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Una palabra sobre el lado más cognitivo del pensamiento narrativo o de la construcción narrativa de la realidad. Como lo puso el gran Vladimir I'ropp, una estructura narrativa se compone de una serie de reglas tipo gramática para orde nar caracteres y acontecimientos secuencialmente de tal manera que los aconteci mientos y caracteres, en el lenguaje de Propp, se convierten en «funciones» de la cstructura general del argumento. Un «falso héroe» intentando hacer de verda dero héroc sin sus mcrecidas recompensas es una representación del mundo que tiene sentido solo por encajarse en un cierto tipo de estructura narrativa. Dos cosas de estas estructuras narrativas son particularmente fascinantes. La primera es que hay muy pocas: teóricos literarios magistrales como Northrop Frye afir man que solo hay cuatro: tragedia, comedia, romance e ironía'. Aun así, las histo rias varían infinitamente, lo cual solo puede significar, por supuesto, que los géneros narrativos tienen que ser bastante abstractos, casi algebraicos. Las batallas entre hérocs falsos y verdaderos son la pasta de la que cstán hechas, por ejemplo, narrativas teatrales tan diferentes como los debates Lincoln-Douglas, Cambres Borvascosas, la Casa de Muñecas de Ibsen y cl testimonio oral opuesto de Thur good Marshall y John W. Davis en el caso Brown contra la Comisión de Educación. Finalmente, al menos según Propp, todos los géneros narrativos giran en torno a un recurso deseado del que hay poca cantidad, a menudo solo indicado implícita mente. Una vez armados con un conocimiento tan pequeño de la estructura formaB de la narración, cs alucinante cuánto más disciplinados nos hacemos al clarificar de qué afirma tratar un «texto»: cSte «nosotros» incluye no solo a los entusiastas de la «crítica literaria», sino también a psicologos, juristas y especialmente a los chavales. Aun así, apenas he mencionado el lado retórico de la narrativa: como la vinculación del narrador con la historia, por qué se supone que la cuenta, con qué autoridad, qué motivo, en qué marco seleccionado. ). L. Austin nos recordó hace décadas que las historias son el medio para ofrecer nuestras excusas. Pero todas las historias, incluso cuando no tratan de por qué llego tarde otra vez, son justificaciones contadas desde la perspectiva de una norma. Más al caso, en lo que se refiere a la negociación narrativa, los narradores y observadores hábiles pueden aprender y aprenden a hacer la vida más fácil ayudándose unos a otros a entender cómo se organizan sus historias, desde qué perspectiva y demás. EI narrador omnisciente solo es una convención ficticia: en la vida real es probable que se convierta en una amenaza para cl tráfico de la negociación narrativa. Nin guna historia puede encerrarse dentro de los límites de un solo horizonte. Los novelistas fueron los primeros en contarnos esto: Flaubert, Kafka, Joyce, Calvino, 3 Vladimir Propp, Morfolugia del cuento (Madrid: Akal, 1985). *Northrop Frye, Anatomy of Criticism (Princeton: Princeton University Press, 1957).
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