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El diagnóstico de psicosis desde el psicoanálisis - Adriana Santillán

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FACULTAD DE FILOSOFÍA, LETRAS Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN
CARRERA: Psicología Clínica
ASIGNATURA: Teoría y clínica de la Psicosis
TEMA DE ENSAYO:
El diagnóstico de psicosis desde el psicoanálisis
AUTOR (A):
Adriana Santillán
DOCENTE: Rodolfo Rojas
PARALELO: A
2018
En los diferentes ámbitos profesionales, hacer un diagnóstico requiere haber seguido un proceso, analizar variables y dar hipótesis sobre los posibles resultados, y una vez finalizado trabajar con y en ello. En psicología, el diagnóstico no es diferente, para llegar al llamado psicodiagnóstico, se necesita haber pasado por un proceso, como el primer contacto, la realización de varias entrevistas, la toma de tests ya sea psicométricos o proyectivos y, de ahí, dar el posible diagnóstico del paciente, para luego seguir con un tratamiento adecuado. En psicoanálisis también se habla de psicodiagnóstico, pero estos se enfocan en llegar a la conclusión de a qué estructura pertenece el sujeto paciente; sobre todo verificar si se trata o no de una estructura psicótica, con el cuidado de no llegar a causar un desencadenamiento. El presente ensayo se centrará en el diagnóstico desde el psicoanálisis, explicando cómo el analista debe diagnosticar la estructura psicótica, detallando elementos que se deben tomar en cuenta y conociendo cómo se va formando la estructura de un sujeto psicótico, diferenciándolo con la estructura de un sujeto neurótico, basándose en el artículo El diagnóstico diferencial en psicoanálisis escrito por Urriolagoitia y Lora.
Es fundamental que un analista haga un diagnóstico diferencial entre la estructura psicótica y la estructura neurótica, con el fin de evitar un desencadenamiento en el sujeto. Es necesario que analice elementos históricos del sujeto y cómo es su respuesta ante lo real, esta última permitirá diferenciar entre las dos estructuras. El sujeto neurótico ante lo real, huye y se somete al Otro; mientras que el sujeto psicótico se enfrenta a lo real, esto dado a que no tiene este significante primordial que vele su encuentro con lo real, por lo que prácticamente el sujeto psicótico se tiene que enfrentar solo a este vacío, sin la ayuda de nada o nadie.
Es importante diferenciar los dos mecanismos propios de cada estructura, en el caso de la neurosis, el mecanismo fundamental es la represión, mientras que, en la psicosis, el mecanismo fundamental es la forclusión. En ambas estructuras se da una simbolización primordial, dado a que ambos se inscribe el lenguaje y llegan a ser sujetos hablantes, lo que los diferencias es la simbolización del significante del Nombre del padre. Por un lado, en el neurótico si se llega a simbolizar este significante primordial, dando como consecuencia la operación de la represión en el campo simbólico. Por otro lado, en el psicótico esta simbolización del significante del Nombre del padre nunca ocurre, este nunca llega a inscribirse en lo simbólico, sino que se va al campo de lo real. De ahí a que se diga que en la neurosis hay retorno de lo reprimido en lo simbólico, mientras que en la psicosis hay retorno en lo real.
De ahí a que, en un sujeto neurótico, lo reprimido quiera retornar al campo simbólico a través de sus sueños, chistes, lapsus, síntoma, etc, es decir, a través de las llamadas formaciones del inconsciente; mientras que, en el sujeto psicótico, no habrá formaciones del inconsciente, sino fenómenos elementales, que son el resultado de aquello que fue rechazado por lo simbólico y que retorna en lo real, creando alucinaciones o delirios para asimilarlo.
 Es gracias a la metáfora paterna que el sujeto neurótico se constituye como un sujeto deseante y puede organizar su sexualidad, también le ayuda a dar una respuesta ante la angustia que produce el deseo del Otro, ante la castración, ante el encuentro con lo real y para la regulación de su goce; el psicótico no cuenta con esta facilidad, por decirlo de ese modo, este no tiene respuesta y no sabe qué hacer ante la angustia que produce el deseo del Otro, tampoco puede definir su sexualidad, y para tratar de dar una respuesta, surgirá la certeza. Lacan llama a la certeza significación de significación, donde el sujeto psicótico no sabe qué es eso, pero tiene la certeza de que eso tiene un significado, operando en el sujeto psicótico una metáfora delirante (Urriolagoitia y Lora, 2006). Es decir, cuando el psicótico se encuentra en el enigma, en ese vacío, tratará de darle un sentido, una respuesta que para él es totalmente cierta y se lo cree; de ahí a que se produzcan los delirios que son propio de la psicosis.
Otra distinción entre la estructura psicótico y la neurótica gira en torno a la sexualidad. Se conoce de las dos posiciones, de la posición femenina y la posición masculina; en el sentido fálico, el sujeto puede estar en la posición de ser el falo y en la posición de tener el falo. El sujeto neurótico puede estar en una de esas dos posiciones. Pero no ocurre lo mismo en el sujeto psicótico, se habla de una homosexualidad, debido a que no hubo una regulación del falo; este sujeto no pudo ordenar su sexualidad. Se menciona que “la homosexualidad estaría del lado del fenómeno elemental y por el contrario, del lado de la estabilización estaría la emasculación, es decir la transformación del sujeto en mujer (…) el empuje a la mujer” (Urriolagoitia y Lora, 2006, p.253). Esta teoría se puede ver ejemplificada en el caso de Schreber, donde después de que este aseguraba ser la mujer de Dios, se evidencia su estabilización.
Volvamos a retomar la historia subjetiva de cada estructura. Para la estructura neurótica se necesita haber pasado por el complejo de Edipo y por el de castración. Recordar que el complejo de Edipo tiene tres tiempos, que no son tiempos cronológicos sino lógicos. Es desde el primer tiempo, caracterizado por la primacía del falo, que el sujeto podrá organizar se sexualidad; permitirá que haya un orden en tanto sitúa al sujeto en una posición femenina o en una posición masculina. El resultado de la castración aparte de dejar en falta al sujeto, forma el fantasma. Este fantasma en el neurótico es el que se pregunta por el deseo del Otro y tendrá la función de dar una respuesta ante lo enigmático que pueda resultar dicho deseo. Pero todo esto será gracias a la inscripción del significante del Nombre del padre en el registro imaginario, rompiendo el vínculo de puro goce con la madre y en el registro simbólico, castrando al sujeto, dejándolo en falta y por ahí mismo dándole un modo o forma de hacer con dicho vacío. 
Entonces, los elementos que son propios de la neurosis, los que permitirán identificarla, son los siguientes: la inscripción del Nombre del padre en el registro imaginario y simbólico, la operación de la castración que convierte al sujeto en deseante, el deseo del Otro, el fantasma que permitirá dar una respuesta a lo enigmático y el significante fálico que ordena la sexualidad. Estos elementos permitirán hacer un diagnóstico diferencial entre la estructura psicótica y la neurótica, que, de ser encontrados en el sujeto, se podrá tener un adecuado diagnóstico determinando al sujeto como neurótico y a partir de ahí seguir con el análisis.
Es complicado establecer el diagnóstico de estructura psicótica. Se menciona que existe un primer momento que da cuenta que la estructura del sujeto es psicótica, hay un primer desencadenamiento que es llamado prepsicosis; pero así mismo puede que sea un sujeto psicótico que no haya desencadenado hasta ese momento de análisis o incluso puede que nunca llegue a desencadenarse. Sin embargo, se menciona que, para diagnosticar esta estructura, es fundamental buscar los fenómenos elementales, los fenómenos de franja y la perplejidad. Recordar que los fenómenos elementales de la psicosis son automatismo mental, fenómenos en relación al propio cuerpo y los fenómenos que conciernen al sentido y a la verdad. Los fenómenos de franja, que son los mismos fenómenos elementales, pero estos tendrán la función de intentar de retener al Otro que se aparta separando la estructuradel lenguaje y dejando caer al sujeto (Urriolagoitia y Lora, 2006). Mientras que la perplejidad es estar situado en el enigma propiamente dicho, donde ningún significante tendrá validez y producirá delirios como forma de respuesta.
En conclusión, para un adecuado diagnóstico primero hay que descartar o verificar la hipótesis de psicosis, dado a que, si no se empieza primero por ello, podrá causar desencadenamiento en el sujeto, complicando aún más el análisis. Hay que tener en cuenta los elementos propios de cada estructura. Y tener cuidado en no confundir ciertos síntomas de la neurosis con los fenómenos elementales de la psicosis.
Referencias Bibliográficas
 
Urriolagoitia, G. y Lora, M. (2006). El diagnóstico diferencial en psicoanálisis. Revista Ajayu, 4(2), 244-267.

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