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CAPÍTULO VII: La Medida LIBRO: La Matemática y su didáctica en el primero y el segundo ciclos de la E.G.B. Un enfoque constructivista AUTORA: Lucía Dallura EDITORIAL:AIQUE LA MEDIDA En el mundo físico circundantes, las cantidades se presentan como discontinuas –llamadas también discretas – o continuas (extensión de los cuerpos). Las cantidades discontinuas son las que se pueden contar, como, por ejemplo, los árboles de un bosque, los animales de un rebaño, las flores de un jardín, etc.; las cantidades continuas son las que se pueden medir: la cantidad de líquido de un recipiente, la longitud de un camino, el peso de un objeto, etc. Se llama medida de una cantidad con respecto a la unidad elegida, al cociente entre dicha cantidad y esa unidad. Simbólicamente, si u es la unidad elegida, la medida de A con respecto a u es A : u = n (donde n es la medida). Desde el comienzo de la civilización, por razones prácticas los pueblos necesitaron valerse de unidades para medir. No podemos dudar de que los egipcios necesitaron efectuar mediciones para construir las pirámides o para volver a marcar sus terrenos después de las inundaciones del Nilo. En el Museo de Londres se conserva un papiro, de aproximadamente 1550 años antes de Cristo, que contiene unidades de medida de la época. Las medidas de la antigüedad eran aproximadas y, en general, las unidades usadas se relacionaban con el cuerpo humano: codo (longitud del antebrazo desde el codo hasta el extremo del dedo medio extendido), palmo (ancho de la mano), dedo (ancho de un dedo), pie (longitud del pie), pulgada (ancho del dedo pulgar). Se comprende fácilmente que estas unidades varían de persona a persona; por ello sabemos, que para unificarlas, se elegían las medidas de un rey o alguna persona muy popular. En épocas lejanas, no sólo se efectuaban mediciones concretas, sino que también se calculaban las medidas de la Tierra. En Grecia, Eratóstenes (276 a. C. – 194 a. C.) realizó una de las estimaciones más precisas del tamaño de nuestro planeta, utilizando complicados cálculos basados en sus observaciones acerca de la profundidad que alcanzaba un rayo de sol en un pozo al medio día del solsticio de verano. Así, llegó a resultados bastante aproximados a los reales. Posteriormente, Ptolomeo (siglo I) introdujo el sistema de longitudes y latitudes que todavía usamos hoy (coordenadas geográficas) y realizó intentos para calcular la medida de la Tierra, aunque con errores importantes. En su estimación, muy inferior al tamaño real, se basó Cristóbal Colón para prever la posible duración del viaje que originó el descubrimiento de América. Se especula con la posibilidad de que si Ptolomeo hubiera sido más preciso en sus estimaciones, Colón no se hubiera animado a realizar el viaje. Lo cierto es que cada pueblo tenía su propio sistema de medidas y pesas, lo cual dificultaba las relaciones comerciales. Durante el Imperio Romano existió por primera vez un sistema de medidas unificado; la unidad de peso (libra) y la de longitud (pie) se fabricaban en metal y se guardaban en los templos. Luego, al caer el Imperio, vuelven a aparecer medidas diversas. En el siglo XIV, en Inglaterra, se eligieron medidas que aún se utilizan, como la yarda (distancia desde el extremo de la nariz del rey Enrique I hasta la punta de su dedo pulgar con el brazo extendido frente a él – aproximadamente 91 cm). Para determinar el peso se usaban balanzas de brazos iguales u otras parecidas a la balanza romana, pero las unidades de medida siempre diferían de un pueblo a otro. La diversidad de las medidas existentes y su inexactitud llevó a la Asamblea Constituyente de la Revolución Francesa (1790) a encargar a la Academia de Paris la organización de un sistema de pesas y medidas con una unidad que pudiera considerarse universal. Los científicos encargados de la tarea buscaban una sola unidad que les permitiera medir longitudes. Midieron la distancia desde el Polo Norte al Ecuador sobre un meridiano que pasa por París (utilizando relaciones angulares de proporcionalidad y trigonometría); la dividieron en diez millones de partes y llamaronmetro (medida) a esa longitud. La primera definición de “metro” fue la siguiente: se llama metro a la diez millonésima parte de la longitud de un cuarto de meridiano terrestre. Esta definición se fue ajustando con el tiempo1. El metro se fabricó en platino e iridio –para hacerlo resistente– y se enviaron copias del metro patrón a diversos países. Luego se crearon los múltiplos y submúltiplos del metro, entre los cuales, la razón es siempre potencias de diez. Este sistema de medidas se llamó sistema métrico decimal y su organización se finalizó en 1799. Actualmente se lo utiliza en casi todo el mundo; en nuestro país se lo conoce como SIMELA (Sistema métrico Legal Argentino). Medidas de longitud La unidad de medida es el metro. Submúltiplos del metro: decímetro (dm), centímetro (cm) y milímetro (mm). Múltiplos del metro: decámetro (dam), hectómetro (hm) y kilómetro (km). Equivalencias: 1 m = 10 dm = 100 cm = 1000 mm 1 km = 1000 m 1 hm = 100 m 1 dam = 10 m 1 cm = 1 m 100 1 mm = 1 m 1000 Medidas de superficie La unidad de la medida de superficie es el metro cuadrado (m2) es la superficie de un cuadrado cuyo lado mide 1 m. Submúltiplos: dm2, cm2 y mm2 Múltiplo: dam2, hm2 y km2 Equivalencias: 1 m2 = 100 dm2 = 10.000 cm2 1 km2 = 100 hm2, 10.000 dam2 = 1.000.000 m2 Medidas de volumen La unidad es el metro cúbico (m3); es el volumen de un cubo cuya arista tiene una longitud de 1 metro. (Volumen del cubo=arista3=1m x 1m x 1m = m3)
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