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ALBERDI-BASES Para Alberdi, la América hispanohablante debe estar constituida en repúblicas, incluso cuando el pueblo no esté listo para regirse por este sistema superior a su capacidad. Esto debe ser así porque de todas maneras la república le es más apta que la monarquía. So monarquía is not the way. Se debe entonces ‘‘elevar’’ a los pueblos americanos, prepararlos para la forma de gobierno republicana. Además la república es adaptable y se puede hacer por ejemplo una de tipo presidencial, probablemente más adecuada a la situación de Sudamérica. EDUCACIÓN NO ES INSTRUCCIÓN ➔ Para llegar a la república necesitamos instrucción. Mientras todos los seres pueden ser educados, sólo los seres racionales pueden ser instruidos. La educación funciona espontáneamente mientras que la instrucción es adrede. La instrucción sucede en los colegios mientras la educación sucede al estar rodeado de gentes más civilizadas. Es necesario también instruir más en la industria y las ciencias exactas que en las ciencias morales y la filosofía, ya que éstas últimas no vencen a la naturaleza bruta y primitiva de nuestro continente Alberdi hace especial hincapié en ● La educación de la juventud en la vida industrial (que necesita de antemano una instrucción en las artes y ciencias auxiliares de la industria). La industria (NO la religión) es la que realmente lleva al bienestar y al orden, y por lo tanto hacia la moral. Para Alberdi, son prácticas y no religión lo que necesitamos. El autor dice que la industria es la única manera de llevar a la juventud al orden. ● Además es importante que la población sepa inglés y pueda recibir así el ejemplo de la raza civilizadora anglosajona. ● Las mujeres también deben recibir instrucción y ser laboriosas, pero en lo referente al hogar. Su deber es conformar la familia y no deben gastar sus capacidades en aprender las artes y el lujo (pintura, baile, ornato) sino en la casa y su mantenimiento. Acción civilizadora de Europa en las Repúblicas de Sud América: Todas las repúblicas americanas son resultado de la acción europea en el continente. Las culturas y gentes americanas son en realidad europeas. Los americanos son europeos que nacieron en américa. Los indígenas están excluidos de éstas culturas. La independencia fue en realidad la separación de dos Europas, una en Europa y otra en América. En América todo lo que no es europeo es bárbaro. La única subdivisión que admite el americano español es entre el ‘‘hombre del litoral’’ (de las ciudades costeras, moderno, recibiendo continuamente las nuevas ideas de Europa mediante el comercio y la inmigración) y el ‘‘hombre mediterráneo’’ (del interior del país, obra de la Europa del siglo XVI, atrasado en las costumbres de la España de la conquista). Hay entre esos dos hombres tres siglos de distancia, aunque sean los dos europeos. Europa ha sido siempre la fuente de cultura de América: antes de la independencia era España quién accionaba en América y ahora son Francia e Inglaterra quienes llevan la iniciativa. Los europeos de raza y de civilización son los dueños de América. Existe un mal en la prensa, la instrucción y la historia americanas y esa es la aversión al extranjerismo. Esa aversión se combate con la verdad: los extranjeros no son en realidad extranjeros ya que somos todos europeos. Nadie en la prensa es descendiente de los indígenas y por lo tanto no puede designar a su misma gente como extranjera. La patria no es el suelo, tenemos suelo hace ya tres siglos pero patria solo desde 1810. La patria es orden, riqueza, civilización. De la inmigración como medio de progreso y de cultura para América del Sud: El progreso debe llegar a América mediante la inmigración ya que sólo así se puede aprender las maneras europeas de forma correcta. Un hombre laborioso vale más que cien libros. Incluso si un gaucho pueda ser instruido de la forma más intensa, sus capacidades no se comparan con las de un obrero inglés, que trabaja, consume, y vive dignamente. Para alcanzar el orden es necesario que éste sea traído por extranjeros. ¿Cómo? 1. Tratados extranjeros: mediante tratados con otras naciones se puede asegurar que las promesas que nos hacemos hacia dentro deban ser respetadas, ya que las otras naciones las harán respetar. No hay que temer encadenarnos al orden y la cultura. Los tratados internacionales son la forma de colocar a la civilización sudamericana bajo el protectorado de la civilización del mundo. 2. Plan de inmigración: la verdadera inmigración es espontánea y se consigue incentivando no mediante empresas circunstanciales y arreglados para favorecer a algún especulador sino con un sistema grande y desinteresado que facilite la vida del extranjero. 3. Tolerancia religiosa: el punto es simple, si no se permite a los extranjeros practicar su religión, éstos no vienen. Además, los pueblos más valiosos (Suecos, Alemanes, Suizos), no son católicos, excluir a sus cultos es excluirlos a ellos. 4. Inmigración mediterránea: la inmigración europea ha sido muchísimo más intensa en las ciudades costeras, pero es el interior el que necesita desesperadamente de ella. Para eso se deben reemplazar las leyes vigentes en el interior (que dificultan cualquier inmigración no española) por otras que favorezcan a los extranjeros de otras naciones europeas. También se deben conectar las ciudades mediterráneas con las costeras mediante infraestructura. 5. Ferrocarriles: éstos lograrán unir a la nación y extender la cultura presente en las ciudades costeras a lo largo y ancho del país. Facilitan el comercio y atraen el capital. Hacen a la Argentina una e indivisible. Para financiar estos ferrocarriles es necesario tomar deudas. No tiene sentido esperar generar rentas sin la infraestructura necesaria. Primero empezar por los gastos y así se obtendrán rentas. 6. Franquicias, privilegios: para atraer al capital extranjero es necesario darles inmensos privilegios y garantías. ¿Es insuficiente el capital nuestro para financiar obras? Que se favorezca entonces el capital extranjero. Rodear de inmunidad y de privilegios el tesoro extranjero para que se naturalice entre nosotros. 7. Navegación interior: hay muchos ríos en el país que no están siendo utilizados. Navegarlos trae industria, inmigración y comunica a las regiones mediterráneas con las costeras. Es necesario proclamar la libertad de aguas y firmar tratados de libre navegación. 8. Nuevos destinos de la américa mediterránea: que cada afluente se convierta en un río navegable. Es importantísimo deshacerse de todas las aduanas, ya que dificultan al comercio y es éste el que trae la riqueza. Las aduanas no son más que un impuesto que grava la civilización y el progreso, que vienen de fuera. Tampoco hay que temer la disolución del ‘‘tipo nacional’’ ya que ese tipo también viene de fuera. ALBERDI, alternativo: XII: Falsa posición delas repúblicas hispanoamericanas. La monarquía no es la manera de salir de ella, sino la república posible antes de la verdadera: La república en Sudamérica parece haber fallado. Esto se debe a que los habitantes de este continente no están capacitados para vivir bajo un sistema de gobierno tan superior como lo es la república. Sin embargo la monarquía representativa (parlamentaria) tampoco es la solución, ya que es simplemente una reproducción de la república. Además el caos de los últimos años los hacen imposible volver a una situación inicial monárquica y que esta sea estable. La sociedad ya ha cambiado demasiado. La solución sería elevarse hasta tal punto que el pueblo sea adecuado para vivir en una república. Mientras tanto se necesita una forma de gobierno interina. Por suerte la república conoce muchas formas. Hay que combinar lo bueno de la república con lo bueno de la monarquía para este gobierno provisional: un monarca electo. Es la mejor forma de hacer el cambio gradual de una monarquía hasta una república ideal. Mientras tanto hay que “mejorar” el pueblo mediante la educación y la acción civilizante de Europa (inmigración). XIII: La educación no es instrucción: No hay que confundir educación con instrucción (educación de las cosas). Este ha sido el gran error de los primeros próceres. No hay que educar al pueblo con cuestiones elevadas, propias de una nación ya desarrollada sino que hay que empezar con cuestiones más básicas a partir de las cuales se puede proceder a algo más complejo. Esto no se hizo anteriormente (se empezó por las cuestiones complejas) con resultados desastrosos. XIV: Acción civilizadora de Europa en las repúblicas de Sudamérica: Lo que se llama América independiente no es nada más que Europa establecida en América. Todo el modelo socio-político-económico-cultural-idiosincrático americano proviene de aquel continente. Todo lo que no es europeo es bárbaro. La única división que persiste en la América “europea” es la que hay entre los habitantes del interior y los del litoral. Sin embargo, el avance de los asentamientos en el litoral no se debe a la educación que ahí se da sino que exclusivamente a la acción civilizadora de Europa a la que están más expuestos. La revolución no cambió nuestros lazos con Europa. Simplemente hizo que cambiásemos de maestro (de España al R.U y Francia). Europa no puede conquistar a América, ya que América es Europa. No son extraños a nosotros. Por eso es una tontería cerrarse a Europa y temerla. Hay que volver a abrirse. La prensa y la educación deben erradicar los prejuicios ya que estos pueden ser la causa de la barbarie. Los primeros próceres se imaginaban naciones poderosas basadas en la acción militar. Esto ya no se adapta a la modernidad. Hay que alcanzar el progreso mediante métodos pacíficos. Esto solo se puede lograr con la ayuda de Europa. XV: La inmigración como medio de progreso y de cultura para la América del sur. Medios para fomentar la inmigración, tratados extranjeros, la inmigración espontánea, tolerancia religiosa, FFCC, franquicias, libre navegación fluvial: No se puede educar al pueblo de manera suficientemente rápida para que nuestros países entren en un estado de desarrollo en el futuro próximo. La única manera de alcanzarlo es trayendo inmigrantes de culturas ya desarrolladas y civilizadas (Europa) para que mejoren a esta sociedad. Así se solucionará otro problema actual de América: la poca población. Recién el orden que vendrá gracias a los inmigrantes europeos permitirá llevar a cabo un proceso de educación de los habitantes originales. Para favorecer a la inmigración se tienen que tener en cuenta los siguientes factores: ● Tratados extranjeros Sólo si se les aseguran ciertos derechos naturales a los extranjeros, estos vendrán en masas. No hay que temer que estos tratados restrinjan nuestra libertad perpetuamente ya que son la mejor garantía de preservarla hacia el futuro. Hay que hacer tratados con todas las naciones para no depender demasiado de una. ● Plan de inmigración La inmigración espontánea es la mejor de todas las inmigraciones, ya que los extranjeros vienen por interés propio. Esto hay que alcanzarlo proveyéndolos con grandes beneficios y libertades. ● Tolerancia religiosa Considerando que la mayoría de los países europeos civilizados no son católicos, prohibir otras confesiones o religiones parece ser una barrera innecesaria a la inmigración. Al mismo tiempo hay que evitar que esto lleve al ateísmo y a la amoralidad. ● Inmigración mediterránea Es justamente el interior atrasado el que más influencia civilizadora de Europa necesita, por lo que la inmigración debería centrarse en estos territorios. Recién así se va a dejar atrás cualquier legado arcaico y colonial. Para lograr esto se necesita acercar el interior a la costa. ● FFCC La mejor manera de acercar el litoral a la costa es construyendo FFCC. Este acercamiento no solo tendrá como consecuencia una facilitación del proyecto civilizador y europeizador, sino que sellará definitivamente la unidad de la república argentina. Los medios para construirlos hay que obtenerlos mediante préstamos extranjeros. Las deudas podrán ser pagadas fácilmente en el futuro con las rentas de los FFCC. ● Franquicias y privilegios Ciertas empresas de vital importancia (como los FFCC) necesitarán como ayuda ciertos privilegios y beneficios. Si son insuficientes los capitales siempre se los puede pedir en el extranjero. La entrada de capitales a América es tan importante como la entrada de inmigrantes. ● Navegación de los ríos (prácticamente lo mismo con los FFCC pero esta vez bardeando a las provincias que no dejan navegar a los ríos) ● Nuevos destinos de la América mediterránea Las aduanas son un gran mal para el desarrollo del país. No solo se deberían suprimir todas las aduanas del interior sino que también la aduana nacional por lo menos 20 años para asegurar el crecimiento económico. No hay que temer que la cantidad de extranjeros haga que se pierda la cultura nacional. Esta ha sobrevivido el paso de muchos extranjeros y se seguirá adaptando. Este desarrollo solo se llevará a cabo si hay una verdadera paz. SARMIENTO: Facundo- introducción Sarmiento propone escribir la historia de Facundo Quiroga (caudillo de La Rioja que ya está muerto) para contar en realidad la historia de Juan Manuel de Rosas y su herencia caudillista. Es un documento en forma de crítica a Rosas por sus políticas represivas dentro de la Argentina, que fuerzan a Sarmiento a “disfrazar” su libro a causa de la censura a la prensa. Sarmiento escribe: “Facundo no ha muerto, está vivo en las tradiciones populares, en la política y revoluciones argentinas; en Rosas, su heredero, su complemento...”. El explica en la introducción a su texto que la imagen del caudillo como Facundo: valiente, provinciano y audaz, fue reemplazado por un personaje hijo de la provincia de Buenos Aires y de la alta sociedad. A su vez, dice que para comprender el personaje de Rosas hay que desarrollartoda su historia y cómo llegó al poder, para saber cómo derrotarlo. Según Sarmiento, lo que estaba pasando en Argentina era un reflejo de lo que ya había sucedido en Europa, pero con un personaje más hostil y por lo tanto era relevante estudiar el caso. Recalca la constante necesidad argentina de hacer amistades con Europa, ya que es un partido muy importante dentro de la política local. Para Sarmiento, la política se trata “de ser o no ser salvaje”, en decir, la diferencia entre la civilización y la barbarie. Se pregunta, por lo tanto, si Rosas es un caso aislado o es una manifestación social de una manera de ser un pueblo (la barbarie). Otra cuestión que plantea Sarmiento es si se deberían cerrar las puertas a la inmigración europea, que para el es un agente civilizador. Cuando pasa a describir a Facundo Quiroga, lo caracteriza como el personaje más ingenuo de la guerra civil Argentina, “es la figura más americana que la revolución presenta” porque logra que la guerra y los conflictos locales sean los conflictos nacionales. Él ve en Facundo una manifestación de la vida argentina, donde más se reflejan las costumbres, necesidades y hábitos de la población, y por lo tanto plantea como objetivo de su texto explicar la revolución en términos de Facundo. Finaliza la introducción volviendo a hablar de la tiranía de Rosas, diciendo que es la época más triste para el país. ESTEBAN ECHEVERRÍA: ‘’El Matadero’’ El cuento nos introduce a Buenos Aires durante la cuaresma. En este contexto ocurre una inundación, que afecta al matadero y deja en una “abstinencia de carne” a todo el pueblo. Rosas ordena llevar ganado al matadero. El ambiente de ahora en más es de un júbilo macabro que cada vez se hace más grotesco. El primer animal asesinado se lo dan a Rosas. Matan animales y la sangre se mezcla con el barro. Mujeres descuartizan a los animales con las manos, la gente se revolea tripas. En este descontrol, un toro se escapa. Es tal el nivel de irracionalidad que mientras tratan de agarrarlo decapitan a un niño; pocos parecen darse cuenta y el desenfreno continúa. Persiguen al ser por todo el pueblo escapa; en el camino, el toro aplasta a un comerciante inglés, y los caballos de los que lo persiguen lo aplastan contra el barro. Cuando le pueden dar caza al animal, lo devuelven al matadero. Una vez asesinado el ser, se encuentran con un joven, al cual identifican como unitario por su porte y ropas. Este grupo de personas (que representan a la Mazorca), siguiendo las órdenes del juez del matadero, lo acosan, atrapan y amenazan con torturarlo. Este joven se enfrenta a sus agresores, llegando a un punto de agitación tal que termina, literalmente, explotando y muere en defensa de sus ideales. Cita último párrafo: “En aquel tiempo, los carniceros degolladores del Matadero eran los apóstoles que propagaban a verga y puñal la federación Rosina, y no es difícil imaginarse qué federación saldría de sus cabezas y cuchillas. Llamaban ellos salvaje unitario, conforme a la jerga inventada por el Restaurador, patrón de la cofradía, a todo el que no era degollador, carnicero, ni salvaje, ni ladrón; a todo hombre decente y de corazón bien puesto, a todo patriota ilustrado, amigo de las luces y de la libertad; y por el suceso anterior puede verse a las claras que el foco de la Federación estaba en el matadero”. Otras citas significativas: -“A pesar de que la historia es mía, no la empezaré por el arca de Noé” (Matallana: marca feasibilidad. Instalar el sentimiento de que es algo que podría haber pasado). -“Los abastecedores, buenos federales y por lo mismo buenos católicos, sabiendo que el pueblo de Buenos Aires atesora una docilidad singular para someterse a toda especie de mandamiento…” “Ay de vosotros, pecadores, unitarios impíos (…) La justicia del Dios de la Federación os declarará malditos”. -“Quizás llegue el día en sea prohibido respirar aire libre, pasearse y hasta conversar con un amigo, sin permiso de autoridad competente. Así era, en los felices tiempos de nuestros abuelos, que por desgracia vino a turbar la revolución de Mayo”. -“(…) Agradecimiento por la acertada providencia del gobierno, su adhesión ilimitada al Restaurador y su odio entrañable a los salvajes unitarios, enemigos de Dios y de los hombres”. -“-Ahí viene un unitario! (…) ¿No le ven la patilla en forma de U? No trae divisa en el fraque ni luto en el sombrero. (…) Monta la silla como un gringo (…) Todas estas cajetillas unitarias son pintores como el diablo”. -“(Joven)- Porque lo llevo ((el luto)) en el corazón por la Patria, por la Patria que vosotros habéis asesinado, infames!”. BOTANA Y GALLO: ‘’De la República posible a la República verdadera (1880-1910)’’ El noventa y sus consecuencias La Revolución del Parque abrió un ciclo de alzamientos cívicos y conflictos armados durante las presidencias de Carlos Pellegrini y Luis Sáenz Peña, durante el cual se modificaron los antiguos fundamentos del régimen: alianzas, bases del orden, etc. La década del 90 empieza con la caída de Miguel Juarez Celman y la introducción de nuevas perspectivas a las ciencias sociales que se creían sepultadas por el progreso material. Meses después del alzamiento cívico-militar se delinearon dos estrategias políticas que respondían a ideas acuerdistas por un lado e intransigentes por el otro. Se hace un contrapunto entre Mitre, Irigoyen y Alem ● Mitre- quería suprimir la lucha entre partidos para lograr una solución conjunta con el roquismo que diese lugar a una apertura del sistema representativo. ● Irigoyen (VP de Mitre en la fórmula de Unión Cívica)- quería la interpretación de la política republicana basada en la competencia abierta entre partidos ● Alem- no estaba de acuerdo con ninguno de los dos Se entabló una discusión acerca del porvenir republicano de la Argentina y de los medios y métodos para lograrlo. ● Para Alem los revolucionarios eran los que habían inculcado libertades. Sus ideas se ubicaban entre un republicanismo clásico apoyado en la virtud cívica y la razón histórica de un regeneracionismo de tinte liberal. Alem era clásico en sentido liberal y por el lado cívico 1891- la Unión Cívica ya dividida entre cívicos nacionales y cívicos radicales hace una declaración siguiendo las ideas de Alem: fundando una ciudadanía basada en la vida activa mediante los canales proporcionados por la república (educación cívica y militar para que ejerzan sus derechos y protejan la nación y sus instituciones)- parte republicana. Por otro lado, se defendía el liberalismo fiscal y monetario 1893: ya instalado Luis Sáenz Peña, resultado del acuerdo entre Mitre y Roca, estallaron alzamientos radicales en varias provincias. El conflicto se traducía al ámbito de las noticias: los radicales se expresaban desde el diario El Argentino y las tendencias roquistas desde La Tribuna. El radicalismo argentino calzaba el molde del jacobinismo. La suma de errores de la oligarquía conservadora había instalado un clima revolucionariono generado por los radicales. Estos eran solo usufructuarios de una anarquía espontanea. La anarquía que describía El Argentino era sinónimo de desorden establecido, mientras que, para los voceros de La Tribuna, era irrelevante. El desorden era producto de algunos personajes desconectados de la realidad y dispuestos a destruir el orden existente. Carlos Pellegrini, a dos años de su turbulento mandato presidencial, resaltaba la necesidad de orden junto a la evolución de costumbres. En este sentido, era parecido a lo postulaba Roca Maneras de pensar frente a la conmoción revolucionaria (1892)- ● Belin Sarmiento caracterizó este periodo: un Estado equipado con fuerzas de seguridad corruptas, una sociedad inhábil para ejercer el gobierno representativo, un ejército sobredimensionado, infestado de clientelismo ● Indalecio Gomez pensaba que la revolución había puesto patas arriba el orden constitucional y la única manera de salvarlo era el estado de sitio para luego llevar a cabo reformas 1896: cesó el reflujo revolucionario y Luis Saenz Peña renunciaba a la presidencia para ser sustituido por Jose Evaristo Uriburu. Leandro Alem expresaba su visión de que el liberalismo de fines democráticos fallaría y era momento de la recuperación del poder quebrado. Esto se ve claramente mediante la proclamación de la candidatura presidencial de Roca en 1897 por Carlos Pellegrini. El conservadurismo de todas maneras no sellaba el impulso reformista: 1896: el primer manifiesto electoral del Partido Socialista se incorpora al campo de la acción política. El Partido Socialista decía representar los intereses del pueblo trabajador contra la clase capitalista opresora. Este partido se presentaba como un partido de ideas con fines y medios de acción delimitados. Bajo el liderazgo del partido de Juan B. Justo, se dio acta de fundación a un reformismo programático basado en la acción parlamentaria. 1897: la conducción del radicalismo presidido por Yrigoyen había decidido concurrir a los comicios presidenciales en coalición con las fuerzas de Mitre. Esta actitud recibió el nombre de “política de paralelas”. El pensamiento de Yrigoyen se basaba en la intransigencia, la revolución armada y el abstencionismo electoral. Mientras continuaba el estado de sitio, el habeas corpus se suspendió, y se le dieron inmunidades a los miembros del Poder Legislativo en caso de ser detenidos por orden del Poder Ejecutivo. Durante el mandato de Roca, su ministro de Justicia e Instrucción Pública daba cuenta en el Congreso las graves faltas éticas, introduciendo en el debate público la sensación de contar con un régimen constitucional impugnado desde afuera por la abstención revolucionaria y erosionado lentamente desde adentro por ineficiencia y falta de idoneidad Impuestos, conversión monetaria y tierras La crisis introdujo alteraciones importantes en las prioridades que establecieron las distintas administraciones. La percepción de que la recuperación dependía del comportamiento de las industrias rurales generó nuevas propuestas para introducir reformas significativas en la legislación de tierras vigente. La crisis económica introdujo cambios significativos en el discurso oficial. El lenguaje del progresismo económico fue reemplazado por una retórica donde las palabras habituales eran servicio y austeridad Carlos Pellegrini 1891: discurso sombrío- deuda e imposibilidad de conseguir créditos del exterior 1891: el gobierno aumenta la carga impositiva, sancionando la ley de impuestos internos sobre bienes como el alcohol y tabaco. La ley generó debate en ambas Cámaras y dos aspectos fueron impugnados- el senador Cortes planteó la inconstitucionalidad de la tasa del 10% con la que se agravaba a los bancos extranjeros, mientras que Lopez sostenía que había que proteger la industria nacional que era perjudicada por la producción extranjera. También se debatieron las derivaciones institucionales de esta ley- la ley de impuestos fue un paso significativo hacia la consolidación de la supremacía gobierno nacional sobre los Estados provinciales. En esta dimensión hubo, por lo tanto, una continuidad con las políticas de los ochenta. Otro tema central en materia económica fue referido a la construcción de las instituciones bancarias. Durante la crisis se fundó el Banco de la Nación a pesar de que Pellegrini pensaba que no era favorable. Hacia 1896 los rigores de la crisis económica alcanzaban a ceder gradualmente. Aparecieron dos viejos problemas: el primero volvía a plantear el problema de distribución de la tierra y la relación entre agricultura y ganadería La sanción de la ley de conversión monetaria en 1899 reintrodujo otro debate económico. En este año se terminó la incertidumbre de un posible conflicto bélico con Chile y el peso argentino comenzó a valorizarse en relación con el oro. En ese momento se presentó un proyecto en el Congreso, en el que se establecía un tipo de cambio del peso menor a la que cotizaba en el mercado. Es por esto que la ley generó debate en el Congreso. Mitre estuvo en desacuerdo con este proyecto, argumentaba que la ley no era más que un “proyecto arbitrario” del gobierno para frenar la devaluación de la divisa nacional. BOTANA Y GALLO: ‘’El noventa y sus consecuencias’’ La revolución del Parque abrió en la Argentina un ciclo dominado por alzamientos cívicos y conflictos armados que se prolongó durante cinco años. La década comenzó con la caída de Miguel Juarez Celman y los sucesos posteriores dejaron claro cómo la inteligencia práctica del roquismo era capaz de controlar nuevamente el poder presidencial. ACUERDO E INTRANSIGENCIA Dos estrategias políticas marcaron los años subsiguientes al alzamiento cívico-militar hasta las reformas del Centenario. A primera vista ambas respondían a dos actitudes que se inclinaban hacia posiciones acuerdistas e intransigentes pero poco a poco las diferencias se hicieron cada vez mas contradictorias. Es significativo el contrapunto a tres voces de Bartolomé Mitre, Bernardo de Irigoyen y Leandro N. Alem. Irigoyen interpretaba la política republicana como la competencia abierta entre partidos. Mitre confiaba en el acuerdo entre fuerzas en pugna y un arreglo institucional que diese pies una apertura progresiva del sistema republicano. Esta posición recogía la vieja traición teórica del liberalismo doctrinario expuesta en un lenguaje decididamente republicano (la política en tiempos críticos debía traducir una acción capaz de fusionar principios opuestos) Ninguno de estos argumentos conmovió la actitud intransigente de Leandro N. Alem. Al firmar el comunicado de la Unión Cívica el 2 de abril de 1891 se afirmaban los principios de dicha agrupación como no negociables. A fines de 1891 ya se había formalizado la división entre cívicos radicales y cívicos nacionales. Alem destacaba la imagen de una república que promueve la vida activa de los ciudadanos. Esta defensa militante del republicanismo clásico se desdoblaba sin embargo en la defensa también fervorosa de un estricto liberalismo fiscal y monetario. Se estableció en el paísun conflicto en la interpretación acerca del porvenir republicano. Para Além los revolucionarios en el fondo eran los otros, los gobernantes que habían conculcado libertades y colocado al país en una “situación anormal e institucional”. Por eso sostenía que los revolucionarios no eran ellos sino los otros, ellos eran los conservadores. Sus ideas pueden ubicarse en un plano intermedios entre la voluntad de un republicanismo clásico apoyado en la actitud cívica y la razón histórica de un regeneracionismo de tinte liberal. En 1893 ya instalado en la presidencia Luis Sáenz Peña de resueltas del acuerdo entre Roca y Mitre, estallaron alzamientos radicales en varias provincias. No cesaba ni el conflicto ni el enfrentamiento ideológico entre los diarios que defendían el punto de vista de cada uno de los bandos. Los radicales se expresaban en El Argentino y las tendencias roquistas en La Tribuna. El noventa podía ser entendido como un hecho singular e innovador o bien como un eslabón que se agregaba a una cadena de infortunios. Luego de dos años en la presidencia soportando una turbulencia incesante, Carlos Pellegrini ubicaba a estos sucesos en un marco institucional endeble, sin arraigo firme en el pasado y sujeto a los vaivenes de una política carente del sustento de hábitos semejantes a los forjados en otras latitudes. Se imponía una urgente apelación al orden. Para Belin Sarmiento (1892- “Una república muerta”) operaba un estado equipado con fuerzas de seguridad corruptas y una sociedad inhábil para ejercer el gobierno representativo. El voto restringido se imponía como la única terapia capaz de sanar a un sufragio corrupto por la venalidad y la manipulación del pueblo ignorante en elecciones fraudulentas. Según Indalecio Gonzalez era necesaria una república fuerte por lo cual necesitaba imponer el estado de sitio (lo considera con una estirpe republicana y desempeña una función preventiva antes que represiva). Tras la renuncia de Luis Sáenz Peña y el suicidio de Alem había llegado el momento de recuperación del orden quebrado en el noventa, cuyo ejemplo más claro lo proporcionaba la conferencia pronunciada por Pellegrini en 1897 para proclamar la candidatura presidencial de Roca. En el primer manifiesto electoral del Partido Socialista en 1896 se incorporaba un nuevo tipo de reformismo al campo de la acción política inspirado en un pensamiento que tenia muy en claro cuales eran los fines últimos que perseguían y los medios que debían adoptarse. Se presentaba como un partido de ideas. La vía legislativa conformaba en sentido estricto y excluyente el único medio legitimo para la realización de práctica de esas “ideas bien determinadas” Con una dirigencia formada tras el liderazgo de Juan B. Justo, el PS dio acta de fundación a un reformismo programático basado en la acción parlamentaria. Esta estrategia se ubicaba en las antípodas de las que Hipólito Yrigoyen había fijado en 1897 desde el comité de la provincia de Buenos Aires de la Unión Cívica Radical. A un año de la muerte de Alem la conducción nacional del radicalismo presidido por Bernardo de Irigoyen había decidido concurrir a los comicios presidenciales en coalición con las fuerzas motoristas. Esta actitud participacionista sufrió una severa impugnación por parte del yrigoyenismo bonaerense. Mientras el PS proponía una plataforma minuciosa y detallado y se inclinaba, no sin juicios críticos, ante la legalidad vigente, la Unión Cívica Radical de la provincia de Buenos Aires dejaba de lado la enunciación concreta de proyectos acerca de la sociedad deseable, salvo los referentes a la reparación ética de la política y recurría resueltamente al instrumento revolucionario en el terreno de los medios. El regeneracionismo yrigoyenista proponía la acción compartida del partido y de las FFAA para remediar un estado de cosas corrupto e insostenible. La abstención revolucionaria cerraba por el momento el camino de reformas progresivas. Una reforma parcial de la CN rompió el inmovilismo con respecto al proceso de enmiendas de la ley fundamental que se mantenía desde 1866; y además comenzaba a transmitirse desde el Poder Ejecutivo la necesidad de proceder a una revisión de la estructura judicial. Serios interrogantes se cernían sobre la administración de la justicia (graves deficiencias éticas y de procedimientos en una organización judicial aquejada de baja calidad intelectual. El pensamiento crítico sobre estas fallas registradas en uno de los centros sensibles de nuestras instituciones introducía en el debate política la sensación de contar con un régimen constitucional impugnado desde afuera por la abstención revolucionaria y erosionado lentamente desde adentro por ineficiencia y falta de idoneidad. IMPUESTOS, CONVERSIÓN MONETARIA Y TIERRAS La crisis introdujo alteraciones importantes en las prioridades que establecieron las distintas administraciones. Las respuestas giraron naturalmente alrededor de las severas consecuencias de la recesión y de los cambios adecuados para superarla. La percepción de que la recuperación dependía en buena medida del comportamiento de las industrias rurales generó nuevas propuestas para introducir reformas significativas en la legislación de tierras vigentes. Hubo cambios en el discurso oficial: el lenguaje del progresismo económico fue reemplazado por una retórica donde las palabras habituales eran sacrificio y austeridad. Carlos Pellegrini en 1891 describió un escenario sobrio: cegaba la posibilidad de créditos internos y de empréstitos foráneos y con una monumental deuda externa no era mucho de lo que podía esperarse del nuevo gobierno. Desde nuevos sectores se clamaba por nuevas emisiones para aliviar una economía exhausta. El pedido encontró una tenaz resistencia por parte de las autoridades. Uno de los primeros actos del gobierno fue el aumento de la carga impositiva. Se sancionó la ley impuestos internos que gravó la fabricación de alcoholes, tabaco, cigarros. El ministro del interior Vicente Fidel Lopez incrementó los gravámenes sobre patentes y sellos, impuso una tasa de 2% sobre las exportaciones de lana y estableció un impuesto del 2% sobre los depósitos de los bancos particulares no incorporados al régimen de bancos garantidos. La ley provocó un agitado debate en ambas cámaras. Dos aspectos del proyecto fueron especialmente impugnados. El senador Cortés planteó la inconstitucionalidad de la tasa del 10 % con la que se gravaba a los bancos extranjeros. El impuesto en su opinión introducía una doble discriminación: entre bancos nacionales y extranjeros y entre aquellos radicados en el país y los que no. El ministro Lopez respondió que “la independencia económica es la base principal y única de la independencia política” El otro tema debatido tenía derivaciones claramente institucionales. El senador Gil sostuvo que los impuestos internos debían ser recaudados por las provincias y no por la nación. La ley de impuestos internos fue un paso más y muy significativo en la consolidación de la supremacía del gobierno nacionalsobre los estados provinciales. (el impuesto a los bancos volvió a ser debatido en 1895) El otro tema central en materia económica fue el referido a la reconstrucción de las instituciones bancarias. La debacle de los bancos oficiales durante la crisis impulsó una serie de medidas, la más importante de las cuales fue la fundación del Banco Nación. Esta institución bancaria había sido defendida por el influyente economista José Terry, consideraba que el Banco único de Estado se impone económica y políticamente hablando; “el estado debe acudir allí donde el interés privado es impotente”. Añade una matriz nacionalista y recomienda una intervención algo mas amplia que la postulada en la década precedente. Los impuestos de aduana proveían la mayor parte de los recursos a disposición del tesoro nacional. El tono optimista, de progreso, que caracterizó anteriormente el discurso oficial fue abandonado, aunque no enteramente, por una retórica defensiva y cautelosa. Las viejas ideas liberales no abandonaron la política; eran representadas por la Unión Cívica Radical. Dos razones: el temor a un incremento excesivo de poder por parte del Estado que ostentaba un alto grado de centralización política, y la defensa de los intereses de los consumidores a quienes el partido dedicó gran parte de su programa económico-social. Hacia 1898 los rigores de la crisis económica comenzaban a ceder gradualmente. Dos temas viejos reaparecieron en el debate económico. El primero volvía a plantear el problema de la distribución de la tierra y de la relación entre la agricultura y la ganadería. La sanción de la ley de conversión monetaria en 1899 re introdujo otro viejo debate económico. La ley procuraba poner fin a la larga historia del curso forzoso. La inconvertibilidad había sido percibida desde siempre como uno de los males que había que eliminar para entrar plenamente al concierto de las naciones civilizadas. Terminada la incertidumbre generada por un posible conflicto bélico con chile, el peso argentino comenzó a valorizarse en relación al oro. En este momento se presentó un proyecto al congreso en el que se establecía un tipo de cambio fijo de un peso moneda nacional de curso legal por cuarenta y cuatro centavos de pesos moneda nacional oro sellado. El tipo de cambio propuesto fijaba al peso una cotización corriente antagónica en sectores de la prensa y el parlamento. CARAVACA: “De 1870 a 1895” Hacia la década de 1870, Argentina comenzó a exportar su producción pampeana, producto del incremento de la misma por el ingreso masivo de inmigrantes. Así, el Estado comenzó a tomar medidas para promover el desarrollo comercial y de la vida moderna (trenes, telégrafos, expansión de las fronteras, ley de inmigración, protección de la propiedad privada), que coincidió con la llegada de capitales internacionales para su financiamiento (principalmente británicos). De esta manera, fue consolidando su forma de autoridad central. Este proceso político, económico y social logró culminar hacia 1890. Ya que el presupuesto se nutría casi exclusivamente de los ingresos aduaneros a partir de los impuestos a la importación, el impacto de los cambios internacionales en el presupuesto era muy marcado. Por esto es que se empezaron a dar debates para darle mayor estabilidad a la economía local. La idea de las ventajas comparativas y de fortalecer las industrias naturales era la predominante en esa época. Según esta concepción había países que se dedicaban a la producción industrial y otros a la de materias primas. Argentina debía, entonces, dedicarse a esta última por sus ventajas comparativas respecto al resto de los países (muchas tierras productivas, buen clima). Correspondía que el país fortaleciera la industria (natural) ligada a bienes primarios, añadiéndoles valor. Para que esto sucediera, debía haber un manejo estatal de las tarifas aduaneras (para que la producción nacional pudiera competir), impuestos diferenciales y créditos diferenciales para las industrias. Todo esto tenía en común que el Estado debía intervenir para garantizar el fortalecimiento de las industrias naturales. Los primeros temblores de la economía internacional Entre 1973 y 1975 hubo una crisis económica internacional (consecuencia de una superproducción) que tuvo consecuencias profundas en Argentina. Los precios internacionales se desplomaron, por lo que la producción agropecuaria generó menos ingresos que, a su vez, generaron insolvencia para pagar los créditos internacionales. Debates parlamentarios Uno de los férreos defensores de la protección industrial fue Carlos Pellegrini, quien estaba en contra de importar recetas económicas extranjeras. Creía que había que formular teorías locales para los problemas locales y remarcaba que, mientras los países centrales mantenían una política de librecambio, aplicaban medidas proteccionistas. Afirmaba que la industria nacional, como todo lo que nace, necesitaba una protección inicial para que pudiera desarrollarse y luego competir, y la única manera de lograr esto sería mediante la intervención del Estado. La idea era que la especialización agropecuaria no parecía sustentable en el largo plazo; la forma de obtener cierta estabilidad económica venía de la mano de la industria, a la que era necesario proteger mediante el aumento diferencial de las tarifas aduaneras sobre algunos productos importados. Así, aumentarían los precios de las mercancías extranjeras, lo que llevaría al consumidor a preferir comprar producción nacional. Esto generaría, por un lado, mayores ingresos al presupuesto nacional y, por el otro, a más largo plazo, daría un apoyo a la industria local. En la época, el liberalismo era el sentido común que guiaba la economía mundial, pero con los años y las crisis, el proteccionismo y otras formas de intervención estatal fueron adquiriendo mayor lugar. Vicente Fidel López fue otro de los defensores de la protección industrial por parte del Estado. En su persona fue posible vislumbrar la diferencia entre la economía teórica y la práctica económica real. Como profesor, López estaba totalmente a favor del librecambismo, pero como funcionario la criticaba profundamente. Los primeros temblores de la economía de la política nacional Hacia 1890 se habían adquirido los atributos de estatidad1 definitorios para la consolidación de un Estado Nacional. Los poderes locales habían sido acallados bajo el poder central, pero este proceso llevó mucho tiempo y fue muy costoso. La deuda pública creció considerablemente y fue financiada por un constante flujo de préstamos, que durante años constituyó la base que permitió la consolidación del Estado Nacional. El otro pilar presupuestario fueron los ingresos derivados de los impuestos de aduana a las importaciones. La renuncia de Juárez Celman en 1890 se debió a varios factores relacionados entre sí. La ley de bancos garantidos que permitía la emisión descontrolada por parte de bancos privados llevó a una devaluación de la moneda nacional.Esta última generó dificultades mayores para pagar las deudas contraídas en el exterior, por lo que los acreedores intencionales perdieron la confianza y dejaron de conceder préstamos al país, que eran necesarios para afrontar la deuda pública. A su vez, ese mismo año, la UCR llevó adelante una revolución política que fue el hecho que obligó a Celman a renunciar. En su lugar asumió su vice, Pellegrini. La aparición pública de la UCR indicaba un momento de cambio. Se inició un movimiento que buscaba la representación política de sectores antes marginados. Es durante esos años que se fundaron el PS y la UCR. Sin embargo, esto no significó una representación institucionalizada de forma inmediata. Durante esa década muy pocos radicales pudieron acceder a cargos electivos. Durante la corta presidencia de Pellegrini, con López como ministro de hacienda y ambos compartiendo la convicción de la intervención del Estado para la protección de la industria, se crearon la Caja de Conversión, que establecía un valor fijo de cambio del peso que buscaba favorecer la industria nacional y el Banco de la Nación. Así, la intervención estatal se traducía en protección industrial, para garantizar un desarrollo que ya no se creía que podía llegar solo. Las crisis son de nosotros, las teorías son ajenas La idea sobre la particularidad del sistema económico argentino fue una constante en los años cercanos a 1890. La necesidad de protección inicial era 1 Esos son: la capacidad de obtener reconocimiento internacional, la imposición de un poder central aceptado como única autoridad nacional, la legitimidad de las instituciones públicas, una moneda única nacional y cierta identidad colectiva. sostenida incluso por quienes se declaraban abiertamente liberales. Las teorías económicas abstractas debían tomar en cuenta las condiciones de aplicación de cada país2. A partir de las crisis del 73 y del 90, se fortaleció el argumento a favor de la intervención estatal en materia económica y social, pero dejando en claro sus límites. Los “liberales reformistas” marcaron el riesgo potencial de la intervención, que era deseable, pero que forzosamente debía ser limitada. Las intervenciones para sortear las consecuencias de la crisis de 1890 La propuesta de López para la recuperación económica estuvo fundada en la creación de impuestos internos indirectos sobre el consumo, para poder seguir pagándoles a los acreedores y mantener así su confianza. La ley sancionada en el 91 creaba impuestos sobre elementos considerados no esenciales (alcohol, tabaco), para intentar evitar la emisión desmedida, que se consideraba la causa central de la crisis. El plan se completaba con recortes en sueldos y jubilaciones del Estado y con la reposición de impuestos a la exportación sobre los productos agropecuarios (la industria más productiva). Así, la creación de los impuestos internos no solo venía a cubrir el déficit poscrisis, sino que también a sustentar un nuevo modelo económico que buscaba proteger la industria nacional. Postura de la UCR Durante esta época, la UCR tenía una postura abierta y explícitamente librecambista; el nuevo partido representaba a las clases medias urbanas (no sé qué diría Matallana sobre esto). Por eso oponerse a los impuestos a las importaciones era una manera de defender el consumo barato en comparación con lo que podrán costar las producciones locales. La protección a la industria implicaba la aplicación de tarifas, lo que favorecía una producción local más cara y de menor calidad que afectaba de manera directa el poder de compra de las clases trabajadoras. Además, sostenían, que la libertad de comercio estaba consagrada constitucionalmente. El radicalismo de fin de siglo XIX representaba a sectores medios y medios altos urbanos, por lo tanto, el consumo y los consumidores eran el objetivo a defender. “Aula vs gobierno” La teoría económica liberal poco explicaba de la crisis económica argentina. Si la crisis era local, la respuesta también debía ser local. Intentar aplicar el librecambio era considerado por muchos un “pecado de juventud”. Decía un diputado: “todos los abogados cuando dejan las aulas son librecambistas, cuando llegan al gobierno o a una edad madura, se hacen proteccionistas”. Esta cita revela la diferencia entre el aula y el gobierno. Para entonces el librecambio parecía una opción pasada de moda. Cada quien podía apoyar teóricamente el liberalismo 2 Esta concepción ubicaba a Argentina en una etapa inicial del progreso, que debía por tanto ser respaldado a través de la protección del Estado a sus industrias nacientes. Una vez logrado el avance deseada esa protección se haría innecesaria, y allí, nuevamente, surgiría el librecambismo como meta y horizonte. económico. La obligación policía llevaba, sin embargo, a que esa ya no fuera una opción elegible en la práctica. ZIMMERMANN, EDUARDO: ‘’Los liberales reformistas’’ La política en el orden liberal-conservador Bases del poder político ● Población argentina apática de la política ● Desmovilización política producida por la acelerada movilización social ● La participación política no es requisito para progresar económica y socialmente. ● Caraterísticas del orden liberal conservador: o Poca intromisión en la economía. Menos se encarga el gobierno de controlar la economía, menos vinculación había entre posición económica y preferencias electorales o En CABA esta situación tuvo matices ● Despues de los 90, el PAN (con fuerza en las elites provinciales, áreas rurales y estancieros) se enfrentó con una oposición mas movilizada. La UCR de las ciudades de provincias litorales, amenazaba la hegemonía del PAN con una organización partidaria mas moderna (apoyo al radicalismo e índice de modernización correlacionados) Organización de partidos ● Hasta el surgimiento de la UCR, las organizaciones partidarias estaban basadas en un liderazgo fuerte de una personalidad política o PAN: ▪ Estructurado por Roca y los gobernadores. Gobernadores leales podían tener una carrera política nacional mientras que los rebeldes podían ser intervenidos federalmente. Poder Centralizado ▪ La estructura política basada en ● Reclutamiento en Buenos Aires (lugares que iban la Elite y universidades) ● Prensa política, los diarios como centros de la discusión política ● Caudillos electorales controlan todos los procesos para ganar una elección o La Ley Sáenz Peña afecta mucho este funcionamiento ▪ UCR: ● Representante de nuevos grupos de la sociedad surgidos de la expansión económica ● Estructura dual: o mecanismos informales de reclutamiento de dirigentes o organización partidaria moderna: caudillos y comités de barrio ● El PAN tenía más políticos profesionales que la UCR y había una notable brecha generacional Una improbable aristocracia: En el Congreso (formado por la aristocracia, pequeños propietarios, hombres de negocio..) empiezan a ingresar más profesionales, de la UCR y del PAN (éstos últimos con mayor antigüedad en el país y experiencia política). Sin embargo, todospertenecían a un estatus socioeconómico similar. La mayoría eran aristócratas. Entonces, no parece haber vínculo entre estatus social y afiliación partidaria. El acceso a la política parecía seguir restringido a pertenecer a ciertos clubes o grupos sociales y a su vez algún político exitoso podía buscar acceder a los grupos más altos. Existe una discusión sobre la definición de aristocracia en aquel momento: pertenecer a ciertos clubes o grupos, tener tierras y a su vez el carácter “exclusivo” de la misma fue exagerado. Era bastante fácil llegar al centro de la aristocracia, y ésta no era algo uniforme: había una diferenciación entre los grupos tradicionales de BsAs y las nuevas fuerzas del interior que se consolidaron en el poder desde 1880. Es inadecuado caracterizar este período como un feudo controlado por los grandes terratenientes: existió una transformación institucional gracias a la profesionalización de las políticas públicas por parte de una inteligentsia administrativa liberal y progresista. Exclusion del anarquismo El anarquismo fue el gran excluido de este período. En general, se interpretó la represion a anarquistas simplemente como resultado de la presión del mov obrero al gobierno. Pero esto deja de lado ciertos factores: o la gran importancia que los gobernantes le daban al orden público y la defensa social. o Los temores al peligro del anarquismo. Actos terroristas anarquistas en el extranjero y creciente activismo obrero argentino Se propuso entonces restringir el acceso de extranjeros al país y expulsar anarquistas. Cané proponía nuevas leyes antiinmigratorias para evitar la entrada del anarquismo, pero la reacción de la Prensa fue ambigua: La Nacion y la Prensa estaban a favor de regulaciones inmigratorias moderadas mientras que otros se oponían por el impacto que tendría en el comercio. Ley de Residencia: En 1902 hubieron huelgas en Rosario, Bahhía Blanca y BsAs con una huelga general en noviembre que paralizó el puerto. Roca entonces busca sancionar la Ley Cané, donde el Poder Ejecutivo podría deportar o impedir la entrada a todo extranjero condenado por tribunales extranjeros o cuya conducta comprometa a la seguridad nacional o perturbe el orden público. Los que estaban en contra era por que se estaba legislando a de apuro. La expulsión no le pertenece al ejecutivo (sí a la justicia), y se ordenaba discriminación entre extranjeros y argentinos de carácter inconstitucional sin prestar atención al problema que traían también los activistas argentinos. Los que estaban a favor era porque negaban el carácter penal de las expulsiones y temen la cuestión obrera La Ley, fuertemente cuestionada x la oposición, finalmente es sancionada Otros Intentos: La ley de residencia no solucionó el problema de los conflictos obreros y la declaración de estado de sitio en noviembre de 1902 fue repetida en los años posteriores a la vez que se produjeron choques entre trabajadores y la policía. Un intento fue la naturalización de los inmigrantes luego de que hubieran vivido un cierto tiempo en la Argentina, para incorporarlos a la vida política. Sin embargo excluía a todos los expulsados de cualquier nación por ser anarquistas. En el día del trabajo de Mayo de 1909 constó de represión a manifestantes, posibles atentados contra Figueroa Alcorta y un atentado que mató a Falcon. Vuelve a surgir el debate sobre la Ley Cané Opciones: ➔ Modificar la ley de residencia, mayor cooperación internacional en la represión del anarquismo, sanción de leyes de imprenta que contuviera la propaganda criminal y la reforma del código penal para tratar específicamente contra las organizaciones anarquistas. Las organizaciones obreras aprovecharon la oportunidad para plegarse con una campaña por la derogación de la ley de residencia que culminó con una huelga general en mayo. La reacción del Congreso se concentró más en incriminar a los anarquistas que al movimiento obrero, pero a su vez parece empezar a erosionarse ese paralelismo entre el activismo anarquista y el conflicto obrero Ley de defensa social: el atentado al Teatro Colón impulsa una ley de represión directamente apuntada al anarquismo, prohibiendo sus actividades, asociaciones y propaganda. Policía y acción judicial La policía carece de un servicio de vigilancia y necesita aumentar el personal. Tambien, había mucha arbitrariedad para aplicar la ley y dificultad para identificar anarquistas. Además, muchos de los que eran expulsados volvían clandestinamente. La policía no veía la huelga de 1909 como una cuestión económica sino como algo social causada por el anarquismo, elementos diversos -- agitadores como elementos degenerativos, propaganda de prensa, el Partido Socialista que utilizaba con fines políticos estos desórdenes. Piden reformas a la ley de residencia, pensando en los que volvían clandestinamente y reglamentando el derecho a reunión de asociaciones anarquistas. Para 1910 se reforzaron los dispositivos de vigilancia. La sanción de la ley de defensa social tuvo como consecuencia inesperada el dificultar la vigilancia policial al suprimir la posibilidad de que los grupos anarquistas actuaran públicamente→ mayor presión sobre los escasos recursos policiales ya que tenían que vigilar casos individuales que operaban secretamente-- con falta de recursos esto llevó a que haya más expulsiones ya que era “la opción fácil.”-- utilizaron las leyes de forma exagerada. Hacia 1913-1914 caída del anarquismo y crisis económica que afectó al movimiento obrero. El objetivo de la policía era arrestar principalmente a los excesos anarquistas, NO otros movimientos como el socialismo que “busca el mejoramiento obrero por el camino de la justicia y la legalidad.” Los tribunales de justicia tambien ayudaron la persecución anarquista, la doctrina y jurisprudencia buscaba sofocar la agitación y reunión de anaquistas y frenar el terrorismo. Bunge: diferencia entre atentado contra la autoridad→ un crimen aislado vs atentado contra el Estado/la sociedad→ anarquismo-- reprimido gravemente ya que la sociedad entera es víctima. La Justicia tenía su propia autonomía para lidiar con el anarquismo. De hecho era mucho menos extremista→ La Cámara de Apelaciones de la Capital Federal también falló a favor de extranjeros naturalizados a los que el Ejecutivo quería aplicarles la ley de residencia. Sin embargo, no hubo declaración de inconstitucionalidad para las leyes de deportación. DEVOTO, Fernando: ‘’La inmigración de las masas’’ FLUJOS MIGRATORIOS, EXPANSIÓN ECONÓMICA Y POLÍTICAS DE PROMOCIÓN Hubo dos prolongadas fases de expansión cortadas por la crisis del 90. En la segunda de las fases, la argentina llegó a sus máximos históricos antes de la Primera Guerra Mundial. Predominaban los hombres jóvenes y de origen rural. El porcentaje de retornos (aunque fluctuantes según las décadas y los grupos nacionales) no dejaba de ser significativo. En un contexto internacional comparativo, la Argentina atajo mayor porcentaje de grupos familiares y de personas que declaraban ocupación.La migración de masas a la Argentina coincide con una expansión de la oferta global europea que duplica el porcentaje de emigración por habitante de la década ’70 a la de ’80. Proceso alimentado por la expansión económica Argentina debido a una ampliación de la frontera agropecuaria y un crecimiento de la red ferroviaria. El destino argentino entre los migrantes del mediterráneo parece haber sido preferido por grupos con un horizonte de migración de más largo plazo, que podían priorizar el tener mejores empleos y vivir en una sociedad que para ellos era menos discriminatoria y/o con menor distancia lingüística, mientras que EEUU o cuba eran escogidos en mayor número por personas que desarrollaban muchas veces tareas adventicias, esperaban retornar pronto y aspiraban a maximizar sus ingresos en el menor tiempo posible, por lo que estaban más atraídos por los altos salarios o el menor costo de la travesía. Todo el proceso atrajo inversiones extranjeras muy numerosas en el sector de transporte, servicios y finanzas. Por mucho que se haya enfatizado el papel de las políticas del estado para atraer inmigrantes ocupaba un lugar limitado. Era la economía la que brindaba el principal incentivo para emigrar a la Argentina y no el Estado. Una minoría era la que utilizaba las posibilidades que ofrecía la oficina de colocaciones que funcionaba en el Hotel de Inmigrantes. La mayoría tenía lazos sociales previos en el nuevo país. Aquellos que eran expulsados súbitamente del viejo mundo eran quienes utilizaban los servicios de la oficina de trabajo. La emigración de masas reconoce dos grandes oleadas en la Primera Guerra Mundial. En la primera (década del ochenta) emigró mayor número de familias y el porcentaje de retornos fue menor. Muchas quejas concernían al predominio abrumador de los italianos. Otro de los problemas era la competencia con Brasil ya que este país también desarrollaba una política muy activa para la captación de migrantes a través de pasajes subsidiados. Para resolver ambos Argentina concede 134.000 pasajes subsidiados (excluían a los italianos) que sirven para dar impulso al flujo español. La política de pasajes subsidiados se reveló rápidamente como un fracaso. La tasa de retorno de las personas que llegaban a través de esta vía eran altos. Fue el quiebre de las finanzas del estado nacional, con la crisis del 90, lo que le puso punto final a las posibilidades de financiar la inmigración. En 1891 se decidió solo conceder algunos pasajes para promover la llegada de familias que viniesen a reunirse con inmigrantes ya instalados. EL DEBATE SOBRE LA INMIGRACION EN LA DÉCADA DE 1880 Existía no solo la idea de reorientar el flujo migratorio debido al predominio de italianos sino también una tenaz persistencia a considerar civilizadores solo a los migrantes del norte de Europa. Las ideas de Sarmiento eran compartidas por muchos miembros de la elite, las posibles soluciones que sugerían eran: la política migratoria selectiva, la educación pública y la nacionalización política de los inmigrantes. A las preocupaciones por la identidad y las reformas del sistema político de parte de los dirigentes argentinos se sumaba la fuerte demanda de un sector de las elites de las colectividades extranjeras. Sentían amenazas sobre todo ante el futuro de sus bienes y las consecuencias que tendrían de la crisis de 1890 si se dejaba en manos de los nativos la gestión de la economía. Proponían la adquisición de derechos políticos sin la pérdida de la ciudadanía de origen. Existieron propuestas de ejercer desde la escuela pública una pedagogía cívica para resolver los problemas de la cuestión nacional. Sin embargo, en los años ochenta no tuvieron un impacto mayoritario. La Ley 1420 de 1884 crea la educación universal, laica y obligatoria. Otra amenaza percibida por las elites sociales era su propia supervivencia como tal, imaginariamente asediada por el ascenso social de algunos de entre la muchedumbre de extranjeros recién arribados. Proponían la oposición entre antiguos pobladores t recientes advenedizos. Los finales de la década de los ochenta resumen un conjunto de motivos en torno a la inmigración y la nación, la identidad y la nacionalidad. Las reformas educativas siguieron sin rumbo definido; el proceso de nacionalización compulsiva de los inmigrantes se archivó; la política de apoyar una inmigración subsidiada que cambiara su perfil se hundió ante las dificultades financieras del 90 y frente a la decepción que en muchos funcionarios provocaban los recién llegados por esas vías, la discusión sobre la identidad y la integración de los inmigrantes siguió presente pero sin poder orientar acciones concretas. Los inmigrantes tenían con qué defenderse. Una vasta estructura comunitaria les brindaba todo tipo de servicios y asistencia, desde periódicos hasta sociedades de socorros mutuos, desde influencias políticas hasta bancos poderosos. Las elites inmigrantes no solo tuvieron problemas con las elites argentinas sino entre si, con otras comunidades extranjeras. LUEGO DE LA CRISIS DE 1890 La crisis de 1890 significó un duro golpe para los inmigrantes ya instalados y desalentó nuevos desplazamientos. Muchos ahorros de los recién llegados se perdieron con la crisis. La depreciación de los ingresos hizo a su vez menos significativas las remesas que los inmigrantes enviaban a la tierra de origen. En 1891 los retornos superaron a los ingresos y el saldo anual del movimiento migratorio fue negativo. Deberá esperarse hasta 1896 para superar los niveles de ingresos de 1886. Los cambios en los flujos regionales iban acompañados también por modificaciones en la composición profesional de los migrantes: decrecía el número de agricultores y subían en cambio tanto el de los jornaleros y sin profesión como el de los artesanos. Desaparecía la influencia de las políticas de fomento estatal, el boom del “mito argentino” de los años ochenta era capaz de atraer inmigrantes individuales, el movimiento vio crecer ulteriormente los mecanismos de cadena y en menor medida los del llamado “comercio de la emigración” (decaía tanto la cifra de ingresantes al hotel de inmigrantes como el papel de la oficina de trabajo) En el nivel ocupacional, los inmigrantes estaban presentes en casi todos los sectores. Un rubro en el que eran muy visibles lo constituía el incipiente tejido industrial. Dadas las redes sociales premigratorias y posmigratorias y la preferencia étnica una buena parte de los recién llegados vivía en una casa propiedad de un connacional y trabajaba en una fábrica de la que era dueño otro de su misma nación. El problema de cómo lograr la integración de los inmigrantes siguió pendiente durante la década. Las manifestaciones patrióticas de las colectividades de inmigrantes en ocasión de las fiestas nacionales eran un debatido problema. Frutos de las iniciativas políticas de la comunidad española serían la supresión de las estrofas antiespañolas del Himno Nacional argentino y la creación de una Liga Republicana Española en 1903. El activismo obrero de los inmigrantes desde elpunto de vista de las elites argentinas también era una amenaza. Pero las asociaciones étnicas también eran un obstáculo para la constitución de organizaciones de clase. El rol argentinizador de la escuela era el legítimo instrumento de intervención del estado para implementar el culto de la tradición y de los héroes. Con todo, la propuesta de una legislación que estableciera la obligatoriedad del idioma nacional en las escuelas contó con tenaces opositores que apelaban a la legitimidad de una educación abierta a la cultura universal y a las ventajas de la heterogeneidad en la constitución de las naciones. Ello reflejaba cuanto la tradición liberal clásica seguía sosteniendo firmemente. LOS PRIMEROS AÑOS DEL NUEVO SIGLO Expansión del flujo migratorio. El componente judío europeo se hacia significativo. La sanción de la Ley de Residencia reflejaba el nuevo clima imperante. Daba discrecionalidad al Poder Ejecutivo de expulsar a cualquier extranjero considerado peligroso y de impedir la entrada de cualquier inmigrante sin necesidad de orden judicial alguna y como simple medida discrecional del ejecutivo. En realidad, la solución propuesta por dicha ley era manifiestamente inconstitucional, sobre todo en lo que concierne a la primera limitación que era la verdaderamente operante, ya que el articulo 14 del texto de 1853 consagraba iguales derechos para nativos y para extranjeros. Nuevos problemas emergen: la emergencia de una problemática social con la aparición de una creciente conflictividad laboral y de una paralela violencia política alternativa, por parte de grupos de activistas anarquistas que fácilmente eran identificados como otro resultados de la inmigración indiscriminada. Paralelamente se percibieron los efectos no deseados de una urbanización creciente. “NACIONALIZAR” Y “CIVILIZAR” A LOS INMIGRANTES (Y A SUS HIJOS) Fueron heterogéneas las respuestas por parte de los dirigentes argentinos hacia las “amenazas”. Primero, operar represivamente sobre los grupos alternativos a través de instrumentos como las leyes de residencia y de defensa social, expulsando a cualquier extranjero juzgado indeseable; junto con ello operar una vasta reforma social y política que diera cauce a las nuevas fuerzas emergentes, integrándolas al sistema. Todo ello podía resolver el problema de la conflictividad social y de la inestabilidad política, pero no el de la nacionalidad argentina. Para esto último las propuestas no eran ni variadas ni originales: inventar una tradición e imponerla a través de los instrumentos de que disponía el Estado. Los ejemplos europeos escrutados por las elites locales mostrarán a tres maestras en la construcción de la nacionalidad: el servicio militar obligatorio, la educación y la política. José Maria Ramos Mejía desde su puesto de presidente del Consejo Nacional de Educación impulsa una sistemática campaña de educación patriótica en donde la palabra ocupara un lugar secundario ante la dimensión ceremonial (Programa de Educación Patriótica). Se complementaba con una nueva campaña contra las escuelas de las colectividades extranjeras. A partir de 1917 obligadas a incorporar un maestro argentino como condición para su funcionamiento. La figura más influyente del nuevo clima de ideas será Leopoldo Lugones. Propone la supremacía del nativo sobre el inmigrante y del gaucho sobre el criollo. Su lectura contenía una inversión valorativa de la dicotomía sarmientana de “civilización y barbarie” tal como ella había sido presentada en El Facundo. El campesino europeo no era el agente de la civilización sino un ser inferior, el siervo de la gleba europeo; el gaucho, en cambio, encarnaba al hombre libre a caballo siempre superior en todas las confrontaciones históricas con el primero. La eficiencia de la inversión lugoniana fue también la de aspirar a construir, desde ella, una mitología nacional que se centrara en un poema épico súbitamente re descubierto y revalorizado: el Martin Fierro. Lo que caracteriza a la cultura del Centenario es también sus dimensiones plurales, para muchos la vieja dualidad fundadora de civilización-barbarie (con la civilización del lado del inmigrante europeo) seguía en pie. En cierto sentido, lo que el “espíritu Centenario” inaugura es una tensión, sobre todo en las elites culturales, en las formas de percibir y valorar los componentes de la identidad argentina. Pocas discusiones suscitará la necesidad de nacionalizar, o integrar, a los inmigrantes. En lo que no habrá consenso será en la valoración de los rasgos positivos y negativos de esa identidad. Una vasta literatura consideró al Partido Socialista no solo como extranjero sino como extranjerizante. Sin embargo, dicho partido fue decididamente favorable a que los inmigrantes tomaran la ciudadanía argentina. La voluntad nacionalizada no era patrimonio solo de los argentinos viejos o de la elite dirigente tradicional. Entre los hijos de los inmigrantes las voces hostiles a la inmigración indiscriminada y favorables hacia su “nacionalización” no eran escasas. Idea de “civilizar” a los inmigrantes y a sus hijos: idea de lograr una cohesión social a partir de la imposición de un conjunto de pautas que descendían de arriba para abajo. Buscaban lograr que la elite argentina se convirtiese en el grupo de referencia de la sociedad toda y de este modo se asegurase el proceso de disciplina social. En la elite argentina existían dos posiciones. La mayoritaria era la de aquellos que pensaban que el proceso de civilización concernían a los inmigrantes a los que había que “cepillar” y la otra, formulada por un grupo que se veía a sí mismo como una élite dentro de la elite, que pensaba que en realidad había que “cepillar” a todos, es decir, a los inmigrantes pero también a la elite nativa misma. POLÍTICAS Y PRÁCTICAS SELECTIVAS HACIA LA INMIGRACIÓN A partir de 1890 el país había regresado a la política de libre inmigración con moderado control hacia el aspecto sanitario. Se intentó iniciar una política de restricción y selección aprovechando el abundante flujo migratorio europeo en los diez años previos a la Primera Guerra Mundial. Se empezó a percibir los efectos no deseados de una emigración espontánea que atraía a agitadores políticos. El Poder Ejecutivo hacía un uso extenso de la Ley de Residencia. Dos eran los argumentos para justificar su uso: no hay derechos individuales más poderosos que la soberanía del estado (y su seguridad) o que la medida no era en realidad una pena sino una decisión administrativa. En el terreno del control de los arribados, lo más activo fue intentar imponer mecanismos más estrictos en el plano sanitario. A las consideraciones previas hay que agregar ahora el clima ideológico imperante en los grupos dirigentes con el crecimiento de perspectivas biológico-raciales, que encontraban amplio espacio en el higienizo y en la eugenesia social. Más allá de la cuestión sanitaria, nada se hizo en el terreno legislativo o administrativo y los partidarios de la libre emigraron continuaron siendo mayoritarios.
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