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Por qué gestionar

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Evidencia de 
estudio 
 
 
¿Por qué gestionar? 
En la actualidad se está generando una nueva visión sobre la gestión cultural y 
los nuevos modelos de distribución y producción del conocimiento. Se enfatiza 
en la necesidad de abrir los campos y las miras de la cultura porque es necesario 
adaptarse a los cambios y desafíos de la sociedad actual. 
En primer lugar, al abrir los campos de la cultura, se promueve la inclusión de 
nuevas ideas, enfoques y disciplinas que enriquecen la gestión cultural, esto 
permite que se generen propuestas más innovadoras y creativas que se ajusten 
a las necesidades de diferentes grupos sociales. 
Además, al ampliar las miras de la cultura, se trascienden las limitaciones del 
producto gestionado y los límites territoriales, permitiendo establecer conexiones 
y colaboraciones con agentes culturales de diferentes partes del mundo. Esto 
fomenta la creación de redes de trabajo y la circulación de conocimiento, lo cual 
contribuye al desarrollo de proyectos culturales más globales e interconectados. 
También implica el reconocimiento de la influencia de nuestro trabajo en una 
comunidad global porque ya no se trata únicamente de impactar en nuestros 
ciudadanos locales, sino de generar un impacto en una escala mayor, 
influenciando a comunidades más amplias en diferentes partes del mundo. 
Implica el uso de nuevas herramientas tecnológicas y plataformas digitales, que 
permiten una mayor difusión y accesibilidad de los contenidos culturales, la 
gestión cultural debe adaptarse a estos avances para poder aprovechar al 
máximo su potencial y llegar a un público más amplio. 
 
La cultura está en constante evolución y que cada vez representa más un 
espacio abierto y flexible. Los modelos de gestión pública tradicionales suelen 
ser rígidos y no se ajustan a esta nueva realidad cultural, por lo tanto, es 
necesario transformarlos para poder aprovechar al máximo las oportunidades y 
desafíos que surgen en este contexto. 
Al mismo tiempo, estos cambios son fundamentales para combatir la 
acumulación (institucional o privada) y las desigualdades (de consumo y 
producción) porque la cultura debería estar al servicio de todos los ciudadanos 
y no solo de unos pocos. Al transformar los modelos de gestión, se busca 
garantizar un espacio para el procomún interconectado, donde la producción de 
conocimiento en torno a la cultura se reparta y se reorganice a través de la esfera 
pública, permitiendo así una participación aumentada de la ciudadanía. 
Otro motivo para transformar los modelos de gestión pública de la cultura es que 
las referencias laborales técnicas actuales ya no son adecuadas para este nuevo 
contexto cultural, los profesionales que trabajan en el ámbito de la cultura deben 
ser capaces de generar conocimiento compartido para la generación 
independiente de cultura local. Esto implica adquirir nuevas habilidades y 
adaptarse a los nuevos modelos de trabajo que se están desarrollando en el 
campo de la gestión cultural. 
Los objetivos que trascienden las limitaciones del producto gestionado y los 
límites territoriales en la cultura son diversos y se basan en la idea de ampliar el 
impacto y la influencia de la cultura más allá de las fronteras físicas y 
conceptuales. Estos objetivos incluyen: 
• Generación y circulación de conocimiento: La cultura no se limita solo a la 
producción de bienes y servicios culturales, sino que también implica la 
generación y circulación de conocimiento. Esto implica la creación de 
contenido cultural que fomente la interacción, el aprendizaje y la reflexión 
en diferentes comunidades y redes. Esto trasciende las limitaciones del 
 
producto gestionado, ya que busca generar un impacto en la sociedad a 
través de la difusión y el intercambio de conocimiento. 
• Construcción de redes y colaboraciones: Los objetivos de la gestión 
cultural trascienden las limitaciones territoriales al promover la 
construcción de redes y colaboraciones con agentes culturales de 
diferentes partes del mundo. Esto implica establecer alianzas y 
conexiones que permitan compartir recursos, experiencias y 
conocimientos en beneficio mutuo. Estas redes y colaboraciones pueden 
ser virtuales, a través de plataformas digitales, lo que amplía aún más las 
posibilidades de intercambio y colaboración. 
• Participación ciudadana y empoderamiento: La gestión cultural busca 
involucrar a la ciudadanía en los procesos culturales y promover su 
participación activa. Esto trasciende las limitaciones del producto 
gestionado, ya que implica que los ciudadanos no solo sean receptores 
pasivos de la cultura, sino también actores y generadores de contenido. 
Al fortalecer la participación ciudadana, se promueve el empoderamiento 
de los individuos y se fomenta una cultura más democrática y plural. 
• Promoción de la diversidad cultural: Implica valorar y visibilizar las 
diferentes expresiones culturales, tanto locales como internacionales, y 
promover su coexistencia y enriquecimiento mutuo. Al trascender los 
límites territoriales, se busca romper con la idea de una cultura 
homogénea y promover la valoración de la diversidad cultural como fuente 
de creatividad y desarrollo. 
Los objetivos que trascienden las limitaciones del producto gestionado y los 
límites territoriales en la cultura incluyen la generación y circulación de 
conocimiento, la construcción de redes y colaboraciones, la participación 
ciudadana y el empoderamiento, así como la promoción de la diversidad cultural, 
buscan ampliar el impacto y la influencia de la cultura, generando espacios más 
inclusivos, participativos y diversos. 
 
Insa Alba, J. (2011). “¿Y si los gestores ya no gestionamos?” Espacio rizoma, no.796. 
Recuperado de http://espaciorizoma.wordpress.com/2011/09/08/796/ 
 
Referencias

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