contenido desarrollo muscular. 
 
 
21 Obra citada. Albert Gutiérrez, J. J. 
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” 
Mariano Cruz Zamora 
 
 
 
30 
Es un carácter muy cargado energéticamente, pero bloqueado y contenido en el tronco, 
a través de bloqueos en el cuello, hombros, diafragma y parte posterior de la zona 
pélvica, percibiéndose con una gran presión interna. 
 
La configuración de la coraza muscular cumple la función de contener la expresión y 
satisfacción de los impulsos, en especial del agresivo. 
 
Dinámica emocional 
 
La estructura psicodinámica del carácter masoquista es obsesiva. 
 
Al igual que ocurre con el carácter oral, en numerosas ocasiones encontramos rasgos del 
carácter masoquista, como elementos defensivos, en otras estructuras caracteriales. 
 
La dinámica emocional del masoquista está dirigida a conseguir la aceptación y 
protección amorosa, a cambio de renunciar a su afirmación y autonomía. Recordemos 
que en el momento evolutivo del niño en que nos encontramos, se inicia la apertura a la 
comprensión emocional y cognitiva de los afectos en su contexto relacional. La 
renuncia a sí mismo y el sometimiento a los deseos del otro instauran el mecanismo de 
defensa psicoemocional de la confluencia (sobre todo con la madre), a través del cual la 
percepción de su identidad queda suplantada por la identidad del otro. 
 
Este vivir vicario permite la sensación de insatisfacción permanente que favorecerá la 
resignación, la pérdida del entusiasmo vital y la disociación de sí. La única vía posible 
para la expresión de esta insatisfacción es la queja, a través de la cual encauzará, sin 
sentirse amenazado, su agresión hacia el mundo y hacia los demás. 
 
“Este es el núcleo del carácter masoquista: llega a separarse tanto de sí mismo que se 
pierde de sus necesidades y deseos auténticos, no para frustrarse sino para evitar una 
frustración mayor, aunque ésta, en el adulto, sea sólo una fantasía inconsciente 
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” 
Mariano Cruz Zamora 
 
 
 
31 
elaborada a partir de las vivencias originales cuya impronta ha quedado impresa 
sensorial y sensitivamente”.22 
 
CARÁCTER PSICOPATICO (el niño utilizado) 
 
¿Qué le pasa al niño en esta fase del desarrollo?El carácter psicopático se fija en la fase fálica del desarrollo, entre los dos años y medio 
y tres años. Por la maduración del sistema nervioso periférico, el niño comienza a 
percibir sensaciones en la zona genital que se convertirá, de este modo, en su centro de 
atención. Al igual que anteriormente encontraba la sensación de placer en las zonas de 
la boca o el ano, ahora lo encontrará en la exploración de sus genitales. 
 
De manera simultánea a este nuevo campo de autoexploración, el niño va adquiriendo 
mayores capacidades para el contacto y la exploración con el entorno y los demás. La 
exploración de sí y la exploración del mundo se convierten en necesidad y deseo básico 
para él. Su desarrollo locomotor y cognitivo son aliados en su creciente curiosidad por 
todo lo que le rodea, de manera que la acción en su medio retroalimenta sus capacidades 
cognitivas. Su capacidad comunicativa, con el desarrollo del lenguaje, le permitirá 
adentrarse en el territorio de los significados, las normas, los valores. 
 
La madre y el padre 
 
Este universo de nuevos descubrimientos y capacidades le permiten los primeros 
avances en el distanciamiento de la madre y la entrada en su escena vital de la figura del 
padre. Si hasta ahora, lo fundamental ha sido el arraigamiento de un buen contacto 
consigo mismo y de su identidad de ser a través del subimpulso tierno (función 
materna), en este momento, el desarrollo del subimpulso agresivo (función paterna) le 
va a posibilitar el afianzamiento adecuado de estrategias válidas en su salida hacia el 
mundo. Con este nuevo escenario triangular, el niño inicia su entrada en el conflicto 
edípico. 
 
 
22 Obra citada. Albert Gutiérrez, J. J. 
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” 
Mariano Cruz Zamora 
 
 
 
32 
Siendo así las cosas, lo que ocurre para que se produzca una fijación en esta etapa y se 
genere el carácter psicopático es que uno de los padres (generalmente el de sexo 
opuesto), en lugar de acompañar el proceso natural del niño en su “ser en el mundo”, lo 
utiliza para satisfacer sus intereses narcisistas a través de la seducción y el chantaje 
emocional. De esta manera, el niño se va a sentir coaccionado (mediante el engaño y la 
trampa) para ponerse en contra de sus propios deseos y logros, de forma que su 
proyección en el mundo no responda a sus deseos genuinos sino a los del padre 
seductor. Será amado y reconocido si renuncia a sí mismo a favor de la satisfacción 
narcisista del padre en cuestión. 
 
Gestión del Impulso y del sentimiento básico de confianza 
 
Por la dinámica descrita, para la fijación del carácter psicopático lo que se produce a 
nivel energético es que el subimpulso tierno (que a esta edad no solo permite el contacto 
con las necesidades, sino también con los deseos) queda inhibido. Lo que el niño 
percibe como su genuino deseo queda contenido por su propio subimpulso tierno, como 
antitético de sí mismo. La distorsión que produce esta inhibición es que, 
progresivamente se va olvidando del contacto tierno consigo mismo (la ternura es 
procesada como debilidad) a la vez que se especializa en detectar las necesidades y 
deseos del otro. 
 
De otro lado, el subimpulso agresivo se encuentra liberado en su función de conseguir la 
satisfacción, pero no de lo que él quiere y necesita (el contacto consigo está inhibido), 
sino de lo que quiere el progenitor manipulador. 
 
De manera que en su proyección en el mundo (dirigida por el subimpulso agresivo) el 
niño se ve impelido a renunciar al contacto tierno consigo, sustituyendo este por la 
satisfacción narcisista del progenitor seductor. La dinámica natural del Impulso de Vida 
queda así condicionada, desarrollándose una autopercepción de inseguridad en la 
expresión de ser en el mundo dañándose el sentimiento básico de seguridad en la 
socialización. 
 
 
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” 
Mariano Cruz Zamora 
 
 
 
33 
Expresión y Mecanismos de defensa corporales 
 
En el carácter psicopático observamos un desplazamiento de la energía hacia la parte 
superior del cuerpo y una menor carga en la parte inferior, produciéndose una 
desproporción entre las dos zonas que dificultará el arraigamiento. 
 
Hay tensiones en la zona ocular y en la nuca que revelan la necesidad de control de este 
carácter. Otra tensión importante es en la zona del diafragma, que está bloqueado en 
inspiración forzada. En la parte inferior del cuerpo, la tensión más característica la 
encontramos en las rodillas y corvas. 
 
Los bloqueos por tensión en las zonas señaladas son los que permiten a este carácter la 
separación entre los sentimientos, las emociones y las necesidades, convirtiéndose así 
en mecanismos de defensa corporales que permiten el control y la acción para responder 
ante el otro (carácter estructurado en función de la acción externa y de la imagen) y 
dificultan la conexión con sus propias necesidades y deseos. 
 
Dinámica emocional 
 
Por el anclaje de este carácter en el inicio del conflicto edípico, se va a producir una 
diferenciación entre la estructura psicodinámica histérica (generalmente mujeres 
seducidas por el padre) y la estructura psicodinámica obsesiva (generalmente hombres 
seducidos por la madre). De igual forma, los rasgos de esta estructura de carácter los 
encontraremos, en numerosas ocasiones, como barniz defensivo de otros caracteres 
nucleares. 
 
En los dos casos, es un carácter estructurado en la acción externa y en la imagen: la 
imagen de sí que han necesitado desarrollar, mediante la acción oportuna, para obtener 
la aceptación del correspondiente progenitor. Este quedar atrapado en la seducción es lo 
que determina su dificultad para sentirse en un lugar propio de poder dentro del 
escenario familiar: seducidos a través de la exigencia, la obligación, la imagen, la 
eficiencia y el chantaje emocional, el varón buscará el poder de mando, y la mujer el 
poder de belleza y eficiencia. Y esta carencia es la que los impulsa a que la lucha por el 
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34 
poder sea una constante en su vida, requiriendo del control permanente para poderse 
proveer del necesario reconocimiento desde el otro, sin llegar a sentirlo nunca seguro 
por la ausencia de autosatisfacción genuina. 
 
Emocionalmente, por la inhibición del subimpulso tierno, confundirán ternura con 
debilidad, y se afanarán por defenderse del contacto tierno consigo mismo a través de la 
manipulación y la seducción de los demás. De esta manera satisfacen su necesidad sin 
mostrarla. Esto es lo que fundamenta los mecanismos de defensa emocionales de la 
proyección y la identificación: se defienden de su genuino ser proyectando en el otro lo 
que no son capaces de reconocer en sí mismos o identificándose con imágenes ideales 
que respondan a las expectativas de los demás. 
 
CARÁCTER RIGIDO (el niño rechazado) 
 
¿Qué le pasa al niño en esta fase del desarrollo? 
 
El carácter rígido se fija cuando el niño, alrededor de los tres años y medio o cuatro, 
entra en la fase genital del desarrollo, con el conflicto edípico como situación nuclear en 
la vivencia infantil. 
 
En la etapa genital, el niño ya ha adquirido una maduración en los sistemas locomotor y 
nervioso que, a diferencia de las fases anteriores, le va a permitir experimentar el placer 
y el displacer en la totalidad de su organismo. Así, todo su cuerpo, y no solo alguna 
zona relevante, va a quedar erotizado y, con esta nueva capacidad energética, va a 
establecer el contacto con su medio. Las nuevas posibilidades de placer sensorial van a 
regir de modo particular la relación con los padres, siendo la satisfacción de este deseo 
erótico, a través del contacto y del movimiento, la nota característicaque guiará su 
experiencia. 
 
Con las disposiciones perceptivas desarrolladas, el asiento firme en la realidad 
establecido por el perfeccionamiento locomotor y el notable progreso en sus facultades 
cognitivas, emocionales y comunicativas, el niño afrontará la tarea de conquistar un 
lugar en el mundo desde el que establecer relaciones afectivas y placenteras. 
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35 
 La madre y el padre 
 
En este momento evolutivo del niño, y en el marco de la situación edípica, la respuesta 
de los padres es de rechazo ante la unívoca vivencia infantil de afecto y placer. En su 
acercamiento erótico, el niño no va a percibir límites adecuados y sanos que le permitan 
canalizar sus impulsos, sino que va a experimentar una actitud de rechazo o 
ambivalencia de sus padres, originándose el carácter rígido al verse abocado a 
establecer una escisión entre afecto y placer que se manifestará en la dificultad para una 
entrega amorosa plena. 
 
Lowen lo enuncia así: “El rechazo de la búsqueda del placer erótico y sexual fue 
considerada por el niño como una traición a su afán de amor. El placer erótico, la 
sexualidad y el amor son sinónimos en la mente infantil” 23 
 
Dependiendo de la resolución que el niño o la niña haga del conflicto edípico y del 
modo en que se produzca el rechazo por parte de la madre o del padre, nos 
encontraremos con dos caracteres asentados en la estructura histérica y otros dos en la 
estructura obsesiva. 
 
Gestión del Impulso y del sentimiento básico de confianza 
 
En este momento evolutivo, el subimpulso tierno se tiñe de erotismo, distribuyéndose su 
carga energética y ampliándose el campo de experiencias que configuran la polaridad 
placer-displacer por todo el cuerpo. El subimpulso agresivo sirve de cauce para la 
satisfacción de las demandas percibidas, ahora a través del contacto y el establecimiento 
de relaciones emocionales. 
 
En esta nueva dinámica en que se juega el deseo de contacto y la aprobación de la 
vivencia emocional y erótica como unívoca, el equilibrio natural del Impulso Unitario 
queda desfigurado. 
 
 
 
23 Lowen, A (1997). Bioenergética. México: Ed. Diana. Pg. 160. 
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” 
Mariano Cruz Zamora 
 
 
 
36 
Como expresa Juanjo Albert, en la fase genital en que nos encontramos“los 
subimpulsos agresivo y tierno del Impulso Unitario están genitalizados e igualmente 
desarrollados, y, en su función de defensa, se disponen parcialmente antitéticos cada 
uno de una parte de sí mismo. Esto quiere decir que en estos caracteres los impulsos, 
al estar completada la fase fálica y genitalizados al menos parcialmente, ya sólo 
pueden gratificarse directamente, es decir, a través de su expresión genitalizada hacía 
la realidad del mundo exterior. Así como que la función de contención y defensa la 
cumplen ambos subimpulsos cambiando su dirección en antitética de su propia función 
original, pero sin contaminación entre las cualidades energéticas de ambas funciones. 
En esta función defensiva, mantienen un equilibrio dinámico cada uno con la parte del 
propio impulso que no se puede expresar, creando una zona de falta de contacto 
emocional. Este equilibrio dinámico entre los componentes del subimpulso que pueden 
ser expresados y los que han de ser contenidos, es variable con respecto a cada uno de 
los dos subimpulsos, según la patología propia de cada carácter en cada individuo: en 
los caracteres fálicos hay más contención del subimpulso tierno, y en el histérico y 
pasivo-femenino del agresivo, pero esta contención variará en relación a la patología 
personal de cada individuo.” 24 
 
Esta dinámica es la que origina la estasis energética o angustia que quedará contenida a 
través de la coraza corporal, las actitudes corporales eróticamente expresivas y los 
mecanismos de defensa psicoemocionales, según cada subtipo. Por tanto, el carácter 
rígido, al mantener la sexualidad genital (con sus componentes tierno y agresivo) en 
función de defensa, presenta dificultad para el contacto emocional profundo, quedando 
distorsionado el desarrollo y arraigamiento del sentimiento básico de seguridad en el 
compromiso y la entrega a sí mismo y a los demás. 
 
Expresión y Mecanismos de defensa corporales 
 
El carácter rígido se caracteriza por una rigidez muscular superficial, sistemática y 
general (armadura de Reich) eficaz para contener la energía que se experimenta como 
displacentera (angustia). 
 
 
24 Obra citada. Albert Gutiérrez, J. J. 
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” 
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37 
“El concepto de armadura fue introducido por Reich para designar un estado en que la 
ansiedad queda asimilada hasta convertirse en un mecanismo protector que tiene la 
finalidad económica de servir, por una parte, como protección frente a los estímulos del 
mundo exterior y, por otra, frente a los deseos libidinosos internos…. La armadura da 
protección, pero exige aislamiento y limita la motilidad interna del organismo” 25 
 
Podemos distinguir dos disposiciones: estructura en malla (caracteres blandos) y 
estructura en tubo (caracteres duros). 
 
En la estructura en malla, propia de los subtipos histérico y pasivo-femenino, la rigidez 
está distribuida por todo el cuerpo, facilitando, a través de la musculatura y el 
movimiento, la expresión energética y el drenaje de la angustia. 
 
En la estructura en tubo, la rigidez se establece superficialmente a lo largo del eje 
longitudinal del cuerpo, conectando directamente la pelvis con la cabeza y es más 
propia de los subtipos fálicos. La energía fluye por la parte interna de este tubo, 
evitando su extensión hacia la superficie. Por ello es mayor la tensión y contención de 
movimientos y la frialdad y rigidez en el contacto. Esta disposición se convierte, del 
mismo modo, en un excelente mecanismo para la contención de la excitación y de la 
angustia, drenándose a través de la función controlada de los dos extremos: la actividad 
sexual genital y la actividad mental. 
 
Lowen describe de esta manera la rigidez de la armadura corporal en este carácter: 
 
“la espalda está rígida e inflexible. El cuello está tieso y la cabeza se mantiene erguida. 
La pelvis se encuentra más o menos retraída y se mantiene tensa. Lo más importante es 
que la parte frontal del cuerpo está dura, pues la rigidez del pecho y el abdomen es 
esencial para la armadura. La parte delantera es el lado blando y vulnerable del 
cuerpo, el lado sensible y el reino de los sentimientos tiernos. Si este lado está 
desprotegido, la armadura de la espalda no serviría de nada”26 
 
 
25 Obra citada. Lowen, A. (1995). Pg. 263 y ss. 
26 Obra citada. Lowen, A. (1995). Pg. 264. 
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38 
Dinámica emocional 
 
La dinámica emocional del carácter rígido está en función de preservar su libertad, a 
costa de sacrificar su intimidad, su capacidad de entrega amorosa. 
 
“Cuando el niño se acerca llevado de su deseo de contacto y se siente rechazado, la 
vivencia que experimenta es la de ser rechazado en su totalidad por lo nuevo que él 
está experimentando de sí mismo. Se siente rechazado por su impulso erótico-tierno, y 
no solamente en su deseo de contacto, sino también en su necesidad de validar su 
capacidad de experimentar placer sensorial y emocional a la vez e integrados, consigo 
mismo y con los demás. La tendencia será, pues, siguiendo el principio del placer o 
evitación del displacer, a inhibir estas nuevas experiencias placenteras que siente 
como suyas, pero que le movilizanla angustia del rechazo.”27 
 
De cómo cada uno resuelve la gestión del conflicto en el contacto consigo y con los 
demás en el escenario del conflicto edípico van a surgir los cuatro subtipos dentro del 
carácter rígido. Para el niño, lo que se frustra es su nuevo modo de experimentar el 
logro del placer. Con los impulsos plenamente desarrollados (genitalizados), en este 
conflicto prevalece la necesidad de contacto, que se efectuará bien prevaleciendo el 
componente agresivo (parcialmente desprovisto del componente erótico-tierno) o bien 
prevaleciendo el componente erótico-tierno (parcialmente desprovisto del agresivo). 
 
Ante la frustración del rechazo surge la rabia que se transformará en hostilidad 
encubierta (resentimiento, ira, odio, venganza) al ser inhibida, y el componente agresivo 
en lugar de satisfacer las demandas del tierno, se ocupará en la obtención de poder como 
contacto sustitutorio, compensatorio y de defensa. El temor al rechazo es lo que 
bloqueará la expresión del deseo (deseo y temor al deseo son manifestaciones del 
componente tierno) y el deseo inhibido impedirá la expresión de la ira (componente 
agresivo dirigido a destruir la frustración). 
 
Por todo lo cual, “el deseo y el temor al deseo (temor al vínculo emocional) va a ser el 
equivalente de este conflicto a nivel psicoemocional. Este es el núcleo energético y 
 
27 Obra citada. Albert Gutiérrez, J. J. 
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” 
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39 
emocional del carácter rígido, alrededor del cual se estructuran los diferentes subtipos, 
según las elecciones posibles de cada individuo” 28 
 
Serán las fijaciones en etapas anteriores del desarrollo las que van condicionar el nivel 
de salud, así como el particular modo de enfrentar y resolver el conflicto edípico. Así, 
podemos considerar cuatro subtipos: 
 
- en el subtipo histérico: fijaciones orales 
- en el subtipo pasivo-femenino: fijaciones orales y anales mas precoces, y 
masoquistas en algunos casos 
- en el subtipo fálico-narcisista obsesivo: fijaciones anales y fálicas 
- en el subtipo fálico-narcisista compulsivo: fijaciones esquizoides y fálicas 
 
El carácter rígido histérico 
 
Como señala Reich, “el carácter histérico está determinado por una fijación en la fase 
genital del desarrollo infantil, con su ligazón incestuosa”29. 
 
El niño se acerca a los padres para satisfacer su deseo de contacto que, en la fase genital 
en que se encuentra, incluye unívocamente ternura y erotismo. En este acercamiento 
siente el rechazo de los padres (suscitado generalmente por el miedo o la incapacidad 
para interpretar adecuadamente la excitación que se despierta en ellos). El niño vive esta 
nueva actitud de los padres como rechazo a su entrega amorosa y se percata de que lo 
que antes era posible y aceptado ahora es rehusado. De manera que, al persistir en él 
este deseo de contacto, como recurso energético más económico para mantenerlo, 
disocia lo que originalmente era una vivencia unívoca: el componente emocional es 
reprimido y relegado al inconsciente y el componente de placer erótico es bloqueado 
(con la consiguiente estasis energética que posibilitará la vivencia de insatisfacción o 
angustia). 
 
 
28 Obra citada. Albert Gutiérrez, J. J. 
29 Obra citada. Reich, W. (1997). Pg. 202. 
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40 
Este proceso derivará, en la persona adulta, en una dinámica de falso contacto y gran 
dificultad para la entrega amorosa completa. La persona aprenderá a buscar bien el 
contacto erótico, pero sin componente emocional o bien el contacto emocional, pero sin 
componente erótico. 
 
“Su característica más sobresaliente es una conducta sexual evidente, en combinación 
con un tipo específico de agilidad corporal teñida de un matiz definidamente sexual. En 
las mujeres, el carácter histérico se evidencia por una coquetería disfrazada o 
desembozada en el andar, en la mirada y en el hablar. En los hombres existe además 
blandura y cortesía excesiva, expresión facial femenina y comportamiento femenino” 30 
 
La represión de la dimensión emocional es el mecanismo de defensa específico, de 
manera que tanto la función sexual como la agresiva se despliegan cumpliendo su 
misión defensiva de los componentes tiernos y del compromiso y entrega amorosos. 
 
La depresión en el carácter histérico se produce, considerando sus fijaciones orales, en 
el intento de controlar la angustia que provoca el verse abocados a la implicación 
emocional. 
 
“El hilo conductor de la terapia con estas personas es conseguir la toma de conciencia 
del verdadero significado de su conducta y actitudes, como evitación de la angustia 
genital ante el contacto y el compromiso emocional. Solo al restituir su capacidad de 
gratificación por la entrega, la persona quedará libre de su angustia” 31 
 
El carácter rígido pasivo – femenino 
 
En este subtipo, existe un equilibrio entre tendencias pregenitales (orales y masoquistas) 
y genitales. Estas tendencias pregenitales se mostrarán en la tendencia a la pasividad, al 
exceso de amabilidad y a la evitación del impulso agresivo. Por el contrario, 
manifestarán una marcada tendencia a la oposición pasiva a la autoridad, siendo ésta la 
mayor resistencia en terapia. Esta actitud se origina como consecuencia de una tenaz 
 
30 Obra citada. Reich, W. (1997). Pg. 201. 
31 Obra citada. Albert Gutiérrez, J. J. 
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41 
resistencia interna a la autoridad paterna, junto con la inmovilización de la agresividad 
como defensa masoquista. 
 
En la resolución del conflicto edípico, en este carácter se produce una identificación e 
idealización con el padre del sexo opuesto, que resulta ser el más posesivo y castrante 
por frustrar los impulsos agresivos del niño en su movimiento de contacto para 
satisfacer sus deseos. El carácter pasivo-femenino se asusta de su propia fuerza e 
impulso porque le despierta la angustia genital: la frustrada fantasía del incesto con el 
padre de distinto sexo. Además, el padre del mismo sexo no significa para él una figura 
de identificación por no haberle procurado (por debilidad o ausencia) el rescate del 
apego con el padre de sexo opuesto. 
 
“La estructura pasivo-femenina está asentada en la genitalidad, aunque inmovilizada 
por el temor….Es como si el carácter pasivo-femenino alcanzase la fase genital de 
organización del yo, pero quedase paralizado por el miedo. El problema lo constituye 
precisamente esta parálisis” 32 
 
Esta dinámica, además de dejar al individuo con permanente tendencia al incesto y a 
actitudes sexuales perversas pasivas (voyeurismo), da lugar a la estructura 
psicodinámica narcisista típica: la fantasía de poder absoluto nunca confrontada con la 
realidad. 
 
Los mecanismos de defensa de la sublimación y la idealización son los que desarrolla 
este carácter para mantener la agresividad inhibida (desplazándose la energía genital del 
tórax a la cabeza) y la evitación con el contacto y la entrega emocional. 
 
El carácter rígido fálico – narcisista obsesivo 
 
En este subtipo la coraza muscular en tubo propicia que la energía fluya directamente de 
la pelvis a la cabeza, evitando el contacto emocional. El componente agresivo en 
función de defensa se expresa por medio de la actividad intelectual, la preocupación 
obsesiva y la autoexigencia. Por las importantes fijaciones anales, la inhibición de los 
 
32 Obra citada. Lowen, A. (1995). Pg. 325. 
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” 
Mariano

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