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Resumen-DPC-Lopez3

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LÓPEZ, J. - LA PSICOLOGÍA: ENTRE LA VIDA Y EL 
LABORATORIO 
Introducción
Es una situación bastante común en el universo académico de la psicología, encontrarse 
con el hecho de que al tocar temas teóricos en donde se aborden las prácticas concretas, 
se deba realizar primero un recorrido de la historia de las ideas psicológicas. Esto muestra 
la necesidad de tener referentes epistemológicos a partir de los cuales contextuar un 
quehacer concreto. Podría decirse que, además, muestra las dificultades que la misma 
psicología tiene para clarificar su territorio de acción. 
El problema de la definición del nivel o enfoque con el cual se interrogue una práctica no 
es un tema menor, cosa que se ve en la necesidad de aclarar la historia y las diferencias 
en las ideas. En un curso de posgrado, el conferencista muestra esa preocupación 
expresando: "que la psicología cognitiva no es una teoría, pero si es una meta teórica, es 
decir, nos dice qué estudiar; no solo comportamiento, sino qué son las operaciones 
mentales"(2). La cuestión que surge es: ¿hasta donde una "meta teórica" no implica "una 
teoría"?. Desde ya, no es posible responder definitivamente a esta cuestión, pero el 
objetivo del presente trabajo es desmenuzar el problema, para poder clarificar lo que se 
plantea como una hipótesis: que siempre se trabaja con preconceptos, los que de una 
manera u otra condicionan el pensamiento. Asimismo, es intención de este trabajo poner 
a dialogar diferentes niveles conceptuales, para ver si en la coyuntura, se puede definir 
una nueva y más rica forma de interrogación. En estas líneas, se trabajará 
fundamentalmente sobre el enfoque cognitivo -sostenido en la metodología experimental- 
y se lo cruzará con algunas hipótesis provenientes del campo clínico del psicoanálisis. En 
síntesis, no solo se confrontarán teorías, sino distintos enfoques: uno "experimental" y el 
otro, lo que se podría denominar una clínica a partir de "un ser vivo en situación vital y 
hablando de su sufrir". 
Los modos en que la pregunta define una Psicología
En la necesidad de sentar ciertos principios básicos, se propone pensar a la psicología 
como un territorio en el cual, el modo de preguntarse, la manera en que interroguemos a 
nuestro objeto teórico, no dejará de tener consecuencias en la definición del universo 
http://textosdepsicologia.blogspot.com/2011/12/lopez-j-la-psicologia-entre-la-vida-y.html
http://textosdepsicologia.blogspot.com/2011/12/lopez-j-la-psicologia-entre-la-vida-y.html
teórico y por ende en la manera en que se intervendrá en las operaciones que aquel 
permita. 
Existe por un lado, una psicología que jerarquiza la observación objetiva de los hechos y 
que rechaza las especulaciones o la estrategia inferencial y que solo propone como 
sinónimo de ciencia la posibilidad de mensurar, verificar y de repetir sus experiencias. La 
influencia del positivismo en la búsqueda de regularidades, del pragmatismo en sus 
requerimientos de aplicaciones útiles y del evolucionismo en su jerarquización del 
concepto de adaptación, fueron las bases en donde el comportamentalismo sostuvo su 
propuesta, la que tiende a preguntarse: ¿cómo hace un organismo -así se considera a lo 
humano- para adaptarse al medio y poder sobrevivir? En una síntesis apretada este 
enfoque se caracteriza por poner énfasis en el aprendizaje humano análogo al animal; por 
destacar las señales o estímulos presentes en la situación de aprendizaje y no en causas 
internas de la conducta; por ser mecanicista en sus leyes del aprendizaje; por resaltar la 
descripción objetiva de los eventos del medio ambiente y por el control experimental sobre 
el objeto de estudio, es decir: ¿cuáles son los acontecimientos que efectivamente ocurren 
en el medio que posibilitan que el organismo responda apropiadamente a los aspectos 
relevantes de éste?. Es posible ver que el eje teórico sobre el que se sostiene este modo 
de interrogación se apoya en un marcado determinismo, es decir la causación de la 
conducta por medio del ambiente presente y pasado (esto último como cadena de 
condicionamientos o historia de refuerzos); por un destacado antimentalismo, es decir, la 
exclusión del lenguaje básico de la psicología de los predicados referidos a fenómenos o 
entidades mentales, fundamentalmente la imposibilidad metodológica de realizar 
inferencias; y un antiguestaltismo, lo que implica el uso de un conjunto de conductas 
independientes entre si -elementales- que son respuestas especificas a estímulos 
específicos y conductas complejas entendidas como compuestas por las elementales. Se 
puede reconocer en lo anterior, el hecho de brindar una posición destacada a las ideas de 
individuo, organismo, ambiente, adaptación, conexión, condicionamiento, reflejos; las que 
actuaran como soporte del concepto de conducta. 
Por otro lado, la necesidad de rescatar la especificidad del programa cognitivo de cada 
especie (cosa negada por el comportamentalismo), es decir establecer una cierta 
sistematización de la pregunta: ¿cómo conocemos el mundo?, llevo a la psicología a 
preguntarse por los eventos internos, es decir mentales. En este punto, no interesa tanto 
el comportamiento, como las aptitudes que hacen que éste sea posible. Este enfoque 
construirá modelos conceptuales de las estructuras y de los procesos internos a partir de 
inferencias. Asimismo se plantean responder a una interrogación básica: ¿qué se supone 
ocurre en la cabeza de alguien cuando se le muestra un objeto y se le pide que lo 
nombre? Esto los lleva, en primer lugar, a tener que poseer una teoría psicofísica para el 
color, textura, forma y el movimiento, además de saber como se integran todos estos 
niveles; y en segundo lugar, a plantear la necesidad del concepto de representación tanto 
como el de memoria para poder reconocer un objeto. Destacan, que este nivel 
representacional marca diferencias, por un lado, con el neuronal que habla de células 
nerviosas y por el otro con el histórico y antropológico, más centrados en la influencia de 
la cultura. 
La forma de interrogar el territorio conceptual que presenta el conductismo, ha entrado -y 
entra- en permanente colisión con la propuesta representacional de "la pregunta por el 
conocer". Criticaran que la representación es un postulado que hace más mal que bien, y 
por lo tanto insistirán en referirse a estructuras neurológicas o conductas manifiestas, 
tanto como a disposiciones a comportarse en vez de recurrir a ideas, conceptos, reglas o 
aptitudes internas[2]. 
Más allá de estas claras diferencias de enfoque -que determina formas de intervención 
específicas-, ambas estrategias presentan algunos puntos en común. Si bien el 
conductismo está del lado del monismo y el cognitivismo más del dualismo, ambos 
enfoques comparten la importancia del enfoque empírico y del método experimental. Si 
bien el primero se adscribe más al positivismo clásico y el segundo, en el uso de 
inferencias y de la posibilidad de la modelización de constructos teóricos, más al método 
hipotético deductivo. Asimismo, ambos recurren a la noción de individuo como propuesta 
sobre la cual trabajar. Esta noción se basa en el concepto biológico de unidad. La unidad 
es algo que no se puede volver a dividir y suele relacionárselo con el elemento último, 
aquello que es el sustrato sobre el que lo demás se construye. Este concepto tiene mas 
presencia en el universo de la biología, donde el individuo es equivalente al organismo. 
Desde esta perspectiva, el concepto de "individuo/unidad" puede ser "imaginarizado"con 
el modelo topológico de la esfera, es decir, con un adentro y un afuera y sus posibles 
intercambios. Estos cuerpos que entran en contacto unos con otros, claro en el 
conductismo, se caracterizan por sufrir influencias del medio y por responder de manera 
automática o refleja. Si a éstas esferas se les atribuyen "mente", o sea aptitudes internas, 
ya se habla de cuerpospsíquicos, con estructuras internas, que procesan las influencias 
del medio. Estos últimos tienen intencionalidad -por lo tanto representaciones- y son 
capaces de actuar activamente sobre su entorno. Estas propuestas incluyen de manera 
implícita la idea de un hombre como un ser aislado (una esfera) que con dificultad se 
relaciona con otros (otras esferas). Una disyuntiva clásica en la psicología se manifiesta: 
por un lado, la que piensa al ser humano como un ser aislado (unidad/individuo) que 
asimila con esfuerzo y gradualmente la relación con otros individuos (su socialización) y 
por el otro, la que lo piensa como un ser social, que es solo en función de los otros y que 
lo que debe ser explicado es cómo puede diferenciarse psíquicamente, como puede llegar 
a ser una singularidad, ya que lo que lo caracteriza en su origen es la mas absoluta 
dependencia. 
Este último punto sirve para introducir otra forma de interrogar a la psicología y es la que 
deriva de la teoría psicoanalítica. 
Sigmund Freud generó un pensamiento al que ubicó dentro del campo de la ciencia y 
pretendió que el mismo se mantuviera siempre en ese campo y al enfrentarse en la clínica 
con pacientes que la ciencia de su época no podía ayudar, las famosas histéricas de fin 
del siglo XIX, probó distintas técnicas para poder modificar esos síntomas que no 
reconocían causas orgánicas y que comprometían seriamente a los sujetos en su 
existencia. En estas maniobras exploratorias, encuentra que la hipnosis, como técnica, 
lograba que la gente pudiera recordar cosas que de otra manera no recordaban y que 
esas cosas sorpresivamente, tenían que ver con una especie de fuerza que hacia persistir 
algo que estaba impregnando de sufrimiento la vida cotidiana de sus pacientes. Entonces 
esto lo llevó a construir un esquema en capas de la mente humana. Un primer estrato al 
que se tenia acceso directo vía introspección y otro que no era accesible directamente por 
la conciencia y que solo era accesible bajo ese estado llamado hipnosis. Tuvo que 
complejizar la mente humana: consciente, preconsciente y fundamentalmente la hipótesis 
de lo inconsciente, porque había determinaciones de los actos y de los sufrimientos 
humanos que escapaban a la posibilidad voluntaria o consciente de actuar En el párrafo 
anterior se puede destacar varias cosas. Por un lado el mentalismo que el psicoanálisis 
mantuvo como hipótesis de trabajo durante los años de marginación propias del 
pensamiento comportamental, hasta el actual redescubrimiento por parte del cognitivismo 
y por otro, el hecho que los constructos freudianos se realizaban a partir de la experiencia 
clínica, es decir de seres humanos que hablaban de su sufrir en su vida cotidiana. La 
teoría y la clínica psicoanalítica nacen en el campo médico frente a demandas concretas 
de los pacientes para poder mejorar sus vidas. Desde esta perspectiva es posible 
caracterizar a la interrogación que guió a Freud toda su vida como dos preguntas que 
pueden ser definidas como las fundamentales en esta teoría: una es ¿cómo funciona, cuál 
es la dinámica de la psique humana? , es decir, ¿qué es el inconsciente y cómo un sujeto 
vive el placer y el dolor?; y la otra se refiere a ¿cómo opera un análisis, cómo es posible 
que alguien que escucha a otro pueda provocar cambios en ese otro? Es necesario 
resaltar que la intención de Freud fue siempre mantener su pensamiento dentro del 
campo de la ciencia, cuestión ésta siempre problemática para él. 
Retomando el modelo de las esferas, se puede ver en una posible lectura de la obra de 
Freud, como dice Bercherie, Paul, "Freud construye una teoría del aparato psíquico 
basada en un individualismo fundamental de una concepción de psiquismo que siempre 
se centra en el ‘organismo-sujeto’ como una monada, al principio virtualmente 
autosuficiente y que después descubre el mundo y se adecua a él más o menos bien"[3]. 
Esta idea de organismo-sujeto se acerca a la idea de individuo que se desarrolló 
anteriormente, con el agregado de que las determinaciones de ésta "esfera" caen bajo 
una hipótesis denominada lo inconsciente y se relaciona con la condición humana de ser 
seres de lenguaje atravesados por el placer y el dolor. 
El ejemplo de las esferas intenta demostrar que preguntarse por la interacción con el 
ambiente, es decir una esfera reactiva a las determinaciones del entorno, difiere del 
preguntarse por otra que es depositaria por evolución de aptitudes que hacen que los 
comportamientos sean posibles, como así también la intencionalidad, concepto que -a 
este nivel-de por si implica la problemática de la conciencia y por ende de lo no-
consciente. Pero por otro lado, de un campo no experimental, pero sí clínico, es decir con 
referentes observables, aporta esta posible lectura de la obra de Freud, de una "esfera" 
en donde la determinación inconsciente, lo que no es igual a lo no-consciente, habla de 
un "saber" inaccesible a la conciencia del sujeto, pero que tiene que ver con lo más íntimo 
de su ser, un ser que se define por su condición de sexuado y hablante. 
Hasta acá se puede observar las diferentes perspectivas teóricas y las diferentes 
posibilidades de intervención que brindan estas tres formas de interrogarse sobre el 
hombre y que de una manera o de otra, pareciera que siempre se está conformando un 
campo de acción desde un nivel teórico, se tenga o no conciencia de ello. 
La Psicología Cognitiva y lo experimental
Si bien la psicología cognitiva no se interesa por el comportamiento en si mismo y sí por 
las aptitudes que hacen que un comportamiento -el lenguaje por ejemplo- sea posible, 
plantean que para poder inferir capacidades abstractas es necesario partir de lo 
observable. La pregunta: ¿qué se suponer sucede en la cabeza de alguien cuando 
nombra un objeto?, guía en la dirección de aclarar qué tipo de observable se tienen en 
consideración. Se centran en estudiar las capacidades del sistema cognitivo necesarias 
para poder analizar propiedades, color, textura, forma, movimiento; así como las 
representaciones y la capacidad de almacenamiento necesario para poder reconocer el 
objeto en cuestión. Asimismo se interesan por el poder de atribuir categorías semánticas, 
por el nivel léxico-fonológico para poder pronunciarlo y por el aspecto articular que 
permite la acción concreta del nombrarlo. No es posible nombrar un objeto sin realizar 
todos los pasos anteriores y la psicología cognitiva pretende dar cuenta de ese recorrido. 
La Psicología Cognitiva suele plantear que no interesa tanto el comportamiento como las 
operaciones mentales que lo explican. Estas operaciones comenzaron a ser pensadas 
como forma de operaciones computacionales. En principio sólo interesaba la mente 
computacional como procesadora de información y no la fenomenológica. Consideran a la 
primera como susceptible de ser explicada experimentalmente, por lo menos modelizada, 
y no lo es la segunda, caracterizada por la experiencia subjetiva no transmisible. 
Desde esta vertiente computacional de la mente, interesó primeramente el estudio del 
programa lógico, es decir del software, ya que no era posible, o no se ganaba nada 
estudiando la maquinería, es decir el hardware. Hoy en día piensan que no es posible 
separar el sistema lógico del sistema físico. Fue este un punto débil del cognitivismo, ya 
que si se acepta que la cognición refleja la acción del cerebro, es lógico tratar de entender 
las relaciones de las propiedades cerebrales con las propiedades cognitivas. 
El riesgo del dualismo sobrevuela esta posición, aunque hay autores (por ejemplo Seguí, 
J.C.) que proponen posiciones diferentes: "Hay que salir del sistema dualista, no podemos 
separar organización cerebral de organización perceptual y por lo tanto hay que tomar en 
cuenta tres factores: 1- el medio, 2- el sistema cerebral y 3- el sistema perceptual". 
Plantea que el cerebro selecciona -por evolución-potencialidades, las que sin las 
condiciones apropiadas no pueden desplegarse. Al nacer el sistema fonológico tiene la 
potencialidad para adquirir cualquier sistema lingüístico, pero luego de seleccionar una 
lengua particular se restringe la potencialidad original, es decir ya no se aprende otra 
lengua de la misma forma que la "materna" original. Si bien esto no es estrictamente un 
determinismo, si plantea restricciones de tipo general. 
El problema de la visión y los niveles de interrogación
El problema de la visión no es un tema menor en la psicología cognitiva y es un campo 
lleno de interrogantes. Al respecto, surge el interrogante: ¿que patrón sigue la luz que 
reflejan los objetos en las superficies? Es un problema bien planteado en la óptica y 
puede resolverse del mismo modo en que pueden resolverse los conjuntos de 
ecuaciones. Pero a la visión le ocurre lo contrario que a la óptica. Tiene que establecer 
que clase de objetos causaron los patrones de luz proyectados en la retina. "Este es un 
problema casi imposible de resolver -dice Johnson-Laird[4]- porque hay demasiadas 
incógnitas, demasiadas maneras diferentes en que puede haberse creado el patrón de 
luz." y sigue el autor citado: "Cuando la mente resuelve una tarea aparentemente 
imposible, es porque debe tener algún arma secreta, y como ya indiqué, esa arma secreta 
es el conocimiento". El planteo del investigador describe al conocimiento con dos 
características: la vertiente "arriba....>abajo", es decir, la que surge de la evolución, aquel 
implantado en el sistema nervioso, encapsulado y que no descubre a la introspección su 
modo de operar y el "abajo....>arriba" caracterizado por incrementarse a lo largo de la vida 
del individuo, y es el que se obtiene a través de la experiencia con los objetos y se 
aprende de sus formas. Esto muestra, según Johnson-Laird, que la identificación de los 
objetos no puede producirse sin el uso del propio conocimiento y que la acumulación de 
este conocimiento dependerá del aprendizaje y de la habilidad para recordar lo que se ha 
aprendido. En estas dos formas de conocimiento podría diferenciarse entre la pura 
percepción y la específica cognición. 
En el comienzo se planteaba la inquietud: ¿hasta donde hablar de metas teóricas no 
implica una teoría? En el desarrollo posterior, se destacó los presupuestos que los 
diversos enfoques "psicológicos" presentaban, incluyendo en estos al conductismo, la 
psicología cognitiva y el psicoanálisis. Ya se dijo que los dos primeros participan del 
modelo empírico y experimental, cosa que supone siempre la observación, o los eventos 
observables como condición necesaria. En relación al tercero, Bucci W.[5] expresa: "El 
universo del psicoanálisis es emoción y mente, en donde la representación de la 
experiencia privada emocional es comunicada a otra persona y es transformada en el 
tratamiento. Mientras la teoría del psicoanálisis debe ser sobre el significado de las 
emociones privadas, la ciencia trata sobre eventos observables. Este ha sido el dilema 
central para el campo psicoanalítico, el que Freud y otros se han esforzado en resolver en 
una variedad de formas". Más allá de lo cuestionable -que lo es- de la definición de Bucci 
del psicoanálisis como universo de emoción y mente, interesa lo que la lleva a plantear la 
necesidad de relativizar lo "observable" del campo científico. Al respecto plantea que el 
campo de la ciencia cognitiva y sus disciplinas vinculadas, usando toda las relaciones con 
la ciencia moderna, ha introducido el sentido por el cual una teoría puede ser 
desarrollada, es decir, que en la ciencia cognitiva, representaciones y procesos mentales -
conscientes o inconscientes- son tratados como constructos hipotéticos definidos en 
términos de otros conceptos e inferidos de eventos observables en el contexto de 
estructuras teóricas generales. Continua Bucci: "Las entidades psicológicas definidas de 
esta manera, tienen el mismo estatus teórico que las partículas y los quarks, que la 
materia oscura, el Big Bang y la vida en la Edad de Bronce. Todas son entidades teóricas 
que no son observables directamente, pero son definibles en varios niveles, a través de 
conexiones de unas con otras y con eventos observables. El sentido subjetivo tiene un rol 
en una empresa científica cuando es considerado como una entidad teórica, la que no 
puede ser estudiada científicamente sin una estructura. Esta es la posibilidad que otorga 
la estructura teórica que permite a ciencias del sentido subjetivo, como es el psicoanálisis, 
ser construidas"[6]. La autora intenta objetivar de alguna manera lo subjetivo de "alguien", 
por medio de constructos teóricos. Esta posición va en dirección contraria a los planteos 
del filósofo cognitivo Chalmers, D.S., quien define a lo subjetivo como imposible o como 
uno de los problemas difíciles en la ciencia cognitiva. Este autor manifiesta que el 
problema de los estados mentales caracterizados por una cualidad interior, no van ha 
poder ser resuelto. 
Seguí de acuerdo con Chalmers, sostiene que "los tipos de 'experiencia consciente', 
visuales, auditivas, de calor, frío, de imágenes mentales son intransmisibles y por esa 
razón, los psicólogos se interesan en las capacidades de hacer algo y no en qué pasa 
cuando se siente algo". Esas últimas experiencias escapan a la posibilidad de un estudio 
serio. Como se vio antes, Bucci propone una nueva posibilidad para pensar ese problema. 
Retomando el tema de la percepción, es necesario poder determinar los espacios 
pertinentes y los limites del enfoque a realizar, ya sea que se ubique dentro de una 
posición experimental -el laboratorio- o que lo haga desde el punto de vista de un humano 
en "situación vital", es decir en una experiencia concreta -pero no fenomenológica- que se 
define como propiamente humana: lo que implica una relación con los otros, 
dimensionada por una historia e inmersa en un universo de sentido. 
El mismo Johnson-Laird afirma que el tipo de conocimiento necesario para producir una 
cognición -el abajo...>arriba- depende de lo que se incrementa a lo largo de la vida del 
individuo y se aprende de las formas y de la experiencia que se tiene con los objetos. Esto 
lleva a preguntarse si no está hablando de lo que justamente se entiende por experiencias 
subjetivas, pero habría que aclarar que experiencia subjetiva no se la usa en el sentido de 
lo que "está sintiendo en su cabeza" (lo fenomenológico), sino, de como en el acto de 
definir una percepción determinada, alguien lo hace desde una historia singular, cosa que 
por otra parte implica toda la historia vincular no solo con los objetos, sino también con los 
otros, los semejantes. Es necesario destacar que desde el punto de vista del 
psicoanálisis, esta historia será dimensionada desde de un universo de sentido 
fundamentada en la condición de hablantes de los seres humanos. Por lo tanto, se puede 
tener un modo de abordaje del problema de la percepción en el laboratorio (caso de"blind 
sight"o visión ciega), lo que puede decir cosas muy interesantes sobre la relación del 
cerebro y el "ver", y por otro lado puede haber otro modo de enfocar el tema como es 
hacerlo desde "una historia"(I). Si bien esto -la historia- implica una singularidad, como 
diría Bucci, ésta será dimensionada desde una red de constructos teóricos que permitirán 
darle un sentido. Estos dos enfoques plantean el desafío de cuales son sus límites y 
posibilidades. 
El modo de preguntarse determina un campo teórico; por ejemplo, si se interroga: ¿cómo 
está compuesta la materia?, se contestará en términos propios de la física, es decir, de 
moléculas, átomos, partículas, quarks, etc. Si la pregunta concierne a lo que es, o sucede, 
en un evento llamado "partido de fútbol"; se tendrá dos niveles absolutamente diferentes 
de enfoque. Lo que nadie podría negar, es que para que un partido de fútbol se lleve a 
cabo,es necesario que todos aquellos elementos de los cuales dan cuenta los 
constructos teóricos que son pertenecientes a la física, estén funcionando a pleno. Es 
decir, que la materia este "en orden". Pero tampoco a nadie se le puede ocurrir la 
posibilidad de relatar un evento deportivo en términos de la mecánica cuántica. Esto 
describe, lo obvio del nivel de especificidad. Pero si bien es claro en el ejemplo, ya que 
nadie confundiría un nivel de abordaje físico con uno netamente social, no parece tan 
claro cuando se habla de psicología. Y esto es lo que sucede cuando se define la tarea de 
la psicología como el interés por "la capacidad de hacer algo" versus "la capacidad de 
sentir algo". Es posible -en esto acordando con Bucci- que el ámbito de las teorías 
psicológicas pueda ocuparse de lo que se llama "sentir algo", siempre y cuando éste 
"sentir" sea expresado en el relato. Ahora bien, es necesario destacar el hecho que el 
relato implica siempre un espacio relacional, un encuentro con el otro. Aunque éste no 
necesariamente se encuentre físicamente, lo está de modo virtual en el relato. 
La ciencia cognitiva misma, con su punto de vista de "asamblea de neuronas", el cual 
funda el enfoque denominado Procesamiento Distribuido en Paralelo -PDP- ofrece una 
interesante analogía con el problema que se intenta describir. Al respecto Resnick L.B. y 
otros expresan: "La metáfora de los sistemas cognitivos como sistemas sociales, tanto en 
los modelos conexionistas (Rumelhart & Mc Clelland, 1986) como en el modelo de 
sociedades de agentes mentales (Minsky, M. 1986) hace a la comunidad de la ciencia 
cognitiva más abierta que una década atrás a la idea del conocimiento como distribuido a 
través de varios individuos cuyas interacciones determinan decisiones, juicios y 
soluciones"[7]. En la misma dirección están las afirmaciones de Perret-Clermont, Perret y 
Bell (1991)[8] quienes siguiendo este giro aperturista plantean la necesidad de abandonar 
el enfoque únicamente "individual" -en este caso se refieren al estudio de la inteligencia- 
destacando los errores en el campo experimental, de interpretar algunos comportamientos 
como producto de las características cognitivas individuales, cuando en realidad la 
causalidad de éstos está relacionada con la particular interacción entre el sujeto y el 
experimentador. Nuevamente se ve el lugar destacado que se da al espacio relacional, 
como ya se resaltó más arriba. El enfoque denominado "holísticos" de PDP, muestra que 
los sistemas cognitivos se pueden entender más bien como generadores de procesos 
emergentes los que constituyen actos cognitivos en "contextos determinados". Por último, 
el estudio de Hutchins, Edwin (1995) sobre la navegación en un helicóptero anfibio de 
transporte, lo lleva a afirmar que muchas de las funciones normalmente asociadas con la 
mente están distribuidas fuera del cerebro Ejemplifica con la memoria, la que es 
normalmente pensada como una función psicológica interna al "individuo", sin embargo 
para él, las tareas de memoria en la cabina pueden ser realizadas por un sistema 
funcional (el instrumental)el cual trasciende las fronteras del actor individual. Los procesos 
de memoria pueden estar distribuidos entre agentes humanos o entre agentes humanos y 
representaciones generadas externamente. 
A partir de lo anterior, es posible establecer las diferencias de enfoques que surgen en 
relación a la pregunta: ¿que sucede en la cabeza de alguien?, así como también ver 
como el concepto de "individuo-esfera" muestra sus limitaciones teóricas. 
Un impresionante accidente de aviación puede servir como ejemplo de lo expresado. En 
el mismo, un jet de proporciones, al no poder despegar de la pista de un aeropuerto 
situado en el centro de una gran ciudad (Buenos Aires, aeropuerto Aeroparque), continuó 
su descontrolada carrera (200/250 km. por hora) cruzando una gran avenida de intenso 
tránsito y destruyendo todo lo que encontraba a su paso. Pocos metros mas adelante 
estalla en una inmensa bola de fuego produciendo una escena dantesca. El hecho curioso 
que sucedió en esa desgraciada situación, fue la casualidad que el semáforo de la gran 
avenida que bordea al aeropuerto, estaba en rojo, cosa que motivó la detención de 
decenas de automovilistas que fueron espectadores no deseados del cruce alocado de la 
gigantesca maquina por la avenida y su posterior destrucción. Lo que interesa para este 
trabajo, fueron las declaraciones de esos testigos "oculares" del accidente. Todos 
coincidían -aunque eran entrevistados en distintos lugares y por diferentes canales de TV 
-en la imposibilidad de creer lo que estaban viendo y recurrían a frase como: "sentía que 
estaba en una película de Hollywood", "esperaba verlo aparecer a Schwarzenegger", "era 
como ver los efectos especiales del cine", "no entendía que estaba pasando" etc. Vemos 
que en su "relato" se apela a lo que más arriba describíamos como "conocimiento" en 
Johnson-Laird, o posteriormente como "actos cognitivos en contextos determinados". Da 
la impresión que ésta escena, por ser tan desapropiada al contexto, era una "percepción 
descontextualizada" y por lo tanto todos recurrían a su historia perceptual (imágenes 
cinematográficas), es decir su conocimiento, para poder, de alguna manera, pasa de una 
percepción a una cognición. 
En síntesis, se puede decir que desde el punto de vista de los cognitivistas citados 
anteriormente, la cognición claramente está encarnada en el cerebro, las manos, los ojos 
y también distribuida entre varias tecnologías compartidas grupalmente, por lo tanto: la 
mente es más que el cerebro, es más que "lo que sucede en la cabeza de alguien". 
Lo que puede aportar la hipótesis psicoanalítica
Un encuentro entre dos referentes institucionales del psicoanálisis Horacio Etchegoyen -
presidente, en el momento de la entrevista ,de la Asociación Internacional de 
Psicoanálisis- y Jacques-Alain Miller -máxima autoridad de la Asociación Mundial de 
Psicoanálisis- sirve para mostrar dos maneras posibles de decir psicoanálisis[9]. En la 
entrevista Etchegoyen expresa:" el desarrollo de la investigación sobre el cerebro parece 
que se acerca más a la forma en que nosotros comprendemos la mente que a la forma en 
que se creía que se la iba a comprender. Hay algunos puentes significativos entre el 
psicoanálisis y la neurociencia, en la memoria por ejemplo.", a lo cual Miller replica: 
"Pensemos en los fenómenos que estudiamos nosotros, como el fenómeno perceptivo en 
la Acrópolis de la cual habla Freud. La estructura molecular del cerebro no puede dar 
cuenta del hecho de que para el sujeto, el espectáculo del mundo se sostiene en una 
estructura simbólica. Para nosotros lo importante es distinguir el significante del 
significado, el sonido del sentido. Estudiar lo que se juega entre esos dos niveles parece 
mucho más cercano a nuestra experiencia cotidiana que esas consideraciones 
sospechosas e inoperantes sobre la estructura del cerebro y el psicoanálisis. Lo más 
difícil para nuestro contacto científico, quizás sea que tu Etchegoyen, miras hacia la 
neurociencia y yo hacia lo que se podría llamar logociencias, es decir la ciencia de la 
comunicación y del lenguaje". Si bien los dos parten de los textos de Freud, lo hacen 
desde bases teóricas de lectura diferentes. En principio podríamos decir que el primero se 
sostiene en la idea de la "esfera" a la que nos referimos al comienzo del articulo y que tan 
bien Bercherie define como "el organismo-sujeto", es decir la idea del individuo que "tiene" 
un inconsciente y que -en parte- se enmarca en la primera de las dos preguntas con que 
se definió la pertinencia psicoanalítica: por el aparato psíquico. Al respecto, el mismo 
Freud, en el articulo "Un trastorno de la memoria en la Acrópolis" (1936)[10] dice: "Mi 
labor científica tiene por objeto aclarar las manifestaciones singulares, anormales o 
patológicasde la mente humana. Reducirlas a las fuerzas psíquicas que tras ellas actúan 
y revelar al mismo tiempo los mecanismos que intervienen". Si bien en principio parece 
que Freud habla de la mente humana como sostenida en la idea del individuo (la esfera), 
se puede con una lectura más atenta del mismo articulo -el que por otro lado cita Miller- 
ver que "fuerzas psíquicas" y "mecanismos que intervienen", son conceptos que pueden 
tener varias interpretaciones posibles. Más adelante se volverá sobre este punto. 
Retomando el mismo artículo que Freud escribe (carta abierta al poeta Romain Rolland en 
ocasión de su septuagésimo aniversario), sobre el trastorno de memoria en la Acrópolis, 
lo que el autor llama "un pequeño incidente". En dicho escrito, hace referencia a un hecho 
que le sucedió estando parado frente a la Acrópolis, abarcando el paisaje con la mirada. 
Cuenta que fue asaltado por un pensamiento extraño: "¡De modo que todo esto realmente 
existe tal como lo hemos aprendido en el colegio!". Al respecto, destaca la sensación de 
extrañamiento, a la que describe como un fenómeno poco comprendido y que siendo más 
que sensaciones los llama fenómenos complejos, los que según Freud, "están vinculados 
con determinados contenidos y relacionados con decisiones relativas a esos mismos 
contenidos". Pero lo interesante, es que una parte de la realidad, una parte de si mismo le 
es extraña al sujeto. El extrañamiento, Freud lo enfoca desde dos perspectivas: una, es 
que sirve a la finalidad de la defensa, es decir, tratar de mantener algo repudiado, alejado 
del yo y éste peligro puede provenir del mundo exterior (relacionarlo con tema accidente 
del avión: "no lo puedo creer") o del mundo interno, pensamientos e impulsos; la otra, es 
su dependencia del pasado, del caudal mnemónico del yo y de vivencias penosas 
pretéritas, quizás reprimidas. Es necesario destacar la relación que esto puede tener con 
los planteos del "conocimiento" de Johnson-Laird. Es en relación a este último punto que 
Freud describe los vínculos existentes entre su escolaridad, la pobreza familiar, el deseo 
de viajar y la idea de que Atenas representaba el imposible de que él pudiera "llegar tan 
lejos". En alguna medida Freud, sintetiza estas reflexiones, con la idea de que viajar 
estaba relacionada con el cumplimientos de deseos tempranos y que los mismos 
arraigaban en la insatisfacción con el hogar y la familia. En su cadena asociativa, se 
detiene en el recuerdo de un comentario atribuido a Napoleón cuando era coronado 
Emperador en Notre Dame. En el mismo, se cuenta que durante la ceremonia, éste le 
comento a su hermano: "¿Qué diría de esto nuestro padre si pudiera ahora estar aquí? 
frase que según Freud, manifiesta la satisfacción de "llegar tan lejos" y que él relacionara 
-como caso general- con los sentimientos de culpabilidad ya que pareciera que lo esencial 
del éxito consistiera en "llegar más lejos que el padre", y que al mismo tiempo, tratar de 
superarlo fuese algo prohibido. 
En su caso particular, la referencia a Atenas y la Acrópolis contiene una alusión a la 
superioridad de los hijos, ya que su padre había sido comerciante y no había gozado de 
instrucción secundaria, la que ellos si habían tenido, por lo que Atenas no podía significar 
gran cosa para él. Concluye Freud con la propuesta que la perturbación del viaje se debió 
a un sentimiento de piedad con respecto a su propio padre. 
A modo de comentario final sobre este escrito, debemos destacar que el mismo hecho del 
"escrito" implica una forma de dialogo con un otro, en este caso alguien que entró en la 
vejez y que también "llegó lejos", como es el caso de Romain Rolland; pero además, es 
posible pensar que el haber escrito esa carta abierta sobre un acontecimiento que sucedió 
en 1904, es decir 32 años atrás, puede mostrar a un Freud al final de sus días, dialogando 
todavía con su propio padre, y tal vez, de manera culposa. 
Se podrá decir que lo anterior es un texto que hace referencia a un evento 
"fenomenológico", pero no interesa lo que el otro "sintió" concretamente, sino que esas 
"fuerzas psíquicas" y "mecanismos que intervienen" importan por el acto de ponerse en 
juego con los otros, cosa que sucede en el relato y en ese universo simbólico en el cual -
como dice Miller- se sostiene el espectáculo del mundo. Este modo de pensar el 
psicoanálisis, es decir la perspectiva que plantea Jacques Lacan[11], se basa 
fundamentalmente en que "la naturaleza" humana esta sostenida en la experiencia con la 
palabra. Este último autor propone salir del monismo implícito en la definición del hombre-
maquina inspirado en el pensamiento de La Mettrie, lo que retorna en el reduccionismo 
potencial derivado de la neurofisiología y los estudios sobre el genoma y del dualismo 
cartesiano. Lo que Lacan propone es una estructura triádica llamada Real, Simbólico e 
Imaginario, lo que permite pensar al ser humano como en un entrecruzamiento de "lo real" 
del tejido anudado en cada uno de sus puntos a "lo imaginario", es decir a ese primer 
estrato en el que trabaja la psicología de la conciencia y que se vio anteriormente fue 
parte del primer intento de aparato psíquico freudiano, más "lo simbólico" que sería ese 
segundo estrato descubierto por Freud y que se denomina "la hipótesis de lo 
inconsciente", estrato éste que tiene que ver con el universo del lenguaje, pero 
entendiendo por lenguaje mucho más que la palabra hablada. Donde el lenguaje también 
sería aquel orden por el cual un humano es "humanizado", es decir la forma en que fue 
alimentado, higienizado, amado, o sea, el lenguaje del cuerpo, ya que no hay ninguna 
actividad fisiológica que no esté pautada por un orden cultural. Lo anteriormente expuesto 
transcurre siempre dentro de lo que se llama "la estructura de una relación social", es 
decir un espacio "entre", el que no hace referencia a una interioridad /exterioridad, propio 
del modelo "esfera", sino a un vínculo llamado "discurso", donde la topología mas 
apropiada seria la llamada "banda de Moebius"[12]. En esta particular forma de ver el 
psicoanálisis, lo esencial es lo que alguien dice y esto significa separarse de la dimensión 
de los hechos para entrar en la dimensión del dicho. Pero ir de los hechos al dicho no es 
suficiente, como no lo es para entender las escenas: lo que dice alguien que "ve", lo que 
expresaban haber "visto" los reporteados en el accidente del avión o el mismísimo Freud 
exclamando su frase de extrañeza frente a "la visión" de la Acrópolis- Es esencial un 
segundo paso, y es el cuestionar la posición que toma aquel que habla con relación a sus 
propios dichos. Lo esencial es que a partir de los dichos se pueda localizar el decir del 
sujeto, es decir, la posición que, aquel que enuncia, toma en relación al enunciado. Con 
respecto a esto se vio como Freud en el análisis de su frase -su enunciado- frente a la 
Acrópolis deriva en una dimensión de su historia, inimaginable en un principio, pero que 
"restringía" en una determinada dirección su percepción en Atenas, y como eso tenía que 
ver con lo más íntimo de sus vínculos familiares. Además se ha podido ver como la propia 
lectura del escrito freudiano, pudo ser direccionada a localizar ese plus -enunciación- que 
surge del mismo acto de escribir ese articulo y que también es de la dimensión de lo 
inconsciente. 
A modo de final
El sentido de este trabajo está fundamentalmente dirigido a poder reflexionar sobre los 
límites que impone una determinada manera de enfocar un problema. Al respecto los 
estudios de laboratorio, que aportan una dimensión útil para definir formas y niveles de 
abordaje de una función o de un determinado problema, muestra que no es suficiente esa 
perspectiva, en un tema como el de la percepción. La interrogación sobre el acto del "ver" 
brinda la oportunidad de destacar las dificultades que encontraron, por ejemplo, los 
investigadoresde la Inteligencia Artificial (el núcleo duro de la ciencia cognitiva) cuando al 
intentar reproducir "la visión" en la vida cotidiana se encontraron con el típico problema de 
no poder saber si la determinación en el acto perceptual era arriba/abajo, o abajo/arriba. 
Es decir, detectaron que en buena medida la percepción del mundo se daba dentro de 
coordenadas simbólicas, las que tienen que ver con la experiencia concreta o con lo que 
este enfoque -aportando la visión del psicoanálisis- llama "una historia". Aspecto que fue 
destacado en el punto sobre "Un trastorno de memoria en la Acrópolis". 
Asimismo, surge el interrogante sobre cómo es posible diferenciar la experiencia de un 
"organismo" sometido a determinada experiencia, por caso el de estar recostado en una 
cámara PET(**), con algo tan diferente como es el hecho de alguien recostado en un 
"diván", hablando sobre una percepción en la que -por ejemplo- frente al espejo, se "ve" 
gorda, cuando la balanza indica que tiene 20 kg. menos del peso normal. ¿Desde donde 
se "mira"para que vea lo que "ve"?. 
Lo que interesa es establecer la posibilidad de preguntarse si es posible reducir la 
distancia entre el interrogante propio del PET, es decir, del laboratorio; con el otro, el cual 
interpela desde la vida real, fundamentalmente desde la dimensión vincular. Y en el caso 
de que no, saber más claramente porqué. 
En relación a lo anterior existen posiciones que plantean que "si no es un problema, no 
podemos hacer nada"; afirmación que tiene una lógica que intenta acotar los interrogantes 
para así aumentar la posibilidad de avanzar en el estudio de un área determinada, 
tratando de evitar las eternas discusiones metafísicas. Si bien tiene un costado positivo, 
también implican un riesgo. El mismo conductismo utilizó este criterio, ya que no era 
posible acceder con los recursos de "la ciencia" (concepto de ciencia del momento) a todo 
lo que pudiera ser pensado como "aptitudes interiores", es decir mentales. Los mismos 
avances en la ciencia, por ejemplo el recurso a la cibernética, neurociencia, etc. (ver 
simposio de Hixson en California, década del '40), posibilitó que lo que no podía 
considerarse un problema en un momento, pudiera empezar a serlo en otro. Se dijo más 
arriba que la inteligencia artificial, en su intento de recrear una mente artificial, define 
como "su problema", las cuestiones de la vida cotidiana, ya que el objetivo es que el 
sistema artificial pueda funcionar correctamente en ese ámbito. Lo curioso es que al 
hacerlo, se topa con las mismas preguntas y en muchos casos similares problemas con 
los que se ha encontrado otras disciplinas del campo "psi", entre las que se encuentra el 
psicoanálisis mismo. Para ésta última disciplina son pertinentes las cuestiones del tipo: 
¿puede un sistema comprenderse a si mismo?, o el problema de determinar ¿hasta qué 
punto una percepción es una creación?, o ¿cuánto tiene que ver la historia singular de 
alguien en el acto perceptual? Temas estos que se intentaron recorrer en este articulo, 
con la intención de poder colaborar a esclarecer el problema.

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