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EVALUACIÓN DE TIERRAS 
 
 
 
 
 
 
 
 
CÁTEDRA DE MANEJO Y CONSERVACIÓN DE SUELOS 
 
 
Traducción libre del Ing Agr Carlos R.O. Miaczynski 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Agradecemos la colaboración de la 
Ing. Agr. Silvia Perfetti en la revisión del formato del presente texto 
Año 2009 
 
 
 
EVALUACIÓN DE TIERRAS. 
 
La evaluación de tierras es el proceso de la estimación del potencial de 
la tierra para clases alternativas de uso. Estas alternativas incluyen usos 
productivos, como producción agrícola, ganadera y forestal, como así también 
usos que proveen servicios u otros beneficios, como áreas de captación de 
agua, recreación, turismo y conservación de la fauna. 
El concepto básico de la evaluación es la comparación de los 
requerimientos del uso de la tierra con los recursos ofrecidos por la tierra. En el 
procedimiento de la evaluación es fundamental el hecho que las diferentes 
clases de uso tienen variados requerimientos. Resulta obvio que la producción 
de granos, el pastoreo del ganado, el uso forestal y la recreación reclaman 
diferentes cualidades de la tierra, pero también hay grandes variaciones de 
requerimientos dentro de cada una de estas principales clases de uso. En este 
sentido, el algodón, la remolacha azucarera y los dátiles pueden tolerar niveles 
de salinidad relativamente altos, mientras que los citrus y las frutas carnosas 
son muy sensibles. Los requerimientos de las tierras también se hallan 
afectados por la tecnología del uso; por ejemplo, el riego por gravedad necesita 
tierra bien nivelada o que pueda ser nivelada, mientras que el riego por 
aspersión o goteo no lo requieren. 
Para la evaluación de tierras hay tres fuentes de información necesarias: 
la tierra, el uso de la tierra y los aspectos económicos. Los datos de la tierra se 
obtienen mediante el relevamiento de los recursos naturales, incluyendo el 
relevamiento de los suelos. La información acerca de los requerimientos 
ecológicos y técnicos de las diferentes clases de uso de la tierra se obtienen de 
la agronomía, dasonomía y disciplinas conexas. Si los resultados de una 
evaluación son requeridos en términos puramente físicos, entonces los datos 
referentes a cuestiones económicas sólo necesitan abarcar el contexto general 
de la situación económica y social, como por ejemplo, niveles generales de 
salarios, grados de mecanización, tamaño aproximado de los predios. En 
cambio, si se requieren resultados en términos económicos, entonces resulta 
necesario aportar datos sobre costos específicos y precios. 
La demanda de una evaluación surgió cuando pudo apreciarse que la 
cartografía de los recursos naturales por sí misma no proveía directivas 
suficientes acerca del modo en que una tierra podría ser usada y cuáles serían 
sus probables consecuencias. Los relevamientos de recursos naturales 
expresan sus principales resultados en términos del factor ambiental 
cartografiado: el mapa de suelos muestra los suelos, los mapas de vegetación 
se basan en asociaciones de plantas, los estudios climáticos se expresan en 
términos de promedios y variabilidad de precipitaciones, temperatura y otros 
parámetros. Ninguno de ellos indica por sí mismo si la tierra puede ser usada 
para cultivar, por ejemplo, caña de azúcar. Para ser de utilidad para la 
planificación y manejo de las tierras, se requiere otra etapa más, la de 
relacionar los datos sobre suelos, vegetación, clima, etc. con los requerimientos 
de diferentes clases de uso de la tierra. Esta etapa, en la cual se comparan los 
requerimientos del uso con las cualidades de la tierra, determinando así el valor 
de cada clase de tierra presente para el uso considerado, es la esencia de la 
evaluación de tierras. 
Existe una amplia superposición entre relevamientos de suelos y 
evaluación de tierras. Relevamientos de suelos con propósitos especiales 
incorpora necesariamente un elemento de evaluación para clases específicas 
de uso, mientras que relevamientos de suelos con propósitos generales a 
menudo incluyen evaluaciones de tipo generalizado, como por ejemplo, el 
potencial para la producción agrícola. A la inversa, el proceso de evaluación de 
tierras, en el sentido más amplio del término, incorpora el relevamiento básico 
del cual obtiene los datos, incluyendo el relevamiento de suelos. La evaluación 
puede requerir además el relevamiento de otras clases de recursos naturales, 
como por ejemplo relevamientos geomorfológicos, de clima, hidrología y 
vegetación. Así, la evaluación para el pastoreo de pastizales naturales se 
apoya principalmente sobre un relevamiento ecológico. 
Teóricamente (y como un ejercicio para estudiantes) es posible basar 
una evaluación sobre un relevamiento de suelos publicado anteriormente y otra 
información disponible, si bien esta práctica no es frecuente. Aunque el área de 
interés hubiera sido cubierta por un relevamiento de suelos, generalmente se 
comprueba que los datos reunidos por un relevamiento con propósitos 
generales no son lo suficientemente específicos para los requerimientos de las 
varias clases de uso de tierra de interés, y necesitan, por lo menos, ser 
suplementados por más información. Si existe un mapa de suelos con 
propósitos generales de buena calidad, entonces hay un gran ahorro de tiempo 
y gastos, pues se pueden usar sus unidades cartográficas y sus límites como 
base y se aprovecha la información disponible de cada unidad en vez de 
realizar un nuevo relevamiento. En los Estados Unidos, los relevamientos de 
suelos con propósitos generales de los Condados realizados por el Servicio de 
Conservación de Suelos han sido usados por empresas consultoras como 
datos básicos para establecer el valor de las tierras. 
La razón por la cual un relevamiento de suelos con tanta frecuencia es la 
base principal para la evaluación de tierras se debe, en parte, a que la 
producción agrícola es el principal tipo de uso rural de la tierra y, en parte, a 
que los factores ambientales varían con diferentes escalas. A menudo el clima 
es relativamente uniforme o no cae fuera de los límites de tolerancia de ciertos 
cultivos en distancias de decenas y centenares de kilómetros; por ello, puede 
cultivarse trigo en la mayoría de las tierras bajas de Inglaterra, o maní, en el 
sector Norte de Nigeria. Áreas como esas, con una relativa uniformidad 
climática, se llaman generalmente “zonas agro-ecológicas”. A menudo el 
desarrollo de tierras ocurre dentro del contexto de una sola zona, y en el caso 
del manejo de tierras de un predio, es siempre así. En estas circunstancias el 
patrón de variación local entre tierras de diferente cualidad está dado por las 
geoformas y los suelos, con las variaciones de hidrología y vegetación 
dependientes, en buena parte, de estos factores. Por lo tanto, el relevamiento 
de suelos, siempre que incorpore fases por pendiente y otros factores 
importantes de geomorfología e hidrología, es por lo general la base primaria 
de la evaluación de las tierras. 
Como el término “evaluación” es usado, por lo menos, en tres otros 
sentidos en asociación con el planeamiento o desarrollo de las tierras, resulta 
necesario clarificar estas diferencias. Evaluación de tierras, como se discute 
aquí, se refiere a la tierra rural, en la cual se incluye la franja de transición con 
el área urbana. La evaluación de tierras urbanas incluye la tasación de la 
propiedad, su renta y otros valores económicos de la tierra y edificios dentro de 
la ciudad; mientras comparte algunos principios con la evaluación rural, 
mantiene objetivos y procedimientos propios. La evaluación de proyectos es la 
etapa del planeamiento del desarrollo de las tierras en la cual se determina en 
su conjunto su viabilidad económica, factibilidad y necesidad. El análisis de la 
relación costo-beneficio tiene generalmente una participación esencial. Cuando 
el proyecto se refiere al desarrollo de tierras rurales(en contraposición a los 
proyectos urbanos e industriales), la evaluación de las tierras forma la parte 
principal y esencial de la evaluación del proyecto, pero de ninguna manera e la 
única consideración. Finalmente, el término “evaluación” también se aplica a 
estudios post facto de proyectos de desarrollo, el objetivo de los cuales 
consiste en establecer cuanto anduvo bien de lo que fue planeado y qué 
anduvo mal, para aprender de los errores del pasado. Todos los proyectos US-
AID incluyen una previsión de este tipo de evaluación. Ninguno de estos tres 
usos del término “evaluación” será considerado en este texto. 
 
DEFINICIONES 
 
TIERRA: comprende todos los elementos del medio ambiente físico 
hasta donde éstos tienen influencia sobre el potencial de uso de la tierra. Por lo 
tanto, tierra no se refiere únicamente al suelo, sino que incluye los hechos 
relevantes de la geología, geoformas, clima, hidrología, la cubierta vegetal y la 
fauna, como así también los insectos y microfauna asociados con 
enfermedades. 
Se incluyen dentro del concepto de tierra los resultados físicos de la 
actividad humana en el pasado, tales como el desmonte o tierras ganadas al 
mar. También deben incluirse las consecuencias desfavorables de un uso 
pasado, tales como suelos erosionados y vegetación degradada. Las 
circunstancias económicas y sociales, aunque sean consideradas en los 
procedimientos de evaluación, no forman parte del concepto tierra. 
UNIDAD CARTOGRÁFICA DE TIERRA: es un área de tierra 
cartografiada con características específicas. Las unidades cartográficas de 
tierra se definen y representan en un mapa en los relevamientos de recursos 
naturales, y forman la base de la evaluación. Puede emplearse cualquier clase 
de área que posea un grado de homogeneidad en sus características físicas 
como una unidad cartográfica de tierra. Por lo tanto, pueden considerarse como 
apropiadas para el propósito de la evaluación las Asociaciones de suelos, 
Series de suelos o Fases, unidades geomorfológicas de varias clases, 
Asociaciones de suelo-paisaje, unidades cartográficas de vegetación, o “land 
systems” y facetas. 
En caso de que la tierra haya tenido una alteración por la actividad 
humana, es necesario realizar una diferencia apropiada entre las mejoras 
mayores y las menores. Una MEJORA DE TIERRA MAYOR es aquella que 
comprende una mejora importante y razonablemente permanente en las 
cualidades de la tierra, y que requiere una inversión considerable de capital. 
Los ejemplos más comunes son los esquemas de irrigación, el drenaje de 
tierras a escala regional y el rescate de tierras al mar. Una vez implementados, 
hay gastos continuos de mantenimiento, pero la tierra misma se adapta mejor a 
ciertos usos que antes. Las MEJORAS MENORES DE LA TIERRA tienen un 
efecto menor, son menos permanentes, o no requieren grandes inversiones; 
como ejemplo pede mencionarse el drenaje de campos o la resiembra de 
pastizales anteriormente no mejorados. La separación entre una mejora mayor 
y menor de la tierra no es precisa, pero un buen criterio podría ser que los 
trabajos a realizar estén al alcance de la capacidad técnica y los recursos 
financieros de un productor o propietario individual o no. En este sentido, 
algunas mejoras, por ejemplo la sistematización de tierras, podría considerarse 
de índole menor en países desarrollados, pero de índole mayor en países en 
desarrollo. Sin embargo, aunque fuera dentro de las posibilidades del 
productor, el riego generalmente debería ser considerado una mejora mayor, 
en razón de la magnitud del cambio en las cualidades de la tierra involucrada. 
Un segundo grupo de términos se refiere al uso de la tierra. Esto 
concierne, en el contexto de la evaluación de tierras, a posibles clases de uso 
en consideración para el futuro. Los mismos pueden incluir, por supuesto, los 
usos actuales. 
Una CLASE MAYOR DE USO DE LA TIERRA es una de las pocas 
grandes subdivisiones del uso de las tierras rurales, como agricultura de 
secano, agricultura de regadío, pastoreo, forestación y recreación. Es 
conveniente disponer de un término para hacer referencia a usos de la tierra en 
tales niveles de generalización, aunque resulte difícil definirlo de una manera 
que no fuera el listado de los usos. Los mayores tipos de uso de la tierra se 
emplean en estudios de evaluación de naturaleza cualitativa o de 
reconocimiento. 
 
Mayores clases de uso de la tierra 
 
• Agricultura de secano (cultivos anuales) 
• Cultivos arbóreos o arbustivos (cultivos perennes) 
• Agricultura intensiva especializada 
• Agricultura de regadío 
• Cultivo de arroz por inundación 
• Pastoreo de pastizales naturales 
• Pastoreo de praderas mejoradas 
• Producción de bosques naturales 
• Plantaciones forestales 
• Recreación y turismo 
• Conservación de la fauna 
• Captación de agua 
• Trabajos de ingeniería 
• Uso militar 
 
Un TIPO DE UTILIZACIÓN DE LA TIERRA es cualquier uso de la tierra 
definido con mayor detalle que una clase mayor de uso de la tierra. El grado de 
detalle necesario depende de la escala y la intensidad del estudio. Por lo tanto, 
una agricultura de secano basada en maíz y tabaco constituye un tipo de 
utilización de la tierra, como lo es cualquier cultivo en particular, especie 
arbórea o una determinada clase de parque de recreación. Si una evaluación 
va más allá que un nivel generalizado, se hace necesario definir con mayor 
detalle el tipo de utilización de la tierra considerado. 
Hay otros dos términos para cubrir situaciones donde se practican en 
una misma área dos o más clases de uso de la tierra. USO MÚLTIPLE DE LA 
TIERRA consiste en más de una clase de uso simultáneo practicado en la 
misma tierra. Como ejemplo se puede citar plantaciones forestales y pastoreo o 
plantaciones forestales de maderas blandas y recreación. USO COMPUESTO 
DE LA TIERRA consiste en más de una clase de uso practicado en áreas de 
tierra que fueron tratadas en la evaluación como una sola unidad. Como 
ejemplo podemos citar el uso mixto de tierra arable y pastoreo para una 
Asociación formada por tierras agrícolas bien drenadas y pastizales de planos 
aluviales. 
 
TIPOS DE EVALUACIÓN DE TIERRAS 
 
Los resultados de la evaluación de tierras pueden presentarse en 
términos cualitativos, cuantitativos físicos o económicos. Una EVALUACIÓN 
CUALITATIVA es aquella donde la aptitud de la tierra para propósitos 
alternativos se expresa únicamente en términos cualitativos, tales como 
altamente, moderadamente o marginalmente apto o no apto para un uso 
específico. Es necesario incluir, como respaldo, consideraciones económicas, 
para no decir que los bananeros pueden producirse en el Polo Norte. No se 
incluyen, sin embargo, cálculos basados en costos específicos y precios, 
aunque el límite entre una valuación de tierras como aptas y no aptas para un 
determinado propósito se ubica por estimación aproximada en lo que pueda 
considerarse ganancia y pérdida. 
La evaluación cualitativa se emplea principalmente en relevamientos a 
escala de reconocimiento o como preliminar de investigaciones más detalladas. 
A pesar de la naturaleza generalizada de los resultados, permite la integración 
de muchos aspectos de los beneficios, tanto sociales, como ambientales y 
económicos. Las evaluaciones cualitativas son de escaso valor en países 
desarrollados, pudiendo conducir a una reacción de “y qué?”, puesto que el 
potencial de la tierra en estos términos ya es conocido por experiencia. Este no 
es el caso de áreas poco pobladas, donde una evaluación cualitativa indica 
posibilidades alternativas de desarrollo. También puede usarse en los sectores 
colonizados de países en desarrollo, porque si bien el potencial de la tierra ya 
es conocido por la población rural, puede no ser conocido por los planificadores 
y políticos. Los resultados de una evaluación cualitativa mantiene su validez 
pormuchos años, o hasta que se introduzcan grandes innovaciones 
tecnológicas. 
Una EVALUACIÓN CUANTITATIVA FÍSICA es aquella que provee 
estimaciones cuantitativas de la producción y otros beneficios esperados, por 
ejemplo; rendimientos de cosecha, producción de carne o lana, tasa de 
crecimiento forestal, capacidad de recreación. Para ello es necesario 
especificar los insumos también en forma cuantitativa, por ej.; Tn de 
fertilizantes, mano de obra día/hombre, tratamiento con pesticidas. La 
economía nuevamente está presente principalmente como una base, por 
ejemplo; el nivel general de los salarios de la mano de obra y por lo tanto para 
probar que la intensidad de mano de obra sea factible. A menudo se realizan 
cálculos aproximados de costos y precios para decidir niveles apropiados de 
insumos sobre los cuales deben basarse las estimaciones. 
Una EVALUACIÓN ECONÓMICA es la que incluye los resultados dados 
en términos de beneficios y pérdidas para cada emprendimiento específico y 
para cada clase de suelo. Se aplican a los datos de la evaluación cuantitativa 
física los valores monetarios específicos, obteniéndose así el costo de los 
insumos y el valor de la producción. Mientras que se sigue aplicando términos 
como altamente o moderadamente apto, etc., los límites entre estas clases son 
definidos en términos económicos. Debería destacarse, sin embargo, que una 
evaluación económica de ningún modo queda confinada exclusivamente al 
aspecto de ganancias y pérdidas. También se toman en consideración otras 
consecuencias, por ej.; ambientales y sociales, para ser combinadas con los 
datos económicos como base para la toma de decisiones. 
Siempre se requiere una evaluación económica de las tierras en la 
apreciación de proyectos, para la toma de decisiones en planeamiento y para 
inversiones privadas. Mediante el uso de la moneda como común 
denominador, se pueden comparar distintas formas de producción. Se pueden 
emplear tanto precios de mercado como precios sombra según el deseo de los 
que encomiendan la evaluación. También se puede asignar un valor monetario 
a beneficios intangibles, tal como agua no contaminada, recreación o valor 
paisajístico, aunque esto debe hacerse con el conocimiento de las grandes 
limitaciones de tales procedimientos artificiales. Como casi siempre es 
necesario establecer el valor actual del flujo de caja, los resultados pueden 
quedar considerablemente afectados por modificaciones en las suposiciones 
acerca de las tasas de descuento y la vida útil del proyecto. Las evaluaciones 
económicas son efímeras, variando con las variaciones de costos y precios. A 
pesar de ello, la evaluación económica debe preceder a la decisión de 
inversión, alcanzando mayor importancia con la magnitud de la inversión. 
Otra diferenciación de tipos de evaluación es la que se establece entre 
aptitud corriente y potencial. Una clasificación de la APTITUD CORRIENTE DE 
LA TIERRA se refiere al valor de la tierra en su estado actual. La evaluación de 
la aptitud corriente puede incluir mejoras menores como parte de las 
especificaciones del tipo de utilización de las tierras. Una clasificación de la 
APTITUD POTENCIAL DE LAS TIERRAS se refiere al valor de las tierras en 
una fecha futura, siempre y cuando se hayan efectuado importantes mejoras de 
la tierra, como por ej; la instalación de obras de riego. 
 
PROPÓSITOS DE LA EVALUACIÓN DE TIERRAS 
 
El propósito principal de la evaluación de tierras es predecir las 
consecuencias de un cambio. Si un productor ya cultiva maíz o trigo o cría 
ganado, no necesita los procedimientos formales de una evaluación de tierras; 
el valor de la tierra para esta clase de producción se obtiene mejor de los 
registros de sus propios costos, rendimientos y retornos. También los 
forestadores recurrirán a los registros de crecimiento en el pasado, siempre 
que se disponga de estos datos como una guía para el futuro. La evaluación de 
las tierras llega a ser necesaria donde se contempla algún cambio. Puede ser 
un cambio en la clase de uso, como por ejemplo poner en producción tierras 
mantenidas con su vegetación natural, o el establecimiento de un parque para 
recreación; o puede tratarse de la introducción de nuevas técnicas, como el 
riego complementario por aspersión, la introducción de una agricultura 
mecanizada donde antes se usaba tracción animal, o la aplicación de la 
siembra directa. 
Se necesita la predicción de la aptitud de la tierra para formas diferentes 
de producción, los insumos y prácticas de manejo necesarios, la producción de 
otros beneficios y las consecuencias de tales cambios sobre el medio 
ambiente. Esto incluye las consecuencias adversas, como el llamado de 
atención que ciertas tierras no deben ser cultivadas por el grave peligro de la 
erosión del suelo. 
De la misma manera que en los relevamientos de suelos, el detalle de 
los propósitos de una evaluación de tierras depende del contexto físico, 
económico y social, de la escala e intensidad del estudio y de los objetivos de 
los usuarios. 
 
Propósitos en países menos desarrollados y en países desarrollados 
escasamente poblados 
El cambio del uso de la tierra en estos ambientes de planeamiento se 
produce principalmente en el contexto de proyectos y programas de desarrollo 
de las tierras. Hay tres niveles principales de escala e intensidad que pueden 
constituir partes sucesivas del planeamiento del desarrollo. 
INVENTARIO DE RECURSOS: La mejor manera de indicar las 
posibilidades de desarrollo de grandes áreas en forma rápida y económica es 
la evaluación a nivel de reconocimiento. La evaluación de las tierras a esta 
escala podría facultar a los técnicos a determinar, por ejemplo, donde se halla 
ubicada la mejor área para la producción de alimentos en gran escala, o donde 
hay 100.000 Has de tierras en bloque viables de ser pastoreadas. Luego puede 
seguir la identificación de proyectos alternativos de desarrollo. Tales 
evaluaciones se basan en la aptitud corriente y provee una clasificación 
cualitativa de aptitudes para clases mayores de uso de la tierra. Requieren una 
gama de datos más amplia que la que puede obtenerse de un relevamiento de 
suelos únicamente y pueden apoyarse satisfactoriamente en un relevamiento 
de “land systems”. 
Muchos países en desarrollo han encomendado estudios de evaluación 
de tierras de esta clase como guía inicial de las posibilidades del desarrollo. 
FACTIBILIDAD DE PROYECTOS: Una vez identificado un proyecto de 
desarrollo posible, se continúa con un estudio de factibilidad, el cual se lleva a 
cabo antes de tomar la decisión de realizar la inversión. La evaluación de 
tierras provee una de las principales fuentes de datos para esta clase de 
estudios. Generalmente, la evaluación tiene referencias de tipos de utilización 
de las tierras descriptas con algún grado de detalle. Un esquema de 
colonización de tierras o de reorganización con propósitos múltiples recurre a la 
evaluación de las tierras como base para la selección de áreas para agricultura, 
pastoreo, forestación y otros usos, como así también para un planeamiento con 
mayor detalle. La evaluación económica de las tierras alimenta la apreciación 
económica del proyecto en su conjunto. 
La evaluación puede ser de aptitud corriente o potencial, según si se 
halla involucrado o no irrigación u otra mejora importante. Se requieren tanto 
evaluaciones cuantitativas físicas como económicas. La escala del mapa usado 
para la evaluación varía de semidetallada a detallada, siendo esta última más 
apropiada para casos de irrigación u otras inversiones de capital. 
PLANEAMIENTO DEL PREDIO: Cada unidad de explotación, sea 
privada o gubernamental, tierra comunitaria, de producción ganadera o reserva 
forestal, requiere áreas de tierra destinada a otros propósitos. El caso más 
ilustrativo es la chacra para uso mixto agrícola-ganadero, donde se requieren 
tierrasagrícolas en rotación con el pastoreo estival e invernal y espacio para 
caminos, edificios y otras estructuras. Para el planeamiento del predio, la 
clasificación de la CAPACIDAD DE LAS TIERRAS ha resistido la prueba del 
tiempo. 
 
PRINCIPIOS 
 
La evaluación de las tierras comprende la comparación entre los 
requerimientos del uso de la tierra y las cualidades de la tierra. Diferentes 
clases de uso de la tierra tienen diferentes condiciones óptimas y diferentes 
limitaciones. Así, cultivos perennes requieren que la humedad del suelo se 
mantenga por encima del punto de marchitez en la rizósfera a través del año, 
cultivos anuales, no; el sorgo sobrevive mejor cortos periodos de sequía que el 
maíz. Por lo tanto, la evaluación sólo alcanza significación si se especifica la 
naturaleza del uso al cual se refiere. En la evaluación cualitativa a escala de 
reconocimiento, puede bastar hacer referencia únicamente a las clases 
mayores de uso de la tierra, por ej; cultivos anuales, cultivos perennes, 
plantaciones forestales. A medida que se incrementa la escala y la intensidad 
de la evaluación, es necesario definir y describir el uso de la tierra con mayor 
detalle. 
 
La evaluación requiere una comparación de los beneficios obtenidos con 
los insumos necesarios. Los beneficios pueden consistir en producción, como 
cereales, carne, lana, leche o madera, o en servicios o beneficios intangibles, 
como la disposición de residuos, la provisión de recreación o la conservación 
de la fauna. Los insumos incluyen insumos materiales, como semilla, 
fertilizantes, agroquímicos, combustible o alambrado, como así también 
insumos en mano de obra y la provisión de maquinaria. 
Se podría decir que la tierra por sí misma, no posee potencial productivo, 
ya que para la producción de cosechas se necesita por lo menos semillas y 
mano de obra, el pastoreo de pastizales naturales no se puede realizar sin 
mínimamente el control al ganado, la tala de bosques naturales requiere mano 
de obra y maquinaria, etc. Además, casi cualquier tierra puede usarse para 
cualquier propósito, siempre y cuando se apliquen suficientes insumos. Dentro 
de una determinada región, la diferencia entre tierra buena y mala para un 
cierto propósito a menudo reside en la necesidad de un mayor nivel de insumos 
que en diferencias de rendimientos de cosechas. Tierras que podrían ser 
improductivas, o de muy bajo rendimiento, pueden hacerse productivas por 
ejemplo mediante el drenaje, la construcción de terrazas, subsolado o riego 
complementario. La tierra solamente es apta para un uso dado si los gastos en 
insumos se justifican por las utilidades brindadas. En evaluaciones cualitativas, 
los insumos, a veces, pueden presumirse tácitamente como aceptables para la 
región, mientras que en evaluaciones cuantitativas, y más aún en evaluaciones 
económicas, las cantidades deben especificarse en detalle. 
 
La evaluación se realiza en términos relevantes para las condiciones del 
país o región de referencia. La diferencia más clara ocasionada por 
condiciones locales es aquella que existe entre países de altos y bajos 
ingresos. Una tierra que podría hacerse productiva donde hay mano de obra 
barata, puede no serlo en países de altos ingresos. A la inversa, productores 
con tecnología de avanzada y amplios recursos de capital pueden hacer clases 
de uso de la tierra que no están al alcance de productores de bajos ingresos. 
En consecuencia, la mayoría de las evaluaciones no son de aplicación 
universal. Los principios son los mismos en todas las circunstancias, pero hay 
variaciones entre países y a veces entre regiones para la determinación de los 
valores críticos de las clases de aptitud para importantes cualidades de la 
tierra. 
 
La evaluación involucra la comparación entre alternativas. La 
experiencia ha demostrado que si la evaluación se realiza para una sola clase 
de uso de la tierra, pierde mucho valor. Generalmente resulta mejor presentar 
dos o más clases de alternativas de uso de la tierra, con las consecuencias de 
cada una. Éstas no necesitan ser diferentes clases mayores de uso. Cuando 
evidentemente el mejor uso es el agrícola, puede hacerse una evaluación para 
alternativas de rotaciones de cultivos o diferentes sistemas de manejo. Si los 
que encomiendan el estudio piden por ejemplo “encontrar tierras aptas para el 
cultivo del té”, deberían ser persuadidos en lo posible, que el tiempo y el dinero 
sería mucho mejor empleado si al menos fuera considerada alguna otra clase 
de producción. 
 
Es importante considerar que no se puede pretender obtener 
estimaciones detalladas acerca de la viabilidad económica de diferentes clases 
de uso de la tierra sobre la base de un relevamiento cualitativo a escala de 
reconocimiento. 
Al igual que en el relevamiento de suelos, en la evaluación de las tierras 
tampoco se pueden tomar decisiones por el usuario. La evaluación presenta las 
consecuencias, favorables y adversas, de varios cambios posibles de uso, 
como así también la continuación del uso actual. El procedimiento de la 
evaluación como tal se detiene ahí. Si la persona que encomienda el 
relevamiento pide recomendaciones concretas sobre el uso de la tierra, se las 
puede proveer, pero no son parte de la evaluación y muchas veces implica 
consideraciones más amplias. La evaluación de tierras no puede ni tiene la 
intención de decir al usuario qué debe hacer.

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