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Arcos ojivales y arbotantes en el estilo gótico

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Arcos ojivales y arbotantes en el estilo gótico. 
 
Los arcos ojivales y los arbotantes son elementos arquitectónicos característicos 
del estilo gótico. A continuación, se investiga cada uno de ellos: 
 
1. Arcos ojivales (también conocidos como arcos apuntados o arcos góticos): Los 
arcos ojivales son una de las características más distintivas y reconocibles de la 
arquitectura gótica. Se caracterizan por tener una forma puntiaguda en lugar del 
tradicional arco semicircular románico. Estos arcos se basan en la forma de una 
elipse que se estrecha hacia el centro y se eleva hacia arriba, creando una 
apariencia alargada y puntiaguda. 
 
Los arcos ojivales en la arquitectura gótica permitieron una serie de avances 
técnicos y estilísticos. En primer lugar, su forma puntiaguda proporcionaba una 
mayor resistencia estructural al distribuir la carga del techo de manera más eficiente 
hacia los pilares y columnas, lo que permitía construir edificios más altos y esbeltos. 
Además, los arcos ojivales generaban una sensación de verticalidad y dirección 
hacia el cielo, enfatizando la aspiración espiritual y la conexión con lo divino que 
caracteriza al estilo gótico. 
 
2. Arbotantes: Los arbotantes son elementos estructurales exteriores que se utilizan 
en la arquitectura gótica para transmitir las cargas laterales de las naves hacia los 
contrafuertes exteriores, liberando así el espacio interior para la incorporación de 
grandes ventanales y vitrales. Consisten en arcos ojivales apoyados en pilares o 
columnas que se extienden desde los muros de las naves hasta los contrafuertes 
exteriores, formando una especie de puente volado. 
 
Los arbotantes cumplen una función esencial en la estabilidad y construcción de las 
catedrales góticas. Al transferir las cargas laterales, permiten la creación de muros 
más delgados y altos, y a su vez posibilitan la inserción de ventanales de mayor 
tamaño. Además, los arbotantes también tienen un carácter decorativo y estético, 
añadiendo una impresionante estructura externa a las catedrales y acentuando la 
verticalidad y la gracia de los edificios góticos. 
 
En conjunto, los arcos ojivales y los arbotantes son elementos fundamentales de la 
arquitectura gótica. Los arcos ojivales permiten la construcción de estructuras más 
altas y esbeltas, mientras que los arbotantes aseguran la estabilidad y la distribución 
de cargas, además de añadir una dimensión estética a los edificios. Estos 
elementos arquitectónicos son ejemplos destacados de la innovación técnica y el 
estilo distintivo que caracterizan al gótico.

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