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Desborde Popular, Crisis del Estado y Migración en el Perú

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 (Perú, 2011) 
 
 
FACULTAD DE ECONOMÍA Y CONTABILIDAD 
ESCUELA PROFESIONAL DE CONTABILIDAD 
MONOGRAFIA 
TEMA: 
 DESBORDE POPULAR Y CRISIS DEL ESTADO, Y EL IMPACTO MIGRATORIO EN EL 
PERÚ 
DOCENTE: 
Castromonte Rodríguez Carlos Martin 
ASIGNATURA: 
Realidad Nacional 
ESTUDIANTES: 
- Francisco Bernuy Arely Angela 
 - Gabriel Cruz Luis Miguel 
 - Trejo Granados Daniel Roquel 
-Trejo Solorzano Vanessa Nayely 
 
 Huaraz, 2023 
 
1 Índice 
Introducción ........................................................................................................................................... 1 
Objetivos ................................................................................................................................................ 1 
Marco Teórico ....................................................................................................................................... 2 
1.1 Antecedentes ........................................................................................................................ 2 
1.1.1 El Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas (1968-1980) ..................... 2 
1.1.2 La historia del Perú Republicano ............................................................................... 8 
1.1.3 Fases Migratorias ....................................................................................................... 10 
1.2 Bases Teóricas ................................................................................................................... 11 
2 Capítulo I: Desborde Popular y Crisis del Estado ................................................................. 21 
2.1 Biografía del Autor ............................................................................................................. 21 
2.2 Legado Andino y Patria Criolla: una nación inconclusa ............................................... 21 
2.3 El Nuevo Rostro del Perú.................................................................................................. 21 
2.4 El Nuevo Rostro Urbano: La Forja de una Identidad .................................................... 23 
2.5 La Crisis del Estado y el Desborde Popular .................................................................. 26 
3 Capítulo II: La Migración Peruana ........................................................................................... 28 
3.1 Factores económicos ......................................................................................................... 28 
3.2 Factores demográficos ...................................................................................................... 28 
3.3 Factores sociales ............................................................................................................... 29 
3.4 Causas generales de la migración .................................................................................. 30 
3.5 Dimensiones de la Migración Rural y Urbana ............................................................... 31 
3.6 Migración Reciente hacia el Perú .................................................................................... 32 
4 Capítulo III: Impacto de la Migración Venezolana en el Perú ............................................. 37 
4.1 Causas de la Migración ..................................................................................................... 40 
5 Conclusión ..................................................................................................................................... 43 
6 Recomendaciones ......................................................................................................................... 44 
7 Bibliografía .................................................................................................................................... 45 
 
1 
 
 
Introducción 
La siguiente monografía consta de tres capítulos muy importantes para nuestro desarrollo 
académico; Capítulo I: Desborde Popular y Crisis del Estado, este libro está escrito por el 
autor, José Matos Mar quien tuvo como fin analizar los cambios que se dieron en la década 
de los ochenta, de esta manera nos dio a conocer el nuevo rostro que adquirió el Perú con el 
paso de los años, también muestra los cambios sociales, culturales y económicos que se 
dieron. En el Capítulo II: La Migración Peruana. La migración es uno de los fenómenos que 
se dio desde hace muchos años atrás hasta la actualidad con la intención de mejorar su 
calidad de vida, así mismo este fenómeno lleva rasgos de otras culturas, costumbres, lenguas 
y religiones. El Capítulo III: Impacto de la Migración Venezolana en el Perú, en este punto 
abarcaremos las causas, consecuencias y el gran impacto que tuvo en los diferentes sectores 
que trajo la migración venezolana a nuestro país. Es por ello por lo que este trabajo 
monográfico nos ayudara a entender el desborde popular y el impacto migratorio en el Perú, 
los cambios que tuvo tanto en la sociedad como en la economía y los efectos que se viven 
en la actualidad. 
Objetivos 
a) Objetivo general 
• El objetivo del presente trabajo monográfico es analizar las causas y 
consecuencias del desborde popular y crisis del estado, asimismo, el impacto 
migratorio en el Perú. 
b) Objetivos específicos 
• Conocer la historia del desborde popular, proceso migratorio y crisis del estado. 
• Describir las consecuencias generados a causa del del desborde popular, 
proceso migratorio y crisis del estado. 
• Analizar las causas y consecuencias que trajo la migración venezolana en el 
Perú. 
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Marco Teórico 
1.1 Antecedentes 
1.1.1 El Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas (1968-1980) 
Fue un período de régimen militar en la historia del país donde el país fue dirigido bajo 
un gobierno nacionalista conformado por miembros de las Fuerzas Armadas, 
encabezado por el general Juan Velasco Alvarado, que tomaron el poder político 
mediante el golpe de Estado del 3 de octubre de 1968. 
El Gobierno Revolucionario tuvo dos fases: La primera, bajo el liderazgo de Juan 
Velasco Alvarado y la segunda, tras el relevo en el poder por Francisco Morales 
Bermúdez. (Perú, 2011) 
Segundo gobierno de Belaunde (1980-1985) 
El regreso de Belaunde al poder fue tan impresionante como su triunfo electoral, pero 
la crisis política, económica y social que debía enfrentar era mucho más compleja y 
delicada que la del año 1963. Reacondicionar el Estado como organización 
democrática representativa y devolverle al país la confianza en la seguridad jurídica 
para vivir en la ley y la libertad después de 12 años de dictadura era, de por sí, un 
problema complejo. Incluso, en esos 12 años, la deuda externa peruana había crecido 
en 12 veces y la inflación estaba llegando a los tres dígitos. Consciente de la magnitud 
de dicha tarea, el presidente de la República convocó a todos los partidos políticos 
para lograr una conjunción de esfuerzos en beneficio de la más rápida reconstrucción 
democrática, económica y social del país. Solo el Partido Popular Cristiano resolvió 
apoyar la consolidación del régimen democrático y participar en el gabinete ministerial. 
Lo hizo en las carteras de Justicia y de Industria, Turismo e Integración. Los primeros 
ministros de Justicia fueron los doctores Felipe Osterling Parodi y Gonzalo de la 
Puente y Lavalle. Los demás partidos, en cambio, juzgaron que contribuirían mejor 
con ese propósito desde una posición crítica de oposición. 
❖ 1980: 
El 28 de julio, a las 4 de la tarde, Belaunde Terry ingresó al Palacio Legislativo 
en medio de la ovación de senadores, diputados, jefes de Estado, diplomáticos 
extranjeros y otras altas autoridades. El presidente del Congreso, Óscar Trelles,le 
impuso la banda presidencial. Cuatro horas después, en una plataforma instalada 
en el balcón más saliente del Palacio de Gobierno, próximo a la Municipalidad de 
Lima, el jefe del Estado le tomó juramento a su Consejo de ministros. 
Una fórmula hábil y oportuna le permitió a Fernando Belaunde cumplir su 
propósito de no pernoctar ni una noche en Palacio de Gobierno mientras los 
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órganos de prensa incautados por la dictadura no fueran devueltos a sus legítimos 
dueños. El Consejo de ministros, utilizando normas dictadas por el mismo gobierno 
militar (aún vigentes, aprobó que los auténticos propietarios de los medios 
nombraran a los directores de estos para que, cuando se contara con los 
instrumentos legales requeridos, se procediera a la restitución de los derechos 
conculcados y al pago de las reparaciones a que hubiera lugar. 
FBT se abocó a la titánica tarea de reordenar con celeridad la vida política, 
económica y social del país heredada del gobierno militar. Punto fundamental para 
esa misión fue el nuevo Ministerio de Justicia –extinguido en 1968, cuando la 
Constitución fue suplantada por el Estatuto del Gobierno Revolucionario de la 
Fuerza Armada–, que puso al día y armonizó, con la nueva Constitución de 1979, 
las principales normas legales del país. Más de 6200 decretos leyes, decretos 
supremos y resoluciones fueron ajustados al marco constitucional vigente o 
derogados cuando no concordaron con él o con su espíritu. 
El 11 de noviembre se promulgó la Ley 23226, que devolvía los medios de 
comunicación confiscados durante el gobierno militar. Además, a todos los diarios 
y compañías de radio y televisión se les indemnizó. De esta manera, los 
propietarios de El Comercio, La Prensa, Correo, Expreso, Extra, OJO, Última Hora, 
Canal 4 y Canal 5 recuperaban la plenitud de sus derechos sobre las empresas 
periodísticas y sus acciones, de las que habían sido despojados el 27 de julio de 
1974. Sin embargo, el diario Expreso, a pedido de su propietario, Manuel Ulloa 
Elías (ministro de Economía y Finanzas), no recibió esta indemnización. 
El 23 de noviembre se llevaron a cabo las elecciones municipales con el triunfo 
de Acción Popular y su candidato, el arquitecto Eduardo Orrego Villacorta. 
La ferocidad terrorista se puso en plena evidencia en la Noche Buena, con el asalto 
al fundo de San Agustín de Ayzarca, perteneciente al distrito de Cocharcas, en la 
provincia de Cangallo, y el asesinato del propietario y de un empleado. Meses 
después le quitaron la vida al hijo político del expropietario, quien había tomado la 
conducción de la finca; la policía hizo muchas detenciones y entre los presos se 
encontraban los autores directos de esas masacres. 
❖ 1981: 
El 22 de enero, Belaunde denuncia el ataque a una de las aeronaves peruanas 
que estaba realizando una misión de abastecimiento a puestos de vigilancia 
fronterizos en el río Comaina, los cuales habían sido abandonados por el gobierno 
militar meses antes de la transferencia de mando ya que, según se dijo, costaba 
mucho dinero mantenerlos. Por ese motivo, al quedar en abandono, habían sido 
ocupados por tropas ecuatorianas. Belaunde se traslada a las oficinas del 
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Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, pide vuelos aerofotográficos y ordena 
la inspección de la corriente de agua hasta su nacimiento, situado en el lado oriental 
de la Cordillera del Cóndor, en la frontera con Ecuador, zona que él conocía 
perfectamente porque la había recorrido. En la inspección se halló tres 
destacamentos ecuatorianos con instalaciones en territorio peruano, según el 
Tratado de Río de Janeiro de 1942. 
La posición ecuatoriana indicaba que esos destacamentos correspondían a la 
base de Paquisha, establecida en territorio ecuatoriano. No obstante, tras la 
medición de las coordenadas, se comprobó que dicha base no correspondía a la 
mencionada posición aceptada por el Protocolo de Río, sino –tal como lo calificó el 
presidente Belaunde– a un «Falso Paquisha». 
El canciller Arias Stella llamó a su par ecuatoriano y le dio un plazo para que 
desalojaran esos puestos fronterizos. Al no hacerlo, Belaunde ordenó el 
bombardeo de la zona y su recuperación inmediata. Posteriormente, el presidente 
de la República izó el pabellón nacional en los territorios recuperados. Cuando 
aterrizó, aún no había cesado el fuego. 
Entre el 30 de enero y el 21 de febrero, las tropas peruanas recuperaron los 
puestos fronterizos, y la Organización de Estados Americanos, a través del Acta 
Sorrosa-Du Bois, fijó las coordenadas de ubicación de las tropas fronterizas, 
ratificando la condición de la Cordillera del Cóndor como límite natural entre ambos 
países. 
El 11 de marzo se promulga el Decreto Legislativo N° 046, que tipifica los 
delitos de terrorismo y sus circunstancias agravantes, así como las figuras 
delictivas con las que el terrorismo actúa, graduando las penas en proporción a la 
muerte o lesiones a las personas y a la importancia de los bienes afectados o 
puestos en peligro. 
El 15 de junio se promulga el Decreto Legislativo N° 149, que crea la Empresa 
Nacional de Edificaciones (ENACE), encargada de promover, planificar, ejecutar y 
adjudicar programas de habilitación urbana, construcción de viviendas y servicios 
públicos en el ámbito nacional. De acuerdo con el Plan Nacional de Vivienda, se 
construyeron conjuntos habitacionales principalmente en Lima, entre los que 
destacan las Torres de San Borja; Precursores, en Surco; Marbella, en Magdalena; 
Limatambo, en San Borja; Conjunto Habitacional Ciudad Satélite Santa Rosa, en 
el Callao, y el Agrupamiento Pachacámac. 
El 15 de diciembre se promulga la Ley de Corporaciones Departamentales N° 
23339, encargadas de programar y ejecutar la inversión pública departamental, 
apoyar técnicamente a las distintas organizaciones de la población en la 
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elaboración de programas y estimular su participación en las tareas vinculadas al 
desarrollo. Asimismo, asumía la prestación de servicios de infraestructura básica 
que no estuvieran a cargo del Gobierno Central ni de los municipios. 
❖ 1982: 
El 3 de marzo, Sendero Luminoso asaltó la cárcel de Ayacucho y fugaron 70 
presos por terrorismo. Fue un ataque precedido por un apagón general y el ataque 
con explosivos a los locales de la Guardia Civil, de la Policía de Investigaciones y 
de la Guardia Republicana, con el objetivo de evitar que las fuerzas del orden 
acudieran a defender la prisión. 
En el periodo 1980-1985, los brotes terroristas se presentaron sobre todo en 
Ayacucho y Huancavelica. La policía, que debía enfrentar dicha amenaza, no 
estaba preparada para una responsabilidad de tal magnitud. Fue entonces cuando 
el Gobierno le encomendó a las Fuerzas Armadas el restablecimiento y 
mantenimiento del orden en las regiones afectadas. Belaunde Terry visitó la zona 
de emergencia en diversas oportunidades. Cuando se habló de la ocupación de 
Vilcashuamán por los senderistas, se constituyó personalmente en esa localidad 
pocas horas después de haber tenido conocimiento del hecho. Al bajar del 
helicóptero, la población se sorprendió al reconocerlo. En esa ocasión dijo: «Mi 
deber es reiterar las viejas afirmaciones demostrando que, en el llano o en el 
gobierno, no hay lugar proscrito ni amenaza que detenga el camino al gobierno 
legítimo». 
En abril, Fernando Belaunde asume un papel protagónico en el conflicto de las 
Malvinas, entre Argentina y Reino Unido, y articula una diplomacia presidencial que 
incluyó una interlocución con Washington para esos tiempos de guerra. Sus 
esfuerzos durante las conversaciones con el secretario de Estado de EE. UU., 
Alexander Haig, buscaban una salida que fuera lo más realista y menos costosa 
posible para Argentina, con la separación de ambas fuerzas militares en las 
Malvinas y un régimen de administración temporal. Sin embargo, las negociaciones 
fracasaron cuando, el 2 de mayo,el Gobierno británico de Margaret Thatcher 
ordenó que el submarino nuclear HMS Conqueror hundiera el crucero argentino 
General Belgrano y matara a 323 de sus 1093 tripulantes, aun cuando el Belgrano 
se encontraba fuera del área de exclusión. 
Desde el inicio del conflicto hubo solicitudes y requerimientos específicos 
desde Buenos Aires para atender las demandas logísticas de Argentina. El apoyo 
del presidente Fernando Belaunde fue total y sin titubeos: el envío de 10 aviones 
Mirage 5 y sus sistemas de armas, como misiles Nord AS-30 aire-superficie y 
Exocet, uno de los cuales hundió el buque británico Sheffield. Además, los aviones 
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de transporte peruanos DC-8 realizaron vuelos Lima-Tel Aviv-Lima-Buenos Aires 
para trasladar el material necesario ante la urgencia que ameritaba la situación, 
mientras que otros equipos fueron llevados de forma directa desde el Perú por 
aviones Hércules a la base aérea de Tandil, cercana a Buenos Aires. 
En suma, el presidente Belaunde contribuyó con la solución diplomática del 
conflicto proponiendo una fórmula que estuvo a punto de ser aceptada y que fuera 
boicoteada por Margaret Thatcher al ordenar el hundimiento del Belgrano. Su 
propuesta consistía en que Argentina y Gran Bretaña abandonaran las islas, que 
quedarían, por un tiempo determinado, en poder de cuatro potencias (dos 
designadas por cada una de las partes) hasta concluir las negociaciones. Esas 
cuatro naciones eran Brasil y Perú (designadas por Argentina) y Alemania y 
Canadá (designadas por Gran Bretaña). Esta fórmula pudo haber sido la gran 
negociación de paz del Perú y terminar con la última presencia colonial en nuestra 
América. Fracasada la misma, Argentina le pidió al Perú ayuda militar y el Perú se 
la brindó. Se envió aviones, pilotos, repuestos, misiles y pertrechos desde La Joya, 
al sur del país, que viajaron a través de Bolivia para evitar los radares chilenos de 
Iquique y Antofagasta y así llegar a la base aérea de Tandil. Hoy, en la avenida 
Figueroa Alcorta, en el centro de Buenos Aires, existe un busto de Belaunde que 
perenniza esta acción. 
El 18 de mayo se promulga la Ley General de Educación 23384, que desactiva 
las propuestas reformistas del gobierno militar y restaura el esquema de educación 
primaria y secundaria. Se hicieron esfuerzos para la ampliación de la cobertura e 
infraestructura educativa, incluyendo 23 000 nuevas aulas construidas por el 
sistema de Cooperación Popular. 
Entre octubre de 1982 y mayo de 1983, el fenómeno El Niño (llamado el 
“Meganiño”), que se extendió inicialmente por la costa norperuana –especialmente 
en los departamentos de Tumbes y Piura–, avanzó con gran fuerza en 1983 sobre 
otros lugares del territorio nacional. En la sierra sur hubo sequías; en la sierra 
central, varios poblados fueron arrasados por los huaicos. El Producto Bruto Interno 
(PBI) cayó hasta -13,2%, y las pérdidas materiales ascendieron a miles de millones 
de dólares. 
❖ 1983: 
El 26 de enero, en medio del clima de violencia que imperaba en Ayacucho, 
ocho periodistas, su guía y un comunero son asesinados en el poblado de 
Uchuraccay. En marzo, el presidente Belaunde nombra una comisión que, al 
margen de las investigaciones judiciales, pueda dar con la verdad lo más rápido 
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posible. Le encomienda el trabajo al renombrado escritor Mario Vargas Llosa. 
También colaboró con la comisión el antropólogo Juan Ossio. 
La comisión investigadora presidida por Vargas Llosa y conformada, además, 
por Abraham Guzmán Figueroa y Mario Castro Arenas, presentó su informe acerca 
del suceso. Lo importante de la Comisión Vargas Llosa fue que actuó rápidamente 
y logró descubrir que, por error, los campesinos de Uchuraccay habían confundido 
a los periodistas con terroristas y les habían dado muerte. Sin embargo, no todos 
creyeron en el informe de Vargas Llosa. Incluso el escritor fue llamado a declarar 
en un juicio en Ayacucho. Los familiares de los periodistas, hasta hace muy poco, 
pedían justicia. A partir de la Comisión de la Verdad que formó el presidente 
Paniagua durante su gobierno se confirmó el informe de Vargas Llosa. Y a partir 
de entonces a la fecha, este ha recobrado su credibilidad. 
En el quinquenio del segundo gobierno belaundista, la ferocidad del 
narcotráfico y la subversión causó 205 bajas entre las fuerzas del orden y la muerte 
de 2693 civiles, entre estos 80 miembros y simpatizantes de Acción Popular que 
desempeñaban funciones de gobierno, ediles o judiciales. 
El 18 de julio, Belaunde inicia su histórico viaje a Caracas para participar en la 
sesión extraordinaria del Acuerdo de Cartagena, celebrada dentro de los actos 
conmemorativos por el bicentenario del nacimiento de Simón Bolívar, con la 
presencia de los mandatarios de Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela. Su 
idea de llegar a Caracas por el río Casiquiare, uniendo las cuencas de los ríos 
Amazonas y Orinoco, fue un gesto para demostrar la factibilidad de unir América 
del Sur por el entrecruzamiento de las cuencas fluviales. 
❖ 1984: 
El 20 de mayo se funda Ciudad Constitución, ubicada a orillas del río Palcazu, 
en la provincia de Oxapampa (Pasco), atravesada por la Carretera Marginal de la 
Selva, en la actualidad carretera Fernando Belaunde Terry. 
El 28 de mayo quiso el destino que, por segunda vez en 17 años, a FBT le 
correspondiera la restauración del régimen municipal y el honor de convocar los 
comicios para que los pueblos designaran nuevamente a sus autoridades edilicias. 
El gobierno de Belaunde promulgó la Ley Orgánica de Municipalidades N° 23853. 
El 21 de junio se promulga la Ley Plan Nacional de Regionalización N° 23878, 
que establecía las bases generales para la creación e implementación de gobiernos 
regionales que permitieran promover el desarrollo equilibrado al interior del país y 
la descentralización económica, política y administrativa. 
El 27 de setiembre, el presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, recibe 
en la Casa Blanca al presidente Belaunde y le brinda su apoyo a la democracia 
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peruana. La entrevista giró en torno al tema económico y, sobre todo, a la deuda 
externa del Perú. El mandatario norteamericano reconoció los esfuerzos de 
Belaunde para orientar a su país hacia una economía de mercado, y señaló que 
EE. UU. estudiaría un aumento del programa de ayuda de alimentos y productos 
agrícolas destinados al Perú. 
Ese mismo año, Belaunde plantea en la ONU la instauración de programas de 
ayuda a los países en desarrollo. «No habrá paz mundial mientras subsistan las 
actuales diferencias», expresó en aquella oportunidad. El agobiante impacto de la 
amortización y servicio de la deuda externa había contraído no solo el desarrollo 
de programas de inversión, sino también la extensión de los servicios relacionados 
con la política social, como la educación y la salud. La actitud dialogante para 
intentar convencer a las autoridades del Banco Mundial, del Fondo Monetario 
Internacional y del Banco Interamericano de Desarrollo, para que flexibilizaran sus 
políticas, fue debatida y no tomada en cuenta por esos organismos. En este mismo 
viaje, Belaunde visita la Universidad de Texas, su antiguo claustro universitario, 
donde recibe una distinción. 
El 12 de diciembre se promulga la Ley del Profesorado N° 24029, que consagró 
como carrera pública el ejercicio de la docencia y estableció las normas básicas 
para la dignificación y seguridad del maestro. Al asumir la Presidencia, el arquitecto 
Belaunde había manifestado su esperanza de que su gobierno fuera recordado 
como el “Quinquenio de la Educación”, y lo logró. El nivel educativo promedio de la 
población de 5 y más años de edad se elevó de 5,0 grados de estudios en 1981 a 
cerca de 6 grados en 1985. Se edificaron alrededor de 6500 nuevos centros 
educativos y cerca de 23 000 aulas. Un millón de alumnos más fueron incorporados 
a la población escolar, elevándolaa 6.5 millones de estudiantes. (Fernández & 
Tamaro, 2004) 
1.1.2 La historia del Perú Republicano 
Los procesos de inmigración desde China y Japón desde los inicios de la República y 
hasta los principios del siglo XX están entre los más conocidos. En la década de los 
80, el conflicto armado interno produjo un desplazamiento interno forzado en todo el 
país. Este conflicto, así como la grave crisis socioeconómica que atravesó el Perú lo 
convirtió en un país de emigrantes. A lo largo de los años, los destinos de la migración 
internacional peruana han ido variando y diversificándose para conformar una 
diáspora diseminada en todos los continentes. Si bien la emigración ha conocido un 
descenso desde el 2010, sigue siendo una realidad de dimensión importante. 
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Antes del año 2000, el Perú no era atractivo para la migración extranjera. Se calcula 
que hasta antes del año 2003 la cifra de personas extranjeras en el país no superaba 
los 20 mil. A partir de la segunda mitad del año 2000, vivimos también una 
reconfiguración de los corredores migratorios que convirtieron el país en uno de 
tránsito para distintas nacionalidades entre las cuales destacan la cubana y la haitiana. 
En 2007 eran 40 446 las personas extranjeras que residen en el país, y ya en 2012 la 
cifra ascendía a 89 320. Entre los años 2007 y 2017, en el Perú había un total de 152 
631 extranjeros residentes. Asimismo, Perú se convirtió también en un lugar de 
acogida para personas con necesidad de protección internacional. Si bien en 2010 
solamente 274 personas habían pedido ser reconocidos como refugiados en 2015 
había 432 personas. Las nacionalidades prevalecientes entre los solicitantes son la 
cubana y colombiana. 
A la par de estos cambios en los flujos, se vivió una etapa prolífica y compleja de idas 
y venidas en materia normativa desde el principio del 2000 con la adopción de normas 
relacionadas con el retorno, la adopción de la Ley del Refugio y recientemente la 
adopción de la Ley de migración. Asimismo, estas normas fueron acompañadas por 
políticas públicas tales como los Planes Nacionales de Derechos Humanos y la 
Política Nacional Migratoria 2017 – 2025. 
Los últimos tres años han sido; para el Perú, muy desafiantes. La migración 
venezolana, sin duda, convirtió al Perú en un país de recepción masiva. Un hecho sin 
precedentes. Recibir personas con necesidad de protección internacional, o bien 
porque sufren un cierto tipo de persecución o, porque huyen de violaciones a sus 
derechos y de una situación política inestable, no es fácil ni anodino. Tampoco lo es 
huir de su país. No obstante, habiendo repasado la historia, aunque muy 
someramente, es posible pensar que el Perú sabe muy bien de los procesos 
migratorios complejos. 
Pasando de la bienvenida inicial a esta población a un giro (in)esperado hacia un 
mayor control afirmado, la agenda migratoria ha tomado un lugar central en los últimos 
años. La voluntad de cerrar las puertas a una migración ya no deseada, lejos de ser 
original, hace eco a las políticas cercanas del Norte Global. Haber optado por la 
imposición de una visa en un espacio sudamericano que defiende la libertad de 
tránsito, marca un giro preocupante. Este retroceso ha ido acompañado por una 
xenofobia galopante. Ello evidencia “las fracturas de la sociedad peruana y los 
procesos truncos de relacionamiento entre las personas -aun siendo de la misma 
nacionalidad- así como las limitaciones por parte del Estado peruano para incluir a 
todos y todas bajo una misma noción de comunidad”. 
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Si bien la crisis sanitaria ha marcado la agenda de los últimos meses y nos lleva a un 
contexto sumamente incierto, toca acercarse a la migración recordando el pasado en 
el que Perú se ha visto fortalecido y renacido por ella para construir un país que 
reconoce y valora a todos/as sus migrantes. A un año del Bicentenario, pensar y 
repensar la migración en el Perú es indispensable. (Blouin, 2020) 
1.1.3 Fases Migratorias 
De acuerdo con (Ríos & Rueda, 2005), existen 6 fases migratorias, que son las 
siguientes: 
Primera fase (1920-1950). En esta primera fase el Perú se desenvuelve 
básicamente como un país receptor de inmigrantes, principalmente provenientes de 
Europa. En el caso de los migrantes desde el Perú hacia el resto de países, se tienen 
registros de migraciones muy limitadas y principalmente orientadas hacia las grandes 
metrópolis de Europa. En este caso, la gran mayoría de emigrantes peruanos pertenecía 
a la oligarquía comercial, terrateniente e industrial. Para estos grupos sociales, migrar y 
poder insertarse en las sociedades europeas era señal de prestigio y de poder. 
Segunda fase (1950-1970). En esta etapa empieza la emigración de ciudadanos 
peruanos de clase media, medianos empresarios y estudiantes. Estos se dirigen 
principalmente a los Estados Unidos, puesto que en este país se daba un crecimiento 
importante en el ámbito económico y poblacional. A pesar de que las emigraciones hacia 
los países de Europa Occidental seguían estando compuestas en su mayoría por la clase 
alta limeña, en la década de los 60, se observa un flujo importante de emigrantes peruanos 
hacia Francia con la finalidad de seguir estudios universitarios. En esta década se 
experimenta lo que Altamirano nombra “la transición en la migración transnacional”; es 
decir, el Perú deja de ser un país de inmigrantes y se convierte en uno de emigrantes. Esta 
tendencia es la que se ha mantenido hasta la actualidad. 
Tercera fase (1970-1980). Durante esta década, la emigración de estudiantes y 
trabajadores de clase media se empieza a volver masiva, y los grandes flujos de 
emigrantes se dirigen principalmente hacia Venezuela y los Estados Unidos y por primera 
vez hacia Canadá. Se observa, además de la inmigración a los destinos de Europa 
Occidental tradicionales, un incremento de las emigraciones hacia los países socialistas, 
migración que poseía un carácter principalmente educativo y cultural. 
Cuarta fase (1980-1990). Para este periodo, casi todas las clases sociales se 
encontraban representadas en los flujos migratorios. Por primera vez los países 
escandinavos recibieron a peruanos, sobre todo trabajadores manuales y refugiados 
políticos. Asimismo, en la segunda mitad de la década de los 80, Japón empieza a recibir 
en sus costas a miles de trabajadores peruanos japoneses. Resulta relevante resaltar que 
11 
 
 
un fenómeno importante presentado en este periodo es la integración de las mujeres al 
proceso migratorio, la cual se venía gestando desde la década de los 50, muchas de ellas 
procedentes de pueblos de la sierra peruana. 
Quinta fase (1990-2000). En esta fase, la emigración termina por convertirse en 
un fenómeno masivo que abarca prácticamente a todas las clases sociales del Perú. El 
principal suceso que caracteriza a este periodo es el incremento exponencial en el número 
de emigrantes que, como se verá posteriormente, se da principalmente con la llegada del 
siglo XXI. La magnitud de este fenómeno ha logrado ser recogida gracias a las estadísticas 
elaboradas por la Dirección General de Migraciones y Naturalización del Ministerio del 
Interior (DIGEMIN), la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y el Instituto 
Nacional de Estadística (INEI). Estas instituciones vienen elaborando desde el año 1990 
una base de datos que permite identificar quiénes han salido del país por cualquiera de 
los terminales que existen en todo el territorio nacional. 
Sexta fase (2000-actualidad). Luego del fin del régimen del expresidente Alberto 
Fujimori y con el gobierno de Alejandro Toledo llegando a su fin se inicia o mejor dicho 
continúa una etapa de reducción de emigrantes peruanos que en años previos salían en 
busca de un mejor futuro debido a las crisis que atravesaba el país. Estos cambios en la 
coyuntura y desarrollo nacional se vieron traducidos en menor tasa de desempleoque 
desde el 2005 ha caído año tras año y que de estar en 8.8 % en diciembre del 2004 
disminuyó a 7.6 % y 7.5 % en diciembre del 2005 y 2006 respectivamente. A diciembre del 
2014 la tasa de desempleo fue de 5.6 %. Esto a su vez se tradujo en una reducción 
sostenida de la pobreza que pasó de 58.5 % en el año 2004, a ubicarse en 27 % en el año 
2011. La cifra de peruanos que han dejado el territorio nacional para establecerse de forma 
temporal o definitiva en otro país ha ido en aumento, desde julio del 2021, coincidiendo 
con el inicio del mandato del presidente Pedro Castillo. 
El principal motivo de la emigración de los peruanos al extranjero es por mejores 
oportunidades laborales (67 %); de estos, el 36 % lo hace en busca de una mejora 
económica, el 17 % por contrato de trabajo, y el 13 % por estar desempleado. Argentina, 
Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Estados Unidos y España son los países donde los 
peruanos decidieron buscar mejores oportunidades. También figuran como favoritos 
Canadá y México. 
1.2 Bases Teóricas 
a) Desborde popular: 
José Matos Mar, se refería a los profundos cambios que estaba viviendo el 
Perú durante la República y al reconocimiento de una "sociedad de rostro plural, 
urbano, migrante, provinciano, poli clasista, emprendedor, multilingüe y multiétnico, 
12 
 
 
que había surgido como una presencia masiva del Perú discriminado y olvidado en el 
mundo urbano". En ese contexto, el mundo urbano representaba lo citadino, los 
directos beneficiados de los servicios del Estado, centralista por naturaleza. 
 
b) Concepto de Crisis: 
El concepto de crisis es extremadamente ambiguo, ha tenido múltiples usos, 
muchas veces contradictorios. A lo largo del siglo XX ha gozado de períodos de 
enorme popularidad en contraste con otros donde su existencia futura, como 
fenómeno social de amplitud y duración significativas, era casi descartada. Así ocurrió 
hacia finales de la era keynesiana, en los lejanos años 1960 y aún muy al comienzo 
de los 1970, en esa época el mito del estado burgués regulador, domesticador de los 
ciclos económicos, hacía que un economista prestigioso en esa época como Marchal 
señalara en 1963 que "en el estado actual de los conocimientos y de las ideas, una 
crisis prolongada sería imposible" (Marchal J. M, 1963). Mientras que el premio Nobel 
de economía Paul Samuelson afirmaba poco antes de la crisis de 1973-74: "El 
National Bureau of Economics Research ha trabajado tan bien que de hecho ha 
eliminado una de sus propias tareas principales, a saber: las fluctuaciones cíclicas" 
agregando que "Gracias al empleo apropiado de políticas monetarias y fiscales, 
nuestro sistema de economía mixta puede evitar los excesos de los booms y de las 
depresiones y desarrollar un crecimiento sano y sostenido (Ernest, 1978) Pero antes 
de la primera guerra mundial en plena hegemonía del liberalismo y de la ideología del 
progreso (que muchos suponían indefinido) también era subestimada la idea de crisis, 
arrojada al museo de antigüedades anarquistas y marxistas catastrofistas. Pero el 
paraíso se derrumbó en 1914. 
Y más recientemente en los años 1990, sobre todo en el segundo lustro, en 
pleno delirio bursátil, la prosperidad de Estados Unidos solía ser presentada como el 
modelo del futuro, la matriz de un capitalismo que finalmente había logrado desatar 
una dinámica de crecimiento imparable durante un larguísimo período. Se nos 
explicaba que la revolución tecnológica hacia subir los ingresos y en consecuencia la 
demanda, incitando a más revolución tecnológica, aumentando la productividad 
laboral y generando nuevos ingresos, etc. etc. Pero el círculo virtuoso de las 
tecnologías de punta ocultaba al círculo vicioso de la especulación financiera que 
terminó por pudrir completamente a la mega fortaleza del capitalismo global. Ese 
frenesí neoliberal de los 90 fue bendecido en sus comienzos por personajes como 
Francis Fukuyama quien nos informaba que estábamos entrando no solo en una era 
sin crisis significativas sino en el mismísimo "fin de la historia". (Francis, 1990) 
13 
 
 
Como es sabido el origen del concepto de crisis es muy remoto, si nos 
restringimos a la historia de Occidente suele ser situado en la Grecia Antigua, lo 
empleó Tucídides en "La guerra del Peloponeso" para señalar el momento de decisión 
en la batalla pero también la evolución de la peste en Atenas atravesando ciertos 
puntos de inflexión, y por supuesto Hipócrates, anclando el tema en la medicina donde 
estuvo instalado con casi exclusividad durante muchos siglos en los que apareció 
tímidamente en algunas reflexiones sobre acontecimiento sociales. 
Habrá que esperar el ingreso pleno a la modernidad (a partir del siglo XVIII y 
sobre todo del XIX) para encontrar la expresión en su extensión actual (curiosamente 
su destino es similar a los términos progreso y decadencia). Hoy su ubicuidad, su 
empleo abrumador lo ha terminado por convertir en una suerte de comodín difícil de 
encasillar. 
Más allá de las utilizaciones individuales o para fenómenos de pequeña 
dimensión humana (grupales, etc.) y cuando entramos en los grandes procesos 
sociales podemos distinguir "crisis" extremadamente breves de otras de larga 
duración (décadas, siglos), diferenciamos también las crisis de baja intensidad de 
otras que sacuden profundamente a la estructura. También podemos distinguir a las 
causadas por la propia dinámica del sistema involucrado, es decir con causas 
endógenas, de la provocadas por factores externos al mismo (causas exógenas), 
ejemplo de las segundas es la crisis catastrófica producida en América a raíz de la 
conquista europea, ejemplo de las primeras son las crisis clásicas de sobreproducción 
del capitalismo industrial que se insinúan desde comienzos del siglo XIX pero que se 
expresan plenamente desde mediados del mismo. 
Cierto reduccionismo económico las limita al momento de cambio de fase del 
ciclo cuando se pasa de la etapa de crecimiento a la de recesión dejando de lado las 
turbulencias sistémicas que se prolongan mucho más allá de esos momentos. 
Además, resulta saludable descartar la idea de crisis puramente económicas, ellas 
forman siempre parte de un conjunto social más amplio abarcando hechos políticos, 
institucionales, culturales y muchos otros más. 
Simplificando tal vez demasiado podría definir a la crisis como una turbulencia 
o perturbación importante del sistema social considerado más allá de su duración y 
extensión geográfica, que puede llegar a poner en peligro su propia existencia, sus 
mecanismos esenciales de reproducción. Aunque en otros casos le permite a este 
recomponerse, desechar componentes y comportamientos nocivos e incorporar 
innovaciones salvadoras. 
En el primer caso la crisis lleva a la decadencia y luego al colapso. En el 
segundo a la recomposición más o menos eficaz o durable sea como supervivencia 
14 
 
 
difícil o bien como "crisis de crecimiento", propia de organismos sociales jóvenes o 
con reservas de renovación disponibles. 
En cualquier caso, la crisis es un tiempo de decisión donde el sistema opta (si 
hay lugar para ello) entre reconstituirse de una u otra manera o decaer (también 
transitando alguno de los varios caminos posibles). En la base de esta opción está el 
fondo cultural que predispone hacia un comportamiento u otro, la cultura no como 
stock, como patrimonio inamovible, sino como evolución, como dinámica de seres 
vivientes que incluye espacios de creatividad reformista o revolucionaria y espacios 
de rigidez, de conservadurismo letal. En ese sentido "la crisis propone, pero la cultura 
dispone" (Emmanuel, 1976) las sociedades desarrollándose y agravando sus 
contradicciones llegan a las crisis y de sus propias entrañas emergen (desde una 
suerte de maraña, de laberinto de memorias, de reservas históricas) señales, 
empujones, zancadillas, sabidurías que alientan caminos futuros. 
Obviamentenunca podemos hablar históricamente de sistemas cerrados, es 
muy raro encontrarlos en el pasado e impensable en el presente mundializado, pero 
aún hoy es superficial limitarnos a las "corrientes globales de cambio" (imperialistas, 
periféricas, regionales, etc.) e ignorar las especificidades producto de largos y 
complejos procesos locales-globales, de supervivencias y entrelazamientos de ciclos 
históricos más o menos antiguos, etc. 
Como la crisis es un detonador, una caja de pandora, desde donde irrumpen 
pasados supuestamente enterrados para siempre, iniciativas inconcebibles poco 
antes de la turbulencia, interacciones de diversa amplitud geográfica; constituye 
siempre una avalancha de "sorpresas" muchas de ellas previsibles a condición de no 
estar sumergidos en la rutina conservadora aferrada a la creencia ilusoria de que lo 
que fue y es seguramente será. 
 
c) Tipos de crisis: 
Crisis política: Hace un mes la mayor crisis política que enfrentaba Perú estaba 
relacionada con el estancamiento legislativo y el impedimento de proceder con 
cualquier intento de reforma con un Congreso controlado por la oposición. Ahora, el 
presidente Pedro Pablo Kuczynski, quien inició su mandato a mediados de 2016, ve 
cada vez menos probable terminar el 2018 como presidente. 
Es un escenario que pocos previeron y que evolucionó a la velocidad de la luz. 
El 15 de diciembre, miembros del partido de oposición Frente Amplio presentaron una 
moción de acusación contra Kuczynski bajo la idea de que él es "moralmente incapaz" 
de dirigir el país. Esta moción, que fue aprobada el mismo día, se basa en las 
revelaciones que hizo la empresa brasileña de infraestructura Odebrecht el 13 de 
15 
 
 
diciembre, cuando confesó haber realizado siete pagos entre 2004 y 2007 por un valor 
de más de USD782.000 a la empresa de Kuczynski Westfield Capital Norte por servicios 
de consultoría para el proyecto de la carretera Interoceánica Norte. 
Aunque Kuczynski ha negado su participación en las transacciones financieras, 
las acusaciones son suficientes para que la oposición se mantenga alentada a proceder 
con la moción. Kuczynski cambió reiteradamente su versión de los hechos, primero 
afirmando que no tenía ninguna relación con Odebrecht y posteriormente cambiando 
reiteradamente de posición ante las revelaciones. 
El Congreso sellará su destino inminentemente. El 21 de diciembre, los 130 
congresistas debatirán si se destituye o no a Kuczynski, y 87 votos serán suficientes 
para considerarlo indigno de su título. Con 85 votos prácticamente garantizados a favor 
de la moción (70 del partido Fuerza Popular, 10 de Frente Amplio y 5 de la Alianza 
Popular Revolucionaria Americana), le será más fácil para el bando pro-acusación 
obtener los dos votos de lo que será para Kuczynski obtener los 43 votos que necesita 
para mantenerse a salvo. Aunque varios congresistas van a actuar cautelosamente 
antes de decidir su voto, escuchando lo que Kuczynski tiene por decir, la realidad es 
que esto hará poca diferencia, dado que la opinión pública parece estar contra el 
presidente. Según la reconocida encuestadora Ipsos, el 57% de los encuestados 
declaró que el actual mandatario debería retirarse. 
Independientemente de lo que suceda, los altos niveles de inestabilidad política 
persistirán. Tanto los partidarios, como los opositores de Kuczynski están sorprendidos, 
y otros tantos indignados. Por un lado, sus partidarios presentarán el proceso de juicio 
político como un golpe de Estado por parte de un Congreso que ha ignorado el debido 
proceso y no ha permitido una investigación imparcial de los presuntos delitos del 
mandatario, haciendo ver la medida como un intento desesperado por socavar al partido 
gobernante y desviar la atención de las investigaciones sobre sus propios actos 
corruptos. Esto reducirá aún más la confianza en el Congreso como institución (el 61% 
de los peruanos cree que el Congreso debería ser disuelto de acuerdo con la encuesta 
de Ipsos). Tal vez lo más preocupante sea el hecho de que los legisladores de la 
oposición parezcan despreocupados por los efectos de sus acciones en la opinión 
pública, o en el impacto económico, político y social a largo plazo del voto. 
Por otro lado, en caso de que Kuczynski sea acusado el 21 de diciembre, el 
primer vicepresidente Martín Vizcarra deberá asumir el papel de presidente. Los críticos 
de Kuczynski criticarán las capacidades de Vizcarra para dirigir un gobierno que está 
asociado con corrupción, especialmente dado que el propio Vizcarra carece de la 
legitimidad que se derivaría de un voto popular. (WIKIPEDIA, 2022). 
16 
 
 
 Crisis económica: Según Anastacio(2021), La primera crisis surgió 
producto de las secuelas de nuestra independencia en 1821. Según las cifras del 
economista Bruno Seminario nuestro Maddison peruano, el PBI descendió en 25,4% 
entre 1820 y 1822. Recién en 1835, década y media después, el PBI alcanzó el nivel 
de 1820. 
La segunda crisis fue causada por la Guerra del Pacífico. Entre 1878 y 1883, el 
PBI peruano cayó en 51%, y recién en 1902, 24 años después, el PBI alcanzó el nivel 
que tenía en 1878. 
La tercera crisis sucedió como consecuencia de un choque externo, la Gran 
Depresión (caída de 21%) que sufrió la economía mundial entre 1929 y 1932. Como 
consecuencia, en ese período, el PBI peruano descendió en 19%. En el peor año de la 
Gran Depresión, 1930, el PBI del Perú cayó en 10%. La cuarta crisis se produjo en el 
período 1988-1990, durante el primer gobierno del presidente Alan García. En ese 
trienio, el PBI descendió en 25%, y la caída de 1989, de 12%, fue la más alta desde la 
Guerra con Chile. Esta crisis económica tuvo un origen local: la mala gestión 
macroeconómica. Recuperarnos de ella nos tomó casi una década. La última gran crisis 
fue causada por un choque sanitario inesperado. El golpe del COVID-19 sobre nuestro 
PBI en el 2020 superó la barrera del 10%. Aparentemente, la crisis económica actual 
sería de corta duración: en el 2022 recuperaríamos el nivel del PBI del 2019. Las crisis 
que más golpearon al fisco peruano fueron la Guerra de la Independencia de 1821 y la 
Guerra con Chile, seguidas por la Gran Depresión mundial y por la que se originó 
durante el primer gobierno de Alan García. Todas produjeron una caída monumental de 
los ingresos fiscales del Estado Peruano, entre 60% y 95%. El rápido aumento del gasto 
público producto de la creciente presión del pago de los intereses de la deuda generó 
a la larga elevados déficits fiscales que terminaron casi por duplicar la deuda pública. 
La variable sobre la que recae el peso de las crisis económicas es la 
recaudación, y la crisis sanitaria originada por el COVID-19 no ha sido la excepción: los 
ingresos fiscales cayeron de 19,9% a 17,9% del PBI entre el 2019 y el 2020. El colapso 
temporal de nuestros ingresos, sumado a una fuerte política de gasto para enfrentar la 
pandemia, ha desencadenado un déficit fiscal de casi dos dígitos y una deuda pública 
como porcentaje del PBI que no volverá a registrar un bajo nivel hasta por lo menos el 
2040. 
Mientras las cinco grandes crisis económicas nos muestran que la recuperación 
de nuestros ingresos fiscales depende básicamente de la recuperación de nuestro PBI, 
la Gran Depresión de 1929 y la crisis sanitaria del COVID-19, dos de las crisis 
económicas menos severas de las cinco que hemos descrito, nos enseñan que la 
recuperación de la deuda pública es más compleja. Esto, no solo porque su 
17 
 
 
recuperación tardó entre 16 y 21 años indistintamente de la duración de la recuperación 
del PBI, sino porque fundamentalmente depende de otros factores de política fiscal y 
de la política específica de endeudamiento público. He allí la importancia de un manejo 
responsable de nuestras finanzas públicas, sobre todo en un contexto donde 
nuestra economía ha sufrido una rebaja en su calificación crediticiasoberana. 
Crisis social: Carranza(2015), La crisis que Alan García había intentado 
remontar, con una orientación contraria a las exigencias liberales del mercado 
internacional, se volvió contra su propio gobierno con una intensidad tal que, a inicios 
de 1990, los peruanos tenían la impresión de estar viviendo en un estado en ruinas. El 
«futuro diferente» ofrecido se había transformado en un presente dolorosamente 
insoportable: desgarrada por una guerra interna, que registraba ya 22 000 muertos, 
miles de mutilados y pueblos andinos desolados aún más por la migración compulsiva 
de 700 000 desplazados a las ciudades de la Costa, la sociedad peruana sufría una de 
las crisis más profundas de su historia republicana. A la hiperinflación (promedio anual 
de 130%), a la recesión productiva, al desempleo, al hambre, a la corrupción, a la 
impotencia del gobierno para articular una salida, se asociaba la imagen del terror 
político (impulsada tanto por las fuerzas subversivas como por el estado), impredecible 
en sus alcances. 
De este escenario 240 000 peruanos, en un verdadero éxodo, lograron emigrar 
al extranjero hacia un futuro incierto, mientras que otros, entre los que destacan 50 000 
niños huérfanos, iniciaban el peregrinaje, por las calles de Lima y otras ciudades, hacia 
la miseria, la mendicidad y las drogas. 
La administración aprista revela, de ese modo, los límites de su proyecto 
populista y las enormes carencias de su gobierno asistencialista (de los de arriba para 
los de abajo). Es este fracaso el que hizo descubrir a su militancia que los centros 
verdaderos del poder estaban fuera de su gobierno y fuera de su país. 
El caos vivido evidenciaba algo más que una crisis económica (proceso 
endógeno y cíclico por el cual la ruptura de la acumulación cobra sólo la forma de 
destrucción de capital), es decir estábamos más allá de la forma de manifestación 
económica del proceso social real, por el cual se arruinan los capitalistas y se arrebata 
a las masas obreras, vía la desocupación, sus medios de subsistencia. 
A la pérdida de riqueza (crisis económica), se añadía la pérdida de legitimidad 
(crisis política), y se exacerbaba la carencia de motivación social (crisis cultural). La 
situación involucraba a los tres sistemas que se desarrollan en el modo capitalista de 
producción: el económico, el político y el sociocultural, y por lo tanto se había 
transformado en una crisis social. 
18 
 
 
Frente a este hecho, la intervención del estado peruano se tradujo solamente 
en acciones de regulación y de represión en los ámbitos económico, político y cultural, 
para permitir con ello la reproducción del capital y, sin quererlo, reproducir también las 
condiciones del surgimiento de nuevas crisis. De este modo, al no resolverse 
radicalmente las fuentes de la crisis social, se instalará en el país una 
complementariedad dinámica: la tendencia a la crisis económica se retroalimentará 
también de la crisis política y de la crisis cultural. 
Asistimos así, en el Perú de los 90’ a una crisis social en la cual actúan las 
siguientes tendencias: 1) El sistema económico muestra su irracionalidad al no producir 
las proporciones adecuadas de valores consumibles; 2) el sistema político no aporta 
decisiones legítimas, ni procura justificaciones generalizadas en el grado requerido y 3) 
el sistema sociocultural no genera, en el grado requerido, «sentido» motivante a la 
acción. 
Mas, si lo que caracteriza a una crisis social son las disfunciones en los tres 
sistemas, no cabe deducir que estas disfunciones deberán actuar simultáneamente. Por 
el contrario, podrán presentarse varias combinaciones posibles relacionadas a las 
diferencias en el período de maduración de los conflictos, hecho que otorga relativa 
autonomía a cada uno de los sistemas antes de manifestarse en crisis social. En esa 
perspectiva, en el Perú hemos asistido a las siguientes etapas: 
a) 1990-1992: crisis que involucra simultáneamente a los sistemas económico, político 
y sociocultural; 
b) 1992-1996: crisis en el sistema sociocultural, no obstante, la relativa estabilidad 
económica y política, y 
c) 1997-1999: crisis en el sistema sociocultural, disfunciones en el sistema político en 
el marco de la oposición de masas al gobierno y percepción de los límites del 
sistema económico, sobre todo en los campos de la recesión y del desempleo 
generalizado. 
Cabe destacar que los intentos para revertir la crisis social en el Perú sólo han 
estado dirigidos a los sistemas económico y político. La ausencia de una visión 
totalizadora que reconozca que los fenómenos económicos no pueden ser 
comprendidos al margen de sus fuentes socioculturales, no ha hecho sino reproducir 
una permanente crisis de identidad y de motivación social que empuja a la mayoría de 
los peruanos a un callejón sin salida. 
El mismo Habermas reconoce que si hasta ahora las estructuras de la 
intersubjetividad no han sido suficientemente investigadas, ello no nos hace olvidar que 
19 
 
 
los sistemas de sociedad pueden mantenerse frente a la naturaleza exterior mediante 
acciones instrumentales (siguiendo reglas técnicas) y, frente a la naturaleza interior, 
mediante acciones comunicativas (siguiendo normas de validez). Esta reorganización 
se cumple en las estructuras de una intersubjetividad producida lingüísticamente. Pues 
bien, en nosotros tanto las reglas técnicas como las normas de validez están disociadas 
de los intereses concretos de las diversas colectividades étnicas y regionales. Ello, en 
última instancia, retroalimentará los procesos de crisis que se originan en problemas de 
autogobierno no resueltos. 
En el marco de un estado-nación capitalista relativamente homogéneo en lo 
étnico, los sistemas económico, político y sociocultural son generalmente analizados 
como si se hallaran integrados en una misma dimensión clasista y étnica a la vez. Se 
asume por ello que la correspondencia entre estos diversos sistemas permite la 
coherencia de las soluciones al interior de nna crisis social. Es esta «certidumbre» lo 
que ha llevado -incoherentemente- a los ideólogos del neoliberalismo a caer cautivos 
de los discursos según los cuales los pueblos son básicamente grupos sociales 
particulares, que no deben estar unidos los unos con los otros más que como 
«instrumentos de desarrollo». 
La homogeneidad clasista y étnica no se presenta en la realidad del Perú. Aquí 
la ampliación del mercado capitalista no ha podido evitar la persistencia de diversidades 
étnicas y regionales que no han sido integradas totalmente a los patrones de identidad 
criolla exigidos por el estado-nación peruano. Esto nos permite hablar de la coexistencia 
de dos dimensiones sociales: en una de ellas se encuentran los modos de producción 
y los actores de clase de la dominación económica y política (dimensión vertical), y en 
la otra se encuentran los mismos actores; pero en su condición étnica, como agentes 
de enfrentados y/o convergentes proyectos histórico-culturales (dimensión horizontal). 
El establecimiento de coordenadas étnico-clasistas en la sociedad peruana, y la 
percepción bidimensional de sus relaciones, hacen más compleja toda interpretación, 
pero enriquece la perspectiva de análisis. Nos acerca a las reflexiones de Touraine en 
el sentido de que las relaciones sociales se presentan como una combinación de 
ideología y de utopía: si la dimensión utópica está ausente, el conflicto de clase corre 
el riesgo de perder su referencia a la historicidad y de reducirse, por lo tanto, a una 
lucha economicista. Pero si la ideología está ausente, la reivindicación histórica se 
reduce a un movimiento modernizador o anti modernizador, entre dos formas de 
sociedad y de cultura enteramente opuestas, conduciendo el análisis no ya en términos 
de relaciones sociales, sino de relaciones Inter sociales, como si se tratara de una lucha 
20 
 
 
entre dos estados, planteándoseuna concepción anti sociológica, y la imagen de un 
conflicto meramente político y casi territorial. 
Confundir las condiciones étnicas y clasistas en una sola dimensión de análisis 
lleva a conclusiones erráticas, como sostener que las colectividades indígenas (andinas 
o amazónicas) son, básicamente, un estadio inferior a las clases de una economía de 
mercado. Por lo tanto, la integración de estas colectividades al modo capitalista de 
producción implica «inevitablemente» su conversión en bloque en una de las clases 
modernas: en adelante se disolverán como indios y serán sólo campesinos, proletarios 
o burgueses. En esa línea reduccionista de análisis, la dinámica «de indio a campesino» 
es presentada como el derrotero ineludible por el que deberán transitar los nativos de 
este país hacia la «modernidad». 
Las limitaciones de esta matriz especulativa radican, por un lado, en ver a una 
colectividad étnica como una naturaleza socioeconómica vacía, predispuesta a 
encuadrar en el molde clasista que exige su ubicación integrada en el estado-nación; 
por otro lado, en querer ver el modo capitalista de producción que se desarrolla en el 
Perú como un escenario en el cual la escala social se reduce tan sólo a las clases 
sociales. En ambos casos se despoja a la sociedad de las particularidades culturales, 
lingüísticas e históricas que definen a las diversas colectividades étnicas y regionales 
y, por lo tanto, a las mismas clases sociales. Por este camino no sólo se le niega a lo 
étnico un rol en la economía sino también en la ética, en el arte, en la política, y en 
cualquier otro campo de la vida moderna. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
21 
 
 
2 Capítulo I: Desborde Popular y Crisis del Estado 
2.1 Biografía del Autor 
José Matos Mar, nació en Ayacucho, en la ciudad de Cora-Cora, provincia de 
Parinacochas, el 1 de noviembre de1921. Inició su formación en Tarma, en 1926. Pronto se 
trasladó a Lima, donde cursó primaria y secundaria de 1930 a 1938. Sus estudios superiores 
los realizó en la UNMSM, de la cual obtuvo el título de bachiller en Humanidades en 1949. En 
1958 obtuvo el título de doctor en Antropología por la misma universidad con su tesis «La 
Estructura Económica de una Comunidad Andina. Taquile, una isla del lago Titicaca». 
Complementó su formación con estudios de posgrado en la Escuela Práctica de Altos 
Estudios de la Universidad de París. 
Su paso por las aulas fue también como docente. Entre 1947 y 1969 se desempeñó 
como profesor y director del Departamento de Antropología en la UNMSM, donde fue 
nombrado profesor emérito en1972. (Andina, 2017) 
2.2 Legado Andino y Patria Criolla: una nación inconclusa 
En este capítulo, MATOS analiza los antecedentes de lo que denomina “desborde 
popular” de los pobladores indígenas a la capital, describiendo el escenario político, 
económico y social del proceso de migración que afrontó el poblador rural a lo largo del siglo 
XX. Como datos estadísticos, MATOS refiere que en 1940 solo el 17% de la población vivía 
en la ciudad, sin embargo, al año 1977 ya el 65% de la población nacional era urbana; 
arrojando una conclusión que sirve de justificación para su obra: que más de la mitad de la 
población dejó la vida rural y sea sentó en la urbe, generando consecuencias sociales y 
económicas en los lugares de origen y de destino en este movimiento migratorio. A manera 
de antecedentes, MATOS hace una referencia que, durante los procesos de colonización e 
independencia, se desarrolló una relación de dominación-subordinación entre lo hispano y lo 
indígena. Además, advirtió que este sistema generó una persistente discriminación del 
europeo hacia el indígena, del criollo hacia el indígena y posteriormente del costeño hacia el 
serrano. (Matos Mar, 1984) 
2.3 El Nuevo Rostro del Perú 
En este capítulo examinamos los factores socioeconómicos, políticos y culturales que 
contribuyeron a estas situaciones y sus consecuencias en la sociedad peruana. 
Por consecuencia de lo ocurrido en la década de 1970, el Perú en 1984 se encontró 
frente a una realidad cambiada. Un agro sin haciendas ni grandes propietarios, con 
prevalencia del sector asociativo y de las comunidades campesinas. El país ha sufrido 
alteraciones sustantivas: la población nacional se ha triplicado en menos de cuatro décadas. 
22 
 
 
Así como se reestructuraron los sistemas políticos y económicos mundiales, también fueron 
los referidos a la cultura y educación por el crecimiento de la comunicación. 
El desborde popular es resultado de la ineficacia del estado y del sistema legal 
impuesto. La crisis inflacionaria en los años 80, que soportaba el Perú desde hace unos diez 
años anteriores contribuyó a que las respuestas populares se produzcan con una mayor dosis 
de radicalidad. El estallido de las aspiraciones, buscando canalizarse a través del sistema 
educativo ha terminado por desbordar la formalidad de la escuela, el colegio, la universidad 
y los institutos especializados 
Además, se explora la crisis del estado peruano, que implica la incapacidad de las 
instituciones estatales para abordar los problemas estructurales y satisfacer las demandas 
de la población. Se analiza la corrupción, la falta de transparencia y la debilidad de las 
instituciones públicas como factores clave que han contribuido a la crisis. 
El Perú ha experimentado un notable crecimiento económico en las últimas décadas, 
convirtiéndose en una de las economías más dinámicas de América Latina. Impulsado por 
sectores como la minería, la agricultura, el turismo y los servicios, este crecimiento ha 
contribuido a la reducción de la pobreza y la mejora de los indicadores socioeconómicos. Uno 
de los aspectos más destacados del nuevo rostro del Perú es la reducción de la pobreza. 
Gracias al crecimiento económico sostenido, se han implementado programas sociales y 
políticas de inclusión que han mejorado las condiciones de vida de millones de peruanos. 
Estas medidas han reducido la desigualdad y han permitido un mejor acceso a servicios 
básicos como la educación y la salud. 
La inclusión social también ha sido una prioridad en el nuevo rostro del Perú. Se han 
implementado políticas para proteger y promover los derechos de los pueblos indígenas, 
fomentar la igualdad de género y combatir la discriminación. El reconocimiento y la valoración 
de la diversidad cultural han sido aspectos clave en el desarrollo del país. El Perú ha realizado 
importantes inversiones en infraestructura, como carreteras, puertos y aeropuertos, 
mejorando la conectividad interna y externa. Esto ha facilitado el comercio y el turismo, así 
como el acceso a servicios básicos en regiones previamente aisladas. Además, se han 
impulsado avances en tecnología e innovación, promoviendo la creación de nuevas empresas 
y el desarrollo de una comunidad de startups (una empresa de nueva creación que, gracias 
a su modelo de negocio escalable y al uso de las nuevas tecnologías, tiene grandes 
posibilidades de crecimiento). 
La sostenibilidad también ha sido una preocupación en el nuevo rostro del Perú. Se 
han tomado medidas para proteger y conservar la riqueza natural del país, promoviendo 
prácticas de desarrollo sostenible en sectores como la agricultura y la energía renovable. 
 El Perú ha mostrado un creciente compromiso con la preservación del medio 
ambiente y la mitigación del cambio climático. Estos cambios han tenido un impacto 
23 
 
 
significativo en la sociedad peruana, generando un renovado sentido de optimismo y 
confianza en el futuro. Sin embargo, aún existen desafíos por superar, como la lucha contra 
la corrupción, la mejora de la calidad educativa y la reducción de la brecha entre áreas 
urbanas y rurales. 
En conclusión, el nuevo rostro del Perú se caracteriza por el crecimiento económico, 
la reducción de la pobreza, la inclusión social, el desarrollo de infraestructura, los avances en 
tecnología e innovación,y el compromiso con la sostenibilidad. Estos cambios han 
transformado la realidad peruana y han sentado las bases para un futuro prometedor y 
equitativo. 
2.4 El Nuevo Rostro Urbano: La Forja de una Identidad 
Estimamos que en 1954 Lima Metropolitana avanza hacia los 6'000,000. Población 
distribuida en 47 distritos y dos provincias: Lima y Callao. Su población, según su extracción 
social y económica, está polarizada. Por un lado, cerca del 80% vive en asentamientos 
urbanos populares. Y, por otro lado, más del 20% se concentra en barrios residenciales de 
los sectores medios y opulentos. 
En los últimos 28 años, período que va de 1956 a 1984 su crecimiento ha sido 
sorprendente. Así en 1956, en que realizamos el primer censo general, con los alumnos de 
la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, se registró un total de 56 que concentraban 
119,886 habitantes, 9.5% del total de la población de Lima Metropolitana. A fines de 1983, 
reveló que el número de pueblos jóvenes había llegado a 598, con 2'184,000 habitantes que 
constituían el 36.4% de la población total de Lima Metropolitana. 
En los últimos 44 años, que van entre 1940 y 1984, la capital del Perú aumentó su 
población en casi diez veces, en 1972 llegó con 3'302,523, para luego alcanzar, en 1981 
(Censo), un volumen siete veces mayor, 4'492,260 y avanzar en 1984 hacia los seis millones, 
igualando casi la población que tuvo el Perú todo en 1940. 
Este tremendo salto demográfico A julio de 1984 se puede afirmar que cerca del 50% 
de la población urbana nacional, así como más del 30% de la población total del Perú, vive 
en la gran Lima De la población inmigrante que afluyó de los 24 departamentos del país, 
correspondía la más alta proporción a Ancash (10.6%), Ayacucho (8.38%), Junín (8.11%) y 
la más baja a Madre de Dios con 0.13%. Cabe destacar que más del 10% de estos 
inmigrantes provenían de las otras provincias del departamento de Lima, especialmente de 
distritos serranos. 
La invasión de nuevas áreas como el lecho y márgenes del río Rímac, las faldas de 
los cerros y los arenales y la captura del casco tradicional de la ciudad, han reducido a los 
sectores medios y opulentos a una situación de insularidad en sus barrios residenciales. El 
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enorme desplazamiento de las masas provincianas a la capital ha venido convirtiendo a la 
ciudad en el crisol y muestra de todos los procesos en marcha en el Perú. 
Las migraciones masivas tropezaron, desde sus comienzos, con la rigidez impuesta 
por un régimen urbano concebido como reducto de la vida criolla y nunca pensado como 
hábitat para poblaciones provincianas. El encuentro de la poderosa corriente migratoria con 
esta barrera produjo ya en la década de 1950 las primeras rupturas de la legalidad tradicional. 
Enfrentadas a un problema de vivienda, sin solución dentro de los términos impuestos por el 
desarrollo normal de la estructura urbana de la propiedad, iniciaron la ocupación de facto de 
terrenos y predios, públicos y privados, imponiendo, por vía de la protesta popular y la 
violencia, el reconocimiento de su derecho a un lugar para vivir. 
El migrante tuvo que adaptarse al contexto Tenía dos opciones: someterse al sistema 
legal imperante aceptando la falta de techo o violentar los límites del sistema establecido. 
frente a la estructura social urbana ligados a un sistema de poder determinó que decidiera 
por la segunda opción, es decir la invasión de áreas marginales posibles de ser urbanizadas 
A partir de esta decisión, se convirtieron en invasores de terrenos, llegando con frecuencia a 
apropiarlos por la fuerza. el mejor aliado de los invasores fue el tiempo, puesto que lograron 
en base a su tenacidad que las fuerzas del orden se cansaran, y aunque la posesión del suelo 
no estuviera asegurada legalmente, emprendieron la construcción de sus viviendas, las 
mismas que irían paulatinamente complicándose desde la estera hasta el ladrillo. Alcanzaron 
finalmente el reconocimiento legal de sus conquistas y con ello los ansiados títulos de 
propiedad. Al final la barriada se hizo un barrio como todos. 
La crisis económica de finales de la década de 1970 y comienzos de la actual, disipó 
la ilusión desarrollista y mientras el aparato del Estado se veía rebasado en su capacidad de 
control, planificación y ordenamiento por la penuria de los fondos públicos y la empresa 
privada limitaba cada vez más su absorción de mano de obra, la nueva masa urbana quedó 
abandonada a media integración ante una insuperable barrera económica, social y cultural. 
La mayoritaria masa urbana de migrantes se hace cargo, al promediar la década de 
1980, de su propia dinámica económica, social y cultural. Las barriadas y los barrios 
populosos convertidos en crisoles que fusionan las distintas tradiciones regionales, se 
convierten en focos poderosos de un nuevo mestizaje de predominante colorido andino, 
generando estilos de cultura, opciones económicas, sistemas de organización y creando las 
bases de una nueva institucionalidad y para 1984 la inmensa corriente migratoria de las 
décadas pasadas ha reducido su volumen y el fenómeno de desplazamiento demográfico 
comienza a perder importancia como tal. 
La vida social de la ciudad acepta hoy y difunde, como parte de sus estrategias de 
supervivencia, la organización colectiva en base a vínculos familiares extendidos y la pone 
en uso sobre todo en la actividad artesanal y ambulatoria o para el reclutamiento laboral y la 
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busca de trabajo. El migrante, en Lima, participa intensamente y despliega gran actividad en 
torno a estas asociaciones. Semana a semana, sus locales son centros de atracción familiar. 
Se festejan bautizos y bodas, cumpleaños y aniversarios. Los jóvenes juegan al fútbol o 
encuentran, en la intimidad de ese segundo ambiente natural, una paisana casadera que les 
permite formar un hogar sin romper ni debilitar los vínculos de parentesco e identidad con el 
pueblo de origen. Los mayores conciertan negocios, consiguen trabajo y obtienen favores de 
los paisanos en mejor condición económica. El baile y la música forman parte integral del 
sistema cultural transferido y constituyen un núcleo importante de la nueva cultura adaptiva 
con que el migrante transforma la vida de Lima. 
El número y diversidad de programaciones folklóricas en las radioemisoras de Lima, 
no ha dejado de incrementarse desde comienzos de la década de 1950, que vio aparecer los 
primeros. Nuevas estaciones de radio eligen establecer sus locales, ahora, en los mismos 
pueblos jóvenes. Algunas trasmiten en lengua quechua en forma continua. 
Por la otra, surgen géneros nuevos que hibridan culturas. De ellos, la chicha, cumbia 
peruana o guaracha andina, es el más importante y ha llegado a ser el segundo ritmo musical 
popular, después de la salsa, desde su nacimiento en 1968. Es una fusión musical de la 
cumbia colombiana, la guaracha cubana y el huaino serrano, tropicalizando la música andina 
y ejecutándola con instrumental electrónico (guitarra, batería y órgano). 
Esta presencia andina en el medio urbano constituye parte del nuevo rostro no sólo 
de la metrópoli limeña sino también del país en conjunto. La inorganicidad en que se expande, 
la espontaneidad, creatividad, y acomodo de lo serrano, se imponen como los signos 
dominantes de un intento masivo de los sectores populares por conquistar un espacio social. 
La crisis del Estado precipitada desde los comienzos del segundo gobierno populista, 
provocó una retracción acelerada de la presencia de las instituciones de gobierno en las 
barriadas y barrios populares. La gradual suspensión de obras públicas, el deterioro de 
servicios, el derrumbe del proyecto de sistema asistencial, la desocupación, la debilidad y 
corrupción de las fuerzas policiales, la ineficacia del sistema judicial, los altos costos de la 
educación; generaron un vacío, que las multitudes movilizadas, orientadas por losvalores de 
la cultura provinciana trasplantada, han tratado de llenar por su propia cuenta. 
Los canales abiertos por la primera crisis metropolitana, la invasión y captura de 
nuevos espacios, ban comenzado a abrir el paso a una nueva marea económica y social. Sin 
graves conflictos con el sistema de administración de obras y servicios, las poblaciones se 
organizan espontáneamente para la solución de sus problemas de agua, alumbrado, 
asfaltado o locales públicos. 
La informalización de la economía y de las instituciones comienza a incorporar un 
número creciente de representantes de la industria y el comercio formales, amenazados por 
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la quiebra, mientras que la complementación de ingresos de origen formal, por medio de 
actividades informales paralelas, alegales o ilegales, se generaliza en los sectores medios. 
La formación de las barriadas, no parece limitarse solamente a incorporar a la nueva 
población. Sectores medios y altos de la sociedad, la banca y la industria, afectados por la 
crisis económica, han venido descubriendo, en unos cuantos años, las ventajas de los nuevos 
modelos contestatarios introducidos y desarrollados originalmente por los sectores pobres. 
Hoy ya no se puede hablar solamente de una informalidad de la miseria. La informalización 
de la economía y de las instituciones comienza a incorporar un número creciente de 
representantes de la industria y el comercio formales. El nuevo estilo aparece en un contexto 
de crisis. Sus manifestaciones se tiñen de la agresividad que impone al esfuerzo por 
sobrevivir en un medio hosti1. La reivindicación, la fragmentación y el desorden le imprimen 
un fuerte matiz de emergencia y apremio. Aun así, podemos reconocer instituciones que 
nacen y modos en germen de la nueva representatividad popular. Negar la potencialidad y el 
valor positivo del estilo nuevo de la cultura urbana sería negar el poder creativo del hombre 
peruano. Intentar reprimirlos sería suicida 
2.5 La Crisis del Estado y el Desborde Popular 
En este capítulo se da la existencia de dos Perú es paralelos. Por un lado, el Perú 
oficial o formal que se caracterizaba por la presencia de las instituciones del estado, los 
partidos políticos, el centralismo, la burocracia, empresas, sindicatos, universidades, fuerzas 
armadas, etc. y por otro lado el informal que señala representar al Perú marginado: plural y 
multiforme; del campesinado y la masa urbana, los ambulantes y las economías de trueque, 
etc. 
Este contraste se da desde los primeros tiempos de la colonia y se prolonga hasta 
avanzado el Perú Republicano, los centros coloniales de concentración del Perú Oficial fueron 
las ciudades; cabe recalcar que el Perú Republicano heredó esta tradición centralista del Perú 
Oficial. 
Es estado criollo surgió de las guerras de la independencia y sin hacer muchos esfuerzos 
logro definir su propia identidad como Estado Nacional, sobre la base de que su relativa 
unidad cultural e institucional, eran la misma unidad de la nación. El derrumbe de la economía 
oficial del país, como consecuencia de la derrota de 1879, dio comienza al resquebrajamiento 
ideológico de la ilusión de identidad y el desarrollo de las plantaciones azucareras y 
algodoneras de la costa, convirtió a parte de ese campesinado marginal en actor protagonista 
de la economía oficial. El Perú había cambiado poco desde los tiempos de la colonia. 
Sin embargo, dos problemas comenzaban poco a poco a aflorar: la incongruencia de 
un Estado Nación que no representaba las aspiraciones de la gran mayoría de sus súbditos 
y el problema de una identidad nacional que no se expresaba en la cultura formal. Las 
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aspiraciones del artesano y el proletariado de la naciente izquierda era la captura y 
aprovechamiento de las estructuras del poder del Estado Oficial; las transformaciones 
sufridas por el Perú desde la década de 1950 han repercutido sobre el balance y equilibrio de 
las relaciones en el mundo de la oficialidad, dando paso a un nuevo estilo de revolución. 
El Perú contemporáneo ya no se presenta como un archipiélago territorial de enclaves 
urbanos de la oficialidad, lima ya no es la capital de lo criollo y lo mestizo monopolizando el 
poder y la identidad, sino ahora se ha convertido en un espacio mayoritariamente dominado 
por la presencia de migrantes, es decir los dos Perú es se relacionan en lima. 
La población de los barrios residenciales desarrolla esfuerzos poderosos por 
preservar y expandir el orden formal ya sea incorporando o integrando al resto del país. Con 
su condición de intermediario el Perú oficial sufre el debilitam9ento provocado por la doble 
crisis, nacional e internacional; la crisis económica y política que debilidad su capacidad 
expansiva. Además, lima metropolitana y el Perú, persisten en su marginalidad urbana, social 
y cultural por causa de la incapacidad del estado y los organismos públicos. La respuesta 
cultural contemporánea, ha tenido la agravante consecuencia de ahondar y abrir cada vez 
más la brecha que separa la cultura de las clases gobernantes, de la cultura de las masas. 
La insuficiencia del aparato de gobierno para asegurar y garantizar la vigencia 
universal de su legalidad se presenta en el fenómeno de la informalidad del Perú; ausente la 
autoridad y bloqueados los canales institucionales, las masas generan bolsones 
semiautónomos de poder, basados en patrones asimétricos de reciprocidad rural adaptados 
a la situación urbana. 
El estado y sus instituciones se ven obligados a aceptar la existencia de ámbitos de 
autogobierno en expansión: ambulantes, industrias que no pagana impuestos, rondas 
vecinales , etc. los esfuerzos del estado para lograr el orden legal en este ámbito invasor se 
da en un contexto de triunfalismo público, el rechazo contra el orden que caduca se hace 
invade el campo mismo de la oficialidad: las empresas más serias evaden impuestos, los 
vecinos de los barrios a falta de la presencia policial se organizan para su autodefensa contra 
la delincuencia; las coimas y las comisiones corrompen a los altos funcionarios. La acción 
creciente de las masas emergentes y la gran cristalización de sus estilos organizativos, 
económicos, sociales y políticos son indicadores de que la situación se seguirá agravando y 
la cuestión se planteará con más urgencia en los próximos años. El Perú oficial no podrá 
imponer sus condiciones, sino que sebera entrar en dialogo con las masas en desborde, para 
favorecer la integración de sus instituciones emergentes en el Perú que surge y para ello 
deberá aceptar los términos de la nueva formalidad que las masas tienen. Solo de esa manera 
podrá constituirse la futura legitimidad del estado y la autoridad de la nación. 
 
 
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3 Capítulo II: La Migración Peruana 
3.1 Factores económicos 
La razón principal de la migración peruana tiene un trasfondo económico asociado a 
la falta de empleo y los bajos niveles de ingresos en comparación con los países de destino 
de la migración, lo que lleva a tomar la decisión de buscar una mejora en la calidad de vida 
en el exterior. 
Como se mencionó en el segundo capítulo, la economía peruana viene creciendo en los 
últimos veintiún años, pero antes de la década de 1990 presentó un comportamiento poco 
favorable, con períodos sostenidos de estancamiento y recesión. Por ejemplo, entre los años 
1976-1978, por tres años consecutivos, la producción exhibió niveles de crecimientos 
deprimidos y una fuerte caída en el año 1978 de -3,8%, situación que se repite para los años 
1982 y 1983, con caídas en el producto de -0,3 y -9,3%, respectivamente. El período de mayor 
recesión que sufriera la economía peruana se observa entre los años 1988, 1989 y 1990, con 
caídas de -9,4%, -13,4% y - 5,1%, respectivamente, años donde la emigración de peruanos 
comienza a ser evidente. Cerca de veinte años de deterioro económico paulatino, es una 
razón que incubó

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