Logo Studenta

Nosología en la Edad Media

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

Nosología en la Edad Media 
1. ¿Qué diferencias había entre las enfermedades agudas y las crónicas? 
R= San Isidoro definio de un plumazo a las enfermedades agudas como aquellas que 
‘pasan pronto o te matan en seguida’, se incluyen los trastornos mentales conocidos 
desde la antigu edad: la phrenesis o frenesí, consistente en una perturbacio n con 
agitacio n y demencia provocada por la fuerza del humor cole rico, y la lethargia o 
letargo, caracterizada por ‘opresio n del cerebro con olvido y suen o perenne como el de 
quien duerme profundamente’. Dentro del grupo de las enfermedades crónicas, 
describio la epilepsia, la maní a y la melancolí a, esta u ltima continuarí a siendo a lo largo 
de estos siglos la referencia psicopatolo gica ma s frecuentemente solicitada. 
2. ¿Cómo se explicaban las alteraciones como la acedia y la histeria? 
R= La acedia era el pecado por excelencia de los monjes que rehusaban las actividades 
propias de los conventos. La histeria, ligada desde Hipo crates al u tero y de rondo n, a la 
abstinencia y la insatisfaccio n sexual, Galeno habí a abundado ma s au n en esta 
articulacio n al afirmar taxativamente: “se sabe que esta enfermedad afecta de manera 
particular a las viudas y, sobre todo, a aquellas que han sido regulares en su menstruación, 
fértiles, receptivas y ardientes ante los avances de su marido”. 
3. ¿En qué consistía la medicina escolástica? 
R= Incorporaron y articularon en e sta un singular conglomerado de influencias, tanto 
filoso ficas como me dicas: por una parte, la filosofí a aristote lica convenientemente 
cristianizada; por otra, la asimilacio n de textos me dicos cla sicos griegos y romanos, así 
como los de los a rabes. 
4. ¿A qué se refería el término bimaristán? 
R= Originalmente equivalente a ‘lugar para enfermos’, termino hacie ndose sino nimo de 
hospital para enajenados mentales. Siempre tuvo en cuenta los aspectos psí quicos de 
sus pacientes y llego a utilizar me todos pro ximos a la psicoterapia incluso en 
enfermedades como la artritis. 
5. Explica brevemente los siguientes feno menos y creencias populares: 
a. Licantropía: Trastorno en el que el sujeto se cree transformado en lobo 
y actu a como tal: ataca reban os, incluso al hombre, au lla por las noches, 
etc. Clasificado como maní alupina y maní a canina, ambas causadas por la 
melancolí a generada a partir del humor cole rico o del humor melanco lico 
natural. 
b. Amor heroico: Estaba provocado por un exceso humoral de melancolí a 
o bilis negra, y surgí a cuando un individuo quedaba prendado de una 
mujer que no correspondí a su amor; como consecuencia de la obsesio n 
que le causaba la insatisfaccio n de su deseo, le sobrevení a una ‘pasio n 
melanco lica’. Para el escola stico Arnau de Vilanova, se debí a a un juicio 
erro neo de la virtud estimativa, pues al juzgar e sta, el objeto en cuestio n 
no es solo bueno, sino que es el mejor posible, termina por orientar y 
someter a este fin todas las dema s virtudes sensibles. Arnau consideraba 
que los accidentes derivados del amor heroico son consecuencia de esa 
progresiva desecacio n corporal que el sobrecalentamiento provoca: 
extenuacio n de los miembros, ojos hundidos, cara cansada, color ceru leo 
de la piel, tristeza en ausencia de la persona amada y alegrí a por su 
presencia. 
c. Locuras colectivas: En relacio n con el mileniarismo, con el miedo a la 
muerte y el sentimiento de culpa ante las epidemias de peste vividas 
como castigo divino, se desataron durante toda la Edad Media, pero sobre 
todo en sus u ltimos tres siglos, varios episodios de locura colectiva. 
Conductas extravagantes de expiacio n, sumadas a la imitacio n ma s o 
menos burda de los sí ntomas de alguna enfermedad y a la costumbre 
extendida de peregrinar a lugares ‘santos’ generaron, en ocasiones, 
ra pidos y colectivos contagios que llegaron a causar problemas a las 
autoridades civiles por el despoblamiento repentino de algunos pueblos. 
d. Brujería: En las obras de Inocencio VIII, Jakob Sprenger y Heinrich 
Kramer, se describí an los modos en que la caza de brujas debí a realizarse, 
siendo detenidas, interrogadas y castigadas. Si inicialmente la bujerí a no 
constituyo otra cosa que una reliquia de determinados ritos populares, 
avanzada la Edad Media termino por convertirse en una manifestacio n de 
anormalidad personal y una trasgresio n de los co digos sociales, aunque 
fue e sta tambie n una creencia compartida por renombrados me dicos, 
como Paracelso, y grandes humanistas, enciclopedistas y matema ticos, 
entre otros como Lutero, Ficino, Pico della Mirandola, Cardano y della 
Porta.

Continuar navegando