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CATEDRA DE MANEJO Y 
CONSERVACIÓN DE SUELOS 
CONSERVACIÓN Y 
PLANIFICACION DEL USO DE LA 
TIERRA 
 
 
 
 
 
2.1 CRITERIOS PARA EL DIAGNOSTICO DE LAS 
PROPIEDADES DE LOS SUELOS EN RELACIÓN CON LOS 
REQUERIMIENTOS DE LAS PLANTAS, LA 
CONSERVACION DEL RECURSO Y LA MAQUINARIA 
AGRiCOLA 
 
En este punto se analiza el razonamiento a seguir para 
determinar el potencial de producción de un suelo. 
En primer término se debe considerar: 
 
a) Cuáles son los requerimientos de la gran mayoría de las 
plantas terrestres para un vigoroso crecimiento. 
 
b) Cuáles son las condiciones edáficas y ambientales que 
determinan la estabilidad ó inestabilidad de los eco y 
agrosistemas. 
 
c) Cuáles son los requerimientos de la maquinaria agrícola 
para el laboreo del suelo. 
 
En segundo término se debe considerar cuales condiciones 
físicas, químicas y biológicas están más relacionadas con estos 
requerimientos. Se pone énfasis en las propiedades físicas, y 
entre estas, las que determinan la dinámica del agua y del aire 
en el suelo. 
 
En tercer término se debe considerar, en presencia de un 
perfil de suelo, en qué medida sus caracteres morfológicos nos 
permiten arribar a un diagnóstico acerca de esas propiedades, 
relacionándolas con el clima, el paisaje y la flora como criterios 
complementarios. Si estos elementos de juicio resultaran 
insuficientes, habrá que recurrir a datos de laboratorio, a la 
experiencia de los productores y a los resultados de la 
investigación y la experimentación, si estuvieran disponibles. 
 
Se han intentado reunir los factores y criterios para el 
diagnóstico del potencial de producción de un suelo en el cuadro 
2.1. 
 
Al analizar las propiedades físicas de los suelos, se pone énfasis 
en la importancia de la distribución de las distintas clases de poros a 
lo largo del perfil, principalmente de los macroporos, también 
llamados poros de aireación o poros de transmisión. La 
existencia, continuidad y estabilidad de un adecuado porcentaje 
de macroporos a lo largo del perfil es esencial para una buena 
infiltración y percolación del agua de lluvia. Este porcentaje no 
debe ser inferior al 10% del volumen del suelo y la conservación 
o la creación de esta condición es uno de los principales 
objetivos del manejo de los suelos. 
 
Las herramientas de labranza, el tránsito de maquinaria y el 
pisoteo del ganado destruyen los macroporos con facilidad, 
principalmente cuando el suelo esta mojado. 
 
Estos conceptos coinciden con la opinión de Greenland 
(1981), quien señala que los suelos, para producir altos 
rendimientos de cosecha, deben reunir las-'siguientes 
condiciones: 
 
=> deben estar bien drenados 
=> deben contener un adecuado volumen de poros de 
transmisión 
=> deben contener por lo menos un volumen similar de 
poros de almacenaje 
=> deben permitir la libre proliferación de raíces hasta por lo 
menos 50 cm de profundidad 
=> deben estar bien provistos de todos los nutrientes 
vegetales necesarios 
=> no deben contener elementos tóxicos 
=> no deben ser ni muy ácidos ni muy alcalinos 
 
Cuadro 2.1. CRITERIOS PARA EL DIAGNOSTICO DE LA PRODUCTIVIDAD 
POTENCIAL DE UN SUELO 
 
Requerimientos 
Propiedades del 
suelo que más 
directamente 
determinan la 
productividad 
potencial 
Criterios para el 
diagnóstico de los 
suelos 
1_ De las raíces de las 
plantas 
• Aire 
• Agua 
• Nutrientes 
• Espacio útil 
(impedimentos 
mecánicos) 
• Energía térmica 
• Ausencia de 
elementos tóxicos 
• Anclaje de las 
plantas 
1_ Observaciones a 
campo 
• Morfología del perfil 
• Análisis del relieve 
• Vegetación natural o 
cultivos 
• Actividad biológica del 
suelo. 
2_ de la conservación 
de los suelos 
• Relieves suaves 
(erosión hídrica) 
• Bajo % de arenas 
(erosión eólica) 
• Estructuras 
estables en el Ap 
• Protección de la 
superficie del suelo 
(vegetación) 
3_ de la maquinaria y 
herramientas de 
labranza 
• Buena capacidad de 
sustentación 
• Consistencias no 
plásticas ni adhesivas 
• Microrrelieve suave 
• Ausencia de piedras 
en el Ap 
• Infiltración 
• Percolación 
• Retención de 
humedad 
• Agua útil 
disponible 
• Drenaje 
• Intercambio 
gaseoso 
• Consistencia 
• Estabilidad 
estructural 
• Fertilidad 
• Capacidad de 
adsorción de bases 
• pH (acidéz o 
alcalinidad) 
2_ Información 
complementaria 
• Datos de laboratorio 
• Datos climáticos 
• Experiencia de los 
productores 
• Resultados de la 
experimentación 
• Comportamiento de 
especies o variedades 
 
Si se cumplen estas condiciones, los rendimientos dependerán 
del clima y el potencial genético de los cultivos. 
 
Hall et al. (1977) también destaca la importancia de las 
propiedades físicas de los suelos al clasificar la calidad estructural de 
la capa arable de la siguiente manera: 
 
• "muy buena", cuando la capacidad de aire (macroporos) supera 
el 15 del volumen del suelo y su agua util (microporos), el 20%. 
• "buena", cuando la capacidad de aire se halla entre el 10-15% 
de su volúmen, y el agua útil entre el 15-20%. 
• "moderada", cuando la capacidad de aire se encuentra entre 5-
10% de su volumen y el agua útil entre el 10-15%. 
• "pobre", cuando la capacidad de aire es menor al 5% de su 
volumen y el agua útil, del 10 %. 
 
Los mencionados autores señalan que este planteo aun es una 
sobre simplificación del problema, pues no incluye la influencia del 
subsuelo. 
 
La presencia de horizontes genéticos, capas o panes duros o 
muy densos a menos de 50 cm de profundidad, también afecta el 
potencial de producción de un suelo, al impedir la libre proliferación 
de las raíces, como así también el movimiento del agua y el aire. 
 
Se reconocen dos clases de panes: los genéticos (claypanes, 
fragipanes, duripanes, horizontes petrocálcicos y plintita), y los 
inducidos, formados por la actividad del hombre (costras 
superficiales, horizontes Ap compactados, pisos de arado). 
 
En relación con este tema corresponde señalar que un 
horizonte B fuertemente textural también es un medio poco propicio 
para la libre proliferación de las raíces por su consistencia dura y la 
ausencia de macroporos en el interior de los agregados. Por lo tanto 
afecta el potencial de producción de un suelo si se encuentra a 
menos de 50 cm de profundidad. Generalmente se encuentra a los 
30-40 cm, pero en suelos sódicos y Brunizems erosionados puede 
estar a menos de 10 cm. 
 
Las propiedades químicas de los suelos están relacionadas con 
la naturaleza de los materiales originarios (mineralogía y 
granulometría) y los factores de formación que actuaron sobre ellos 
durante la pedogénesis. Debe destacarse que algunas propiedades 
químicas actuales, como la sodicidad y la salinidad, están 
subordinadas a propiedades físicas (drenaje) y el relieve del paisaje. 
Las propiedades biológicas, a su vez, se hallan subordinadas a las 
propiedades físicas y químicas de los suelos, al clima, la vegetación 
y a la actividad del hombre. 
 
En el cuadro 2.2. se presenta una clasificación de poros según 
la función que cumplen y sus diámetros equivalentes (Epd), 
desarrollada por Greenland (1977). En el grafico 2.1/1 presentamos 
en forma esquemática la distribución de macro y microporos de un 
suelo Brunizem sin Bt (Hapludol), un Brunizem con Bt (Argiudol) y 
un Solonetz (Natraquol). Estos conceptos fueron tornados de 
Scheffer y Schachtschabel (1956). 
 
Cuadro N° 2.2. CLASES DE POROS AGRUPADOS POR SU DIAMETRO 
EQUIVALENTE (EPD), SEGUN GREENLAND (1977) 
 
Epd (µm) 
 >500 Fisuras 
500-50 Poros de transmisión 
 50-0,5 Poros de almacenamiento 
0,5-0,0 Poros residuales 
 (Epd: diámetro equivalente de poros) 
 
 
Grafico N° 2.2.1 REPRESENTACION ESQUEMATICA DE LA 
DISTRIBUCIÓN DE MACRO Y MICROPOROS EN UN 
HAPLUDOL, UN ARGIUDOL Y UN NATRAQUOL 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
2.2 ANALISIS DE ALGUNAS PROPIEDADES IMPORTANTES 
DE LOS SUELOS 
 
En primer lugar debemos establecer la diferencia entre el 
conceptode lo que es una propiedad de un suelo y el concepto 
de carácter morfológico. Para ello estableceremos una analogía 
con las ciencias biológicas, donde la Anatomía se ocupa de las 
formas de los organismos y sus órganos, y la Fisiología, las 
funciones que cumplen. Del mismo modo, en la ciencia del 
suelo, los caracteres morfológicos hacen referencia a la 
constitución ó estructura interna, relativamente estática de un 
suelo, mientras que las propiedades del mismo tratan de su 
dinámica interna, principalmente del movimiento del agua y del 
aire y sus consecuencias físicas, químicas y biológicas como 
agentes desencadenantes de reacciones. 
 
Las propiedades de un suelo dependen fundamentalmente 
de su porosidad y de la naturaleza mineralógica y química de los 
materiales originarios. La porosidad rige la capacidad de 
infiltración, percolación, retención de agua, la cantidad de agua 
disponible para las plantas, las condiciones de drenaje y el 
intercambio gaseoso. Los caracteres mineralógicos y químicos 
determinan, en cambio, la capacidad de hidratación de los 
coloides, las condiciones de fertilidad, la capacidad de 
intercambio y la saturación con bases, la reacción (pH) del 
medio y otros. Propiedades tales como la consistencia y la 
estabilidad estructural son consecuencia de interacciones físicas 
y químicas más complejas. 
 
El breve análisis de algunas propiedades de los suelos 
presentado a continuación, está orientado a señalar la aplicación 
de estos conocimientos sobre las decisiones del uso y manejo de 
los mismos. 
 
2.2.1. Infiltración y percolación del agua 
 
Según lo señalan Kohnke y Bertrand (1950), la infiltración 
es la entrada de agua de lluvia en el suelo. La percolación, en 
cambio, es el movimiento descendente del agua a través del 
suelo. La tasa (mm/hora) máxima a la cual el agua puede entrar 
en el suelo (a un determinado grado de humedad) es la 
capacidad de infiltración. Del mismo modo existe una tasa de 
percolación y una capacidad de percolación. 
 
De estas consideraciones se desprende que la infiltración 
solo es un caso particular de la percolación, y que no puede 
percolar más agua que la que infiltra, ni infiltrar más agua de la 
que percola (en un suelo a capacidad de campo). Mientras la 
intensidad de una lluvia no supere la capacidad de infiltración, 
toda el agua que llega a la superficie del suelo, infiltra. Pero si la 
supera, se produce el escurrimiento superficial (en terrenos con 
pendiente) o se acumula agua libre en la superficie. 
 
La capacidad de infiltración y de percolación de un suelo 
depende de su textura, de su estructura y del contenido de 
humedad. Textura y estructura determinan a su vez el tamaño 
de los poros. En el cuadro N° 2.2.1 podemos observar la 
relación aproximada entre textura y capacidad de infiltración. Ya 
hemos visto en un punto anterior la clasificación de poros de 
Greenland, la cual, por su sencillez, creemos oportuno seguir. 
 
Así podemos decir que la infiltración depende del porcentaje 
de macroporos abiertos hasta la superficie. Es fácil comprender 
los múltiples factores que conspiran contra esta condición como 
el impacto de la gota de lluvia, el pisoteo del ganado y los 
implementos de labranza. 
 
La percolación depende, en cambio, de la continuidad de 
estos macroporos a lo largo del perfil. La presencia de panes 
genéticos e inducidos, como así también la presencia de un 
horizonte B fuertemente textural, afectan esta condición e 
inciden sobre la tasa de infiltración cuando se hallan próximos a 
la superficie (ver gráfico N° 2.1.1). 
 
Como hemos visto, para Greenland el diámetro equivalente 
de los macroporos oscila entre 50 y 500 m. Otros autores, como 
De Leenheer (1977), establecen para los poros de drenaje 
(macroporos) el rango de 9-300 µm. El movimiento del agua en 
los macroporos obedece a la fuerza de gravedad (agua 
gravitacional). El movimiento descendente del agua en los 
macroporos solo ocurre si estos están vacíos, es decir si no 
están ya ocupados por el agua de una capa de agua temporaria 
a permanente. Por esa razón, la lixiviación y translocación de 
sustancias en suelos hidromórficos es restringida. 
 
En suelos hidromórfico e hidrohalomórficos del tipo Planosol 
y Solonetz, los macroporos se interrumpen a la altura del 
horizonte B2t. Consecuentemente se forma una capa suspendida 
de agua (o falsa capa de agua) inmediatamente por encima de 
ese horizonte, la cual es el origen del horizonte E. 
 
Muchas prácticas de manejo persiguen, entre otros objetivos, 
mantener o crear una buena proporción de macroporos en la zona 
de mayor actividad radicular, aunque no siempre lo consiguen 
(labranza convencional, labranza mínima, labranza cero, rotación 
con pastura, cubierta de rastrojos, cincelado, subsolado, encalado, 
enyesado, etc.). 
 
1.2.2. Retención de humedad y agua útil 
 
De los macroporos el agua pasa a los microporos (poros de 
almacenamiento y poros residuales), siempre que no se 
encuentren ya saturados con agua. La fuerza con la cual el agua 
es retenida en los microporos anula la acción de la gravedad, 
moviéndose en cualquier dirección de acuerdo con el gradiente 
de humedad que pudiera existir en las diferentes partes del 
suelo, desde zonas más húmedas hacia zonas más secas de los 
agregados. Las raíces de las plantas son capaces de extraer 
agua de poros con un diámetro equivalente de hasta 0,5 µm. 
Poros más pequeños, que Greenland denomina poros residuales, 
retienen el agua con tal fuerza que ya no puede ser extraída por 
las raíces. 
 
Así llegamos a los conceptos bien conocidos de "capacidad 
de campo", "punto de marchitez" y agua útil". Al estado de 
capacidad de campo todos los macroporos de un suelo están 
llenos de aire, mientras que los microporos (poros de 
almacenamiento y residuales), están llenos de agua. En el punto 
de marchitez, todos los macroporos y los poros de 
almacenamiento están llenos de aire y solo los poros residuales 
están llenos de agua. Esto es válido para suelos no salinos. 
 
El porcentaje de microporos de un suelo, más que de la 
estructura, depende de la textura. En el cuadro N° 2.2.2. 
podemos observar la relación existente, aproximadamente, entre 
clase textural, capacidad de campo, punto de marchitez y agua 
útil de un suelo, donde los valores se expresan en de volumen de 
suelo (Scheffer y Schachtschabel, 195ó). 
 
El conocimiento del agua útil de un suelo permite calcular el 
periodo libre de lluvias que un cultivo puede soportar sin ser 
afectado en su crecimiento, debiendo tenerse en cuenta varios 
otros factores, como la distribución de las raíces en el perfil, 
intensidad de las lluvias, escurrimiento superficial, 
evapotranspiración mensual, etc. 
 
Cuadro N° 2.2.1. 
RELACIÓN ENTRE CLASE TEXTURAL Y CAPACIDAD DE INFILTRACION 
(SEGUN KOHNKE Y BERTRAND, 195ó). 
 
Clase textural 
Capacidad de 
infiltración 
(mm/h) 
Arenosa-franca 25 - 50 
Franca 2,5 - 25 
Franco-limosa 7,5 - 15 
Franco-arcillosa 2,5 - 5,0 
Extraido de Kohnke y Bertrand, 1959, pag. 87. 
 
 
2.2.3. Drenaje 
(Las definiciones de las clases de drenaje figuran en la guía de trabajos 
prácticos). 
 
El concepto de drenaje es de la mayor importancia práctica y 
de continua aplicación en un relevamiento de suelos, pues 
expresa la dinámica del agua a lo largo del perfil. 
 
Las clases 0, 1, 2 y 3 (suelos muy pobremente, pobremente, 
imperfectamente y moderadamente bien drenados, 
respectivamente), caracterizan a suelos donde el agua ocupa los 
macroporos durante un tiempo suficientemente prolongado como 
para perjudicar la respiración de las raíces de especies exigentes en 
O2. 
 
La clase 4 (suelos bien drenados), corresponde a suelos 
donde el agua percola libremente en profundidad y se restablece 
el intercambio gaseoso prontamente después de una lluvia, pero 
es retenida en cantidades adecuadas en los microporos. 
 
Las clases 5 y 6 (suelos algo excesiva y excesivamente 
drenados) indicanlibre percolación del agua a lo largo del perfil y 
pobre capacidad de retención de agua por el bajo porcentaje de 
microporos (suelos arenosos profundos). 
 
Suelos con problema de drenaje abundan en regiones 
húmedas, donde la percolación del agua se halla interrumpida o 
retardada por algún horizonte o capa impermeable, o también 
por una capa de agua en el subsuelo. La duración de las 
condiciones de anegamiento depende de la posición del suelo en 
la cuenca, o sea de la cantidad de agua que recibe desde áreas 
más elevadas. 
 
Así, por ejemplo, en la Pampa Ondulada en la posición de 
loma, encontramos suelos moderadamente bien drenados, al pie 
de loma, suelos imperfectamente drenados y en los planos 
aluviales, suelos pobremente a muy pobremente drenados. En la 
Pampa Deprimida, a veces los mejores suelos de las partes más 
elevadas del paisaje no superan la clase imperfectamente 
drenada. 
 
En los sectores plano-convexos de la Pampa Arenosa 
tenemos suelos bien a algo excesivamente drenados, los 
médanos pertenecen a la clase excesivamente drenada y en las 
depresiones se ubican los suelos imperfectamente a muy 
pobremente drenados. 
 
El diagnóstico de la clase de drenaje de un suelo se basa en 
la intensidad y ubicación de los signos de hidromorfismo del 
perfil. Criterios complementarios son el clima, el relieve, la 
vegetación y la extensión de la cuenca (nos referimos a suelos 
con problema de drenaje). El diagnóstico de suelos bien a 
excesivamente drenados, en cambio, se basa principalmente en 
la clase textural de los materiales originarios (granulometrias 
gruesas). 
 
1.2.3. Intercambio gaseoso 
 
Este se realiza principalmente a través de los macroporos, 
también llamados poros de aireación. La composición del aire 
del suelo difiere a la de la atmósfera en cuanto a su contenido 
de CO2 y O2. El contenido de estos componentes de la atmosfera 
es bastante constante, correspondiéndole al 02 el 20,8 % y al 
C02 el 0,03% de su volumen. En cambio, la composición del aire 
del suelo es muy variable, pudiendo llegar en casos extremos a 
contener hasta un 10% de CO2 y solo un 1 a 2 % de O2. 
 
Esta notable diferencia se debe a la respiración de las raíces 
y otros organismos del suelo, como así también a la tasa de 
intercambio gaseoso. Para evitar una excesiva acumulación de 
CO2 y empobrecimiento de O2 del aire del suelo, es necesario 
que exista un activo intercambio gaseoso con la atmosfera, el 
cual se realiza por difusión. Esta se produce por la diferente 
presión parcial del CO2 y el O2 de ambos medios. La tasa del 
intercambio gaseoso depende de la abundancia de macroporos. 
Las plantas cultivadas son generalmente muy exigentes en O2. 
 
El aire del suelo está en estrecha relación con el agua del 
mismo; cuanto mayor es el contenido de agua de un suelo, 
menor será su contenido de aire. Suelos mal drenados, que 
mantienen los macroporos llenos de agua, son también mal 
aireados (suelos hidromórficos. Una relación optima de 
suelo:agua:aire es 50:30:20. (en volumen) respectivamente. 
Cuadro N° 2.2.2. 
VALORES MEDIOS DE CAPACIDAD DE CAMPO, AGUA UTIL Y 
CAPACIDAD DE LLUVIA APROVECHABLE (*) 
 
Tipo de suelo 
Capacidad de 
campo 
(g/100cm3) 
Punto de 
Marchitez 
(g/100 cm3) 
Agua util 
(g/100em3) 
Capacidad de 
lluvia 
aprovechable 
para 10 cm de 
prof. 
Arenoso 10 3 7 7 
Areno franco 20 8 12 12 
Franco 
arenoso 
30 12 18 18 
Franco -'75 15 20 20 
Franco 
arcilloso' 
40 22 18 18 
Arcilloso 45 30 15 15 
1 mm de lluvia = 10 m3/ha = 1l/m2 
(*)Datos Extraidos de Scheffer y Schaehtschabel, 1956. 
 
Los suelos de llanura presentan frecuentes problemas de 
aireación por la presencia de horizontes densificados en el 
subsuelo. Las prácticas de manejo procuran mejorar esta 
situación (continuidad, profundidad y estabilidad de los 
macroporos). La degradación de los suelos de nuestro país 
generalmente consiste en la perdida de una adecuada proporción 
de macroporos a lo largo del perfil (compactación del Ap, 
encortamiento superficial y piso de arado). 
 
2.2.5. Consistencia 
 
La capacidad de las raicillas de horadar la masa del suelo en 
busca de agua, aire y nutrientes es limitada. Por lo tanto, nos 
resulta necesario determinar la consistencia del suelo en sus 
primeros 50 cm para constatar la presencia o ausencia de zonas 
duras, impenetrables por las raíces en cualquier estado de 
humedad, que pudiera limitar su desarrollo, y en consecuencia, 
afectar su capacidad productiva. 
 
Una consistencia friable o muy friable en húmedo es el 
estado óptimo de un suelo para la proliferación de las raíces. Se 
da generalmente en suelos francos, bien estructurados y bien 
drenados. Durante las observaciones a campo siempre se debe 
determinar y consignar la consistencia de los agregados de los 
distintos horizontes. Si en estado húmedo se logran romper con 
una moderada presión entre pulgar e índice, su consistencia sea 
friable y las raíces podrán desarrollarse sin dificultad. Si la 
consistencia fuera plástica (en mojado) o dura a muy dura (en 
seco), las raíces tendrán dificultad para proliferar en ese medio. 
Esta determinación debe complementarse con una cuidadosa 
observación de la distribución de las raíces en el perfil. 
 
Consistencias duras o plásticas, de elevada densidad 
aparente, puede ser consecuencia de procesos genéticos o del 
mal manejo de los suelos. En el primer caso tenemos a los 
horizontes B fuertemente texturales con estructuras en bloques 
angulares, situados generalmente a menos de 50 cm de 
profundidad. También los fragipanes, duripanes, panes de hierro 
y horizontes petrocálcicos constituyen zonas infranqueables por 
las raíces. En cambio, el mal manejo como ser el laboreo 
excesivo o con un elevado contenido de humedad, favorece la 
formación de panes antrópicos superficiales, muy perjudiciales 
por afectar la zona de mayor actividad biológica. La ausencia o 
escasez de macroporos en ambas clases de panes seguramente 
es otra razón por la cual las raíces no los puedan perforar. 
 
Las prácticas de manejo destinadas a corregir esta clase de 
problemas serán explicadas en capítulos posteriores. Pero 
podemos anticipar que las posibilidades de eliminar el efecto de 
panes genéticos son más remotas que en el caso de los panes 
inducidos. 
 
2.2.6. Estabilidad estructural 
 
La tendencia de las partículas individuales de arcilla y limo 
de unirse en unidades estructurales de diverso tamaño por 
efecto de reacciones físicas y químicas, como así también de los 
compuestos orgánicos del suelo, ya ha sido explicada en 
Edafología. 
 
La existencia de una buena estructura en el horizonte A de 
suelos de textura fina resulta indispensable, pues condiciona la 
presencia de un porcentaje adecuado de macro y microporos en 
la masa, cuyas funciones ya han sido explicadas en un punto 
anterior. En suelos arenosos, el tamaño relativamente grande de 
las partículas individuales de arena aseguran la existencia y 
estabilidad de los macroporos, y en consecuencia, la dinámica 
del agua y del aire no dependen en la misma medida de la 
estructura como en los suelos de textura fina. 
 
La estructura ideal de un horizonte A, por contener el mayor 
porcentaje de macroporos, es la granular fina y fuerte; menos 
conveniente es la estructura en bloques subangulares y las 
peores son la platiforme y en bloques angulares. Bloques 
angulares, prismas y columnas corresponden a un horizonte Bt 
y son netamente desfavorables para la actividad biológica por 
su elevada densidad aparente. 
 
Si no existe vestigio de estructura la llamaremos "masiva", 
la cual en muchos casos puede significar un avanzado estado 
de degradación física. 
 
Uno de los mayores desafíos que debe enfrentar la 
tecnología de suelos es la conservación, mejoramiento o 
creación de una estructura y consistencia apropiada del 
horizonte A cuando se encuentra sometido a un uso intensivo. 
La actividad agrícola, pastoril o forestal repercute generalmentesobre las condiciones naturales de agregación del suelo, por las 
grandes presiones que sobre el mismo ejercen los rodados y 
órganos de labranza de la maquinaria agrícola o el pisoteo del 
ganado, principalmente cuando su humedad en algún sector del 
perfil supera la capacidad de campo (agua en los macroporos). 
 
La degradación de la estructura también se produce por la 
eliminación del efecto protector de la cubierta vegetal sobre el 
impacto directo de las lluvias, la aceleración de la mineralización 
de la materia orgánica, la alteración del régimen térmico del 
suelo y la menor actividad de la fauna. Si bien la labranza del 
suelo aumenta la porosidad del Ap y por ende su capacidad de 
infiltración y aireación, la duración de este efecto es cada vez 
más breve a medida que la degradación avanza. 
 
La medición del volumen ocupado por macro y microporos, 
respectivamente, ofrece serias dificultades adquiriendo en 
consecuencia, las observaciones del estado del suelo a campo 
gran importancia. En términos generales, puede decirse que la 
degradación de la estructura del horizonte A se manifiesta por 
una alteración de la estructura (tipo, clase, grado), color, 
consistencia y humedad. También se manifiesta en la gleba, por 
la separación de grandes terrones que se secan y endurecen 
rápidamente. La formación de costras superficiales por efecto 
de lluvias moderadas se visualizan fácilmente y el piso de arado 
se detecta por su consistencia dura y estructura masiva. El 
incremento de la densidad aparente porosidad total) es otro 
síntoma de degradación. 
 
La rotación de cultivos con pasturas plurianuales tiene la 
finalidad de recomponer la estructura a través de la actividad 
biológica. Otras formas son el manejo de los residuos de 
cosecha, labranza mínima y cero, el cincelado, etc. 
 
2.2.7. Fertilidad 
 
La fertilidad de un suelo se halla estrechamente relacionada 
con la riqueza en bases de sus materiales originarios, sobre 
todo en Ca+2. Esta condición se da generalmente en 
sedimentos juveniles que provienen de regiones áridas, donde 
la alteración de los minerales primarios como los Feldespatos y 
las Micas es de escasa magnitud. Es el caso de la mayoría de 
los materiales originarios de los suelos pampeanos y chaqueños 
y la razón de su elevada fertilidad potencial. 
 
En cambio, si los suelos se formaron a partir de sedimentos 
antiguos de la era terciara que provienen de regiones húmedas 
y cálidas, como es el caso de muchos suelos de la 
Mesopotamia, su riqueza en bases será escasa lo mismo que su 
fertilidad potencial (arenas cuarzosas y sesquióxidos). 
 
Conviene recordar aquí que generalmente se hace una 
distinción entre los conceptos de fertilidad y productividad. 
Fertilidad solo hace referencia a la disponibilidad de los 
nutrientes que requieren las plantas. En cambio, productividad 
es un concepto más amplio, pues además de la fertilidad, 
abarca a todas las propiedades físicas que permiten el buen 
laboreo del suelo, como estructura y consistencia. Así, por 
ejemplo, un suelo pedregoso, un suelo hidromórfico, un suelo 
muy arenoso o el suelo de una región árida pueden ser fértiles 
pero no serán productivos mientras no se corrijan las 
limitaciones correspondientes. Pero si además no fueran fértiles, 
la limitación de uso sería mucho más grave. Un caso ilustrativo 
son los Grumosoles (Argiudoles vérticos) de Entre Ríos, que a 
pesar de su fertilidad no son muy productivos por su elevada 
plasticidad y adhesividad en estado mojado y su gran dureza en 
seco lo cual es un serio problema para las labranzas. 
 
El diagnóstico de las causas de la disminución de la 
productividad de un suelo no debe limitarse al análisis de la 
disponibilidad de los nutrientes, pues puede estar relacionado 
con la degradación de sus buenas propiedades físicas originales. 
En este caso la fertilización no surtirá el efecto esperado y se 
habrá malgastado tiempo y dinero. No debe olvidarse que 
muchos de nuestros suelos son muy susceptibles a la 
degradación física. 
 
2.2.8. Capacidad de absorción de bases 
 
Esta es una propiedad de las arcillas de retículo cristalino y 
de la materia orgánica que evita el excesivo lavado de las bases 
por las aguas de percolación, manteniéndolas al mismo tiempo 
en condiciones de poder ser asimilados por los organismos del 
suelo. Las bases de cambio, según su naturaleza, ejercen 
además una influencia decisiva sobre el estado de coagulación y 
peptización de los coloides del suelo. 
 
La capacidad de intercambio de los principales minerales de 
arcilla y de la materia orgánica (meq %) se ubica generalmente 
en los siguientes rangos de valores: 
 
Caolinita 6-8 meq % 
Illita 25-30 meq % 
Montmorillonita 80-120 meq % 
Ácidos húmicos 150-500 meq % 
 
Numeroso análisis han indicado a la illita como el principal 
mineral de arcilla de nuestros suelos pampeanos y chaqueños. 
La capacidad de intercambio (valor T de Hissink) es una 
propiedad que no se ve mayormente afectada por el uso del 
suelo. El principal catión adsorbido en suelos bien drenados de 
nuestro país es el Ca2+. En suelos hidromórfico de los planos 
aluviales, el ion Na+ muchas veces supera el 15 % y hasta el 50 
% de la capacidad de intercambio. En el primer caso los coloides 
inorgánicos y orgánicos se mantienen floculados, en el segundo, 
están peptizados. 
 
El diagnóstico rápido de la composición del complejo de 
intercambio se logra a través de la determinación del valor de 
pH de la muestra. pH inferiores a 5 evidencian una elevada 
insaturación; entre 5 y 8,4 el predominio del ion Ca2+ y valores 
superiores a 8,4 una creciente intervención del ion Na+. 
 
2.3. ALGUNAS REACCIONES FISICAS, QUiMICAS Y 
BIOQUIMICAS DE LOS SUELOS COMO SINTOMAS PARA 
EL DIAGNÓSTICO DE SUS PROPIEDADES 
 
Para un mejor entendimiento de las propiedades de los 
suelos, conviene recordar que los materiales madres que les 
dieron origen tuvieron muchas veces propiedades muy 
diferentes. Esta evolución es consecuencia de las reacciones 
físicas, químicas y bioquímicas que de continuo ocurren en el 
seno del suelo, desencadenadas por la interacción de los 
factores de formación. 
 
En este punto solo mencionaremos las reacciones que más 
influyeron sobre la evolución de las propiedades y cuya 
ocurrencia se refleja claramente en la morfología del perfil o 
pueden ser detectadas por determinaciones simples, o sea, 
aquellas que tienen verdadero valor diagnóstico, para 
relevamientos expeditivos. 
 
Una de las reacciones más trascendentales, de carácter 
físico, es la lixiviación de sustancias solubles y la 
translocación de coloides peptizados. Las condiciones 
predisponentes son, un clima húmedo y buen drenaje interno de 
los suelos (continuidad de macroporos). Por lixiviación son 
arrastrados las sales solubles, el yeso, los carbonatos y las bases 
de cambio, abandonando muchas veces definitivamente el 
sistema suelo de los interfluvios, para acumularse en los planos 
aluviales a alcanzar los cursos de agua. El movimiento de 
translocación es mucho más limitado, pues los coloides 
inorgánicos floculan en el subsuelo para formal' el horizonte B2 
La presencia de panes de alta densidad a de capas de agua 
inhiben este proceso. 
En regiones áridas la lixiviación es muy limitada por falta de 
agua, y como la translocación de coloides solo ocurre donde las 
sustancias solubles y los carbonatos han desaparecido del 
medio, tampoco hay formación de un Bt (Ortids) y cuando este 
existe (Argids), se le atribuye a un paleoclima más húmedo. 
 
La presencia o ausencia de sales solubles y carbonatos, el 
grado de saturación del complejo de intercambio y la existencia o 
no de un horizonte Bt son hechos de fácil determinación y alto 
valor diagnóstico en relación con las propiedades de los suelos. 
 
Otra reacción, esta vez de índole química, relevante de la 
dinámica del agua, es el estado de oxidación o de reducción de 
los materiales del suelo. Siempre son deseableslas condiciones 
de oxidación en la zona de actividad biológica, las cuales se 
manifiestan por colores pardos oscuros del horizonte A y colores 
pardos, pardo-rojizos a rojos en el resto del perfil (Fe3+). En 
cambio, condiciones reductoras se manifiestan a través de 
colores grises, verdosos a azulados (Fe2+). 
 
Donde las condiciones de oxidación se alternan con las de 
reducción como es el caso de la zona de oscilaciones de una 
capa de agua, aparecen los moteados y concreciones de hierro. 
 
Entre las reacciones bioquímicas tenemos la humificación 
y la mineralización de los restos orgánicos. Ambas requieren 
agua, aire y energía térmica, como así también materia prima 
sobre la cual puedan actuar los organismos. El balance entre 
estas reacciones está regido en buena medida por la 
disponibilidad de O2 pues, donde escasea este elemento, habrá 
acumulación de materia orgánica poco descompuesta (suelos 
orgánicos); y donde abunda, la descomposición es total. El 
contenido de materia orgánica, que se puede apreciar a simple 
vista por el color del horizonte A, tiene por lo tanto también un 
alto valor diagnóstico en cuanto a las propiedades de los suelos. 
 
La finalidad de la observación de un perfil de suelo no debe 
ser meramente descriptiva sino también interpretativa de la 
dinámica de todas estas reacciones y sus consecuencias sobre 
sus propiedades actuales. 
 
En el suelo ocurren muchas otras reacciones importantes, 
como la hidratación de los cationes o la hidrólisis de los 
minerales, debiéndose tomar las expuestas a simple título de 
ejemplo. Volveremos sobre este tema cuando tratemos los 
procesos específicos de formación. 
 
2.4. LAS PROPIEDADES DE LOS SUELOS EN RELACION CON 
LOS PROCESOS ESPECiFICOS DE FORMACION, LOS 
SISTEMAS NATURALES DE CLASÍFICACION Y LOS 
FACTORES DE FORMACION 
 
2.4.1. Los procesos específicos de formación. 
 
Las reacciones mencionadas en el punto anterior pueden 
agruparse alrededor de siete procesos específicos de formación 
fundamentales, cuya consideración permite entender mejor las 
propiedades generales de los suelos. Sobre un mismo suelo 
puede actuar simultánea o sucesivamente más de un proceso, 
pero aquí nos referiremos a conceptos centrales. 
 
Por un lado, los procesos de formación se diferencian por el 
grado de alteración que han sufrido los materiales originarios. 
Por otro lado, deben separarse los procesos propios de 
ambientes bien drenados (relieves positivos) de los procesos de 
ambientes mal drenados (relieves negativos). 
Estos procesos son: 
 
Relieves positivos, 
bien drenados 
Relieves negativos, 
mal drenados 
Calcificación Salinización 
Lixiviación Alcalinización 
Podzolizacion Gleyzación 
Laterización 
 
En primer término debemos recordar que en la Naturaleza 
existen muchos suelos, aunque de menor importancia relativa, 
cuyos materiales originarios no sufrieron aún ninguna alteración 
de importancia por ser producto de un proceso de 
sedimentación hídrica o eólica reciente. También queremos 
destacar que la intensidad de las reacciones se halla en relación 
directa con la humedad y la temperatura disponibles. De este 
modo, en ambientes fríos a áridos, los procesos de formación 
son lentos e incipientes. 
 
Calcificación: 
 
Corresponde a una alteración poco significativa de los 
materiales originarios, propia de suelos juveniles o de regiones 
áridas o frías. Puede haber habido una lixiviación de sales, 
carbonatos o de algunas bases de intercambio, como así también 
la acumulación de cierta cantidad de humus, pero no hubo 
translocación de arcilla y menos aún hidrolisis de coloides 
inorgánicos. 
 
Lixiviación 
 
Corresponde a suelos maduros, donde además de las 
reacciones propias de la calcificación, ha ocurrido en distinto grado 
de intensidad la translocación de arcilla hacia el subsuelo, 
conformando un horizonte Bt. La arcilla no ha sufrido alteración 
química. La lixiviación se produce generalmente en regiones 
templadas y húmedas, y de relieves suaves (estabilidad 
geomórfica). 
 
Podzolizacion: 
 
Este proceso tiene su expresión más pura en regiónes de clima 
frio y húmedo, materiales originarias ácidos (granitos) y bajo la 
influencia de un bosque de coníferas. Los minerales de las rocas 
acidas sufren una fuerte hidrolisis, con liberación de sus 
(componentes principales, el Fe y el SiO2. La reacción acida del 
medio favorece la precipitación de la SiO2 (horizonte A2) y la 
migración del humus y del Fe al subsuelo (horizonte Bh y Bir). 
Deben prevalecer condiciones de libre drenaje. Este es el único 
proceso de formación casi inexistente en el país. 
 
Laterizacion: 
 
Este proceso consiste, como la podzolizacion, en la hidrolisis de 
los minerales de la roca madre, con liberación de Fe, Al y SiO2, pero 
en este caso se trata de rocas básicas (basaltos) y el clima es 
tropical húmedo. En un medio de reacción neutra, el Fe precipita y 
el SiO2 migra en profundidad arrastrado por las aguas de 
percolación, juntamente con los cationes, que ya no pueden ser 
retenidos por la destrucción de las arcillas de retículo cristalino. Las 
condiciones de libre drenaje conducen a la progresiva acidificación 
del medio y a la activación del Al como elemento toxico. 
Salinización: 
 
Consiste en la disolución de sales solubles tales como el NaCl, 
Na2S04 y NaHC03, contenidas en antiguos sedimentos marinos o 
formados por meteorización de rocas básicas y su concentración en 
las depresiones de cuencas cerradas o en los planos aluviales de los 
ríos. Este proceso es común en regiones áridas, pero puede 
extenderse a regiones húmedas por medio de las aguas 
superficiales o subterráneas de un curso de agua. 
 
Alcalinizacion: 
 
En regiones semiáridas principalmente, pero en nuestro país 
también en regiones húmedas, como consecuencia del descenso 
paulatino de las capas de agua, los suelos salinos evolucionan a 
suelos alcalinos. En una primera etapa, los aniones migran fuera del 
sistema, mientras que los cationes son retenidos por las arcillas de 
retículo cristalino. En una segunda etapa precipitan los cationes 
bivalentes (Ca2+ y Mg2+) en forma de carbonatos, siendo 
reemplazados en el complejo de intercambio por el Na+, que no 
forma compuestos insolubles. Este proceso solo se produce bajo 
condiciones de drenaje impedido. 
 
Gleyzación: 
 
Este proceso ocurre en depresiones del terreno, donde las 
condiciones reductoras por anegamiento dominan durante periodos 
prolongados. De este modo se favorece la actividad de 
microorganismos anaerobios, con formación de compuestos ferrosos 
solubles, que transmiten al material una coloración grisácea, 
verdosa o azulada. En la zona de oscilación de la capa de agua, la 
aireación temporaria del suelo provoca la precipitación de óxidos e 
hidróxidos de Fe y Mn (moteados y concreciones de Fe y Mn), 
climas húmedos, suelos ácidos y una capa de agua a menos de 1 
metro de profundidad son los requerimientos básicos de este 
proceso. 
 
2.4.2. Las interpretaciones a nivel de Gran Grupo y 
Subgrupo de Suelos 
 
Numerosos organismos nacionales e internacionales vuelcan 
grandes esfuerzos en la elaboración de mapas de suelo en pequeña 
escala (1: 100.000 a 1:5.000.000), donde la unidad taxonómica 
empleada es el Gran Grupo, el Subgrupo o la Familia de Suelos, 
complementada o no por sus Fases. La disponibilidad de imágenes 
satelitarias permite la obtención de una cartografía de suelos de alta 
precisión, a bajo costo y en reducido tiempo, de grandes cuencas, 
provincias, países y continentes. 
 
La interpretación con fines prácticos de las unidades 
taxonómicas mencionadas, por su amplio nivel de generalización, es 
mucho menos precisa que a nivel de Serie y Fase de Suelos. Sin 
embargo aporta una información valiosa para los siguientes fines: 
 
• educativos y culturales 
• estrategia militar 
• planes generales de desarrollo agropecuario y forestal 
• evaluación del potencial agropecuario de la zona de influencia 
de grandesobras hidroeléctricas 
• programas nacionales y regiónales de promoción de cultivos 
específicos programas de conservación de recursos naturales 
renovables (bosques, pastizales, fauna) 
• protección de embalses, das navegables y puertos contra el 
entarquinamiento (sedimentación) 
• transferencia internacional de los resultados de la investigacion 
y la experimentación. 
 
En el cuadro siguiente (N° 2.4.2/1) presentamos un intento 
de interpretación de Grandes Grupos de Suelos en nuestro país 
según el sistema de clasificación de EE.UU. de 1949')' 
enmiendas posteriores, sus equivalencias aproximadas en Soil 
Taxonomy, las relaciones con los procesos de formación, sus 
limitaciones y su potencial de producción. La incorporación de 
Fases aumentaría las posibilidades de esta tarea. 
 
Cuadro N° 2.4.2/1 
ALGUNAS INTERPRETACIONES A NIVEL DE GRAN GRUPO DE 
SUELOS DE LA REPUBLICA ARGENTINA 
 
Procesos 
especificos de 
formación 
Soil 
Taxonomy Limitaciones Uso potencial 
Calcificación 
Haplustoll 
Hapludoll 
Vertisol 
Rendoll 
Orthids 
Déficit hídrico 
Sin limitaciones 
Sequia edáfica, consistencia 
muy plástica y adhesiva 
Profundidad efectiva 
Aridez 
Agricultura limitada 
Agricultura intensiva 
Agricultura limitada 
Agricultura Iimitada 
Pastoreo extensivo 
Lixiviación 
Argiudoll 
Argiustoll 
Arqids 
Sin limitaciones 
Déficit hídrico 
Aridez 
Agricultura intensiva 
Agricultura limitada 
Pastoreo extensivo 
Podzolización En la República Argentina solo aparece como proceso subordinado 
Laterización 
Rhodudalfes 
Rhodudultes 
Oxisoles 
Baja fertilidad natural Agric. limit./forestación 
Salinización Salides y otros suelos salinos Salinidad-drenaje Tierras yermas 
Natracualfes Alcalinidad-drenaje Pastoreo s/campo natural
Alcalinización 
Natracuoles Alcalinidad-drenaje Pastoreo s/pasturas adaptadas 
Histosoles Forestal 
Acuoles Pastoril/forestal Gleyzación 
Alboles 
Drenaje 
Agricultura limitada 
 
2.4.3. Interpretación de las propiedades de los suelos en 
relación con los factores ambientales. 
 
AI valorar las propiedades de los suelos en cuanto a su 
capacidad productiva, siempre se debe hacerlo en relación con 
los factores ambientales del lugar, como el clima, el relieve, la 
calidad de la cubierta vegetal y el tipo de usa del suelo actual o 
programado. 
 
Trataremos de ilustrar estas relaciones a través de algunos 
ejemplos: 
 
- Una elevada capacidad de infiltración de un suelo arenoso 
puede considerarse como una propiedad conveniente para una 
zona de intensas lluvias y relieve ondulado, pero como una 
propiedad inconveniente para una región semiárida o árida y 
ventosa. En la primera situación, el suelo no sufrirá erosión 
debido a los escasos escurrimientos; su baja capacidad de 
retención de humedad no será un problema mayor porque los 
periodos normales de sequía son de corta duración. Pero esta 
escasa capacidad de retención de humedad será un problema 
mayor en una región semiárida o árida, al cual habrá que 
agregar el elevado peligro de erosión eólica. 
 
- La lenta capacidad de percolación de un horizonte Bt 
puede constituir una propiedad adversa para suelos de una 
región húmeda; pero para una región semiárida o árida, este 
mismo horizonte Bt podría constituir un factor positivo por su 
elevada capacidad de retención de humedad. 
 
- Dos suelos con semejante secuencia de horizontes 0 
capas sedimentarias en cuanto a su textura y una misma 
posición en al paisaje, pueden pertenecer a distintas clases de 
drenaje según el régimen de lluvias de la zona y dimensión de 
la cuenca en la que se encuentren. 
 
- Una misma consistencia plástica y adhesiva de un 
horizonte A será un inconveniente más grave para un suelo 
destinado al uso agrícola que para un uso pastoril. Así, los 
Grumosoles de Entre Ríos son buenas tierras pastoriles pero 
regulares tierras agrícolas. 
 
- El desmonte de un suelo forestal para destinarlo al uso 
agrícola tendrá muy distintas repercusiones sobre la estabilidad 
de sus propiedades según la interacción de otros factores 
ambientales como clima y relieve. Y así podrían darse muchos 
ejemplos más. 
 
La estabilidad de un ecosistema o agroecosistema está 
íntimamente relacionado con los factores q am bien tales y 
caracteres morfológicos de los suelos y esta relación es uno de 
los fundamentos para asignar la capacidad de uso de las tierras. 
 
La predicción de un proceso de degradación o su 
intensificación se basa generalmente en las consecuencias 
previsibles de una menor infiltración por compactación del suelo 
superficial y/o una menor protección de la superficie del suelo 
por la vegetación, Estos cambios pueden traducirse en erosión 
hídrica, erosión eólica, mayor sensibilidad a las sequias o 
salinización de los suelos afectados. Estos criterios son básicos 
para la planificación del uso de las tierras. 
 
2.5. LOS PRINCIPALES SUELOS DE LA REPUBLICA 
ARGENTINA. SU PRODUCTIVIDAD. 
 
Resulta, por supuesto muy difícil presentar en apretada 
síntesis el potencial de producción de los numerosos suelos que 
ocupan el territorio nacional, cuya distribución geográfica puede 
apreciarse, en líneas generales, en el mapa de asociaciones de 
suelos del país de 1960 (escala 1:7.500.000). La opinión emitida 
al respecto debe relacionarse con el concepto central de cada 
suelo, pues no se toman en cuenta las Fases por pendiente, 
pedregosidad, suelos someros, erosión, etc. La falta de un 
inventario de suelos del país no permite realizar apreciaciones 
acerca de la superficie que ocupa cada uno de los mismos, 
limitándonos a presentar, en algunos casos, estimaciones de 
orden general. 
 
A continuación pasaremos revista de los principales suelos 
del país, presentándolos en términos generales, según un orden 
decreciente de su capacidad productiva. Criterios adicionales 
pueden extraerse del cuadro N° 2.4.2/1. 
 
Argiudoles y Hapludoles (Brunizems) 
Perfil A-Bt-C 0 A-AC-C. 
 
Estos suelos son la base de la riqueza agropecuaria del país. 
Su elevado potencial de producción es consecuencia de una 
combinación altamente favorable de propiedades del suelo 
(Cuadro 2.1) y clima. Los Brunizems con Bt (Argiudoles) 
presentan una horizonte A1 de textura más fina (franco limosa) 
que los Brumzems sin Bt (Hapludoles), por lo que requieren un 
manejo más cuidadoso para evitar una degradación física y 
erosión hídrica. Los Brunizems sin Bt reúnen propiedades casi 
ideales, dependiendo su productividad más de las contingencias 
climáticas. 
 
Coexisten con los Brunizems (ambientes positivos) 
numerosos suelos alcalinos del tipo Solonetz y los intergrados 
entre ambos, con severas limitaciones de uso (ambientes 
negativos), debiendo prestarse suma atención de no confundirlos 
al programar el uso de la tierra. 
 
Los Brunizems son los principales suelos agrícolas de la 
Pampa húmeda, extendiéndose hasta la región chaqueña central, 
donde conforman los Brunizems rojizos: 
 
Haplustoles y Argiustoles (Castaños) 
Perfil A-AC-C, a veces .A-Bt-C. 
 
Estos suelos climatogénicos ocupan una franja al Oeste del 
área de los Brunizems. 
 
Casi todos en nuestro país, pertenecen al Subgrupo "sin Bt", 
siendo los Castaños con Bt más bien una excepción. Muchos 
suelos Castaños tienen muy buenas propiedades físicas como 
químicas, pero el clima semiárido al cual se hallan vinculados, 
implica un severo riesgo para el éxito de los cultivos de cosecha. 
Abundan los suelos Castaños de textura arenosa, con baja 
capacidad de retención de humedad y severo peligro de erosión 
hídrica, como así también los castaños someros con tosca a 
menos de 1 metro de profundidad. En general se degradan con 
facilidad. 
 
Los suelos Castaños, lo mismo que los Brunizems, se hallan 
asociados con numerosos suelos alcalinos, y también con suelos 
salinos, lo cual indica la necesidad de una cuidadosa 
diferenciación entre ellos para no cometer errores de uso y 
manejo. La mayoría de los suelos Castaños se destinan a la críay engorde del ganado bovino (verdeos, pasturas permanentes y 
pastizales). 
 
 
Haplustoles-Ortids (Pardos) 
Perfil A-AC-C 0 A-C 
 
Para terminar con la secuencia de los suelos climatogénicos 
de la región pampeana, nos referiremos a los suelos Pardos. 
Estos ocupan una ancha franja que se adosa al Oeste del área 
de los suelos castaños. 
 
Su incipiente perfil presenta un horizonte A poco 
desarrollado (1-2 % de materia orgánica) y una ligera lixiviación 
de carbonatos y bases de intercambio. Predominan las texturas 
arenosas. 
 
A pesar de sus buenas propiedades físicas y químicas, las 
condiciones de aridez (250-450 mm de lluvia media anual) 
excluyen su destino para agricultura de secano (cultivos de 
cosecha, verdeos, pasturas perennes). Bajo riego llegan a ser 
muy productivos. De lo contrario, su potencial se limita al 
aprovechamiento pastoril de la estepa arbustiva, cría de ganado 
bovino, ovino y caprino muy extensivo con severos riesgos de 
degradaci6n física y erosión hídrica y eólica. 
 
Entre los suelos asociados podemos mencionar los Solonetz 
y los Solonchank, como asi también los Regosoles, Aluviales y 
Litosoles. 
Concepto central: VIc y VIIc. 
 
Natraquoles y Natraqualfes (Solonetz, Solonetz solodizado y 
Soloth) 
Perfil: A-Bt-C o A-B/E-Bt-C o A-E-Bt-C. 
 
Estos tres suelos comparten las extensas áreas deprimidas 
de la gran llanura chaco-pampeana y se caracterizan por la 
presencia en el subsuelo de un horizonte Bt nátrico (más del 15 
% de Na+ en el complejo de intercambio), denso e 
impermeable, que obstaculiza el drenaje de las aguas de 
percolación. En consecuencia sufren de anegamiento transitorio 
en la parte superior de su perfil y es su principal limitación de 
uso, agravado por la afluencia de agua desde áreas más 
elevadas. Dentro del micro o mesorelieve de las áreas 
deprimidas, el Soloth ocupa las partes más elevadas, el Solonetz 
Solodizado los sectores intermedios y el Solonetz las planicies 
tendidas plano-cóncavas, con su característica vegetación de 
Distichlis sp . En el Solonetz, todo el horizonte B2 tiene elevadas 
concentraciones de Na+, en el Solonetz Solodizado éste se 
presenta de la mitad del B2 para abajo, y en el Soloth solamente 
la base del B2 o el B3 reúnen esta condición. 
 
También podemos señalar que generalmente el Soloth es 
un suelo imperfectamente drenado, el Solonetz Solodizado, un 
suelo pobremente drenado y el Solonetz, muy pobremente 
drenado. En el mismo sentido disminuye el espesor del 
horizonte A1, como así también la capacidad de uso de estos 
tres suelos. 
 
En su concepto central, el Soloth tiene una capacidad de 
uso IIIws a lVws, el Solonetz Solodizado, VIws y el Solonetz, 
VIIws. Su destino principal y casi único es el pastoril. En el 
Soloth se pueden instalar buenos verdeos, en los Solonetz 
Solodizados, pasturas perennes, mientras que los Solonetz 
requieren prácticas de manejo más complejas si se quiere 
mejorar su capacidad productiva. 
 
Argialboles (Planosoles) 
Perfil: A-E-Bt-C. 
 
Este suelo, que también ocupa áreas deprimidas de la 
llanura chaco-pampeana, se asemeja mucho a un suelos Soloth, 
con la diferencia que su B2t no es nátrico sino argílico (menos 
del 15 % de Na+ de intercambio entre los cationes adsorbidos). 
Los Planosoles se encuentran casi exclusivamente en el sector 
más húmedo de la mencionada región. Su destacado horizonte 
A2 es claro indicio de estar ocupado transitoriamente por una 
capa suspendida de agua, la cual se apoya sobre un horizonte 
B2t denso e impermeable. 
 
La capacidad de uso depende del espesor del horizonte A1, 
bien drenado. En su concepto central se lo puede ubicar en la 
Subclase IIIw o IVw, pero si el problema del anegamiento es 
más grave, pasará a la Subclase VIw. 
 
Vertisoles: (Grumosoles) 
Perfil: A-AC-C o A-Bt-C. 
 
Estos suelos tienen su mayor difusión en la provincia de 
Entre Ríos y sur de Corrientes. Evolucionan bajo clima húmedo 
y ocupan generalmente relieves ondulados, pero también se los 
encuentra en áreas planas y plano-cóncavas. 
 
Su limitación más grave en relación con el uso agrícola es 
la textura fina del horizonte A1, plástico y adhesivo en mojado y 
muy duro en seco, friable solamente en un rango de humedad 
muy estrecho, que dificulta su labranza. En relieves ondulados, 
su lenta capacidad de infiltración significa un grave peligro de 
erosión. Bien manejados son buenos campos de pastoreo. 
 
Están consorciados con suelos Gley subhúmicos, gley 
húmicos, Rendzinas (Grumosoles muy erosiónados) y 
Regosoles. 
Concepto central: Capacidad de uso IIIes. 
 
Ultisoles y Oxisoles (Latosoles) 
Perfil: A1-B2-C (perfiles muy profundos). 
 
Bajo esta denominación se incluye una amplia gar.na de 
suelos rojos tropicales de Misiones y NE de Corrientes, que en 
la Soil Taxonomy se distribuyen entre los Alfisoles, vertisoles y 
Oxisoles. En términos generales se les puede acreditar muy 
buenas propiedades físicas por el carácter hidrófobo de su 
principal coloide mineral, los sesquióxidos (Fe2O3 y Al2O3). En 
cambio, sus propiedades químicas son pobres, por la baja 
capacidad de intercambio de estos suelos (contienen un muy 
bajo porcentaje de arcillas de retículo cristalino, principalmente 
caolinita), además por el efecto toxico del Al3+. 
 
Destinados a cultivos perennes (forestales, yerba mate, té), 
tienen una buena capacidad productiva. Destinados a cultivos 
anuales (soja, maíz, mandioca), por ser menos protectores y 
requerir un laboreo más intensivo del suelo, se hallan muy 
expuestos a la erosión hídrica y otras formas de degradación, y 
necesitan la aplicación de enmiendas y fertilizantes. Ocupan 
generalmente relieves muy ondulados, pero también se los 
encuentra en áreas planas. Están consociados con suelos Gley 
húmicos en las depresiones (suelos ñau). 
Concepto central: capacidad de uso IIIes. 
 
Andosoles: (Andepts) 
Perfil: AI-2AC-3C1-4C2 etc. 
 
Estos son los suelos formados a partir de la ceniza 
volcánica caída en cantidades apreciables en zonas húmedos sin 
estación seca, condición climática necesaria para que su 
principal coloide inorgánico, el alófano, mantenga su condición 
amorfa y no evolucione a otros coloides de retículo cristalino, 
como la caolinita, illita, etc. 
 
Los Andosoles aparecen pues, del lado argentino de los 
Andes australes, de la población de Las Lajas al sur, 
coincidiendo con el área de distribución de los bosques 
subantárticos. Los renovados aportes de ceniza acarreados por 
los vientos del Pacifico, mantienen el estado juvenil de estos 
suelos, en cuyo perfil puede observarse con claridad la 
estratificación originada por los sucesivos depósitos de material 
piroclástico. 
 
Son suelos de excelentes propiedades físicas, con gran 
capacidad de retención de humedad y alta resistencia a la 
erosión hídrica, por la propiedad del alofano de bloquear el 
fosforo asimilable afecta seriamente su productividad agrícola. 
 
En las áreas deprimidas aparecen los suelos Gley húmicos. 
Capacidad de uso del concepto central: IVs (fertilidad). 
 
Histosoles e Inceptisoles hidromorficos. Acuoles 
(suelos gley subhumicos, gley humicos y pantanosos) 
Perfil: Ag-ACg-C1g-2C2g-3C3g, etc. 
 
Estos tres suelos de áreas de relieve negativo y clima 
húmedo (a régimen de humedad del suelo ácuico y perácuico), 
se forman preferentemente a partir de materiales originarios 
ácidos. El suelo Gley subhúmico aparece generalmente en 
extensas planicies anegables bajo una densa pradera húmeda, 
mientras que el Gley húmico y el pantanoso ocupan con mayor 
frecuencia áreas netamente cóncavas y bajo la influencia de 
una abundante vegetación palustre. 
 
Ese exceso de humedad puede provenir tanto del desborde 
de diversos cuerpos de agua (ríos, arroyos, lagunas, esteros), 
como por ascenso capilar desde una capa de agua de nivel 
constante, ubicada a escasa profundidad (menos de 1 metro). 
 
Las condiciones reductoras inhiben la mineralización del 
humus. La consiguienteacumulación de materia orgánica 
incompletamente descompuesta, con elevada relación C/N, es 
uno de los rasgos diagnósticos más evidentes, que se acentúan 
desde el Gley subhúmico hasta el pantanoso. 
 
A lo largo de su perfil se distingue una secuencia de capas 
sedimentarias gleizadas, ninguna de las cuales es totalmente 
impermeable como para impedir el movimiento ascendente y 
descendente del agua. 
 
Tienen amplia difusión en la Mesopotamia y en menor 
proporción en otras regiones húmedas del país, a lo largo de 
algunos cauces abandonados. Los suelos de Pajonal del delta 
del Paraná son buenos ejemplos de suelos semipantanosos y 
pantanosos. 
 
Los pastizales de los suelos Gley subhúmico y Gley húmicos 
de destinan comúnmente a la cría de ganado vacuno. Bien 
drenados, pueden adquirir aptitud agrícola. Los suelos 
Pantanosos drenados solo tienen aptitud forestal limitada (sin 
mejoras). 
 
Aridisoles y Entisoles de desierto 
 
En los ambientes desérticos y semidesérticos de nuestro 
país se asocian estrechamente estos 2 Ordenes de suelos. Su 
mayor difusión la encontramos en el sector central y norte de 
nuestra cordillera y precordillera, como así también en la 
Patagonia extrandina. (La asociación es algo diferente en la 
zona de influencia de las sierras pampeanas, por responder a 
condiciones climáticas diferentes 
En los grandes macizos cordilleranos, por meteorización 
física y química, se produce el desmenuzamiento de las rocas 
ígneas, metamórficas y sedimentarias. Los torrentes, que bajan 
de la alta montaña, alimentados por las aguas del deshielo y los 
aguaceros, arrastran este material de muy diverso tamaño hasta 
áreas de menor pendiente, abandonando su carga a medida que 
la energía cinética de las aguas disminuye. 
 
En los conos de deyección quedan los grandes bloques de 
piedra, en los conos aluviales los guijarros y las grabas, 
ingresando en las llanuras las arenas, el limo y la arcilla, como 
así también las sales solubles (cloruros y sulfatos). 
 
Es así que encontramos en los sectores más escarpados del 
paisaje los Litosoles, en los valles, los suelos Aluviales y en las 
depresiones de las cuencas cerradas, los Solonchank. Las arenas 
de los cauces de los torrentes, cuando están secos, son 
arrastradas por los vientos para formal' los Regosoles 
(médanos). En los interfluvios, en ambientes de mayor 
estabilidad geomórfica, se forman los suelos de desierto. 
 
De todos estos suelos, el único que tiene un alto potencial 
de producción son los Aluviales (agricultura de regadío y 
pastoril). Los demás tienen una capacidad de uso VII y VIII. 
 
Ortentes (Litosoles) 
 
Son suelos "azonales" formados por una mezcla de rocas, 
piedras o tosca con cualquier otro suelo y pueden aparecer bajo 
cualquier condición climática. Ocupan generalmente áreas 
escarpadas, donde la erosión elimina el material fino. 
 
No tienen aptitud agrícola (impedimento mecánico). Su uso 
más frecuente es el pastoril. Si el clima o el riego lo permiten, se 
puede instalar en ellos manualmente montes frutales o 
forestales. En climas húmedos, están ocupados muchas veces 
por bosques naturales. 
 
Capacidad de uso: V - VI - VII - VIII, subclase s. 
 
Fluvents y Aquents (Aluviales) 
Peril:A-AC-2C1-3C2, etc. 
 
Son suelos "azonales" que ocupan las terrazas fluviales y los 
planos de inundación de los ríos, formados por sedimentos 
juveniles de variada granulometría, depositados por el curso 
principal o acarreado por torrentes que bajan de las laderas 
laterales del valle. 
 
Los valles de los grandes ríos se subdividen en valle 
superior, medio e inferior, cuyos suelos se diferencian por una 
textura cada vez más fina, porque la capacidad de transporte de 
sedimentos de las aguas disminuye con la disminución de la 
velocidad de las mismas. 
 
La gran mayoría del millón de hectáreas que se riegan en el 
país corresponden a los suelos Aluviales, por ser fácilmente 
dominables por los canales de riego (riego por gravedad), Su 
productividad depende de sus condiciones de drenaje y la 
mineralogía de los materiales originarios. Los suelos franco arenosos 
finos (adecuada proporción de macro y microporos), homogéneos 
(sin estratificaciones de capas de arcilla o de arena gruesa), 
profundos (más de 1,5 metros) reúnen las mejores propiedades 
físicas (valle superior). Los suelos de textura fina muchas veces 
presentan problemas de salinidad y capas de agua a poca 
profundidad. Nuestros suelos Aluviales se caracterizan por su 
elevada fertilidad potencial, por estar constituidos por minerales 
primarios ricos en bases. Sin riego, los suelos Aluviales pueden ser 
asiento de abundantes pastizales, cuando elagua de la napa 
compensa la falta de lluvias. 
 
Capacidad de uso: I a VIII. 
 
Salides (anteriormente Salortides y Solonchak) 
Perfil: Cg-2C2g-3C3g, etc. 
 
Numerosos torrentes que bajan de las montañas, al ingresar en 
la llanura, pierden parte de sus aguas en sedimentos arenosos y 
finalmente desembocan en grandes ollas (cuencas endorreicas). En 
estas ollas se produce la evaporación del agua superficial o 
subsuperficial, dejando en la superficie del suelo una capa de 
espesor variable de sales solubles cristalizadas. El perfil de estos 
suelos se caracteriza por una fina estratificación de capas de muy 
diversa textura. Las más arcillosas impiden la percolación del agua 
en profundidad (sedimentación en aguas quietas). 
 
El verdadero Solonchank es un suelo desprovisto de vegetación, 
la cual se insinúa recién en los bordes de la depresión y se 
generaliza a medida que el terreno se eleva. El origen de las sales 
son los numerosos sedimentos marinos existentes en la cordillera, 
como asi también la intensa meteorización de los minerales ricos en 
bases. 
Capacidad de uso: VIIIs. 
 
Numerosos suelos hidromórfico con capa de agua a menos de 1 
metro de profundidad, principalmente los de la gran llanura chaco-
pampeana, contienen sales solubles en muy diversas 
concentraciones. Estos son los Aluviales, los Solonetz, Solonetz 
Solodizados, los Soloths y algunos Gley húmicos y subhúmico, su 
distribución en el perfil varía con las oscilaciones de la capa de agua 
y con las lluvias. 
 
El manejo de estos suelos debe procurar evitar la acumulación 
de sales en la zona de mayor actividad biológica: la clase de 
capacidad de usa depende de la gravedad del problema; la subclase 
es ws. 
 
Psamments (Regosoles) 
Perfil: gereralmente C o (A)-C 
 
Ejemplos clásicos de Regosoles son los médanos y las dunas, 
aunque cualquier acumulación de material terroso o pedregosa, 
como los canas de deyección y los conos aluviales también lo son. 
Los suelos Aluviales se diferencian de los Regosoles por la presencia 
de una capa de agua cercana a la superficie y la distribución 
irregular de materia orgánica a lo largo perm. Los suelos Aluviales 
se forman por acción del agua, mientras que los Regosoles tienen 
su origen generalmente por accion del viento. 
 
Los médanos tienen su principal área de difusión en las 
regiones áridas y desérticas del país, donde las condiciones 
climáticas mantienen su superficie libre de vegetación. Los fuertes 
vientos toman las arenas sueltas de los lechos de los torrentes, las 
arrastra en su dirección dominante y finalmente las deposita y 
acumula en sectores del paisaje protegidos de su acción. 
Capacidad de uso: VIIIs. 
 
Orthids - Argids (Suelos de desierto) 
Perfil: A-AC-C 0 A-Bt-C. 
 
Son los únicos suelos "zonales" de los desiertos y 
semidesiertos. Ocupan áreas planas (mesetas) de los interfluvios, 
protegidos por las características de su relieve de las grandes 
fuerzas geomórficas que actúan en estos ambientes (fuertes 
vientos, escasa protección vegetal, débil agregación de los 
materiales. En muchas ocasiones su superficie se halla protegida de 
la erosión eólica por un pavimento de piedras (pavimento de 
desierto). Esta acumulación de piedras, generalmente de forma 
aplanada y de 0,5 a varios cmde diámetro, se considera como el 
resto que queda después de una intensa deflación eólica. 
 
El corto solum, de apenas 20-30 cm de espesor, puede 
presentar un perfil completo con un horizonte Bt o simplemente una 
secuencia de horizontes A-AC (Argids u Orthids, respectivamente). 
Los primeros se consideran mas antiguos y pueden haberse 
formado bajo la acción de un paleoclima más húmedo. Casi siempre 
incluyen abundante material pedregoso, CaCO2 en la masa y se 
hallan apoyados sobre una plancha de tosca o de rocas a los 30 a 
40 cm, que limita su profundidad efectiva. 
 
Su escasa cubierta vegetal, herbácea o arbustiva, permite un 
uso pasturil muy extensivo (lanar y caprino). Generalmente no 
tienen aptitud para agricultura de regadio por su pedregosidad, 
escasa profundidad útil y por ocupar una posición en el paisaje que 
no es dominable por los canales de riego. 
Capacidad de uso: VIIs a VIIIs. 
 
Rendoles (Rendzinas) 
Perfil: A-AC-Ck. 
 
Estos suelos calcimórficos tienen muy poca difusión en nuestro 
país. Aparecen a lo largo de la Bahía de Samborombón y el litoral 
atlántico, donde se originaron por acumulación de conchilla (restos 
de caparazones de bivalvos). También puede constituir una 
Rendzina cualquier suelo con un horizonte Cca que hubiera quedado 
expuesto a la superficie por 'efecto de la erosión. Ocupan ambientes 
positivos, plano convexos, bien drenados. Generalmente tienen un 
horizonte Al oscuro, bien provisto de materia orgánica, apoyado so-
bre una acumulaci6n de calcareo suelto o cementado (Cca). 
Su valor agrícola depende del clima y del espesor del horizonte 
A1. 
Capacidad de uso: IIs - VIs (profundidad efectiva). 
 
REFERENCIAS 
Greenland, D. J. 1977. Soil damage by intensive arable 
cultivation: temporary or permanent? Philosopical Transacions of the 
Royal Society of London B, 281. 193-208 . 
Greenland, D. J. 1981. Soil Management and Soil Degradation. 
The Journal of Soil Science 32. 301-322. 
Hall, D. G. M., Reeve, M. R., Thomasson, A. J. and Wright, V. F. 
1977. Watel; Retention Porosity and Density of Field Soils. Soil 
Survey Technical Monograph N° 9, Harpenden. 
Scheffer und Schachtschabel, P. 1956. Bodenkunde 1. 
Ferdinand und Enke Verlag, Stuttgart. 
Kohnke :.1 , Bertrand, A. 1959. Soil Conservation, Mc Graw-Hill 
Book Compo Ltda., New York, Toronto, London. 
USDA, 1975. Soil Taxonomy. Agriculture . Handbook N° 436. 
Soil Conservation Service, Washington D.C., U.S.A. 
USDA, 1951. Soil Survey Manual. Agriculture Handbook N° 18. 
Soil Conservation Service, Washington D.C.,U.S.A.

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