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1 Capítulo 1: Sistemas agrícolas Los seres humanos dependen de la agricultura para proveerse de alimentos, forrajes, fibra y combustibles. La producción de estos, depende de las habilidades fisiológicas de las plantas y de las condiciones edafoclimáticas en las cuales crecen. La decisión de qué cultivos se producen, y como dependen de la utilidad y el valor de esos productos, sus costos de producción, y los riesgos asociados. A nivel de establecimiento agropecuario, estás consideraciones tiene que estar relacionadas con los requerimientos de recursos forrajeros para los animales, la disponibilidad de labores, y los requerimientos de los cultivos en rotación para mantener los niveles de fertilidad, controlar enfermedades, malezas, o la erosión. Las fuerzas del mercado y la disponibilidad de capital y tecnología imponen limitaciones adicionales. Dentro de estas consideraciones socioeconómicas, la respuesta de los cultivos al medio ambiente y al manejo sigue las leyes de la termodinámica y la conservación de la energía y la masa. Por lo tanto, podemos entender y predecir el rendimiento de los cultivos utilizando análisis ecológicos en términos de principios biológicos, químicos y físicos. Este es el contexto y el contenido de la ecología de los cultivos. En este capítulo, presentamos ideas sobre la naturaleza, los objetivos y la gestión de la agricultura para proporcionar una base para el análisis detallado del rendimiento de los cultivos en los sistemas agrícolas. También presentamos los principios sobre los que se construye este libro. 1.1. Sobre la naturaleza de la agricultura La agricultura se puede estudiar en diversos niveles organizativos y geoespaciales, desde lotes individuales, su agrupación en establecimientos agropecuarios, y hasta la agrupación de estos dentro de regiones. Esto se ilustra en la Figura 1.1 e identifica la necesidad de establecer una terminología coherente. 1.1.1 Terminología Los lotes de producción son las unidades fundamentales para los estudios en ecología de cultivos. Los tamaños de los lotes varían de 10 a 100 ha en la agricultura tradicional a gran escala típica de Argentina, Australia, Brasil, Canadá, Europa y EE. UU., a 1 ha o menos en la agricultura de pequeña escala y uso intensivo de mano de obra en países densamente poblados como Bangladesh, China, India, Indonesia, Malawi, Filipinas y Vietnam. Un sistema de cultivo (Sistema agrícola, ganadero o mixto) es la secuencia temporal de cultivos y prácticas de manejo aplicadas en un lote. En este nivel, podemos examinar los procesos de producción de las plantas, su dependencia de las condiciones ambientales y el papel de los procesos del suelo que respaldan el crecimiento de las plantas. Al observar los lotes durante años, podemos comprender los efectos de la rotación de cultivos, de los sistemas de labranza utilizados, de la fertilización y de la extracción del material cosechado sobre las propiedades del suelo. Los rendimientos se pueden analizar como una función de los requerimientos de recursos tales como nutrientes, agua y energía. Los presupuestos económicos de costos e ingresos y la evaluación de los requisitos laborales también son útiles a nivel de lote. 2 Fig. 1.1: Relación entre las escalas operacionales y geoespaciales en agricultura. En un nivel superior, los lotes son componentes de establecimientos bajo la gestión de productores particulares. Los principales cultivos, ganadería y prácticas de manejo empleadas en un establecimiento en particular constituyen un sistema de cultivo. Ruthenberg (1980) señaló que debido a que los establecimientos están organizados para producir un rendimiento económico neto, son las unidades fundamentales para el análisis económico y sociológico. El suministro de alimentos para la familia del establecimiento agropecuario (agricultura de subsistencia) y la perpetuación del mismo para las generaciones posteriores también son importantes. Un establecimiento agropecuario, entonces, es un sistema orientado a metas en el que los objetivos dictan cómo el capital y mano de obra se utilizan en actividades de producción. La disponibilidad de capital y trabajo, más la necesidad de gestionar el riesgo, imponen restricciones sobre los cultivos, las secuencias empleadas y la intensidad de la agricultura. Por lo tanto, algunos aspectos de los sistemas de cultivo se analizan mejor a nivel de establecimiento agropecuario. Los ejemplos incluyen la integración del ganado a un sistema netamente agrícola, y como se modifica el ciclo de los nutrientes con la inclusión del estiércol en el sistema, entre otros. El rango de combinaciones de especies es amplio, pero hay tipologías estructurales que se repiten en muchas partes del mundo. Así, en la Tabla 1.1, que describe los principales sistemas cultivados del mundo, se pueden ver relaciones claras entre las actividades agrícolas y el medio ambiente. El riego se practica en todo el rango de climas, pero es más común en los trópicos húmedos y subtrópicos, donde el agua está más fácilmente disponible y el régimen térmico permite el cultivo durante todo el año. Los sistemas de secano se concentran en áreas húmedas, zonas con pendiente y peligro de erosión y en áreas semiáridas / áridas con difícil acceso al agua de riego. La rotación de cultivos generalmente se restringe a las áreas tropicales húmedas bajo la presión creciente de su conversión a cultivos continuos, con el objetivo de proporcionar alimentos, fibra y energía a una población mundial en expansión. El intento de analizar los sistemas agropecuarios encuentra el problema de que no hay dos establecimientos exactamente iguales. Los tipos de suelo, los cultivos utilizados, el tamaño del establecimiento, los recursos financieros, las habilidades y opiniones de los agricultores sobre las mejores prácticas varían de un establecimiento a otro. Sin embargo, es lógico suponer que los 3 agricultores se comporten de forma racional, lo que significa que hay buenas razones por las que los establecimientos sean similares o diferentes. Cuando la mayoría de los establecimientos de una región están organizados de manera similar, podemos describir las prácticas agrícolas regionales. Es conveniente usar el término sistema agrícola cuando se habla de la organización regional de los sistemas de producción. La base regional abre vías adicionales para el análisis, incluidas cuestiones como el drenaje y la contaminación del aire y el agua. En este nivel, los estudios económicos y sociológicos también pueden incluir roles de servicio (por ejemplo, compra, almacenamiento y transporte de granos) de ciudades y pueblos dentro de la región. Los sistemas agrícolas pueden ser evaluados a nivel de cuenca hidrográfica regional, nacional o mundial con respecto al impacto en la seguridad alimentaria y los servicios de los ecosistemas que incluyen la calidad del agua y del aire, y la biodiversidad. Estos efectos son el resultado de las contribuciones agregadas de lotes individuales y establecimientos agropecuarios, que a su vez contribuyen a resultados a escalas geoespaciales mucho más grandes. Los principios de la ecología de los cultivos proporcionan la base para comprender y estimar estos efectos agregados. Tabla 1.1. Tipificación global de los sistemas de cultivo con su área relativa y ejemplos. Tropicales y subtropicales (62%)b Templados (38%) Sistema de cultivo Cálido húmedo/sub- húmedo (26%) Cálido semiárido/árido (12%) Templado/frío (altura/montaña) (24%) Húmedo/sub-húmedo (22%) Semiárido/árido (16%) Irrigado (18%) Arroz (ej. este- sudeste de Asía) Arroz-trigo (ej. Pakistan, India, Nepal) Arroz (ej. Egipto, Perú) Algodón Secano – alto nivel de insumos (82%) Arroz-trigo (ej. Pakistan, India, Nepal) Té, café (Este Africa, Sri Lanka) Maíz-soja (Pampas de Argentina,cinturón maicero EEUU); granos (trigo, cebada, colza, girasol, avena) y sistemas de cultivo y ganadería (ej: oeste y norte Europa Central Secano – bajo nivel de insumos (cultivos, ganado, forestación) Cultivos básicos en trópicos húmedos (ej, batata, mandioca, banana en Africa Sub sahariana) Sistemas mixtos agrícola- ganaderos (ej: Sahel, Australia) Cereales y tubérculos (ej: Andes) Sistemas mixtos agrícola-ganaderos (ej: Europa) Sistema Trigo- barbecho (ej: Asia Central, Canadá, Estados Unidos, Australia) Rotación de cultivos Cuenca Amazónica, Sudeste de Asia, África ecuatorial 4 a Adaptado de Cassman y Wood (2005). b Los valores entre paréntesis representan el porcentaje del área total arable a nivel global. 1.1.2. Atributos importantes La productividad es quizás la propiedad más importante de los sistemas agrícolas, pero hay otros. Marten (1988) proporcionó definiciones usadas en este libro para cinco propiedades principales del sistema: Atributos ecológicos Atributos sociales Productividad Equitad Estabilidad (Variación, persistencia) Autonomía Sostenibilidad La productividad se define explícitamente por el rendimiento del producto útil por unidad de área utilizado. La expresión por unidad de superficie terrestre es multidimensional porque varios recursos naturales y humanos, como la radiación, el agua, los nutrientes y el trabajo, también ocurren por unidad de superficie. El rendimiento es, por lo tanto, una medida integradora de la eficiencia relativa a tales entradas. Los rendimientos varían a lo largo de los años con el clima y otras causas. Marten (1988) utilizó el término estabilidad en referencia al grado de dicha variación; la sostenibilidad se refiere entonces a si los niveles actuales de producción pueden mantenerse durante años en el mismo nivel. La simplicidad y la claridad de estas definiciones son útiles para nuestros propósitos. Sin embargo, la estabilidad y la sostenibilidad son términos amplios y a veces tienen otras definiciones, por lo que es importante ser explícito sobre los contextos en los que se utilizan. Los ecologistas que trabajan con comunidades vegetales naturales le dan un énfasis diferente a la estabilidad, y la agricultura sostenible a veces se toma como un sinónimo de agricultura orgánica, lo que implica (incorrectamente) que es sostenible, mientras que otros tipos de agricultura no lo son. Aquí consideramos que la sostenibilidad es un atributo variable de toda la agricultura en todos los niveles de organización (Figura 1.1) y puede evaluarse en términos del rendimiento del sistema a lo largo del tiempo. Equitad (equidad de beneficios dentro de un sistema agrícola y entre éste y la sociedad en general) y la autonomía (el grado en que la agricultura es independiente de la sociedad en general) son importantes en los análisis sociales y económicos. Los agricultores de subsistencia, por ejemplo, tienen un alto grado de autonomía, pero contribuyen poco a las economías urbanas. Productividad, estabilidad y sostenibilidad son los temas principales a lo largo de este libro. Las relaciones entre estos términos se ilustran en la Figura 1.2. También es importante que la agricultura provea de suficiente alimentos para la población. En conjunto, la suficiencia y la equidad determinan la seguridad alimentaria y el bienestar a nivel local, regional y nacional. Dado el continuo y rápido 5 aumento en la población, la agricultura debe continuar expandiéndose en área, rendimiento por unidad de área, o ambos. Fig. 1.2. Visión de Marten (1988) del significado de la estabilidad y la sostenibilidad de la producción. Las interacciones entre la agricultura y la sociedad merecen comentarios antes de continuar con las cuestiones ecológicas. La agricultura es generalmente una extensión de la sociedad en la que existe. La sociedad proporciona mercados para productos y fuentes de insumos. En este contexto, la mayoría de los sistemas agrícolas, particularmente los de los países desarrollados, tienen un bajo grado de autonomía. Dentro de un país, las poblaciones agrícolas y urbanas generalmente están expuestas a las mismas reglas legales y económicas. Si el trabajo y el capital se mueven libremente entre sectores, compiten por esos medios de producción y llegan a tener niveles de vida similares. Ese proceso generalmente conduce a un grado razonable de equidad. Sin embargo, la regulación gubernamental tiene importantes influencias sobre la equidad. Los controles de precios en las entradas o salidas de la agricultura, por ejemplo, pueden cambiar el equilibrio bruscamente. Los economistas analizan las complejas y diversas interacciones entre los sectores de la sociedad. Sin embargo, es difícil (y en muchos casos imposible) interpretar los hallazgos económicos o extrapolarlos al futuro sin tener también una comprensión de la biología, la química y la física de los procesos de producción: de conocer, por ejemplo, lo finito, limitando las relaciones que existen entre la radiación solar, el uso del agua y el suministro de nutrientes, por un lado, y la producción agrícola, por el otro. Además de los flujos esenciales de información, bienes y servicios que tienen lugar entre los sectores urbanos y rurales, cada sector también afecta el entorno del otro. Por ejemplo, la contaminación del aire que se origina en los centros urbanos afecta la producción agrícola o la erosión del suelo genera sedimentos que contaminan cursos de agua y afectan la calidad de vida para todos. La necesidad de bienes y servicios estimula el crecimiento de las comunidades urbanas dentro de las regiones productoras de alimentos, con el resultado de que la expansión urbana puede eliminar tierras productivas de la agricultura. De hecho, la mayoría de las ciudades se encontraban en áreas con buenas tierras de cultivo porque se establecieron antes de que el transporte ferroviario y aéreo moderno permitiera mover alimentos a largas distancias, y las ciudades estaban aprovisionadas por la agricultura Año Año P ro d u ct iv id ad P ro d u ct iv id ad Sostenible Insostenible Inestable Estable 6 circundante. Por lo tanto, la expansión urbana en todo el mundo elimina la tierra más productiva, mientras que el reemplazo sólo puede ocurrir en tierras de peor calidad para la producción de cultivos. Esto también tiene implicaciones para la seguridad alimentaria mundial y la protección de los recursos naturales, como se discutirá más adelante. 1.2. Unificando términos Cinco temas enumerados en el Cuadro 1.1 unifican el contenido de este libro. Relacionan los problemas contemporáneos en el suministro de alimentos y la gestión ambiental con los atributos de los sistemas agrícolas que se presentaron anteriormente. Cuadro 1.1. Unificando términos para el estudio y análisis de sistemas agrícolas El objetivo esencial de los sistemas agrícolas es proporcionar alimentos, forraje, fibra y combustible. Otros objetivos incluyen proteger el medio ambiente y garantizar la sostenibilidad (a largo plazo) de los sistemas. La productividad está determinada por la estructura y función de las comunidades de plantas cultivadas y el acceso a los recursos que respaldan su crecimiento. El uso eficiente de los recursos escasos se logra a través de decisiones estratégicas sobre los sistemas de cultivo. La sostenibilidad a largo plazo de la productividad agrícola depende del mantenimiento de las propiedades químicas, físicas y biológicas de los suelos. Los sistemas agrícolas continuarán evolucionando en respuesta a los cambios en los mercados, la tecnología y el clima. El crecimiento de la población y los ingresos y la escasez de agua serán las principales fuerzas impulsoras en el futuro. El objetivo esencial de la agricultura es proporcionar alimentos, fibras ycombustible. Otros objetivos incluyen proteger el medio ambiente y garantizar la sostenibilidad (a largo plazo). La ecología de los cultivos tiene un rol fundamental en la productividad porque el papel esencial de la agricultura es proporcionar a los agricultores y la sociedad alimentos de forma adecuada y estable. Los otros atributos de la agricultura difieren en importancia de un establecimiento agropecuario a otro y de un país a otro. Por el contrario, la necesidad de que la agricultura sea suficiente es universal, aunque la forma de suficiencia varía según el tipo de sistema agrícola. En algunos países en desarrollo, los sistemas de agricultura de subsistencia a pequeña escala deben cumplir con los requisitos nutricionales de las familias de agricultores directamente porque no tienen otras fuentes de alimentos, o no pueden permitirse comprarlos a otros. Como tal, la agricultura de subsistencia debe ser altamente adversa al riesgo para garantizar un nivel mínimo y adecuado de producción. Los agricultores de las regiones desarrolladas tienen recursos financieros suficientes para comprar alimentos de fuentes locales y distantes, lo que les permite especializarse en la producción de algunos productos en gran cantidad para los mercados regionales y mundiales. 7 La suficiencia de la agricultura también debe garantizar la seguridad alimentaria mundial a medida que la población aumenta de 6.800 millones en 2010 a 9.200 millones proyectados para 2050 (División de Población, Naciones Unidas). Las perspectivas de satisfacer la demanda futura de alimentos pueden evaluarse desde una perspectiva ecológica basada en la tasa de aumento de los rendimientos (Sección 4.4), la cantidad y calidad de la tierra disponible (Recuadro 7.2) y el clima y el agua que sustentan el crecimiento de los cultivos (Sección 6.10) Lo que está en juego es si se pueden producir suficientes alimentos sin una gran expansión del área cultivada. Casi todas las tierras cultivables más grandes del mundo, alrededor de 1500 Mha, están actualmente en producción y la mayoría de las tierras restantes que podrían usarse para la agricultura se encuentran bajo selvas tropicales, humedales y sabanas que proporcionan un hábitat crítico para los animales y la flora silvestres. Por lo tanto, la mayor demanda de alimentos debe provenir principalmente del aumento del rendimiento (productividad) en las tierras de cultivo existentes. La estabilidad y la sostenibilidad juegan roles asociativos con la productividad porque ambos deben lograrse a niveles adecuados de producción. La estabilidad de la producción depende de las condiciones climáticas y del manejo que minimice las pérdidas de la competencia por las malezas y el daño causado por plagas y enfermedades. La estabilidad puede aumentarse mediante el riego para compensar la variación del suministro de agua de la lluvia (Capítulo 14), los aportes por fertilización para garantizar el suministro adecuado de nutrientes (Capítulo 12) y las prácticas de manejo. A medida que la agricultura se traslada a áreas de menores y variables precipitaciones, la mayor producción a largo plazo suele lograrse con menor estabilidad porque las estrategias para aumentar la productividad se centran en aprovechar mejor los buenos años (mayor precipitación) y quizás no en los años de menor precipitación (Capítulos 13 y 16). En muchos casos, los cultivos perennes y los sistemas ganaderos, en lugar de los sistemas agrícolas, hacen un uso más sostenible y estable de las tierras marginales. Principales sistemas de cultivo. El crecimiento de las poblaciones urbanas y la seguridad alimentaria mundial dependen de relativamente pocos sistemas de cultivos importantes ubicados en las regiones con mejores tierras cultivables (Cassman y Wood 2005). Los sistemas más productivos presentados en la Tabla 1.1 incluyen: sistemas de arroz de tierras bajas irrigadas del sur, este y sudeste de Asia (24 Mha - Sección 17.3). sistemas anuales irrigados de doble cultivo de arroz-trigo de las llanuras indogangéticas en Pakistán, India, Nepal y Bangladesh, y las llanuras central y centro-sur de China (17 millones de hectáreas). sistemas basados en trigo de secano y otros granos de Europa del norte y central (40 Mha). rotaciones de maíz y soja de secano en las praderas templadas centrales de América del Norte y en partes de Sudamérica (85 Mha - Capítulo 17). Estos cuatro sistemas de alto rendimiento suministran granos para 2.700 millones de personas, es decir, el 40% de la población mundial, pero solo requieren el 12% del total de tierras de cultivo utilizadas 8 para la producción de cultivos primarios. Mantener una alta productividad requiere insumos para reemplazar extracciones y pérdidas, por lo que la discusión sobre la sostenibilidad gira en torno a la seguridad del suministro de agua, nutrientes y energía para mantener dicha productividad. Los sistemas de alto rendimiento deben manejarse para un uso eficiente de los nutrientes a fin de evitar pérdidas que puedan tener un impacto negativo en la calidad del agua mediante la eutrofización de los recursos hídricos de superficie y contaminación de aguas subterráneas. La productividad está determinada por la estructura y la función de las comunidades de plantas cultivadas y el acceso a los recursos que respaldan su crecimiento. El proceso primario de crecimiento de la planta y la base para la productividad de los cultivos es la fotosíntesis (Capítulo 10). La energía solar permite la captura de dióxido de carbono (CO2) que se difunde en el follaje con el hidrógeno (H) dividido del agua (H2O) adquirida por las raíces. Los esqueletos de carbono resultantes (C-C-C) se utilizan para la síntesis de estructuras de plantas y para la energía para mantener el metabolismo. Las plantas han evolucionado para la captura eficiente de energía solar y el transporte de CO2 a los sitios de fijación fotosintética dentro de las hojas. La secuencia evolutiva de antepasados acuáticos, ha dejado a las plantas con un desafío significativo que limita la productividad en la mayoría de los entornos terrestres. La absorción de CO2 está inevitablemente asociada con la pérdida simultánea de H2O (transpiración) a través de los poros abiertos (estomas) en las superficies de las hojas a una atmósfera más seca en el exterior (Capítulo 9). El metabolismo de las plantas funciona en un medio acuoso dentro de las células, lo que significa que el crecimiento requiere que el agua que se pierde por la transpiración se reemplace por la absorción del suelo a través de las raíces. El mecanismo principal para el control de la pérdida de agua y el mantenimiento del estado hídrico interno es el cierre de los estomas, pero eso siempre debe reducir la absorción de CO2 y la eficiencia con la que se utiliza la radiación interceptada en la fotosíntesis. Entonces, ¿cómo han evolucionado las plantas para enfrentar este desafío? Las soluciones evolutivas más efectivas incluyen el desarrollo de rutas fotosintéticas alternativas, una amplia gama de formas foliares y procesos metabólicos que soportan el déficit hídrico interno y el daño a los pigmentos fotosintéticos como se discutirá en los Capítulos 9 y 10. Los cultivos más productivos son aquellos que establecen rápidamente la cobertura del follaje para interceptar toda la energía solar incidente y utilizarla de la manera más eficiente para impulsar la fotosíntesis a lo largo de todo el ciclo de vida. Esto requiere vías estomáticas abiertas y suministros adecuados de agua para mantener el estado hídrico interno de la planta. La absorción de agua del suelo también proporciona el medio para el transporte de nutrientes (esenciales) necesarios para muchas rutas metabólicas y compuestos construidos. De estos nutrientes, el nitrógeno (N) es especialmente importante porque las cantidades en la biomasa de la planta son excedidassólo por el carbono (C). El N también es un componente esencial de las proteínas, como las que constituyen el aparato fotosintético de las hojas (Capítulo 10). Las leguminosas que pueden fijar el nitrógeno atmosférico (N2) por asociación simbiótica con ciertas bacterias proporcionan la mayoría del N en la biosfera natural. Son componentes importantes de los sistemas de cultivo para el valor nutritivo y la fijación de N que contribuyen a la productividad de los cultivos no leguminosos (Capítulo 8). 9 Optimizar la eficiencia del uso de los recursos en la fotosíntesis y la formación del rendimiento se relaciona con la asimilación de C, mientras que la formación de biomasa resulta de los pasos metabólicos posteriores necesarios para sintetizar la estructura y los productos de almacenamiento, con mayor frecuencia en las semillas (Capítulo 11). Se han logrado grandes aumentos en el rendimiento de los cultivos mediante el mejoramiento de cultivares mejorados (Capítulo 4) y mejores prácticas de manejo de cultivos y suelos (Capítulos 12, 13, 14). En el período de 41 años comprendido entre 1966 y 2006, el rendimiento de los tres principales cultivos de cereales (arroz, trigo y maíz) aumentaron a una tasa anual relativamente constante de 52 kg ha-1. El rendimiento promedio es ahora de aproximadamente 3900 kg ha-1 y la tasa relativa de aumento de rendimiento ha disminuido de 3.0 a 1.3%. Se ha requerido un aumento continuo de la inversión en fitomejoramiento para obtener ese resultado porque las ganancias son cada vez más difíciles de mantener ya que los rendimientos se acercan al límite biológico. Un desafío para los estudiantes que buscan una carrera en cultivos y ciencias del suelo, o en la propia agricultura, es continuar aumentando los rendimientos mientras también se protege la calidad ambiental mediante un mejor manejo de los cultivos y el suelos, un proceso llamado intensificación ecológica (Cassman 1999). Definiendo el rendimiento. Los conceptos de rendimientos reales, alcanzables y potenciales ayudan en las evaluaciones de los sistemas agrícolas y ayudan a identificar oportunidades para mejorar la productividad. Para las especies cultivables, el rendimiento real es el logrado actualmente (promedio) en cualquier lugar, mientras que el rendimiento alcanzable es posible mediante el uso de la mejor tecnología con el cultivar más adaptado. Los rendimientos récord, los de los mejores agricultores y los rendimientos de los cultivos en las estaciones de investigación, cuando se cultivan con prácticas de manejo para obtener los rendimientos más altos posibles, proporcionan estimaciones de los rendimientos alcanzables. Para los agricultores individuales, la brecha de rendimiento explotable es la diferencia entre los rendimientos reales y alcanzables para su entorno. En la práctica, los agricultores no necesariamente buscan cerrar esta brecha completamente, esto se debe a que los rendimientos decrecen al acercarnos al rendimiento potencial, los insumos y el manejo reducen los retornos económicos a medida que nos acercamos a dichos rendimientos potenciales. Por esta razón, los agricultores buscan un rendimiento óptimo que proporcione el mejor retorno al trabajo y la inversión. Con la competencia por otros usos de la tierra, el trabajo y el capital, y otras fuentes regionales y mundiales de productos básicos, los agricultores aprenden que las prácticas antieconómicas son insostenibles a largo plazo. El rendimiento potencial, de una especie, es el rendimiento alcanzable más alto alcanzado durante años en su entorno más favorable. Los rendimientos potenciales ayudan a definir la capacidad genética de los cultivos y el progreso en la reproducción para un mayor rendimiento, pero no están, por definición, disponibles para todos los ambientes en los que se produce el cultivo. Los animales también son un componente integral de muchos sistemas agrícolas. Transforman los forrajes y los residuos de cultivos para uso y consumo humano y desempeñan un papel de estabilización / amortiguación en muchos sistemas agrícolas (capítulos 2 y 16). Las rotaciones de cultivos y pasturas que sostienen a los animales en las áreas agrícolas juegan un papel importante en el control de plagas y enfermedades. Con las leguminosas incluidas, los pastizales son una importante 10 fuente de N para los cultivos en rotación con las pasturas, porque los animales de pastoreo eliminan solo una pequeña parte de los nutrientes que consumen; el resto se recicla en forma disponible para el crecimiento del pasto a través de la orina y las heces. Los animales no rumiantes (cerdos, pollos, etc.) dependen de productos nutricionales que pueden usarse para la alimentación humana. Por lo tanto, una mayor proporción de carne en las dietas aumenta la demanda de la producción de cultivos (Capítulo 2). El uso eficiente de los recursos escasos se logra a través de decisiones estratégicas sobre los sistemas de cultivo y la elección de cultivos y prácticas de manejo. Las regiones de buen suelo y clima favorable pueden producir cultivos de manera más económica que otras regiones. Los agricultores en esas regiones se concentran en los cultivos que proporcionan un mayor rendimiento de la tierra, el trabajo y el capital a un nivel aceptable de riesgo. En las regiones menos favorecidas, los agricultores suelen elegir cultivos de menor valor con sistemas de manejo menos intensivos y menos costosos. A nivel mundial, la mayoría de la agricultura se lleva a cabo en áreas donde la productividad está restringida por suelos y / o clima desfavorable. Si bien los cultivos pueden seleccionarse para minimizar los efectos nocivos de los extremos en los regímenes de temperatura, las precipitaciones inadecuadas y la distribución deficiente de las lluvias representan la mayor restricción a la productividad, que puede corregirse mediante el acceso al riego, el cual se encuentra solo en una pequeña parte del área total cultivada (Capítulo 14). Si la tasa relativa actual de aumento del rendimiento (~1.3% año-1, Recuadro 4.4) pudiera mantenerse a una tasa compuesta hasta 2050, entonces la producción en el área cultivada actual aumentaría en un 80%, suficiente para alimentar el aumento proyectado en la población. La experiencia previa sugiere que esto es poco probable, sin embargo, a su vez destaca una necesidad crítica de un uso más eficiente de los recursos escasos, especialmente agua y nutrientes. Medición de desempeño. Se utilizan varios índices para medir la eficiencia del uso de los recursos en los sistemas agrícolas para comparar los efectos del lugar, cultivo, cultivar y manejo. Algunos índices asociados con la limitación de los recursos en los sistemas de producción de cultivos se presentan en la Tabla 1.2 para enfatizar el alcance de los análisis en la ecología de los cultivos. El término eficiencia se aplica estrictamente a las comparaciones sin unidades (MJ MJ-1, kg kg-1, mm mm-1, etc.) pero, en este libro, aplicamos el término de manera más general, consistente con la mayoría de la literatura existente. Los índices encuentran uso individualmente pero también en varias combinaciones. Por ejemplo, bajo condiciones óptimas de agua y nutrientes, la productividad del cultivo (tasa de crecimiento del cultivo, TCC, kg ha-1 d-1) puede analizarse en términos de radiación interceptada (Ri) y eficiencia de uso de radiación (EUR) de acuerdo con: TCC = (radiación incidente, MJ m-2 d-1) x (Ri) x (EUR) (1.1) Otras combinaciones proporcionan medidas integradoras de eficiencias de componentes como en: NIE = NRE × NCE (1.2) 11 explicando que la eficiencia de entrada de N (NIE) es el producto de la eficiencia de recuperación N (NRE) y la eficiencia de conversión N (NCE), enfatizando que tanto NRE como NCE deben cuantificarse para comprender cómo las prácticas de manejo de cultivos y suelos afectan larespuesta al N aplicado. Tabla 1.2. Algunos índices para análisis de eficiencia de uso de recursos por cultivos Sigla Nombre Significado Unidades Ri Fracción de la radiación solar interceptada Proporción de la radiación incidente interceptada por el cultivo MJ MJ-1 EUR Eficiencia de uso de la radiación Biomasa producida por unidad de radiación interceptada g MJ-1 IC Índice de cosecha Relación entre la masa de grano/biomasa total de la planta Kg kg-1 ED Energía digestible Contenido de energía digestible en alimentos de origen vegetal (diferente para rumiantes y monogástricos) MJ MJ-1 ER Eficiencia de riego Biomasa producida, o rendimiento por unidad de riego aplicado kg ha-1 mm-1 EUA Eficiencia de uso de agua Biomasa producida, o rendimiento, por unidad de evapotranspiración kg ha-1 mm-1 ET Eficiencia de transpiración Biomasa producida, o rendimiento, por unidad de agua transpirada por el cultivo kg ha-1 mm-1 EUN Eficiencia de uso de nitrógeno Producción de biomasa por unidad de nitrógeno disponible para el cultivo a partir del N disponible en el suelo (nativo o aplicado en fertilizante, estiércol o compost) kg kg-1 ENA Eficiencia de nitrógeno aplicado Biomasa producida por unidad de nitrógeno aplicado kg kg-1 ERN Eficiencia de recuperación de nitrógeno aplicado Cantidad de nitrógeno en la biomasa del cultivo a partir del nitrógeno aplicado kg kg-1 ECN Eficiencia de conversión de nitrógeno Biomasa producida por unidad de nitrógeno absorbida a partir del nitrógeno aplicado kg kg-1 PET Proporción equivalente de tierra Rendimiento de un cultivo de especies mixtas (cultivo intercalado) en relación con el rendimiento de un cultivo de una sola especie) kg kg-1 REN Relación de energía neta Contenido de energía de un cultivo o producto de un cultivo (biocombustible) relativa a la energía usada en la producción de ese cultivo MJ MJ-1 IC Intensidad de carbono Emisiones de gases de efecto invernadero (expresado en CO2-equivalentes) por unidad de energía en biocombustible producido g CO2e MJ-1 ET Eficiencia trófica Relación de producción en un trófico nivel de alimentos ingeridos del nivel superior adyacente MJ MJ-1 MB Margen bruto Retorno financiero por unidad de área menos costos variables de producción $ ha-1 12 La combinación de alta intercepción de radiación y suministro adecuado de N son temas recurrentes en este libro. Ambos son necesarios para altos rendimientos de cultivo y el N es un elemento altamente móvil en los sistemas de cultivo con potencial para contaminar los ecosistemas adyacentes y los recursos hídricos. Se requieren medidas cuidadosas y análisis integrales para establecer prácticas de manejo sostenible. La fijación de N en cultivos agrícolas, incluidos pastizales y tierras de pastoreo, se estima entre 50 y 70 Mt año-1 (Herridge et al., 2008), pero la alta producción de cultivos no leguminosos requiere más N de lo que pueden proporcionar las leguminosas. En consecuencia, el fertilizante nitrogenado producido industrialmente a partir del N2 atmosférico mediante el proceso Haber, proporciona la mayoría de N requerido para producir suficiente alimento para una población mundial grande y en expansión (Smil, 2004). El uso mundial actual de fertilizante nitrogenado es de 100 Mt N año-1, con la mayor proporción utilizada en los países en desarrollo: América del Norte y Europa juntas usan 29% versus 62% en Asia (FAOSTAT 2007). El África subsahariana es, sorprendentemente, el usuario más pequeño, el 1,5%, a pesar de su gran población (800 millones) y el área agrícola. Estrategias y tácticas. El uso eficiente de los recursos escasos se logra mediante la selección empresarial (la estrategia) y las prácticas de manejo (las tácticas) que ajustan la estrategia a las variaciones en el clima, los recursos del suelo y las condiciones económicas. Dadas las posibilidades de modificar el ambiente mediante la labranza, el drenaje, la fertilización y otros medios, los agricultores buscan prácticas que optimicen el rendimiento, la estabilidad y el uso eficiente de los recursos escasos. Sin embargo, lo que se cultiva no es lo más productivo, menos adverso al riesgo o más eficiente, incluso cuando la información y la tecnología están disponibles para lograrlo. Los agricultores de subsistencia, por ejemplo, que consumen todo lo que producen, deben prestar atención a los alimentos tradicionales de su cultura y obtener una dieta adecuada para un suministro de alimentos durante todo el año. Todos los agricultores deben ver el establecimiento agropecuario como una actividad integrada, teniendo en cuenta factores como la mano de obra y las necesidades de capital de determinados cultivos, la necesidad de rotación de cultivos, el mejor uso de las tierras marginales y los requisitos de alimentación para los animales. También se produce una variación considerable porque los agricultores difieren en los objetivos personales y la iniciativa, así como en las habilidades tecnológicas y comerciales. Del mismo modo, tanto la agricultura como sus mercados de productos básicos están sujetos a controles económicos y políticos impuestos por los gobiernos. Los agricultores tanto en los países en desarrollo como en los desarrollados dependen cada vez más del trabajo no agrícola para complementar los ingresos de los hogares, dejando menos tiempo para un manejo óptimo de los cultivos. Cuando las decisiones sobre qué se cultivará están influenciadas por dichos factores, a las eficiencias económicas y agrícolas se les presta menos atención. El acceso al mercado más el clima y el suelo hacen que la agricultura en la mayoría de las regiones se centre en un número limitado de especies de cultivos y tipos de pastos. En los países desarrollados, los intentos de lograr una gran diversidad en los establecimientos agropecuarios individuales comúnmente conducen a la mediocridad y al fracaso porque la alta diversidad requiere más información, habilidades de manejo y equipo. California, con su gran diversidad de cultivos hortícolas, podría parecer una excepción. Con el riego y el clima templado, los agricultores de California pueden lograr altos rendimientos y alta calidad para varios cultivos de vegetales, frutas y nueces de alto valor. 13 Suministran más del 50% de las frutas y verduras frescas y procesadas que se consumen en los EE. UU. A pesar de las grandes distancias a los principales mercados. En este caso, la diversidad de cultivos es regional en lugar de en establecimientos individuales debido a los riesgos asociados con los mercados inelásticos de productos frescos y la necesidad de mano de obra considerable y maquinaria especial. En contraste, una gran diversidad de cultivos por establecimiento es más común en las regiones densamente pobladas de India y Japón, donde los huertos familiares, la producción hortícola, los cultivos de campo y los pastos se entrelazan geográficamente en las pequeñas granjas. En esos lugares, las necesidades del hogar, la escasez de tierra y la ventaja de una distribución uniforme de la demanda laboral durante el año son importantes para favorecer la diversidad. La sostenibilidad a largo plazo de los sistemas agrícolas depende del mantenimiento de las propiedades químicas, físicas y biológicas de los suelos. La historia documenta una cantidad de civilizaciones que han caído del dominio porque su agricultura ya no podía abastecer a las grandes comunidades urbanas. Algunos ejemplos son las culturas de Mesopotamia que prosperaron entre los ríos Tigris y Éufrates (3500-300 aC) en lo que hoy es Iraq, y los fenicios que vivieron a lo largo de la costa mediterránea (2000-500 aC) en lo que ahora es el Líbano. El deterioro de la calidad del suelo para apoyar la producción de cultivos causada por la salinización en Mesopotamia y la erosión en Fenicia causó la caídade estas civilizaciones. Las propiedades del suelo que determinan la aptitud para sostener el crecimiento del cultivo y el suministro de agua son responsables de gran parte de la variación en el rendimiento de los cultivos dentro y entre los campos, las regiones y las zonas agroecológicas. La mayoría de las plantas crecen mejor en suelos profundos, bien drenados y de textura media. La tierra plana o la tierra con pendiente moderada es la más adecuada para las intervenciones de la agricultura. El riesgo de pérdida de suelo debido a la erosión se reduce considerablemente en los campos nivelados, y los perfiles profundos del suelo proporcionan una gran capacidad para almacenar agua y nutrientes para sostener el crecimiento y la actividad biológica que ayuda a mantener condiciones favorables del suelo desde el punto de vista físico y químico. Todos los suelos no tienen tales propiedades (Capítulo 7). Los suelos de textura gruesa (arenas) contienen poca agua o nutrientes, mientras que los suelos de textura fina (arcillas) de mayor fertilidad drenan lentamente con los consiguientes problemas de anegamiento. Los suelos poco profundos de cualquier textura tienen limitaciones para la capacidad de retención de agua y nutrientes. El crecimiento y la función de la raíz se pueden reducir cuando los suelos son demasiado ácidos, alcalinos o salinos. Mejorando los suelos. Sin embargo, los suelos pueden mejorarse mediante la agricultura. Las adiciones de cal y macro y micronutrientes aumentan el crecimiento del cultivo y la acumulación de materia orgánica, lo que a su vez puede mejorar las propiedades físicas y químicas del suelo (Capítulo 12). La aplicación de estiércol o compost proporciona nutrientes y materia orgánica. El uso de cultivos de cobertura de leguminosas protege los suelos de la erosión y contribuye con N biológicamente fijado para un cultivo no leguminoso posterior. La labranza, que puede involucrar operaciones de arado o de discos, puede tener efectos positivos o negativos en la calidad del suelo y la producción de cultivos 14 dependiendo de la situación. La labranza primaria distribuye la materia orgánica y los nutrientes más uniformemente en la capa superior del suelo y puede mejorar la infiltración en algunas situaciones, pero en general tiende a reducir la estructura del suelo, especialmente si se realiza cuando los suelos están demasiado húmedos o demasiado secos. El desarrollo de herbicidas ha facilitado la producción de cultivos con menos laboreo y erosión en beneficio de un mayor almacenamiento de agua en el suelo y un menor uso de energía. La producción con poca o ninguna labranza, diversamente llamada labranza mínima, labranza cero, siembra directa, se ha expandido mucho en los últimos años y ahora se practica ampliamente en los sistemas de trigo, maíz y soja de América del Norte, América del Sur y Australia. En las Grandes Llanuras semiáridas de EE. UU., una mayor captura de nieve, menos escorrentía y una menor evaporación del suelo con siembra directa en comparación con el uso de discos permite la intensificación de un sistema de barbecho (un cultivo cada dos años) a dos cultivos en tres años en un barbecho-trigo-sorgo o maíz. La agricultura es inevitablemente una actividad extractiva con cantidades de nutrientes eliminadas según la cantidad y la composición química de los productos cosechados. Con el tiempo, la extracción reduce la fertilidad del suelo y puede causar acidificación, lo que a su vez reduce la capacidad del suelo para sostener la producción futura de cultivos. En contraste, el ganado en pastoreo devuelve la mayoría de los nutrientes que consume en las heces, pero cosechar pastos o cultivos de forraje para heno o ensilado elimina el contenido total de nutrientes de la biomasa aérea. Los cultivos cosechados para el grano eliminan una mayor proporción de contenido de nutrientes que la relación de masa (índice de cosecha, IC) del rendimiento a la biomasa aérea porque la mayoría de los nutrientes se concentran en el grano. Algunos cultivos, por ejemplo, cultivos de caña de azúcar y cultivos con biomasa para bioenergía (Capítulo 15), se cosechan por completo, lo que causa una extracción importante. Tal extracción no puede continuar indefinidamente sin el reemplazo de nutrientes esenciales a medida que las reservas de suelo se vuelven deficientes. La cantidad de reemplazo de nutrientes requerida depende de las propiedades del suelo, los requerimientos de nutrientes de los cultivos, los objetivos de rendimiento y los costos de los aportes de nutrientes en relación con el valor de la producción cosechada. Evolución de los métodos de cultivo. La preocupación por la disponibilidad, los costos y los impactos ambientales de los fertilizantes comerciales lleva al uso de rotaciones de leguminosas y cultivos de cobertura, estiércol y compost para suministrar N y otros nutrientes. Esto se hace enfatizando el posible ahorro de costos y evitando los peligros ambientales que pueden resultar del uso inapropiado de fertilizantes. Los métodos de producción "orgánicos" son aún más prescriptivos y excluyen en el uso de fertilizantes manufacturados, la mayoría de los pesticidas y fungicidas y, más recientemente, los OGM. Las rotaciones de leguminosas y cereales del siglo XVIII proporcionan el modelo para estas prácticas de agricultura orgánica que a menudo se promueven ahora sin apreciar su baja productividad (Capítulo 8). Es indudable que los cultivos pueden alcanzar rendimientos similares por métodos orgánicos, que mediante fertilizantes "químicos". Los problemas son que se requiere tiempo adicional para las rotaciones con cultivos de cobertura de leguminosas, y que la producción de abonos orgánicos y compost requieren tierra, agua y nutrientes adicionales. Cuando esa 15 oportunidad, el tiempo y la tierra se incluyen en la evaluación de los rendimientos, los sistemas orgánicos son inevitablemente mucho menos productivos en el área de la tierra que aquellos que usan fertilizantes. Los métodos modernos de agricultura integrada combinan ciclos biológicos para el manejo de nutrientes, malezas, plagas y enfermedades con el uso táctico de fertilizantes y otros agroquímicos. La producción sostenible y eficiente depende del monitoreo cuidadoso de las condiciones y los requisitos del suelo y el uso de agua y nutrientes. También requiere limitar las pérdidas de nutrientes y productos químicos aplicados para minimizar los impactos negativos sobre la calidad de las aguas subterráneas y superficiales, y la emisión de óxido nitroso (un potente gas de efecto invernadero). Los protocolos de buenas prácticas agrícolas (BPA) y los esquemas de certificación están cada vez más disponibles tanto para la seguridad del producto como para la integridad ecológica de los sistemas de producción (por ejemplo, www.globalgap.org). Estos métodos son esenciales para alimentar a las poblaciones humanas, al tiempo que mantienen la calidad del suelo y del agua, y preservan la mayor cantidad de tierra posible de la agricultura para la conservación de la naturaleza y los recursos hídricos. Los sistemas agrícolas continuarán evolucionando en respuesta a los cambios en los mercados, la tecnología y el clima. El crecimiento de la población y los ingresos, y la escasez de agua, serán las principales fuerzas impulsoras en el futuro. Los análisis históricos revelan que los sistemas agrícolas sufren un cambio continuo en respuesta a las fuerzas demográficas, económicas y ambientales, y la disponibilidad y adaptabilidad de las nuevas tecnologías (Capítulo 16). La demanda del consumidor se moldea, por estas fuerzas que se pueden analizar en términos de cantidad y preferencia de alimentos. Mercados. El rápido crecimiento de la población mundial es una fuerza importante para el cambio. Requiere una mayor productividad de la tierra cultivable, lo que a su vezmotiva nuevos sistemas de producción más intensivos: menos barbechos, más cultivos por año y más tierras de cultivo bajo riego. Los consumidores demandan alimentos seguros y pagarán más dinero por calidad, novedad y, cada vez más, por productos cultivados mediante métodos que se promueven como ecológicos. Para muchos consumidores, la seguridad alimentaria se relaciona con los peligros de la contaminación por residuos de agroquímicos (biocidas) durante la producción, y por microorganismos que causan enfermedades (E. coli, salmonela, etc.). En realidad, pueden ocurrir contaminantes biológicos, químicos y físicos durante todo el proceso de producción y distribución del mercado. Los supermercados, cada vez más la principal fuente de productos alimenticios, y casi la fuente exclusiva de productos importados, buscan protección contra litigios para la venta de alimentos inseguros mediante la adopción de sistemas de monitoreo y seguimiento desde el campo hasta el punto de venta y los consumidores. Los agricultores que buscan acceso a estos mercados requieren certificación, lo que exige el cumplimiento de los protocolos de producción aceptados y las pruebas de laboratorio de los productos. Varias etiquetas "orgánicas" se basan en reglas que prohíben el uso de fertilizantes y agroquímicos bajo la creencia de que al omitir este tipo de insumos se garantiza la inocuidad de los alimentos. Los agricultores convencionales cumplen con las normas de seguridad del gobierno siguiendo otros protocolos que restringen el tipo, la cantidad y el tiempo de las aplicaciones de agroquímicos. 16 Las dietas preferidas de los consumidores también cambian en respuesta a la disponibilidad de tipos de alimentos y la capacidad de compra del consumidor. El consumo de productos pecuarios, incluida la carne y los productos lácteos, aumenta a medida que aumentan los ingresos. Las tendencias son similares en todos los continentes y culturas. Esto ha impulsado la expansión del área agrícola y los cambios en los sistemas de cultivo en los principales países exportadores, como Estados Unidos, Brasil, Argentina y Australia. Las estadísticas de producción de la FAO (FAO 2008) revelan que Brasil ha aumentado enormemente la producción de soja a 60 Mt en 22 Mha y ahora es el segundo mayor productor de EE. UU. (81 Mt con 30 Mha). Alrededor del 45% de la producción brasileña de soja se exporta. La mayoría está destinada a alimentar animales en Europa y China. El aumento de la riqueza en los países en desarrollo también se traduce en un mayor consumo de vino y cerveza y dietas más diversas que incluyen una gran cantidad de verduras, frutas y nueces, lo que aumenta la demanda de esos cultivos también. Energía. Durante la primera mitad del siglo XX, la fuerza motriz no humana en los establecimientos fue suministrada principalmente por animales. Se cultivaron áreas considerables de tierras de labranza para forraje animal. Desde la década de 1930, los tractores han reemplazado a los animales en los establecimientos de los Estados Unidos que liberan 40 Mha, utilizados anteriormente para cultivos de forraje, para la producción de cultivos de cereales y leguminosas. En el cinturón de trigo del sur de Australia, cuando la rotación común era barbecho-avena, el período de barbecho almacenaba agua y mineralizaba N para aumentar el rendimiento de trigo para el consumo humano y la exportación, mientras que la avena complementaba el pasto para caballos que trabajaban. La sustitución de caballos por tractores permitió una gran expansión en el área de cultivo y el aumento resultante en la producción continuó con el uso de fertilizantes y rotaciones de leguminosas para reemplazar el barbecho (Capítulo 16). A fines del siglo XX, existía preocupación sobre la cantidad de energía de apoyo requerida para mecanizar la agricultura (Capítulo 15), que algunos consideraban que contribuía a mayores costos de combustible, y otros añadían riesgo al suministro de alimentos humanos al hacer que dependiera de la energía externa al sistema. Más recientemente, con el aumento en los precios del petróleo, se está pidiendo a la agricultura que proporcione no sólo alimentos, sino también energía en forma de biocombustibles líquidos para el transporte. La agricultura siempre ha sido un importante productor de energía, e incluso ahora, mucho antes de la era de los combustibles fósiles, todavía contribuye con el 10% de la energía mundial, principalmente mediante la combustión directa de biomasa. De hecho, a nivel mundial, la biomasa proporciona más energía que la hidroelectricidad o la energía nuclear. La energía y los valores energéticos de los componentes de los cultivos para alimentos y combustibles se analizan en los Capítulos 2 y 15. Hoy en día, la producción a gran escala de biocombustibles líquidos a partir de azúcar, almidón y cultivos oleaginosos compite con la producción de alimentos por tierra, agua y nutrientes (Capítulo 15). Los problemas de la producción y los problemas ambientales son el núcleo de la ecología de los cultivos y requieren un estudio serio. Un desafío actual es analizar el potencial para el desarrollo de sistemas totalmente integrados para la producción eficiente de alimentos y energía y la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (capítulos 6 y 15). 17 Tecnología. Los agricultores son la fuente de muchas innovaciones relacionadas con la producción, pero las ideas también fluyen libremente de otras fuentes. En los tiempos modernos, avances científicos importantes de investigaciones realizadas en universidades, instituciones de investigación agrícola y compañías privadas contribuyeron con muchas tecnologías históricas incluyendo semillas híbridas, trigo y arroz semienanos, labranza de conservación, análisis de suelos y plantas para determinar los requerimientos de nutrientes y cultivos transgénicos(cultivos con resistencia a ciertas plagas de insectos y herbicidas). La difusión de nueva tecnología es a veces muy rápida (trigo y arroz de baja estatura, herbicidas, cultivos transgénicos) y, a veces, muy lenta (cosechadoras, labranza cero, manejo integrado de plagas). Dos constantes de tiempo limitan los cambios en establecimientos individuales: la vida útil de la maquinaria y las herramientas (5 a 10 años) y la vida laboral de los agricultores como responsables de la toma de decisiones (alrededor de 25 años). Sin embargo, estas respuestas se distribuyen aleatoriamente entre establecimientos, por lo que el cambio dentro de una región tiende a ser evolutivo con el tiempo (capítulos 16 y 17). Para una tecnología dada, la vía de adopción generalmente comienza con un número relativamente pequeño de agricultores y es progresivo. La tasa de adopción está determinada en gran medida por la educación requerida para implementar la nueva práctica y el rendimiento económico derivado de ella. El mayor uso de fertilizantes inorgánicos es quizás el cambio tecnológico más significativo porque las fuentes orgánicas renovables de nutrientes no son suficientes para apoyar la producción de alimentos adecuada para la población actual del mundo (Capítulo 8). Existe evidencia de que los agricultores en los países desarrollados ven la aplicación de fertilizantes como una medida de evitar riesgos y, en algunos casos, tienden a fertilizarse en exceso como resultado (Legg et al., 1989). Debido a que el costo del fertilizante está estrechamente relacionado con el precio de la energía, las expectativas de un aumento continuo de los precios de los combustibles fósiles motivarán la innovación tecnológica continua para mejorar la eficiencia en el uso de fertilizantes, con los consiguientes beneficios ambientales. Los cultivares transgénicos (Capítulo 4) son una innovación reciente que se ha adoptado rápidamente. Se utilizaron en más de 123 Mha en todo el mundo en 2008, 15 años después de su primerlanzamiento a mediados de la década de 1990. Dos modalidades explican casi toda esta área: (1) resistencia a herbicidas a un herbicida altamente eficaz, no selectivo (glifosfato), y (2) resistencia a plagas de insectos del orden Lepidóptera de una clase de proteínas δ-endotoxinas (llamadas Cry toxins - BT) que matan a los insectos que los ingieren (Capítulo 4). La adopción generalizada de variedades transgénicas de maíz y algodón ha reducido en gran medida el uso de biocidas, mientras que el uso de la resistencia a los herbicidas en la soja y la canola facilita la adopción de la siembra directa. Los sistemas de siembra directa aumentan el almacenamiento de humedad del suelo, lo que aumenta la estabilidad en cultivos de secano, y también reducen el uso de energía, disminuyen la erosión del suelo y mejoran la calidad de la capa superior del suelo (Capítulo 12). Los recientes avances tecnológicos en teledetección del estado de la planta y las propiedades del suelo prometen nuevos enfoques rentables para el manejo específico de cada sitio para acomodar la variabilidad dentro del campo en las propiedades del suelo (Recuadro 12.1). Estas diferencias causan 18 falta de uniformidad en el estado de nutrientes del cultivo y los requisitos de riego. Tanto los datos meteorológicos históricos en tiempo real como a largo plazo, incluida la radiación solar, son cada vez más accesibles a través de Internet. El acceso a los registros meteorológicos históricos permite el uso de modelos de simulación de cultivos para evaluar los impactos sobre el rendimiento y su estabilidad a partir de combinaciones de prácticas de gestión (por ejemplo, datos de fecha de siembra, densidad, ciclos o grupo de madurez). El acceso a los datos meteorológicos en tiempo real permite el desarrollo de herramientas de apoyo a las decisiones que brindan a los agricultores información para guiar las decisiones tácticas sobre el momento y la cantidad de N a aplicar o de riego (Capítulos 13 y 14). Si bien todas estas innovaciones tienden a aumentar la estabilidad (reducir la variación del rendimiento), cada una de ellas también puede servir para disminuirla. La experiencia en los países en desarrollo parece ser que la estabilidad del rendimiento disminuye al principio con el uso creciente de fertilizantes y cultivares modernos y luego aumenta a medida que los productores adquieren más experiencia y los insumos se llevan a niveles óptimos. El drenaje para controlar el exceso de humedad en las regiones húmedas (Capítulo 12) y para el control de la salinidad en las regiones secas (Capítulos 13, 14, 16) tiene importantes efectos beneficiosos para aumentar el rendimiento y la estabilidad. Otros cambios importantes también se han producido a través del fitomejoramiento, las técnicas de riego y el uso de biocidas. Tanto el tratamiento de semillas con fungicidas, y especialmente el control de malezas con herbicidas, tienen importantes beneficios en la estabilidad. Además de los avances en el rendimiento alcanzable y el índice de cosecha por el uso de híbridos y la estatura semi-enana, el mejoramiento de plantas ha contribuido a una mayor resistencia a insectos y enfermedades. Con el aumento del tamaño de los establecimientos, la maquinaria más grande y de mayor potencia ha contribuido a mejorar la calidad, la uniformidad y la puntualidad de la labranza y la cosecha con grandes mejoras en la estabilidad. Por otro lado, la maquinaria también ha permitido cultivar en ambientes más riesgosos, lo que lleva a sistemas de cultivo que tienen una estabilidad inherentemente baja, y los cultivares que aprovechan las fluctuaciones en el suministro de recursos son menos estables que las líneas que no responden. Clima. Es muy difícil determinar si un evento meteorológico es una anomalía a corto plazo -la sequía o inundación de 100 años, por ejemplo- o un signo de un cambio más permanente. Si un evento meteorológico es sólo una anomalía, los agricultores pueden quedarse con métodos probados, pero si el cambio es permanente o parte de una tendencia a más largo plazo, entonces pueden ser necesarios diferentes cultivos y prácticas culturales. El clima ha cambiado, como lo demuestran los grandes cambios en el nivel del mar que se han producido en los últimos milenios a medida que el hielo polar se expandía y contraía. Las fluctuaciones naturales en la geometría Sol-Tierra y la actividad solar pueden cambiar significativamente el clima, efectos que operan lentamente durante cientos y miles de años. La agricultura se ha adaptado al cambio climático en el pasado. Islandia y Groenlandia se colonizaron con éxito hace mil años cuando el clima era más propicio para la agricultura que en la actualidad. Los registros más recientes revelan una producción reducida y cambios en las prácticas de cultivo cuando Europa experimentó una Pequeña Edad de Hielo en el siglo XVI. 19 El mundo se encuentra actualmente en una fase interglacial y, sobre la base de la evidencia histórica, se podría predecir una tendencia de enfriamiento a largo plazo. Ahora, sin embargo, existe la preocupación de que la agricultura pronto pueda enfrentar limitaciones sustanciales a la productividad agrícola debido al calentamiento global y los efectos asociados en los patrones de lluvia (IPCC-AR4 2007). La supuesta causa es el aumento de las concentraciones atmosféricas de gases de efecto invernadero (GEI), principalmente CO2, causado por la combustión de combustibles fósiles y el cambio en el uso de la tierra (Capítulo 6). Los modelos predicen aumentos de la temperatura en el rango de 1 a 2 ° C para 2050, distribuidos de diversas maneras en todo el mundo, y acompañados de una redistribución de las precipitaciones. Tal escenario requeriría cambios en los sistemas óptimos de cultivo para cada región. Para cultivos anuales, ajustes simples en la fecha de siembra o cultivar pueden ser suficientes para colocar un cultivo en un ambiente adecuado. Algunos cultivos pueden desplazarse geográficamente a altitudes o latitudes más altas. Los pronósticos de productividad son complicados y existe incertidumbre en las predicciones de temperatura y en el hecho de que el aumento de [CO2] tendrá un efecto generalmente beneficioso sobre el crecimiento de los cultivos (Capítulo 10) y la eficiencia del uso del agua (Capítulo 9). Los efectos de temperatura, por otro lado, serán positivos o negativos dependiendo del régimen de temperatura existente (frío o caliente). Los modelos climáticos también predicen una mayor variabilidad en la temperatura y las precipitaciones debido al cambio climático, lo que disminuiría la estabilidad de la producción. La forma en que la agricultura pueda responder al cambio climático real depende en gran medida de cuán rápidamente se produzca el cambio y su magnitud. Dadas las incertidumbres asociadas con las predicciones del cambio climático, no es sorprendente que estas cuestiones estén atrayendo una atención considerable en la comunidad de investigación agrícola mundial. 1.3. Mantenimiento de sistemas agrícolas Los sistemas agrícolas dependen del esfuerzo humano para el mantenimiento de sus recursos biológicos, edáficos y humanos esenciales. Fuera del establecimiento, el mantenimiento toma forma en el manejo de la infraestructura de drenaje y riego de superficie, maquinaria, fertilizantes, biocidas, investigación científica y tecnológica y educación de los agricultores. En el establecimiento, las principales preocupaciones son para el mantenimiento de la fertilidad y la estructura del suelo, el control de malezas, la protección contra la erosión, el anegamiento en áreas húmedas y la salinización en regiones semiáridas. La necesidad de un esfuerzo científico se ve claramente con las enfermedades y los insectos. Las deficiencias en la resistencia de los cultivares existentes y la evolución continua de las enfermedades ylos insectos requieren grandes esfuerzos en el fitomejoramiento sólo para mantener la situación actual (Capítulo 17). Problemas similares ocurren cuando las especies de malezas desarrollan tolerancia a los herbicidas actuales. También se necesitan diagnósticos y correcciones competentes para enfrentar los cambios inevitables en los suelos y la fertilidad. Gran parte de las tierras de cultivo del mundo todavía son nuevas para la agricultura, y las deficiencias y desequilibrios de nutrientes aparecerán cada vez más a medida que se agoten los suministros originales. Mantenerse a la vanguardia de los cambios 20 continuos en las plagas y el estado y la calidad de los nutrientes del suelo requiere un esfuerzo considerable de investigación. Esta investigación de mantenimiento también implica el desarrollo de tecnologías para garantizar que las prácticas actuales de manejo de cultivos y suelos eviten el impacto negativo en la calidad del agua y la vida silvestre. El mantenimiento de los recursos humanos es quizás menos obvio. Los niveles de habilidad de los jóvenes agricultores se desarrollan principalmente de forma tradicional mediante el aprendizaje con padres y otras personas, pero la educación, en particular la alfabetización básica para facilitar el aprendizaje continuado, es esencial (Ruttan 1982). Los asuntos comerciales y la tecnología agrícola son cada vez más complejos, por lo que la educación avanzada es cada vez más beneficiosa para el éxito en la agricultura. Una parte significativa de los beneficios de la investigación y la educación recaen en la sociedad en general, a través de un menor costo y un suministro más seguro de alimentos, y mediante la garantía de suministros futuros. El reconocimiento de esas relaciones ha llevado a programas patrocinados por el gobierno que incluyen educación, investigación y extensión en la mayoría de los países. En los países desarrollados, esos compromisos se han debilitado ante el exceso de capacidad de producción de alimentos y la disminución de las poblaciones rurales. Ahora hay poco apoyo para la investigación de mantenimiento en muchos países y el futuro impacto de esta tendencia aún está por verse. La verdadera competencia profesional en mejoramiento, agronomía, patología y entomología de sistemas agrícolas requiere años de experiencia. Los fitomejoradores, por ejemplo, deben familiarizarse con una amplia gama de germoplasma. Sin una actividad continua en estos campos, la sociedad carecería de las habilidades tecnológicas y los recursos humanos necesarios para responder a las futuras crisis de suministro de alimentos. La política del gobierno puede afectar la viabilidad de la agricultura de otras maneras. El sentido de administración de un agricultor, sin importar cuán fuerte sea, puede ser alterado por reglas sociales, como controles de precios que colocan los retornos por debajo de los costos, subsidios que distorsionan los mercados o impuestos que colocan a la agricultura en desventaja frente a otros sectores económicos. Se producen problemas especiales con las actividades de mantenimiento, como las terrazas para el control de la erosión. Allí, el valor presente de los beneficios futuros que se acumulan durante la vida de un agricultor generalmente es menor que los costos. La agricultura continua sin prácticas preventivas puede permitir la erosión a tasas superiores a las tolerables, degradando el potencial de producción de la tierra. Las consecuencias fuera del sitio de la erosión incluyen la sedimentación de lagos, embalses y arroyos que son recursos comunes para todos. Algunos gobiernos comparten los costos con los agricultores para tales proyectos de conservación en reconocimiento de la responsabilidad tanto de los agricultores por las externalidades y el beneficio de la sociedad de la productividad futura y la protección de los bienes comunes. Finalmente, los problemas con los "bienes comunes" también surgen de flujos de nutrientes y químicos agrícolas fuera del establecimiento, y con la contaminación atmosférica por el suelo arrastrado por el viento y el humo de la quema de residuos agrícolas. Algunos de estos problemas se examinan en capítulos posteriores. Las dificultades con los bienes comunes toman una forma diferente en las 21 culturas pastorales de África y Asia, donde los animales propiedad de individuos pastan pastos comunes. En estos sistemas, no existen límites para delinear las acciones individuales del recurso común y la participación de un individuo depende de la cantidad de animales que posee. Inevitablemente, los bienes comunes están sobrepastoreados en detrimento de todos. De manera similar, hay numerosos casos en que acuíferos no restringidos, un recurso común, son sobre utilizados por demasiados pozos de irrigación que causan la caída de napas freáticas, requiriendo que todos los agricultores usen más combustible para bombear desde profundidades mayores y, en el extremo, abandonar el riego. Se requieren regulaciones sobre la cantidad de pozos y la cantidad de extracción para mantener dichos sistemas de irrigación. 1.4. Revisión de conceptos clave Sistemas de producción La agricultura puede ser vista como una jerarquía de sistemas que comienza con los lotes individuales (sistemas de cultivo), que se extiende a su integración en establecimientos y los establecimientos en las regiones (sistemas agrícolas). Las interacciones y problemas biológicos, ambientales y sociales se pueden identificar en cada nivel de la jerarquía. Los sistemas agrícolas interactúan fuertemente con la sociedad en general que consume sus productos y, a su vez, proporciona los bienes y servicios que necesitan los agricultores para producir alimentos. La demanda de productos depende del tamaño de la población y su riqueza. Como resultado, cómo y dónde se lleva a cabo la agricultura están determinados tanto por cuestiones económicas de los precios de los insumos, incluidos el trabajo y la tierra, como por la productividad de los cultivos y los animales, y su impacto en el medio ambiente. Seis atributos clave de los sistemas agrícolas son la productividad, la estabilidad, la sostenibilidad, la autonomía, la equidad y la suficiencia. La medida para cada uno de estos atributos permite la evaluación del rendimiento del sistema a lo largo del tiempo. Productividad, eficiencia y sostenibilidad La productividad es el atributo ecológico básico de los sistemas agrícolas. Determina la eficiencia del uso de los recursos y la viabilidad económica de la agricultura. También establece la capacidad de carga de animales domésticos y humanos por unidad de área de tierra agrícola, que a su vez determina las áreas mínimas que deben dedicarse a la agricultura. El clima y el suelo determinan qué cultivos se pueden cultivar en una región agrícola, pero los cultivos realmente cultivados y la intensidad de la producción dependen del tamaño de los mercados y de la disponibilidad de mano de obra y otros medios de producción. Las tendencias temporales de la productividad sirven para definir la estabilidad (variación en el rendimiento) y la sostenibilidad (mantenimiento del rendimiento a lo largo del tiempo). La suficiencia de la oferta, la autonomía y la equidad determinan la seguridad alimentaria y el bienestar a nivel local, regional y nacional. 22 Futuros retos Los sistemas agrícolas están sujetos a una evolución continua en respuesta al desarrollo del conocimiento, las tecnologías disponibles y la cantidad y el tipo de productos que requiere la sociedad. El futuro contiene numerosas incertidumbres. La disponibilidad de energía y nutrientes, el agua para riego, las restricciones sobre el uso de biocidas y antibióticos, y el cambio climático son factores clave, pero el aumento de la demanda debido al crecimiento de la población y el ingreso probablemente tendrá elmayor impacto. La estabilidad futura de la agricultura dependerá en gran medida de estos factores y de la capacidad de respuesta de los agricultores y los servicios de apoyo. La educación continua de agricultores y consumidores, y el apoyo a programas de investigación competentes en fitomejoramiento, entomología, patología vegetal, suelos y agronomía, son ejemplos de servicios necesarios para mantener una agricultura viable. Términos para recordar: autonomía; cambio climático; cultivo, agricultura y sistemas agrícolas; intensificación ecológica; brecha de rendimiento explotable; equidad; gases de efecto invernadero (GEI); principio de no uniformidad; agricultura orgánica e integrada; productividad; estabilidad; energía de apoyo; sostenibilidad; rendimientos, reales, alcanzables, óptimos y potenciales.
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