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Boot – Counterying Hybrid Warfare La Guerra Hibrida es un término moderno para definir a la combinación de fuerzas regulares e irregulares para amenazar al enemigo. Un ejército que enfrenta este desafío solo tiene dos opciones, concentrar sus fuerzas en el frente y ser vulnerable en sus líneas de comunicación o reforzar estas líneas y exponerse a una derrota en el frente de batalla convencional. El origen de este tipo de guerras se puede referenciar a tiempos milenarios donde no había ejércitos convencionales, pero con la Guerra del Peloponeso entre atenienses y espartanos se puede ver el inicio de esta práctica en conjunto con ejércitos convencionales, donde utilizaban ayudas de ejércitos irregulares para luchar contra el enemigo. En la modernidad esta ayuda a irregulares que luchan guerras contra enemigos propios se puede ver en el caso de los chinos y rusos asistiendo al Vietminh y el Vietcong o los estadounidenses y saudís ayudando a los muyahidines. Las guerras proxy eran menos comunes en tiempos antiguos por la dificultad para trasladar información. Boot realiza un resumen histórico de guerras híbridas a lo largo del tiempo para dar cuenta que es un concepto histórico pero muy aplicable a la modernidad, menciona los asedios al Imperio Romano por bárbaros germánicos con ejércitos tribales casi-convencionales. También sufrieron posteriormente el asedio de Hunos, Visigodos y Vándalos. Los chinos de la antigüedad enfrentaron las mismas amenazas primero con los Xiongnu y después con Genghis Khan y su ejército mongol que era de ataque rápido pero muy organizado. Los guerreros beduinos fueron transformados de guerreros furtivos a un ejército convencional por el profeta Mahoma. Todas estas fuerzas fueron ejércitos híbridos que construyeron sobre su primera experiencia en la guerra de guerrillas su dominio de la guerra convencional. El fracaso de los árabes y mongoles vino de la mano de conocer a ejércitos convencionales superiores. Boot pasa a ejemplificar con casos más modernos del siglo 17 y 18. Los franceses lograron la maestría en este tipo de guerra combatiendo con solo 70 mil colonos a más de un millón de colonos británicos, sin ir al campo de batalla, sino con técnicas de guerrilla adquiridas de sus aliados nativos y guerra convencional en los casos que podían. Los británicos aprendieron que la mejor forma para hacer frente a la guerra híbrida es utilizarla ellos también, pero no fueron tan exitosos en esto cuando tuvieron que practicarla contra los colonos durante la Revolución Americana. Washington se negó a hacer de su fuerza revolucionaria algo convencional o no convencional, se intentó mantener el ejército continental y apoyar milicias estatales para pelear la petit guerre contra los británicos. La guerra de guerrillas fue tan útil que en los estados de Nueva Jersey y Carolina del Sur asediaron tanto las líneas de suministro británicas que se rindieron. En Francia la guerrilla española financiada por los británicos hirió de muerte a Napoleón. En el siglo 19 el guerrillero más importante fue Garibaldi, con sus camisas rojas que unificaron el Reino de Italia conquistando Sicilia y Nápoles con técnicas de guerrilla combinadas con la conformación de un ejército regular. Los filipinos peleando contra los estadounidenses y los Boer contra el mandato británico también fueron expresiones de guerra híbrida. Los guerreros Pashtuns enfrentaron a los británicos en Afghanistán y el noroeste de India, generalmente evitando batallas frontales y favoreciendo la guerra de guerrillas. En años recientes, la OTAN, fuerzas pakistaníes y afganas tuvieron no mayores éxitos en traer paz a esta región. Los ciudadanos asiáticos, africanos y americanos podrían haber tenido un mayor éxito en resistir las incursiones europeas si hubiesen luchado con el estilo guerrillero de los Pashtuns. Pero muchos prefirieron crear grandes ejércitos convencionales que terminaron fracasando contra los grandes ejércitos occidentales. El único país que logró formar un fuerte ejército convencional de niveles occidentales fue Japón. Las dos guerras mundiales están llenas de ejemplos de guerras híbridas, los acosos de árabes irregulares contra las tropas turcas, la resistencia francesa en la Segunda Guerra y el guerrero híbrido más exitoso de este tiempo sería Josip Broz Tito, el yugoslavo que lidero fuerzas partisanas que con apoyo aliado se hicieron convencionales para expulsar a los alemanes de Yugoslavia. En el período de posguerra, tanto Mao como Ho Chi Minh se demostraron como maestros de la guerra híbrida. Mao tuvo fama por su guerra de guerrillas, pero siempre creyó que para ganar la guerra el ejército guerrillero tenía que evolucionar hacia una fuerza regular, que es lo que llevó a su victoria final. Ho siguió el modelo de Mao, se creó el Vietminh como fuerza convencional, pero con el ingreso de tropas estadounidenses a la guerra, se volvió a técnicas híbridas con la guerrilla del Vietcong. Actualidad Pocos insurgentes igualaron el éxito de Mao y Ho de construir fuerzas convencionales a partir de irregulares, aunque muchos siguen intentando. El Estado Islámico de Irak y el Levante utilizó equipamiento estadounidense capturado del ejército iraquí para armar un ejército convencional en su califato. Hezbollah intenta hacer lo mismo con equipamiento iraní y le resultó exitoso para bombardear Israel, haciendo que este responda y la opinión pública internacional se oponga a Israel por su ofensiva contra civiles. Israel utilizó lo que aprendió de esta experiencia para estar más preparado contra las fuerzas híbridas de Hamas. Rusia demostró habilidad para luchar una guerra híbrida en Crimea y el Este de Ucrania. Se desplegaron operativos de inteligencia y fuerzas especiales Spetsnaz para fomentar un levantamiento en Crimea que llevó a la anexión. En Ucrania del Este se realizó lo mismo y cuando el gobierno ucraniano respondió enviando ejército regular, Putin envió tanques, artillería y misiles antiaéreos. Occidente no supo que hacer ante esta naturaleza encubierta de la agresión rusa. Es factible que la guerra híbrida, importante en el pasado, se vuelva prominente en el futuro, ante la proliferación de armamento avanzado. Tecnología como drones y misiles dan capacidades casi-convencionales a terroristas y guerrilleros. Las fuerzas convencionales tendrán que combatir estas amenazas con métodos no-convencionales. Las exitosas campañas para combatir la guerra híbrida van a incluir un fuerte elemento de “ganarse los corazones y las mentes”. La insurrección solo puede derrotarse cuando se controla a la población, el agua en la que la guerrilla nada. La dificultad para occidente es prepararse ante estas amenazas fortaleciendo sus capacidades de contrainsurgencia pero no perdiendo su poder convencional, esto va a requerir mayores inversiones que posiblemente no den resultados: nunca fue fácil para una única fuerza militar ser bueno en ambos tipos de guerra.
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