Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
Evidencia de estudio Museos y patrimonio cultural inmaterial Compartir el patrimonio cultural de los museos es de suma importancia porque permite que sea accesible y relevante para toda la sociedad. Los museos albergan una gran cantidad de objetos, obras de arte, documentos y otros elementos que forman parte de la historia y la cultura de una comunidad o de la humanidad en general. Al compartir estos elementos con el público, se fomenta la educación y la comprensión de diferentes culturas, se promueve el diálogo intercultural y se fortalece el sentido de identidad y pertenencia de las personas. El patrimonio cultural es un recurso invaluable que nos permite aprender del pasado, comprender el presente y proyectarnos hacia el futuro, compartirlo a través de exposiciones, programas educativos, publicaciones y actividades interactivas, entre otros medios, permite que las personas se acerquen de manera directa a este patrimonio, lo estudien, lo aprecien y lo valoren. Además, al compartir el patrimonio cultural, se generan nuevos conocimientos y se fortalece la investigación en diferentes disciplinas, como la historia, la antropología, el arte y la arqueología. Asimismo, compartir el patrimonio promueve la inclusión y la participación de distintos grupos y comunidades, es importante que todos tengan la oportunidad de acceder a la riqueza cultural que albergan, independientemente de su origen étnico, género, edad, orientación sexual, nivel socioeconómico o cualquier otra característica. Al abrir las puertas de los museos y permitir que todas las personas se sientan representadas y valoradas, se fomenta la diversidad y se promueve el respeto hacia todos. Al mismo tiempo, compartir ayuda a preservar y salvaguardar este legado para las generaciones futuras. Muchas veces, los objetos y documentos que se encuentran en los museos están en riesgo de deterioro o de ser olvidados, al mostrarlos al público, se les otorga una nueva vida y se les brinda la oportunidad de ser apreciados y cuidados. Esto también ayuda a crear conciencia sobre la importancia de la conservación del patrimonio cultural y a generar acciones para su protección. Para mejorar la representación de los pueblos indígenas en los museos se proponen varias iniciativas. En primer lugar, se busca intensificar el compromiso del tiempo, el poder de la gente y el espacio necesario para crear más "exposiciones comisariadas por los pueblos indígenas". Esto implica permitir que los propios representantes de los pueblos indígenas participen en la curaduría de las exposiciones, lo que asegura que las narrativas y perspectivas indígenas estén adecuadamente representadas. Se proponen desarrollar proyectos donde las comunidades indígenas tengan un papel activo en la planificación y ejecución de programas educativos, talleres, conferencias y otras actividades para el público en general. De esta manera, se asegura que las voces y conocimientos indígenas sean compartidos de manera auténtica y directa. Otra iniciativa propuesta es llevar a cabo proyectos de colaboración entre las comunidades indígenas y los museos y galerías, esto implica establecer alianzas y asociaciones sólidas entre las instituciones culturales y las comunidades indígenas, con el objetivo de crear proyectos conjuntos que promuevan la representación y participación, pueden abarcar desde exposiciones temporales hasta actividades de investigación y conservación del patrimonio. Además de estas iniciativas, se destaca la importancia de aumentar el empleo de profesionales indígenas en el ámbito de los museos y su participación en las juntas directivas donde se toman las decisiones. Esto contribuye a garantizar una representación más equitativa y diversa en los equipos de trabajo de los museos, así como en los procesos de toma de decisiones que afectan a la gestión y programación de las instituciones. Los aspectos clave para la práctica museística del siglo XXI incluyen la reflexividad institucional y profesional, la ética y la equidad. En primer lugar, la reflexividad institucional implica que los museos deben ser conscientes de su propio rol y función en la sociedad, así como de las implicaciones éticas y sociales de su trabajo. Esto implica cuestionar y examinar de manera crítica las prácticas museísticas tradicionales y buscar constantemente formas de mejorar y adaptarse a las necesidades cambiantes de la sociedad. Un segundo punto sería la ética como un aspecto fundamental en la práctica museística del siglo XXI. Los museos deben operar de manera ética, respetando los derechos de las comunidades y grupos representados en sus colecciones, así como de aquellos cuyo patrimonio ha sido extraído y recontextualizado sin su consentimiento o participación. Esto implica adoptar enfoques más colaborativos y participativos, donde las comunidades sean consultadas y tengan voz en la toma de decisiones relacionadas con la gestión y exhibición de las colecciones. La equidad también es un aspecto clave en la práctica museística del siglo XXI. Los museos deben asegurarse de que todas las personas tengan igualdad de derechos y acceso al patrimonio cultural. Esto implica eliminar las barreras económicas, sociales y culturales que puedan limitar la participación y el disfrute de los museos. Los museos también deben trabajar en asociación activa con y para diversas comunidades, buscando representar y reflejar la diversidad de experiencias y perspectivas en sus colecciones, exhibiciones e investigaciones. Todo estos aspectos buscan promover una práctica más inclusiva y colaborativa en los museos, donde se reconozca y valore la diversidad cultural y se trabajen Stefano, M. (2022). Renovar los significados y la acción de los museos con el patrimonio cultural inmaterial en International Journal of Intangible Heritage, 17. Recuperado de https://icom.museum/wp- content/uploads/2022/08/IJIH_Stefano_ES.pdf para abordar las desigualdades y promover un mayor nivel de participación y representación en el patrimonio cultural. Referencias
Compartir