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Inteligencia Emocional - Relaciones humanas - Kevin Valencia (1)

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Escuela Politécnica Nacional
Relaciones Humanas y Empresa
Inteligencia Emocional
Integrantes:
Kevin Valencia
Lizeth Amoguimba
Gabriela Narváez 
Luis Panamá
Christian Albán
1. Definiciones de inteligencia emocional
Concepto popularizado por el psicólogo estadounidense Daniel Goleman. Lanzó al mundo un concepto novedoso ya que la inteligencia de una persona no depende solo de los conocimientos o habilidades que tenga en ámbitos como la lengua o las matemáticas, sino que existen otros tipos de inteligencia que se deben considerar.
“Es la capacidad para reconocer los sentimientos propios y los de los demás, motivarnos a nosotros mismos, para manejar acertadamente las emociones, tanto en nosotros mismos como en nuestras relaciones humanas ”
Podemos destacar las siguientes características de las personas emocionalmente inteligentes:
Autoconocimiento. La inteligencia emocional supone conocerse a uno mismo, saber y entender los estados de ánimo que tenemos y a qué se deben, así como las consecuencias que esos estados de ánimo pueden tener en otras personas.
Autorregulación. Una persona que es inteligente desde el punto de vista emocional sabe controlar sus impulsos, sus emociones y pensar antes de actuar. La autorregulación supone el uso de la asertividad, la apertura a nuevas ideas, la flexibilidad ante los cambios.
Empatía. Se trata no solo de escuchar a otra persona, sino de realmente ponernos en su lugar, saber cómo se siente, qué emociones siente, por qué las expresa de una determinada manera.
Habilidades sociales. Las anteriores características ayudan a que la persona con inteligencia emocional sepa gestionar correctamente sus habilidades sociales para tener contacto con todo tipo de personas y generar confianza.
Automotivación. Una persona inteligente emocionalmente no necesita que la reconozcan o que la premien cuando logra algo, porque es capaz de automotivarse, de buscar en su interior las razones para seguir adelante en su vida.
Una persona emocionalmente inteligente es capaz de gestionar las emociones para lograr resultados positivos en sus relaciones con los demás.
La persona que tiene la capacidad de aprender y de utilizar las habilidades que hemos visto, desarrollará su inteligencia emocional y podrá convertirse en un verdadero líder. Un líder que utiliza la inteligencia emocional logra sacar lo mejor de cada persona, trabaja codo con codo con su equipo, motiva a todos, reconoce los logros y no se desenfoca cuando aparecen desafíos o cambios, sino que aprende siempre. 
2. Historia de la Inteligencia Emocional
· El concepto de inteligencia emocional tiene un claro precursor en el concepto de inteligencia social del psicólogo Edwar Throndike en 1920, definiéndola como: “habilidad para comprender y dirigir a los hombres y mujeres, y actuar sabiamente en las relaciones humanas”. 
Para Throndike, además de la inteligencia social, existen también otros dos tipos de inteligencias: la abstracta (habilidad para manejar ideas) y la mecánica (habilidad para entender y manejar objetos).
· En 1983, una ilustre antecedente cercano de la inteligencia emocional lo constituye las teorías de las inteligencias múltiples del doctor Howard Gardner , quien plantea que las personas tienen 7 tipos de inteligencia que las relacionan con el mundo:
 
· Inteligencia lingüística:
· Inteligencia lógica.
· Inteligencia musical.
· Inteligencia visual-espacial.
· Inteligencia cinestésica
· Inteligencia interpersonal.
· Inteligencia intrapersonal
· En 1976 Wayne Dyer publica el libro: “Tus zonas erróneas”, el cual trata sobre ideas claras para el mejor conocimiento de uno mismo.
· En 1990 los psicólogos norteamericanos: Dr. Peter. Salovey y Dr John. Mayer comienzan a utilizar el término de “Inteligencia Emocional”.
· En 1995 Daniel Goleman publica su libro “Inteligencia emocional”, que es el más vendido e impulsa el conocimiento de este concepto. En este libro se habla de las siguientes habilidades:
 
· conciencia de sí mismo y de las propias emociones y su expresión
· autorregulación, controlar los impulsos, de la ansiedad, diferir las gratificaciones, regular nuestros estado de ánimo
· motivarnos y perseverar a pesar de las frustraciones (optimismo)
· empatía y confianza en los demás, las artes sociales
 
· En 1997 Robert Cooper y Ayman Sawaf publican el libro Inteligencia Emocional aplicada al liderazgo.
· En 1998 Daniel Goleman publica “La Inteligencia emocional en la empresa”. El término inteligencia emocional llega a popularizarse gracias al impacto e influencia de los autores que han tenido un mayor afán divulgativo sin embargo aún queda un gran paso en la educación en los aspectos emocionales. 
3. ¿Qué trabajadores buscan las organizaciones?
Al llegar a la vida adulta y una vez que nos incorporamos al mundo laboral encontramos que las organizaciones realmente valoran la competencia emocional de los individuos, es una característica muy valorada y que marca la diferencia entre el éxito o el fracaso en la socialización y desarrollo de un individuo dentro de una organización.
La inteligencia emocional nos convierte en personas más adaptadas a los entornos, con relaciones de mayor calidad, más creativas para construir la vida que deseamos y alcanzar nuestros objetivos.
¿Qué es lo que tienen los jefes que tanto importa en su relación con los empleados? ¿De qué habilidades deben hacer gala para evitar que sus empleados se despidan? Los más eficaces son aquellos que cuentan con la habilidad de darse cuenta de cómo se sienten sus empleados en su situación laboral y de intervenir con eficacia cuando dichos empleados empiezan a sentirse desanimados o insatisfechos.
Los jefes eficaces también son capaces de manejar sus propias emociones, con el resultado de que los empleados confían en ellos y se sienten bien al trabajar a su lado. En pocas palabras, los jefes cuyos empleados se quedan son aquellos que dirigen con inteligencia emocional.
La inteligencia emocional tiene que desempeñar un importante papel a fin de satisfacer esas necesidades. Por ejemplo, afrontar a los grandes cambios requiere, entre otras cosas, de la habilidad de percibir y comprender el impacto emocional del cambio en nosotros mismos y en los demás. Para ser eficaces a la hora de ayudar a las organizaciones con los cambios, los líderes deben, en primer lugar, ser conscientes y manejar sus propias sensaciones de ansiedad e incerteza. A continuación, deben ser conscientes de las reacciones emocionales de otros miembros de la organización y actuar para ayudar a la gente a que lidie con dichas reacciones. Al mismo tiempo, en el proceso de afrontar con eficacia los grandes cambios, otros miembros de la organización deben implicarse de manera activa en el seguimiento y manejo de sus reacciones emocionales y las de los demás.
La inteligencia emocional influye en la eficacia organizativa en varias áreas:
· Contratación y conservación del empleado
· Desarrollo de talento
· Trabajo en equipo
· Compromiso, estado de ánimo y salud del empleado
· Innovación
· Productividad
· Eficacia
· Ventas
· Ingreso
· Calidad de servicios
· Clientela fiel
Las personas que tienen alta inteligencia emocional destacan por su:
· Capacidad de escucha
· Empatía
· Capacidad de comunicación
· Adaptabilidad
· Creatividad ante los obstáculos.
· Capacidad de control de sí mismo
· Confianza en sí mismo
· Motivación
· Eficacia grupal e interpersonal
· Capacidad de cooperación-colaboración
· Trabajo en equipo
· Capacidad de negociación
· Eficacia en la organización
· Proactividad
· Potencial de liderazgo
Por lo tanto, la Inteligencia emocional en el trabajo juega un rol determinante en todos los niveles de la cadena de mando. Si se toman en cuenta las fases diseñadas para comprender el complejo concepto de este tipo de inteligencia, fácilmente se puede asociar con el Liderazgo dentro de las empresas, donde es indispensable una interacción social eficiente para lograr el máximo desempeño de un equipo.
4. Emociones
Si se abordan las emociones como respuesta del individuoante la realidad se puede afirmar que son una forma de resistencia, es decir, la emoción es más intensa cuanto menos probable y plausible parece un acontecimiento que sucede. Cuando la realidad transcurre de formas que no encajan en las previsiones, incluye acontecimientos para los que no se está preparado y el ser humano se resiste, se abre un proceso interno para poder digerir ese suceso y sus implicaciones. Cuanto más rígida y preconcebida es la visión de la realidad para una persona mayor intensidad emocional presentará.
Desde el punto de vista del cuerpo, las emociones “son estados funcionales dinámicos del organismo, que implican la activación de grupos particulares de sistemas efectores, visceral, endocrino y muscular y sus correspondientes estados o vivencias subjetivas”.
Pensamiento vs Sentimiento
El pensamiento y la emoción tienen dos utilidades distintas. Ambos son vitales para la supervivencia humana y su desarrollo, sin embargo su papel en realidad, está muy bien diferenciado.
Las funciones del pensamiento tienen que ver con lo intelectual. La mente recoge todos los mensajes de la cultura, es lo prescriptivo, lo que “debería” o “no debería” ser. El juicio está muy presente en el pensamiento, cada vez que se observa la sociedad, desde lo que se observa como norma se refuerza la idea de lo que debe ser. Las funciones intelectuales superiores permiten transformar el mundo, pensar de forma abstracta, resolver problemas, construir aviones, edificios, tabletas, etc.
Las funciones del sentimiento tienen que ver con lo que genera felicidad o infelicidad a cada persona, permite percibir cómo la realidad impacta en el ser humano a medida que se relaciona con ella.
 Niveles de la emoción
1. Fisiológico: patrones de respiración, ritmo cardiaco, contracciones estomacales, etc.
2. Expresivo: patrones posturales, expresión facial, etc.
3. Cognitivo o subjetivo: discriminación, etiquetación, atribución, interpretación y valoración, etc.
El modelo ALBA EMOTING, formulado por Susana Bloch, refleja las emociones básicas para la vida social humana. Este modelo sirve de base para una técnica psicofisiológica que ayuda a crear y controlar emociones, es utilizado en programas de desarrollo personal y en el entrenamiento de actores. Las emociones que este modelo identifica como fundamentales para el desarrollo individual y social son:
1. Enfado: Con otros porque han transgredido los límites en una relación, con nosotros mismos por no habernos comportado con dignidad.
2. Miedo: ante aquello que supone una amenaza para nuestro equilibrio y bienestar físico, emocional y social. El ser humano es el único animal capaz de mostrar un comportamiento de coraje ante el miedo.
3. Alegría: que nos predispone positivamente a explorar nuevas posibilidades a asumir nuevos retos.
4. Tristeza: debido a una pérdida real o anticipada.
5. Ternura/compasión: ante otras personas o seres vivos cuya experiencia comprendemos y aceptamos.
6. Erotismo: predispone al comportamiento sexual.
Todas estas emociones cuando son primarias y adaptativas impulsan hacia una acción. Esta acción se supone que resultará eficaz para regular dicha emoción.
Las emociones en la vida diaria
Cada emoción puede ser componente esencial de muy diversos fenómenos sociales. Por ejemplo, el miedo juega un importante papel en el terrorismo, el desempleo,, la circulación de las élites, el consumo, la política, los movimientos sociales o la economía (Bericat, 2010). Ahora bien, podría afirmase que hoy el miedo constituye además una emoción de sociedad, esto es, una emoción que caracteriza esencialmente el ethos de nuestras sociedades pos- modernas. La cultura del miedo, o la cultura del horror utilizando micro y macro análisis del contenido emocional de las noticias publicadas en periódicos norteamericanos, deriva de rasgos esenciales de nuestra sociedad como sociedad del riesgo y como sociedad líquida (Bauman, 2006). Toda sociedad o unidad social fomenta, en cada época, unas determinadas emociones que le son características.
Es evidente que la estructura y los procesos básicos de una sociedad crean determinados climas emocionales, o incluso emociones de sociedad, que condicionan los sentimientos generales de la población
La inteligencia emocional se encuentra determinada por una serie de aptitudes emocionales, las cuales son la combinación entre el pensamiento y el sentimiento concebidas como una capacidad aprendida basada en la inteligencia emocional que origina un desempeño laboral sobresaliente, dentro de estas se pueden mencionar por ejemplo la empatía, que permite realizar la captación de los sentimientos ajenos de forma efectiva y precisa, por otro lado la habilidad social que permite manejar con habilidad los sentimientos captados gracias a la empatía.
Las emociones en la empresa
La inteligencia emocional a nivel de las empresas puede ser considerada como parte de un esfuerzo humano y estratégico en el cual se busque entender al ser humano en su complejidad psíquica, ante la inminente relación que esta tiene con el comportamiento y el rendimiento en las organizaciones, razón por la que cada vez más la preocupación por los componentes emocionales de los individuos debe convertirse en un proceso continuo, no solo de control y dominación, sino de entendimiento y autogestión. Por igual motivo, la inteligencia emocional puede ser una inoculación que proteja la salud y fomente el crecimiento. Si una empresa tiene las aptitudes que brotan del conocimiento de uno mismo y la autorregulación, motivación y empatía, habilidad de liderazgo y comunicación abierta, es probable que sea más adaptable a lo que el futuro traiga. De esta manera, un gerente o un empleado de mandos medios o bajo no solo debe ser medido por su capacidades cognitivas u operativas sino también por sus aptitudes emocionales y sus niveles de inteligencia emocional, que lo hagan apto para desempeñarse en un cargo específico de manera excepcional.
5. Inteligencia emocional y resiliencia - ¿Qué es la regulación emocional?
Inteligencia Emocional y Resiliencia:
La Inteligencia Emocional (IE) es la capacidad que las personas tenemos para reconocer nuestros propios sentimientos y los ajenos. Para lograr un desarrollo integral de la persona es necesario promover el desarrollo de diferentes vertientes: afectiva, cognitiva y social. Facilitar el desarrollo de la IE, es importante para cualquier persona, pero fundamentalmente para aquellas con algunas necesidades concretas, por sus limitaciones físicas y/o psíquicas. En la actualidad, los estudios acerca de la IE se centran en una amplia variedad de campos de estudio, tales como el escolar o académico, de salud o laboral.
La IE influye en las habilidades cognitivas y de autorregulación. Las personas con una elevada IE suelen adaptarse mejor utilizando estrategias, dependiendo del contexto en el que se encuentren, con el fin de alcanzar sus metas y resolver problemas.
Por otra parte, y muy relacionada con la IE, la resiliencia es la tendencia a ver los cambios inesperados como oportunidades en vez de verlos como adversidades, manteniendo el compromiso y control. Esta adaptación exitosa implica también una “transformación” de la persona tras la crisis, manifestada en un conjunto de cualidades. La capacidad de ser resiliente supone resistir ante los conflictos, por un lado, y generar un comportamiento o una actitud positiva ante los mismos, por otro lado. La IE está conectada directamente con la resiliencia, de tal forma que el comportamiento emocionalmente inteligente en circunstancias de estrés es adaptativo, por lo que se considera que la IE es un antecedente de la resiliencia. Las personas resilientes tienen enfoques optimistas y enérgicos ante la vida y se caracterizan por una alta emocionalidad positiva. En relación a las personas que experimentan pérdidas de sus habilidades físicas a menudo se enfrentan al reto de tener que adaptarse a una nueva forma de vida.Estos conceptos, de IE y resiliencia, están relacionados con el grado de aceptación y con el nivel de autoestima de cada persona. Para Carpenito, la autoestima es “la autoevaluación que una persona hace sobre sí misma”. Entre los aspectos más importantes de la autoestima se encuentran todas aquellas conductas promotoras de salud, por lo que es fundamental su mantenimiento y promoción para conseguir niveles de bienestar adecuados
La resiliencia y la inteligencia emocional son conceptos que se relacionan entre sí e igualmente importantes no sólo para el manejo de las emociones y el control del estrés, sino para el logro del bienestar subjetivo e, incluso, la felicidad, más allá de la condición socioeconómica o las adversidades que cada persona esté destinada a afrontar. Además, mantienen una particular relación en el desarrollo de las competencias socioemocionales, con lo que ambas capacidades, y las competencias asociadas a las mismas, podrían entrenarse, potenciarse y robustecerse si se pusieran operativas de manera conjunta en el terreno educativo.
Cualidades de la inteligencia emocional:
1.- Conciencia de uno mismo:Es la capacidad de reconocer los propios sentimientos, emociones o estados de ánimo. Sabemos que las emociones tienen diversos grados de intensidad: algunas son lo suficientemente intensas como para poder percatarnos de ellas en forma consciente, pero otras están por debajo del umbral de percepción consciente. Por ejemplo, si a una persona que teme a las serpientes le mostramos una fotografía de uno de estos reptiles, probablemente la persona afirmará no tener miedo, pero los sensores que hemos colocado en su piel detectarán transpiración (signo de ansiedad).
2.- Equilibrio anímico:Goleman llama así a la capacidad de control del mal humor para evitar sus efectos perjudiciales, entendidos estos en términos de conductas indeseables. El ejemplo típico es la ira, uno de las emociones más difíciles de controlar. Si otro coche se interpone de repente en nuestro camino, nuestra ira hará que comencemos a manejar de manera imprudente (conducta indeseable). En este momento podremos recurrir a nuestra inteligencia emocional, y, más concretamente, a varios recursos para controlar la ira.
3.- Motivación: Es la capacidad para autoinducirse emociones y estados de ánimo positivos, como la confianza, el entusiasmo y el optimismo. En una investigación realizada en EEUU, se comparó el rendimiento de dos grupos distintos de vendedores: el primer grupo estaba constituido por vendedores aptos pero pesimistas, y el segundo grupo por vendedores que no pasaron la prueba de aptitud, pero sí la de optimismo.
4.- Control de los impulsos: Goleman define esta cualidad de la inteligencia emocional como la capacidad de: aplazar la satisfacción de un deseo en aras de un objetivo.
5.- Sociabilidad: Si las cuatro cualidades anteriores tienen relación con el conocimiento y el control de las propias emociones, la sociabilidad tiene que ver en cambio con el conocimiento y control de las emociones y estados de ánimo de los demás. En este punto, Goleman nos dice que cuanto más hábiles seamos para interpretar las señales emocionales de los demás (muchas veces sutiles, casi imperceptibles).
Cualidades de una persona resiliente:
1. Autoestima. Fomentar la autoestima es esencial para convertirte en una persona resiliente. Martin Seligman dice lo siguiente: “Se puede cambiar lo que se siente cambiando lo que se piensa“. Creo que se trata de una cita clave para entender lo importante de la autoestima y cómo puedes aumentar tu propia autoestima simplemente cambiando tu forma de pensar. Hay veces que el cambio no parte de la acción, es decir, no parte del hacer, sino del ser.
2. Proactividad. Para ser resiliente debes ser proactivo, es decir, debes usar el presente para cambiar el futuro. Esta es una excelente manera de superar una adversidad. Lo contrario de ser proactivo sería la persona reactiva o tóxica. Este perfil de persona se caracteriza por usar el presente para hablar del pasado. Fíjate que la diferencia entre ser proactivo y ser reactivo es muy significativa.
3. Aprendizaje del error. En una sociedad tan competitiva el error se ve como algo negativo. Yo, personalmente, pienso todo lo contrario. No hay aprendizaje sin proactividad y tampoco hay aprendizaje sin error. El error debe enfocarse como algo inherente a la persona, algo que te hará más fuerte, más resistente, en definitiva, más resiliente.
4. Optimismo. Tienes el deber y el derecho a ser feliz. Y buena parte de esa felicidad que desaparece ante una situación dolorosa, debe partir del fomento del optimismo. Es más, se puede ser optimista siendo realista.
5. Flexibilidad. Difícilmente se puede superar una adversidad si no se parte de una cierta flexibilidad. Soy consciente de que el dolor y la adversidad se tiñen en muchas ocasiones de un único color pero, dibujando el dolor de un único color, te impide ver la perspectiva de una situación adversa. Ser flexible no es ser indulgente, sino que para mí se basa en tener perspectiva de la situación en la que vives. Ser resiliente precisamente te permite no sólo ser flexible, sino también fomentar la creatividad para potenciar dicha flexibilidad.
6. Conocimiento de los puntos fuertes y débiles. No se puede ser resiliente sin conocerse bien a uno mismo. Y cuando digo conocerse bien lo digo tanto en lo referente a los puntos fuertes como a los puntos débiles. El hecho de conocerse bien a sí mismo te permitirá explotar tus fortaleza y superar tus debilidades.
7. Asertividad. Junto con la empatía y la resiliencia, la asertividad es la cualidad que más valoro de una persona. Ser asertivo es un síntoma estupendo de fortaleza, una fortaleza que también es fundamental cuando vives una experiencia negativa. La gran ventaja de ser asertivo es que aprendes a decir lo que piensas sin necesidad de ofender al otro. Una definición de asertividad que me gusta mucho reza así: la asertividad es el equilibrio entre la agresividad y la pasividad. Las personas no resilientes son, precisamente, personas que no son capaces de reaccionar o, si reaccionan, lo hacen de una manera agresiva. 
8. Petición de ayuda. Conocerte bien a ti mismo es lo que te permite saber tus fortalezas y debilidades. Pues bien, en muchas ocasiones tu debilidades necesitan de otras personas para que se conviertan en fortalezas. De ahí que una persona resiliente tenga la capacidad no sólo de descubrir dichas debilidades, sino de tener la determinación de pedir ayuda al otro para poder hacerles frente.
9. Verbalización de las emociones. Muchas personas, cuando experimentan una situación traumática o dolorosa, comenten el error de guardarse su dolor para ellos. Esto es un grave error. Y es un error porque el dolor compartido con y desde la palabra tiene un efecto tremendamente terapéutico. Hablar cura. Verbalizar tus sentimientos y emociones cura.
10. Bondad. En su momento publiqué en Justifica tu respuesta un artículo titulado Acto de bondad. Actividad de tutoría para trabajar la residencia. En dicho artículo hice especial hincapié en la diferenciación entre los términos favor y bondad. La principal diferencia para mí es que la bondad parte de un acto natural, sencillo y espontáneo. Creo que la resistencia le debe mucho la bondad, porque la bondad genera gratitud.
¿Qué es la regulación emocional?
La regulación emocional ha sido abordada desde diferentes enfoques a lo largo del tiempo debido a la gran relevancia atribuida a las emociones en cada momento del desarrollo del ser humano. Sin embargo, desde la revolución cognitiva se evidencia un notable interés en la investigación de todos los procesos de orden interno, siendo la regulación emocional uno de los comportamientos más estudiados, además de la cognición.
La regulación emocional, también llamada inteligencia o habilidad emocional –términos sinónimos desde el paradigma cognitivo-conductual, como se evidencia en los resultados de este estudio–, se define como “la destreza de las personas y el proceso deliberado querequiere esfuerzo para atender y percibir los sentimientos de forma apropiada y precisa, la capacidad para asimilarlos y comprenderlos de manera adecuada y la destreza para regular y modificar nuestro estado de ánimo o el de los demás de manera voluntaria” (Mayer, Caruso & Salovey, 2000; Cabello, Fernández-Berrocal, Ruiz & Extremera, 2006; Eisenberg & Spinrad, 2004; Kooler, 2009) (Ribero-Marulanda & Vargas Gutiérrez, 2013, pp. 498).
De ésta manera, la inteligencia emocional es conceptualizada como una capacidad del ser humano para aumentar su calidad de vida; ya que entre otras cosas facilita la convivencia y la vinculación social. Asimismo, dicha capacidad permite evitar la impulsividad, y por lo tanto colabora en el ajuste al contexto inmediato de una forma adecuada y socialmente regulada (Ribero-Marulanda y Vargas Gutiérrez, 2013).
La regulación emocional es el proceso que nos ayuda a iniciar, mantener o modular un estado afectivo con el objetivo de alcanzar una meta. Cuando nace, nuestro bebé depende totalmente de nosotros y no posee la capacidad innata de autorregularse. Como padres, a partir del cuidado y la atención, la contención adecuada y la capacidad de ayudarle a desarrollar su regulación, con el cuidado y la atención que le dediquemos.
BIBLIOGRAFÍA
Bericat, Eduardo. (2010). Emociones. Sociopedia.isa. Sevilla: España
Duque, José Luis. (2012). Emociones e inteligencia emocional: Una aproximación a su pertinencia y surgimiento en las organizaciones. Cali: Libre empresa.
Coleman, D., & Cherniss, C. (2001). Inteligencia Emocional en el Trabajo. Barcelona: Kairós.
Jiménez Jiménez A. Inteligencia emocional. En: AEPap (ed.). Curso de Actualización Pediatría 2017. Madrid: Lúa Ediciones 3.0; 2017. p. 479-91.
Gaggino, M. (2018). Regulación emocional. [online] Cienciapsicologica.org. Available at: http://www.cienciapsicologica.org/pubs/notas/clinica/item/104-regulacion-emocional [Accessed 18 Nov. 2018].
Moll, S. (2018). Estas son las 10 cualidades de una persona resiliente. [online] Justifica tu respuesta. Available at: https://justificaturespuesta.com/estas-son-las-10-cualidades-de-una-persona-resiliente/ [Accessed 18 Nov. 2018].

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