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PT 4- Tannenbaum - La revolución fascista - Historia de Occidente a Partir de la Modernidad II - Resumen 2do parcial

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Resúmenes Historia de Occidente a Partir de la Modernidad II – PT 4 
 
 
7 - Tannenbaum - La revolución fascista 
 
En 1920 en Italia el movimiento fascista empieza a buscar apoyo e intentar conseguir 
ventajas en el ámbito político. Mussolini intentaba hacer acuerdos con Giolitti y los 
socialistas, pero estos estaban limitados por los fasci, campesinos. Las ideologías 
estaban dirigidas a la derecha porque en la izquierda no conseguían una “unidad”, 
alianza con Giolitti para conseguir escaños en la cámara de diputados. No obtuvieron el 
apoyo de los trabajadores, los intereses eran contrarios. El apoyo financiero venía de 
los terratenientes y burguesía rica, los cuales querían acabar con la ola roja (ocupación 
de fábricas, acabar con las ventajas de la clase obrera que consiguieron en la guerra, 
amenaza a su posición) con la fuerza armada de los fascistas. El éxito de Mussolini 
según el autor viene por la novedad, combinación de un demagogo hábil políticamente 
y fuerzas paramilitares, la imagen era de un político responsable. Nadie predijo lo 
peligroso que sería, se lo veía como un movimiento sin programa o como una fuerza 
saludable muy impulsiva pero que no desafiaría la ley y el orden. El movimiento para 
las elecciones de mayo 1921 se va al bloque nacional. Habían conseguido los 
suficientes escaños para tener visibilidad y el derecho de ser considerados un posible 
partido en el gobierno. Mussolini rompe alianza con Giolitti y este demite en julio 1921. 
Se hace un pacto de pacificación para una renuncia a la violencia por parte de los 
fascistas, el partido socialista y la CGL. Con esto mandaron una señal a los que los 
financiaban de que “no eran peones”, se termina abandonando este pacto. Empiezan a 
adoptar una línea económica antisocialista y se autoproclaman revolucionarios con el 
objetivo de derrocar el régimen existente con un Marcha sobre Roma y la toma del 
poder (no solo impedir que los rojos llevarán a cabo la suya). Fueron debilitando el 
poder del Estado y ganando favores de amplios sectores de la población. La idea de que 
estaban haciendo su propia revolución (revolución política y de espíritu) ayudó a 
conseguir y mantener poder, usaban esto como justificación de los métodos que 
usaban. En 1922, para atraer trabajadores al movimiento, los dirigentes o sindicatos 
utilizaron diferentes métodos (ocupaciones para obligar al gobierno a proporcionar 
empleos, o defender sus intereses). Además, destruyeron la influencia de los socialistas 
y los comunistas en el movimiento obrero y gobiernos locales (tomaban ellos el poder). 
La revolución se tornó en guerras civiles contra las organizaciones obreras, la violencia 
empieza a ser cada vez más excesiva por parte de los squadristi (armada fascista, los 
ras son los dirigentes de estas). Por la destrucción de sindicatos y movimientos obreros 
tuvieron el apoyo de masas entre la clase media y baja, además del apoyo tácito de la 
policía y el ejército. La clase media empieza a temer una contra reacción (por la 
violencia) en donde vaya al poder alguien mucho más antifascista que el actual 
gobernante. Se hace una diferenciación entre el fascismo revolucionario de los 
squadristi (tachado ya de inexcusable) y el político de Mussolini. 
 
En agosto de 1922 se hace una huelga (la que pasa a ser inútil) por los excesos. 
Además, los fascistas comunican que, si el estado no lo impedía en 48 horas, tomarían 
el poder por su impotencia. El fracaso de la huelga destruye la voluntad del 
movimiento obrero, la opinión pública se vuelve totalmente favorable a los fascistas, el 
gobierno ya no puede tomar medidas contra estos. Los contactos con Giolitti, Facta y 
Salandra fueron muy importantes, les hacían creer que la crisis del 
 
gobierno se resolvería si le daban poder a Mussolini en un nuevo gobierno de Giolitti, 
lo que era falso porque querían el gobierno para ellos mismos, así lograron un 
movimiento insurreccional. En 12 de octubre de 1922, Mussolini decide llevar a cabo la 
marcha sobre Roma el 28 de octubre. El 24 de octubre en el congreso fascista de 
Nápoles Facta y Giolatti pensaban que se tomaría una decisión final en relación con su 
participación en el nuevo gobierno, pero Mussollini solo tenía como objetivo completar 
una premovilización. El 27 los squadristi ocupaban centros de comunicaciones y el 
28/29 usaron su influencia (en los dirigentes de la Con industria (Asociación Nacional 
Italiana de Fabricantes) y en el senador Luidi Albertini) para hacer que a Mussolini lo 
nombraran primer ministro. La responsabilidad del rey fue enorme al no hacer nada. 
Esto fue por varias razones; por poca confianza en Facta y ministros; odio hacia Giolitti; 
la actitud de su primo (podía ser candidato a rey y apoyaba a los fascistas); la respuesta 
de no acción por parte de las altas autoridades militares del país; y el temor a una 
guerra civil sangrienta. El 29 de octubre, con la presión de decenas de miles de 
squadristi acampando, esperando la orden de avanzar, el rey envía telegrama a 
Mussolini para que formara un nuevo gobierno, un régimen liberal. Se hace un gran 
desfile, todo esto es conocido como la marcha sobre roma. 
 
Hubo un desenfreno escuadrista en donde mucha gente abandonó los squadristi, por 
esto se intentó solucionar con una directriz que ordenaba a todos los squadristi la 
afiliación a la milicia fascista, esto no soluciono nada y Mussolini luchó para 
convencerlos. Hubo violentos encuentros con las legiones azules de los nacionalistas 
antes de La fusión entre la Asociación Nacionalista Italiana de la preguerra con el 
partido fascista en 1923. Esto hizo que exista una discusión de ideologías entre los que 
habían hecho la revolución de 1919-1922 y los intelectuales nacionalistas que querían 
utilizarla para sus propios fines. También había un conflicto de generaciones entre los 
sindicalistas fascistas que querían un movimiento obrero nuevo y autónomo (apoyado 
por los squadristi), y los nacionalistas de más edad que tenían bastante influencia y 
dejaban intacto el orden existente. 
 
En 1923 Mussolini intentó emplear más la autoridad del estado para controlar a los 
squadristi e imponer disciplina, esto aumentó su poder personal y convenció de que 
era más fácil la existencia del régimen. De esta forma estaba constantemente 
utilizando a todos y abandonándolos en cuanto hubiera condiciones nuevas de las 
cuales aprovecharse. En 1924 bandas rivales de squadristi luchaban entre sí, y se 
cometió el asesinato del diputado socialista Giacomo Matteotti (secretario del PSU), el 
cual en su último discurso mostro tanto rechazo al fascismo como quienes lo apoyaban. 
Su asesinato genero una ola de horror e indignación en todo el país; descarto las 
posibilidades de colaboración con reformistas de la CGL o la PSU; muchos seguidores 
liberales de Mussolini le abandonaron; la mayoría de los diputados de la oposición 
abandonaron la cámara como protesta; y muchos miembros de la burocracia y la 
policía se distanciaron, entre otros más. Todo esto para no verse comprometidos si su 
gobierno caía. También hubo presión para que el rey lo despidiera. Todo esto generó la 
crisis política más grande del periodo fascista, en donde propuso restaurar la ley 
electoral anterior a 1923, por esto los squadristi amenazaron y obligaron a Mussolini a 
“completar la revolución” estableciendo una dictadura. También hubo una presión 
sindicalista para cumplir con su versión de revolución, pero sólo tuvo importancia en 
mostrarle lo aislado que se encontraba de las fuerzas militares del movimiento fascista. 
 
Querían adoctrinar al resto con un espíritu militar superpatriotico en donde el nuevo 
orden fascista se basará en una violencia organizada y en una oligarquía 
descentralizada, dictadores de sus propias provincias. Revolución política, los viejos 
grupos dominantes debían ser reemplazados sin alterar las estructuras anteriores. Los 
squadristi querían la conversión de Italia en una forma de militarismo gansterily 
demagógico, mientras que los dirigentes sindicalistas fascistas querían una versión 
 
herética del sindicalismo revolucionario, pero con el nuevo poder Mussolini podía 
dominar y dispersar a la mayoría de sus dirigentes. 
 
Hubo una segunda ola de violencia por parte de los squadristi hasta 1926. En 1925 el 
régimen de Mussolini empezó a establecer un totalitarismo que implicó la eliminación 
de los partidos políticos de oposición y de los sindicatos obreros independientes, la 
coordinación de la prensa (Ley de censura de prensa, la federación de la prensa italiana 
paso al sindicato nacional fascista de periodistas), la enseñanza y todas las 
organizaciones sociales rivales. Además, a diferencia de la Alemania nazi, incluyo la 
subordinación del propio partido y las organizaciones patrocinadas al Estado, de esta 
forma fortaleció la administración estatal. De igual forma nunca elimino por completo 
la influencia del rey y del papa, además de delegar todo lo anterior a gente con visión 
diferente a la suya. También, a diferencia de la Alemania nazi, en Italia no paso nada 
como la noche de los cuchillos largos en donde se mataron a los enemigos de Hitler. 
Los intentos de asesinato de Mussolini en 1925 y 1926 provocaron un cambio en la 
dirección de la fuerza de policía nacional y una represión permanente de las 
actividades antifascistas. Los intentos de asesinato en 1925 terminaron en la disolución 
del partido socialista y más tarde, de todos los partidos de oposición. Además, se 
promulgó una ley de seguridad interior con un tribunal especial (independiente del 
sistema jurídico), como de un cambio de jefe de policía. Con los de 1926, los 
ciudadanos pasaron a apoyar la política del régimen, oprimiendo a toda oposición. En 
este año también empezó un programa de reformas nacionalistas por influencia de 
Rocco (considerado teórico oficial), con objetivos de sustituir el estado liberal por uno 
autoritario, de eliminar a los enemigos del régimen, y neutralizar a la monarquía y la 
iglesia. 
 
El sindicalismo fascista aceptaba la idea de cooperación de clases, con fe en un 
movimiento obrero autónomo como fuerza suficiente para completar la revolución 
política en una social. Rechazaban la violencia de los squadristi, de igual manera su 
mayor enemigo era la con industria (estos temían la pérdida de independencia de las 
empresas), por la cual tuvieron que cambiar su sindicalismo integral. Los sindicatos 
apoyaron la posición de la Confindustria de no interferir en las actividades de los 
patronos, y eran dirigidos por obreros favorables a los intereses de los trabajadores. 
Hasta que en 1928 se destrozó la confederación de Rossoni y se le expulsó del 
movimiento obrero. Por esto pasaron a dirigirse por burócratas defensores de los 
intereses del estado. En 1929 los sindicatos fascistas consiguieron el monopolio legal 
de la representación obrera, con el objetivo de realizar el programa del sindicalismo 
(desarrollo de una estructura paralela del estado y apropiación de responsabilidades de 
este en la administración colectiva de la sociedad).

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