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Semiárido: un desafío para la Ciencia Semiárido: un desafío para la Ciencia 
del Suelodel Suelo
13 al 16 de mayo de 200813 al 16 de mayo de 2008
Potrero de los Potrero de los FunesFunes (SL), Argentina(SL), Argentina
 
 
 
RESPUESTA DEL HÍBRIDO EXPERIMENTAL DK699MG A LA FERTILIZACIÓN CON DOSIS 
CRECIENTES DE NITRÓGENO 
Herber, L. G.1 y M. A. Méndez2 
INTA Corrientes Ruta Nac. 12 Km 1008, Corrientes 
1 Becaria de Iniciación EEA INTA Corrientes - Proyecto Arroz herber@agro.uba.ar 
2 Investigador de EEA INTA Corrientes - Proyecto Arroz mmendez@corrientes.inta.gov.ar 
RESUMEN: El maíz en la provincia de Corrientes se viene realizando desde hace tiempo atrás. 
Actualmente con la expansión agrícola en zonas extra pampeanas, se incorporó a la provincia dentro 
de los nuevos horizontes de producción de cultivos agrícolas. El objetivo del trabajo fue generar 
información local sobre la fertilización nitrogenada en el cultivo de maíz. Los tratamientos estudiados 
fueron Testigo, 30, 60, 90, 120, 150 y 180 Kg N.ha-1. El diseño consistió en bloques aleatorizados con 
cuatro repeticiones. El efecto de los tratamientos se determinó por ANOVA y la comparación entre 
medias por Duncan (p<0,05). Los resultados obtenidos indicaron diferencias significativas entre 
tratamientos de las variables plantas.ha-1 (Pr>F 0,04), de espigas.ha-1 (Pr>F 0,03) y diferencias 
significativas respecto a rendimiento (Pr>F 0,04). No hubo diferencias significativas entre tratamientos 
para las variables altura de planta, peso de mil granos e índice de cosecha. Las eficiencias de 
utilización de nitrógeno (EUN) resultaron bajas para todos los tratamientos de fertilización y los 
menores valores correspondieron a 120 y 150 Kg N.ha-1. En las condiciones de este estudio se 
confirma la importancia de la fertilización nitrogenada para el logro de cultivos de maíz de alta 
producción en el norte de de Corrientes. 
Palabras claves: maíz, fertilización nitrogenada, urea. 
 
INTRODUCCIÓN 
El cultivo de maíz en la provincia de Corrientes se viene realizando desde hace mucho tiempo atrás 
aunque en superficies pequeñas y generalmente para autoconsumo basado en variedades adaptadas 
a la zona (Figueroa, 2003). Actualmente con la expansión agrícola que se está produciendo en los 
últimos años en zonas extra pampeanas, se incorporó a la provincia de Corrientes dentro de los 
nuevos horizontes de producción de cultivos agrícolas como soja, maíz y sorgo. La selección y 
adopción de materiales genéticos con mayor rendimiento y el uso de distintas técnicas culturales, han 
ido incrementando el rendimiento y la calidad. Sin embargo, la producción de granos para alimento 
por su contenido proteico esta principalmente limitada por el uso de los fertilizantes nitrogenados y la 
disponibilidad de agua (Maddonni et. al., 2003). Uno de los principales inconvenientes con que se 
encuentra el productor en la provincia, es la falta de información sobre el comportamiento de estos 
cultivos, y sobre todo en lo que respecta a respuesta a la fertilización en los distintos agroecosistemas 
productivos. El objetivo de este trabajo fue determinar el comportamiento en rendimiento del hibrido 
experimental DK699MG ante la aplicación de dosis crecientes de nitrógeno en el norte de provincia 
de Corrientes. 
 
MATERIALES Y MÉTODOS 
El estudio se desarrolló durante la campaña 2007/08 en el Campo Experimental de la EEA de 
INTA Corrientes, provincia de Corrientes. El suelo se describe como Argiudol acuértico (Soil 
Taxonomy) y pertenece a la Serie Treviño. Estos suelos se ubican en relieve normal, media loma alta 
a media loma. El horizonte argílico (Bt), franco arcillo arenoso, es fuertemente estructurado. La 
profundidad efectiva es de 60 cm. Son suelos moderadamente fértiles, y muy pobres en fósforo. 
Poseen aptitud agrícola, aunque con limitaciones por susceptibilidad a la erosión hídrica y 
permeabilidad moderadamente lenta a moderada, que requieren de prácticas especiales de 
conservación ya que poseen una capacidad de uso IIIe (Escobar et. al., 1996). En pre-siembra del 
maíz se realizó un muestreo de suelos con el objetivo de caracterizar el sitio experimental, se 
tomaron muestras de suelo de 0-20 cm sobre las que se determinó pH (5,5), MO (1,1 %), P 
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extractable (3 ppm), y sobre muestras de suelo de 0-20, 20-40 y 40-60 cm se determinó N-NO3- (55,6 
– 50 – 39,7 Kg N.ha-1 respectivamente). El cultivo antecesor fue trigo-soja, y el sistema de labranza 
fue vertical en forma cruzada. En el mes de Septiembre se sembró el hibrido experimental de maíz 
(DK 699 MG) manualmente, a una densidad de 55 mil plantas.ha-1. El diseño experimental fue en 
bloques completos al aleatorizados (DBCA) con un Testigo, seis tratamientos de fertilización y cuatro 
repeticiones. Los tratamientos fueron: T0 = Testigo sin fertilizar, T1 = 30 Kg N.ha -1, T2 = 60 Kg N.ha-1, 
T3 = 90 Kg N.ha-1, T4 = 120 Kg N.ha-1, T5 = 150 Kg N.ha-1 y T6 = 180 Kg N.ha-1 aplicados como urea 
(46-0-0) al voleo en el estadío de V4-V6. El tamaño de las parcelas fue de 10,4 m2 de superficie. 
Todos los tratamientos recibieron fertilización de base a la siembra de un formulado de NPK (5-30-20) 
a razón de 200 Kg.ha-1 Se realizó control de malezas con una aplicación conjunta de Atrazina y 
Guardian (alaclor) a razón de 3,5 lts.ha-1 y 3 lts.ha-1 respectivamente. En el estadio de madurez 
fisiológica (MF) se realizaron calicatas en dos de los tratamientos, que presentaban desarrollo 
vegetativo diferente a fin de evaluar el desarrollo radicular y si existía algún impedimento físico; de la 
misma manera se tomaron muestras de suelo compuestas a una profundidad de 0-30 cm 
(profundidad que alcanzó el desarrollo radical) de cada tratamiento con el objetivo de caracterizar el 
nivel de nitrógeno como nitratos en ese momento. El cultivo recibió riego complementario en los 
momentos que las precipitaciones no eran adecuadas. El número de plantas.ha-1, espigas.ha-1, altura 
de plantas, rendimiento, peso de mil granos y EUN se determinó por cosecha y trilla manual de dos 
surcos centrales de la parcela (5.2 m2) en el estadio de MF del cultivo. El dato de rendimiento fue 
ajustado a humedad comercial (14 %). Para determinar el índice de cosecha (IC) se cortó al ras del 
suelo un metro lineal de plantas de cada parcela, las mismas fueron llevadas a estufa hasta peso 
constante y luego pesadas para obtener el dato requerido. Para el análisis estadístico se utilizó el 
programa estadístico SAS para Windows, el efecto de los tratamientos se determinó por análisis de la 
varianza (ANOVA) y la separación de medias fue realizada mediante la prueba de Duncan (p<0.05). 
 
RESULTADOS Y DISCUSIÓN 
Respuesta del cultivo a la fertilización nitrogenada 
La respuesta del maíz a la aplicación de distintos niveles de nitrógeno resultó variable según el 
parámetro medido. En lo que respecta al número de plantas registradas (Fig. 1), los valores variaron 
entre 52.885 plantas.ha-1 para el tratamiento Testigo (0 N) y 56.250 plantas.ha-1 para el tratamiento 
fertilizado con 30 Kg N.ha-1 (30 N), con 
un promedio general de todos los 
tratamientos de 54.464 plantas.ha-1 (Pr > 
F 0,04). Con respecto al resto de los 
tratamientos fertilizados los mismos 
presentaron diferencias significativas 
entre sí ubicándose en segundo lugar el 
de mayor dosis de nitrógeno (180 N) con 
55.769 plantas.ha-1 y en tercer lugar los 
tratamientos fertilizados con 60 y 90 Kg 
N.ha-1 sin diferencias entre sí con 54.327 
planta.ha-1. Por último los tratamientos 
con altas dosis de fertilización (120 y 150 
N) presentaron solamente 53.846 
plantas.ha-1. Resultados locales hallados 
por Figueroa (2003) en la localidad de 
Mercedes (centro sur de la provincia de 
Corrientes) no informaron diferencias 
significativas para la variable medidade los tratamientos fertilizados con respecto al testigo ni entre 
tratamientos de fertilización. De la misma manera Mendoça et. al. 1999 no hallaron diferencias 
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significativas que evidencien la 
variación en el número de plantas 
cosechadas en el sitio experimental 
entre tratamientos. 
Con respecto al número de espigas 
por hectárea (Fig. 2), el promedio de 
los tratamientos fue de 54.739 
espigas.ha-1 con un CV de 2,46 %. El 
tratamiento que recibió la mayor 
dosis de fertilización (180 Kg N.ha-1) 
presentó el mayor número de 
espigas por hectárea con 56.731 
espigas.ha-1 mostrando diferencias 
significativas con respecto al 
tratamiento testigo y al tratamiento 
de 120 Kg N.ha-1 (52885 espigas.ha-
1) (Pr >F de 0,03). No se encontraron 
diferencias significativas entre los tratamientos de 30, 60 y 90 y 150 Kg N.ha -1. Resultados similares 
fueron obtenidos por Silva (1990) y Wellington et. al. 1999, quienes encontraron que esta variable era 
influenciada significativamente por las dosis de N. De la misma manera Moser et. al. 2006 hallaron 
diferencias significativas en el número de espigas.ha-1 de los tratamientos fertilizados versus el testigo 
sin fertilizar, sin hallar diferencias significativas entre los tratamientos que recibieron las dosis más 
altas de fertilización. Contrariamente, resultados locales presentados por Figueroa (2003) no 
mostraron diferencias significativas en el número de espigas por hectárea entre tratamientos 
fertilizados ni con respecto al testigo sin fertilizar. 
Para la variable altura de planta la media fue de 2,16 metros con un CV de 2,76 %, sin diferencias 
significativas entre tratamientos (Pr > F de 0,13). Los datos hallados en este experimento concuerdan 
con los hallados por Wellington et. al. 1999, Silva (1990) y Morgado (1986) quienes luego de realizar 
el ensayo con distintos niveles de nitrógeno tampoco encontraron diferencias significativas entre 
tratamientos para la variable estudiada. Contrario a lo anterior, Mendoça et. al. 1999 presentó 
diferencias significativas Las diferencias que aparecieron muy marcadas entre tratamientos en 
parámetros anteriores (componentes de rendimiento), se vieron atenuadas cuando se avaluaron los 
rendimientos (Fig. 3). El tratamiento de mayor rendimiento fue el de 180 KgN.ha-1 con 7805,9 Kg.ha-1, 
Sin ser diferente de los tratamientos de 60 y 90 KgN.ha -1 respectivamente y estos dos tampoco fueron 
significativamente diferentes de las dosis de 120 y 150 KgN.ha -1 sin embargo presentó diferencias 
significativas con respecto al Testigo (5963,3 Kg.ha-1) y al tratamiento de 30 KgN.ha-1 (Pr>F 0,04). 
Con respecto al rendimiento, el tratamiento de 180 KgN.ha-1 presentó el mayor rendimiento con 
7805,9 Kg.ha-1 sin ser diferente de los tratamientos de 60, 90 y 150 KgN.ha-1. Estos tampoco fueron 
significativamente diferentes de la dosis de 120 KgN.ha-1. Sin embargo, el tratamiento de 180 KgN.ha-
1 presentó diferencias significativas con respecto al Testigo (5963,3 Kg.ha-1) y al tratamiento de 30 
KgN.ha-1 (Pr>F 0,04). El promedio 
de rendimiento fue de 6918,7 
Kg.ha-1 con un CV % de 9,28. A 
su vez en el gráfico se observa 
una tendencia creciente a la 
aplicación de fertilizante con un 
coeficiente de ajuste de 0,585 
(Figura 3). En investigaciones 
locales, Figueroa (2002) obtuvo el 
mayor rendimiento del cultivo 
(4569 Kg.ha-1) con la dosis más 
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alta de fertilizante nitrogenado (120 Kg N.ha-1) sin encontrar una relación lineal entre la variable 
estudiada y la aplicación de dosis crecientes de N. De la misma manera el año siguiente Figueroa 
(2003) hallo el mayor rendimiento con la dosis de 80 Kg N.ha-1 (5835 Kg.ha-1) no hallando diferencias 
significativas entre las dosis de 40 y 120 Kg N.ha-1 (5000 Kg.ha-1). Mendoça et. al. 1999 informaron 
que la máxima producción de grano se produjo en los tratamientos fertilizados con 150 y 180 Kg N.ha-
1 (6.000 Kg.ha-1) sin diferencias significativas entre sí generando los menores rendimientos los 
tratamientos con las menores dosis de N (2.500 Kg.ha-1). Wellington et. al. (1999) informaron un 
rendimiento significativo presentando una relación lineal para las dosis de N, y obtuvo el mayor 
rendimiento en grano con la dosis de 150 N (4.900 Kg.ha-1). Moser et. al. 2006 obtuvo una tendencia 
lineal al agregado de fertilizante, resultando el tratamiento de 160 N el que presentó los mayores 
rendimientos con 7163 Kg.ha-1. En los dos años restantes del experimento no se registraron 
diferencias significativas entre los tratamientos de 80 y 160 N (7000 Kg.ha-1) pero si con respecto al 
testigo sin fertilizar (4800 Kg.ha-1). Similares efectos fueron encontrados en estudios previos por 
Eghball y Maranville (1991) y Pandey et. al. (2000). Barraco y Diaz Zorita (2005) por su parte 
mostraron diferencias significativas entre tratamientos de fertilización nitrogenada en el norte de 
Buenos Aires, los mayores rendimientos ocurrieron en años con buenas precipitaciones durante el 
ciclo del cultivo y se dieron en dos de los tres sitios con las dosis de 75 Kg N.ha-1 (14.000 Kg.ha-1) y 
en uno de ellos con la dosis de 150 Kg N.ha-1 (10.800 Kg.ha-1), todos los rendimientos fueron 
diferentes significativamente del tratamiento testigo (10.000 Kg.ha-1). 
El peso de mil granos tuvo un promedio de 255 gramos, y un CV de 3,51 %. De la misma manera que 
para la variable altura de planta, el peso de mil granos no mostró diferencias significativas con 
respecto al testigo, ni entre tratamientos de fertilización (Pr > F 0,34). Concordando con lo resultados 
presentados en este trabajo, Figueroa (2003) indicó que localmente no halló diferencias significativas 
para la variable medida de los tratamientos fertilizados con respecto al testigo, ni entre los mismos. A 
diferencia de esto Mendoça et. al. 1999 mostraron diferencias significativas entre tratamientos con 
altas dosis de nitrógeno (97 a 180 Kg.ha-1) 
versus los tratamientos con bajas dosis 
(48 a 85 Kg N.ha-1). El peso promedio fue 
246 gramos contra 225 gramos. Moser et. 
al. 2006, reportaron aumentos del peso de 
granos con el aumento de la dosis de 
fertilizante, pero no pudieron establecer 
diferencias entre los tratamientos de 80 y 
160 N en dos de los tres años estudiados 
ya que las diferencias entre si fueron 
mínimas (283 gramos versus 288 gramos) 
y no significativas. 
En cuanto a la partición de biomasa (IC), 
el promedio entre tratamientos fue de 0,45 
con un CV de 6,22 %. Esta variable tampoco presentó diferencias significativas entre tratamientos 
fertilizados ni con respecto al testigo Pr > F 0,30. Moser et. al. 2006 encontraron que el promedio de 
IC de los maíces estuvo en un rango de 0,40 a 0,48; sin efecto por parte de las diferentes dosis de 
nitrógeno aplicadas. (Cárcova et. al., 2003) cita valores de índice de cosecha de biomasa en maíz 
alrededor de 0,43 – 0,50 indicando que éste varía con el genotipo, el ambiente o la interacción entre 
ambos. 
En lo que respecta a EUN (Fig. 4), la misma resultó baja para todos los tratamientos citándose 
valores desde 5 hasta 18 Kg grano/Kg de N aplicado. Las máximas eficiencias se dieron con los 
tratamientos fertilizados con 60 y 90 KgN.ha-1 los cuales presentaron valores de 16 y 18 Kg grano/Kg 
N aplicado respectivamente. Por su parte los menores valores de EUN coincidieron con los 
tratamientos de dosis mayores de fertilización (120 y 150 Kg N.ha-1) coincidiendo la eficiencia del 
tratamiento de 180 Kg N.ha-1 con la del Testigo sin fertilizar. Ferraris et. al. (2006) informaron EUN 
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entre 22 y 28 Kg grano/KgN aplicado, correspondiendo la máxima EUN al tratamiento fertilizado con 
120 KgN.ha-1 y la restante al tratamiento fertilizado con 60 KgN.ha-1. 
Condiciones climáticas 
de la Campaña y 
Niveles de Fertilidad 
(N-NO3-) en el suelo 
La disponibilidad de 
agua para el maíz se 
conformó con 
precipitaciones 
relativamente buenas 
(560 mm) y riego 
complementario cuando 
fue necesario. La 
temperatura fue en 
aumento conforme pasó 
el ciclo del cultivo, el 
mes de Noviembre fue 
algo mas frío con una 
temperatura media de 
24 °C. Las temperaturas 
más altas ocurrieron en los meses de Diciembre y Enero con 29,4°C y 30,6°C respectivamente. Los 
valores de radiación durante la estación de crecimiento fueron en aumento, los mas altos ocurrieron 
ente los meses de noviembre y enero con valores de 5611,4 W/m2 a 6698 W/m2 respectivamente. De 
la misma manera la temperatura acompaño el ciclo del cultivo (promedio 24º C) como para lograr una 
buena tasa de crecimiento durante el período crítico y el llenado de granos que llevó a obtener 
buenos rendimientos. En lo que respecta a la variación en los niveles de nitratos, la figura 5 nos 
permite observar como aumenta la disponibilidad inicial de nitrógeno para el cultivo a medida que se 
le adiciona el fertilizante a los valores ofrecidos originalmente por el suelo (barras celestes). Las 
barras verdes muestran la absorción por parte del cultivo hasta la etapa de madurez fisiológica, la 
misma resultó variable según el tratamiento analizado y se estimo a partir de la necesidad de 
nitrógeno por kg de rendimiento en grano obtenido. Las barras color azul pueden observarse las 
pérdidas que sufrió el fertilizante. Las mismas aumentan al aumentar la dosis de nitrógeno aplicada, 
se estima que una gran proporción del nitrógeno faltante fue lixiviado, sobre todo en las dosis más 
altas de fertilización ya que luego de la aplicación de fertilizante llovieron aproximadamente 36 cm y 
Endelman et al. (1974) reportó que alrededor 2,54 cm de precipitaciones o riego pueden mover los 
nitratos del suelo a 15-20 cm de profundidad en suelos franco arenosos. Finalmente las barras color 
bordó indican el nitrógeno que quedó en el suelo al momento del muestreo, el mismo resultó muy 
bajo para todos los tratamientos en general y corresponde con la mineralización de la materia 
orgánica en etapas avanzadas del cultivo. Para este cultivo probablemente hubo nutrientes en 
deficiencia (fósforo y potasio principalmente) que han limitado los rendimientos (Ley del Mínimo o de 
Liebig). El máximo crecimiento medido de raíces, fue de 50 cm lo que nos estaría indicando la mala 
eficiencia por parte del cultivo para usar el nitrógeno, manifestándose probablemente la ley aún en las 
dosis mas bajas de nitrógeno haciéndose mas marcado hacia las dosis superiores (Figura 4). 
 
Factores edáficos 
Se puede informar que el suelo tuvo influencia sobre el crecimiento de las raíces. En el tratamiento de 
150 KgN.ha-1, la presencia de un horizonte textural (Bt) próximo a la superficie generó diferencias en 
lo que respecta al desarrollo radical. Esto influyó directamente sobre la absorción de agua y 
nutrientes y sobre el régimen de drenaje haciendo que éste sea deficiente y repercutiendo 
directamente sobre el rendimiento. La densidad y longitud de raíces fue pobre (se desarrollaron hasta 
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los 30 cm de profundidad) y las mismas estaban orientadas en su mayoría a un crecimiento 
horizontal. En cuanto al tratamiento de 180 KgN.ha-1, la calicata indico una mayor profundidad 
efectiva del horizonte superficial que llegaba hasta los 50 cm. Esto permitió un mejor desarrollo 
radical, con mayor número de raicillas en densidad y profundidad, lo que estaría indicando 
condiciones más favorables para el crecimiento del cultivo obteniendo un mayor rendimiento. Varios 
autores como Eck (1984), Kniep and Mason (1989), Pandey et. al. (2000) y Moser et. al. (2006) 
concuerdan con este trabajo respecto a que el aumento en los rendimientos de cultivos fertilizados 
depende de un sistema radical denso y profundo que le permita al cultivo acceder a un mayor 
volumen de agua y consecuentemente lograr una mejor absorción de nutrientes para alcanzar altos 
rendimientos. 
 
CONCLUSION 
En las condiciones de este estudio se confirma la importancia de la fertilización nitrogenada para el 
logro de cultivos de maíz de alta producción en Argiudoles acuérticos, de la provincia de Corrientes. 
La respuesta en las distintas variables estudiadas puede atribuirse a la escasez de nutrientes como 
fósforo, potasio y azufre entre otros, que hicieron que la absorción de los nitratos se vea limitada (Ley 
del mínimo). También a la lixiviación de nitratos sobre todo en los tratamientos de mayores dosis de 
fertilización y a factores edáficos que limitaron el desarrollo radical. Todos estos factores a su vez 
influyeron sobre la eficiencia en el uso del nitrógeno aplicado y por ende sobre el rendimiento del 
cultivo. Los resultados obtenidos ameritan continuar con la línea de trabajo dado que se hallaron 
resultados satisfactorios en la respuesta del cultivo. La propuesta a futuro sería trabajar sobre la 
tecnología de la fertilización y aplicación de nutrientes limitantes e implementar un análisis a nivel 
espacial con fines de poder estudiar la variabilidad intrínseca del suelo. 
 
REFERENCIAS 
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