Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
“Latinoamérica unida protegiendo sus suelos” XIX CONGRESO LATINOAMERICANO DE LA CIENCIA DEL SUELO XXIII CONGRESO ARGENTINO DE LA CIENCIA DEL SUELO Mar del Plata, Argentina – 16 al 20 de abril de 2012 contribuciones@congresodesuelos.org.ar MANEJO DE SUELOS EN CUENCAS DE MONTAÑA. CUENCA RIO XIBI- XIBI, JUJUY, ARGENTINA Torres, C.G.1,*; Fernández, G.S.1; Diez Yarade, L.G.1 1. Cátedra de Manejo del Suelo y Riego. Facultad de Ciencias Agrarias. Universidad Nacional de Jujuy. * Autor de contacto: cg.torres@hotmail.com; Alberdi 47 4600 San Salvador de Jujuy; 0543884221550 RESUMEN La intensificación del uso de las tierras aledañas a centros urbanos importantes, se presenta en nuestra provincia como factor común al crecimiento de la población. Estos espacios requieren de un ordenamiento territorial que se oponga al crecimiento de actividades espontáneas y caóticas, proponiendo un desarrollo del área geográfica planificado, de acuerdo a las condiciones del espacio físico natural, sus limitaciones y posibilidades. Con este propósito se realiza el levantamiento de suelos de la cuenca del río Xibi Xibi, que tiene una superficie de 5.763 ha y el área colectora se encuentra ubicada al Oeste de San Salvador de Jujuy, mientras que el cauce principal atraviesa la ciudad en sentido Oeste-Este, desembocando en el río Grande perteneciente a la cuenca superior del Bermejo. El objetivo principal del estudio, es conocer las diferencias morfológicas de los suelos de la cuenca, su aptitud y limitaciones para la producción, así como su comportamiento hidrológico, con el fin de promover la conservación, el manejo apropiado, el uso racional y el ordenamiento en ecosistemas de montaña. Para el levantamiento de suelos de las distintas áreas, se siguieron los principios e instrucciones del Manual de Levantamiento de Suelos. Tomando en cuenta la finalidad de los estudios se adoptó la escala de reconocimiento. Se describen suelos El Paño, Arroyo Chuquina, El Abra y Juan Galán que conforman dos Asociaciones de Suelos. Se formula un Programa de Prácticas Recomendadas para el Manejo de los Suelos y Manejo del Agua. PALABRAS CLAVE suelos en cuencas de montaña; manejo de suelos y aguas INTRODUCCIÓN Los nuevos paradigmas sobre la importancia de los recursos naturales y de su aprovechamiento racional y sostenible, surgidos a partir de la marcada necesidad mundial de mayor producción de alimentos y de biocombustibles, abren nuevas discusiones sobre la importancia que tiene el ordenamiento territorial como proceso tendiente a la orientación, regulación y promoción de la localización y desarrollo de actividades socio-productivas de acuerdo a aptitudes, capacidades, potencialidades y limitaciones de esos recursos naturales (Montico S.; Pouey N., 2001), dentro de un área específica. En este modelo, la conservación del recurso suelo adquiere una importancia mayor toda vez que, asegura producción de alimentos hacia el futuro. Es importante así que los suelos sean habilitados para el uso apropiado de acuerdo a su capacidad y luego de que se decide la actividad productiva a realizar, enfatizar en prácticas de manejo de suelos con el uso de tecnologías apropiadas y de igual forma para el manejo del agua, recurso de suma necesidad cada vez que se piensa en producir bienes agropecuarios o forestales o asignar otros usos al suelo. El uso del agua de riego en tierras agropecuarias es fundamental, especialmente en zonas áridas y semiáridas, donde la práctica del riego es condición esencial para sostener la vida y producir alimentos. Mejorar la eficiencia de aplicación del agua sin propender a la degradación de los suelos redunda en beneficios para su preservación y conservación, como para optimizar la producción y mejorar el beneficio económico de la explotación. El presente estudio se realiza en una cuenca de montaña que presenta como características distintivas por un lado, su proximidad al ejido urbano de San Salvador de Jujuy, en constante expansión y por otro, por su riqueza paisajística. Un ejemplo de esta situación es la apertura de emprendimientos urbanísticos y loteos, a los que debe sumarse la tenencia de las tierras dentro de un marco de ausencias notables de conflictos por la posesión, sin asentamientos precarios ni invasiones notables salvo casos puntuales en la zona del cruce de las Rutas 9 y 2, y en Punta de Diamante, ocupaciones de no muy vieja data que no respeta la línea de rivera y de alto riesgo en épocas de crecientes. Respecto del uso actual de la tierra, la cuenca objeto de este estudio, ha tenido un uso netamente ganadero, con ganado mayor: bovinos y equinos y menor como caprinos y ovinos. El uso forestal es más reciente, mientras que el uso agrícola se reduce a pequeñas superficies, aunque en los últimos años un emprendimiento ha realizado fuertes inversiones en infraestructura para cultivos de tabacos claros. Los suelos presentan una buena fertilidad actual lo que permite inferir junto a las condiciones ambientales y edáficas locales, buenas posibilidades para emprender explotaciones exitosas ya que esta condición es uno de los parámetros más importantes desde el punto de vista de la productividad (Rospilloso Chávez, J.; Torres, C. 2008). La fertilidad de un suelo es el resultado de la combinación de factores físicos, químicos y biológicos (Taboada y Micucci 2002), por ello se toman los resultados físicos – químicos realizados sobre las muestras de suelos para evaluar su fertilidad. El río Xibi Xibi es afluente del rio Grande, colector principal de la cuenca superior del río Bermejo; tanto la calidad de agua del rio Grande (Villarroel L.; Torres C., 1996) como la de sus afluentes son de buena aptitud para el riego, aunque cuando atraviesa la ciudad, recibe desagües superficiales urbanos. El objetivo principal es conocer las diferencias morfológicas de los suelos, su aptitud y limitaciones para la producción de la cuenca, con el fin de promover la conservación, el manejo apropiado, el uso racional y el ordenamiento en ecosistemas de montaña, para luego categorizar y agrupar los suelos de acuerdo a limitaciones relevantes, de tal modo de disponer de una herramienta válida que permita luego definir pautas y técnicas de manejo. MATERIALES Y MÉTODOS Para el levantamiento de suelos de las distintas áreas, se siguieron los principios e instrucciones del “Manual de Levantamiento de Suelos” (USDA, traducción 1965). Tomando en cuenta la finalidad de los estudios, la escala cartográfica y las características de la zona, se adoptó la escala de reconocimiento, teniendo en cuenta el objetivo de identificar suelos con características similares en su perfil, además grado de afectación por erosión, condición de drenaje interno, profundidad efectiva, presencia de capa freática, manifestaciones de salinidad y condiciones presentes relacionadas a la fertilidad y retención de humedad. Para la definición de Unidades Fisiográficas y posterior confección del Mapa Base, se contó con una Imagen Satelital en formato JPG, provista por el Instituto de Geología y Minería de la UNJu. Sobre ella y como Mapa Preliminar, se imprimieron curvas de nivel, ríos y arroyos, límites de la cuenca, Ruta Provincial y Nacional y sector urbanizado, en escala 1:20.000. No se dispuso de fotogramas de vuelos aéreos, pero se contó con apoyo de Hojas Topográficas en escala 1:50.000 confeccionadas por el Instituto Geográfico Militar (IGM, 1967) con curvas de nivel, provistas por la Cátedra de Topografía de la UNJu y fotomosaico en escala 1:10.000 realizados por el Instituto Foto Topográfico Argentino (IFTA, 1966), provistos por la Dirección de Recursos Hídricos de la Provincia de Jujuy. Confeccionado el mapa base con Unidades Fisiográficas (UF), se inició la descripción de los perfiles de suelos y toma de muestras, mediante observaciones a campo ubicadas en las distintas UF, para conocer las características morfológicas y para posteriormentedelimitar Unidades Cartográficas (UC) de suelos. Las muestras de suelos fueron tomadas y remitidas al Laboratorio de Suelos y Aguas de la Facultad de Ciencias Agrarias, UNJu, cuyos resultados ha permitido conocer las características físico-químicas de los mismos y orientar respecto a las condiciones de fertilidad actual, Capacidad de Uso y Aptitud para Riego. La Leyenda del Mapa de Suelos indican Asociaciones de suelos, las cuales pueden estar compuestas por dos o más suelos diferentes pero siempre dentro de una misma secuencia de horizontes, que por razones de escala no se pueden diferenciar geográficamente. Cada suelo que componen una Asociación, se indican mediante un símbolo compuesto por dos o tres letras correspondiente al nombre del suelo. No se indican porcentajes de superficies que ocupan, sino dominancia areal de uno sobre otro. Definidas las Asociaciones de Suelos se formula el Programa de Manejo de Suelos y de Manejo de Aguas. RESULTADOS Y DISCUSIÓN Del análisis fisiográfico surge que la cuenca presenta una dominancia de superficie montañosa ubicada en la parte superior e inferior del área de captación, siguiendo el área con suelos de aptitud agropecuaria y forestal, donde se definen las Asociaciones El Paño – Arroyo del Abra y Chuquina – Juan Galán y ubicada en la parte media de la cuenca y en menor incidencia areal y ocupada por parte de la capital de Jujuy, le sigue la superficie urbanizada y barrios periféricos. Figura 1. Carta de Suelos de la cuenca del río Xibi Xibi. Suelos El Paño (Ep): son suelos fuertemente desarrollados, con una secuencia de horizontes A B21t B22t C1 C2, donde el horizonte Ap puede presentarse como A11 y A12 ó Ap1 Ap2 en áreas con perturbaciones recientes o actuales por el uso agrícola o pecuario. El horizonte B presenta acumulación de arcilla que le confiere la característica de “textural”, con abundantes barnices, estructura en bloques medios y finos; a veces con rajaduras por la hidratación y desecamiento de arcillas. No presenta discontinuidad genética ni litológica. La textura dominante del horizonte superficial es medianamente fina, franca arcillosa a fina, arcillosa, siendo predominante esta segunda composición de la textura. El espesor de los horizontes subsuperficiales y en particular el de acumulación B (B1 + B2 + B3), puede tener espesores variables que van de 28 a 65 cm. El pH varía de ligeramente ácido a neutro en superficie y en los horizontes subsuperficiales, de neutro a moderadamente alcalino. La presencia de carbonatos en la masa del perfil, es común encontrarlos a partir de los horizontes subsuperficiales. Hay presencia de moteados en horizontes A, por lo que la permeabilidad varía de lenta a moderadamente lenta, por la presencia de moteados en el horizonte superficial. Respecto al drenaje interno, estos suelos se los califica como suelos imperfectamente drenados a moderadamente bien drenados. Aunque actualmente no se observan evidencias de erosión hídrica salvo en sectores de mayor pendiente, se considera que estos suelos son susceptibles a la erosión hídrica y eólica. Suelos Arroyo del Abra (Ada): Son suelos fuertemente desarrollados, con una secuencia de horizontes A B1 B2 B3 C1, donde el horizonte A puede presentarse como A11 y A12. El horizonte B si bien se encuentra subdividido en B1 B2 y B3, no presenta acumulación de arcilla que le confiere la característica de “textural” (Bt). No presenta discontinuidad genética ni litológica. La textura dominante del horizonte superficial es medianamente fina, franca arcillosa a fina arcillosa. La profundidad del horizonte superficial llega a 18 cm. en lugares estabilizados del relieve, mientras que por influencia del escurrimiento superficial y el microrelieve, en algunos casos puede llegar a los 10 cm. La cubierta vegetal cespitosa cubre la mayor superficie, la herbácea se encuentra cubriendo manchones y la arbustiva se presenta en forma dispersa. El espesor de los horizontes subsuperficiales y en particular el de acumulación B (B1 + B2 + B3), puede tener espesores variables que van de 18 a 65 cm. El pH varía de ligeramente ácido a neutro en superficie y en los horizontes subsuperficiales de neutro a moderadamente alcalino. La presencia de carbonatos en la masa del perfil se encuentra a partir de los horizontes subsuperficiales. En los superficiales no se encuentra reacción al ácido clorhídrico. Las concreciones de carbonatos no se presentan a una profundidad de 50 cm., a medida que nos acercamos al piedemonte. En estos sectores, la cantidad se puede calificar como abundantes, pudiendo en ciertos casos llegar a formar un horizonte C cálcico. Se observa la presencia de moteados en horizontes A pero en formas aislada. Aunque actualmente no se observan evidencias de erosión hídrica salvo en sectores de mayor pendiente, se considera que estos suelos son susceptibles a la erosión hídrica y eólica. Suelos Chuquina (Ch): son suelos de incipiente desarrollo con discontinuidad litológica originados por transporte aluvio coluvial. En el horizonte A, en áreas sometidas a uso agrícola, se pueden encontrar Ap1 y Ap2. El horizonte subsuperficial es C o IIC cuando se presentan aportes de diferente litología, que se pueden dividir en C1 y C2. En estos últimos se pueden presentar con grava o piedras. La textura dominante del horizonte superficial es gruesa, arenosa o areno franca a medianamente gruesa, franco arenosa. La profundidad del horizonte superficial es variable, pudiendo llegar a 20 cm. de espesor en lugares más estabilizados, aunque por influencia del escurrimiento superficial y microrelieves, en casos puede tener 8 cm. No es considerada la profundidad de los horizontes subsuperficiales de estos suelos, por constituir capas de distintas deposiciones aluvio coluviales. El pH varía de ligeramente ácido a neutro en superficie y en los horizontes subsuperficiales de neutro a moderadamente alcalino. No se reporta presencia de carbonatos en la masa del perfil; no se observa presencia de concreciones de carbonatos. Se observa la presencia de moteados en horizontes A pero en forma aislada. La permeabilidad es rápida. Se considera bien drenado. El escurrimiento superficial es medio. No se observaron sectores con anegamientos, ni presencia de sales en superficie. La presencia de piedras en superficies se presenta en áreas localizadas. Es común la presencia de piedras en profundidad. Aunque actualmente no se observan evidencias de erosión hídrica salvo en sectores de mayor pendiente, se considera que estos suelos son susceptibles a la erosión hídrica y eólica. Suelos Juan Galán (Jga). Son suelos de incipiente desarrollo a débilmente desarrollados con discontinuidad litológica originados por transporte aluvial o coluvial. En el horizonte A, en áreas sometidas a uso agrícola se pueden encontrar Ap1 y Ap2. Los horizontes subsuperficiales presentes son el B y C. El horizonte B en la mayoría de las observaciones realizadas no se subdivide, en cambio el C se pueden dividir en C1 y C2. En estos últimos se pueden presentar con grava o piedras. En estos suelos se presenta una característica textural que no hace diferencia mayor entre los horizontes superficiales y subsuperficiales, que se corresponde a las medianamente finas; se presentan casos donde hay un incremento en la proporción de arena en profundidad, pero en valores que sobrepasan de las medianamente finas. El espesor del horizonte superficial es muy variable por la abundancia de microrrelieves y vías de escurrimiento, pudiendo llegar a los 15 cm. de espesor y de menor espesor en sectores afectados por escurrimiento superficial. El pH varía de fuertemente ácido en superficie a ligeramente ácido en profundidad, por la presencia de un alto tenor de materia orgánica. No se reporta presencia de carbonatos en la masa del perfil. No se observa presencia de concreciones de carbonatos tanto en horizontes superficiales como en los subsuperficiales.La permeabilidad de estos suelos se puede calificar como rápida. El drenaje interno se considera bien drenado. El escurrimiento superficial es medio. No se observaron sectores con anegamientos, ni presencia de sales en superficie. Es común la presencia de gravilla y piedras en horizontes subsuperficiales. Actualmente se observa de erosión hídrica moderada en sectores de mayor pendiente. Se considera que estos suelos son susceptibles a la erosión hídrica y eólica. Prácticas Recomendadas para Manejo del Suelo. Asociación El Paño – Arroyo del Abra. Para la sugerencia de prácticas, se toma en cuenta que las limitaciones presentes en los suelos de esta Asociación, se corresponden con la Clase VI, que se asume en general no son aptas para las labranzas, salvo que estudios de mayor detalle puedan definir sectores aptos para agricultura, con sistemas de manejo muy intensivos y con prácticas complejas de conservación. El uso recomendado es pecuario o forestal. Las prácticas recomendadas son: Pastoreo controlado; Mantenimiento de cobertura superficial; Canal de guardia; Terrazas de desagüe; Estructuras para el control de erosión en cauces. Asociación Chuquina – Juan Galán: Esta asociación de suelos presenta suelos con aptitud Clase IV, lo que determina requerimientos y cuidados en el manejo y protección, dado que las limitaciones en este caso son de grado creciente por profundidad efectiva reducida por presencia de gravas y piedras en superficie y en profundidad, susceptibilidad a erosión hídrica / eólica y bajo contenido en materia orgánica. Las y prácticas recomendadas son: Sistemas de labranza conservacionista; Rotación de cultivos y ganado; Mantenimiento del contenido de materia orgánica; Cultivos de protección; Pastoreo controlado; Mantenimiento de cubierta vegetal. Para Mantenimiento y Conservación de Materia Orgánica y Nutrientes se recomienda: Abonos verdes con leguminosas; Rotación de cultivos; Enmiendas orgánicas; Fertilización; Control de malezas. En suelos bajo cultivos y para Evitar Compactación del Suelo por Efectos de las Maquinaria se puede adoptar: Sistema de labranza conservacionista; Escarificado; Subsolado; Labranza reducida; Labranza vertical. Prácticas Recomendadas para el Manejo del Agua Las prácticas de manejo de agua se recomiendan a nivel general para ambas asociaciones de suelo. Para Control de Salinidad en Profundidad y en Superficie, se recomienda: Manejo racional del agua de riego; Riego controlado; Lixiviación de sales. Para Control y Manejo de Cauces Naturales de Agua: Empastado de cauces; Estructuras de retención de la corriente en el interior del cauce; Control de estabilidad y protección de taludes de cauces; Uso del rastrojo. Para Favorecer el Almacenamiento del Agua: Barbecho; Cultivo en contorno de absorción; Control de malezas; Labranza vertical. Para Evacuación de Excedentes Hídricos Superficiales: Desagües. Para Mantenimiento de Calidad del Agua: Control de sedimentos en suspensión; Control de sustancias tóxicas; Sales en disolución CONCLUSIÓN Los suelos de la cuenca del río Xibi Xibi se presentan can una gran variabilidad morfológica y marcadas limitaciones, lo cual los condiciona para el uso agrícola, que queda limitado a cultivos hortícolas y frutales en sitios determinados o producciones orgánicas. En cambio su Aptitud para el Uso pecuario y forestal resulta más apto, aunque limitados por la extensión de las tierras para la implantación de pasturas. El uso forestal se presenta apto para especies nativas y exóticas. Las prácticas recomendadas en los Planes de Manejo de suelos y aguas, fueron desarrolladas en cuencas vecinas donde los suelos presentan características morfológicas e hidrológicas similares y con condiciones climáticas, en especial régimen térmico y pluviométrico sin mayores diferencias en el área de captación, como en las cuencas del río Reyes al Norte y del río La Almona al Sud. BIBLIOGRAFÍA Montico S.; Pouey N. 2001. Cuencas Rurales. Pautas y criterios para su ordenamiento. Rosario. Universidad Nacional de Rosario. UNR Editora. Rospilloso Chávez, J. J.; C. G. Torres. 2008. Fertilidad actual de los suelos de la cuenca del rio Xibi-Xibi, Jujuy. XXI Congreso Argentino de la Ciencia del Suelo. ISBN 978-987-9260-61-6. Taboada M. A.; Micucci F. 2002. Fertilidad Física de los Suelos. Buenos Aires. Facultad de Agronomía, Universidad de Buenos Aires. Villarroel L.E.; Torres C.G. 1996 Calidad del agua para riego de los ríos Grande, Lavayén y San Francisco de Jujuy. En Agraria Revista Científica de la Facultad de Ciencias Agrarias. U.N.Ju. -Vol. 1- Tomo l. USDA. “Manual de Levantamiento de Suelos”. Handbook N° 18.
Compartir