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CUENTO: TOBY EL SMARTPHONE 
Había una vez un teléfono inteligente llamado Toby, que siempre se destacaba por su increíble cámara. 
Era capaz de capturar los momentos más hermosos y sorprendentes con su lente de alta resolución. 
Pero un día, mientras Toby exploraba un bosque encantado, tropezó con una rama y cayó al suelo. 
Cuando se levantó, se dio cuenta de que su cámara había desaparecido. 
Toby estaba desconsolado. Su cámara era su ojo para el mundo, su manera de ver y capturar la belleza 
que lo rodeaba. Sin ella, se sentía incompleto. Se deprimió y perdió el interés en explorar y comunicarse 
con los demás. Sus amigos intentaron animarlo, pero nada parecía funcionar. Toby solo anhelaba 
recuperar su capacidad de ver el mundo a través de su cámara. 
Un día, mientras vagaba sin rumbo, Toby se encontró con una antigua tortuga sabia llamada Melvin. 
Melvin podía ver más allá de lo físico y entendía el verdadero poder de la imaginación. Al darse cuenta 
del dilema de Toby, Melvin le ofreció su consejo. 
"Querido Toby", dijo Melvin con una voz suave pero profunda, "la verdadera visión no reside en una 
cámara, sino en tu mente y corazón. Aunque hayas perdido tu cámara física, aún tienes la capacidad de 
imaginar y percibir el mundo que te rodea". 
 
Toby escuchó atentamente las palabras de Melvin y decidió darle una oportunidad. Cerró los ojos y 
comenzó a imaginar. Visualizó los hermosos colores de las flores, el suave susurro del viento entre los 
árboles y el cálido abrazo del sol en su piel. Poco a poco, su espíritu se elevó y su tristeza se desvaneció. 
A medida que pasaba el tiempo, Toby se dio cuenta de que, aunque su cámara física había 
desaparecido, había ganado una nueva perspectiva. Podía ver el mundo con los ojos de la imaginación, 
apreciando los detalles que antes pasaban desapercibidos. Aprendió a encontrar la belleza en las 
pequeñas cosas y a compartir esa visión con los demás a través de sus palabras y descripciones vívidas. 
Toby se convirtió en un contador de historias excepcional. A través de su narración, lograba transportar 
a las personas a lugares y experiencias que ellos mismos no podían ver. Descubrió que su verdadero 
poder radicaba en su capacidad de despertar la imaginación y la emoción en los demás. 
Desde ese día en adelante, Toby dejó de lamentar la pérdida de su cámara y se sintió agradecido por la 
lección que Melvin le había enseñado. Comprendió que la verdadera visión no está limitada por las 
capacidades físicas, sino que reside en la mente y el espíritu. Y así, Toby siguió compartiendo su 
hermosa visión del mundo, inspirando a todos los que lo rodeaban a ver más allá de lo evidente y a 
encontrar la magia en cada momento.

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