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Reporte
Mujeres y metodismo en México
El metodismo es una corriente religiosa protestante que se originó en Inglaterra en el siglo XVIII. En México, el metodismo comenzó a propagarse en la década de 1870, principalmente a través de misioneros estadounidenses. La Iglesia Metodista en México enfatizó la importancia de la educación y la formación moral de sus miembros, y se esforzó por crear una sociedad más justa y progresista.
El metodismo en México se centró en la formación de una comunidad religiosa fuerte y comprometida, que se esforzara por vivir de acuerdo con los valores cristianos y promoviera la regeneración social y espiritual del país. Los metodistas creían que la educación era fundamental para lograr estos objetivos, y fundaron escuelas y publicaciones para difundir sus ideas y valores.
La Iglesia Metodista también enfatizó el papel de las mujeres en la sociedad y la familia. Los metodistas creían que las mujeres tenían un papel especial en la formación de la sociedad y promovieron su educación y desarrollo moral. Se esperaba que las mujeres fueran buenas esposas y madres, y se les enseñaba a seguir el modelo de su madre. La Iglesia Metodista creía que las mujeres tenían un papel especial en la crianza de los hijos y la preparación para el Reino de Cristo.
En resumen, el metodismo en México se enfocó en la formación de una comunidad religiosa fuerte y comprometida, que se esforzara por vivir de acuerdo con los valores cristianos y promoviera la regeneración social y espiritual del país. La educación y la formación moral fueron fundamentales para lograr estos objetivos, y se enfatizó el papel de las mujeres en la sociedad y la familia.
El metodismo es una corriente religiosa protestante que se originó en Inglaterra en el siglo XVIII. En México, el metodismo comenzó a propagarse en la década de 1870, principalmente a través de misioneros estadounidenses. La Iglesia Metodista en México enfatizó la importancia de la educación y la formación moral de sus miembros, y se esforzó por crear una sociedad más justa y progresista.
Las acciones de la Iglesia en México se centraron en la formación de una comunidad religiosa fuerte y comprometida, que se esforzara por vivir de acuerdo con los valores cristianos y promoviera la regeneración social y espiritual del país, un punto importante fue la educación porque era fundamental para lograr estos objetivos, y fundaron escuelas y publicaciones para difundir sus ideas y valores.
La Iglesia Metodista también enfatizó el papel de las mujeres en la sociedad y la familia. Los metodistas creían que las mujeres tenían un papel especial en la formación de la sociedad y promovieron su educación y desarrollo moral. Se esperaba que las mujeres fueran buenas esposas y madres, y se les enseñaba a seguir el modelo de su madre. Consideraba que las mujeres tenían un papel especial en la crianza de los hijos y la preparación para el Reino de Cristo.
Según los metodistas, las mujeres eran por naturaleza más puras, delicadas y elevadas en todos sus sentimientos y aspiraciones, lo que constituía su corona y la gloria de su sexo, afirmaban que la salvación de los hombres dependía de las mujeres, principalmente por el modo como ejercieran su papel de madres.
El ideal era forjar mujeres fuertes e inteligentes, amantes de las ciencias y las artes, con sólidos principios morales y un gran espíritu religioso. Se esperaba que las mujeres fueran educadas desde temprana edad, con una instrucción física, intelectual y moral integral. A pesar de su preparación intelectual y su participación en cualquier ámbito de la vida social, se esperaba que las mujeres nunca perdieran sus aspiraciones de crear, criar a sus hijos y mantener una familia y un hogar llenos de paz y felicidad.
La mujer metodista era vista como el pilar de la regeneración familiar, social y nacional, por lo que siempre se abogó por su educación y se la hizo protagonista de las acciones y labores de la Iglesia Metodista. Introdujeron en México su forma particular de pensar y conceptualizar a la mujer, la cual se difundió en las escuelas que fundaron y especialmente en las publicaciones que hicieron.
Según los metodistas, la maternidad era un papel fundamental y sagrado que debía ser ejercido con amor, abnegación y fuerza de voluntad. La madre era vista como la protectora y el ángel tutelar de sus hijos desde que estaban en su vientre y hasta el último momento de su existencia; creían que la madre era la única persona capaz de cumplir los oficios de la primera educación de sus hijos. Desde el momento en que una mujer se siente madre, se despiertan en ella las indicaciones que debe seguir o las acciones que debe tomar para criar y educar a sus hijos. La madre es insuperable, pues nadie más que ella sabrá qué es lo mejor para sus hijos y su familia.
También advertían que el amor materno debía ser bien entendido, ya que si se lleva al exceso se podrían tolerar débiles faltas en los hijos, lo que les impediría forjarse un carácter fuerte y llegar a ser hombres y mujeres de bien. Para evitar esto, las madres debían dar una buena educación en el hogar, la cual a su vez dependía de la calidad de su propia preparación. La Iglesia Metodista buscaba crear "nuevos hombres" y "nuevas mujeres" que promovieran el progreso y la modernidad en México. 
Referencias· Jaime López, S. (2013). Niñas, mujeres, madres: el papel de la mujer metodista. México. UNAM, pp. 75-95.

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