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SIGMUND FREUD COMPLETO - Florencia Barraza (2)

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COMPENDIO DE
PSICOLOGIA FREUOIANA
BIBLIOTECA DEL HOMBRE CONTEMPORANEO
3 - W. Hollitscher: Intro- 24 - M. Reuchlin: Historia
ducci6n al psicoaná- de la psicología.
lisis . 25 - G. Viaud: La inteli-
4 - F. Künkel I y R. E. gencia.
Díckerson: La forma- 26 - D. Lagache: El psico-
ci6n del carácter. análisis,
5 - J. Rumney y J. Maier : 27 - M. Mégret: La guerra
Sociología. La ciencia psicológica.
de la sociedad. 28 - H. Baruk: Las tera-
7 - E , Fromm: El miedo péuticas psiquiátricas,
a la libertad. 29 - P. Chauchard: La me-
10 - E. Fromrn: El arte de dicinll psicm'01náticu,
30 - P. Píchot: Lo« tests
amar. ) mentales. "
H - V. Klein: El carácter
femenino. ;31 - [. Maisonneuve: Psi-
13 _ B. Malinowskí: Estu - cologíu social.
dios de psicología pri- 32 - J. C. Ftlloux: Psicolo-
'm it iL'a , guía de los animales.
14 B R 1I A ./. . d 1 33 - G. Palmade: La psi.- . usse: na IS'S e
espíritu. cat écnica.
lü _ L, Klages: Los [utulu - 31 - R. Binois: La psic% -
mentos de la I'arlll'te- gil' aplicada.
rologíu, 36 - M. Abeloos: El creci-
17 ,- E. Jones v otros : !'io. miento.
ciedad, cultura y psi . :37 - P. Chauchard: La quío
cOlm:ílisis de hoy. mica del cerebro.
Hi _ F. Alexander y otros: 3S - .l . Delay: La psicofi-
Seurosis, sexualidad y siología humana.
psicoanálisis de hoy. 39 - 1', Chauchard: La
20 - F . Dunbar v otros : muerte.
Medicina psicosonuiti- 40 - ~I. Merleau·Pontv; El
ca y psicoanálisis de oio y el espíritu.'
hoy, 41- P. Chauchard: Fisiolo -
21 - P. Schilder y ot ros; gía de la conciencia.
Psiquiatría y psicoemá- 42 - E. Baumgardt: Las
lisis de hoy, sensaciones en el ani·
22 - \V. McDougall: I ntro- mal ,
ducción a la psico- 43 - F. Grégoire: El más
logía. al/á .
23 - G. Palmade: l.a ca· 44 - P. Chauchard: El ce-
racter%gía. rebro humelflo.
( Si.,gIl/! en la págiHa 139 )'
VOLUMEN
106
(
CALVIN S. HALL
COMPENDIO DE
PSICOLOGIA FREUDIANA
EDITORIAL PAIDóS
BUENOS AIRES
Título del origina} inglés
A PRIMER OF FREUDIAN PSYCHOLOGY
Publicado por
TH~J W OR LD PUBLISHING COMPANY
Cleveland y New York
Traducdón castellana de
1fARTA 1fERCADER
11fPRESO EN LA ARGENTINA
(PRINTED IN ARGENTINA)
Queda hecho el depósito q ue previene la Ley NQ 11.723
8l!- edición, 1918
©
Copyrigh t d e tod as las ed iciones en ca stella nu
by EDITO RIA L PAIDOS
s, A. l. C. F .
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1
I.,
Dc tensa 599 . r .'·'· piso Buenos Aires
-,
INDICE
CAPÍTULO 1- SIGMUND FREUD (1856-1939) .
I. La herencia científica de Freud .
11. Creación de la psicología dinámica .
III. ¿Qué fue Freud? ~ .
CAPÍTULO 11 -LA ORGANIZACIÓN DE LA PERSONALIDAD
I. El ello ~ ~
11. El yo .
111. El superyó '. .
C APiTULO III - LA DINÁMICA DE LA PERSONALIDAD •• • •
I E ' , .. nergla pSlqulca . . . . . .. . .. . . . .. . . . . .. .. .. . . . •
JI., Instinto .. • ... .. . ... ... . .. . . .... .... ...... .. .
III. Distribución de la energía psíquica .
IV. Catexias y contracatexias .
V. Conciencia e inconsciente .
VI . Los' instintos ' .
VII. Angustia ' .
VIII. Resumen .. .. . ... ... . . .. . . ... .. .. .. . . .. . .• . ,.
PRÓLOGO
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. . . . ... ... . ..... . .. .. .. ...... .... .
PÁG.
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CAPiTULO IV - EL D ESARROLLO DE LA PERSONALIDAD •
1. Identificación .
11. Desplazamiento y sublimación .
111. Mecanismos de defensa del yo .. • .... .. . . .. . . . ..
IV. Transformaciones de los instintos ' .
V. El desarrollo del instinto sexual .
VI. Resumen .
' C APÍTULO V - LA PERSONALIDAD ESTABILIZADA • •', . •• .
81
83
88
95
110
, 116 ,
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130
•
Este libro está dedicado 'a mis discípu-
los, .que me ayudaron a escribirlo, y,
a la memoria de 5igmllnd Fl'etld qlle
proporciono las ideas.
•
1
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" ,
..
PRóLOGO •
i
LAS razones que me impulsaron a escribir este compen-
dio fueron presentar de manera tan clara, breve jY siste-
mática como fuera posible las teorías psicológicas formu-
ladas por Sigmund Freud,
Varios escritores han resumido las contribuciones freu-
dianas en el campo de la psicología anormal, de la
piscopatología, de la psicoterapia y de la psiquiatría, pero
no se ha presentado en forma sistemática y comprensiva
la obra de Freud como teórico de la psicología general.
Opino, al igual que un número cada vez mayor de
colegas psicólogos, que el papel principal de Freud en la
historia intelectual y científica es el de teórico de la:'-psi~
cología. Freud consideraba el psicoanálisis sobre todo
como un sistema de psicología y no meramente como una
rama de la psicología anormal o de la psiquiatría. Quería
que se le recordara e identificara ante todo como psi-
cólogo.
Mi finalidad, pues, al resumir la psicología de Sigmund
Fr éud, es rescatarlo del reino de. las perturbaciones menta- /
les y colocarlo en su lugar legítimo dentro del dominio
de la psicología normal. Al enunciar mi propósito de esta
manera, no pretendo menospreciar las considerables con-
tribuciones de Freud a la. psiquiatría, las cuales, por sí
solas, le asegurarían un lugar en la historia. Sin embargo,
creo que si se deja a Freud en manos exclusivas ' de
una rama de la medicina, no sólo serán relegadas sus
teorías fundamentales a una posición subordinada, sino
10 e A LVI N S. H A L L
que también la psicología saldrá perdiendo al pasar pof
alto a una de sus más grandes mentalidades creadoras.
Este manual es puramente expositivo. No he tratado de
valorar o criticar las teorías de Freud o examinarlas
comparándolas con otras teorías, porque creo que se debe
comprender cabalmente algo para que la crítica tenga
algún valor. Es fácil sentirse desalentado ante la abun-
dancia de críticas basadas en comprensiones incompletas.
Parece que Freud ha sufrido más, en ' este aspecto, que
cualquier otro pensador ' de nuestra época. Se han ter-
giversado y deformado tanto sus teorías que al lector
desprevenido le resulta casi imposible separar los hechos
de las falsificaciones.
Exponer la psicología de Freud no es fácil. Sus ideas
están esparcidas a través de toda su obra, escrita desde
comienzos de 1890 hasta los últimos años de la década
del 30, y hay que leer todo lo que escribió para asegu-
rarse de que no se omite ningún punto esencial. Además
tuve que abocarme a la tarea de decidir respecto a las
opiniones definitivas de Freud sobre varios puntos teóri-
cos, ya que no creo que este libro deba ser una narración
histórica de las ideas freudianas. Freud revisaba, modifi-
caba y expandía continuamente sus teorías. Deseché mu-
chas de sus opiniones de los primeros años y expuse en
otras palabras muchas otras. Al tomar estas decisiones tra-
té de utilizar todos los testimonios disponibles y mi propio
juicio. Sin duda alguna, debe haber errores de apreciación.
Es posible que haya "leído" en Freud lo que yo quería
encontrar en él, pero he tratado de evitar tal error al
recordar constantemente la posibilidad de incurrir en él,
Cuando creí que podía estar interpretando en Freud
algo que él no había dicho, volví a releer sus escritos
para confirmar el punto de vista. Espero que el resultado
sea objetivo.
Al escribir este libro utilicé sólo las fuentes originales,
es decir, las obras publicadas por Freud. Creí que mejor
J..
1 .
•
,.
COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 11
sería atenerme a lo que el mismo Freud había dicho en
vez de depender de fuentes secundarias. Cualquier lector
puede ir a las fuentes, recurriendo a la bibliografía que
figura al final de cada capítulo, y también leyendo las
obras completas de Freud.
Este libro ha sido escrito tanto para el lector corriente
como para los estudiantes de psicología. Las meditadas
y prácticas sugerencias de mis alumnos, que leyeron el
libro en' su manuscrito original, me han sido muy útiles.
Me ayudaron a expresarme de manera más comprensible
para el lector general cuyo conocimiento psicológico
puede ser limitado. He tratado de expresar mi aprecio
dedicándoles este libro a esos estudiantes.
CALVIN S. HALL
Departamento de Psicología.
Western Reserve University .
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CAPÍTULO I
SIGMUND FREUD (1856-1939)
1. LA HERENCIACIENTIFlCA DE FREUD
Aunque Sigmund Freud nació en Freiberg, Moravia, y
murió en Londres, pertenece a Viena, en donde vivió casi
ochenta años. Si los nazis no hubieran ocupado Austria
en 1937, obligándole a buscar refugio en Inglaterra, toda
su vida, excepto los tres primeros añds, ' habría transcu-
rrido en la capital austríaca.
La larga vida de Freud, de 1856 a 19-39, abarca uno de
los períodos más fecundos de la historia de la ciencia.
El mismo año en que su familia llevaba al niñito de tres
años a Viena se publicó el Origen de las especies de
Darwin, libro que estaba destinado a revolucionar la
concepción del hombre sobre el hombre. Antes de Dar-
win el hombre se ~paraba a sí mismo del resto del reino
animal por poseer un alma. La doctrina evolucionista con-
virtió al hombre en parte de la naturaleza, en un animal
más entre los animales. La aceptación de esa opinión ra-
dical significó que podía enfocarse el estudio del hombre
según planteas naturalistas.• El hombre se convirtió en
objeto de estudio científico,- no diferente, salvo por su
complejidad, de las demás formas de vida.
Al año siguiente de la publicación del Origen de las
especies, cuando Freud contaba cuatro años de edad, Gus-
tav Fechner fundó la ciencia de la psicología. Este gran,
hombre de ciencias filósofo alemán del siglo XIX demos-
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/ / e A LVI N S. H A L L
tró en 1860 que la mente podía estudiarse científicamente
y medirse cuantitativamente. A partir de' entonces la psi-
cología ocupó su lugar entre las ciencias naturales.
Esos dos hombres, Da rwin y Fechner, ejercieron una
tremenda influencia en el desarrollo intelectual de Freud,
lo mismo que en el de muchos otros jóvenes de esa
época. El interés por las ciencias biológicas y la psicología ,
floreció durante la segunda mitad de! siglo XIX. Louis
Pasteur y Robert Koch, en virtud de su obra fundamental
sobre la teoría microbiana de las enfermedades, estable-
o cieron la ciencia de la bacteriología; y Gregor Mendel,
con sus investigaciones en los cultivos de guisantes, fundó
la moderna genética. Las ciencias de la vida -irrumpían
con violencia creadora.
Los nuevos descubrimientos de la física influyeron tam-
bién profundamente en Freud . A mediados de siglo el
gran físico alemán Hermann van Helmholtz formuló el
principio de la conservación de la energía. Ese principio
afirmaba que, al igual que la masa, también la energía
es cantidad, y que puede trasformarse pero no ser des-
truida. Cuando ·la energía desaparece de una parte de un
sistema tiene que aparecer en otra parte del mismo. Por
ejemplo, cuando un objeto se enfría otro objeto adyacente
se calienta.
El estudio de los cambios de energía en un sistema
físico llevaron de un trascendental descubrimiento a otro
en el campo de la dinámica. Los cincuenta años trascurri-
dos entre la afirmación de Helmholtz sobre la conserva-
ción de la energía y la teoría de la relatividad de Albert
Einstein fueron la época de la energía. La termodinámica,
el campo electromagnético, la radiactividad, el electrón,
la teoría de los cuantos, son algunos de los resultados
de ese vital medio siglo. Hombres como James Ma:xwell, "
Heinrich Hertz, Max Planck, Sir Joseph Thomson, Marie
y Pierre Curie, James Joule, Lord Ke!vin, Josiah Gibbs,
Rudolph Clausius, Dmitri Mendeleyeev -para nombrar
,J,
~
-, \
COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 15
,
sólo a unos pocos de los titanes de la física moderna-
estaban literalmente cambiando el mundo can sus descu-
brimientos de los secretos de la energía. La mayoría de las
invenciones que ahorran trabajo y hacen nuestras vidas
mucho más fáciles hoy, surgieron del gran cuerno de abun-
dancia de la fí sica decimonónica . Todavía estamos cose-
chando los beneficios de esa edad de oro, como 10
atestiguara la nueva ~ra atómica. "
Pero la edad de la energía y de la dinámica ' hizo algo
más que proporcionar al hombre artefactos eléctricos, tele-
'visión, automóviles, aeroplanos y bombas atómicas y de
hidrógeno; también le suministró una nueva concepción
del hombre. Darwin concibió al hombre como animal.
Fechner demostró que la mente humana no escapaba a la
ciencia sino que podía ser llevada al laboratorio para que
se la midiera con precisión. La nueva física, empero,
posibilitó una visión aún más radical del hombre: pudo
, concebirse que el hombre es un sistema de energía y que
obedece a las mismas leyes físicas que regulan la burbuja
de jabón y el movimiento de los planetas.
Como joven hombre de ciencia dedicado a la investí-
gación biológica durante e! último cuarto de! siglo XIX,
Freud no pudo menos que sentir la influencia de las nue-: ,
vas corrientes. La energía y la dinámica introducíanse en
todo laboratorio y penetraban en la mente de ' los cien-
, tíficos. Freud tuvo la buena suerte, como estudiante de
medicina, de ser alumno de Ernst Brücke, a la sazón Di-
rector del Laboratorio de Fisiología de la Universidad de
Viena y uno de los más grandes fisiólogos del siglo. Su
libro Lecciones de [isiologi«, publicado en 1874, un año
después de que Freud ingresara a la escuela de medicina,
exponía la radical opinión de que el organismo vivo es
un sistema dinámico al ' que se aplican las leyes de la
,química y la física. Freud admiraba mucho a Brücke y
pronto aceptó la doctrina de esa nueva fisiología dinámica.
Gracias a 'su genio singular, Freud habría de descubrir,
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/ e A LVI N S. H A L L
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veinte años después, que podía aplicarse la ley de la
.dinámica tanto a la personalidad del hombre como a su
aspecto corporal. Una vez hecho ese descubrimiento, Freud
procedió a crear la psicología dinámica, que estudia las
transformaciones e intercambios de energía dentro de la .
personalidad. Esta fue no sólo la gran hazaña de Freud,
sino también una de las más impor tantes de la ciencia
moderna.
Por cierto, trátase del acontecimiento fundamen tal de la
historia de la psicología.
rr. CREACIÓN DE LA PSICOLOGIA DINAMICA
Aunque Freud estudió medicina y recibió su diploma
de la Universidad de Viena en 1881, nunca tuvo la in-o
tención de trabajar como médico. Quería ser un hombre'
de ciencia.
En pos de esa meta, ingresó a la Facultad de Medicina .
de la Universidad de Viena en 1873, a los diecisiete años
de edad, y emprendió su primer trabajo de investigación
original en 1876. En esa investigación inicial trató de
encontrar los recónditos testículos de la anguila, y logró
hacerlo. Durante los quince años siguientes dedicóse a
investigar el sistema nervioso, aunque no de manera ex-
clusiva, porque la remuneración económica de la inves-
tigación científica no era suficiente para mantener a una
e3posa, seis hijos y varios parientes. Además, el antisemi-
tismo que prevalecía en Viena durante ese período impidió
que Freud recibiera ascensos universitarios. En consecuen-
cia, muy en contra de sus deseos y siguiendo el consejo
de Brücke, se vio obligado a practicar la medicina. A
pesar de ello, encontró tiempo para la investigación neu-
. .rológica, y luego de . pocos años había ya adquirido ex-
celente reputación comd joven y prometedor hombre de .
crencra.
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COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 17
En cierta manera, fue una suerte que Freud se viera
obligado a trabajar como médico. Si sólo hubiera sido un
investigador de la medicina, tal vez nunca habría creado
una psicología dinámica. El contacto con los pacientes le
sirvió de estímulo para pensar en términos psicológicos.
Cuando Freud comenzó a practicar medicina fue natu-
ral, en vista de sus conocimientos científicos, que se espe-
cializara en el tratamiento de las perturbaciones nerviosas,
rama de la medicina que se encontraba en un estado muy
atrasado. No se podía hacer gran cosa por las personas
que sufrían aberraciones mentales. jean Charcot, en Fran- "
cia, solía alcanzar algunos éxitos mediante la hipnosis,
particularmente en el tratamiento de la histeria. Freud
, pasó un año en París (1885-1886) aprendiendo el méto-
do de Charcot. Sin embargo, no quedó satisfecho con la
hipnosis, porquepensó que sus efectos eran sólo tempora-
rios y no llegaban al fondo del problema. De otro médi-
co vienés, joseph Breuer, aprendió los beneficios que se
podían derivar de la forma de terapia catártica o de
"quitarse de encima los problemas relatándolos". El pa-
ciente hablaba mientras el médico escuchaba.
Aunque más tarde Freud desarrollaría nuevas y mejora-
das técnicas terapéuticas, el método de "relatar" o de libre
asociación le proporcionó un gran conocimiento de las
causas subyacentes del comportamiento anormal. Con ver-
dadera curiosidad y celo cientí ficos, comenzó a sondar
cada vez más hondo en la mente de sus pacientes. Su
exploración reveló fuerzas dinámicas responsables de la
creación de los síntomas anormales qqe él tenía que tra-
tar. Gradualmente comenzó a bosquejarse en la mente de
Freud la idea de que la mayoría de esas fuerzas eran in-
conscientes. - .
Este fue el punto culminante en la vida científica de
Freud. Dejando de lado la fisiología y la neurología, se
- trasformó en investigador de la psicología. La habitación
en que trataba a sus pacientes se convirtió en su labora-
18 e A L:Y 1 N S. H A L L
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torio, e! diván en la única pieza de su equipo, y las
divagaciones de sus pacientes en datos científicos. Agré-
guese a ello la inquieta y penetrante mente de Freud, y se
han nombrado todos los ingredientes que intervinieron en
la creación de la psicología dinámica.
En la última década de! siglo pasado. con su carac-
terístico rigor Freud comenzó un intenso análisis de sus
propias fuerzas inconscientes, para verificar e! material
proporcionado por sus pacientes. Al analizar sus sueños
y al decirse todo 10 que se le ocurría, pudo ver e! fun-
cionamiento de su propia dinámica interna. Sobre la base
del conocimiento adquirido en sus pacientes y en él mis-
mo, comenzó a echar los cimientos de una teoría de la
personalidad. La evolución de 'esta teoría ocupó sus es-
fuerzo, más creadores durante el resto de su vida . Más
tarde escribiría: "Mi vida se ha dedicado a una sola meta:
inferir o adivinar cómo está construido e! aparato mental
y qué fuerzas interaccionan y se contrarrestan en él." '
Durante es~ última década escribió La interpretacián de
X; los sueños, que sin embargo no fue publicada hasta 1900 .
Era un auspicioso comienzo de la nueva centuria . Este li-
bro, ahora considerado una de las obras más importantes
de los tiempos modernos, es, más que un libro sobre los
sueños, un libro sobre la' dinámica de la mente humana.
El último capítulo, en particular, contiene la teoría freu-
diana de la mente.
Pocos legos leyeron el libro cuando apareció, y los
círculos médicos y científicos lo ignoraron. Ocho años
fueron necesarios para vender la primera edición de seis-
cientos ejemplares. Pero tal fracaso inicial no desanimó
a su autor . Con la confianza de! hombre que sabe que es-
tá en la buena senda, continuó explorando la mente hu -
mana mediante el método \,le! psicoanálisis. Al mismo
tiempo que ayudaba a sus pacientes a superar sus difi-
cultades, éstas le ayudaban a aumentar su conocimiento
de las fuerzas inconscientes.
"
.,.",.
)
COM,PENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 19
A pesar de la pobre acogida tributada a La interpre-
tación de los sueños, la pluma de Freud produjo una
serie de brillantes libros y artículos durante los diez años
siguientes. En 1904 publicó Psicopatología de la vida co-
tidiana, que presentaba la tesis de que los lapsus linguae:
errores, accidentes y memoria imperfecta obedecen todos a
motivos inconscientes. Al año siguiente aparecieron tres
nuevas obras significativas. Una de ellas, La histeria,' daba
un detallado informe de! método freudiano para rastrear
las causas psicológicas de las perturbaciones mentales. Una
teoría sexual exponía las opiniones de Freud sobre el des-
arrollo del instinto sexual. Muchos autores consideran que
ésta es su obra maestra, exclusión hecha de La interpre-
tación de los sueños. Se esté de acuerdo o no COn esa
apreciación -y el autor de este libro no lo está- Una
teoría sexual cimentó la injustificada reputación de Freud
como pansexualista. El tercer volumen, El chiste y Sil rela-
ción con el inconsciente, demostraba cómo las bromas que
dice la gente son producto de mecanismos inconscientes.
Aunque Freud trabajó aislado del resto del mundo cien-
tífico y médico durante varios años, sus escritos y el éxito
del método psicoanalítico despertaron la atención de un
reducido número de personas. Entre ellas se encontraban
Carl Gustav Jung y Alfred Adler, quienes más tarde
se alejarían del psicoanálisis para desarrollar escuelas
rivales. Pero antes de la primera guerra mundial ambos
fueron importantes discípulos de Freud y contribuyeron
a establecer el psicoanálisis como movimiento internacional.
En 1909 Freud recibió el primer reconocimiento aca-
démico, al ser invitado a hablar en el vigésimo aniver-
sario de la fundación de la Clark University, en Wor-
cester, Massachusetts. Stanley Hall, presidente de la Clark
University, distinguido psicólogo, reconoció la importan.
cia de la contribución freudiana a la psicología y le ayudó
a difundir sus opiniones en los Estados Unidos.
La obra de Freud fue difundiéndose cada vez más, y
\
\
/
J
20 e A LVI N S. H A L L
después de la primera guerra mundial su nombre era ya
conocido por millones de personas en todo el mundo. la -
influencia del psicoanálisis era evidente en todos los as-
pectos de la vida. Lit literatura, el arte, la religión, las
costumbres sociales, la moral, la ética, la educación, las
ciencias sociales, en todas se dejaba sentir el impacto de
la psicología freudiana. Se consideraba de buen tono psi.
coanalizarse y utilizar en la conversación palabras como
subconsciente, impulsos reprimidos, inhibiciones, comple-
jos y fijaciones. Gran parte del interés popular por el
psicoanálisis debióse a su vinculación con lo sexual.
Freud continuó escribiendo toda su vida. Casi no pasó
un año sin que publicara por lo menos un libro o artículo
importante. Freud fue un maestro de la prosa. Se expresa-
ba con una facilidad y corrección sin par entre los escri-
tores científicos. Sin hacer concesiones al lector, podía
trasmitir sus ideas de modo vívido, interesante y lúcido.
- Freud nunca creyó haber terminado su obra. A medida
que recogía nuevos testimonios de sus pacientes' y colegas,
ampliaba ' y revisaba sus teorías fundamentales. En la
década de 1920, por ejemplo, cuando tenía setenta años,
modificó completamente varias de sus opiniones funda-
mentales. Corrigió su teoría de la motivación, invirtió por
entero su teoría de la angustia e instituyó un nuevo
modelo de personalidad basado en el ello, el yo y el
Juperyó. Rara vez cabe encontrar tal flexibilidad en un
septuagenario. la resistencia al cambio es característica
de la gente vieja. Pero Freud no puede ser juzgado según
las normas comunes. Aprendió muy pronto la lección "de
que la conformidad científica significa el embotamiento
intelectual.
III.¿QUfi FUE FREUD?
. ,»¿Qué fue Freud? Por su profesión era médico. Trataba
a los enfermos mediante métodos por él mismo inventa-
,
COMPENDIO DE PSICOLOGÍA · FREUDIANA 21
dos. Hoy sería llamado psiquiatra. La psiquiatría es una
rama de la medicina que trata las enfermedades y las anor-
malidades mentales . Freud fue uno de los fundadores de
la psiquiatría moderna.
Aunque tenía que ganarse la vida practicando la me-
dicina, Freud no había elegido ser médico. En 1927 con-
fesó: "Después de cuarenta y un años de actividad mé-
dica, mi autoconocimiento me dice que nunca he sido
médico en el sentido correcto. Me hice médico al verme
obligado a desviarme de mi propósito original:"
¿Cuál había sido su propósito original? Entender algu-
nos de los misterios de la naturaleza y contribuir un poco -
a su solución.
"Los medios más prometedores de conseguir tales resultados
parecían ser ingresar a la facultad de medicina; pero incluso
entonces experimenté -sin, éxito- en el campo de la ·zoología
y de la química, hasta que por fin, bajo la influencia de Brücke,que pesó sobre mí más que ninguna otra en toda mi vida, me
dediqué a la fisiología, aunque en esos días estaba demasiado
restringida a la histología."
Según sus preferencias, Freud era un hombre de cien-
cia. Cuando joven estudiante de medicina y más tarde en .
varios hospitales, investigó ciertos fenómenos fisiológicos.
Aprendió a recoger datos por medio de la observación
cuidadosa, a relacionar sus hallazgos, a llegar a conclu-
siones ya, verificar sus inferencias mediante nuevas ob- .
servacíones. Aunque Freud no hizo ningún descubrimien-
tos sobresaliente como fisiólogo, sus primeras experien-
cias en el laboratorio constituyeron una excelente disci-
plina en el método científico, y le enseñaron cómo llegar
a ser hombre de ciencia.
En la década de 1890 Freud descubrió qué clase de
científico quería ser. En una carta a un amigo escribió:
"Es la psicología la meta que me ha estado atrayendo
22 e A LVI N S. H A L L
desde lejos." Durante el resto de su vida, es decir, unos
cuarenta años más, Freud fue psicólogo.
¿Cuál es la relación de la psicología con el psicoaná-
lisis? El mismo Freud contestó a esta pregunta en 1927:
"El psicoanálisis es parte de la psicología; no de la psi-
cología médica en el sentido antiguo, ni de la psicología
de los procesos morbosos, sino simplemente de la psico-
logía. No es por cierto toda la psicología, pero es su
subestructura y quizás su base completa." Aquí Freud
habla del psicoanálisis corno de una teoría de la persona-
lidad. o Pero también existe otra faceta del psicoanálisis.
El psicoanálisis es también un método de psicoterapia.
Es una técnica para el tratamiento de gente con pertur-
baciones emocionales. Para Freud, los aspectos terapéu-
ticos del psicoanálisis venían después de los aspectos
científicos y teóricos . No quería que la terapia se tragara
a la ciencia. Es prudente, por lo tanto, distinguir, como
lo hemos hecho en este libro, entre la psicología freu-
o diana como sistema teórico de psicología, y el psicoaná -
lisis como método psicoterapéutico.
Freud fue, a la vez, médico, psiquiatra, científico y
psicólogo. Y también fue algo más. Fue fi lósofo. Lo
vislumbramos en una carta que escribió a un amigo ' en
1896. "De joven no ansiaba nada más que el conocimiento
filosófico, y ahora estoy en camino de satisfacer ese
anhelo al pasar de la medicina a la psicología."
No era inusual que los hombres de. ciencia del siglo
XIX se sintieran atraídos por la filosofía. En realidad pa·
ra muchos de ellos la ciencia era filosofía. ¿Acaso ésta
no significa "amor al conocimiento"? ¿Y qué mejor rna-
nera de demostrar nuestro amor al conocimiento que dedi-
cándonos a la ciencia? Eso era en sustancia lo que Goethe
decía a todo intelectual alemán. Goethe fue la voz más
influyente en el pensamiento del siglo XIX y el ídolo de
Alemania, y Freud no permaneció inmune a su influen-
cia. Por cierto, se decidió a elegir una carrera científica
COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 23
después de conocer un inspirado ensayo de Goethe sobre
la naturaleza.
Los intereses filosóficos de Freud no fueron los de un
filósofo profesional o académico: Su filosofía era social
y humanitaria. Adoptó la forma de una filosofía de la
vida. Los alemanes tienen una palabra especial para ella;
la llaman 'W eltanschauung, que qu iere decir "concepción
del mundo" . Freud sostenía una filosofía de la vida ba-
sada en la ciencia en lugar de la metafísica o la religión .
Creía que una auténtica y valedera filosofía de la vida
tenía que basarse sobre el conocimiento verdadéro de la
naturaleza hUlllana, conocimiento que sólo podía alcan-
zarse mediante la investigaci ón y el estudio científicos.
Freud no creía que el psicoanál isis estuvie ra desti nado a
desarrollar un a nueva concepció n del mundo. Sólo era
necesario para extender la concepción científ ica del mundo
al estudio del hombre. La propia filosofí a de la vida de
Freud puede ser resumida en una frase: "El conocimiento
mediante la ciencia."
El íntimo conocimiento que de la naturaleza humana
tenía Freud lo hizo a la vez pesimista y crí tico. No tenía
una opinión muy elevada de la mayoría de la humanidad.
Sentía que las fue rzas irracionales de la naturaleza hu-
mana son tan fuertes que las fu erzas racionales tienen
escasas pos ibilidades de éxito. Una pequeña minoría podrá
vivir una vida razonable, pero la mayoría de los hombres
se sienten cómodos viviendo con sus engaños y supersti-
ciones en lugar de la verdad. Freud había visto a dema-
siados pacientes luchando denodadamente por conservar.
sus errores, como para tener gran fe en el poder de la
lógica y .la razón. Los hombres se resisten a conocer la
verdad sobre sí mismos. Este punto de vista pesimista lo
desarrolla en El porvenir de una ilusión, aunque también
es el fundamento de muchos otros de sus escritos.
Freud fu e asimismo un crítico social. Creía que la so-
ciedad, creada por los hombres, reflej a en alto grado la
24 e A LVI N S. H A L L
irracionalidad humana. En consecuencia, cada nueva.gene-
ración se corrompe al nacer en una sociedad irracional.
La influencia del hombre en la sociedad y de la sociedad
en el hombre es un círculo vicioso del que sólo unas
pocas almas intrépidas pueden liberarse.
Freud creía que la situación podía mejorar si en la
crianza y educación de los niños se aplicaran principios
psicológicos. Eso significa, naturalmente, que los padres
y los maestros deberían ser objeto de una reeducación psi-
cológica para poder ser agentes eficaces de la razón y la
verdad. Freud no minimizó la inmensidad de esa tarea,
pero no supo de otro método mejor para crear una so-
ciedad mejor con mejores personas. Las críticas sociales de
Freud se encuentran en su libro El malestar en la cultura.
¿Qué fue, entonces Freud? Médico, psiquiatra, psico-
analista, psicólogo, filósofo y crítico: todas esas fueron
sus vocaciones. Sin embargo, ya se las tome separadas
o juntas, en realidad no transmiten toda la importancia
de Freud para el mundo. Aunque la palabra "genio" se
use de manera indiscriminada para describir a muchas
personas, no existe otra que tan bien convenga a Freud.
Fue un genio. Puede preferirse concebirlo, como lo hago .
yo, como uno de los pocos hombres de la historia que
poseyeron una mente 'universal. Al igual que Shakespeare,
y Goethe y Leonardo da Vinci, Freud iluminó todo lo
que tocó. Fue un sabio verdadero.
"
/
. '
"
\
CAPÍTULO II
LA ORGANIZACION DE LA PERSONALIDAD
La personalidad total, ' según la concebía Freud, está
integrada por tres sistemas principales: el ello, el yo y el
supel'Yó, En la persona mentalmente sana esos tres sistemas
forman una organización unificada y armónica. Al fun-
cionar juntos y en cooperación, le permiten al individuo
relacionarse de .manera eficiente y satisfactoria con su
ambiente. La finalidad de esas relaciones es la realización
de las necesidades y deseos básicos del hombre. A la
inversa, cuando los tres sistemas de la personalidad están
en desacuerdo, se dice que la persona está inadaptada.
Encuéntrase insatisfecha consigo misma y con el mundo, y
su eficacia se reduce.
I. EL ELLO
La función del ello es encargarse de la descarga de can-
tidades de excitación (energía o tensión) que se liberan
en el organismo mediante estimulas internos o externos.
Esa función del ello cumple con el principio primordial
o inicial de la vida, que Freud llamó el priflcipio del pla-
cer. La finalidad del principio del placer es desembara-
zar a la persona de la tensión, o, si tal cosa es imposible
-como lo es por lo habitual- reducir la cantidad de
tensión a un nivel bajo y mantenerlo tan constante como
sea posible. La tensión se experimenta como dolor o in-:
26 e A LVI N S. H A L L
\
•
comodidad, mientras que el alivio de la tensión se expe-
rimenta como placer o satisfacción. Puede decirse, enton-
ces, que la finalid ad del p rincipio del placer consiste en
evitar e! dolor y encontrar el placer.
El principio del placer es un caso especial de la ten-
.' dencia universal de todo organismo vivo a mantener su
equilibrio frente a los desórdenes internos y externos.
En su forma más primitiva el ello es un aparato reflejo
'que descarga por las vías motrices cualquier excitación sen-
sorial que le llegue. Así, cuando una luz muy brillante
alcanza la retina del ojo, el párpado se cierra para impe-
dir que la luz llegue a la retina. En consecuencia, las
excitaciones producidas por la luz en el sistema nervioso
desaparecen y el organismo vuelve a un estado de reposo.
El organismo está equipado con muchos similares reflejos,
como se los llama, que cumplen el propósito de descargar
automáticamente cualquier energía corporal liberada por
un disparador, el estímulo, que actúa sobre un órgano sen-
sorial. La consecuencia típica de la descarga motr iz es la
eliminación del estímulo. El estornudo, por ejemplo, por
lo general expele 10 que está irritando la membrana sen-
sitiva de la nariz, y el llanto limpia de partículas extrañas
los ojos. El estímulo puede llegar tanto desde el interior
de! cuerpo como desde el mundo externo. Un ejemplo de
estímulo interno es la apertura refleja de la válvula de )
la vejiga cuando la presión que se hace sobre ella alcanza
cierta intensidad. La excitación (tensión) producida por
esa presión desaparece cuando el contenido de la vejiga /
se vacía a través de la válvula abierta.
Si todas las tensiones que ocurren en el organismo pu-
dieran ser descargadas mediante acciones reflejas, no ha-
bría necesidad de ningún desarrollo psicológico que tras-
cendiera los límites del aparato reflejo primitivo. Sin em-
bargo, tal no es el caso. Pues suelen presentarse muchas
tensiones para las que no hay descarga refleja apropiada.
l ar ejemplo, cuando aparecen las contracciones del harn -
COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 27
bre en el estómago del bebé, ellas no producen automáti-
camente alimento, sino inquietud y llanto. Si Ji criatu ra
na es alimentada, las contracciones aumentan en intensidad
hasta que la fatiga las elimina; si continúa la fal ta de
alimento, el bebé muere de inanición.
La criatura hambrienta no está equipada con los refle-
jos necesarios para satisfacer el hambre, y si no fuera por
la intervención de una persona mayor que le proporcione
la comida, el bebé perecer ía. Cuando en forma adecuada
se lleva hasta la boca de la criatura el alimento, la suc-•
ción, la deglución y los reflejos digestivos continúan fun-
cionando sin ayuda y terminan con la tensión producida
por el hambre. '
No habría desarrollo psicológico si cada vez que el bebé
comienza a sentir la tensión del hambre se 10 alimentara
de.inmediato. iy si todas las demás excitaciones que surgen
en su cuerpo fueran de igual manera satisfechas por los
esfuerzos cooperativos del cuidado paternal y los refle jos'
congénitos. Sin embargo, a pesar de la solicitud de los
padres, no es posible que éstos anticipen y satisfagan con
rapidez todas las necesidades de la criatura. De hecho, al
establecer un horario, instituir un entrenamiento y aplicar
una disciplina, los padres crean tensiones al mismo tiempo
queras reducen. El bebé inevitablemente experimenta cier-
to grado de frustración y malestar. Esas experiencias es-
timulan el desarrollo del ello .
El nueva desarrollo que tiene lugar en el ello como resul-
tado de la frustración se llama proceso primario. Para
. ' comprender la naturaleza del proceso primario es necesario
examinar algunas de las potencialidades psicológicas del
ser humano. El aparato psicológico tiene una extremidad
motriz y una sensorial. La segunda son los órganos de los
sentidos, que son estructuras especializadas para recibir los
estímulos; la primera está compuesta por los músculos,
que son los órganos de la acción y del movimiento . 'Para
la acción refleja sólo es necesario poseer órganos sensoria-
28 e A LVI N S. H A L L
les y músculos y un sistema nervioso intermedio que transo
mita mensajes en forma de impulsos nerviosos desde la
extremidad sensorial a la motriz.
Además de un sistema sensorial y de un sistema motor,
el individuo tiene un sistema perceptual y un sistema ner-
vioso. El sistema perceptual recibe excitaciones de los
órganos sensoriales y forma un cuadro mental o repte-
sentación del objeto que se presenta a los órganos de los
sentidos. Esos cuadros mentales se conservan como huellas
mnémicas en el sistema de la memoria. Cuando se activan
las huellas mnémicas, se dice que la persona tiene una irna- .
gen mnémica del objeto que percibió originariamente. Me-
diante esas imágenes mnémicas el pasado es traído al pre-
sente. La percepción es una representación mental de un
objeto, mientras la imagen rnnérnica es una representación
mental de una percepción. Cuando miramos algo se forma
una percepción; cuando recordamos 10 que hemos visto una
vez se forma una imagen mnérnica.
Volvamos ahora al ejemplo de la criatura con hambre.
En el pasado, cada vez que el bebé sentía hambre se lo
alimentaba. Durante la alimentación, la criatura ve, gus-
ta, huele y siente la comida, y conserva estas percepciones
en el sistema de la memoria. Por repetición, el alimento .
se asocia a la reducción de tensión. Luego si no se ali-
menta de inmediato a la criatura, la tensión del hambre
produce una imagen mnémica del alimento, con la cual
está asociada. El proceso que produce la imagen mnémica
de un objeto, que se necesita para reducir la tensión, es
llamado proceso primario. .
El proceso primario procura descargar la tensión ésta-
bleciendo lo que Freud llamó una "identidad de percep-
ción". Al hablar de una identidad de percepción Freud
quiso significar que el ello considera la imagen rnnémica
idéntica a la percepción misma. Para el ello, el recuerdo
del alimento es exactamente lo mismo que ingerir el ali-
mento. En otras pala,bras, el ello no puede distinguir entre
I
COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FRE UDIANA 29. '
un recuerdo subjetivo y una percepción objetiva del objeto
. real. Un ejemplo familiar de la acción del proceso pri-
mario es el viajero sediento que imagina que ve agua.
Otro ejemplo del proceso primario es 'el sueño nocturno.
Un sueño es una sucesión de imágenes, generalmente vi-
suales, cuya función es reducir la tensión al revivir re-
cuerdos de sucesos y objetos pasados que de alguna 'ma-
nera se asocian con una satisfacción. Un individuo que
mientras duerme tiene hambre sueña con comida y cosas
que asocia con ella, mientras el sexualmente excitado sue-
ña con actividades sexuales y acontecimientos relacionados
con ellas. La formación de la imagen de un objeto que
reduce la ténsión se llama realización de deseos. Freud
creía que todos los sueños eran realizaciones de -deseos
o trataban de serlo. Soñamos con lo que queremos.
Evidentemente, una persona hambrienta no puede co-
mer imágenes de alimentos ni una persona sedienta cal-
mar su sed bebi endo agua imaginaria . En el caso del
individuo que sueña, Freud pensó qu e el soñar con objetos
y acontecimientos deseables podía tener la finalidad de
impedir que el durmiente se, despertara. Incluso en la
vigilia el proceso primario no es del todo inútil, ya que
es necesario para conocer -es decir, para tener una ima-
gen- lo que uno necesita antes de que se proponga conse-
g uirlo. Una persona hambrienta que tiene un a represen-
tación mental del alimento hállase en mejor posición para
satisfacer su hambre que otra que no sabe qué buscar.
Si no fuera por el proceso primario, una persona ~ólo
podría satisfacer sus necesidades mediante un comporta-
miento de ensayos y errores. Ahora bien; como el proceso
primario de por sí no reduce efectivamente las tensiones,
se desarrolla un proceso secundario. Pero este proceso se-
cundario pertenece al yo, de modo que diferiremos su
examen al 'apartado siguiente. '
I Según Freud, el ello es también la fuente primordial
Ide la ' energía psí quica y la sede de los instintos. (En el
30
,,
e A LVI N S. H A L L
Capítulo III, "La dinámica de la personalidad", examina-
remos las cuestiones de la energía y de los instintos.)
Asimismo, e! ello está en más íntimo contacto con el
cuerpo y sus procesos que conel mundo exterior. Al
ello le falta organización si se lo compara con el yo y el
superyó. Su energía está en estado móvil, de manera que
se la puede descargar con prontitud o desplazar de un
objeto a otro. El ello no cambia con e! transcurso del'
tiempo; no puede ser modificado por la experiencia por-
que no está en contacto con e! mundo externo. Sin em-
bargo, puede ser controlado y regulado por el yo.
El ello no está gobernado por las leyes de la razón o
de la lógica, y no posee valores, ética o moralidad. Sólo
lo impulsa una consideración: obtener satisfacción para
las necesidades instintivas, de acuerdo con el principio
del placer. Hay sólo dos consecuencias para cualquier pro-
ceso del ello. O se descarga mediante la acción o realiza-
ción de deseos, o sucumbe a la influencia del yo; en el
último caso la energía queda ligada en lugar de descar-
garse inmediatamente.
Freud habla del ello como si fuera la verdadera rea-
lidad psíquica. Con eso quiere decir que el ello es la reali-
dad subjetiva primordial, el mundo interior que existe an-
tes de que el individuo haya tenido experiencia del mundo
exterior. No sólo son innatos los instintos y los reflejos,
también pueden serlo las imágenes producidas por los
estados de tensión. Eso significa que una criatura con
hambre puede tener una imagen de! alimento sin tener
que aprender a asociar el alimento con e! hambre. Freud
cree que las experiencias que se repiten con mucha fre-
cuencia e intensidad en muchos individuos durante suce-
sivas generaciones, se convierten en depósitos permanentes
del ello. Durante la vida de una persona se depositan nue-
vos contenidos en el ello como resultado de! mecanismo
de la represión. (La represión se examina en el Capítulo
IV, "El desarrollo de la personalidad" .)
"
COMPENDIO . DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 31
No sólo es el ello arcaico desde el punto de vista de
la historia racial; también es arcaico en la vida del indi-
viduo. Es el fundamento sobre d cual se edifica la per-
sonalidad . El ello conserva su carácter infantil durante
toda la vida. No puede tolerar la tensión y exige una
gratificación inmediata. Es exigente, impulsivo, irracional,
asocial, egoísta y amante del placer. Es el niño malcriado
de la personalidad. Es omnipotente porque posee el po-
der mágico de realizar sus deseos mediante la imagina-
ción, la fantasía, las alucinaciones ' y los sueños. Se le
llama oceánico, porque, como el mar, lo contiene todo.
No reconoce nada exterior a sí mismo. El ello es el mun-
do de la realidad subjetiva en la que la búsqueda del
placer y 1" evitación del dolor son las únicas actividades
que import an.
Freud reconoce que el ello es la parte oscura e inacce-
sible de la personalidad, y que lo poco que se sabe de él
se ha aprendido del estudio de los sueños y los síntomas
neuróticos. Sin embargo, podemos ver al ello en acción
cada vez que una persona hace algo impulsivo. Una peto
sana, por ejemplo, que actúa impulsivamente tirando una
piedra por la ventana, golpeando a alguien o perpetrando
una violación, está dominada por ,el ello. Y también lo
está la que pasa gran parte del día soñando despierta y
' construyendo castillos en el aire. El ello no piensa. Sólo 1, .
desea o actúa. ,!,
. Il. EL YO
L~s dos procesos mediante los cuales el ello descarga
)a tensión, a saber, la actividad motriz impulsiva y la
formación de imágenes (realización de deseos), no son I
suficientes para alcanzar los grandes fines evolutivos de
la supervivencia y la reproducción. Ni los reflejos ni los
deseos le proporcionan alimento a la persona hambrienta
ni le ofrecen un compañero a la persona sexualmente
32 e A L VI N S. H A L L
:xcitada. De hecho, el comporta miento impulsivo puede
ocasionar un aumento de tensión (dolor) al provocar el
castigo del mundo exterior. A menos que el hombre ten-
ga un cuidador permanente, como duran te la in fancia,
, durante el resto de la vida debe tratar de buscar su ali-
mentación, su compañero sexual y muchos otros objetos
necesarios para su vida. Para cumplir con éxito esas mi-
siones le es necesario tener en cuenta la realidad exterior
(el ambiente) y, ya sea acomodándose él mismo al mundo
o .afirmando su predominio sobre él, obtener de éste lo
que precisa. Tales transacciones entre la persona y el
mundo requieren la formación de un nuevo sistema psico-
lógi co, el yo.
En la persona bien adaptada el yo es el ejecutivo
de la personalidad, que domina y gobierna al ello y al
superyó y mantiene un comercio con el mundo exterior
en interés de la personalidad total y sus vastas necesid a-
des. Cuando el yo cumple sabiamente sus funciones eje-
cutivas, p revalecen la armonía y la adaptación. Cuando
el yo abdica o entrega demasi ado de su poder al ello, o
al superyó, o al mundo externo, se producen inadaptado-
nes v desarmonías...
El yo no está gobernado por el prin cipio del placer,
sino por el principio de la realidad. Realidad significa
lo que existe. La finalidad del principio de la realidad
es demorar la descarga de energía hasta que haya sido
descubierto o presentado el obj eto real que satisfará tal
. necesidad. Por ejemplo, el niño debe aprender a no lle-
varse cualquier cosa a la boca cada vez que siente hambre.
Tiene que aprender a reconocer el alimento , y a postergar
la comida hasta que haya localizado un obj eto comestible.
De otra manera, tend rá experiencias dolorosas.
El demorar la acción significa que el yo debe ser capaz
de tolerar la tensión hasta que ésta pueda ser descargada
por un a forma aprop iada de compor tamiento. La institu-
ción del principio de la · realidad no implica que el prin-
COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 33
cipio del placer sea rechazado, Sólo se lo suspende ternpo-
rariamente en interés de la realidad. A su debido tiempo,
el principio de la ¡realidad lleva al placer, aunque la
persona tenga que soportar cierta incomodidad mientras
busca la realidad. , .
El principio de realidad tiene a ~u servicio un proceso
que Freud llamó proceso secundario porque se desarrolla
después y se superpone al · proceso primario del ello.
Para comprender lo que .significa el término "proceso se-
cundario" es necesario ver exactamente adónde lleva al
individuo el proceso primario en la satisfacción de sus .
necesidades. Lo lleva sólo al punto en que se forma un
cuadro del objeto que satisfará sus necesidades. El paso.
siguiente será encontrar o producir el objeto, es decir,
traerlo a la existencia. Tal paso se cumple por medio del
proceso secundario. El proceso secundario consiste en des-
cubrir o producir la realidad mediante un plan de acción-
que se ha desarrollado por el pensamiento y la razón
, (cognición). El proceso secundario no es nada más ni
nada menos que lo que de ordinario se llama resolver o
pensar los problemas.
Cuando una persona pone en efecto un plan de acción
para ver si funciona o no, se dice que se ocupa de probar
la realidad. Si 13, prueba no funciona, es decir, si no se
produce o descubre el objeto deseado, se piensa y se
prueba otro plan de acción. Esto continúa hasta que se
encuentra la solución correcta (realidad) y se descarga
la' tensión mediante una acción adecuada. En el caso del
hambre, la acción adecuada sería ingerir alimentos.
El proceso secundario cumple lo que -el proceso prima-
rio es incapaz de hacer, es decir, separa el mundo subjetivo
de la mente del mundo objetivo de la realidad física. El
proceso secundario no comete el error del proceso prima-
rio de considerar la imagen de un objeto como si fuera
el objeto mismo.
La inauguración del principio de realidad, el funciona-
34 e A LVI N S. H A L L
miento del proceso secundario y el papel más significativo
que el mundo exterior viene a desempeñar en la vida de
una persona, estimulan el desarrollo y .elaboración de los
procesos psicológicos de la percepción, la memoria, el
pensar y la acción.
El sistema perceptu al desarrolla facultades más finas de
discriminación, de modo que el mundo externo se percibe
con mayor precis ión. Aprende a examinar rápidamente el
mundo y a seleccionardel cúmulo de estímulos sólo aque-
llas características del ambiente que son pertinentes al pro·
blema por resolver. Además de la información obtenida
a través de los órganos sensoriales, el pensar utiliza la
información acumulada en el sistema de la memoria. La
memoria mejora mediante la formación de asociaciones .
entre las huellas mnémicas y por el desarrollo de un sis- \
tema de notación: el lenguaje. El juicio personal se
aguza, de manera que es más fácil decidir si algo es ver-
dadero (si existe en realidad) o si es falso (si no existe).
Otra serie de cambios importantes ocurre en el sistema
motor. La persona aprende a manejar sus músculos
con más habilidad y a ejecutar patrones más complejos de
movimientos. En general, esas adaptaciones de las funcio-
nes psicológicas permiten que la persona se comporte de
manera más inteligente y más eficaz y domine sus impul-
sos y su ambiente en interés de satisfacciones y placeres
mayores. Cabe así considerar el yo como una compleja
organización de procesos psicológicos que actúa como in-
termediaria entre el ello y el mundo externo.
Además de los procesos que están al servicio de la rea-
lidad, existe otra función del yo que se parece al proceso·
primario del ello. Es una función que produce fantasías
y ensueños. Está libre de las exigencias de la prueba de
realidad y está subordinada al principio del place.r. S~n
embargo, ese proceso del y() difiere del proceso pnmano
porque distingue entre la fa ntasía y la realidad. Las fan -
tasías producidas por el yo son reconocidas como tales,
COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREVDIANA 35
es decir, imaginaciones juguetonas y placenteras. Aunque
nunca se las confunde con la realid ad, le proporcionan al
yo algo así como unas vacaciones con respecto a sus
otros asuntos más serios .
Aunque el yo es en gran parte producto de una inter-
-acción con el ambiente, la dirección de su desarrollo está
.deterrninada . por la herencia y guiada por los procesos
:naturales de crecimiento (maduración). Eso significa que
cada ' persona posee potencialidades innatas para pensar y
razonar. La realización de tales potencialidades se cumple
mediante la experiencia, el aprendizaje y la educación. To-
da educación formal , por ejemplo, tiene como objetivo
principal enseñar a la ' gente cómo pensar con eficacia.
Pensar con eficacia equivale a ser capaz de llegar a la
verdad, siendo definida la verdad como lo que existe.
\
III. EL SUPERYÓ
L a tercera institución fundamental de la personalidad,
el slIperyó, es la rama moral o judicial de la personali-
dad. Representa lo ideal más bien que lo real, y pugna por
la perfección antes que por el placer 9 la realid ad. El
superyó es el código moral de la persona. Se desarrolla
desde el yo como una consecuencia de la asimilación por
parte dei niño, de las norm as paternas respecto de lo que
es bueno y virtuoso y lo que es malo y pecaminoso. Al
asimilar la autoridad moral de sus padres, el niño reem-
plaza la autoridad de ellos por su propia autoridad inte-
rior. La internalizaci ón de la autoridad paterna le permite
al niño controlar su comportamiento según los deseos de
sus padres, y al hacerlo se asegura su aprobación y evita
su disgusto . Es decir, el niño aprende que ' no sólo tiene
que obedecer al principio de realidad para obtener el pla-
cer y evitar el dolor, sino que también tiene que tratar de
comportarse de acuerdo con los dictados morales de sus
36 e A LVI N . S. H A L L
padres . El período relativamente largo durante el cual el
niño depende de sus padres favorece la formación del
superyó. '
El superyó está compuesto de dos subsistemas, el ideal
del yo y la conciencia moral. El ideal del yo corresponde
a los conceptos del niño acerca de lo que sus padres
consideran moralmente bueno. Los padres le transmiten
sus normas de virtud al recompensar al niño por su con-
ducta si está de acuerdo con esas normas. Por ejemplo, si
se lo recompensa constantemente por ser pulcro y orde-
nado, la pulcritud y el orden se convertirán en uno de
sus ideales. La conciencia moral, en cambio, corresponde
.a los conceptos. que el niño tiene de lo que .sus padres
consideran moralmente malo, yesos conceptos se establecen
mediante experiencias de castigo. Si se lo ha castigado con
frecuencia por ensuciarse, considerará la suciedad como
algo malo. El ideal del yo y la conciencia moral son caras
opuestas de la misma moneda moral.
¿Cuáles son las recompensas y castigos mediante los
cuales los padres controlan la formación del superyó del
niño? Son de dos clases: físicas y psicológicas. La re-
compensa física consiste en objetos que el niño desea.
Son alimentos, juguetes, la madre, el padre, las caricias y
Lis golosinas . Los castigos físicos son dolorosos ataques ai
cuerpo del niño, como, por ejemplo, las palmadas o la
privación de cosas que desea. La principal recompensa .
. psicol ógica es la aprobación paterna expresada ya sea en
palabras o mediante la expresión facial. La aprobación
significa amor. De la misma manera, privar al niño de
amor ' es la forma principal de castigo psicológico. Ello
se expresa mediante admoniciones verbales o miradas des-
aprobadoras. Por supuesto, las recompensas y los castigos
físicos también pueden significar amor o privación de
amor -para el niño. El niño al que le han dado unas palo
madas, .no sóLo le duele sino que también puede sentir
que el padre que lo ha castigado lo ha rechazado, esto es,
COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 37
le ha retirado su amor. Sin embargo, el conceder o privar
de afecto ejerce su poder sobre el niño, en primer lugar
en virtud de su relación con la satisfacción o insatisfac-
ción de las necesidades básicas. Un niño desea el amor
de su madre porque ha aprendido que una madre que no
lo ame probablemente no le dará alimento y por lo tanto
prolongará su doloroso estado de tensión. De la misma
.manera, un niño trata de no incurrir en la desaprobación
del padre porque ha aprendido que un padre que no lo
ame puede crear un estado doloroso al darle una zurra.
En síntesis, las recompensas y los castigos, cualquiera sea
su origen, son condiciones que reducen o aumentan la
tensión interna.
Para que el superyó tenga sobre el niño el mismo con-
trol <¡ue los padres, es necesario que posea el poder de
hacer cumplir sus reglas morales. Como los padres, ' el
superyó pone en vigencia sus recompensas y castigos. Es-
tas recompensas y castigos se otorgan al yo, porque el yo,
a causa de su control sobre las acciones de la persona, e,s
considerado responsable de los actos morales e inmorales.
Si la acción está de acuerdo con las normas éticas del
supcryó, se recompensa 'al yo . Sin embargo, no es neceo
sario que el yo permita que ocurra una acción física real
para que sea recompensado o castigado por el supery ó,
Puede recompensarse o castigarse al yo sólo por pensar
en hacer algo. Un pensamiento vale lo mismo que un
hecho a los ojos del superyó. En esto, el superyó se p~­
rece al ello, que tampoco hace distinciones entre lo subje-
tivo y lo objetivo, lo cual explica por qué una persona que
viva una vida virtuosa puede no obstante sufrir las torturas
de la conciencia moral. El superyó castiga al yo por tener
malos pensamientos aunque los pensamientos nunca se .
traduzcan en acciones.
¿Cuáles son las recompensas y castigos de que dispone
el superyó? Pueden ser físicos o psicológicos. El superyó .
puede decir, en efecto, a la persona que ha seguido el
38
.
• e A LVI N S. H A L L
\
camino de la virtud: "Ahora que has sido bueno durante
un tiempo, puedes permitirte pasarla bien." Eso podrá
significar gozar de una buena comida, de un prolongado
descanso o de una experiencia sexual. Unas vacaciones,
por ejemplo, son por lo general consideradas como re-
compensa de un trabajo intenso.
Al trasgresor moral el superyó puede decirle: "Ahora
que te has portado mal, serás castigado sucediéndote algo
desagradable." la desgracia puede ser una descompostura
de estómago, un perjuicio o la pérdida de algo valioso.
Esta penetración de Freud en el complejo y sutil funcio-namiento .de la personalidad humana reveló una razón im-
portante de por qué la gente se enferma, sufre accidentes
y pierde las cosas. Todas las desgracias pueden implicar,
en mayor o menor grado, un autocastigo por haber hecho
algo malo. Ejemplo de ello es el joven que choca su
auto poco después.de haber tenido relaciones sexuales con
una chica. Por supuesto, una persona por lo habitual no
se da cuenta de la relación entre la !conciencia culpable y
el accidente.
Las recompensas y castigos físicos . empleados por el
superyó son sentimientos de orgullo, o de culpa · o infe-
rioridad, respectivamente. El yo se llena de orgullo cuan-
do se ha comportado de manera virtuosa o ha tenido peno
samientos virtuosos, y se siente avergonzado cuando ha
caído en la tentación. El orgullo equivale al amor pro·
pio, y la culpa o inferioridad alodio a sí mismo; ambos
son la representación interna del amor y el rechazo pa·
ternales. -
El superyó es el representante, dentro de la personali-
dad, de los valores e ideale s tradicionales de la sociedad,
tal como se transmiten de padres a hijos. Al respecto debe
recordarse que el superyó del niño no es reflejo de la
conducta de los padres sino más bien de los superyós de
los padres. Un adulto puede decir una cosa y hacer otra,
pero es lo que dice, basado en sus amenazas y regalos, lo
COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDlANA 39
que importa en la formación de las normas éticas del niño
Además de los . padres, otros agentes sociales participan
en la formación del superyó del n iño . Los maestros, los
ministros religiosos, los agentes de policía --por cierto
cualquiera que posea alguna autoridad sobre el niño-
pueden asumir la función de los padres . Las reacciones del
niño ante estos representantes de la autoridad son deter-
minadas en, gran parte, sin embargo, por 10 que ha asi- ,
milado de sus padres en una etapa previa.
¿A qué fin alidades sirve el superyó? En primer lugar
controlar y regul ar aquellos impulsos cuya expresión no
cont rolada pondrían en pelig ro la estabilidad de la socie-
dad. Tal es impu lsos son el sexo y la agresión. El niño
desobediente, rebelde o sexualmente curioso es considera-
do como malo o inmoral. Al adulto sexualmente pro-
miscuo o que transg rede la ley y es por lo general des-
tructivo y antisocial, se lo considera mala persona. El
supery ó, al frenar internamente la ilegalidad yla anarquía,
le permite a la persona convertirse en miembro obser-
vante de la ley de su sociedad .
Si se considera al ello como el producto de la evolución
y el representante psicológico de la constitución biológica
de la persona, y al yo como el resultante de la interacción
de la persona con la realidad objetiva y la esfera de los
procesos mentales superiores, puede decirse que el superyó
es el producto de la socialización y el vehículo de la tradi-
ción cultural.
El .lector debe recordar que no hay límites precisos en -
tre los tres sistemas. El hecho de que tengan nombr es
diferentes no significa q ue sean entidades separadas. Los
nombres ello, yo y superyó, no significan en realidad nada
en sí mismos. Son una manera abreviada de designar pro-
cesos, funciones, mecanismos y dinámicas diferentes dentro
de la persona lidad total.
El yo se forma a partir de! ello y e! superyó se forma
a partir del yo. Continúan interactuando y fusionándose
40 - e A LVI N S. H A L L
I
entre sí .durante toda la vida. Estas interacciones y fu-
siones, lo mismo que las oposiciones que se desarrollan '
entre los tres sistemas, consti tuyen el tema del capítulo
siguiente.
BIBLIOGRAFIA
FREUD, S. (1900), La interpretación de los maños, Capítulo VII.
( 1911 ) , Los dos princip ios del suceder psíquico.
( 1923 ) , El yo y ·el allo.
( 1925), La negación.
(19 33) , Nueu«: aportaciones al psicoanálisis.
( 1938 ) , "Esquema del psicoanál isis", en Revista de
Psicoanálisis, VIII, 1 (Buenos Aires, enero-
marzo, 1951) .
Ir
CAPÍTULO III
LA DINAMICA DE LA PERSONAU DAD
En el primer capítulo consideramos la organización de
la personalidad y describimos algunos .de los procesos y
funciones principales de sus tres provinc ias, el ello, el yo
y el supcryó . En este capítulo nuestro propósito es mos-
trar cómo funcionan estos tres sistemas y cómo actúan en-
'tre sí y frente al ambiente.
1. ENERGfA PSfQUICA
El organismo humano es un complicado sistema de
energía, la cual proviene del alimento que se ingiere y.
se invierte en la circulación, respiración, digestión, con-
, -ducción nerviosa, actividad muscular, percepción, memo-
ria y pensamiento. No hay razón para creer que la enero
gía que hace funcionar al organismo sea esencialmente
diferente de la energía que hace funcionar al universo. La
energía asume diversas formas -mecánica, térmica, eléc-
trica y química- y es capaz de ser transformada de una
a otra. La forma de energía que opera en los tres siste-
mas de la personalidad se llama-energía psíquica. No hay
nada místico, vitalista o sobrenatural en el concepto jle
energía psíquica. Esta cumple un trabajo o es capaz de
hacerlo como cualquier ,otra forma de energía. La energía
psíquica cumple tareas psicológicas -es decir, pensar, per-
cibir y recordar- de la misma manera que la energía
.mecánica lleva a cabo trabajos mecánicos.
42 e A LV I N S. H A L L
Se puede hablar de la transformación de energía cor-
poral en energía psíquica de la misma manera que de la
transformación de energía psíquica en energía corporal.
Estas transformaciones ocurren de continuo. Pensamos
(energía psíquica) y actuamos (energía muscular), o
sentimos el estím ulo de ciertas ondas sonoras (energía
mecánica) y oímos (energía psíquica) hablar a alguien.
No se sabe exactamente cómo se llevan a cabo estas trans-
formaciones.
n, INSTINTO
Toda la energía utilizada para llevar a cabo las tareas
de la personalidad se obtiene de los instintos. Se define .
un instinto como una condición innata que imparte ins-
trucciones. a los procesos psicológicos. El instinto sexual,
por ejemplo, dirige los procesos psicológicos de percibir, /
recordar y pensar, hacia la meta de la consumación sexual.
Un instinto es como un río que fluye por un curso de
agua determinado.
Un inst into tiene una ftiente, una finalidad, un objetivo
y un ímpetu. Las fuentes principales de la energía instin-
tiva son las necesidades o impulsos corporales. Una ne-
cesidad o un impulso es un proceso excitante en algún
tejido u órgano del cuerpo que libera energía acumulada
en el mismo. Por ejemplo, la condición física del hambre
activa el instirito del hambre al proporcionarle energía.
- Esta energí a instintiva entonces imparte instrucciones a
los procesos psicológicos de la percepción, la memoria
y el pensar, Uno busca el alimento, trata de recordar dón-
de lo ha encontrado en ocasiones previas, o forja un plan
de acción para obtenerlo.
La finalidad última de un instinto es la eliminación
de una necesidad corporal. La finalidad del instinto del
hambre, por ejemplo, es eliminar la condición física del
,
•
-,
I
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COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FREUDIANA 43
hambre. Cuando se 10 hace, no se libera más energía cor-
poral. desaparece el instinto del hambre y el individuo
retorna . a un estado de r,eposo fisiológico y psicológico.
Para decirlo de otra manera, la finalidad de un instinto
es eliminar la fuente del mismo.
Además de la finalidad última de reposo, Freud obser-
vó que existen también finalidades subordinadas que tie-
nenque ser satisfechas para que se puedan alcanzar las
finalidades últimas. Antes de poder aplacar el hambre es
necesario encontrar e1 alimento y llevárselo a la boca. En-
contrar el alimento y comerlo están subordinados a la eli-
mina ción del hambre. Freud llamó a la meta final de un
instinto su f il/alidad interna, y a las metas subordinadas
del mismo sus finalidades externas.
Se dice que un instinto es conservador porque su meta
es que la persona retorne al estado de reposo que existía
antes de la perturbación ocasionada por el proceso exci-
tador. El curso de un instinto va siempre desde un estado
de tensióna un estado de relajación. En algunos casos,
sobre todo en la satisfacción del impulso sexual, hay una
acumulación de la tensión antes de la descarga final. Esto
de ninguna manera invalida el principio general del fun-
. cionamiento instintivo, porque el objetivo del impulso se-
xual es la liberación de la excitación, sin tener en cuenta
cuanta tensión pueda generarse antes de la descarga final.
Por cierto, la gente aprende a acumular grandes cantidades
de tensión porque la liberación repentina de las mismas
proporciona intenso placer.
Para decirlo en otras palabras, un instinto siempre trata
de producir una regresión a un estado anterior. Esta
tendencia del instinto a repetir una y otra vez el ciclo des-
de la excitación al reposo se llama compulsión de repeti-
ción. Existen numerosos ejemplos de compulsión de re-
~ petición en la vida diaria. Sirvan de ejemplo las fases
. periódicas y regulares de la actividad durante la vigilia,
seguida del sueño. Las tres comidas del día son otro ejem-
?
/
r
I
44 e A.-L V 1 N S. H A L L
_ plo, lo mismo que el deseo sexual seguido por su satis-
facción.
Para resumir, entonces, diremos que el objetivo de un
instinto se caracteriza por ser conservador, regresivo y re-
petirse.
El objetivo de un .instinto es el objeto omedio mediante
el cual se realiza el objetivo. El objetivo del instinto del
hambre es comer alimentos; del instinto sexual, la cópula;
y del instinto de la' agresividad, la fucha. El objeto o me-
dio es la característica más variable de un instinto, ya que
muchos objetos y actividades .diferentes pueden ser , reem-
plazados por otros. Como veremos en el Capítulo IV, que
trata del desarrollo de la personalidad, la elaboración de
'los medios por los cuales los instintos alcanzan su meta
de reducir la tensión es uno de los caminos principales
del desarrollo de la personalidad.
.El ímpetu de un instinto es su fuerza, que se determina
por la cantidad de energía que posee. El hambre intensa
ejerce mayor peso sobre los procesos psicológicos que un
ligero apetito. Cuando una persona tiene mucha hambre,
su mente piensa en el alimento excluyendo de hecho toda
otra idea. De la misma manera, cuando una persona está
muy enamorada le resulta difícil pensar en otra cosa.
La sede de los instintos es el ello . Como los instintos
constituyen la cantidad total de energía psíquica, se dice
que el ello es el depósito original de la energía psíquica.
Para formar' el yo y el superyó, se retira energía de ese
depósito. El tema del apartado siguiente es mostrar cómo
ocurre eso.
III. DISTRIBUCIÓN DE LA ENERGfA PSfQUI(:A
A. EL ELLO. Se utiliza la energía del ello para la gra-
tificación instintiva mediante acciones reflejas y realiza-
. ciones de deseos. En las acciones reflejas, como. son .inge-
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COMPENDIO
, ,
DE PSICOLOGIA FREUDlANA 45
"
rir alimentos, vaciar" la vejiga y el orgasmo sexual, la
energía se descarga automáticamente en acciones motoras,
En la realización de deseo, la energía se usa para pro-
ducir .una imagen del objeto instintivo. El propósito de
ambos procesos es gastar la energía instintiva de modo
q~e elimine la necesidad y proporcione reposo al indivi-
duo.
, Invertir la energía en la imagen de un objeto, o con-
sumirla en una acción de descarga sobre un objeto que
satisfaga un instinto, se llama elección de objeto o caiexia
de objeto. Toda la energía del ello se consume en catexias
de objeto o catexias objetales.
La energía empleada por el ello en elecciones objetales
es muy fluida. Esto quiere decir que la energía se puede
desviar fácilmente de ' 1.!n objeto a otro. Esta desviación
de energía se llama desplazamiento, De esta manera, si
no se encuentra alimento, un bebé hambriento puede co-
locar un pedazo de madera o su propia mano en la boca.
Para el bebé, antes de que aprenda a discriminar, el ali-
mento, un pedazo de madera o su mano son todos igua-
les. Se consideran los objetos como equiva1entes cuando
existen parecidos específicos y concretos entre ellos. Dos
objetos, tales como el biberón y un trozo de madera, por
ejemplo, se perciben como idénticos porque ambos pueden
ser asidos con la mano y llevados a la boca. La energía
del ello se puede desplazar en gran medida porque el ello
no es capaz de hacer distinciones precisas entre los ob-
J.etos. , .- ,
, La tendencia del ello a tratar los objetos como si fue-
ran iguales, a pesar de ,sus diferencias, produce una de-
formación del pensar que se llama pensar predicativo.
Cuando dos objetos, por ejemplo, un árbol y el órgano
sexual masculino, son equiparados por la mente de una
persona porque ambos comparten la misma característica
'física de tener una forma saliente, se dice que tal per,-
, sana está practicando el pensar predicativo. Este tipo de
46 e A L VI N S. H A J;{
, .
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pensar prevalece sobre todo en los sueños y explica el sim-
bolismo onírico. Cabalgar o arar un campo puede re-
presentar o simbolizar el acto sexual porque se ejecutan
movimientos similares al andar a caballo, al arar y en la
cópula. También es frecuente e! pensar pr edicativo en la
vigilia, provocándoles gran confusión a algunas perso-
nas al :impedirles hacer discriminaciones adecuadas. El
prejuicio racial se debe a menudo al pensar predicativo.
Como los negros tienen la pie! oscura y como la oscuridad
se asocia con la maldad y la suciedad, se piensa que los
negros son malos y sucios. De la misma manera, se cree
que la gente pelirroja tiene ,temperamento ardiente porque
el rojo es e! color del fuego.
Cuando los procesos del yo o del superyó inte rceptan el
flujo direccional de la energí a . instintiva, ésta trata de
abrirse camino a través de las resistencias y descargarse
en la fantasía o en la acción. Cuando consigue hacerlo,
socava los procesos racionales de! yo. La persona comete
errores al hablar, al escribir, al conversa r, al percibir, y
al recordar, y sufre accidentes porque se confunde y pierde
contacto con la realidad . Su capacidad para resolver pro-
blemas y descubrir la realidad disminuye a causa de la
intromisión de los deseos impulsivos. Todo el mundo sabe
qué difícil es prestar atención al trabajo cuando uno tiene
hambre o está enojado o sexualmente excitado. Cuando el
ello no puede encontrar salidas directas para la energía
instin tiva, el yo o el superyó se hacen cargo de tal energía
y la utilizan para vigorizar las operaciones de sus siste-
mas.
B. EL Yo. El yo no tiene energia propia . No puede,
por cierto, decirse que existe hasta que la energía se des-
plaza del ello hacia los procesos latentes que constituyen
el yo. Al energetizar nuevos procesos -tales como la
discriminación, el juicio y el razonamiento- que hasta
ese entonces han existido como tendencias innatas y la- .
47
I\
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COMPENDlO\DE PSICOLOGÍA FREUDIANA
\\
tentes de la personalidad, el yo como sistema separado
comienza su largo y complejo desarrollo.
El punto de partida para la activación de esas potencia-
lidades latentes del yo se encuentra en un mecanismo
conocido como identificación. Para comprender la natura-
leza de este mecanismo será necesario volver un poco
sobre e! camino que ya hemos recorrido. Como se recor-
dará, el ello no distingue entre las imágenes' subjetivas y
la realidad objetiva. Cuando carga (o catectiza) la ima-
gen de un objeto, es decir, cuando la energía se invierte
en un proceso que forma una representación mental de
un objeto, esto equivale a cargar el objeto mismo. Para
el ello, el objeto como imagen y el objeto como realidad
externa son idénticos y no entidades separadas.
El fracaso del ello para alcanzar alivio de la tensión
suscita una nueva línea de desarrollo que echa los cimien-
tos para la formación de! yo. En lugar de una imagen
y un objeto real considerados idénticos, ocurre una sepa·
ración entre los dos. Lo que ocurre como resultado de
_,esa diferenciación en que el mundo interno, puramente
subjetivo del ello, se divide en un mundo interno, subjetivo
(la mente), y el mundo externo, objetivo (el arn-
biente). Para poder adaptarse adecuadamente,la persona
debe ahora poner en armonía esos dos mundos. Los
estados mentales tienen que ser sincronizados con la rea-
. lidad para que la persona se adapte correctamente.
Por ejemplo, cuando una persona con hambre tiene un!!
imagen mnémica del alimento, tiene que localizar en el
ambiente un objeto real que se corresponda con su ima-
gen mnémica. Si ésta es precisa, el objeto encontrado será
alimento. Si la imagen mnémica no es una representa-
ción correcta del alimento, tendrá que ser revisada hasta
que lo sea. De lo contrario, la persona con hambre morirá
de inanición. En una época se creía que la tierra era
plana, pero esta concepción fue corregida cuando Colón
y otros exploradores demostraron que era redonda. To-
·'
r
48 e A LVI N S.H AL L
/
/
dos los adelantos del conocimiento!consisten en convertir
las representaciones mentales de! 'mundo en cuadros cada
vez más precisos de la realidad tal cual es. .
I El trabajo de convertir los contenidos mentales en ré-
plicas fieles y precisas de los contenidos del mundo ex-
terno se lleva a cabo mediante el proceso secundario.
Cuando la idea de un objeto concuerda con el objeto en sí,
se dice que la idea se identifica con el objeto: La iden-
tificación de los pensamientos con la realidad debe ser
estrecha y exacta para que el plan de acción preconcebido
lleve a la persona a la meta deseada.
Como resultado de este mecanismo de identificación, la
energía que e! ello invertía en imágenes sin tener en cuen-
.ta la realidad, y por cierto sin ningún concepto de la
misma, se desvía hacia la formación de representaciones
mentales precisas del mundo real. A esta altura, el pen-
samiento lógico reemplaza a la realización de deseos. El
desplazamiento de la energía, de! ello hacia el proceso
cognitivo, señala el paso inicial en e! desarrollo del yo.
Importa tener presente que esta,nueva adaptación de la
personalidad depende de la separación de! sujeto (men-
te) y e! objeto (materia). Para e! ello tal separación no
existe. En consecuencia, no hay identificación posible. La
identidad de imagen y objeto en e! ello puede considerar-
se como una especie de identificación primitiva. Es mejor,
sin embargo, utilizar el término identidad para este caso,
y reservar el término identificación para aquellos donde
hay un claro reconocimiento de la separación de las dos
cosas que se identifican, es .decir, los acontecimientos
mentales y la realidad externa.
La separación entre la mente y el mundo físico de la
realidad se produce como resultado de la frustración y.
e! aprendizaje. Como dijimos, el ello no puede satisfacer
las necesidades vitales de la. vida sólo mediante acciones,
reflejas o la realización de deseo. Por 10 tanto, para so- :
brevivir, la persona tiene que aprender, la diferencia entre
\
49
J
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COMPENDIO \DE PSICOLOGÍA FREUDIANA
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las imágenes y la realidad. Sin duda alguna, existe una
predisposición congénita a distinguir entre estados men-
tales internos y realidad externa, pero la experiencia y ·la
educación deben desarrollar esta predisposición. Desde
edad muy temprana el bebé comienza a diferenciar entre
lo que está. afuera, en el mundo, y lo que está en, su men-
te. Además, mediante la experiencia y la educación, apren-
de a hacer concordar lo que está en su mente con lo que
verdaderamente existe en el mundo exterior. Aprende,
para decirlo en otras palabras, a identificar ambas cosas.
Un ejemplo de la diferencia entre identidad e identifi-
cación puede aclarar el significado de ambos términos.
Cuando una persona sueña que lo persigue un león, se ,
siente por lo común como si un león verdadero lo estu-
viera persiguiendo. Durante un sueño, las imágenes no
se distinguen de los objetos reales que representan. Son
identidades. En 'consecuencia, el soñador experimenta la
misma emoción que sentiría si los acontecimientos oníricos '
ocurrieran de verdad. De la misma manera, una persona
que sufre una alucinación no la distingue de fa realidad.
Por otra parte, si una persona, durante la vigilia; mira
un programa de televisión o lee un libro, no cree que
los cuadros o las palabras son los objetos verdaderos luis-
mos. Se da cuenta de que sólo son representaciones de la
realidad. Puede identi ficar los sucesos que ve en la tele-
visión o que lee en el libro con la realidad, pero muy
rara vez se engaña y piensa que son la realidad misma.
Al ser identificadas con los objetos del mundoexte-
rior, las representaciones subjetivas de estos objetos recio
ben las catexias que anteriormente el ello invertí a en los
objetos mismos. Estas nuevas catexias se llaman catexias
del yo, para distinguirlas de las elecciones objetales ins-
tintivas del ello. Mediante la identificación, entonces,
queda disponible la energía para el desarrollo del pensa-
miento realista (el proceso secundario) que reemplaza
· la realización alucinatoria de deseos (el proceso prima-
•
50
' /
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e A LVI N S. H A 1: L
I,
rio) . Esta redistribución de energía que pasa del ello al -
yo es un acontecimiento dinámico de gran importancia
en el desarrollo de la oersonalidad.
s:
A causa de que las funciones racionales del yo tienen
éxito para gratificar los instintos, cada vez se trasvasa
más energía del depósito del ello hacia el yo. A medida
que el yo gana en fuerza, el ello la pierde. Sin embargo,
si el yo no puede cumplir la tarea de satisfacer las de-
mandas del ello, las catexias del yo se vuelven a convertir
en catexias objetales instintivas e impera nuevamente
la infantil realización de 'deseos. Esto es lo que sucede
durante e! sueño. Como el yo no puede funcionar con
eficacia durante el sueño, se invoca e! proceso primario,
que produce imágenes alucinatorias, Incluso durante la vi-
gilia puede reactivarse el proceso primario cuando el yo
no alcanza resultados directamente. Esto se conoce como
pensamiento autista o de realización de deseos.
Una persona que desee mucho que algo sea cierto, a
veces se engaña a sí misma y cree que es cierto. Todos
sabemos qué fácil es dejar que nuestros prejuicios y de-
seos dirijan nuestro pensamiento. Incluso el hombre de
ciencia objetivo debe cuidar de que sus preferencias teó-
ricas no influyan sobre sus observaciones y razonamientos.
Por ello toma la precaución de establecer controles ade-
cuados para sus experimentos y observaciones, y de repe-
tirlos muchas veces para asegurarse de que lo que vio
por primera vez es verdadero. El pensamiento autista siem-
pre nos está tendiendo trampas.
En condiciones normales, el yo monopoliza casi el mon-
to de energía psíquica. ' Cuando ha atraído energía sufi-
cíente de! ello, puede utilizarla para otros propósitos que
no son la satisfacción de instintos. La energía se usa para
desarrollar los procesos psicológicos de percibir, atender,
aprender, recordar, juzgar, discriminar, razonar e imaginar.
Todos estos procesos se vuelven muy complicados y cada
vez más eficientes a medida que el yo ~dquiere el control
,
\
\ \
COMPENDIO DE PSICOLOGÍA FRimDIANA 51
de la energía. El- mundo cobra nuevos significados
para una persona a medida que ésta aprende más sobre
él, y con ese aumento de conocimiento está en mejor
posición para dominarlo según sus finalidades pro-
pias. No sólo en la evolución del individuo sino tam-
bién en la evolución racial y cultural del hombre existe
un control cada vez más creciente sobre la naturaleza me-
diante el desplazamiento de la energía de los procesos
no-racionales del ello hacia los racionales propios del yo.
Parte de la energ ía del yo tiene que ser utilizada para
inhibir y posponer la descarga de las excitaciones a través
del sistema motor.' El propósito de esta postergación es
permitir que el yo trace un plan realista de acción antes de
actuar. Cuando se usa energía para obstruir el flujo de
la energía hacia la descarga final, se lIama a estas fuerzas
bloqueadoras, contracatexias o contracargas. Una contra-
catexia es una carga de energía que se opone a una catexia.
Las contracatexias del yo se dirigen contra las catexias del
ello porque éstas presionan para

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