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Paisajes transformados

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Paisajes transformados
En el proceso de la transformación antropogénica de los paisajes es usual distinguir dos tendencias en cuanto a la modificación de la estructura paisajística, y el cambio de los parámetros de la geodiversidad:
• La homogeneización de los paisajes: determinada por la imposición de un mismo tipo y grado de uso y estilo tecnológico en paisajes diferentes. Ello conduce a la simplificación de la estructura paisajística y la reducción de la geodiversidad. Esta tendencia es característica para las grandes plantaciones y haciendas y a los procesos de modernización tecnológica en el uso de los recursos naturales.
• La heterogenización de los paisajes: determinado por la imposición de diferentes tipos y grados de uso y de estilos tecnológicos en un mismo tipo de paisaje. Ello conduce a una mayor complicación de la estructura paisajística y al incremento de la geodiversidad. Esta tendencia es característica para la división y fragmentación de los paisajes en pequeñas propiedades y minifundios.
Calcular qué tipo y grado de uso, y la correspondencia de la diversidad del uso con la estructura natural del paisaje, es una tarea fundamental del análisis geoecológico. Sin embargo, estos cálculos tienen que hacerse en articulación con el análisis funcional y el evolutivo. Ello se debe a que la estructura del paisaje es el soporte que propicia un funcionamiento, una capacidad de autorregulación homoestática (elasticidad) y la evolución del sistema. Así, la optimización de la organización espacial del paisaje implica la búsqueda de la proporción areal óptima (tamaño, forma, ancho, largo) de los tipos e intensidades de uso,
en dependencia de las características de la estructura y de los indicadores de la geodiversidad.
El análisis estructural de los paisajes representa un conjunto de procedimientos científicos y de métodos encaminados a determinar la geodiversidad paisajística o diversidad geoecológica (geodiversidad).
Por geodiversidad paisajística se comprende la variedad, tanto tipológica como individual, de los paisajes en un territorio dado. Ella es el resultado de la interacción dialéctica de la diversidad de los componentes que integran el paisaje, y tiene un carácter histórico-genético, pudiendo ser considerado como una medida del invariante de paisajes. Por invariante del paisaje se considera la formación estructuro-funcional de un paisaje, propio de condiciones geoecológicas dadas para un período de la evolución paleogeográfica.
La geodiversidad es un fundamento material sobre el cual se sostienen y desarrollan otras categorías de la diversidad de la Tierra, por ejemplo, la biodiversidad y la diversidad socio-cultural. Así, variaciones de una de las categorías de diversidad de la Tierra se reflejan en las restantes categorías.
La geodiversidad se manifiesta, de tal manera, a través de los diferentes indicadores de la estructura vertical y, en particular, de la estructura horizontal (su composición, fraccionamiento, heterogeneidad, organización, forma de la imagen, contrasticidad y vecindad).
A cada paisaje le es inherente la geo-diversidad, de tal forma que es una característica propia, incluida en la estructura. Estos atributos sistémicos del paisaje tienen una relación dialéctica con los atributos de funcionamiento, dinámica temporal y evolución. Así, si cambia la estructura, de forma correspondiente deberán cambiar los atributos genético-funcionales y los dinámico-evolutivos.
No hay que olvidar que uno de los principios de la conservación de los recursos naturales es asegurar la geo-diversidad óptima del patrón paisajístico. Esto se logra mediante un sistema de hetero-niveles de áreas de compensación y de la infraestructura ecológica de los territorios (Mateo, 2004).
Paisajes agrarios
Son el producto de la interacción de los dos extremos (sociedad/naturaleza), el ámbito natural (físico-geográfico) y el social (geografía humana), que se sustraen y fueron separados para facilitar su estudio de la esfera geográfica, y ahora se conjugan cuando se analizan desde la geografía, vista como la inscripción de los valores humanos sobre la estructura del espacio natural. Por esto los paisa jes agrarios son híbridos, se encuentran en un continuo proceso de cambio con un gradiente hacia la artificialización o antropización del paisaje, modificándolo constantemente en el devenir histórico.
Existen, sin embargo, características propias que, según Pelachs, Soriano y Tulla (2009), son las siguientes:
• Diversidad del uso del espacio agrario, con un diseño y disposición y distribución del arreglo parcelario determinado.
La diversidad del espacio agrario comprende los diversos usos del suelo: terrenos de cultivo, plantaciones, pastizales para el ganado, etcétera. Con modificaciones de manejo tecnológico a través de sistemas de irrigación, terrazas, bordos, cuerpos de agua de abrevaderos, piscícolas, control de cárcavas, gaviones, graneros, bodegas, establos, estableciendo distintos espacios agrarios.
• Grado de asimilación económica y manejo de técnicas agronómicas, agricultura de subsistencia, comercial, de consumo de carácter local.
Se deriva de la búsqueda de mejores condiciones a través de la organización eficiente en la productividad agropecuaria, mediante la introducción de maquinaría agrícola, selección de semillas, del establecimiento de sistemas de cultivos más eficientes, entre otras.
• Influencia de las condiciones naturales y a la capacidad de uso del suelo.
No solo por su uso, sino por las condiciones del medio natural, en México corresponden con la adaptación al trópico seco, trópico húmedo, templadas semi-secas, zonas áridas y semiáridas.
• Sistemas de explotación agraria y la propiedad de la tierra, ligadas a la producción, trabajo y capital.
Por el sistema de ejidos, comunal colectiva, individual, el tequio. Espacios de poder autoritarios, el cacique y ex hacendado, régimen de feudos (semi feudal), monocultivos comerciales de grandes extensiones.

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