Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
EL TRADING COMO NEGOCIO Alfredo Chaumer EL TRADING COMO NEGOCIO 8 ingredientes para ser rentable y no quebrar en el intento. COPYRIGHT / DERECHOS DE AUTOR [El trading como negocio] Copyright © 2020 por Alfredo José Chaumer Herrera. Todos los derechos reservados Sin limitar los derechos de autor reservados anteriormente, ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida, almacenada o introducida en un sistema de recuperación, o transmitida en cualquier forma o por cualquier medio (electrónico, mecánico, fotocopiado, grabación, escaneo u otro), sin el previo permiso por escrito del propietario de los derechos de autor de este libro. La exploración, duplicación y distribución de este libro a través de Internet, o por cualquier otro medio sin el permiso del autor es ilegal y punible por la ley. Por favor, compre sólo las ediciones electrónicas autorizadas y no participe ni aliente la piratería electrónica de los materiales protegidos por derechos de autor. Se agradece su apoyo a los derechos del autor. El editor no tiene ningún control y no asume ninguna responsabilidad por los sitios web de terceros o sus contenidos. ÍNDICE Dedicatoria Introducción I. Concepciones erradas del trading. II. Enfoques con los que inicia un trader. III. Cómo superar las dificultades IV. Una concepción factible del trading V. Los ocho ingredientes para ser rentable y no quebrar en el intento VI. Reflexiona, motívate a la acción y emprende A todas las personas que buscan aprender de una perspectiva real y transcender de la fantasía esperanzadora. Introducción Hablando en términos generales, podríamos decir que todo ser humano tiene sueños. De la misma manera que el combustible hace que un motor se mueva, así mismo nuestros sueños hacen que nosotros nos movamos. Y yo no soy la excepción. Soy otro ser humano que sueña. Y uno de mis sueños solía ser asegurar mi futuro a través de un negocio que fuera rentable muy rápidamente, que no demandara tanto de mi tiempo, y que me sirviera de base para ir a la búsqueda de mis otros sueños. Como un sueño pertenece al mundo de la mente, de lo intangible, entonces para cada uno de ellos tenemos la posibilidad de fantasear. Así que yo lo hacía con el mío. Y mi fantasía era sobre la riqueza instantánea. Imaginaba la idea de encontrar un negocio que me permitiera generar fortuna en muy corto tiempo para poder vivir de las rentas. Deseaba una vida muy cómoda, sin limitaciones ni preocupaciones. Y no creo que yo sea el único que ha fantaseado con eso… Es así como me lanzo a la aventura de elegir un negocio acorde a mis expectativas: buen flujo de dinero de forma rápida y con pocas horas de trabajo. Y no tardaría mucho en aparecer una actividad que encajara con ese perfil que estaba buscando. Ocurrió en el año 2012. Ese año, por casualidades de la vida, conocí a un individuo a través de otra persona en común que se dedicaba a hacer negocios en el mercado financiero. El perfil que me mostró esta persona de sí misma, era muy similar a lo que yo quería obtener para mí, visto desde la perspectiva del éxito que en ese entonces yo tenía. Él viajaba en avión privado, tenía un coche importado último modelo, siempre vestía trajes de marca, y tenía una oficina en una de las torres más importantes de la ciudad de Caracas. En fin, esa persona era la expresión más fiel de la vida que yo deseaba para mí. En ese momento lo vi como la imagen del éxito. Tuve la oportunidad de conocerlo en uno de los restaurantes más caros y exclusivos de la ciudad de Caracas. Durante la cena, conversamos de varios temas hasta que la plática se desvió hacia la actividad que él desarrollaba para vivir. Fue así como me enteré de que esta persona negociaba en los mercados financieros comprando y vendiendo activos para obtener ganancias, lo que popularmente se conoce como trading. Y Fue así como llegué al trading. Este hombre me explicó que él recibía un capital de parte de sus clientes con el cual invertía y especulaba en activos como petróleo, maíz, trigo, soya, etc., y de las cuales obtenía una rentabilidad fija del 15% mensual, dependiendo de varios factores. Hasta ese momento yo no sentía ninguna afinidad por ese tipo de negocios, así que sabía muy poco de eso, pero con su explicación me quedó muy claro lo que él hacía, y por la imagen que proyectaba, se veía que era una persona que tenía mucho éxito en ello. Confieso que lo que me pareció más atractivo de todo lo que escuché esa noche, fue que él ofrecía la posibilidad de ganar dinero rápido y sin mayor esfuerzo, para vivir de las rentas generadas por una inversión. Por como él lo contaba, parecía ser algo extremadamente fácil, y encajaba con mi fantasía de la riqueza instantánea, por lo cual inmediatamente captó mi atención. Invertir un poco de dinero para ya no tener que preocuparme más por el resto de mi vida, era algo sumamente tentador para mí. Así que me quedé prendado del trading desde ese momento. Para ese entonces yo tenía una empresa de consultoría de proyectos sociales. Hacíamos planificación y análisis de datos para la toma de decisiones y aunque estaba funcionando bien, en mi mente siempre estuvo la idea de estructurar algún otro tipo de negocio para diversificarme. Y por todo lo que había escuchado de esta persona, el trading pasaba a ser en mi mente una opción perfectamente viable para diversificar mis ingresos. Es así como decidí iniciarme en el trading con él. Como de verdad atrajo mi atención con todo lo que me contó, decidí arrancar en grande, por ello invertí de entrada una cantidad de dinero que para mí era bastante importante: USD 39.000,00. Yo había hecho mis cálculos con base a los datos que esta persona me había proporcionado, llegando a la conclusión de que, con los dividendos obtenidos de ese monto, podría reinvertirlos por un tiempo más hasta que la rentabilidad fuera lo suficientemente alta como para darme la vida que yo quería sin tener que trabajar. Y así me inicié en el trading. Le entregué a esta persona USD 39.000,00 y me senté a esperar por mi utilidad. Al inicio todo ocurrió como me lo había explicado. El primer mes recibí el dinero correspondiente a los dividendos puntualmente, como me lo había prometido esta persona. Lo mismo ocurrió al segundo mes. Hicieron mi depósito puntualmente. Pero, en el tercer mes, empezaron las irregularidades. Ese mes, aunque me pagaron los dividendos establecidos, lo hicieron con un poco de retraso, lo que me generó cierto malestar, pero nada que me hiciera sospechar que algo no estaba bien. Pero eso fue todo lo que recibí de mi inversión. A partir del cuarto mes, no recibí ni un solo centavo más. Dejaron de depositarme mi dinero. Y, por supuesto, allí empecé a preocuparme. Hasta que finalmente supe lo que estaba ocurriendo, porque se destapó un escándalo que dejó al descubierto una estafa bajo el esquema Ponzi, que es una operación fraudulenta de inversión que consiste en abonar a los inversores intereses obtenidos de nuevos inversores en lugar de obtenerlos de las ganancias generadas por la inversión del dinero de forma honesta. Entonces, al destaparse el escándalo, no me quedó más remedio que iniciar una demanda legal que aún se encuentra en litigio, y de la cual veo muy pocas probabilidades de recuperar mi inversión inicial, siendo honesto. Pero esa es otra historia… Ser víctima de este fraude me afectó muchísimo. Yo, como muchas personas alrededor del mundo, estaba buscando una manera fácil de hacer dinero y de asegurar mi futuro para no tener que depender más de un trabajo, y había sido estafado. La verdad es que quedé muy dolido, aunque seguí creyendo que en el trading había una oportunidad real de hacer el dinero que me habían robado. Fue duro, pero allí había una lección que ya estaba aprendida.Había delegado mi dinero, confiando en las capacidades y habilidades de otra persona basado en la imagen que me proyectó, y esa persona terminó aprovechándose de mi buena fe, así que decidí hacerlo yo mismo esta vez. Y fue así como empecé a manejarme en el mundo del trading de forma directa, como todo el mundo lo hace, a través del ensayo y error. Uno de los problemas con los que me enfrenté en mis inicios era que yo pensaba lo que casi todo el mundo piensa sobre el trading: que era un buen esquema donde se podía ganar mucho dinero y muy rápido. Y bueno, mis resultados al inicio fueron similares a los de la mayoría de las personas que se inician en esto sin el conocimiento apropiado. Perdía más de lo que ganaba. Y fue así por un buen tiempo, hasta que un día me crucé con un profesional del trading, que me hizo ver que este era un juego en el que se gana si se tiene una estrategia. Que lo importante no era el juego en realidad, sino la estrategia. Esta persona no era un desconocido para mí. De hecho, era un amigo con el cual había perdido contacto, ya que en algún punto de su vida se mudó a Europa. Él llevaba un estilo de vida relajado. Habitualmente vestía de forma casual, aunque impecable, lo que dejaba entrever que disfrutaba de una posición económica estable y que el dinero no era un problema en su vida. Con él fui a cenar en varias ocasiones, lo que me permitió compartirle mis experiencias y obtener de él una visión completamente diferente del trading a la que ya había formado hasta ese momento. Encontrarme con esta persona me dejó con muchas cosas para reflexionar. Pero lo que más me impactó, fue cómo él hablaba sobre el trading como si fuera una de las profesiones más difíciles que hay. Es decir, aunque él era su propio jefe e imponía sus propias reglas, para él era un negocio demandante. Y lo era, porque él había decidido verlo como un negocio rentable y no como un casino. Eso sí me lo dejó bien claro. Recuerdo perfectamente sus palabras exactas: “¿Qué quieres tú? ¿quieres tener un negocio rentable o quieres vivir de un casino diario?” Toda una revelación que surge a raíz de una conversación en la cual yo le explicaba cómo estaba operando, y cómo estaba yo haciendo trading. Él me escuchó e inmediatamente me señaló todos los típicos errores que estaba cometiendo como principiante. Porque yo efectivamente, estaba viendo al trading como un casino y no como un negocio. Yo estaba improvisando. No tenía ningún tipo de planificación. Y es en ese momento cuando me doy cuenta de que debía cambiar por completo mi paradigma del trading si es que quería dedicarme a eso. De hecho, hubo un momento en el que pensé en retirarme. Y fue a finales del año 2014, justo antes de hacer el viaje en el que coincidí con esta persona. Pero, finalmente había hecho contacto con una persona que realmente conocía y que tenía una experiencia exitosa real en el trading. Así que, luego de conversar con él, me di cuenta de que el trading no era lo que yo había pensado que era hasta ese día, por lo que decidí no retirarme. Yo nunca lo había visto como un negocio antes de esa conversación. Porque para mí un negocio era algo tangible que necesitaba de mucha responsabilidad. Así que en mi mente no encajaba el concepto del trading como un negocio. No tenía aún esa concepción de que el trading era algo liberador, que podía ofrecer los mejores beneficios cuando estaba acompañado de una buena estrategia, y que era algo totalmente distinto de las formas convencionales para ganarse la vida. Así que luego de esa conversación, se me presentaba una tercera alternativa diferente a la de renunciar al trading o a la de seguir viéndolo como una forma mágica de hacer dinero, que era mi concepción anterior. Y en esta nueva opción, debía estructurar al trading como un negocio, de manera que me permitiera hacerlo rentable. Eso lo cambió todo para mí. Allí supe que tenía que olvidarme de todo lo que había hecho hasta ese momento e iniciarme de manera formal en el estudio del trading. Me devoré la mayor cantidad de libros que pude conseguir sobre el tema, cosa que no me resultó difícil debido a mi profesión. Tengo un título universitario en sociología, por lo que en mi carrera tuve que leer mucho. Mucha teoría, muchos textos. Así que leer para mí no representaba un gran reto, ya que disfruto hacerlo. Entonces, puse manos a la obra y creé un plan de estudio. Traté de leer y de esquematizar todo lo que aquellas lecturas me estaban diciendo. A través de ellos pude visualizar y contextualizar. Visualicé que el trading era una actividad sin reglas, sin estructura. Prácticamente existían mil maneras distintas de realizarlo y no había ningún patrón que me permitiera determinar que existiera un camino que fuera mejor o más correcto que otro. Pero antes de todo este estudio, una de las primeras cosas que identifiqué fue que yo debía empezar por cambiar el paradigma que tenía del trading. Que debía visualizarlo como un negocio. Ese fue mi primer gran cambio. Entonces, empecé a trasladar todo lo que es el trading a una visión empresarial centrada en el crecimiento estructural de un modelo de negocio, que me permitiera obtener beneficios económicos de manera sostenible en el tiempo. Es decir, me di cuenta, y es lo que muchos libros trataban de reafirmar, que no podía limitarme a tener simples ganancias que se diluyeran entre pérdidas desorganizadas. Ganar en el trading es muy sencillo. Yo ahora, hablando contigo, puedo abrir una operación y puedo ganar. Eso no quiere decir que yo vaya a tener ganancias de manera sostenible en el tiempo. Eso sería una ganancia tipo casino, lo que no era mi objetivo. Cuando hablo de ganancias tipo casino quiero decir que puedes ir a un casino y puedes tener una ganancia. Puedes jugar a la ruleta y puedes ganar. Pero eso es muy distinto a apostar todos los días y esperar ganar siempre. Es decir, tratar de generar ganancias sostenibles de esa manera es algo sumamente complicado y difícil. Tal vez se pueda, no lo sé. Pero lo veo muy difícil. Reconozco ese momento como un punto de inflexión en mi vida, porque a partir de allí empecé a poner en práctica todo el conocimiento que había adquirido en mi carrera universitaria y en todo mi estudio del trading. ¿Cómo lo hice? Empecé a adaptar al trading lo que es la planificación, el uso de estadísticas, y el control gerencial, entre otros temas. Así mismo, traté de trasladar y de hacer analogías en el control gerencial, necesario en cualquier actividad de negocios. Pero no podría haber llegado hasta allí sin antes cambiar mi paradigma del trading como un negocio. Y ese creo que fue mi mayor éxito. Lo visualicé como si fuera a montar un restaurante y apliqué los mismos principios y reglas estructurales para conceptualizar el trading de manera rentable y coherente. Y, ¿qué te puedo decir? ¡Funcionó! Cuánto tiempo y cuánto dinero hubiese podido ahorrar si hubiera puesto en práctica ese paradigma de negocios en mis inicios en el trading. Con seguridad estaría más adelantado en mi situación personal de lo que estoy ahora… Tal vez, al contar lo que hice como lo acabo de hacer no parece ser tanto trabajo ni esfuerzo. Pero a mí, llegar hasta ese punto, me tomó tres largos años en los cuales perdí mi tiempo y mi dinero, haciendo cosas que ahora entiendo que no tenían ningún sentido. Prácticamente estuve jugando al casino un largo tiempo. Perdía pequeñas cuentas porque las abría, por ejemplo, con quinientos dólares, que con suerte las llevaba a setecientos dólares, pero que, con el tiempo, terminaban quebradas, y perdía los quinientos dólares iniciales. Entonces, fue dinero y tiempo que de verdad perdí y que pude haberlos utilizado mucho mejor si desde el principio me hubiera enfocado en un paradigma de negocios. Un paradigma empresarial. Toda esta experiencia me dejó grandes aprendizajes. Uno de ellos es que un negocio,sea cual sea, requiere conocimientos sobre lo que haces, requiere planificación, requiere estadísticas que respalden tu modelo, y requiere gestionar el capital de la mejor manera posible, buscando siempre incrementar las ganancias, asumiendo un riesgo coherente a tu modelo de negocio. Es decir, todo negocio requiere de una visión a largo plazo para poder vivir bien. No montamos un restaurante con la esperanza de vender los primeros cinco días y luego no vender más. No funciona así. Siempre nos enfocamos en el largo plazo, para poder mantener un ingreso sustentable y sostenible en el tiempo. Y, sobre todo, requiere de una gerencia operativa y administrativa que mantenga la viabilidad de ese negocio. Todo eso es lo que he logrado construir y mantener durante los últimos tres años. He logrado rentabilizar mi capital. Estoy siendo rentable en una profesión donde más del 80% de las personas que empiezan, pierden todo su capital. ¿Qué me ayudó? Definitivamente no fue el deseo de riqueza instantánea, de volverme millonario sin esfuerzo. Todo lo contrario. Eso fue lo que me hizo perder gran parte de mi capital y mucho de mi tiempo. Lo que realmente me ayudó a ser rentable fue tomar la decisión de estructurar el trading como un negocio. Eso fue lo que me hizo recuperar todo el dinero que había perdido, incluyendo el dinero que perdí en la estafa. Porque si bien es cierto que esa persona me estafó, también lo fue que yo, a través del trading, he logrado producir más dinero que el monto por el cual fui estafado. Y, adicionalmente, logré desarrollar un negocio rentable que me permite vivir del balance de mis operaciones financieras sin ningún tipo de problema. Te cuento todo esto para que entiendas cuál es la promesa que te hago para cuando termines de leer este libro. Lo escribí no con ínfulas ni pretensiones de experto financiero, y creo que ya es evidente que no te estoy ofreciendo una operativa, una fórmula o un método mágico para crear riqueza de forma instantánea. Mi promesa para ti, cuando termines de leer este libro, es que podrás ver el trading desde una nueva perspectiva, desde un nuevo paradigma; uno integrador y de negocios que te permitirá diseñar esta actividad a tu medida con una visión a largo plazo, utilizando todas las herramientas de las cuáles dispongas y a su vez, ir adquiriendo todo el conocimiento que consideres apropiado para hacer del trading un negocio rentable y generador de abundancia para ti y para quienes tú decidas ayudar. Espero que disfrutes de la lectura de este libro, y deseo que su contenido sea tan provechoso para ti, como lo ha sido para mí. Alfredo Chaumer Capítulo I Concepciones erradas del trading No hay mejor maestra que la experiencia. Y lo digo con conocimiento, porque fue gracias a mi experiencia que fui descubriendo cómo la imagen que yo me había formado del trading se había basado en algunas concepciones erradas, las cuales me fueron llevando progresivamente por un camino que no se aproximaba ni remotamente a lo que yo deseaba. En ese proceso de adquirir un entendimiento más evolucionado y coherente sobre el trading, descubrí tres concepciones erradas que lo rodean y que, de no haberlas detectado, me mantendrían aun jugando al casino en lugar de haberlo convertido en el negocio rentable que hoy en día es. Las tres concepciones erradas a las que me estoy refiriendo las he resumido en tres palabras: desconocimiento, fantasía y facilidad, las cuales paso a explicar a continuación. El desconocimiento La primera de estas tres concepciones erradas que rodean al trading tiene que ver con el conocimiento. Después de haber pasado por las circunstancias que he relatado en el capítulo anterior, no me rendí, sino que decidí confiar en mí mismo y en mi propio conocimiento sobre el trading. Pero como este era muy básico, me vi obligado a echar a andar mi proceso de aprendizaje. Parte de ese proceso fue entrar en contacto con otras personas que estaban transitando el mismo camino que yo, el de lograr ser rentables o ser consistentemente ganadores en el trading. Y como ocurre generalmente, con algunos tenía más confianza que con otros, pero ciertamente llegué a conocer a muchas personas a lo largo de todo mi proceso de formación. Recuerdo una tarde en la que tuvimos oportunidad de reunimos varios de nosotros en un café para conversar de ese tema. En aquel momento, yo aún no era rentable. Bueno, en realidad no estaba operando, ya que había decidido nutrir mi mente de conocimientos y estructurar todo mi trading antes de volver a capitalizar mi dinero. ¿Por qué llegué a esa decisión? Porque llevaba ya unos tres años improvisando, perdiendo mi tiempo y mi dinero, y ya no quería seguir haciendo trading sin sentido. A aquella reunión llegó el amigo de un amigo, quien también hacia trading. Coincidencialmente, cuando él llega, yo estaba explicando a otras personas interesadas cómo estaba capacitándome de forma autodidacta aplicando nociones de mi profesión al trading. Les compartía mi experiencia sobre uno de los tantos libros que leí durante mi proceso de adquirir conocimientos. Esta persona escuchó por un rato lo que yo estaba diciendo, pero en algún momento de mi exposición él me interrumpe, y me dice en tono de burla: “A ver. Creo que no estoy entendiendo. ¿Acaso tú quieres ser financiero? ¿Para qué estudias tanto? Tengo rato escuchándote hablar de derivados, instrumentos y estadísticas. ¡Todo eso es pura pérdida de tiempo! Nosotros hacemos trading y lo que debes buscar es cómo ganar dinero, enfócate en sacar tu sueldo del día y ya…” Y sin permitir que yo emitiera comentario alguno sobre su intervención, me pregunta: “¿Estás operando en real?” A lo que le respondo: “No. Estoy primero diagramando una operativa para poder comenzar”. Él me mira como si no lo pudiera creer, y me dice: “Yo apenas llevo dos meses sabiendo del trading, ya esto y en real y haciendo mucho dinero. Tengo una estrategia muy buena que me enseñó un amigo”. Y en ton o sentencioso complementa: “Yo creo que tu problema es que estás complicándote demasiado”. Acto seguido, nos mostró una cuenta con un bróker con algo más de 2.000$. En todo lo dicho, en todo lo transmitido en sus intervenciones, dejaba muy claro que no era necesario tener conocimientos para producir dinero en el trading. En ese momento no pude evitar sentir algo de rabia. No por lo que él decía, sino porque llegué a pensar que yo iba por un camino equivocado. Pensé que estaba haciendo algo mal. Porque según él, con apenas dos meses en el trading ya era rentable. Mientras que yo me encontraba inmerso en lecturas que me mantenían en un estado estático, en el que no estaba operando ni ganando dinero. Aunque, por otro lado, sí era cierto que mis estudios me hacían más crítico y reflexivo acerca del trading. Tal vez fue por eso que aproveché la oportunidad para hacerle un par de preguntas sobre el tema, buscando conocer su experiencia y aprender algo de ella. Pero siempre respondió en un tono ambiguo, argumentando que le habían enseñado a hacerlo así, pero no mostraba ninguna señal de entender el porqué de lo que estaba haciendo. Me respondía cosas como: “me enseñaron a hacer esto y yo con eso gano”. Era evidente que él no comprendía lo que estaba haciendo. Ni siquiera sabía qué deriv ado estaba operando o lo que significaba el apalancamiento. Pero, aunque en ese momento yo estaba más preocupado que otra cosa, visto en retrospectiva, esa reunión me dejó un gran entendimiento. Noté, por ejemplo, que muchas de las preguntas que le hicieron a esta persona, estaban dirigidas a saber cuál era ese método mágico que lo hacía ganar dinero. Más allá de conversar sobre cuál libro tenía buena información o cómo podíamos hacer backtesti ng para verificar que lo que ya estábamos haciendo, tuviera probabilidades de ser rentable.También recuerdo que algunos de los que me escucharon hablar del libro me preguntaban: “¿No tienes un resum en de lo importante? Es que a mí no me gusta mucho leer”. Poco a poco la rabia que había experimentado inicialmente fue mermando, dándole paso a la curiosidad, porque empecé a darme cuenta de que tal vez yo no estaba tan equivocado. Así que traté de hacerme a un lado y de escuchar, a ver si debía lanzarme a operar o si continuaba mi camino de aprendizaje. Y luego de varias intervenciones de esta persona, que inundaba el café de mucho positivismo explicando la forma tan fácil de hacer dinero con el trading, uno de los asistentes lo cuestionó a toda voz: “Pero si no tienes que saber nada, ¿por qué no son todos los traders millonarios? ¿Será que nosotros somos los únicos que lo pensamos? ¿Será que el resto del mundo es tan tonto como para no ver esta super oportunidad de hacer dinero tan solo con saber la operativa que está explicando el amigo? (refiriéndose a la persona que tenía dos meses operando y una cuenta de 2000$)”. Después de escucharlos a todos con detenimiento, sólo los miré y me dije: “estoy haciendo lo que debo hacer”. Gracias a esa reunión reafirmé uno de mis principios de éxito. El conocimiento es necesario Hay que nutrirse de información, porque no es poco el conocimiento que se necesita para hacer trading, pero no es el objetivo de este libro explicar todos sus aspectos teóricos. Para ello existen muchos libros redactados por conocidos estudiosos del tema y accesibles de múltiples maneras para quienes los busquen. Sin embargo, me siento en la obligación de decirte que, en proporción, no es menos que el conocimiento que necesitas para ser ingeniero, médico, abogado o contador. El primer engaño en el cual caemos cuando entramos en este mundo, es el de subestimar la acción de hacer trading. Sólo nos venden el “entra aquí” y cuando estés positivo, “cierra la operación”. Algo tan sencillo que cualquier persona lo puede aprender en 3 días de curso. Pero ese sencillo método me hace preguntar: “¿cómo es posible perder, si cualquier persona con el mínimo de conocimient o de una plataforma puede operar sin ningún problema?”. Algo no encajaba allí… Y eso que no encajaba es visible para un buen observador. Sólo basta con echar un vistazo a las publicidades de los traders en las redes sociales. Allí nos vamos a encontrar con publicidades como esta: “hasta hace unos días apenas sabía leer. Hoy gano millones de dólares y poseo la libertad fina nciera que tanto anhelaba…”. Si eres asiduo al Instagram, sabrás de qué te hablo. Puedes darte un recorri do y lo encontrarás disfrazado de marketing expresado muy sutilmente de diferentes formas. Pero el mensaje siempre es el mismo: “Es fácil”; “No necesitas saber nad a”. En pocas palabras. “NO ES NECESARIO ESTUDIAR PARA HACER TRADING”. Poseo un título universitario, cursos y experiencia laboral como consultor. Y no temo decir con toda seriedad y total confianza, que he tenido que estudiar tanto para ser sociólogo, como lo he tenido que hacer para alcanzar la rentabilidad en el trading. Son estudios diferentes por supuesto, como lo es la ingeniería de la medicina, pero igual necesitas prepararte intelectual y experimentalmente para lograr el éxito profesional. Necesitas leer, estimular tu razonamiento, analizar diferentes perspectivas que te permitan formar un criterio propio, y abordar al mercado como un profesional. El trading requiere constante actualización y un aprendizaje perenne. Ahora lo veo como una cuestión de sentido común. Imagina a un médico que aprenda medicina en un curso de 1 mes, ¿cómo crees que será el futuro profesional de ese médico? Tal vez pienses que es un ejemplo exagerado, pero no lo es. Si piensas dedicarte de forma exclusiva al trading y lograr producir beneficios que te permitan mantener un ingreso atractivo y constante, debes ser consciente de que requieres de una preparación profesional y constante. Tienes las mismas posibilidades de tener éxito en una profesión convencional como las tienes en el trading, ni más ni menos… Ahora bien, ¿qué significa tener preparación? Esa preparación no consiste en leerte un par de libros y en aprenderte los conceptos básicos. La preparación de un trader requiere desarrollar habilidades para analizar el mercado y planificar estratégicamente esta actividad con base a todo lo que su capacidad cognitiva logre estimular. Si no has logrado desarrollar esa herramienta, estás muy lejos de profesionalizarte en este ramo. Porque eso es lo que quieres, ¿cierto? Ten en cuenta lo siguiente: en el trading el conocimiento no es garantía de éxito, pero el desconocimiento, sí es garantía de fracaso. La fantasía La segunda concepción errada en relación con el trading que pude notar es la fantasía que rodea a esta actividad. Para muchos, el trading es una forma de volverse millonario de la manera más expedita, sin tener en cuenta múltiples factores que condicionan ese resultado. Y es justamente eso lo que los hace vivir en una fantasía, que los termina conduciendo a perder su tiempo y su dinero. Hace ya algunos años que soy asiduo al Twitter y al Instagram. Y particularmente en este último, he podido contemplar cómo surgían de manera exponencial especialistas y maestros, los famosos GURÚES del trading, promoviendo todas aquellas fantasías que a mí me habían conducido al fracaso, porque terminaron siempre en pérdidas de mi tiempo y dinero, e hicieron que para mí el camino a la rentabilidad fuera lo más engorroso y difícil posible. Algunos de estos personajes quedaron fulminados financieramente en tiempo récord. Otros aún se mantienen y otros tantos vienen emergiendo. Pero a medida que recibía personas en nuestra plataforma de capacitación, iba notando cómo se repetían algunos patrones de conducta en muchos de ellos. Pensaban que sabían de trading, aunque sus conocimientos se limitaban apenas a saber abrir y cerrar operaciones con una vaga metodología; buscaban “la forma exacta de cómo ganar dinero” pensando que se les iba a develar un secreto que los i ba a hacer ganar; estaban totalmente desubicados en la realidad de este negocio; pero el factor más común entre todos ellos eran las enseñanzas de los famosos maestros del trading. En contraposición, observaba cómo otras personas, que en mi opinión hacían lo más correcto, transmitían sus conocimientos y ofrecían sus servicios de capacitación, pero enmarcados en una propuesta coherente. Aunque debo decir que no los conozco, ni tengo detalles de lo que ofrecen, sí tengo referencias y conocimientos de lo que hacen. De que transmiten algo enfocado en la realidad y no en una cortina de ventas. Pero me llamaba la atención que el público no estaba buscando eso. Buscaban a quien mostrara más ganancias en un trade, sin considerar que las esperanzas puestas en sus propias expectativas muchas veces les impedía ver que lo que les estaban mostrando era un resultado en una simulación, lo que a su vez les hacía creer que era muy sencillo hacer 100.000,00$ en 1 minuto. Es decir, buscaban la fantasía de quien, hasta hace una semana, fuera solo un trabajador poco remunerado, pero al cabo un mes logró la tan anhelada “libertad financiera” y ahora vive viajando por el mundo. Mientras más fácil y rápido les presentaran cómo ganar dinero, más “followers” se aferraban a esa fantasía. En conclusión, reafirmé que mientras más fantasía mu estres a través de las redes sociales, más impacto consigues en este negocio. Las personas desean que su fantasía de ser millonario instantáneamente se haga realidad. Por eso se aferran con fe ciega a quien lo ofrezca, aunque no sea verdad. Ellos están dispuestos a creerla porque su realidad actual, en muchos casos, es compleja, cruel y para nada atractiva. ¿Por qué sucede esto? Sencillamente porque el ser humano mantiene la esperanza y la expectativa de encontrarla solución mágica de todos sus problemas (en este caso mayormente condicionados por el dinero) a través de un método o una persona que represente el sueño que desea vivir. Y justo por eso el Gurú te dice exactamente lo que quieres escuchar: “¡Mira cuánto dinero he ganado!” “Este es el negocio del siglo; ¡imítame!”; “Soy el maestro, el que nunca pierde y gana millones”, “¡Vamos! Tú puedes hacerlo. Solo compra mi curso y empieza a facturar 1000$ semanales”. Muchos de ellos solo buscan maquillar la realidad para venderte un producto. Por ejemplo, alquilan un carro de lujo o invierten en llevar un estilo de vida atractivo. Ese es su producto final. Lo que te ofrecen. El problema está en que ese producto que te ofrecen no tiene ninguna posibilidad de transformar tu realidad en lo que ves, y seguramente terminarás perdiendo gran parte de tu capital. Es increíble cómo el ser humano se aferra a la fantasía, por más que intentes mostrarle algo más coherente y de acuerdo con la realidad empírica que lo rodea. A principio del año 2019, motivado por muchas de las personas que habían tomado nuestra capacitación, decidí crear una cuenta en Instagram (@trader_ sociologist), para mostrar mi operativa diaria en tiempo real, de manera ininterrumpida, día tras día, y poder mostrar el negocio del trading desde una experiencia real y fáctica. Muestro la realidad de este negocio con días perdedores, días ganadores, semanas y meses perdedores o ganadores, todo enfocado de una manera coherente, con ganancias reales con base a lo que se puede lograr. Ese experimento (porque en un principio lo concebí de esa manera), me motivó a terminar este libro. Porque, aunque mostraba de la manera más transparente posible mi cuenta, incluyendo los estados del bróker y los ponía a disposición de todos, la gran mayoría pensaba que yo era, en el mejor de los casos, un inepto porque con un buen capital no lograba hacer millones como “tal persona”. O que er a un fracasado “porque mira, perdiste hoy…” Yo analizaba todo esto con mi grupo de trabajo y con los integrantes de la academia y era asombroso, porque lo real era totalmente aborrecido, mientras que el que mostraba una transacción maquillada en demo, ganándose 1.000.000$ en 3 minutos, era alabado y se convertía en un modelo a seguir. ¡El mundo al revés! En todo este tiempo he visto cómo el conocimiento, la realidad del trading, se ha desvirtuado a causa de los maestros y gurúes que se enfocan en el marketing esperanzador. Porque ni siquiera es un mercadeo en aras de exponencial su alcance, sino un mercadeo afianzado en las esperanzas y carencias de su público objetivo, vendiendo ilusiones que terminan en la ruina de quien las compra. Se conformó un andamiaje social y comunicativo que convirtió toda noción del trading en ganar miles de millones de manera sencilla. Un concepto que le debemos a los cada vez más incipientes y re insurgentes maestros y gurúes que han logrado dominar el escenario del trading. Ese andamiaje social y comunicativo que se ha establecido ha buscado vender el trading como una actividad fantástica y multimillonaria, y es el responsable de esta visión que se mantiene y se propaga en las redes sociales, añadiendo un alcance majestuoso que ha hecho surgir, incluso, compañías a gran escala. Empecé este libro explicando cómo fui engañado por un personaje que demostraba una realidad maquillada. En ese caso, él buscaba reflejar su personaje en un entorno físico, opulento y ostentoso que tuvo éxito, ya que fuimos muchos los estafados. Ahora, los maestros y gurúes de las redes sociales tienen la misma capacidad, pero con un espectro de impacto un millón de veces mayor, ya que están presentes en tu día a día y te muestran una realidad más perfeccionada, a pesar de que quizás ni siquiera lleguen a tener el 1% de lo que presumen en las redes sociales. ¿Cómo diferenciar al gurú que juega con tu esperanza, de una persona honesta que promociona sus conocimientos y experiencia? Con seguridad no es a través del beneficio económico que puede generar por capacitar a las personas, porque ambos pueden obtenerlo y no es en lo absoluto cuestionable. La diferencia radicará en cómo cada uno de ellos proyecta su conocimiento. Si éste está enfocado en algo concreto y de utilidad para la sociedad o si, por el contrario, está enfocado únicamente en el beneficio propio, privando el individualismo que hunde a todos a su alrededor y que busca emerger a toda costa, sin dejar de mantener una imagen esperanzadora. Esa actitud es lo que diferencia a quienes aportan valor de los que aportan involución en esta profesión. El problema del maestro/gurú es que no se enfoca en satisfacer las necesidades de sus clientes, sino en aprovecharse de ellas para lograr su beneficio. El liderazgo siempre es cuestionado cuando se encauza a un fin propio, aprovechándose de las coyunturas socioeconómicas de determinado grupo. El principal diferenciador entre el gurú y quien busca compartir su experiencia tácita, es la forma de idealismo que representa: ¿Es lo perfecto? ¿Es lo soñado? ¿Es lo que nunca has conocido, pero ahora lo puedes ver a través de una cortina con una resolución muy nítida, pero cortina al fin? Bueno, ese idealismo te llevará a lo que yo viví hace algunos años, pero de manera más sencilla y quizás mucho más rápida… perder tiempo y dinero, soñando con hacer dinero fácil. ¡Vaya una fantasía! La facilidad Y como tercera concepción errada en relación con el trading tenemos la facilidad. No hay nada mágico en el trading, aunque los autonombrados maestros y gurúes te digan lo contrario. En un mundo ideal, todos los seres humanos tendríamos las mismas aptitudes, recursos y oportunidades. Pero ya sabemos que así no funciona en la realidad. Esto me hace recordar que, en una oportunidad, recibí un mensaje directo en una de mis redes sociales con el siguiente contenido: “Quiero hacer trading como tú. Estoy migrando a otro país y solo tengo para ello 400$. Sacando los cálculos, estimo que necesito aproximadamente 400$ mensuales para vivir aquí. Dime ¿qué puedo hacer?” Ante preguntas como esa, suelo dar respuestas tajantes, como esta: “te aconsejo que no hagas trading y que busques generar ingresos con un trabajo convencional. Si de verdad quieres tener algún futuro en el trading, comienza a capacitarte, te recomiendo estos libros… pero no pienses en vivir de esto en el corto plazo, porque ¡no es fácil!” Su réplica no tardó en llegar: “eso era lo último que pensaba leer. Quiero hacer trading para generar dinero. Buscaré a otra persona que me diga qué hacer, porque veo a muchas personas que hacen trading y fácilmente ganan mucho dinero”. Esta persona pretendía recibir de mi parte una fórmula rápida y fácil para hacer trading. Además, pretendía con un pequeño capital, producir a través del trading el 100% de su presupuesto estimado mensual, para poder “vivir de esto”. Y como si esto fuera poca cosa, adicionalmente iba a migrar a otro país, lo que le añadía una presión adicional a su contexto. Entonces, esta persona esperaba recibir de mi parte una solución expedita para todos sus problemas a través del trading. Lamentablemente las estadísticas no están a su favor. Y si acaso intentó hacer trading, lo más probable es que haya perdido todo su capital. Es decir, sus 400$. Si lo piensan un poco, te darás cuenta de que yo podría haberle respondido de manera diferente. Podría haberle dicho, por ejemplo, que operara. Que siguiera todo lo que hago día tras día en mi Instagram. Que me imitara y que seguro le iba a ir muy bien. O también pude crearle más falsas expectativas diciéndole que me pagara y que le enseñaría a lograr todo lo que deseaba. Podría haberme convertido en su maestro, en su gurú, y lucrarme de sus fantasías. Podría haberme convertido en un pregonero del optimismo, dándole esperanzas para cumplir sus sueños.Sin embargo, preferí darle una visión honesta, basada en mi experiencia y conocimientos, para ayudarle a establecer un plan en el mediano plazo, para que se prepare, se capacite y que así, pueda pensar en vivir del trading más adelante. Me gusta y trabajo para que las personas conozcan y afronten sus limitaciones, y se enfoquen en superarlas progresivamente. Y lo hago porque esa estimulación de falsas creencias es el principal motivo de que el trading sea visto por algunos como una simple estafa o como jugar en un casino. Algunas falsas creencias que se han popularizado son que puedes hacer trading prácticamente sin capital, sin conocimientos y que puedes vivir de ello. Y estas creencias nacen, en muchos casos, para ganar seguidores buscando que las personas entren en un sistema piramidal o esquema de multinivel. Eso hace que las personas crean que tan solo deben decidir entrar al mundo del trading para hacer dinero, dejando de lado toda la preparación necesaria para hacer de este un negocio rentable en el mediano y largo plazo, y desestimando todas las limitaciones que pueden dificultar esta actividad. Es por esta concepción de facilidad que muchas personas ponen todas sus esperanzas en el trading, buscando esa panacea que los hará salir de todos sus problemas económicos. Y yo me pregunto: ¿es que acaso existe alguna profesión que nos ofrezca eso? Porque hasta donde sé, el éxito no viene garantizado con ninguna profesión. Todo depende de una combinación habilidades, aptitudes, conocimientos y en algunos casos, de la disponibilidad de los recursos y de su uso eficiente. Con seguridad, no te vas a tropezar en las redes sociales con un mensaje como este, dirigido a un ingeniero civil: “hola quiero ser ingeniero y tengo 500$ para ello, necesito producir aproximadamente 500$ al mes para cubrir mis gastos. Por favor, dime que hacer…” El solo hecho de pensar en la ingeniería civil como una profesión universitaria, nos hace anticipar todo el esfuerzo que implica ser ingeniero. Pero en la concepción actual del trading no existen tales limitaciones por esfuerzo requerido. Prácticamente cualquier persona puede hacer trading desde el día uno. Puede empezar a hacer dinero, y lo puede hacer trabajando desde la piscina, invirtiendo tan solo un par de horas al día. ¿Acaso hay algo más sencillo que abrir tu computadora, hacer clic para montar una orden y ganar 50$ en 1 minuto? Eso es lo que te venden. Esa es la concepción actual del trading. Hay otros casos en los cuales he recibido mensajes sintonizados con fantasías y facilismos aún más absurdos: “Alfredo, explícame cómo es la operativa únicamente o, mejor aún, ¿será que tú puedes decirme dónde y cuándo entrar y dónde y cuándo salir?” Es decir, las personas ni siquiera quieren pensar por sí mismas. No quieren desarrollar una capacidad de análisis. No quieren asumir la realidad de que necesitan esforzarse para poder ver resultados. Ese afán por obtener resultados fáciles es lo que lleva a muchas personas a poner su confianza en aquellos a los que solo les interesa lucrarse a costa de ellas. Conocer de qué se trata el trading y afrontar nuestras limitaciones y las dificultades alrededor de este, enfocándonos en superarlas progresivamente, es la clave para lograr nuestros objetivos. No se trata solo de ser positivo o de tener una fe ciega en lograr el éxito en algo. Ese puede ser el inicio. Pero a continuación, es de vital importancia cuestionarnos objetivamente qué tan viable es lograr el objetivo, para decidir si fuese más conveniente reformular nuestros planes con propósitos más factibles, procurando avanzar en lugar de estancarnos en algo improbable. El trading es una actividad que puede encaminarte a cumplir muchos de tus sueños, pero si, y sólo si, logras tomarlo en serio. En caso contrario, solo pasarás a engrosar las estadísticas de personas que han perdido tiempo y dinero con el trading. Quiero hacer énfasis en esto: No estoy diciendo que no debas soñar en alcanzar éxito en el trading. Lo q ue estoy diciendo es que en el trading debes anclar tus sueños a la realidad. Estoy diciéndote: “Sueña y pon manos a la obra”. Y para ello, debes darte cuenta de que la facilidad con respecto al trading, tan cacareada en las redes sociales, es una falsa concepción. Debes dedicarle tiempo y esfuerzo de la misma manera como lo harías en cualquier otra profesión. Es por todo esto que sostengo que el desconocimiento, la fantasía y la facilidad, son tres concepciones erradas que rodean al trading. Características que debes eliminar si realmente deseas transformar el trading en un negocio rentable. Capítulo II Enfoques con los que inicia un trader En el capítulo anterior hablé de tres concepciones erradas del trading, las cuales se erigen como las amenazas más importantes que he identificado. Estas son: el desconocimiento, la fantasía y la facilidad. Estas tres amenazas que se esparcen como una plaga y que utilizan como medio de transmisión un marketing esperanzador, ofrecen al trading como una forma fácil y rápida de hacer mucho dinero sin mayor esfuerzo, pero lo que en realidad hacen es llevar a un trader que se inicia directamente al fracaso. La mayoría de los traders empezamos en ese contexto de desconocimiento, fantasía y facilidad. De ahí partimos con dos enfoques que se repiten constantemente y que limitan nuestra perspectiva, llevándonos siempre a repetir un patrón de fracaso: El primer enfoque es la obsesión y la sobrevaloración que hace el trader de la operativa o método, como lo queramos llamar. El segundo enfoque es la improvisación en todo, que resulta ser un factor común para quienes inician este camino. Antes de abordar estos dos enfoques, creo necesario aclarar de qué trata la operativa o lo que algunos conocen como el método. Operativa La operativa se refiere al parámetro que un trader usa para entrar o salir del mercado. En mi caso particular, mi operativa es relativamente sencilla, reforzada por la experiencia acumulada de varios años, y la defino con base en la acción del precio. Defino unas zonas, y cuando el precio las supera, yo entro al mercado, ya sea para comprar o para vender. Esa es a grandes rasgos mi operativa. Entonces, utilizando como base el ejemplo anterior, puedo decir que una operativa reúne parámetros preestablecidos para entrar o salir de un mercado. La mía, como ya mencioné, es una operativa clara y sencilla. Hay otros traders que tienen operativas mucho más complejas, así como hay quienes simplemente entran al mercado por azar. Entonces, cuando hablo de la operativa, me refiero a que es el parámetro que el trader utiliza para hacer su entrada en el mercado. Muchas personas tienen la falsa creencia de que para ser rentables únicamente necesitas saber eso, pero la verdad es que no es así. No basta con tener una operativa, así como tampoco es necesario tener la operativa perfecta para ser exitoso. Creo que esto es algo similar a cuando quieres hornear un pastel, para lo cual, si no sabes cómo hacerlo, vas a necesitar una receta. Ahora bien, cualquier persona puede tener la receta para hacer un pastel, pero no todas las personas que sigan la misma receta van a lograr hacer el mismo pastel, con el mismo sabor, con la misma textura, ni con las mismas características. Para hacer un pastel tú puedes tener la receta, pero además requieres algunas habilidades, herramientas, insumos y experiencias que al final determinarán, junto con la receta, el pastel que obtendrás. No obstante, hay más factores. Por ejemplo, cómo vas a requerir herramientas, tus conocimientos en el manejo de esas herramientas tendrán algún impacto en el pastel. Por otra parte, tu experiencia horneando pasteles también será un factor determinante, ya que no obtendrás el mismo resultado si horneas un pastel por primera vez, que si ya lohas hecho decenas de veces. También el tipo de herramientas influye en el resultado. Puede que utilices un horno eléctrico, mientras que otras personas lo hacen en uno a gas. Y todos estos factores contribuyen a que el resultado final, que es un pastel, varíe. Ahora imagina que el pastel que vas a hornear es uno de zanahorias. ¿Existe una sola receta de pastel de zanahorias? Pues no. Hay muchas. ¿Hay sólo una receta de pastel de zanahoria galardonada con premios? Pues, no. Hay muchas. Esto quiere decir que el hecho de contar con una receta no te garantiza el resultado. Con esto lo que quiero señalar es que no todas las personas lograrán hacer un pastel igual, aunque utilicen una misma receta. Pues, de la misma manera ocurre en el trading. No existe una operativa única que te genere un resultado determinado y sin margen de error. Dos personas pueden usar la misma operativa y obtener resultados completamente diferentes, así como dos personas pueden usar operativas diferentes y obtener resultados similares. La operativa no es más que una de muchas maneras de hacer las cosas. Obsesión y sobrevaloración Ahora sí, habiendo ya explicado lo que es la operativa, entonces podemos profundizar en los dos enfoques que había mencionado, siendo el primero el de la obsesión y sobrevaloración de la operativa. El trader principiante siempre tiene como enfoque aprender un método u operativa para entrar al mercado y comenzar a ganar dinero. Si lo piensas, te darás cuenta de que no hay nada más sencillo que eso. “Dime cómo lo haces para yo hacerlo igual”, es lo que piensa todo principiante. Una vez que logré desarrollar una rentabilidad atractiva, muchas personas se acercaron a mí para que los ayudara a ser rentables. Algunas de ellas eran personas totalmente desconocidas. Otras eran personas conocidas por mí que tenían alguna experiencia en el trading. Y en todos ellos siempre encontré un factor en común: querían conocer mi operativa. Qué era lo que hacía que yo entrara y saliera de un mercado ganando. Cuáles eran los indicadores que utilizaba. Cómo era el análisis que hacía. A ellos no les interesaba nada más. Sólo querían saber qué utilizaba yo para entrar en el mercado y salir ganando. Ellos querían tener ese método que a mí me había hecho ganar dinero. Yo me preguntaba: ¿de dónde viene toda esa obsesión por solo enfocarse en la forma de entrada al mercado? ¿Acaso creen que eso es lo único importante? Recuerdo que, en una oportunidad, decidí juntar a un grupo de personas para operar con ellas con el objetivo de que pudieran ver la manera como yo manejaba el trading como un negocio y así poder compartir opiniones al respecto. Al principio me pareció que era una idea genial, porque les podría mostrar lo que yo hacía, así ellos podrían aprender algo, y de ellos yo podría recibir retroalimentación. Pero una vez concluido el ejercicio, me quedó claro que no resultó ser una de mis mejores ideas… Las personas no estaban interesadas en entender lo que yo hacía, ni cómo veía el negocio, sino que su atención estaba enfocada en hacer lo que yo hacía. Se acercaban a mí solo para hacer exactamente lo que yo hacía, sin ningún tipo de análisis, y con eso eliminaban toda posibilidad de razonamiento propio. Es decir, sin ser esa mi intención, yo estaba creando unos parásitos que se concentraban solo en hacer clic cuando yo lo hacía. Ellos no evolucionaban en su capacidad de análisis porque se limitaban a imitar lo que yo hacía, fuese bueno o malo. ¿Qué pude rescatar de este ejercicio? Que, aunque estas personas trataban de replicar cada paso que yo hacía, no todas tenían el mismo resultado que yo. Esto se explica porque trabajábamos en contextos diferentes. Algunas personas iniciaban las operaciones sobre apalancándose. Otros no tenían la capacidad de resistencia que yo tenía en mi cuenta. Otros no podían asumir los stops que yo asumía por mi gestión de riesgo, muchos invisibilizaban su propio escenario buscando adaptarse al mío. En fin, no obtenían los mismos resultados que yo porque solo se enfocaban en la operativa; en entrar y en salir cuando yo lo hacía, desconociendo el resto de los factores que yo sí consideraba. Estas personas lo único que querían hacer era replicar lo que yo sabía, copiar mi operativa y nada más. Ellos no comprendían la importancia que tiene mantener una estructura de negocios que los haga rentables. En todo este tiempo que llevo en el mundo del trading he deducido que, en gran parte, dicha obsesión por encontrar el método mágico para hacer dinero rápido viene dada por la búsqueda del eterno “Santo Grial”, que para estas personas sería la operativa o incluso en algunos casos hasta la propia estrategia. La operativa recoge todos los parámetros bajo los cuales analizamos el mercado para entrar o salir de él, mientras que la estrategia son todas las acciones que un trader aplica a la operativa con base en su razonamiento propio, recursos, experiencia y conocimientos, lo que lo hace algo muy personal. Es decir, tú y yo podemos tener una operativa similar, pero a la vez tener estrategias totalmente distintas. También puede ser lo contrario. Podemos tener operativas diferentes y aplicar estrategias similares. La mayoría de las personas tienden a englobar ambas cosas en la operativa. Ellos quieren saber cuál es la operativa o cuál es el método, sin considerar la personalización del método, ajustado al contexto en el que se desenvuelven y a sus características personales. Por ejemplo, tú y yo podemos la misma operativa, pero si tú tienes un capital de mil dólares y yo uno de diez mil, seguramente nuestras estrategias serán diferentes. Yo, por el monto a invertir, puedo arriesgar mucho más que tú. También puedo hacer más entradas al mercado de las que puedes hacer tú. Y muchas personas no saben diferenciar eso. El trader principiante cree que existe un método con el cual puedes ganar siempre haciendo lo mismo en cada oportunidad, y con ello puedes alcanzar la anhelada rentabilidad. Es decir, se crea la concepción de que existe una operativa y estrategia genérica, que puede servirle a cualquier persona en cualquier ocasión. Creo que de esa falsa creencia viene la obsesión por la operativa. Esa falsa creencia se potencia cuando quieren venderte el “Santo Grial”, la operativa como un producto. Por supuesto, no te van a mostrar la operativa a menos que estés dispuesto a pagar por ella. Los vendedores del “Santo Grial” te dicen algo como esto: “mira, esta es la operativa que te va a hacer ganar dinero. Pero para mostrártela obviamente tienes que pagar”. Ese enfoque lo podemos ver día a día con la promoción que se hace de este tipo de servicios a través de las redes sociales. Allí se refuerza esa concepción de un método mágico para hacer dinero fácil y rápido. Por ejemplo, yo podría ofrecer “La Operativa Alfredo”, y vanagloriarme de que posee una efectividad del 90% (para hacerla muy atractiva), generando un sentimiento de esperanza de que puedes comprar algo que te va a hacer ganar dinero fácilmente. Siempre habrá personas incautas que estén buscando el camino fácil a la riqueza, así que seguramente estarán dispuestos a pagar lo que yo decida cobrar por compartir mi operativa. El trader principiante se deja llevar por lo que le dicen y no reflexiona más allá de eso. No está interesado en esforzarse más allá de lo estrictamente necesario. Si alguien le dice que tiene la manera de enseñarle a ganar dinero sin esfuerzo, y que lo único que tiene que hacer es aprenderla y usarla, entonces estará dispuesto a pagar, y pensará que cada centavo que pague será una inversión que habrá valido la pena. Esto ocurre porque un trader principiante, por lo general, no se toma el tiempo de analizar que, si en verdad existiera una operativa que te vendieran y que pudiera hacerte rentable en el trading, todos los traders seríamos millonarios, ¿cierto? En el trading,la forma de producir dinero es entrando a un mercado y saliendo de él de manera oportuna. Por ejemplo, comprando a determinado precio y vendiendo cuando el precio esté más alto que el valor de compra, obteniendo una ganancia que es ese diferencial de precio. Entonces, la lógica nos dice que nuestro principal enfoque debe ser conocer la mejor manera de realizar esas entradas y salidas a los mercados de manera oportuna para ganar dinero, lo cual en parte es cierto. Determinar la forma en la que vas a operar o analizar el mercado, es un elemento fundamental en todo este proceso, no lo niego. El problema está cuando se reduce todo el trading a conocer una operativa exitosa. Por ejemplo, ¿no es importante acaso una gestión de capital eficiente? ¿Y qué hay de la gestión de riesgo? ¿Y del control al momento de operar? ¿El contexto no determina escenarios favorables o complicados? Incluso, estimular nuestro propio criterio para analizar el mercado es algo sumamente importante también. El papel protagónico que erróneamente se le asigna a lo que es la operativa o método es un caso digno de estudio, ya que se logra desvirtuar todo el proceso profesional, estratégico, constructivo, intelectual e incluso hasta se desagrega o invisibiliza el uso necesario de los recursos disponibles, lo que privilegia la dimensión técnica por encima de la propia dimensión analítica. Fíjate en algo: todas las personas que tienen alguna noción sobre el trading saben qué es una operativa, pues eso es lo más fácil y lo más básico; es la parte práctica. Sin embargo, no todas las personas manejan los términos de riesgos, planificación y control aplicadas al trading, por mencionar algunos ejemplos. Entonces, aquí podemos ver un reduccionismo que viene indiscutiblemente asociado a una visión simplista del trading, englobando toda esta profesión en un sencillo procedimiento de predecir el movimiento del precio de un activo y tratar de ganar la mayor cantidad de dinero posible, evitando pérdidas. Ese es el enfoque que nos hace descuidar múltiples aspectos que son tan importantes como definir una operativa. Eso es justamente lo que hace un trader principiante. Se enfoca únicamente en encontrar esa operativa, que para él representa el “Santo Grial”. Es decir, aquella operativa o aquel método que lo hará rentable y que solo algunas personas poseen, creyendo así que, si ellos tienen esa operativa, tendrán una ventaja enorme por encima de los demás y que así podrán producir dinero de manera constante, porque creen que la operativa es lo que los hace rentables. Sin embargo, la realidad es otra. Hay millones de operativas diferentes con las cuales se puede desarrollar rentabilidad. La gran verdad detrás de esto es que la operativa perfecta y única no existe, porque la operativa por sí sola no es un factor de éxito. Hay operativas que mantienen coherencia y se adaptan al dinamismo del mercado, mientras que hay otras operativas que son carentes de toda lógica. Entonces, sobrevalorar el papel de la operativa en el trading conduce inevitablemente a la obsesión y a la pérdida del enfoque en los demás factores que, en conjunto, son los que determinan el éxito o fracaso de un trader. Improvisación Si bien es cierto que al primer enfoque al que me referí fue la sobrevaloración que conduce a la obsesión por la operativa, al deseo de obtener el “Santo Grial” de los traders principiantes, el segundo enfoque, no menos importante, es la improvisación. Aquí les voy a explicar cómo el trader principiante se vuelve un improvisador nato. Creo que cualquier persona que se inicia en el trading pasa por esto. Yo también fui un principiante y recuerdo que, en el año 2012, cuando apenas empezaba, la improvisación era lo que marcaba mi camino. A diferencia de otras profesiones que han sido institucionalizadas, en el trading no tienes un pensum fijo. Ni siquiera tienes un pensum. Es decir, no existe un patrón de estudios genérico como existe en las carreras formales, en las que hay una estructura académica universitaria la cual establece los conocimientos que debes adquirir para una determinada profesión. Eso no existe en el trading en la actualidad. Entonces, ahí se crea el escenario perfecto de un inicio catastrófico para muchas personas, y yo me incluyo entre ellas. ¿Por qué? Si deseas incursionar en el trading como una profesión, no hay nada que te diga por dónde empezar. Por tanto, la única forma de saber si vas por buen camino o no, es por tus resultados, los cuales dependen en gran parte de tu propio desarrollo más que del contenido que puedas o no poner en práctica. Y si a eso le añadimos el efecto del azar, es decir, que tú puedes ganar únicamente porque tienes suerte un par de días, eso hace que sea muy fácil que pierdas la brújula y que empieces a improvisar en cada paso que das. En el trading, cada quien decide empezar a operar prácticamente bajo su propio criterio, sin estructura, dándole paso al principal enemigo de la consistencia que es la improvisación, que aparece como resultado de esa búsqueda incesante de ganar. Pruebas algo y pierdes. Lo cambias y vuelves a intentarlo. Fallas nuevamente y haces un nuevo intento, perpetuando así un ciclo infinito de pérdidas que no te llevan al resultado que deseas. Esas ansias de ganar nos hacen comenzar a buscar de forma aleatoria operativas, indicadores, mercados, estrategias, horarios, e instrumentos, con el fin de encontrar la fórmula que nos dé el mejor resultado. Así los vamos rotando de manera improvisada, sin mantener un enfoque determinado. La improvisación, en el trading, es la antítesis de la consistencia, y eso hace que sea mortal. ¿Por qué? Para ser rentables debemos mantener una consistencia operativa, más allá de la efectividad y de que ganemos mucho dinero. Debemos ser consistentes en lo que hacemos, cosa que no es para nada sencilla, debido a que tenemos múltiples factores que nos inducen a improvisar. Uno de ellos, y para mí el primero y el que más nos conduce al fracaso, es la necesidad de obtener resultados inmediatos. Me viene a la mente el recuerdo de un alumno que, apenas con una semana negativa, empezó a tratar de cambiar todo lo que hacía. ¿Por qué? Porque para él, una semana negativa significaba que había fracasado. Es decir, no aceptaba perder. Si él tenía un día en pérdida, inmediatamente trataba de buscar el por qué, y lo cambiaba. Y así iba día a día, lo que lo llevó a entrar en un ciclo de improvisación. Pero, en el momento en el que comprendió e internalizó el concepto de rentabilidad a largo plazo, es decir, que el resultado inmediato no definía su rentabilidad, logró salir de ese ciclo de improvisación que lo estaba llevando por el camino del fracaso. Y este es un tema de cómo conceptualizamos el trading. Porque si lo vemos con el objetivo de ganar todos los días, eso obviamente es algo muy difícil de lograr, por lo que cada día en pérdida vamos a tratar de modificar aquello que creamos estuvo mal. Es como si en un restaurante se cambiaran todos los platos el día en el que hubo pocos clientes. En un negocio bien manejado se debe aprender a lidiar con las pérdidas. Y es lo mismo para un trader. Debe aprender a manejar los días con pérdidas y las rachas negativas, visualizando siempre el horizonte en el largo plazo. Es contra eso que debe lidiar el trader principiante. Contra sus deseos de querer ganar todos los días, que es lo que lo conduce a la improvisación. Un segundo factor que conduce al trader a la improvisación es la influencia que tienen otras personas sobre sus acciones. Recuerdo que, en mis inicios, yo miraba lo que hacían otras personas y trataba de imitarlos. Si algún amigo me decía que iba a operar con oro, yo también lo hacía. Si conocía a alguien que operaba con crudo, entonces yo operaba con crudo. Si alguien me decía que tenía una operativa muy buena con el indicador RSI, entoncesyo buscaba inmediatamente la forma de operar con ese indicador, sólo porque esa persona me había dicho que era muy bueno. Y sin darme cuenta, me la pasaba en una continua improvisación, tratando de imitar lo que otros hacían porque yo no tenía claro qué hacer. En ese entonces yo pensaba que el éxito en el trading dependía de imitar aquello que a otras personas las hacía ganar dinero, y siempre había una persona que ganaba más que las otras, así que siempre había alguien a quien imitar. Pero también había siempre algún momento en el que la operativa que estaba usando no funcionaba, así que inmediatamente yo entraba en desesperación y buscaba imitar a las personas que, para mí, en ese momento tuvieran la mejor racha positiva o que podían ser las más rentables. Es por eso que considero que esa influencia que tenemos a veces de otras personas, aunado a la necesidad de ganar a toda costa, conforman un cóctel fatal para la consistencia, porque potencian la improvisación, llevándola a su máxima expresión para un trader. Luego de varios años de continuar ese ciclo, aprendí mi lección. Descubrí mi propio camino y son otras personas las que me buscan para imitar lo que yo hago. Por ejemplo, a través de Instagram siempre recibo consultas del tipo: “Alfredo, dime qué hacer. Dime cuándo puedo entrar. Dime qué recomiendas que haga en esta operativa. Dime qué hiciste hoy para yo tratar de hacerlo mañana”. Te puedo asegurar que podría decirles lo que yo quisiera, y con seguridad lo harían. Pero por supuesto, no lo hago. Siempre trato de señalarles que las inconsistencias en su proceder es lo que los conduce a improvisar y a fracasar. Pero muy pocos de ellos lo asumen porque lo que están visualizando, es que yo soy un modelo a seguir ya que he logrado ser rentable y creen que copiando técnicamente todo lo que yo hago, ellos también lo van a lograr. Recuerdo que hace unos meses me hicieron una entrevista, y una de las preguntas que me hicieron era por qué consideraba yo que las personas deberían seguir mi operativa. Que explicara por qué las personas deberían dejar de hacer lo que estaban haciendo para concentrarse en mi operativa. Y me pareció muy graciosa la pregunta porque es justamente lo opuesto lo que estoy tratando de hacer. Así que traté de explicarles que yo en ningún momento busco eso, que eso sería crearle un problema mayor a las personas que me siguen. Porque dejarse convencer para tomar una u otra vía, sólo demuestra que a esa persona le falta criterio para tomar decisiones, que es lo opuesto a lo que se requiere en el trading. Algo fundamental aquí es desarrollar criterio para tomar decisiones. ¿Por qué? Porque cuando logras desarrollar un criterio para analizar el mercado, no hay espacio para la improvisación, ya que comienzas a ver el mercado de una forma fija, bajo ciertos estándares establecidos en línea con tu propia capacidad de análisis, por lo que ya no vas a tratar de cambiarlo cada vez que tengas un mal día. Otro de los factores, el tercero, que lleva al trader principiante a la improvisación es la falta de confianza en lo que hace, de ahí se deriva su falta de visibilidad en las operaciones. Visibilidad que proporciona un buen manejo estadístico. Conocer tu desempeño a nivel estadístico te permite proyectar resultados futuros probables para tus operaciones. La mayoría de los traders inconsistentes no tienen idea de cuáles son sus estadísticas operativas. No tienen ninguna estimación que les permita situarse en un escenario probable y por eso se desesperan y se plantean inseguridades en todas sus operaciones, lo que los mantiene totalmente temerosos de estar haciendo las cosas mal. Normalmente el trader que no confía en lo que hace, improvisa, porque deja que la subjetividad, y no la objetividad, tome control de la situación. Es decir, pasa de analizar probabilidades a creer en posibilidades. Cree que le iría mejor si hace esto o aquello. Pero no hay nada que soporte esa creencia, que es lo que lo hace algo subjetivo. No tiene estadísticas que avalen o soporten esa creencia, por lo que no tiene ningún tipo de objetividad. Entonces, no desarrolla confianza en lo que está haciendo, en su conocimiento, en su estudio, ni en su análisis, porque no está fundamentado en sus estadísticas. Y un cuarto factor que conduce a la improvisación es la ausencia de un mecanismo de planificación. Planificar requiere de nuestro enfoque para poder estructurar parámetros que nos lleven a un objetivo determinado. En el trading pocas personas planifican, porque lo ven únicamente como una actividad operativa en la cual abres y cierras operaciones, y así ganas dinero. Y para ellos no hay nada más. Se guían por su intuición y listo. Así que no requieren de un mecanismo para estructurar su operativa. No necesitan definir cómo van a operar, ni diagramar los mercados para tener un patrón fijo que le cierre la puerta a la improvisación. Entonces para resumir, tenemos un escenario para los traders principiantes plagado de desconocimiento, fantasía y facilidad. Por un lado, genera que el trader principiante se obsesione con la búsqueda de una operativa que sobrevalora y de la que espera obtenerlo todo y por otra parte, que se mantenga en un constante estado de improvisación al estar cambiando su operativa con cada traspié que tenga. Capítulo III Cómo superar las dificultades Como ocurre en cualquier otra profesión, en el trading vamos a encontrar obstáculos y dificultades que, en ciertos momentos y circunstancias podrían hacernos perder el rumbo. Ya he explicado en los capítulos anteriores algunos de ellos, como lo son concepciones y enfoques errados que asumimos al iniciar en esta profesión. Pero afortunadamente, no representan obstáculos o dificultades insalvables. Las podemos superar. Para ello, y basado en mi experiencia, te voy a compartir cinco factores que he descubierto y que, con seguridad, te van a ayudar a superar cualquier dificultad que encuentres en tu camino para convertirte en un exitoso trader. Desarrollar la capacidad de razonar ¿A qué persona no le gustaría ganar dinero sin hacer absolutamente nada? ¿Qué tal si te ofrezco la oportunidad de ganar dinero sin que tengas que pensar ni esforzarte para nada? ¿Qué me dirías? No creo que yo sea la única persona a la que una propuesta de este tipo le parezca algo sumamente tentador. Creo que, subconscientemente, muchos hemos tenido ese deseo. Ganar la lotería o ganar dinero fácil. La gran fantasía en nuestro modelo social actual… Recuerdo que, en el año 2.018, cuando operaba con un grupo de personas, llegó un momento en el que todos se colocaban alrededor mío para copiar mis movimientos. Y, al terminar la jornada, ellos no tenían idea de lo que habían hecho. Algunos ni siquiera deseaban saberlo (otros, algo más interesados, se limitaban a preguntar solamente por la operativa). Pero la mayoría solo se alegraba por ganar o se entristecía por perder, pero no había ningún interés por razonar qué había ocurrido durante toda la jornada. Conocer la razón por la cual habían ganado o perdido. Yo, con la mejor intención del mundo, invertía mi tiempo en explicarles. En ese entonces, pensaba que la mejor manera de aprender era visualizando lo que yo hacía. Sin embargo, toda mi buena intención puesta en ese proceso terminó desvirtuándose para convertirse en un simple proceso de replicación de mis operaciones por parte de ellos. Y no es que esto fuera algo nuevo porque incluso comercialmente, en el trading existe el famosos copytrade, donde puedes copiar enteramente lo que hace otro trader. Es algo muy llamativo y para muchos un verdadero negocio. Sin embargo, ese proceso no ha transformado a esta profesión en una mina de oro. De hecho, muchos entran en esos sistemas y terminan perdiendo dinero. Y no faltan aquellos que piensan que perdieronporque no lograron copiar a alguien que fuera muy bueno. Esto es porque no logran comprender que el trading no se trata de copiar la entrada de otra persona. El trading se trata de estructurar un sistema con base a múltiples factores, siendo uno de los más importantes, el razo namiento. El mecanismo de copiar o intentar simular lo que hace otra persona, genera tarde o temprano una dependencia y un proceso que limita la estimulación del propio razonamiento humano. Por eso, uno de los pilares sobre los cuales he fundamentado todo mi proceso de capacitación, ha sido el desarrollo del razonamiento en cada una de las personas a las que capacito. Cuando hablamos de trading, no hay duda de que hay que asociarlo a la capacidad de analizar el mercado con base a ciertos parámetros establecidos. Esa capacidad de análisis no se desarrolla de manera mágica y mucho menos se aprende limitándose a digerir órdenes de entrada y salida. Esa capacidad de análisis se desarrolla a través del conocimiento, visualizando el mercado como un escenario en el cual se desarrolla una lógica evolutiva a la que debemos adaptarnos de la mejor manera posible, y no como una simple herramienta donde se montan operaciones y se busca ganar algo. Todos los seres humanos tenemos la capacidad de razonar. La diferencia está en que algunos intentan hacerlo sin tener ningún tipo de conocimiento, mientras que otros lo hacen con base a un conocimiento adquirido. Razonamiento y conocimiento son indivisibles, pero algunos ven sumamente tedioso adquirir sabiduría y eso les dificulta mucho el poder razonar. Uno de los retos más grandes en mi labor como formador, ha sido capacitar a un señor de 75 años: el señor Arnaldo. En un principio, él se mostró bastante interesado, pero tenía miedo de no poder analizar el mercado como yo lo hacía. Me decía que cuando me escuchaba hablar de estructura, acción del precio, contexto, volumen, y términos afines, no lograba comprender todo eso. Recuerdo que le dije que no se desesperara, que íbamos primero a adquirir conocimientos, que luego los pondríamos en práctica mientras analizábamos el mercado. Y así lo hicimos. Fuimos poco a poco nutriendo su mente con conocimientos teóricos que luego fijamos con ejercicios prácticos enfocados en aplicar lo que leíamos. Así fue como el señor Arnaldo logró entender que no existe una forma única de analizar el mercado o de ser rentable, y sus análisis iban mejorando con el transcurrir del tiempo. Cometía muchas equivocaciones, como todos al empezar en esto, pero las corregíamos y buscábamos comprender lo que había sucedido. Con el transcurrir de los días, él empezó a hacer su propio análisis y sus entradas al mercado, todo enfocado en su propia capacidad de razonar. Y al poco tiempo, ya había logrado desarrollar una consistencia operativa que ni él mismo podía creer. Y no porque me estuviera copiando, sino como producto de la capacidad de análisis que había desarrollado. El señor Arnaldo se había convertido en un trader que estaba desarrollando rentabilidad. Él siempre me escribe con orgullo cuando coincidimos en las entradas. Y yo me siento muy feliz por su desarrollo, que es algo propio. Él desarrolló su capacidad de analizar el mercado. Yo sólo le mostré el camino y lo orienté en el desarrollo sus capacidades, hasta que pudo hacerlo por sí mismo. Esa es una frase que siempre utilizo: “desarrollar capacidades”. Porque si te lo doy todo en bandeja de plata, no tendrás nunca la necesidad de pensar. Y si no piensas, no desarrollas tu capacidad de análisis. Obviamente sería un buen negocio para mí crear una tribu de personas que dependan de copiar lo que yo hago para operar, porque eso podría generarme ingresos. Y mientras más dependientes de mí sean, mucho mejor. Pero si así lo hiciera, perdería el enfoque del trading. El trading es un negocio con múltiples ventajas, y una de ellas es la individualidad. No necesitas depender de nadie para hacer trading, ya que es prácticamente una profesión de crecimiento y desarrollo personal. Muchas veces las personas ven la capacidad de razonar como un súper poder que no está al alcance de todos y como algo muy difícil de aplicar. No se dan cuenta de que son ellos mismos quienes se imponen límites. No logran comprender que las capacidades no surgen de la nada, sino que son producto de un esfuerzo enfocado en perfeccionar las habilidades. Que no es algo fácil, ni mucho menos es rápido, pero es la única manera de desarrollar un negocio verdaderamente independiente donde el trader sea el principal motor. De allí que para mí sea tan importante desarrollar la capacidad de razonamiento para superar cualquier obstáculo en el trading. Adquirir experiencia Por otra parte, tenemos el invaluable aporte de la experiencia. El ser humano siente el impulso, que con frecuencia se convierte en una necesidad imperiosa, de ver resultados inmediatos, lo que lo lleva a omitir todo tipo de procesos con la finalidad de acortar los tiempos y así tener resultados rápidos. Eso hace que el proceso de adquirir experiencia quede relegado a un segundo plano, como si ello no fuera un factor esencial para el éxito. En un ejercicio personal de retrospección, recuerdo como veía el mercado hace cinco años y lo comparo con el presente. ¡Cuántos cambios y progresos puedo apreciar en ese tiempo! Mi capacidad de análisis ha evolucionado, así como evoluciona el arte de la pintura o como se perfeccionan habilidades deportivas. Cuando hablo de experiencia, no me refiero al tiempo transcurrido entre un momento y otro. No me refiero a llevar cinco años en el trading, por ejemplo. Me refiero a lo que hemos hecho durante ese período. Porque el tiempo, por sí mismo, no hace que algo o alguien evolucione. Es lo que hacemos mientras el tiempo avanza lo que permite que evolucionemos. Por eso debemos invertir nuestro tiempo en adquirir, reconfigurar y poner en práctica todos los conocimientos que nos hagan crecer en todos los sentidos. En mis inicios, recuerdo que varias personas me decían: “con el pasar del tiempo verás el merca do de otra manera. Para ser rentable debes tener tiempo operando. Esto no ocurre de la noche a la mañana. Ya verás que con el tiempo te volverás en un trader exitoso…”. Y yo, subconscientemente asumía que lo que había que hacer era esperar. Dejar pasar el tiempo. Así transcurrieron meses, incluso años, en los cuales estuve improvisando en el mercado, sin ninguna estructura, sin ningún enfoque y con pésimos resultados. Eso no me hizo mejorar en nada. Había transcurrido el tiempo, pero yo seguía en el mismo lugar. Y mi único “logro” había sido perder mi tiempo… Pero en una charla a la que tuve el placer de asistir, uno de los ponentes dijo algo que me hizo abrir los ojos. Él citó una frase de Gottfried Leibniz, un matemático y filósofo alemán, creador del sistema binario moderno, la cual decía: “La experiencia del mundo no consiste en el número de cosas que se han visto, sino en el número de cosas sobre las que se han reflexionado con frutos”. ¿Con base a qué pensaba yo que estaba “adquiriendo experiencia” ? ¿Tenía yo acaso un proceso reflexivo basado en una estructura ordenada y lógica o sólo buscaba adquirir experiencia con mi improvisación y a través de la suerte? Ese, puedo decir, fue un hito en mi carrera. A partir de allí cambié mi accionar. Me enfoqué en que la experiencia fuera un aprendizaje real. Comencé a invertir mi tiempo en razonar, en enlazar conocimientos con vivencias y sobre todo, en construir mi propio conocimiento. Y entonces, apareció la experiencia. La verdadera experiencia, que es la evolución de la vivencia… Es por eso que ahora valoro la experiencia como una cualidad vital para el trading. Porque te da la oportunidad de aprender de las vivencias ya sean buenas o no tan buenas. Pero, sólo si pasan por el debido proceso de reflexión. De lo contrario, solamente
Compartir