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CATEDRA DE MANEJO Y CONSERVACIÓN DE SUELOS CONSERVACIÓN Y PLANIFICACION DEL USO DE LA TIERRA 2.1 CRITERIOS PARA EL DIAGNOSTICO DE LAS PROPIEDADES DE LOS SUELOS EN RELACIÓN CON LOS REQUERIMIENTOS DE LAS PLANTAS, LA CONSERVACION DEL RECURSO Y LA MAQUINARIA AGRiCOLA En este punto se analiza el razonamiento a seguir para determinar el potencial de producción de un suelo. En primer término se debe considerar: a) Cuáles son los requerimientos de la gran mayoría de las plantas terrestres para un vigoroso crecimiento. b) Cuáles son las condiciones edáficas y ambientales que determinan la estabilidad ó inestabilidad de los eco y agrosistemas. c) Cuáles son los requerimientos de la maquinaria agrícola para el laboreo del suelo. En segundo término se debe considerar cuales condiciones físicas, químicas y biológicas están más relacionadas con estos requerimientos. Se pone énfasis en las propiedades físicas, y entre estas, las que determinan la dinámica del agua y del aire en el suelo. En tercer término se debe considerar, en presencia de un perfil de suelo, en qué medida sus caracteres morfológicos nos permiten arribar a un diagnóstico acerca de esas propiedades, relacionándolas con el clima, el paisaje y la flora como criterios complementarios. Si estos elementos de juicio resultaran insuficientes, habrá que recurrir a datos de laboratorio, a la experiencia de los productores y a los resultados de la investigación y la experimentación, si estuvieran disponibles. Se han intentado reunir los factores y criterios para el diagnóstico del potencial de producción de un suelo en el cuadro 2.1. Al analizar las propiedades físicas de los suelos, se pone énfasis en la importancia de la distribución de las distintas clases de poros a lo largo del perfil, principalmente de los macroporos, también llamados poros de aireación o poros de transmisión. La existencia, continuidad y estabilidad de un adecuado porcentaje de macroporos a lo largo del perfil es esencial para una buena infiltración y percolación del agua de lluvia. Este porcentaje no debe ser inferior al 10% del volumen del suelo y la conservación o la creación de esta condición es uno de los principales objetivos del manejo de los suelos. Las herramientas de labranza, el tránsito de maquinaria y el pisoteo del ganado destruyen los macroporos con facilidad, principalmente cuando el suelo esta mojado. Estos conceptos coinciden con la opinión de Greenland (1981), quien señala que los suelos, para producir altos rendimientos de cosecha, deben reunir las-'siguientes condiciones: => deben estar bien drenados => deben contener un adecuado volumen de poros de transmisión => deben contener por lo menos un volumen similar de poros de almacenaje => deben permitir la libre proliferación de raíces hasta por lo menos 50 cm de profundidad => deben estar bien provistos de todos los nutrientes vegetales necesarios => no deben contener elementos tóxicos => no deben ser ni muy ácidos ni muy alcalinos Cuadro 2.1. CRITERIOS PARA EL DIAGNOSTICO DE LA PRODUCTIVIDAD POTENCIAL DE UN SUELO Requerimientos Propiedades del suelo que más directamente determinan la productividad potencial Criterios para el diagnóstico de los suelos 1_ De las raíces de las plantas • Aire • Agua • Nutrientes • Espacio útil (impedimentos mecánicos) • Energía térmica • Ausencia de elementos tóxicos • Anclaje de las plantas 1_ Observaciones a campo • Morfología del perfil • Análisis del relieve • Vegetación natural o cultivos • Actividad biológica del suelo. 2_ de la conservación de los suelos • Relieves suaves (erosión hídrica) • Bajo % de arenas (erosión eólica) • Estructuras estables en el Ap • Protección de la superficie del suelo (vegetación) 3_ de la maquinaria y herramientas de labranza • Buena capacidad de sustentación • Consistencias no plásticas ni adhesivas • Microrrelieve suave • Ausencia de piedras en el Ap • Infiltración • Percolación • Retención de humedad • Agua útil disponible • Drenaje • Intercambio gaseoso • Consistencia • Estabilidad estructural • Fertilidad • Capacidad de adsorción de bases • pH (acidéz o alcalinidad) 2_ Información complementaria • Datos de laboratorio • Datos climáticos • Experiencia de los productores • Resultados de la experimentación • Comportamiento de especies o variedades Si se cumplen estas condiciones, los rendimientos dependerán del clima y el potencial genético de los cultivos. Hall et al. (1977) también destaca la importancia de las propiedades físicas de los suelos al clasificar la calidad estructural de la capa arable de la siguiente manera: • "muy buena", cuando la capacidad de aire (macroporos) supera el 15 del volumen del suelo y su agua util (microporos), el 20%. • "buena", cuando la capacidad de aire se halla entre el 10-15% de su volúmen, y el agua útil entre el 15-20%. • "moderada", cuando la capacidad de aire se encuentra entre 5- 10% de su volumen y el agua útil entre el 10-15%. • "pobre", cuando la capacidad de aire es menor al 5% de su volumen y el agua útil, del 10 %. Los mencionados autores señalan que este planteo aun es una sobre simplificación del problema, pues no incluye la influencia del subsuelo. La presencia de horizontes genéticos, capas o panes duros o muy densos a menos de 50 cm de profundidad, también afecta el potencial de producción de un suelo, al impedir la libre proliferación de las raíces, como así también el movimiento del agua y el aire. Se reconocen dos clases de panes: los genéticos (claypanes, fragipanes, duripanes, horizontes petrocálcicos y plintita), y los inducidos, formados por la actividad del hombre (costras superficiales, horizontes Ap compactados, pisos de arado). En relación con este tema corresponde señalar que un horizonte B fuertemente textural también es un medio poco propicio para la libre proliferación de las raíces por su consistencia dura y la ausencia de macroporos en el interior de los agregados. Por lo tanto afecta el potencial de producción de un suelo si se encuentra a menos de 50 cm de profundidad. Generalmente se encuentra a los 30-40 cm, pero en suelos sódicos y Brunizems erosionados puede estar a menos de 10 cm. Las propiedades químicas de los suelos están relacionadas con la naturaleza de los materiales originarios (mineralogía y granulometría) y los factores de formación que actuaron sobre ellos durante la pedogénesis. Debe destacarse que algunas propiedades químicas actuales, como la sodicidad y la salinidad, están subordinadas a propiedades físicas (drenaje) y el relieve del paisaje. Las propiedades biológicas, a su vez, se hallan subordinadas a las propiedades físicas y químicas de los suelos, al clima, la vegetación y a la actividad del hombre. En el cuadro 2.2. se presenta una clasificación de poros según la función que cumplen y sus diámetros equivalentes (Epd), desarrollada por Greenland (1977). En el grafico 2.1/1 presentamos en forma esquemática la distribución de macro y microporos de un suelo Brunizem sin Bt (Hapludol), un Brunizem con Bt (Argiudol) y un Solonetz (Natraquol). Estos conceptos fueron tornados de Scheffer y Schachtschabel (1956). Cuadro N° 2.2. CLASES DE POROS AGRUPADOS POR SU DIAMETRO EQUIVALENTE (EPD), SEGUN GREENLAND (1977) Epd (µm) >500 Fisuras 500-50 Poros de transmisión 50-0,5 Poros de almacenamiento 0,5-0,0 Poros residuales (Epd: diámetro equivalente de poros) Grafico N° 2.2.1 REPRESENTACION ESQUEMATICA DE LA DISTRIBUCIÓN DE MACRO Y MICROPOROS EN UN HAPLUDOL, UN ARGIUDOL Y UN NATRAQUOL 2.2 ANALISIS DE ALGUNAS PROPIEDADES IMPORTANTES DE LOS SUELOS En primer lugar debemos establecer la diferencia entre el conceptode lo que es una propiedad de un suelo y el concepto de carácter morfológico. Para ello estableceremos una analogía con las ciencias biológicas, donde la Anatomía se ocupa de las formas de los organismos y sus órganos, y la Fisiología, las funciones que cumplen. Del mismo modo, en la ciencia del suelo, los caracteres morfológicos hacen referencia a la constitución ó estructura interna, relativamente estática de un suelo, mientras que las propiedades del mismo tratan de su dinámica interna, principalmente del movimiento del agua y del aire y sus consecuencias físicas, químicas y biológicas como agentes desencadenantes de reacciones. Las propiedades de un suelo dependen fundamentalmente de su porosidad y de la naturaleza mineralógica y química de los materiales originarios. La porosidad rige la capacidad de infiltración, percolación, retención de agua, la cantidad de agua disponible para las plantas, las condiciones de drenaje y el intercambio gaseoso. Los caracteres mineralógicos y químicos determinan, en cambio, la capacidad de hidratación de los coloides, las condiciones de fertilidad, la capacidad de intercambio y la saturación con bases, la reacción (pH) del medio y otros. Propiedades tales como la consistencia y la estabilidad estructural son consecuencia de interacciones físicas y químicas más complejas. El breve análisis de algunas propiedades de los suelos presentado a continuación, está orientado a señalar la aplicación de estos conocimientos sobre las decisiones del uso y manejo de los mismos. 2.2.1. Infiltración y percolación del agua Según lo señalan Kohnke y Bertrand (1950), la infiltración es la entrada de agua de lluvia en el suelo. La percolación, en cambio, es el movimiento descendente del agua a través del suelo. La tasa (mm/hora) máxima a la cual el agua puede entrar en el suelo (a un determinado grado de humedad) es la capacidad de infiltración. Del mismo modo existe una tasa de percolación y una capacidad de percolación. De estas consideraciones se desprende que la infiltración solo es un caso particular de la percolación, y que no puede percolar más agua que la que infiltra, ni infiltrar más agua de la que percola (en un suelo a capacidad de campo). Mientras la intensidad de una lluvia no supere la capacidad de infiltración, toda el agua que llega a la superficie del suelo, infiltra. Pero si la supera, se produce el escurrimiento superficial (en terrenos con pendiente) o se acumula agua libre en la superficie. La capacidad de infiltración y de percolación de un suelo depende de su textura, de su estructura y del contenido de humedad. Textura y estructura determinan a su vez el tamaño de los poros. En el cuadro N° 2.2.1 podemos observar la relación aproximada entre textura y capacidad de infiltración. Ya hemos visto en un punto anterior la clasificación de poros de Greenland, la cual, por su sencillez, creemos oportuno seguir. Así podemos decir que la infiltración depende del porcentaje de macroporos abiertos hasta la superficie. Es fácil comprender los múltiples factores que conspiran contra esta condición como el impacto de la gota de lluvia, el pisoteo del ganado y los implementos de labranza. La percolación depende, en cambio, de la continuidad de estos macroporos a lo largo del perfil. La presencia de panes genéticos e inducidos, como así también la presencia de un horizonte B fuertemente textural, afectan esta condición e inciden sobre la tasa de infiltración cuando se hallan próximos a la superficie (ver gráfico N° 2.1.1). Como hemos visto, para Greenland el diámetro equivalente de los macroporos oscila entre 50 y 500 m. Otros autores, como De Leenheer (1977), establecen para los poros de drenaje (macroporos) el rango de 9-300 µm. El movimiento del agua en los macroporos obedece a la fuerza de gravedad (agua gravitacional). El movimiento descendente del agua en los macroporos solo ocurre si estos están vacíos, es decir si no están ya ocupados por el agua de una capa de agua temporaria a permanente. Por esa razón, la lixiviación y translocación de sustancias en suelos hidromórficos es restringida. En suelos hidromórfico e hidrohalomórficos del tipo Planosol y Solonetz, los macroporos se interrumpen a la altura del horizonte B2t. Consecuentemente se forma una capa suspendida de agua (o falsa capa de agua) inmediatamente por encima de ese horizonte, la cual es el origen del horizonte E. Muchas prácticas de manejo persiguen, entre otros objetivos, mantener o crear una buena proporción de macroporos en la zona de mayor actividad radicular, aunque no siempre lo consiguen (labranza convencional, labranza mínima, labranza cero, rotación con pastura, cubierta de rastrojos, cincelado, subsolado, encalado, enyesado, etc.). 1.2.2. Retención de humedad y agua útil De los macroporos el agua pasa a los microporos (poros de almacenamiento y poros residuales), siempre que no se encuentren ya saturados con agua. La fuerza con la cual el agua es retenida en los microporos anula la acción de la gravedad, moviéndose en cualquier dirección de acuerdo con el gradiente de humedad que pudiera existir en las diferentes partes del suelo, desde zonas más húmedas hacia zonas más secas de los agregados. Las raíces de las plantas son capaces de extraer agua de poros con un diámetro equivalente de hasta 0,5 µm. Poros más pequeños, que Greenland denomina poros residuales, retienen el agua con tal fuerza que ya no puede ser extraída por las raíces. Así llegamos a los conceptos bien conocidos de "capacidad de campo", "punto de marchitez" y agua útil". Al estado de capacidad de campo todos los macroporos de un suelo están llenos de aire, mientras que los microporos (poros de almacenamiento y residuales), están llenos de agua. En el punto de marchitez, todos los macroporos y los poros de almacenamiento están llenos de aire y solo los poros residuales están llenos de agua. Esto es válido para suelos no salinos. El porcentaje de microporos de un suelo, más que de la estructura, depende de la textura. En el cuadro N° 2.2.2. podemos observar la relación existente, aproximadamente, entre clase textural, capacidad de campo, punto de marchitez y agua útil de un suelo, donde los valores se expresan en de volumen de suelo (Scheffer y Schachtschabel, 195ó). El conocimiento del agua útil de un suelo permite calcular el periodo libre de lluvias que un cultivo puede soportar sin ser afectado en su crecimiento, debiendo tenerse en cuenta varios otros factores, como la distribución de las raíces en el perfil, intensidad de las lluvias, escurrimiento superficial, evapotranspiración mensual, etc. Cuadro N° 2.2.1. RELACIÓN ENTRE CLASE TEXTURAL Y CAPACIDAD DE INFILTRACION (SEGUN KOHNKE Y BERTRAND, 195ó). Clase textural Capacidad de infiltración (mm/h) Arenosa-franca 25 - 50 Franca 2,5 - 25 Franco-limosa 7,5 - 15 Franco-arcillosa 2,5 - 5,0 Extraido de Kohnke y Bertrand, 1959, pag. 87. 2.2.3. Drenaje (Las definiciones de las clases de drenaje figuran en la guía de trabajos prácticos). El concepto de drenaje es de la mayor importancia práctica y de continua aplicación en un relevamiento de suelos, pues expresa la dinámica del agua a lo largo del perfil. Las clases 0, 1, 2 y 3 (suelos muy pobremente, pobremente, imperfectamente y moderadamente bien drenados, respectivamente), caracterizan a suelos donde el agua ocupa los macroporos durante un tiempo suficientemente prolongado como para perjudicar la respiración de las raíces de especies exigentes en O2. La clase 4 (suelos bien drenados), corresponde a suelos donde el agua percola libremente en profundidad y se restablece el intercambio gaseoso prontamente después de una lluvia, pero es retenida en cantidades adecuadas en los microporos. Las clases 5 y 6 (suelos algo excesiva y excesivamente drenados) indicanlibre percolación del agua a lo largo del perfil y pobre capacidad de retención de agua por el bajo porcentaje de microporos (suelos arenosos profundos). Suelos con problema de drenaje abundan en regiones húmedas, donde la percolación del agua se halla interrumpida o retardada por algún horizonte o capa impermeable, o también por una capa de agua en el subsuelo. La duración de las condiciones de anegamiento depende de la posición del suelo en la cuenca, o sea de la cantidad de agua que recibe desde áreas más elevadas. Así, por ejemplo, en la Pampa Ondulada en la posición de loma, encontramos suelos moderadamente bien drenados, al pie de loma, suelos imperfectamente drenados y en los planos aluviales, suelos pobremente a muy pobremente drenados. En la Pampa Deprimida, a veces los mejores suelos de las partes más elevadas del paisaje no superan la clase imperfectamente drenada. En los sectores plano-convexos de la Pampa Arenosa tenemos suelos bien a algo excesivamente drenados, los médanos pertenecen a la clase excesivamente drenada y en las depresiones se ubican los suelos imperfectamente a muy pobremente drenados. El diagnóstico de la clase de drenaje de un suelo se basa en la intensidad y ubicación de los signos de hidromorfismo del perfil. Criterios complementarios son el clima, el relieve, la vegetación y la extensión de la cuenca (nos referimos a suelos con problema de drenaje). El diagnóstico de suelos bien a excesivamente drenados, en cambio, se basa principalmente en la clase textural de los materiales originarios (granulometrias gruesas). 1.2.3. Intercambio gaseoso Este se realiza principalmente a través de los macroporos, también llamados poros de aireación. La composición del aire del suelo difiere a la de la atmósfera en cuanto a su contenido de CO2 y O2. El contenido de estos componentes de la atmosfera es bastante constante, correspondiéndole al 02 el 20,8 % y al C02 el 0,03% de su volumen. En cambio, la composición del aire del suelo es muy variable, pudiendo llegar en casos extremos a contener hasta un 10% de CO2 y solo un 1 a 2 % de O2. Esta notable diferencia se debe a la respiración de las raíces y otros organismos del suelo, como así también a la tasa de intercambio gaseoso. Para evitar una excesiva acumulación de CO2 y empobrecimiento de O2 del aire del suelo, es necesario que exista un activo intercambio gaseoso con la atmosfera, el cual se realiza por difusión. Esta se produce por la diferente presión parcial del CO2 y el O2 de ambos medios. La tasa del intercambio gaseoso depende de la abundancia de macroporos. Las plantas cultivadas son generalmente muy exigentes en O2. El aire del suelo está en estrecha relación con el agua del mismo; cuanto mayor es el contenido de agua de un suelo, menor será su contenido de aire. Suelos mal drenados, que mantienen los macroporos llenos de agua, son también mal aireados (suelos hidromórficos. Una relación optima de suelo:agua:aire es 50:30:20. (en volumen) respectivamente. Cuadro N° 2.2.2. VALORES MEDIOS DE CAPACIDAD DE CAMPO, AGUA UTIL Y CAPACIDAD DE LLUVIA APROVECHABLE (*) Tipo de suelo Capacidad de campo (g/100cm3) Punto de Marchitez (g/100 cm3) Agua util (g/100em3) Capacidad de lluvia aprovechable para 10 cm de prof. Arenoso 10 3 7 7 Areno franco 20 8 12 12 Franco arenoso 30 12 18 18 Franco -'75 15 20 20 Franco arcilloso' 40 22 18 18 Arcilloso 45 30 15 15 1 mm de lluvia = 10 m3/ha = 1l/m2 (*)Datos Extraidos de Scheffer y Schaehtschabel, 1956. Los suelos de llanura presentan frecuentes problemas de aireación por la presencia de horizontes densificados en el subsuelo. Las prácticas de manejo procuran mejorar esta situación (continuidad, profundidad y estabilidad de los macroporos). La degradación de los suelos de nuestro país generalmente consiste en la perdida de una adecuada proporción de macroporos a lo largo del perfil (compactación del Ap, encortamiento superficial y piso de arado). 2.2.5. Consistencia La capacidad de las raicillas de horadar la masa del suelo en busca de agua, aire y nutrientes es limitada. Por lo tanto, nos resulta necesario determinar la consistencia del suelo en sus primeros 50 cm para constatar la presencia o ausencia de zonas duras, impenetrables por las raíces en cualquier estado de humedad, que pudiera limitar su desarrollo, y en consecuencia, afectar su capacidad productiva. Una consistencia friable o muy friable en húmedo es el estado óptimo de un suelo para la proliferación de las raíces. Se da generalmente en suelos francos, bien estructurados y bien drenados. Durante las observaciones a campo siempre se debe determinar y consignar la consistencia de los agregados de los distintos horizontes. Si en estado húmedo se logran romper con una moderada presión entre pulgar e índice, su consistencia sea friable y las raíces podrán desarrollarse sin dificultad. Si la consistencia fuera plástica (en mojado) o dura a muy dura (en seco), las raíces tendrán dificultad para proliferar en ese medio. Esta determinación debe complementarse con una cuidadosa observación de la distribución de las raíces en el perfil. Consistencias duras o plásticas, de elevada densidad aparente, puede ser consecuencia de procesos genéticos o del mal manejo de los suelos. En el primer caso tenemos a los horizontes B fuertemente texturales con estructuras en bloques angulares, situados generalmente a menos de 50 cm de profundidad. También los fragipanes, duripanes, panes de hierro y horizontes petrocálcicos constituyen zonas infranqueables por las raíces. En cambio, el mal manejo como ser el laboreo excesivo o con un elevado contenido de humedad, favorece la formación de panes antrópicos superficiales, muy perjudiciales por afectar la zona de mayor actividad biológica. La ausencia o escasez de macroporos en ambas clases de panes seguramente es otra razón por la cual las raíces no los puedan perforar. Las prácticas de manejo destinadas a corregir esta clase de problemas serán explicadas en capítulos posteriores. Pero podemos anticipar que las posibilidades de eliminar el efecto de panes genéticos son más remotas que en el caso de los panes inducidos. 2.2.6. Estabilidad estructural La tendencia de las partículas individuales de arcilla y limo de unirse en unidades estructurales de diverso tamaño por efecto de reacciones físicas y químicas, como así también de los compuestos orgánicos del suelo, ya ha sido explicada en Edafología. La existencia de una buena estructura en el horizonte A de suelos de textura fina resulta indispensable, pues condiciona la presencia de un porcentaje adecuado de macro y microporos en la masa, cuyas funciones ya han sido explicadas en un punto anterior. En suelos arenosos, el tamaño relativamente grande de las partículas individuales de arena aseguran la existencia y estabilidad de los macroporos, y en consecuencia, la dinámica del agua y del aire no dependen en la misma medida de la estructura como en los suelos de textura fina. La estructura ideal de un horizonte A, por contener el mayor porcentaje de macroporos, es la granular fina y fuerte; menos conveniente es la estructura en bloques subangulares y las peores son la platiforme y en bloques angulares. Bloques angulares, prismas y columnas corresponden a un horizonte Bt y son netamente desfavorables para la actividad biológica por su elevada densidad aparente. Si no existe vestigio de estructura la llamaremos "masiva", la cual en muchos casos puede significar un avanzado estado de degradación física. Uno de los mayores desafíos que debe enfrentar la tecnología de suelos es la conservación, mejoramiento o creación de una estructura y consistencia apropiada del horizonte A cuando se encuentra sometido a un uso intensivo. La actividad agrícola, pastoril o forestal repercute generalmentesobre las condiciones naturales de agregación del suelo, por las grandes presiones que sobre el mismo ejercen los rodados y órganos de labranza de la maquinaria agrícola o el pisoteo del ganado, principalmente cuando su humedad en algún sector del perfil supera la capacidad de campo (agua en los macroporos). La degradación de la estructura también se produce por la eliminación del efecto protector de la cubierta vegetal sobre el impacto directo de las lluvias, la aceleración de la mineralización de la materia orgánica, la alteración del régimen térmico del suelo y la menor actividad de la fauna. Si bien la labranza del suelo aumenta la porosidad del Ap y por ende su capacidad de infiltración y aireación, la duración de este efecto es cada vez más breve a medida que la degradación avanza. La medición del volumen ocupado por macro y microporos, respectivamente, ofrece serias dificultades adquiriendo en consecuencia, las observaciones del estado del suelo a campo gran importancia. En términos generales, puede decirse que la degradación de la estructura del horizonte A se manifiesta por una alteración de la estructura (tipo, clase, grado), color, consistencia y humedad. También se manifiesta en la gleba, por la separación de grandes terrones que se secan y endurecen rápidamente. La formación de costras superficiales por efecto de lluvias moderadas se visualizan fácilmente y el piso de arado se detecta por su consistencia dura y estructura masiva. El incremento de la densidad aparente porosidad total) es otro síntoma de degradación. La rotación de cultivos con pasturas plurianuales tiene la finalidad de recomponer la estructura a través de la actividad biológica. Otras formas son el manejo de los residuos de cosecha, labranza mínima y cero, el cincelado, etc. 2.2.7. Fertilidad La fertilidad de un suelo se halla estrechamente relacionada con la riqueza en bases de sus materiales originarios, sobre todo en Ca+2. Esta condición se da generalmente en sedimentos juveniles que provienen de regiones áridas, donde la alteración de los minerales primarios como los Feldespatos y las Micas es de escasa magnitud. Es el caso de la mayoría de los materiales originarios de los suelos pampeanos y chaqueños y la razón de su elevada fertilidad potencial. En cambio, si los suelos se formaron a partir de sedimentos antiguos de la era terciara que provienen de regiones húmedas y cálidas, como es el caso de muchos suelos de la Mesopotamia, su riqueza en bases será escasa lo mismo que su fertilidad potencial (arenas cuarzosas y sesquióxidos). Conviene recordar aquí que generalmente se hace una distinción entre los conceptos de fertilidad y productividad. Fertilidad solo hace referencia a la disponibilidad de los nutrientes que requieren las plantas. En cambio, productividad es un concepto más amplio, pues además de la fertilidad, abarca a todas las propiedades físicas que permiten el buen laboreo del suelo, como estructura y consistencia. Así, por ejemplo, un suelo pedregoso, un suelo hidromórfico, un suelo muy arenoso o el suelo de una región árida pueden ser fértiles pero no serán productivos mientras no se corrijan las limitaciones correspondientes. Pero si además no fueran fértiles, la limitación de uso sería mucho más grave. Un caso ilustrativo son los Grumosoles (Argiudoles vérticos) de Entre Ríos, que a pesar de su fertilidad no son muy productivos por su elevada plasticidad y adhesividad en estado mojado y su gran dureza en seco lo cual es un serio problema para las labranzas. El diagnóstico de las causas de la disminución de la productividad de un suelo no debe limitarse al análisis de la disponibilidad de los nutrientes, pues puede estar relacionado con la degradación de sus buenas propiedades físicas originales. En este caso la fertilización no surtirá el efecto esperado y se habrá malgastado tiempo y dinero. No debe olvidarse que muchos de nuestros suelos son muy susceptibles a la degradación física. 2.2.8. Capacidad de absorción de bases Esta es una propiedad de las arcillas de retículo cristalino y de la materia orgánica que evita el excesivo lavado de las bases por las aguas de percolación, manteniéndolas al mismo tiempo en condiciones de poder ser asimilados por los organismos del suelo. Las bases de cambio, según su naturaleza, ejercen además una influencia decisiva sobre el estado de coagulación y peptización de los coloides del suelo. La capacidad de intercambio de los principales minerales de arcilla y de la materia orgánica (meq %) se ubica generalmente en los siguientes rangos de valores: Caolinita 6-8 meq % Illita 25-30 meq % Montmorillonita 80-120 meq % Ácidos húmicos 150-500 meq % Numeroso análisis han indicado a la illita como el principal mineral de arcilla de nuestros suelos pampeanos y chaqueños. La capacidad de intercambio (valor T de Hissink) es una propiedad que no se ve mayormente afectada por el uso del suelo. El principal catión adsorbido en suelos bien drenados de nuestro país es el Ca2+. En suelos hidromórfico de los planos aluviales, el ion Na+ muchas veces supera el 15 % y hasta el 50 % de la capacidad de intercambio. En el primer caso los coloides inorgánicos y orgánicos se mantienen floculados, en el segundo, están peptizados. El diagnóstico rápido de la composición del complejo de intercambio se logra a través de la determinación del valor de pH de la muestra. pH inferiores a 5 evidencian una elevada insaturación; entre 5 y 8,4 el predominio del ion Ca2+ y valores superiores a 8,4 una creciente intervención del ion Na+. 2.3. ALGUNAS REACCIONES FISICAS, QUiMICAS Y BIOQUIMICAS DE LOS SUELOS COMO SINTOMAS PARA EL DIAGNÓSTICO DE SUS PROPIEDADES Para un mejor entendimiento de las propiedades de los suelos, conviene recordar que los materiales madres que les dieron origen tuvieron muchas veces propiedades muy diferentes. Esta evolución es consecuencia de las reacciones físicas, químicas y bioquímicas que de continuo ocurren en el seno del suelo, desencadenadas por la interacción de los factores de formación. En este punto solo mencionaremos las reacciones que más influyeron sobre la evolución de las propiedades y cuya ocurrencia se refleja claramente en la morfología del perfil o pueden ser detectadas por determinaciones simples, o sea, aquellas que tienen verdadero valor diagnóstico, para relevamientos expeditivos. Una de las reacciones más trascendentales, de carácter físico, es la lixiviación de sustancias solubles y la translocación de coloides peptizados. Las condiciones predisponentes son, un clima húmedo y buen drenaje interno de los suelos (continuidad de macroporos). Por lixiviación son arrastrados las sales solubles, el yeso, los carbonatos y las bases de cambio, abandonando muchas veces definitivamente el sistema suelo de los interfluvios, para acumularse en los planos aluviales a alcanzar los cursos de agua. El movimiento de translocación es mucho más limitado, pues los coloides inorgánicos floculan en el subsuelo para formal' el horizonte B2 La presencia de panes de alta densidad a de capas de agua inhiben este proceso. En regiones áridas la lixiviación es muy limitada por falta de agua, y como la translocación de coloides solo ocurre donde las sustancias solubles y los carbonatos han desaparecido del medio, tampoco hay formación de un Bt (Ortids) y cuando este existe (Argids), se le atribuye a un paleoclima más húmedo. La presencia o ausencia de sales solubles y carbonatos, el grado de saturación del complejo de intercambio y la existencia o no de un horizonte Bt son hechos de fácil determinación y alto valor diagnóstico en relación con las propiedades de los suelos. Otra reacción, esta vez de índole química, relevante de la dinámica del agua, es el estado de oxidación o de reducción de los materiales del suelo. Siempre son deseableslas condiciones de oxidación en la zona de actividad biológica, las cuales se manifiestan por colores pardos oscuros del horizonte A y colores pardos, pardo-rojizos a rojos en el resto del perfil (Fe3+). En cambio, condiciones reductoras se manifiestan a través de colores grises, verdosos a azulados (Fe2+). Donde las condiciones de oxidación se alternan con las de reducción como es el caso de la zona de oscilaciones de una capa de agua, aparecen los moteados y concreciones de hierro. Entre las reacciones bioquímicas tenemos la humificación y la mineralización de los restos orgánicos. Ambas requieren agua, aire y energía térmica, como así también materia prima sobre la cual puedan actuar los organismos. El balance entre estas reacciones está regido en buena medida por la disponibilidad de O2 pues, donde escasea este elemento, habrá acumulación de materia orgánica poco descompuesta (suelos orgánicos); y donde abunda, la descomposición es total. El contenido de materia orgánica, que se puede apreciar a simple vista por el color del horizonte A, tiene por lo tanto también un alto valor diagnóstico en cuanto a las propiedades de los suelos. La finalidad de la observación de un perfil de suelo no debe ser meramente descriptiva sino también interpretativa de la dinámica de todas estas reacciones y sus consecuencias sobre sus propiedades actuales. En el suelo ocurren muchas otras reacciones importantes, como la hidratación de los cationes o la hidrólisis de los minerales, debiéndose tomar las expuestas a simple título de ejemplo. Volveremos sobre este tema cuando tratemos los procesos específicos de formación. 2.4. LAS PROPIEDADES DE LOS SUELOS EN RELACION CON LOS PROCESOS ESPECiFICOS DE FORMACION, LOS SISTEMAS NATURALES DE CLASÍFICACION Y LOS FACTORES DE FORMACION 2.4.1. Los procesos específicos de formación. Las reacciones mencionadas en el punto anterior pueden agruparse alrededor de siete procesos específicos de formación fundamentales, cuya consideración permite entender mejor las propiedades generales de los suelos. Sobre un mismo suelo puede actuar simultánea o sucesivamente más de un proceso, pero aquí nos referiremos a conceptos centrales. Por un lado, los procesos de formación se diferencian por el grado de alteración que han sufrido los materiales originarios. Por otro lado, deben separarse los procesos propios de ambientes bien drenados (relieves positivos) de los procesos de ambientes mal drenados (relieves negativos). Estos procesos son: Relieves positivos, bien drenados Relieves negativos, mal drenados Calcificación Salinización Lixiviación Alcalinización Podzolizacion Gleyzación Laterización En primer término debemos recordar que en la Naturaleza existen muchos suelos, aunque de menor importancia relativa, cuyos materiales originarios no sufrieron aún ninguna alteración de importancia por ser producto de un proceso de sedimentación hídrica o eólica reciente. También queremos destacar que la intensidad de las reacciones se halla en relación directa con la humedad y la temperatura disponibles. De este modo, en ambientes fríos a áridos, los procesos de formación son lentos e incipientes. Calcificación: Corresponde a una alteración poco significativa de los materiales originarios, propia de suelos juveniles o de regiones áridas o frías. Puede haber habido una lixiviación de sales, carbonatos o de algunas bases de intercambio, como así también la acumulación de cierta cantidad de humus, pero no hubo translocación de arcilla y menos aún hidrolisis de coloides inorgánicos. Lixiviación Corresponde a suelos maduros, donde además de las reacciones propias de la calcificación, ha ocurrido en distinto grado de intensidad la translocación de arcilla hacia el subsuelo, conformando un horizonte Bt. La arcilla no ha sufrido alteración química. La lixiviación se produce generalmente en regiones templadas y húmedas, y de relieves suaves (estabilidad geomórfica). Podzolizacion: Este proceso tiene su expresión más pura en regiónes de clima frio y húmedo, materiales originarias ácidos (granitos) y bajo la influencia de un bosque de coníferas. Los minerales de las rocas acidas sufren una fuerte hidrolisis, con liberación de sus (componentes principales, el Fe y el SiO2. La reacción acida del medio favorece la precipitación de la SiO2 (horizonte A2) y la migración del humus y del Fe al subsuelo (horizonte Bh y Bir). Deben prevalecer condiciones de libre drenaje. Este es el único proceso de formación casi inexistente en el país. Laterizacion: Este proceso consiste, como la podzolizacion, en la hidrolisis de los minerales de la roca madre, con liberación de Fe, Al y SiO2, pero en este caso se trata de rocas básicas (basaltos) y el clima es tropical húmedo. En un medio de reacción neutra, el Fe precipita y el SiO2 migra en profundidad arrastrado por las aguas de percolación, juntamente con los cationes, que ya no pueden ser retenidos por la destrucción de las arcillas de retículo cristalino. Las condiciones de libre drenaje conducen a la progresiva acidificación del medio y a la activación del Al como elemento toxico. Salinización: Consiste en la disolución de sales solubles tales como el NaCl, Na2S04 y NaHC03, contenidas en antiguos sedimentos marinos o formados por meteorización de rocas básicas y su concentración en las depresiones de cuencas cerradas o en los planos aluviales de los ríos. Este proceso es común en regiones áridas, pero puede extenderse a regiones húmedas por medio de las aguas superficiales o subterráneas de un curso de agua. Alcalinizacion: En regiones semiáridas principalmente, pero en nuestro país también en regiones húmedas, como consecuencia del descenso paulatino de las capas de agua, los suelos salinos evolucionan a suelos alcalinos. En una primera etapa, los aniones migran fuera del sistema, mientras que los cationes son retenidos por las arcillas de retículo cristalino. En una segunda etapa precipitan los cationes bivalentes (Ca2+ y Mg2+) en forma de carbonatos, siendo reemplazados en el complejo de intercambio por el Na+, que no forma compuestos insolubles. Este proceso solo se produce bajo condiciones de drenaje impedido. Gleyzación: Este proceso ocurre en depresiones del terreno, donde las condiciones reductoras por anegamiento dominan durante periodos prolongados. De este modo se favorece la actividad de microorganismos anaerobios, con formación de compuestos ferrosos solubles, que transmiten al material una coloración grisácea, verdosa o azulada. En la zona de oscilación de la capa de agua, la aireación temporaria del suelo provoca la precipitación de óxidos e hidróxidos de Fe y Mn (moteados y concreciones de Fe y Mn), climas húmedos, suelos ácidos y una capa de agua a menos de 1 metro de profundidad son los requerimientos básicos de este proceso. 2.4.2. Las interpretaciones a nivel de Gran Grupo y Subgrupo de Suelos Numerosos organismos nacionales e internacionales vuelcan grandes esfuerzos en la elaboración de mapas de suelo en pequeña escala (1: 100.000 a 1:5.000.000), donde la unidad taxonómica empleada es el Gran Grupo, el Subgrupo o la Familia de Suelos, complementada o no por sus Fases. La disponibilidad de imágenes satelitarias permite la obtención de una cartografía de suelos de alta precisión, a bajo costo y en reducido tiempo, de grandes cuencas, provincias, países y continentes. La interpretación con fines prácticos de las unidades taxonómicas mencionadas, por su amplio nivel de generalización, es mucho menos precisa que a nivel de Serie y Fase de Suelos. Sin embargo aporta una información valiosa para los siguientes fines: • educativos y culturales • estrategia militar • planes generales de desarrollo agropecuario y forestal • evaluación del potencial agropecuario de la zona de influencia de grandesobras hidroeléctricas • programas nacionales y regiónales de promoción de cultivos específicos programas de conservación de recursos naturales renovables (bosques, pastizales, fauna) • protección de embalses, das navegables y puertos contra el entarquinamiento (sedimentación) • transferencia internacional de los resultados de la investigacion y la experimentación. En el cuadro siguiente (N° 2.4.2/1) presentamos un intento de interpretación de Grandes Grupos de Suelos en nuestro país según el sistema de clasificación de EE.UU. de 1949')' enmiendas posteriores, sus equivalencias aproximadas en Soil Taxonomy, las relaciones con los procesos de formación, sus limitaciones y su potencial de producción. La incorporación de Fases aumentaría las posibilidades de esta tarea. Cuadro N° 2.4.2/1 ALGUNAS INTERPRETACIONES A NIVEL DE GRAN GRUPO DE SUELOS DE LA REPUBLICA ARGENTINA Procesos especificos de formación Soil Taxonomy Limitaciones Uso potencial Calcificación Haplustoll Hapludoll Vertisol Rendoll Orthids Déficit hídrico Sin limitaciones Sequia edáfica, consistencia muy plástica y adhesiva Profundidad efectiva Aridez Agricultura limitada Agricultura intensiva Agricultura limitada Agricultura Iimitada Pastoreo extensivo Lixiviación Argiudoll Argiustoll Arqids Sin limitaciones Déficit hídrico Aridez Agricultura intensiva Agricultura limitada Pastoreo extensivo Podzolización En la República Argentina solo aparece como proceso subordinado Laterización Rhodudalfes Rhodudultes Oxisoles Baja fertilidad natural Agric. limit./forestación Salinización Salides y otros suelos salinos Salinidad-drenaje Tierras yermas Natracualfes Alcalinidad-drenaje Pastoreo s/campo natural Alcalinización Natracuoles Alcalinidad-drenaje Pastoreo s/pasturas adaptadas Histosoles Forestal Acuoles Pastoril/forestal Gleyzación Alboles Drenaje Agricultura limitada 2.4.3. Interpretación de las propiedades de los suelos en relación con los factores ambientales. AI valorar las propiedades de los suelos en cuanto a su capacidad productiva, siempre se debe hacerlo en relación con los factores ambientales del lugar, como el clima, el relieve, la calidad de la cubierta vegetal y el tipo de usa del suelo actual o programado. Trataremos de ilustrar estas relaciones a través de algunos ejemplos: - Una elevada capacidad de infiltración de un suelo arenoso puede considerarse como una propiedad conveniente para una zona de intensas lluvias y relieve ondulado, pero como una propiedad inconveniente para una región semiárida o árida y ventosa. En la primera situación, el suelo no sufrirá erosión debido a los escasos escurrimientos; su baja capacidad de retención de humedad no será un problema mayor porque los periodos normales de sequía son de corta duración. Pero esta escasa capacidad de retención de humedad será un problema mayor en una región semiárida o árida, al cual habrá que agregar el elevado peligro de erosión eólica. - La lenta capacidad de percolación de un horizonte Bt puede constituir una propiedad adversa para suelos de una región húmeda; pero para una región semiárida o árida, este mismo horizonte Bt podría constituir un factor positivo por su elevada capacidad de retención de humedad. - Dos suelos con semejante secuencia de horizontes 0 capas sedimentarias en cuanto a su textura y una misma posición en al paisaje, pueden pertenecer a distintas clases de drenaje según el régimen de lluvias de la zona y dimensión de la cuenca en la que se encuentren. - Una misma consistencia plástica y adhesiva de un horizonte A será un inconveniente más grave para un suelo destinado al uso agrícola que para un uso pastoril. Así, los Grumosoles de Entre Ríos son buenas tierras pastoriles pero regulares tierras agrícolas. - El desmonte de un suelo forestal para destinarlo al uso agrícola tendrá muy distintas repercusiones sobre la estabilidad de sus propiedades según la interacción de otros factores ambientales como clima y relieve. Y así podrían darse muchos ejemplos más. La estabilidad de un ecosistema o agroecosistema está íntimamente relacionado con los factores q am bien tales y caracteres morfológicos de los suelos y esta relación es uno de los fundamentos para asignar la capacidad de uso de las tierras. La predicción de un proceso de degradación o su intensificación se basa generalmente en las consecuencias previsibles de una menor infiltración por compactación del suelo superficial y/o una menor protección de la superficie del suelo por la vegetación, Estos cambios pueden traducirse en erosión hídrica, erosión eólica, mayor sensibilidad a las sequias o salinización de los suelos afectados. Estos criterios son básicos para la planificación del uso de las tierras. 2.5. LOS PRINCIPALES SUELOS DE LA REPUBLICA ARGENTINA. SU PRODUCTIVIDAD. Resulta, por supuesto muy difícil presentar en apretada síntesis el potencial de producción de los numerosos suelos que ocupan el territorio nacional, cuya distribución geográfica puede apreciarse, en líneas generales, en el mapa de asociaciones de suelos del país de 1960 (escala 1:7.500.000). La opinión emitida al respecto debe relacionarse con el concepto central de cada suelo, pues no se toman en cuenta las Fases por pendiente, pedregosidad, suelos someros, erosión, etc. La falta de un inventario de suelos del país no permite realizar apreciaciones acerca de la superficie que ocupa cada uno de los mismos, limitándonos a presentar, en algunos casos, estimaciones de orden general. A continuación pasaremos revista de los principales suelos del país, presentándolos en términos generales, según un orden decreciente de su capacidad productiva. Criterios adicionales pueden extraerse del cuadro N° 2.4.2/1. Argiudoles y Hapludoles (Brunizems) Perfil A-Bt-C 0 A-AC-C. Estos suelos son la base de la riqueza agropecuaria del país. Su elevado potencial de producción es consecuencia de una combinación altamente favorable de propiedades del suelo (Cuadro 2.1) y clima. Los Brunizems con Bt (Argiudoles) presentan una horizonte A1 de textura más fina (franco limosa) que los Brumzems sin Bt (Hapludoles), por lo que requieren un manejo más cuidadoso para evitar una degradación física y erosión hídrica. Los Brunizems sin Bt reúnen propiedades casi ideales, dependiendo su productividad más de las contingencias climáticas. Coexisten con los Brunizems (ambientes positivos) numerosos suelos alcalinos del tipo Solonetz y los intergrados entre ambos, con severas limitaciones de uso (ambientes negativos), debiendo prestarse suma atención de no confundirlos al programar el uso de la tierra. Los Brunizems son los principales suelos agrícolas de la Pampa húmeda, extendiéndose hasta la región chaqueña central, donde conforman los Brunizems rojizos: Haplustoles y Argiustoles (Castaños) Perfil A-AC-C, a veces .A-Bt-C. Estos suelos climatogénicos ocupan una franja al Oeste del área de los Brunizems. Casi todos en nuestro país, pertenecen al Subgrupo "sin Bt", siendo los Castaños con Bt más bien una excepción. Muchos suelos Castaños tienen muy buenas propiedades físicas como químicas, pero el clima semiárido al cual se hallan vinculados, implica un severo riesgo para el éxito de los cultivos de cosecha. Abundan los suelos Castaños de textura arenosa, con baja capacidad de retención de humedad y severo peligro de erosión hídrica, como así también los castaños someros con tosca a menos de 1 metro de profundidad. En general se degradan con facilidad. Los suelos Castaños, lo mismo que los Brunizems, se hallan asociados con numerosos suelos alcalinos, y también con suelos salinos, lo cual indica la necesidad de una cuidadosa diferenciación entre ellos para no cometer errores de uso y manejo. La mayoría de los suelos Castaños se destinan a la críay engorde del ganado bovino (verdeos, pasturas permanentes y pastizales). Haplustoles-Ortids (Pardos) Perfil A-AC-C 0 A-C Para terminar con la secuencia de los suelos climatogénicos de la región pampeana, nos referiremos a los suelos Pardos. Estos ocupan una ancha franja que se adosa al Oeste del área de los suelos castaños. Su incipiente perfil presenta un horizonte A poco desarrollado (1-2 % de materia orgánica) y una ligera lixiviación de carbonatos y bases de intercambio. Predominan las texturas arenosas. A pesar de sus buenas propiedades físicas y químicas, las condiciones de aridez (250-450 mm de lluvia media anual) excluyen su destino para agricultura de secano (cultivos de cosecha, verdeos, pasturas perennes). Bajo riego llegan a ser muy productivos. De lo contrario, su potencial se limita al aprovechamiento pastoril de la estepa arbustiva, cría de ganado bovino, ovino y caprino muy extensivo con severos riesgos de degradaci6n física y erosión hídrica y eólica. Entre los suelos asociados podemos mencionar los Solonetz y los Solonchank, como asi también los Regosoles, Aluviales y Litosoles. Concepto central: VIc y VIIc. Natraquoles y Natraqualfes (Solonetz, Solonetz solodizado y Soloth) Perfil: A-Bt-C o A-B/E-Bt-C o A-E-Bt-C. Estos tres suelos comparten las extensas áreas deprimidas de la gran llanura chaco-pampeana y se caracterizan por la presencia en el subsuelo de un horizonte Bt nátrico (más del 15 % de Na+ en el complejo de intercambio), denso e impermeable, que obstaculiza el drenaje de las aguas de percolación. En consecuencia sufren de anegamiento transitorio en la parte superior de su perfil y es su principal limitación de uso, agravado por la afluencia de agua desde áreas más elevadas. Dentro del micro o mesorelieve de las áreas deprimidas, el Soloth ocupa las partes más elevadas, el Solonetz Solodizado los sectores intermedios y el Solonetz las planicies tendidas plano-cóncavas, con su característica vegetación de Distichlis sp . En el Solonetz, todo el horizonte B2 tiene elevadas concentraciones de Na+, en el Solonetz Solodizado éste se presenta de la mitad del B2 para abajo, y en el Soloth solamente la base del B2 o el B3 reúnen esta condición. También podemos señalar que generalmente el Soloth es un suelo imperfectamente drenado, el Solonetz Solodizado, un suelo pobremente drenado y el Solonetz, muy pobremente drenado. En el mismo sentido disminuye el espesor del horizonte A1, como así también la capacidad de uso de estos tres suelos. En su concepto central, el Soloth tiene una capacidad de uso IIIws a lVws, el Solonetz Solodizado, VIws y el Solonetz, VIIws. Su destino principal y casi único es el pastoril. En el Soloth se pueden instalar buenos verdeos, en los Solonetz Solodizados, pasturas perennes, mientras que los Solonetz requieren prácticas de manejo más complejas si se quiere mejorar su capacidad productiva. Argialboles (Planosoles) Perfil: A-E-Bt-C. Este suelo, que también ocupa áreas deprimidas de la llanura chaco-pampeana, se asemeja mucho a un suelos Soloth, con la diferencia que su B2t no es nátrico sino argílico (menos del 15 % de Na+ de intercambio entre los cationes adsorbidos). Los Planosoles se encuentran casi exclusivamente en el sector más húmedo de la mencionada región. Su destacado horizonte A2 es claro indicio de estar ocupado transitoriamente por una capa suspendida de agua, la cual se apoya sobre un horizonte B2t denso e impermeable. La capacidad de uso depende del espesor del horizonte A1, bien drenado. En su concepto central se lo puede ubicar en la Subclase IIIw o IVw, pero si el problema del anegamiento es más grave, pasará a la Subclase VIw. Vertisoles: (Grumosoles) Perfil: A-AC-C o A-Bt-C. Estos suelos tienen su mayor difusión en la provincia de Entre Ríos y sur de Corrientes. Evolucionan bajo clima húmedo y ocupan generalmente relieves ondulados, pero también se los encuentra en áreas planas y plano-cóncavas. Su limitación más grave en relación con el uso agrícola es la textura fina del horizonte A1, plástico y adhesivo en mojado y muy duro en seco, friable solamente en un rango de humedad muy estrecho, que dificulta su labranza. En relieves ondulados, su lenta capacidad de infiltración significa un grave peligro de erosión. Bien manejados son buenos campos de pastoreo. Están consorciados con suelos Gley subhúmicos, gley húmicos, Rendzinas (Grumosoles muy erosiónados) y Regosoles. Concepto central: Capacidad de uso IIIes. Ultisoles y Oxisoles (Latosoles) Perfil: A1-B2-C (perfiles muy profundos). Bajo esta denominación se incluye una amplia gar.na de suelos rojos tropicales de Misiones y NE de Corrientes, que en la Soil Taxonomy se distribuyen entre los Alfisoles, vertisoles y Oxisoles. En términos generales se les puede acreditar muy buenas propiedades físicas por el carácter hidrófobo de su principal coloide mineral, los sesquióxidos (Fe2O3 y Al2O3). En cambio, sus propiedades químicas son pobres, por la baja capacidad de intercambio de estos suelos (contienen un muy bajo porcentaje de arcillas de retículo cristalino, principalmente caolinita), además por el efecto toxico del Al3+. Destinados a cultivos perennes (forestales, yerba mate, té), tienen una buena capacidad productiva. Destinados a cultivos anuales (soja, maíz, mandioca), por ser menos protectores y requerir un laboreo más intensivo del suelo, se hallan muy expuestos a la erosión hídrica y otras formas de degradación, y necesitan la aplicación de enmiendas y fertilizantes. Ocupan generalmente relieves muy ondulados, pero también se los encuentra en áreas planas. Están consociados con suelos Gley húmicos en las depresiones (suelos ñau). Concepto central: capacidad de uso IIIes. Andosoles: (Andepts) Perfil: AI-2AC-3C1-4C2 etc. Estos son los suelos formados a partir de la ceniza volcánica caída en cantidades apreciables en zonas húmedos sin estación seca, condición climática necesaria para que su principal coloide inorgánico, el alófano, mantenga su condición amorfa y no evolucione a otros coloides de retículo cristalino, como la caolinita, illita, etc. Los Andosoles aparecen pues, del lado argentino de los Andes australes, de la población de Las Lajas al sur, coincidiendo con el área de distribución de los bosques subantárticos. Los renovados aportes de ceniza acarreados por los vientos del Pacifico, mantienen el estado juvenil de estos suelos, en cuyo perfil puede observarse con claridad la estratificación originada por los sucesivos depósitos de material piroclástico. Son suelos de excelentes propiedades físicas, con gran capacidad de retención de humedad y alta resistencia a la erosión hídrica, por la propiedad del alofano de bloquear el fosforo asimilable afecta seriamente su productividad agrícola. En las áreas deprimidas aparecen los suelos Gley húmicos. Capacidad de uso del concepto central: IVs (fertilidad). Histosoles e Inceptisoles hidromorficos. Acuoles (suelos gley subhumicos, gley humicos y pantanosos) Perfil: Ag-ACg-C1g-2C2g-3C3g, etc. Estos tres suelos de áreas de relieve negativo y clima húmedo (a régimen de humedad del suelo ácuico y perácuico), se forman preferentemente a partir de materiales originarios ácidos. El suelo Gley subhúmico aparece generalmente en extensas planicies anegables bajo una densa pradera húmeda, mientras que el Gley húmico y el pantanoso ocupan con mayor frecuencia áreas netamente cóncavas y bajo la influencia de una abundante vegetación palustre. Ese exceso de humedad puede provenir tanto del desborde de diversos cuerpos de agua (ríos, arroyos, lagunas, esteros), como por ascenso capilar desde una capa de agua de nivel constante, ubicada a escasa profundidad (menos de 1 metro). Las condiciones reductoras inhiben la mineralización del humus. La consiguienteacumulación de materia orgánica incompletamente descompuesta, con elevada relación C/N, es uno de los rasgos diagnósticos más evidentes, que se acentúan desde el Gley subhúmico hasta el pantanoso. A lo largo de su perfil se distingue una secuencia de capas sedimentarias gleizadas, ninguna de las cuales es totalmente impermeable como para impedir el movimiento ascendente y descendente del agua. Tienen amplia difusión en la Mesopotamia y en menor proporción en otras regiones húmedas del país, a lo largo de algunos cauces abandonados. Los suelos de Pajonal del delta del Paraná son buenos ejemplos de suelos semipantanosos y pantanosos. Los pastizales de los suelos Gley subhúmico y Gley húmicos de destinan comúnmente a la cría de ganado vacuno. Bien drenados, pueden adquirir aptitud agrícola. Los suelos Pantanosos drenados solo tienen aptitud forestal limitada (sin mejoras). Aridisoles y Entisoles de desierto En los ambientes desérticos y semidesérticos de nuestro país se asocian estrechamente estos 2 Ordenes de suelos. Su mayor difusión la encontramos en el sector central y norte de nuestra cordillera y precordillera, como así también en la Patagonia extrandina. (La asociación es algo diferente en la zona de influencia de las sierras pampeanas, por responder a condiciones climáticas diferentes En los grandes macizos cordilleranos, por meteorización física y química, se produce el desmenuzamiento de las rocas ígneas, metamórficas y sedimentarias. Los torrentes, que bajan de la alta montaña, alimentados por las aguas del deshielo y los aguaceros, arrastran este material de muy diverso tamaño hasta áreas de menor pendiente, abandonando su carga a medida que la energía cinética de las aguas disminuye. En los conos de deyección quedan los grandes bloques de piedra, en los conos aluviales los guijarros y las grabas, ingresando en las llanuras las arenas, el limo y la arcilla, como así también las sales solubles (cloruros y sulfatos). Es así que encontramos en los sectores más escarpados del paisaje los Litosoles, en los valles, los suelos Aluviales y en las depresiones de las cuencas cerradas, los Solonchank. Las arenas de los cauces de los torrentes, cuando están secos, son arrastradas por los vientos para formal' los Regosoles (médanos). En los interfluvios, en ambientes de mayor estabilidad geomórfica, se forman los suelos de desierto. De todos estos suelos, el único que tiene un alto potencial de producción son los Aluviales (agricultura de regadío y pastoril). Los demás tienen una capacidad de uso VII y VIII. Ortentes (Litosoles) Son suelos "azonales" formados por una mezcla de rocas, piedras o tosca con cualquier otro suelo y pueden aparecer bajo cualquier condición climática. Ocupan generalmente áreas escarpadas, donde la erosión elimina el material fino. No tienen aptitud agrícola (impedimento mecánico). Su uso más frecuente es el pastoril. Si el clima o el riego lo permiten, se puede instalar en ellos manualmente montes frutales o forestales. En climas húmedos, están ocupados muchas veces por bosques naturales. Capacidad de uso: V - VI - VII - VIII, subclase s. Fluvents y Aquents (Aluviales) Peril:A-AC-2C1-3C2, etc. Son suelos "azonales" que ocupan las terrazas fluviales y los planos de inundación de los ríos, formados por sedimentos juveniles de variada granulometría, depositados por el curso principal o acarreado por torrentes que bajan de las laderas laterales del valle. Los valles de los grandes ríos se subdividen en valle superior, medio e inferior, cuyos suelos se diferencian por una textura cada vez más fina, porque la capacidad de transporte de sedimentos de las aguas disminuye con la disminución de la velocidad de las mismas. La gran mayoría del millón de hectáreas que se riegan en el país corresponden a los suelos Aluviales, por ser fácilmente dominables por los canales de riego (riego por gravedad), Su productividad depende de sus condiciones de drenaje y la mineralogía de los materiales originarios. Los suelos franco arenosos finos (adecuada proporción de macro y microporos), homogéneos (sin estratificaciones de capas de arcilla o de arena gruesa), profundos (más de 1,5 metros) reúnen las mejores propiedades físicas (valle superior). Los suelos de textura fina muchas veces presentan problemas de salinidad y capas de agua a poca profundidad. Nuestros suelos Aluviales se caracterizan por su elevada fertilidad potencial, por estar constituidos por minerales primarios ricos en bases. Sin riego, los suelos Aluviales pueden ser asiento de abundantes pastizales, cuando elagua de la napa compensa la falta de lluvias. Capacidad de uso: I a VIII. Salides (anteriormente Salortides y Solonchak) Perfil: Cg-2C2g-3C3g, etc. Numerosos torrentes que bajan de las montañas, al ingresar en la llanura, pierden parte de sus aguas en sedimentos arenosos y finalmente desembocan en grandes ollas (cuencas endorreicas). En estas ollas se produce la evaporación del agua superficial o subsuperficial, dejando en la superficie del suelo una capa de espesor variable de sales solubles cristalizadas. El perfil de estos suelos se caracteriza por una fina estratificación de capas de muy diversa textura. Las más arcillosas impiden la percolación del agua en profundidad (sedimentación en aguas quietas). El verdadero Solonchank es un suelo desprovisto de vegetación, la cual se insinúa recién en los bordes de la depresión y se generaliza a medida que el terreno se eleva. El origen de las sales son los numerosos sedimentos marinos existentes en la cordillera, como asi también la intensa meteorización de los minerales ricos en bases. Capacidad de uso: VIIIs. Numerosos suelos hidromórfico con capa de agua a menos de 1 metro de profundidad, principalmente los de la gran llanura chaco- pampeana, contienen sales solubles en muy diversas concentraciones. Estos son los Aluviales, los Solonetz, Solonetz Solodizados, los Soloths y algunos Gley húmicos y subhúmico, su distribución en el perfil varía con las oscilaciones de la capa de agua y con las lluvias. El manejo de estos suelos debe procurar evitar la acumulación de sales en la zona de mayor actividad biológica: la clase de capacidad de usa depende de la gravedad del problema; la subclase es ws. Psamments (Regosoles) Perfil: gereralmente C o (A)-C Ejemplos clásicos de Regosoles son los médanos y las dunas, aunque cualquier acumulación de material terroso o pedregosa, como los canas de deyección y los conos aluviales también lo son. Los suelos Aluviales se diferencian de los Regosoles por la presencia de una capa de agua cercana a la superficie y la distribución irregular de materia orgánica a lo largo perm. Los suelos Aluviales se forman por acción del agua, mientras que los Regosoles tienen su origen generalmente por accion del viento. Los médanos tienen su principal área de difusión en las regiones áridas y desérticas del país, donde las condiciones climáticas mantienen su superficie libre de vegetación. Los fuertes vientos toman las arenas sueltas de los lechos de los torrentes, las arrastra en su dirección dominante y finalmente las deposita y acumula en sectores del paisaje protegidos de su acción. Capacidad de uso: VIIIs. Orthids - Argids (Suelos de desierto) Perfil: A-AC-C 0 A-Bt-C. Son los únicos suelos "zonales" de los desiertos y semidesiertos. Ocupan áreas planas (mesetas) de los interfluvios, protegidos por las características de su relieve de las grandes fuerzas geomórficas que actúan en estos ambientes (fuertes vientos, escasa protección vegetal, débil agregación de los materiales. En muchas ocasiones su superficie se halla protegida de la erosión eólica por un pavimento de piedras (pavimento de desierto). Esta acumulación de piedras, generalmente de forma aplanada y de 0,5 a varios cmde diámetro, se considera como el resto que queda después de una intensa deflación eólica. El corto solum, de apenas 20-30 cm de espesor, puede presentar un perfil completo con un horizonte Bt o simplemente una secuencia de horizontes A-AC (Argids u Orthids, respectivamente). Los primeros se consideran mas antiguos y pueden haberse formado bajo la acción de un paleoclima más húmedo. Casi siempre incluyen abundante material pedregoso, CaCO2 en la masa y se hallan apoyados sobre una plancha de tosca o de rocas a los 30 a 40 cm, que limita su profundidad efectiva. Su escasa cubierta vegetal, herbácea o arbustiva, permite un uso pasturil muy extensivo (lanar y caprino). Generalmente no tienen aptitud para agricultura de regadio por su pedregosidad, escasa profundidad útil y por ocupar una posición en el paisaje que no es dominable por los canales de riego. Capacidad de uso: VIIs a VIIIs. Rendoles (Rendzinas) Perfil: A-AC-Ck. Estos suelos calcimórficos tienen muy poca difusión en nuestro país. Aparecen a lo largo de la Bahía de Samborombón y el litoral atlántico, donde se originaron por acumulación de conchilla (restos de caparazones de bivalvos). También puede constituir una Rendzina cualquier suelo con un horizonte Cca que hubiera quedado expuesto a la superficie por 'efecto de la erosión. Ocupan ambientes positivos, plano convexos, bien drenados. Generalmente tienen un horizonte Al oscuro, bien provisto de materia orgánica, apoyado so- bre una acumulaci6n de calcareo suelto o cementado (Cca). Su valor agrícola depende del clima y del espesor del horizonte A1. Capacidad de uso: IIs - VIs (profundidad efectiva). REFERENCIAS Greenland, D. J. 1977. Soil damage by intensive arable cultivation: temporary or permanent? Philosopical Transacions of the Royal Society of London B, 281. 193-208 . Greenland, D. J. 1981. Soil Management and Soil Degradation. 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