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Módulo PSICOLOGÍA SOCIAL APLICADA

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ÍNDICE 
 
 
UNIDAD I: INTRODUCCIÓN AL PENSAMIENTO CRIMINOLÓGICO ............................................................ 5 
Presentación ............................................................................................................................................ 5 
1.1.- Desarrollo histórico de la psicología ................................................................................................ 5 
1.2.- Objeto y campo ............................................................................................................................... 7 
1.3.- Relaciones de la psicología con las ciencias afines a la investigación delictiva: 
Derecho, medicina, criminalística .................................................................................................... 9 
1.4.- Psicología Criminológica vs. Psicología forense ........................................................................... 10 
1.5.- La Psicología Social. Objeto y campo ........................................................................................... 11 
1.6.- Sus precedentes y precursores .................................................................................................... 12 
1.7.- Psicología social aplicada ............................................................................................................. 13 
1.8.- La dimensión psicológica: realidad y representación .................................................................... 14 
 
UNIDAD II: TEORÍAS DE LA PERSONALIDAD .............................................................................................. 17 
2.1.- Teoría de la personalidad: personalidad, conducta, estructura y rasgo ......................................... 17 
2.2.- Definiciones de personalidad desde diferentes autores ................................................................ 18 
2.3.- Principales teorías de la personalidad .......................................................................................... 18 
 
UNIDAD III: SOCIEDAD E INSTITUCIÓN DESDE UNA PERSPECTIVA PSICOLÓGICA ....................... 25 
3.1.- Sociedad e institución, proceso de institucionalización social ....................................................... 25 
3.2.- Nociones y conceptos de Institución. Dimensión instituida y dimensión instituyente ..................... 27 
3.3.- Instituciones y Subjetividades. Implicación, analizador y transversalidad institucional .................. 28 
 
UNIDAD IV: ASPECTOS PSICOLÓGICOS RELACIONADOS A LA CONDUCTA DELICTIVA ............. 35 
4.1.- Delito y sociedad .......................................................................................................................... 35 
4.2.- Desviación, etiquetamiento y delito ............................................................................................... 36 
4.3.- Proceso social de criminalización ................................................................................................. 38 
4.4.- Definición de la conducta antisocial y delictiva. Predicción de la conducta delictiva: 
vulnerabilidad y resistencia ........................................................................................................... 39 
4.6.- Aspectos psicológicos del delincuente: procesos cognitivos y conducta delictiva. 
Aspectos sociales del delincuente ................................................................................................ 40 
4.7.- La delincuencia violenta ................................................................................................................ 44 
 
 
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REFERENCIAS 
 
 
Actividad en el Foro. 
 
Actividad de Reflexión no obligatoria. 
 
Actividad Grupal. 
 
Actividad Individual. 
 
Actividad Obligatoria. Debe ser enviada para su eva-
luación. 
 
Atención. 
 
Audio. 
 
Bibliografía. 
 
Glosario. 
 
Página web - Internet. 
 
Sugerencia. 
 
Video. 
 
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BIENVENIDA 
 
 
Sean ustedes bienvenidos a esta materia, que pretende realizar un aporte a la for-
mación profesional mediante la transmisión de diversos conceptos de la Psicología 
Social Aplicada, para que ésos puedan ser empleados como herramientas necesa-
rias para comprender la importancia del contexto social en la constitución de la 
realidad subjetiva y abordar los fenómenos que de allí se desprenden, con una mi-
rada más abarcativa. 
 
El presente módulo propone mostrar al estudiante una perspectiva contextual y re-
lacional de comprensión de los fenómenos humanos, buscando desarrollar una 
visión compleja de los procesos psicológicos, enraizada en problemáticas sociales 
que devienen en conductas entendidas como desviadas o delictivas. 
 
En busca de dicho fin nos enfrentaremos al desarrollo de cuatro ejes conceptuales, 
con los cuales se propone dos instancias académicas, una teórica y otra práctica, 
obteniendo así un abordaje que permita a los estudiantes una mayor comprensión 
del rol profesional. También se pretende introducir a los estudiantes en una lectura 
de los textos desde un espíritu crítico poniendo a prueba mediante la reflexión el 
alcance y los límites de los conceptos que se desarrollarán, como también desde la 
posición ética que sostiene su práctica. En este sentido es que en el recorrido pro-
puesto se rescata la dimensión subjetiva. 
 
Finalmente, cabe destacar que la presente materia también se presenta como un 
espacio de reflexión, donde la participación, la discusión, las sugerencias y opinio-
nes que surjan tiene como fin exclusivo promover la construcción de conocimiento. 
 
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UNIDAD I: 
INTRODUCCIÓN 
AL PENSAMIENTO CRIMINOLÓGICO 
 
 
PRESENTACIÓN 
 
En esta primera unidad, que pretende introducirnos en el campo de la psicología, se 
demarcará primeramente el objeto y campo de estudio de dicha área, para así es-
tablecer la relación e incumbencia de ésta en otras áreas de conocimiento (dere-
cho, medicina, criminalística). Esto tendrá como fin delimitar conceptos claves de la 
psicología social, como rama de la psicología que se vincula a la criminología de 
manera directa. 
 
Esto no será sin abordar los precedentes y precursores de la Psicología Social, 
donde podremos observar el desarrollo de conceptos que resultan fundamentales 
tanto para la teorización como para la práctica de la criminología. 
 
1.1.- DESARROLLO HISTÓRICO DE LA PSICOLOGÍA 
 
Edad Antigua 
 
Para hablar de la psicología es necesario remontarse a los filósofos clásicos; no 
obstante, la disciplina que hoy conocemos no se desarrolló como tal hasta que se 
popularizaron las obras de autores como Emil Kraepelin, Wilhelm Wundt, Ivan Pa-
vlov o Sigmund Freud, en los siglos XIX y XX. 
 
El término psicología proviene de las palabras griegas “psyché” y “logos”, pudiendo 
traducirse como el “estudio del alma”. Durante la Edad Antigua se creía que los 
trastornos mentales eran consecuencia de la posesión por parte de espíritus y de-
monios, y los tratamientos consistían en conjuros y encantamientos a los que se 
atribuían efectos curativos. 
 
Entre el siglo V y el IV a.C. filósofos como Sócrates y Platón realizaron aportes que 
serían claves para el desarrollo de la psicología, además del de la filosofía. Mien-
tras Platón concebía el cuerpo como el vehículo del alma, verdadera responsable 
de la conducta humana, Sócrates sentó los fundamentos prehistóricos del método 
científico. 
 
En esa misma época el médico Hipócrates estudió las enfermedades físicas y psí-
quicas mediante el método inductivo y las atribuyó a desequilibrios en los humores 
o fluidos corporales. 
 
Edad Media 
 
En la Edad Media el pensamiento europeo quedó dominado por el cristianismo. Si 
bien las teorías grecorromanas de los humores seguían vigentes, se combinaban 
más bien con lo mágico y lo diabólico: los trastornos mentales se atribuían a con-
ductas o hechos pecaminosos y sutratamiento se llevaba a cabo mediante rezos y 
exorcismos. 
 
En cambio, en el mundo árabe, inmerso en su edad dorada, la ciencia -y de su 
mano la medicina y la psicología- siguió avanzando durante el Medievo. Se descri-
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bieron “enfermedades de la mente” como la depresión, la ansiedad, la demencia o 
las alucinaciones, se aplicaron tratamientos humanitarios a quienes las sufrían y se 
empezó a estudiar los procesos psicológicos básicos. 
 
Renacimiento e Ilustración 
 
Entre los siglos XVI y XVIII, en el mundo occidental convivieron la concepción de-
monológica de la enfermedad mental y el humanitarismo. La recuperación de la 
influencia de los autores clásicos griegos y romanos tuvo un papel fundamental en 
esta segunda vertiente, que relacionaba los trastornos psicológicos con alteraciones 
físicas, y no morales. 
 
La palabra “psicología” se empezó a popularizar durante este periodo histórico. Ca-
be destacar la influencia de filósofos como René Descartes, que contribuyó a la 
concepción dualista que separaba el cuerpo y el alma, Baruch Spinoza, que aporta 
al estudio de las pasiones, o John Locke, quien afirmó que la mente depende de 
influencias ambientales. Asimismo, el médico Thomas Willis atribuyó los trastornos 
mentales a alteraciones en el sistema nervioso. 
 
A finales del siglo XVIII también fueron muy influyentes Franz Joseph Gall y Franz 
Mesmer; el primero introdujo la frenología, según la cual las funciones mentales 
dependen del tamaño de áreas concretas del cerebro, mientras que el mesmerismo 
atribuía las alteraciones físicas y psicológicas a la acción de energías magnéticas 
sobre los fluidos corporales. 
 
La psiquiatría fue precedida por el alienismo, representado principalmente por Phi-
lippe Pinel y su discípulo Jean-Étienne Dominique Esquirol. Pinel promovió el tra-
tamiento humanitario de los enfermos mentales y las clasificaciones diagnósticas, 
mientras que Esquirol fomentó el uso de la estadística para analizar la eficacia de 
las intervenciones psicológicas. 
 
Siglo XIX 
 
En este período nace la llamada “Psicología científica”. A partir de la segunda mitad 
del siglo XIX el aumento de los conocimientos sobre la anatomía cerebral hicieron 
que los procesos mentales se entendieran en mayor medida como consecuencias de 
la biología. Se destacan los aportes de la psicofisiología de Gustav Theodor Fechner 
y las de Pierre Paul Broca y Carl Wernicke en el campo de la neuropsicología. 
 
También fue muy importante la influencia de la teoría de la evolución de Charles 
Darwin. El evolucionismo sirvió de excusa a eugenistas como Francis Galton y Béné-
dict Morel, que defendían la inferioridad de las personas de clase baja y de las que 
tenían trastornos mentales a través de la sobrevaloración del peso de la herencia. 
 
En 1879 Wilhelm Wundt fundó el primer laboratorio de Psicología Experimental, 
donde se combinarían los conocimientos de distintas ramas de la ciencia; es por 
esto que se suele llamar a Wundt “el padre de la psicología científica”. Mientras, en 
Estados Unidos, Granville Stanley Hall fue el creador de un laboratorio similar, lue-
go del cual fundó la American Psychological Association. 
 
La psiquiatría se desarrolló en gran medida gracias a la obra de Karl Ludwig Kahl-
baum, que estudió alteraciones como la esquizofrenia y el trastorno bipolar, y a la 
de Emil Kraepelin, pionero de las actuales clasificaciones diagnósticas basadas en 
los síntomas y en los signos, así como en su curso. 
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Entre los antecedentes de la psicología actual también es necesario mencionar el 
funcionalismo y el estructuralismo, dos escuelas muy influyentes durante los últimos 
años del siglo XIX y la primera etapa del XX. Mientras que el funcionalismo de Wi-
lliam James estudiaba las funciones mentales, el estructuralismo de Edward Titche-
ner se centraba en sus contenidos, como las sensaciones o los pensamientos. 
 
Por otra parte, en este siglo Jean-Martin Charcot y Josef Breuer estudiaron la hip-
nosis y la histeria, desarrollando investigaciones e ideas que inspiraron a Sigmund 
Freud durante los últimos años de este siglo. Mientras tanto, en Rusia apareció la 
reflexología de la mano Iván Pávlov y Vladimir Bekhterev. Con estos aportes se 
establecieron las bases del psicoanálisis y el conductismo, las dos orientaciones 
que dominarían la psicología de la primera mitad del siglo XX. 
 
El desarrollo en el siglo XX 
 
Durante el siglo XX se establecieron las corrientes teóricas principales de la psico-
logía actual. Sigmund Freud, discípulo de Charcot y Breuer, creó el psicoanálisis y 
popularizó la terapia mediante la técnica de la asociación libre, basada en la pala-
bra, y el concepto de inconsciente bajo el prisma psicoanalítico, mientras que auto-
res como John Watson y Burrhus F. Skinner desarrollaron terapias conductistas 
centradas en el comportamiento observable. 
 
La investigación científica promovida por el conductismo acabaría llevando a la apa-
rición de la psicología cognitiva, que recuperó el estudio de los procesos mentales 
tanto elementales como complejos y se popularizó a partir de los años 60. Dentro 
del cognitivismo se engloban los tratamientos desarrollados por autores como 
George Kelly, Albert Ellis o Aaron Beck. 
 
Otra orientación teórica relevante es la psicología humanista, representada por Carl 
Rogers y Abraham Maslow, entre otros. El humanismo surgió como una reacción al 
predominio del psicoanálisis y el conductismo y defendió la concepción de las per-
sonas como seres libres, únicos, tendentes a la autorrealización y con derecho a la 
dignidad. 
 
Asimismo, los conocimientos sobre biología, medicina y farmacología aumentaron 
enormemente durante el siglo XX, lo cual facilitó el predominio de estas ciencias por 
encima de la psicología e influyó en el desarrollo de campos interdisciplinarios co-
mo la psicobiología, la neuropsicología y la psicofarmacología. 
 
- Historia de la Psicología. Hothersall, David. 
https://tuvntana.files.wordpress.com/2015/06/historia-de-la-psicologia-david-
hotershall-3ra-ed.pdf 
 
 
Se sugiere ampliar la bibliografía y contactar con fuentes originales, para reconstruir 
la lógica interna del texto, adquirir precisión terminológica y conceptual, y trabajar la 
relación texto - contexto histórico. 
 
 
1.2.- OBJETO Y CAMPO 
 
La psicología es la ciencia que estudia el comportamiento humano y los procesos, a 
través de diversos métodos de investigación y observaciones empíricas, sean éstas 
extrospectivas o introspectivas. Explora conceptos como la percepción, la atención, 
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https://tuvntana.files.wordpress.com/2015/06/historia-de-la-psicologia-david-hotershall-3ra-ed.pdf
https://tuvntana.files.wordpress.com/2015/06/historia-de-la-psicologia-david-hotershall-3ra-ed.pdf
 
 
 
 
 
 
la motivación, la emoción, el funcionamiento del cerebro, la inteligencia, la persona-
lidad, las relaciones personales, la consciencia y lo inconsciente. 
 
La psicología se enmarca en distintas áreas de la ciencia. No es posible encasillarla 
entre las ciencias naturales, las ciencias sociales, o las humanas, pues abarca to-
dos los aspectos del funcionamiento psíquico. Las distintas escuelas, teorías y sis-
temas psicológicos han enfocado sus esfuerzos en diversas áreas, coexistiendo 
desde los enfoques que se dirigen exclusivamente en la conducta observable como 
el conductismo, pasando por los que se ocupan de los procesos internos tales co-
mo el pensamiento, el razonamiento, la memoria, etc. como lo hace el cognitivismo, 
o las orientaciones que ponen de relieve las relaciones humanas y la comunicación 
apoyándose en la teoría de sistemas, hasta las corrientes psicológicas que se enfo-
can en los procesos psicodinámicos e inconscientes como lo hace el psicoanálisis. 
El alcance de estas teorías abarca desde el estudio del desarrollo infantil de la psi-
cología evolutiva hasta cómo los sereshumanos sienten, perciben o piensan; cómo 
aprenden a adaptarse al medio que les rodea o resuelven conflictos, etc. 
 
Bleger deja asentado en su libro Teoría de la conducta que la psicología estudia los 
seres humanos, pero refiere que como son muchas las ciencias que se ocupan del 
hombre y lo enfocan como objeto de estudio (historia, antropología, filosofía, socio-
logía, etcétera), es necesario una concepción que denote mayor especificidad de 
éste. El ser humano, como objeto de estudio de la psicología, puede ser entonces 
ser caracterizado por lo siguiente: 
 
a.- Su condición de pertenecer a una naturaleza muy peculiar: la humana. A partir 
de la época denominada como el Renacimiento (1300-1600 d.C.) es cuando el 
hombre comprende que forma parte de la naturaleza, pero mucho más tardía-
mente acepta que forma parte, además, de una naturaleza distinta y muy particu-
lar; su condición de ser social hace que paulatinamente se estructure una sínte-
sis integrada de naturaleza y sociedad, en la que esta última no es un factor su-
perficial que modifica características transitorias o no esenciales del ser humano, 
sino que cambia profunda y sustancialmente la primitiva condición de ser natural, 
en el sentido de depender en gran parte, o totalmente, de la naturaleza. 
b.- Su condición de ser concreto, esto es, que pertenece a determinada cultura, a 
determinada clase social, grupo étnico, religioso, y que esta pertenencia no es 
casual o aleatoria, sino que integra su ser y su personalidad. Que no se debe es-
tudiar la conciencia o la atención in abstracto, sino la conducta concreta de tal in-
dividuo o de tal grupo en tales condiciones concretas y en un momento dado. 
c.- Su condición de ser social, sólo por lo cual es un ser humano, que sólo llega a 
ser tal por la incorporación y organización de experiencias con los demás indi-
viduos; el conjunto de las relaciones sociales es lo que define al ser humano en 
su personalidad. 
d.- Su condición de ser histórico, tanto en el sentido individual como social, es el 
producto de un desarrollo en el cual emergen nuevas potencialidades, que no 
se dan de una vez para siempre en forma fija e inmutable. Este alto grado de 
desarrollo depende de una compleja organización de la materia viva y es reflejo 
de la estructura social en el más amplio sentido. 
e.- Porque el medio ambiente del ser humano es un ambiente social, del que pro-
vienen los estímulos fundamentales para la organización de sus cualidades 
psicológicas. 
f.- Porque no puede conocerse la condición del ser humano por pura reflexión; el 
conocimiento que se alcanza está, a su vez, socialmente condicionado. 
g.- Porque el hombre es el único de los seres vivos que puede pensarse a sí mis-
mo como objeto, utilizar el pensamiento, concebir símbolos universales, crear 
un lenguaje, prever y planificar su acción, utilizar instrumentos y técnicas que 
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modifican su propia naturaleza. Aun formando parte de la naturaleza, puede en 
cierta medida ser independiente de ella. Todo esto está en estrecha relación 
con su posibilidad -distinta a la de todos los animales- de producir sus medios 
de subsistencia. 
h.- Que la producción de esos medios de subsistencia crea la matriz fundamental 
de todas las relaciones humanas (Bleger, 1996, pág. 22). 
 
 
- Psicología de la Conducta. José Bleger. 
- http://files.psicologiaisef.webnode.com.uy/200000006-
6ccee6ebdb/Psicologia%20de%20la%20conducta.%20Bleger.pdf 
 
 
Se sugiere ampliar la bibliografía y contactar con fuentes originales, para reconstruir 
la lógica interna del texto, adquirir precisión terminológica y conceptual, y trabajar la 
relación texto - contexto histórico. 
 
 
1.3.- RELACIONES DE LA PSICOLOGÍA CON 
LAS CIENCIAS AFINES A LA INVESTIGACIÓN DELICTIVA: 
DERECHO, MEDICINA, CRIMINALÍSTICA 
 
Anteriormente fue posible apreciar que el ser humano no es objeto de estudio úni-
camente de la psicología, sino que también es tomado por otras ciencias. Desde 
esta perspectiva, tanto la psicología como otras ciencias relacionadas también a la 
investigación delictiva, tratan en forma común el comportamiento del hombre, el 
hombre en sociedad, las repercusiones de éste, su forma de expresión y en general 
toda manifestación humana que requiera de un análisis específico. 
 
Se entiende que la vida en sociedad, no está reducida a un solo campo de estudio, 
sino que se relaciona con variados paradigmas tales como el biológico, lo social, lo 
legal, etc. Allí es donde podemos ubicar que estos otros campos de conocimiento 
están llenos de componentes psicológicos, y que se hace necesaria la psicología 
para un mejor abordaje en el estudio del comportamiento desde las otras áreas; 
esto se observa, por ejemplo, en el planteamiento de los criterios de inimputabilidad 
en el ámbito del derecho, del conocimiento de patrones psicopáticos para la crimi-
nalística en el abordaje de una escena delictiva o para la realización de una autop-
sia forense para el médico legal. 
 
Al incluir ambas ciencias a la persona humana como individuo en su unicidad y 
además como ser responsable de sus actos, conductas y su capacidad para mane-
jarlos, es que la inclusión de la Psicología se hace de gran utilidad a la hora de ana-
lizar el porqué de la conducta delictiva de una persona. Es en este sentido que la 
Psicología se convierte en un medio probatorio, cuyo trabajo aporta en proporcionar 
un elemento pertinente y conducente para la resolución de los procesos que así lo 
requieran. 
 
 
Resulta entonces importante reflexionar acerca de la contribución que realiza la 
Psicología a las diferentes áreas de conocimiento. 
 
 
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http://files.psicologiaisef.webnode.com.uy/200000006-6ccee6ebdb/Psicologia%20de%20la%20conducta.%20Bleger.pdf
http://files.psicologiaisef.webnode.com.uy/200000006-6ccee6ebdb/Psicologia%20de%20la%20conducta.%20Bleger.pdf
 
 
 
 
 
 
Posteriormente reflejar dicha reflexión en el foro, aportando una conclusión perso-
nal, con el fin de intercambiar ideas. 
 
 
1.4.- PSICOLOGÍA CRIMINOLÓGICA VS. PSICOLOGÍA FORENSE 
 
La psicología criminológica pretende abordar la comprensión del fenómeno de la 
delincuencia, sus causas, efectos y tratamiento, con la finalidad de ayudar a su re-
ducción mediante métodos preventivos o de intervención. En otras palabras, es 
posible definir a la Psicología Criminológica como la ciencia que intenta comprender 
el crimen, sus causas y a sus autores, y dar herramientas para la creación de políti-
cas de estado que permitan su prevención y la intervención de diversas organiza-
ciones, instituciones, etc. 
 
La actuación de la Psicología Criminológica se da tanto dentro del mundo forense 
(prisiones, policía, tribunales) como en la propia comunidad, ya que trata de averi-
guar o de conocer qué es lo que induce a un sujeto a delinquir, qué significado tiene 
esa conducta para él, por qué la idea de castigo no lo atemoriza y le hace renunciar 
a sus conductas criminales, etc., tanto para implementar su actuación dentro de un 
campo como del otro. 
 
La Psicología Forense se refiere a aquellas actividades que el Psicólogo puede 
realizar en el foro, es decir en el ámbito tribunalicio. De este modo se entiende co-
mo la “ciencia que enseña la aplicación de todas las ramas y saberes de la Psicolo-
gía ante las preguntas de la Justicia, y coopera en todo momento con la Adminis-
tración de Justicia, actuando en el foro (tribunal), mejorando el ejercicio del Dere-
cho” (Urra, 1993). 
 
Se podría definir en una primera instancia la Psicología Forense como: «la aplica-
ción de la ciencia y profesión de la psicología a las cuestiones y temas legales» y 
de este planteamiento es posible establecer las diferentes instancias y áreas de 
aplicación. Actualmente dentro del foro, y por medio de la ley regulada en el código 
penal, el psicólogo forense tiene como principal función la pericia psicológica, sien-
do uno de sus aportes la posibilidadde brindar contenidos subyacentes a la estruc-
tura de la personalidad actuante frente a su acto alterante del orden jurídico. 
 
Jorge Degano bien lo plantea diciendo: “cuando el acto (o hecho) ha abierto un es-
pacio que, ocupado por el orden de lo distintivo de la singularidad de ese sujeto 
particularmente, no puede ser significado por los elementos de significación con 
que opera el Discurso Jurídico, se da un lugar de in-significación o espacio interro-
gativo-terreno de la subjetividad en tanto acto y del Derecho en tanto sanción” (De-
gano, 1993, pág. 141) 
 
Irene Talarico Pinto dice que la pericia psicológica “es el informe que brinda el psicó-
logo luego de haber estudiado y analizado el caso a peritar. Se trata de un proceso o 
acontecer, que transcurre durante varias horas, y frente a una o varias personas, que 
llegan para ser analizadas y evaluadas”, luego agrega: “El tipo de pericia aludido 
constituye el resultado del estudio que se hace respecto de esa persona, enviado por 
encargo de otro superior que es el Juez” (Talarico Pinto, 2002, pág. 72). 
 
La pericia psicológica consiste entonces en el estudio, la descripción y explicación 
psicológica de una persona, de aquellos aspectos que el Juez determine que son 
necesarios y relevantes para la resolución de la causa. En el ámbito forense, estos 
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aspectos acerca de los cuales solicita el Juez, que sean investigados por parte del 
perito psicólogo, son los llamados puntos de pericia. 
 
1.5.- LA PSICOLOGÍA SOCIAL. OBJETO Y CAMPO 
 
La Psicología Social es una de las ramas más importante de la Psicología. Se en-
carga de investigar la manera en que el ser humano se relaciona con otras perso-
nas, poniendo énfasis en la influencia de lo social en el comportamiento humano. 
Además, pretende comprender los factores sociales, las relaciones entre personas, 
así como la sociedad en su conjunto y las instituciones políticas y sociales. 
 
El campo de la Psicología Social podría entonces definirse como el estudio de los 
fenómenos sociales caracterizados por la naturaleza, siempre problemática de las 
relaciones que tienen lugar entre individuo y sociedad, aun cuando los términos de 
esta relación permanezcan ambiguos y entremezclados (Fischer, 1990, pág. 9). 
 
El campo de la Psicología Social se ha formulado a partir de la afirmación que el 
hombre es por naturaleza un ser social y desde una concepción determinada sobre 
el lugar del hombre en la sociedad. Considera este lugar como una situación espe-
cífica en la que se imbrican dos aspectos a priori irreductibles de la realidad: lo indi-
vidual y lo colectivo. Es decir que estudia y analiza cómo se articulan estos dos po-
los, cómo la acción de un individuo y las fuerzas de una sociedad estructurada ac-
túan entre sí. 
 
Se podría definir la psicología social como el estudio de las complejas relaciones 
existentes entre los individuos, los grupos y las instituciones dentro de una sociedad 
dada. Este sistema de relaciones no solamente está determinado por variables per-
sonales sino por un campo social que le imprime una forma propia y que da lugar a 
conductas caracterizadas en el plano sociocultural. 
 
Por lo tanto, la psicología social se ocupa de los procesos que forman las conduc-
tas sociales, entendiendo que, a su vez, esta conducta está determinada por la na-
turaleza de las relaciones en las que se halla inmerso un individuo. Tales relaciones 
están siempre socialmente situadas e insertas en las estructuras sociales. 
 
Toda relación está determinada al menos parcialmente por su inserción en un con-
texto o un medio dado. Este se define como un constructo social e indica que es 
una forma de intervención de la sociedad sobre sí misma. El campo social es un 
campo socialmente producido, en cierto modo petrifica la relación en las formas 
culturales y sociales preexistentes. 
 
Pero la articulación entre la determinación de las coerciones o construcciones y la 
dependencia de los comportamientos es fundamentalmente incierta y confiere al 
funcionamiento social y a los comportamientos un carácter ambiguo. La Psicología 
Social en este sentido es una interpretación de la ambigüedad social creada por la 
complejidad de estos procesos. 
 
Ahora bien, resulta importante pensar sobre qué tipo de individuo trabaja la Psico-
logía Social. Fischer propone al hombre como un ser racional, biológico y psicológi-
co. Dichos conceptos los desarrolla de la siguiente manera: 
 
- El hombre como ser racional: Para el pensamiento del siglo XVII el conocimiento 
del hombre procede aún de fuentes impuras. Es Descartes quién lo va a funda-
mentar sobre la evidencia de la reflexión, el hombre es un ser de razón y la guía 
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de la razón es la conciencia. La concepción cartesiana opera por tanto el paso 
que va desde la creencia sobre el hombre a una certeza sobre el hombre. Esta 
certeza está proporcionada por la razón mientras que la creencia es una seguri-
dad fundamentada únicamente sobre la intuición, es decir, que nos encontramos 
en torno a un elemento central del hombre como ser humano cuya conciencia se 
manifiesta como guía de la conducta. 
- El hombre como ser biológico: El siglo XVIII se caracteriza por un extraordinario 
apasionamiento por las Ciencias Naturales. Se estudia al hombre en relación a las 
especies animales. La anatomía viene a revolucionar las concepciones filosóficas 
tradicionales en relación al hombre en tanto que establece una descripción exter-
na e interna del organismo, elaborando así una nomenclatura de elementos cons-
titutivos que permitían introducir una especie de jerarquización relativa de la im-
portancia de las partes anatómicas, concediendo un lugar privilegiado al cráneo, 
ya que era considerado como el lugar, el asiento, del conocimiento. 
- El hombre como ser psicológico: Hacia finales del siglo XIX y principios del XX dos 
corrientes contribuyeron en la aparición de la psicología como una ciencia natural; 
éstas son la filosofía empirista y la corriente racionalista. La primera corriente pro-
pone una concepción de las actividades mentales en la que la percepción senso-
rial se consideraba como un proceso de recepción de estímulos exteriores que 
ponen de manifiesto la función adaptativa del comportamiento. Esto constituye la 
base de los conocimientos del hombre acerca del mundo que le rodea. Mientras 
que la segunda corriente, propone en 1879 con el laboratorio de Wundt, el estudio 
experimental de los fenómenos mentales obteniendo como resultado la estructura 
psíquica como un proceso complejo. La contribución esencial de esta nueva psi-
cología es concebir una psicofisiología, es decir el estudio de los procesos físicos 
implicados en la actividad mental o psicológica, en otras palabras, la demostración 
de la interacción de las funciones orgánicas y las relaciones psicológicas. 
 
1.6.- SUS PRECEDENTES Y PRECURSORES 
 
La Psicología Social se ha constituido a partir de reflexiones y conceptos proceden-
tes de otras disciplinas tales como la filosofía, la sociología y la psicología. Como 
todas las demás ciencias humanas se inscribe dentro de un esfuerzo por organizar 
el conocimiento sobre el hombre. 
 
Fischer menciona en su libro Psicología Social que, en Europa, el pensamiento so-
cial, con la influencia de Marx en el siglo XIX y de la mano de Durkheim a principios 
del siglo XX, sentó las bases de la Psicología Social, destacando la importancia de 
lo colectivo para la comprensión de los fenómenos psicológicos. A partir de ello el 
desarrollo de los siguientes autores se conformó el cuerpo de lo que hoy conoce-
mos como Psicología Social (Fischer, 1990): 
 
Comte 
 
La caracterización del individuo como ser social aparece de manera explícita con 
Augusto Comte, filósofo francés, considerado el fundador de la sociología. Su finali-
dad es el estudio del ser social en su conjunto, es decir estudia al hombre, su modo 
de ser en sociedad. ParaComte el hombre está también configurado por la socie-
dad en la que se encuentra, el nuevo objeto de estudio no será más el hombre de 
manera aislada sino el hombre arraigado a un grupo. 
 
 
Psicología Social Aplicada | 12 
 
 
 
 
 
 
Tarde 
 
Debemos a Gabriel Tarde, sociólogo, criminólogo y psicólogo social, el término de 
Psicología Social. A partir de su desarrollo podemos ver la auténtica germinación de 
dicho campo. Tarde postula que en el comportamiento del individuo aparecen de-
terminaciones sociales. Analiza principalmente al grupo y las instituciones en tanto 
que están compuestas por individuos. Se enfoca en el análisis de los aspectos cog-
nitivos y afectivos de la personalidad. Toma dos de los mecanismos esenciales de 
la psicología social: las opiniones y las actitudes. Así también hace referencia al 
término de imitación como un proceso fundamental de la realidad social. 
 
Le Bon 
 
Gustave Le Bon, sociólogo y físico, aporta un concepto de sumo interés para la 
Psicología Social. Abordará una situación colectiva esencial, es decir la muche-
dumbre. Realiza un estudio psicológico de los hombres agrupados y observa que el 
comportamiento de los hombres en esta situación difiere esencialmente de su psi-
cología individual. El mero hecho de encontrarse en una muchedumbre modifica al 
individuo, se convierte en un autómata y su unión con otros conduce a la formación 
de un ser nuevo que Le Bon denomina “el alma colectiva”. 
 
Durkheim 
 
Emile Durkheim, sociólogo y filósofo francés, esclarece de modo decisivo la impor-
tancia de lo social y de su interpretación. Mostrará que no puede haber sociología 
sin las sociedades, ni tampoco sociedad si no hay más que individuos. 
 
Durkheim sostiene que la sociedad es irreductible a los individuos que la componen 
al igual que las representaciones colectivas son diferentes de las representaciones 
y las emociones que afectan a los individuos; erige el funcionamiento de lo social 
sobre leyes propias. 
 
Fischer concluye que la constitución de la Psicología Social como disciplina será 
tributaria de esta visión y se realizará a partir de un modelo dicotómico individuo-
sociedad el cual, al menos en sus principios, se encerrará bien en un reducto socio-
lógico, bien en un reducto psicológico para pensar sobre lo social. 
 
- https://docslide.net/documents/psicologia-social-conceptos-fundamentales-
de-gustave-nicolasfischer-imprimiblepdf.html 
 
 
Se sugiere ampliar la bibliografía y contactar con fuentes originales, para reconstruir 
la lógica interna del texto, adquirir precisión terminológica y conceptual, y trabajar la 
relación texto - contexto histórico. 
 
 
1.7.- PSICOLOGÍA SOCIAL APLICADA 
 
Es posible hablar de la Psicología Social Aplicada como una manera de aproximar-
se a la realidad de las diversas vertientes y manifestaciones del comportamiento 
social humano caracterizado por: 
 
a.- El manejo de las teorías y/o de la metodología psicosocial. Extensión de la me-
todología psicosocial y extensión de la teoría psicosocial (Morales, 1982); 
Psicología Social Aplicada | 13 
https://docslide.net/documents/psicologia-social-conceptos-fundamentales-de-gustave-nicolas
https://docslide.net/documents/psicologia-social-conceptos-fundamentales-de-gustave-nicolas
https://docslide.net/documents/psicologia-social-conceptos-fundamentales-de-gustave-nicolas-fischer-imprimiblepdf.html
 
 
 
 
 
 
b.- El abordaje de asuntos de la vida cotidiana que interesan al hombre de la calle, 
en el sentido que a esta denominación le da Fritz Heider; 
c.- El análisis de las hipótesis en los escenarios reales de la vida diaria; 
d.- Una perspectiva interdisciplinar. 
 
Si se cumplen estos requisitos, tendremos asegurada la sensibilidad por los pro-
blemas sociales, la dimensión socio-política y los resultados aplicables. Es decir 
que los esquemas proporcionados por la cultura, que son los abordados por la Psi-
cología Social, funcionan como modelos de la realidad, cuya utilidad consiste en 
proporcionar una representación comprensiva de ella y como “modelos para” en 
tanto que nos permiten manipular la realidad a la que aluden. 
 
1.8.- LA DIMENSIÓN PSICOLÓGICA: 
REALIDAD Y REPRESENTACIÓN 
 
Durkheim fue el primero en introducir la idea de representación, haciendo referencia 
a la representación colectiva. Asimismo, atribuye a la Psicología Social la misión de 
estudiar las representaciones sociales. Este concepto fue elaborado por Moscovici 
(1961), quien pone de relieve las modalidades cognitivas específicas de elaboración 
de la realidad, para explicar las representaciones como construcciones mentales de 
lo social. 
 
La representación puede ser considerada como un modo de organizar nuestro co-
nocimiento de la realidad que está construida socialmente. Este conocimiento se 
elabora a partir de nuestros propios códigos de interpretación, es decir códigos cul-
turales, que en este sentido constituye en sí un fenómeno social. Desde este punto 
de vista, el proceso de representación introduce un carácter de diferenciación en las 
lógicas sociales y en los rasgos individuales, dando lugar a una construcción de la 
realidad, y al mismo tiempo integrando de manera específica la dimensión psicoló-
gica y la dimensión social. 
 
Dicho esto, es posible definir, en sentido amplio, la representación, como una acti-
vidad mental a través de la cual se hace presente, mediante una imagen, un objeto 
o un acontecimiento ausente. 
 
Diversos autores teorizaron acerca del concepto de representación, por ejemplo: 
 
Para Piaget, la representación social es la evocación de objetos ausentes, en imá-
genes mentales. El proceso de representación introduce un elemento nuevo que le 
es irreductible: un sistema de significaciones que incluyen una diferenciación entre 
el significante y el significado. 
 
Para Moscovici la representación social es “un sistema de valores, de nociones y de 
prácticas relativas a objetos, aspectos o dimensiones del medio social, que permite, 
no solamente la estabilización del marco de vida de los individuos y los grupos, sino 
que constituye también un instrumento de orientación de la percepción de situacio-
nes y de la elaboración de respuestas” (Fischer, 1990, p.117) 
 
Para Herzlich la representación social es como un proceso de construcción de lo 
real. Pone el acento en el estudio de los modos de conocimiento y de los procesos 
simbólicos en su relación con las conductas. 
 
Para Jodelete el concepto de representación social designa una forma de conoci-
miento específico, el saber del sentido común, cuyos contenidos manifiestan la ope-
Psicología Social Aplicada | 14 
 
 
 
 
 
 
ración de procesos generativos y funcionales socialmente marcados, es decir que 
designa una forma de pensamiento social. 
 
Las representaciones sociales son modalidades de pensamiento práctico orienta-
das hacia la comunicación la comprensión y el dominio del entorno social material e 
ideal. 
 
Finalmente, Fischer define la representación social como “un proceso de elabora-
ción perceptiva y mental de la realidad que transforma los objetos sociales (perso-
nas, contextos, situaciones) en categorías simbólicas (valores, creencias, ideolo-
gías) y le confieren un estatuto cognitivo que permite captar los aspectos de la vida 
ordinaria bien mediante un reenmarque de nuestras propias conductas en el interior 
de las interacciones sociales” (Fischer, 1990, p. 117). 
 
Por otro lado, Fischer trabaja algunas características generales de la representa-
ción social, correspondientes tanto a su estructuración, como a su contenido. 
 
A nivel de la estructuración, refiere que: 
 
a.- Es la transformación de una realidad social en un objeto mental. Desde este 
punto de vista no es jamás una réplica, no restituye en su integralidad los datos 
materiales, sino que los selecciona y los distorsiona en función del puesto que 
ocupan los individuos de una determinada situación social y de las relaciones 
que mantienen con los demás. 
b.- Es un procesorelacional. Se desarrolla en función de la situación de una per-
sona, de un grupo, de una institución, de una categoría social, en relación con 
la de otra persona, grupo, o categoría social. 
c.- Es un proceso de remodelado de la realidad, en cuanto tiene como finalidad la 
de producir informaciones significativas. Es la recreación de la realidad. Apare-
ce, como una elaboración dinámica, como una nueva captación y una interiori-
zación de los modelos culturales y de las ideologías dominantes que actúan en 
una sociedad. 
d.- La transformación operada por las representaciones se manifiesta como un 
trabajo de naturalización de la realidad social ya que interpreta los elementos 
sociales segándola. (Fischer, 1990) 
 
A nivel de contenido, explica que: 
 
a.- El contenido de la representación es en primer lugar cognitivo. Se trata de un 
conjunto de informaciones relativas a un objeto social que puede ser variada, 
estereotipada. 
b.- El contenido de la representación viene marcado por su carácter significativo. 
Es una relación figura/sentido que expresa una correspondencia entre estos 
dos polos. Así las significaciones pasan por imágenes y estás imágenes produ-
cen significaciones. Resalta que el carácter significativo nunca es independien-
te de su carácter figurativo. 
c.- Tienen un contenido simbólico directamente relacionado con el aspecto prece-
dente. Este aspecto lo aborda Moscovici, quien plantea que el símbolo consti-
tuye un elemento de la representación en la medida en que, por un lado, el ob-
jeto presente designa lo que está ausente de nuestras percepciones inmedia-
tas, y por otro, lo que está ausente, adquiere significación apoyándose sobre él 
y confiriéndole cualidades que le dan sentido. Desde este punto de vista, el 
contenido simbólico de las representaciones, se refiere a la estructura imagina-
ria de los individuos y constituyen uno de sus modos de expresión en que la 
Psicología Social Aplicada | 15 
 
 
 
 
 
 
realidad, según la interpretación psicoanalítica, es construida por los deseos, 
las expectativas y los sentimientos que se proyectan sobre ella. 
 
Estos procesos que se dan en las representaciones, han sido definidos por Mosco-
vici en los términos objetivación y anclaje. Muestran cómo lo social se apodera de 
un objeto, de una información, de un acontecimiento, y lo transfigura. Son procesos 
integradores en la medida en que articulan interacciones que relacionan lo psicoló-
gico y lo social. Son a la vez, actividades psíquicas que ponen en juego un conjunto 
de mecanismos mentales y fenómenos sociales marcados por los contextos en los 
cuales se expresan. Finalmente refiere Fischer que “garantizan por medio de esta 
interactividad una función de filtrado cognitivo, en la medida en que integran de ma-
nera específica la naturaleza flotante, inesperada o nueva de los acontecimientos 
en una visión aceptable y coherente”. (Fischer, 1990, p. 120) 
 
 
 
ACTIVIDAD INDIVIDUAL OBLIGATORIA 
 
Trabajo Práctico Nº 1 
 
De acuerdo a los conceptos desarrollados y a la profundización realizada mediante 
la bibliografía sugerida, aborde los siguientes puntos: 
 
1.- Conceptualice la Psicología Social y desde allí defina su vínculo con la crimino-
logía. 
2.- Describa un hecho social que pueda ser de interés tanto a la Psicología Social 
como a la Criminología. 
3.- Identifique en el hecho social descripto la representación social. 
 
 
 
 
Psicología Social Aplicada | 16 
 
 
 
 
 
 
UNIDAD II: 
TEORÍAS DE LA PERSONALIDAD 
 
En la historia de la psicología existen diversas teorías de la personalidad. Los con-
ceptos de personalidad, estructura y rasgo, que además se encuentran íntimamente 
relacionados, pertenecen al espacio de desarrollos teóricos de la clínica. Son térmi-
nos utilizados con gran frecuencia en nuestro lenguaje habitual, por lo que sin duda 
poseen una amplia plasticidad significativa que cada persona asigna en términos 
uso cotidiano. De allí el interés en exponer ciertos conceptos que permitan utilizar 
dichos términos de una manera entendible y precisa en el terreno científico. 
 
Gordon Allport (1897-1967), psicólogo estadounidense y pionero en el estudio de la 
personalidad, en el Manual de Psicología de la Personalidad (1937) recoge más de 
cincuenta definiciones de Personalidad de diversos autores. En un intento de cate-
gorización las clasificó en cinco grupos, dividido de acuerdo al origen en el cual se 
basaba cada una de ellas para definir las personalidades. Estas son: 
 
a.- Definiciones aditivas; 
b.- Definiciones integrativas o configuracionales; 
c.- Definiciones jerárquicas; 
d.- Definiciones en términos de ajuste; 
e.- Definiciones basadas en la distinción de rasgos. 
 
Asimismo, en el mismo sentido, Leon Levy (1970) sintetiza los objetivos fundantes 
de la “Psicología de la Personalidad” asumibles por la mayoría de los tratadistas: 
 
a.- Describir qué tipo de persona es el individuo que, en cada caso, se estudia; 
b.- Explicar cómo ha llegado a ser lo que es, a desarrollar las características que lo 
definen como individuo; 
c.- Determinar en qué condiciones la organización peculiar de sus características 
individuales puede cambiarse o mantenerse; 
d.- Señalar cómo se puede emplear todo lo anterior para explicar la conducta del 
sujeto y predecir su comportamiento futuro. 
 
2.1.- TEORÍA DE LA PERSONALIDAD: 
PERSONALIDAD, CONDUCTA, ESTRUCTURA Y RASGO 
 
Foucault dice en una de sus vastas entrevistas que, si tuviera que elegir, de todas 
las máscaras o disfraces, él elige en tercer lugar la del filósofo, en segundo lugar, la 
del psicoanalista y en tercer lugar la del historiador. 
 
En esta ocasión retenemos de esta frase la noción, tan clara para pensar la perso-
nalidad, que es la de la máscara, prosopón, aquella que acompañaba a los griegos 
para dar pie en el proscenio del teatro griego. De allí deviene el concepto de perso-
nalidad: “resonar a través de…” 
 
La personalidad puede sintetizarse como el conjunto de características o patrón de 
sentimientos, emociones y pensamientos ligados al comportamiento, es decir, acti-
tudes y hábitos que hacen a la conducta de cada individuo, que persiste a lo largo 
del tiempo frente a distintas situaciones distinguiendo a un individuo de cualquier 
otro, haciéndolo diferente a los demás. Asimismo, ésta persiste en el comporta-
miento de las personas con cierta congruencia a través del tiempo, aun en distintas 
Psicología Social Aplicada | 17 
 
 
 
 
 
 
situaciones o diversos momentos, otorgando algo único a cada individuo que lo 
caracteriza como independiente y diferente. 
 
Ambos aspectos de la personalidad, la distinción y la persistencia, tienen una fuerte 
vinculación con la construcción de la identidad, a la cual modela con características 
denominadas rasgos o conjuntos de rasgos que, junto con otros aspectos del com-
portamiento, se integran en una unidad coherente que finalmente describe a la per-
sona. Ese comportamiento tiene una tendencia a repetirse a través del tiempo de 
una forma determinada, sin que quiera decir que esa persona se comporte de modo 
igual en todos los casos. Es decir, la personalidad es la forma en que pensamos, 
sentimos, nos comportamos e interpretamos la realidad, mostrando una tendencia 
de ese comportamiento a través del tiempo, que nos permite afrontar la vida y mos-
trarnos el modo en que nos vemos a nosotros mismos y al mundo que nos rodea. 
 
Finalmente, cabe destacar que la personalidad será fundamental para el desarrollo 
de las demás habilidades del individuo y para la integración con grupos sociales. 
 
2.2.- DEFINICIONES DE PERSONALIDAD 
DESDE DIFERENTES AUTORES 
 
Sigmund Freud (1856-1939) 
 
La personalidad es el patrón de pensamientos, sentimientos y conducta que pre-
senta una persona y que persiste a lo largo de toda su vida, a través de diferentes 
situaciones. 
 
Hans Jürgen Eysenk (1916-1997) 
 
La personalidad es una organización más o menos estable y duradera del carácter, 
temperamento, intelectoy físico de una persona, que determina su adaptación úni-
ca al ambiente. 
 
Gordon Allport (1897-1967) 
 
La personalidad es la organización dinámica de los sistemas psicofísicos que de-
termina una forma de pensar y de actuar, única en cada sujeto en su proceso de 
adaptación al medio. 
 
2.3.- PRINCIPALES TEORÍAS DE LA PERSONALIDAD 
 
Como vemos, diferentes corrientes y autores han establecido diversas teorías y 
modelos de personalidad. A continuación, se explican brevemente algunas de las 
principales teorías de la personalidad, las cuales parten de distintos enfoques, co-
mo el internalista, el situacionista y el interaccionista; o el correlacional, el experi-
mental, o bien, el clínico. 
 
1.- Teoría de la personalidad de Freud: primera y segunda tópica del 
aparato psíquico. 
 
La corriente psicodinámica ha aportado diversas teorías y modelos de personali-
dad, siendo las más conocidas las del llamado padre del psicoanálisis, Sigmund 
Freud (1856-1939), médico neurólogo austríaco. Para él, el comportamiento y la 
personalidad están vinculados a la existencia de impulsos que necesitamos llevar a 
Psicología Social Aplicada | 18 
 
 
 
 
 
 
la práctica y el conflicto que supone esta necesidad y la limitación que la realidad 
supone para su cumplimiento. 
 
En su primera tópica, Freud proponía que la psique humana estaba estructurada en 
tres sistemas: uno inconsciente regido por la búsqueda de la reducción de tensio-
nes y que funciona a través del principio de placer; uno consciente, que es regido 
por la percepción del mundo exterior, la lógica y el principio de realidad; y un pre-
consciente, en el que los contenidos inconscientes pueden hacerse conscientes y 
viceversa. 
 
En la segunda tópica, Freud determina una nueva gran estructura de la personali-
dad que no deja de ser compatible con la anterior. En ella la psique está configura-
da por tres instancias psíquicas, el Ello, el Yo y el Superyó. El Ello es la parte más 
instintiva, que rige y conduce la energía interna en forma de impulsos y de la cual 
parten todas las demás estructuras. 
 
 
 
El Yo sería el resultado de la confrontación de los impulsos y pulsiones con la reali-
dad -las exigencias del mundo exterior-, siendo una estructura mediadora y en con-
tinuo conflicto que emplea diferentes mecanismos para sublimar o redirigir las ener-
gías provenientes de los impulsos. Por último, la tercera instancia es el Superyó o la 
parte de la personalidad que viene dada por la sociedad y que tiene como principal 
función juzgar y censurar las conductas y deseos que no son socialmente acepta-
bles. 
 
La personalidad se va construyendo a lo largo del desarrollo, en diferentes fases, 
en base a los conflictos existentes entre las diferentes instancias y estructuras y los 
mecanismos de defensa aplicados para intentar resolverlos. 
 
Uno de los aportes fundamentales de Freud fue el de considerar que el yo se en-
cuentra en situación de vasallaje -es decir, de servidumbre- en relación al ello y a 
las exigencias del mundo exterior. Esto se contrapone con la tradicional idea que, 
desde Platón, se imponía en la cultura: la psique, el alma, es un carro alado impul-
sado por dos caballos: el alma apetitiva y el alma irascible están gobernado, condu-
cidos, por el alma racional, equivalente al yo. 
 
Para decirlo de manera sencilla, en una lectura freudiana, se da vueltas esta ecua-
ción y ya no es el ser humano el amo y señor de sus conductas, ya no es el yo 
aquel regente en el mundo de los impulsos. Es decir, en palabras de Freud, que 
hay algo que escapa a la razón, que está más allá de la voluntad de decir. En los 
lapsus, en los sueños, en los actos fallidos y el olvido de los nombres propios apa-
Psicología Social Aplicada | 19 
https://psicologiaymente.com/psicologia/ello-yo-superyo-sigmund-freud
 
 
 
 
 
 
recen las formaciones del inconsciente, instancia que escapa al gobierno de la ra-
zón, y en la cual el yo es más bien un siervo. 
 
 
Ampliar los conceptos brindados con la siguiente bibliografía: 
 
- Freud, S. en Obras Completas, Libro 19, El yo y el ello, y otras obras (1923-1925), 
Amorrortu editores. 
 
 
 
- https://agapepsicoanalitico.files.wordpress.com/2013/07/yo-y-ello.pdf 
 
 
 
Documental de Sigmund Freud, donde se aborda las principales nociones de su 
teoría. 
 
- https://www.youtube.com/watch?v=tQ0Koa3vvPU 
 
 
 
2.- Teoría de la personalidad de Jung 
 
La teoría de Carl Gustav Jung (1875-1961), médico psiquiatra, psicólogo y ensayista 
suizo, tiene como concepto central el individualismo. Divide a la psique en 3 partes: 
 
1.- El YO: que se identifica con la mente consciente. 
2.- El Inconsciente Personal: todo aquello que se forma en el pasado del individuo. 
Son los recuerdos reprimidos o que debido a su irrelevancia se eliminan; a su 
vez, éste contiene partes de la personalidad que no logran aflorar del todo en la 
conciencia. 
3.- El Inconsciente Colectivo: que se centra en la atmósfera de lo desconocido, es 
decir, en el pasado filogenético de cada individuo. 
 
Jung postula que nacemos de una herencia psicológica y biológica, y ambos son 
determinantes de la conducta y las experiencias. En este caso, el material no se 
origina de las experiencias personales, estos tienen cierta relación con los arqueti-
pos que, según el autor, son la tendencia o predisposiciones heredadas para res-
ponder al mundo. Estos arquetipos, se representan mediante figuras mitológicas, 
algunas de las cuales y las más conocidas son: el niño divino, el doble, el viejo, el 
sabio y la madre primordial. 
 
Cada una de las partes de la estructura de la personalidad son también un arqueti-
po, dicha estructura se caracteriza por: el yo, la persona, la sombra, el ánima, el 
animus y el self. 
 
Por otro lado, Jung nos habla de dos actitudes básicas para la personalidad: 
 
- La introversión: las personas son guiadas hacia dentro, se preocupan más en ver 
cómo el mundo les afecta a ellos mismos, sintiéndose mejor solo, con su mundo 
interior y los sentimientos propios, pero no con los del resto. 
- La extraversión: las personas son guiadas hacia lo externo y ven cómo ellos lo-
gran dar un impacto hacia el mundo, orientándose hacia las relaciones sociales, el 
mundo y las cosas. 
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https://agapepsicoanalitico.files.wordpress.com/2013/07/yo-y-ello.pdf
https://www.youtube.com/watch?v=tQ0Koa3vvPU
 
 
 
 
 
 
Por esto, tanto la introversión como la extraversión no son puras, si bien es cierto 
que uno suele predominar, estas varían dependiendo el contexto o la situación, ya 
que estas dos guardan relación con las funciones de pensamiento, sentimiento, 
sensación e intuición. Así mismo, estas últimas, se encargan de establecer ciertos 
parámetros para la formación de nuestra personalidad. 
 
Según Jung, las personas encontramos nuestra personalidad cuando dejamos de 
lado la careta o máscara (persona) y cuando logramos reconocer que todos tene-
mos un lado oscuro (sombra); entonces al poder afrontar esto, encontramos la ver-
dadera personalidad (el Self). Por ello, el Self es el equilibrio, es aquí donde logra-
mos reconocernos a nosotros mismos, la culminación del individualismo y la armo-
nía con uno. 
 
 
Jung en sus propias palabras desarrolla las nociones recién trabajadas. 
 
- https://youtu.be/2BZ3hH8fd3k 
 
 
3.- Teoría fenomenológica de Carl Rogers 
 
Desde una perspectiva humanista-fenomenológica de enfoque clínico, Carl Rogers 
(1902-1987), psicólogo estadounidense, propone que cada persona tiene su campo 
fenomenológico o manera de ver el mundo, dependiendo su conducta de dicha per-
cepción. 
 
El punto clave que Rogers aporta, es precisamente el de considerar que los huma-
nos tienden a una tendencia a la realización; asimismo, menciona que la fuerza 
básica en el ser humano es positiva por naturaleza. Lo que se busca con ello, es la 
satisfacción personal y entablar relaciones estrechas con los otros, sin duda esto es 
gran parte de la perspectiva humanista. 
 
Lapersonalidad se deriva del autoconcepto o simbolización de la experiencia de la 
propia existencia, la cual surge de la integración de la tendencia a la actualización o 
tendencia a mejorarse a sí mismo con las necesidades de sentir amor por parte del 
entorno. La autoestima deriva del contraste entre la conducta y la consideración o 
respuesta que se reciba por parte de ese entorno. 
 
De allí devine el hecho que Rogers sostenga que las personas no conocen su po-
tencial, se mantienen en un estado de “ser y convertirnos en”, por lo cual no es 
apropiado hablar de realidades absolutas, o cuál es la acertada, sino brindar a la 
persona un ambiente en el que pueda seguir creciendo en lo personal y lo social. 
 
 
Para profundizar los desarrollos de la teoría de Roger, se sugiere la siguiente bi-
bliografía: 
 
- Gondra, J. (1975). La Psicoterapia de Carls Rogers. Bilbao: Desclée de Brouwer. 
 
 
4.- Teoría de los constructos personales de Kelly 
 
Es una de las teorías de la personalidad derivada del cognitivismo y el constructi-
vismo, de enfoque también clínico. Para este autor, George Kelly (1905-1967), psi-
Psicología Social Aplicada | 21 
https://youtu.be/2BZ3hH8fd3k
 
 
 
 
 
 
cólogo estadounidense, cada persona tiene su propia representación mental de la 
realidad y actúa de manera científica intentando dar una explicación a lo que le ro-
dea. 
 
Kelly considera que la personalidad se constituye como un sistema jerarquizado de 
constructos personales dicotómicos que tienen influencia entre sí, los cuales forman 
una red con elementos nucleares y periféricos mediante los cuales intentamos dar 
respuesta y hacer predicciones de futuro. Lo que motiva la conducta y la creación 
del sistema de constructos es el intento de controlar el medio gracias a la capacidad 
de predicción derivada de ellos y a la mejora de dicho modelo predictivo mediante 
la experiencia. 
 
 
Para profundizar los desarrollos de la teoría recién desarrollada, se sugiere la si-
guiente bibliografía: 
 
- Maher, B. (comp.), (2001) George A. Kelly. Psicología de los constructos persona-
les. Paidós: Buenos Aires. 
 
 
5.- Teoría de la personalidad ideográfica de Allport 
 
Gordon Willard Allport (1897-1967), psicólogo estadounidense, considera que cada 
individuo es único en el sentido de que tiene una integración de las diferentes ca-
racterísticas diferente a cualquier otra persona. Se basa más bien en lo ideográfico, 
aquello que hace único a cada individuo, proponiendo de esta forma a los seres 
humanos como entes activos con un especial enfoque al cumplimiento de metas. 
Se trata de uno de los autores que trabaja la personalidad a partir de elementos 
estructurales y estables, los rasgos, que luego denominó disposiciones personales. 
Definió la disposición personal como “una estructura neuropsicológica generalizada 
y única a cada individuo, con la capacidad de interpretar y manejar muchos estímu-
los funcionalmente equivalentes, y de iniciar y guiar formas consistentes con un 
comportamiento adaptativo y estilístico. Estas están influenciadas por nuestras ex-
periencias de la infancia, nuestro entorno actual y la interacción entre ambos”. All-
port creía que la personalidad estaba compuesta por tres tipos de rasgos: cardinal, 
central y secundario. 
 
Los rasgos cardinales son los que predominan en toda la vida de un individuo, es la 
característica innata fundamental de la persona, que se aprende o se adopta, a 
menudo hasta el punto que la persona se da a conocer sólo a través de estos ras-
gos. El origen y el significado de términos son principalmente descriptivos. Allport 
sugirió que los rasgos cardinales tienden a desarrollarse a lo largo de la vida y le 
ayudan en la búsqueda de un propósito. 
 
Los rasgos centrales son las características generales que forman los fundamentos 
básicos de la personalidad. Aunque no son tan dominantes como los cardinales, 
son las características más comunes, y las que se utilizan para describir a la perso-
na, por ejemplo, cuando decimos: inteligente, tímido, honesto o ansioso. 
 
Finalmente, los rasgos secundarios son los que a veces están relacionados con las 
actitudes o preferencias de la persona y, a menudo aparecen sólo bajo circunstan-
cias específicas, como por ejemplo la actitud para hablar frente al público. 
 
Ahora bien, avanzando en la teoría de Allport, es factible decir que el conjunto de 
rasgos se integraría en el propium o sí mismo, el cual se deriva de la autopercep-
Psicología Social Aplicada | 22 
 
 
 
 
 
 
ción y autoconciencia generadas y compuestas por de la experiencia de identidad, 
la percepción de la corporalidad, los intereses y la autoestima, la racionalidad y la 
intencionalidad. 
 
- Allport, Gordon. La Personalidad: su configuración y desarrollo. Ed. Herder 
 
 
6.- Teoría de la personalidad de Cattell 
 
La teoría de la personalidad de Raymond Cattell (1905-1998), psicólogo británico, 
es una de las más famosas y reconocidas teorías factoriales de la personalidad. 
Estructuralista, correlacional e internalista, considera que la personalidad puede 
entenderse como función de un conjunto de rasgos, los cuales se entienden como 
la tendencia a reaccionar de determinada manera a la realidad. 
 
Estos rasgos pueden dividirse en temperamentales, que los elementos que nos indi-
can cómo se actúa; dinámicos, que reflejan la motivación de la conducta o actitud; o 
aptitudinales, que son las habilidades del sujeto para llevar a cabo la conducta. 
 
Los más relevantes son los temperamentales, de los cuales Cattell extraería dieci-
séis factores primarios de la personalidad: afectividad, inteligencia, estabilidad del 
yo, dominancia, impulsividad, atrevimiento, sensibilidad, suspicacia, convenciona-
lismo, imaginación, astucia, rebeldía, autosuficiencia, aprehensión, autocontrol y 
tensión. 
 
La dinámica de la personalidad también depende de la motivación, encontrando 
diferentes componentes en forma de rasgos dinámicos o actitudes entre los que se 
encuentran los “ergios” (forma de actuar ante estimulaciones concretas como el 
sexo o la agresión) y los “sentimientos”. 
 
 
- Cloninger, Susan. Teorías de la personalidad, Parte III. Ed. PEARSON 
EDUCACIÓN, México, 2003. 
 
 
7.- Teoría de la personalidad de Eysenck 
 
Desde una posición también internalista y factorial centrada en lo biológico, Hans 
Jürgen Eysenck (1916-1997), psicólogo inglés de origen alemán, genera una de las 
hipótesis explicativas de la personalidad más importantes desde un enfoque corre-
lacional. Este autor genera el modelo PEN, el cual propone que las diferencias de 
personalidad se basan en elementos biológicos que permiten procesos como la 
motivación o la emoción. 
 
Postula que la personalidad es una estructura relativamente estable del carácter, el 
intelecto, el temperamento y el físico, aportando respectivamente cada uno de ellos 
la voluntad, la inteligencia, la emoción y los elementos biológicos que los permiten. 
 
Describe tres factores principales en los cuales pueden agruparse todos los demás, 
siendo estos: 
 
1.- el psicoticismo o tendencia a actuar con dureza, 
2.- el neuroticismo o estabilidad emocional y 
3.- la extraversión/introversión o focalización en el mundo exterior o interior. 
 
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Los tres factores del modelo PEN integran los diferentes rasgos de personalidad y 
permiten que el organismo reaccione de determinadas maneras a la estimulación 
ambiental a partir de respuestas conductuales más o menos específicas y frecuentes. 
 
- Cloninger, Susan. Teorías de la personalidad, Parte III. Ed. PEARSON 
EDUCACIÓN, México, 2003. 
 
 
 
ACTIVIDAD INDIVIDUAL OBLIGATORIA 
 
Trabajo Práctico Nº 2 
 
1.- De acuerdo a las teorías desarrolladas, defina con sus palabras lo que es la 
personalidad y como se relaciona dicho concepto con los rasgos y la conducta. 
2.- Desarrolle con mayor profundidad dos de las teorías de personalidad que le 
haya interesado, fundamentando lo que lo motivó. 
 
 
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UNIDAD III: 
SOCIEDAD E INSTITUCIÓN 
DESDE UNA PERSPECTIVA PSICOLÓGICA 
 
Los conceptos que se desarrollan en la presente unidad aportan a la construcción 
del objeto de estudio de la Psicología Social como campo de problemáticas. Se 
pretende una aproximación a la lectura de la dimensión social e institucional en la 
trama de relaciones psicosociales que intervienen de modo decisivo en la produc-
ción de subjetividad. 
 
El supuesto de conocimiento que nos orienta es la posibilidad de pensar la dimen-
sión de sociedad e institución en una trama de relaciones psicosociales imbricadas 
en la interacción por la diferencia singular y el intercambio de tensiones y conflictos 
que generan condiciones históricas materiales, simbólicas e imaginarias, y que con-
figuran un cierto modelo de orden social, con sus formas de organización, regula-
ción y resistencias en un momento socio-histórico determinado. 
 
 
3.1.- SOCIEDAD E INSTITUCIÓN, 
PROCESO DE INSTITUCIONALIZACIÓN SOCIAL 
 
Las instituciones acompañan a la humanidad desde sus inicios. Permiten un orden, 
lo que implica que protegen a una sociedad del caos. Son las encargadas de 
transmitir, lo que está permitido y lo que está prohibido, lo que hace que sea legíti-
mo por una ley o lo que está habilitado por las costumbres, etc. Es en este sentido, 
que es posible decir que la dimensión institucional produce subjetividades, ya que 
las instituciones disponen discursos, prácticas, acciones, para que formemos en 
parte de su modo de organización. 
 
Hablamos de producción de subjetividad en tanto es posible ver a lo largo de la 
historia cómo el sujeto al formar parte de una sociedad y de una institución no sólo 
se identifica a ella, sino que también puede modificarla. 
 
Las sociedades constituyen, en la tradición de la Sociología, su núcleo central. El 
pensador clásico del positivismo, Emile Durkheim (1858-1917), en dicho sentido no 
vacila en definir a la sociología como una ciencia de las instituciones, abocándose 
para ello al estudio de sus orígenes y su funcionamiento. En otras palabras, es po-
sible decir que Durkheim aborda la sociología desde el estudio de las relaciones de 
los individuos con las instituciones, en términos de costumbres, representaciones 
colectivas, normas y leyes, analizando los límites del comportamiento posible y la 
posibilidad de convivencia a partir de ello. 
 
Desde la filosofía idealista, George W.F. Hegel (1770-1831) define al sujeto como 
un ser humano que sólo puede ser pensado, en tanto que humano -distinto que el 
ser animal-, como ser social. 
 
Por su parte Karl Marx (1818-1883), influido por el anterior, pero desde una premisa 
materialista y crítica de la historia, define la sociedad por el modo de producción: 
sus formas y relaciones de producción y reproducción social que a su vez van ha-
ciendo la Historia. Son las relaciones económicas producidas en las acciones del 
hombre en su lucha por apropiarse de la naturaleza y satisfacer necesidades lo que 
para el autor es una sociedad. Es decir que la sociedad es producto de la acción 
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recíproca de los hombres cualquiera sea su forma, según el modo concreto de pro-
ducción. 
 
Por otro lado, Max Weber (1864-1920), analiza la relación social y sus ajustes a 
normas obligatorias y valores que operan como modelos de comportamiento. Ela-
bora una teoría acerca de la racionalidad que orienta las relaciones sociales y esta-
blece categorías de fin y medios, para establecer la distinción entre Comunidad y 
Sociedad, definiendo a lo primero como aquello que surge del encuentro de los in-
dividuos en tanto afecto, solidaridad, etc. Mientras que una sociedad surge como la 
unidad por un punto en común, una ley, una costumbre, un orden. 
 
- Durkheim, Émile. Las reglas del método sociológico. (1895) 
- Marx, Karl. El capital. Crítica de la economía política. (1867) 
- Weber, Max. Sociología del Poder. (1920) 
 
Desde estos pensadores clásicos de inicios de la modernidad, el conocimiento es 
una producción donde subyacen reflexiones y percepciones filosóficas, jurídicas, 
antropológicas, políticas y existenciales que van configurando lo social y de esta 
forma produciendo un lenguaje para designar, para nombrar, en función de los con-
textos específicos de cada época. 
 
En este sentido, Ibáñez Gracia en Aproximaciones a la Psicología Social precisa 
dos rasgos relevantes de lo social, un carácter simbólico y cultural acentuando allí 
el papel del lenguaje, y un carácter psicosocial, lo relacional, resultante de la inter-
nalización de la experiencia en la interacción humana. Así es como afirma que “lo 
social no aparece hasta el momento en que se constituye un mundo de significados 
compartidos entre varias personas (…) Son construidas conjuntamente a través de 
la comunicación y por lo tanto se sitúan en la esfera de los signos” (Ibáñez García, 
1990, p. 278). 
 
El proceso de institucionalización implica entonces un orden social. La instituciona-
lización aparece cada vez que se da una tipificación recíproca de acciones habitua-
lizadas de los individuos. La misma se va formando a través de un proceso histórico 
compartido entre sus miembros. Es decir, normas que siempre son accesibles a 
todos los integrantes de un determinado grupo social. Las instituciones intentan 
regular, controlar y ordenar el comportamiento humano, estableciendo pautas defi-
nidas de antemano que orientan en una dirección determinada el comportamiento 
del hombre. Por lo tanto, decir que un sector de la sociedad humana se ha institu-
cionalizado, es hablar en términos de control social. 
 
Berger y Luckmann ilustran esta situación de la tipificación: cuando dos sujetos in-
teractúen, uno atribuirá motivos a las acciones recurrentes del otro y las tipificará. El 
otro hará lo mismo. En el curso de esta interacción se establecerán tipificaciones 
recíprocas que darán lugar a lo que llamamos “roles”, como por ejemplo el trabajo, 
la territorialidad, la sexualidad, etc. (2003). Sin embargo, los autores sostienen que 
todavía en este punto no se puede hablar de una institución: el paso decisivo ocurri-
rá cuando éstos sujetos tengan descendencia y transmitan a ellos sus costumbres. 
A partir de aquí es cuando se puede hablar de una institución en sentido estricto, 
debido a que, al ser transmitida a la nueva generación, esta deberá acatarla y la 
vivirá como un hecho objetivo y externo, que le antecede, con identidad propia y 
que ejerce una función coercitiva. 
 
 
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A partir de ello, y siguiendo a los autores mencionados, es posible plantear tres 
momentos en la dialéctica de la construcción de las instituciones: 
 
1.- la externalización de una actividad humana; 
2.- la objetivación de dicha actividad que pasa a ser concebida como un fenómeno 
con identidad propia; y 
3.- la internalización, gracias al cual el mundo social objetivado se proyecta en la 
conciencia durante la socialización. 
 
 
- Berger y Luckmann. La construcción social de la realidad. Amorrortu Editores. 
 
 
3.2.- NOCIONES Y CONCEPTOS DE INSTITUCIÓN. 
DIMENSIÓN INSTITUIDA Y DIMENSIÓN INSTITUYENTE 
 
Desde el campo de conocimiento de las Ciencias Sociales se puede definir a la 
Institución como aquello que da comienzo, lo que establece, lo que forma una so-
ciedad, es decir lo que otorga cierta conservación, mantenimiento y formación de 
una sociedad. Aparecen así las diferentes Instituciones como la religión, la educa-
ción, el trabajo, etc. como duraderas casi inamovibles y que además vienen a ser 
un instrumento de transmisión. Las instituciones permiten la identificación, subliman 
las pulsiones agresivas y organizan una sociedad para que ésta pueda funcionar 
como tal. Sin embargo, ellas se transforman según los momentos históricos de la 
sociedad. Es decir, que la noción institución designa por un lado aquello que está 
establecido, que se mantiene y reproduce,que en otras palabras sería lo instituido, 
y, al mismo tiempo, por otro lado, designa aquello que está en movimiento incesan-
te en el curso de los procesos de transformación psicosocial o procesos intersubje-
tivos donde los sujetos cuestionan, interrogan y transforman, que vendría a ser lo 
instituyente. 
 
Ambas nociones en tensión, instituido-instituyente, forman la Institución que se pre-
senta como una unidad y propone un ideal de ordenamiento, como un todo cohe-
rente y unificado que legitima su existencia a través de leyes, normas y reglas que 
estructuran maneras estables y duraderas de las relaciones sociales. 
 
Ya señalaba Freud en su artículo Psicología de las masas y análisis del yo (1921), 
que la presencia de la institución implica aceptar la violencia de la ley material y 
simbólica que hará cesar la lucha de todos contra todos, pues instaura la norma 
que acepta ser parte de ese acuerdo de seguridad, de organización, para cual el 
sujeto debe ceder algo de su goce (su modo más singular de satisfacción); por lo 
cual la institución siempre marca un límite que orienta al sujeto a vivir en sociedad. 
El acontecimiento que inaugura la institución de las instituciones que sostienen a la 
humanidad en el mundo no es localizable más que míticamente. Las sociedades 
humanas incluyen en sus acervos culturales un conjunto de relatos y narrativas que 
cumplen una doble función: establecer un origen mítico de sus instituciones y sos-
tener la necesidad de su permanencia, eludiendo la posibilidad de modificaciones 
sustanciales en sus dinámicas y sus configuraciones. 
 
El mito es un relato, en tanto que un relato no es más que la serie de representa-
ciones que se construyen y sostienen a lo largo del tiempo de una generación a 
otra, dejando un saber, un símbolo, una leyenda a la cual arraigarse; a través de él 
se logra explicar, delinear y bordear aquello que causa obnubilación, asombro, 
aquello inexplicable (como por ejemplo, en la antigüedad lo era un fenómeno de la 
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naturaleza: el fugaz destello del rayo y el concomitante rugido del trueno) que pas-
ma, y ante lo cual se busca entender -porque entender también es dominar- el ori-
gen de las cosas. El mito tiene luego como función principal “revelar los modelos 
ejemplares de todos los ritos y actividades humanas significativas: tanto la alimen-
tación o el matrimonio como el trabajo, la educación, el arte o la sabiduría” (Mircea 
Elliade, 1991). 
 
En este sentido, Freud toma los mitos para elucidar que éstos constituyen huellas 
del funcionamiento y la estructura psíquica plasmados en producciones sociales, 
determinadas por el desarrollo de la historia y la cultura, es decir que son puntos de 
encuentro con lo más singular de cada individuo. Un ejemplo de ello es el artículo 
Totem y Tabu (1913), donde toma el mito de la Horda Primitiva para hablar de la ley 
de incesto, a partir del cual se da lugar a una sociedad, la fundación de una forma 
cultural y una civilización. Esta necesidad de regulación de la agresividad dentro de 
una sociedad, se lo hará mediante una Ley que se instala mediante un acto, que 
produce un cierto tipo de ordenamiento en las relaciones. 
 
Desde el momento en que se instala la Ley o un mandato social derivado de la cos-
tumbre o la tradición, se elaboran y establecen reglas, normas, pautas morales que 
van a tratar de impedir que se reproduzca el caos. Pero fundamentalmente, para 
que esta regulación se pueda llevar a cabo en la práctica concreta, las mismas ten-
drán que lograr la adhesión de los sujetos, para lo cual esta regulación deberá con-
tar con un programa o marco institucional. Así por ejemplo un proyecto institucional 
es dado por la construcción de la democracia que, mediante promesas y acciones, 
crea ciertas condiciones materiales y simbólicas en sus normas, leyes y formas de 
regulación como asimismo un imaginario que protege y aloja. 
 
Nacemos en las instituciones y ellas nos hablan antes de nacer legándonos una 
herencia del lenguaje, de valores, pautas, clasificaciones que nos ordenan en la 
construcción del mundo. La institución reproduce lo establecido por la cultura, lo 
actualiza, mantiene y/o transforma. Por ello es difícil pensar la Institución, ya que en 
su devenir lo que produce son subjetividades. 
 
3.3.- INSTITUCIONES Y SUBJETIVIDADES. IMPLICACIÓN, 
ANALIZADOR Y TRANSVERSALIDAD INSTITUCIONAL 
 
A lo largo de su obra Freud dedicará dos momentos precisos para establecer una 
mirada propia sobre su concepción de la cultura. En El porvenir de una ilusión defi-
nirá la cultura como “todo aquello en que la vida humana ha superado sus condicio-
nes zoológicas y se distingue de la vida de los animales, y desdeñando establecer 
entre los conceptos de cultura y civilización separación alguna” (Freud, [1927] 1992, 
pág. 2962). En El malestar en la cultura, volverá sobre la definición anterior, pero 
con un agregado relevante para la pensar las instituciones: “el término `cultura´ de-
signa la suma de las producciones e instituciones que distancian nuestra vida de la 
de nuestros antecesores animales y que sirven a dos fines: proteger al hombre con-
tra la Naturaleza y regular las relaciones de los hombres entre sí” (Freud, [1930] 
1992, pág. 3033). 
 
En el primero de los artículos recién mencionados, Freud ya planteaba la finalidad 
de la cultura a través de dos aspectos: el saber y el poder para dominar y servirse 
de los recursos naturales, y las organizaciones que regulan las relaciones entre los 
humanos y la distribución equitativa de los bienes culturales. La cultura es entonces 
pensada por Freud como la multiplicidad de instituciones y organizaciones que ga-
rantizan la continuidad cultural como proyecto que apunta a la civilización. De esta 
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forma propone las prácticas humanas sobre la naturaleza y los vínculos intersubje-
tivos como efecto de cultura. La carencia de cultura supone la barbarie y la animali-
zación. 
 
Pese a ello Freud tiene dudas acerca de la plena eficacia de la cultura y sus institu-
ciones como reguladores de las subjetividades, de las pulsiones, del goce, de la 
agresividad, y por tanto refiere que la cultura se tropieza con tres límites: 
 
a.- un límite biológico en la decadencia y el deterioro irreversible del cuerpo hu-
mano; 
b.- un límite ambiental en las fuerzas indomables y destructivas de la naturaleza; 
c.- y un límite que proviene de las relaciones entre los seres humanos. 
 
Dichos tropiezos surgen como una fuente de sufrimiento pasible de ser disminuida 
episódicamente, apelando a satisfacciones sustitutivas, como el uso de drogas y el 
aislamiento, que constituyen salidas individuales y que terminan dejando al sujeto 
fuera del orden social. 
 
Por otro lado, Freud plantea una alternativa a ello mediante el mecanismo de la 
sublimación y el amor, pero que requieren ambos de un montaje institucional. No 
hay placer estético sublimatorio sin instituciones que legitimen el valor artístico y 
científico de ciertos productos sociales, no hay encuentro amoroso posible por fuera 
de ciertas prácticas sexuales y de seducción más o menos instituidas. La paradoja 
freudiana consiste en que la propia cultura genera que “Tal como nos ha sido im-
puesta, la vida nos resulta pesada, sufriente, decepcionante” (Freud, [1930] 1992, 
pág. 3024). Pues la razón de ser para el hombre no consiste más que en la obten-
ción de la felicidad individual, a través de la satisfacción directa de las mociones 
pulsionales. La cultura constituye a la vez un límite y una condición de subjetiva-
ción. Pero la subjetividad individual es para Freud el mayor peligro que enfrenta la 
cultura, a punto tal que manifiesta que “no hay vida humana en común sino predo-
mina el poder de la comunidad por sobre el del individuo” (Freud, [1930] 1992, pág. 
3036). 
 
El problema político que plantea lo cultural ya es claramente esbozado en el Porve-
nir de una Ilusión, cuando

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