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Reporte
“Salud durante los años 50”
Durante los años 50, durante el contexto político de la Guerra Fría, se dieron diversos esfuerzos internacionales en materia de salud para erradicar la malaria en México. La campaña fue lanzada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 1955, con el objetivo no solo de eliminar la enfermedad, sino también de promover la medicina occidental y la modernización. Estados Unidos desempeñó un papel activo en la campaña, como parte de sus esfuerzos por contener la propagación del comunismo y promover sus propios intereses. 
La malaria es una enfermedad infecciosa causada por un parásito llamado Plasmodium, que se transmite a través de la picadura de mosquitos infectados. Los síntomas incluyen fiebre, escalofríos, sudores, dolor de cabeza, dolor muscular y fatiga. En casos graves, puede causar anemia, ictericia, convulsiones, coma y la muerte. Los síntomas pueden aparecer de 7 a 30 días después de la infección y pueden ser similares a los de otras enfermedades, lo que dificulta el diagnóstico preciso.
El fortalecimiento de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en la década de 1950 se debió en parte al liderazgo de Fred L. Soper, un exfuncionario con experiencia en Brasil. Muchos médicos y expertos en salud latinoamericanos que habían estudiado en Estados Unidos también desempeñaron un papel en la promoción de la campaña contra la malaria. 
La campaña fue justificada por argumentos humanitarios, económicos y políticos, incluida la protección de los ciudadanos en países desarrollados, la promoción del crecimiento económico y los intereses de las industrias farmacéutica y de pesticidas. 
El gobierno mexicano apoyó la campaña como un medio para extender su autoridad y obtener financiamiento internacional, también coincidió con los esfuerzos para promover el desarrollo tecnológico y comercial en la agricultura. Su puesta se organizó en cuatro etapas:
1. Preparación
Durante esta etapa, que duró alrededor de un año, se entrenó al personal y se realizaron algunos proyectos piloto, fue una etapa crucial en el diseño y planificación de la estrategia. 
Se establecieron programas de formación para los trabajadores de la salud, los rociadores y los líderes de la campaña. Estos programas incluyeron la enseñanza de técnicas de rociado de insecticidas, la identificación de los síntomas de la malaria y la administración de medicamentos antimaláricos.
Se realizaron proyectos piloto en algunas zonas maláricas para evaluar la efectividad de las técnicas, estos proyectos permitieron identificar los problemas y desafíos que se presentarían en la implementación de la campaña a gran escala.
Se crearon protocolos y procedimientos para la recolección de datos y la supervisión de la campaña, también se diseñaron sistemas de registro y seguimiento de los casos de malaria y se establecieron mecanismos de comunicación entre los trabajadores de la salud y las autoridades sanitarias.
Otro aspecto importante de la fase de preparación fue la obtención de los recursos necesarios para la implementación de la campaña, para ello se establecieron acuerdos entre la OPS, la UNICEF y los gobiernos locales para la provisión de vehículos, materiales y equipos de fumigación. También se establecieron acuerdos para la contratación de trabajadores locales y la capacitación de líderes comunitarios.
2. Ataque 
La principal intervención durante esta etapa consistió en el rociado masivo de insecticida en todas las viviendas en zonas maláricas. Se esperaba que un rociamiento bianual, durante dos o tres años, fuera suficiente para eliminar a los Anopheles infectados.
También incluyó la distribución de medicamentos antimaláricos a la población, se establecieron clínicas móviles y se capacitó a los trabajadores de la salud para identificar los síntomas de la malaria y administrar los medicamentos adecuados.
Fue la etapa intensiva y exigente de la campaña antimalárica. Se requirió una gran cantidad de recursos y esfuerzos para llevar a cabo el rociado masivo de insecticidas en todas las viviendas en zonas maláricas. Además, se enfrentaron desafíos técnicos y logísticos, como la resistencia a los insecticidas de algunas especies de Anopheles y la dificultad para llegar a zonas remotas.
3. Control
Las personas infectadas se controlaban las zonas en las que pudiesen quedar Anopheles llevando consigo el parásito de la malaria. Durante esta fase se establecieron clínicas, además, se usaron los protocolos y procedimientos para la recolección de datos y la supervisión de la campaña.
Se establecieron sistemas de monitoreo y seguimiento de las poblaciones de mosquitos y se aplicaron técnicas de control de vectores, como la eliminación de criaderos de mosquitos y la fumigación de áreas específicas.
4. Consolidación
La fase de consolidación es la última etapa de la campaña de erradicación de la malaria en México, y es una de las más importantes. Durante esta fase, se llevó a cabo una cuidadosa supervisión del territorio donde se ha trabajado para confirmar la erradicación de la enfermedad. Si durante tres años no aparece ningún caso nuevo de malaria, se considera que la enfermedad ha sido erradicada.
Se llevó a cabo una vigilancia activa de la enfermedad. Esto significa que se realizan pruebas periódicas para detectar la presencia del parásito de la malaria en la población. Si se detecta algún caso, se toman medidas inmediatas para tratar al paciente y controlar la propagación de la enfermedad.
Además de la vigilancia activa, también se lleva a cabo una campaña de educación pública. Se informa a la población sobre los síntomas de la malaria y se les enseña cómo prevenirla. También se les informa sobre la importancia de mantener limpios los hogares y de eliminar cualquier fuente de agua estancada donde puedan reproducirse los mosquitos.
También se establecieron unidades administrativas autosuficientes y se confió en la tecnología médica y en la hipótesis de que la población era una receptora pasiva de las intervenciones sanitarias.
La resistencia a los medicamentos antimaláricos y a los insecticidas se convirtió en un problema importante en algunas zonas maláricas. Además, la vigilancia y el control de las poblaciones de mosquitos requerían una gran cantidad de recursos y esfuerzos.
Referencias· Cueto, M. (2008). La Salud internacional, la Guerra Fría y la erradicación de la malaria en México en la década de los años cincuenta del siglo XX. México, UNAM, 2008, pp. 313-338.

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