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Reporte
Pompeya ayer y hoy
Pompeya ha sido un destino turístico popular durante siglos, con visitantes que vienen a ver las ruinas antiguas y aprenden sobre la historia de la ciudad. En el siglo XIX, la experiencia de visitar Pompeya era bastante diferente a la de hoy. Los visitantes estaban interesados ​​no sólo en lo que sabemos sobre la ciudad antigua, sino también en cómo la conocemos. Estaban fascinados por los procesos de excavación y el descubrimiento del pasado. 
La ciudad era a la vez un sitio arqueológico y un lugar de luto, con los esqueletos de las víctimas de la erupción en exhibición para que todos los vieran. El camino hacia la ciudad pasaba por la Calle de las Tumbas, lo que enfatiza el hecho de que, para la mayoría de los turistas del siglo XIX, una visita a Pompeya era una visita a la ciudad de los muertos.
Una de las atracciones más populares para los turistas en el siglo XIX fue el macellum, o mercado, que fue objeto de mucho debate y especulación entre los estudiosos. Algunos creían que era un santuario de los doce dioses, mientras que otros pensaban que era un centro de culto para la adoración de Augusto. Aún así, otros creían que era una cafetería o restaurante con un santuario adjunto. Los visitantes quedaron fascinados por el misterio que rodea al macellum y las diferentes interpretaciones de su propósito.
Las excavaciones en Pompeya a menudo se organizaban en beneficio de los dignatarios y otros visitantes importantes. Tesoros, pinturas e incluso esqueletos fueron descubiertos frente a sus ojos, lo que aumentó la emoción y el dramatismo de la visita. Si bien estas excavaciones escenificadas pueden parecer toscas y manipuladoras para los visitantes modernos, revelan las esperanzas y aspiraciones de los turistas de la época, que querían presenciar no solo los descubrimientos en sí, sino también los procesos de excavación que sacaron a la luz el pasado.
Hoy en día, la experiencia de visitar Pompeya es bastante diferente. Si bien el macellum y otras atracciones siguen siendo populares, los visitantes están interesados ​​​​principalmente en ver una ciudad antigua y retroceder en el tiempo. Los esqueletos de las víctimas todavía están en exhibición, pero la atención se centra menos en el duelo y más en aprender sobre el pasado. Las técnicas de excavación se han vuelto más sofisticadas y los misterios del macellum y otros sitios se han resuelto en gran medida, sin embargo, la fascinación por Pompeya y su historia sigue siendo tan fuerte como siempre.
Los visitantes pueden explorar la ciudad antigua con la ayuda de audioguías, mapas y otras comodidades modernas. La atención se centra menos en el proceso de excavación y más en la historia y la cultura de los antiguos romanos que vivieron allí. Los visitantes pueden ver los restos de casas, templos y edificios públicos, así como los famosos frescos y mosaicos que los decoran.
Una de las atracciones más populares para los turistas es la Casa del Fauno, que es una de las casas más grandes e impresionantes de Pompeya. Lleva el nombre de una estatua de bronce de un fauno danzante que se encontró en el atrio. La casa es famosa por sus hermosos mosaicos y frescos, que representan escenas de la mitología griega y la vida cotidiana en Pompeya.
Otra atracción popular es el Templo de Isis, que fue dedicado a la diosa egipcia Isis. El templo es uno de los edificios mejor conservados de Pompeya y es famoso por sus hermosos frescos y estatuas. Los visitantes también pueden ver los restos del Foro, que fue el centro de la vida política y social de Pompeya, así como el Anfiteatro, que podía albergar hasta 20.000 personas y se utilizaba para juegos de gladiadores y otros eventos públicos.
A pesar de los cambios en la experiencia de visitar Pompeya, la ciudad sigue siendo un poderoso símbolo de la fragilidad de la vida humana y el poder destructivo de la naturaleza. Los esqueletos de las víctimas de la erupción aún están en exhibición, recordando a los visitantes la tragedia que ocurrió hace casi 2000 años. La ciudad es un testimonio de la resiliencia del espíritu humano y el legado perdurable de los antiguos romanos que vivieron allí.
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Referencias· Beard, M. (2018). Pompeya: una historia de la ciudad y la erupción del Monte Vesubio. Madrid, Crítica, pp. 259-267.

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