Logo Studenta

Sexualidad y magia en la mujer novohispana

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

“Sexualidad y magia en la mujer novohispana: siglo XVII”
Durante la época novohispana se realizaron prácticas mágicas relacionadas con el amor y la sexualidad, eran el resultado de la tradición, cristiana, originaria y las costumbres africanas y antillanas de los esclavos. Estas prácticas eran utilizadas principalmente por mujeres con el objetivo de amar, ser amadas, conservar a su pareja deseada y manipular las fuerzas sobrenaturales para alcanzar la satisfacción de sus deseos.
Para las mujeres, el matrimonio era considerado el objetivo de vida para el cual habían sido preparadas, creían firmemente que encontrarían la felicidad y el amor, siguiendo las normas y comportamientos socialmente aceptados.
En el caso de los indios, se menciona que el matrimonio se regía por la tradición, aunque durante la época prehispánica y el siglo XVI se ejercía la poligamia, especialmente entre los indios caciques, sin embargo, en el siglo XVII se estableció la monogamia a través del matrimonio legalizado por la Iglesia, aunque algunos tenían concubinas, estas no eran consideradas esposas. Las mujeres tenían un papel de sumisión y aceptación de su inferioridad social y moral, lo cual se reflejaba en su baja autoestima y dificultad para relacionarse con el sexo opuesto. 
En la época se hablaba de dos tipos de matrimonio: el matrimonio con un hombre y el matrimonio con Dios. Estas dos opciones representan las diferentes vidas que una mujer podía tener en aquel tiempo. El matrimonio con un hombre implicaba que la mujer buscara el amor dentro de esta institución, aunque la realización erótica le era negada. La satisfacción de la mujer dependía del hombre y su existencia giraba en torno a él, buscando ansiosamente su respuesta amorosa. 
El matrimonio con Dios permitía a la mujer alcanzar el amor y canalizar su erotismo, la mujer tenía el poder de decisión sobre su propia vida, a pesar de las restricciones impuestas por la sociedad, se interiorizaba, se conocía y se expresaba, alcanzando el ideal amoroso místico y sublime impuesto por esa sociedad.
En el matrimonio con un hombre, existían expectativas que muchas mujeres no podían alcanzar. La mujer, como esposa y madre, se enfrentaba a un ideal que no siempre correspondía a la realidad cotidiana. Muchas veces sufría desengaños y frustración al compartir al hombre con otras mujeres, y vivía con el temor de no lograr una mejor posición matrimonial que le permitiera ascender socialmente.
En cambio, el matrimonio con Dios era visto como una muestra de superioridad, ingresar a un convento representaba una elección de prestigio, no solo personal sino también familiar. Aunque se documentan casos de monjas cuyas aspiraciones no fueron aceptadas por las superiores, en general, el matrimonio místico con Dios era un medio para que las mujeres encontraran una expresión profunda y deseada del amor verdadero, a través de la oración, podían canalizar su erotismo por medio de una comunicación íntima y personal con su Amado.
En aquella época, las mujeres recurrían a prácticas mágicas como una forma de ejercer cierto control y poder sobre sus parejas o seres amados, se mencionan los casos de Damiana López, ella recibió una yerba de una mujer llamada María con la finalidad de hacer impotente a su marido, también le dio corazón de cuervo para amansar su braveza y le dio de beber el agua con la que se había lavado "las partes bajas".
Luisa de la Raga mezcló sesos de gato y gusanos en el chocolate que le dio a su marido con el objetivo de amansarlo, es decir de tranquilizar su temperamento. Ambos ejemplos ilustran los diferentes métodos utilizados por las mujeres en estas prácticas mágicas en busca de controlar y ejercer influencia sobre sus parejas o seres amados. Al parecer, estas prácticas buscaban abordar la problemática de los maltratos, desamor, desprecio y abandono hacia las mujeres en el contexto de las relaciones de pareja en la sociedad novohispana del siglo XVII.
El matrimonio era el marco en el cual se desarrollaban diversas prácticas mágicas relacionadas con el amor y la sexualidad, algunos hombres recurrían a creencias mágicas para justificar sus infidelidades, por ejemplo, se menciona el caso de un hombre que vivía en las minas de Cinagua, Michoacán, y que creía que tener relaciones sexuales con dos hermanas y orinar en un tejado no era pecado.
Dentro de estas prácticas mágicas, también se encuentran casos en los cuales el hombre adquiría ciertos poderes mágicos para ejercer control sobre la mujer, se mencionan situaciones en las cuales los hombres utilizaban amuletos o rituales para asegurar su virilidad y poder sobre la mujer. Estos amuletos o rituales incluían elementos prohibidos, como el consumo de sustancias mágicas.
El amancebamiento era una forma de relación no matrimonial en la cual una pareja vivía junta sin estar casada, se consideraba como una sexualidad reprobada por la sociedad, ya que la norma social imponía el matrimonio como la única forma aceptable de unión entre un hombre y una mujer. En este contexto, las mujeres recurrían a prácticas mágicas como una forma de buscar el control y la estabilidad emocional en sus relaciones amorosas, estas prácticas mágicas les permitían influir y atraer a sus parejas o seres amados, así como protegerse de posibles abandonos o infidelidades.
Las mujeres experimentaban el amor y el desamor en un contexto social y cultural en el cual el matrimonio y las relaciones de pareja estaban regidas por normas patriarcales y de sumisión femenina. Un ejemplo de esta lucha contra las normas existentes es el caso de Luisa Ortiz, quien estaba casada con Bartolomé pero mantenía una relación amorosa con Juan de Arcos. A pesar del temor a las posibles consecuencias, Luisa desafiaba a Juan afirmando que Bartolomé no les haría daño si los encontraba juntos en la cama. Juan, por su parte, temía sufrir un doloroso desengaño amoroso.
Estas situaciones reflejan el deseo de las mujeres novohispanas por encontrar el amor y la pasión en sus vidas, a pesar de las restricciones sociales impuestas. El hecho de que las mujeres decidieran tomar la iniciativa y romper las convenciones establecidas muestra su determinación por encontrar la felicidad y la realización emocional, incluso si eso implicaba enfrentar las consecuencias sociales y la desaprobación de la sociedad.
Los temas del matrimonio, el amancebamiento y el amor y desamor, permiten un acercamiento a las diversas prácticas mágicas, las mujeres buscaban encontrar control, estabilidad emocional y felicidad en un contexto social y cultural que las relegaba a un papel subordinado. Se evidencia su determinación por desafiar las normas establecidas y buscar la realización personal y emocional, a pesar de las restricciones y barreras impuestas por la sociedad.
ReferenciaQuezada Ramírez, N. (2010). Sexualidad y magia en la mujer novohispana: siglo XVII. Anales De Antropología, 25(1) Recuperado de: https://doi.org/10.22201/iia.24486221e.1988.1.15826

Continuar navegando