Logo Studenta

4Sufrimiento institucional Malfe

¡Estudia con miles de materiales!

Vista previa del material en texto

Universidad de Buenos Aires- Facultad de Ciencias Sociales- 
Equipo de cátedra del Prof. Ferrarós 
Ricardo Malfé “Malestar y sufrimiento en las instituciones y organizaciones” 
 
 
Malestar y sufrimiento en las instituciones y organizaciones1 
Lic. Ricardo Malfé 
 
 
Hoy vamos a tratar algunos temas como frustración, sufrimiento, malestar, realización, placer, goce del sujeto en o a 
través de las instituciones o las organizaciones. La sublimación también vamos a tratar de hablar. 
Estos temas están teniendo mucha actualidad, porque en los últimos años han surgido distintas orientaciones en el 
trabajo institucional, y específicamente, la orientación psicoanalítica es la que hace mucho hincapié en el tema del 
sufrimiento y del malestar en general. Yo agrego en el programa el término “frustración”, que es un término muy amplio 
que abarcaría estos dos términos que nombré antes, porque frustrar significa literalmente castigar, sufrir y también 
entraría el tema del maltrato. En el tema del maltrato, es un problema que es muy actual y se lo está abordando desde 
distintas disciplinas, no sólo la psicología está tomando este tema. Se trata de una idea de desgaste y deterioro de los 
sujetos humanos que desarrollan sus vidas en las organizaciones en particular. Aquí se toma especialmente en las 
organizaciones en que se toma en cuenta el trabajo humano, o sea, organizaciones del ámbito de lo productivo, lo 
administrativo, etc. 
En relación a este tema han surgido algunas orientaciones, particularmente en Francia, donde se está trabajando 
consistentemente con el tema del sufrimiento. Este término comenzó a tener actualidad en el curso de la década el ’80 y 
se empezó a usar en forma un poco paradójica, dado que es un término que se utiliza mucho pero al mismo tiempo no ha 
sido demasiado definido, o no hay una definición acabada aún, o como (si) no hubiera una necesidad de definirlo al 
término -equivocadamente-. Creo que nuestra tarea en parte un poco consiste en ir definiendo estos nuevos conceptos 
que se comienzan a utilizar y no quedarnos solamente en lo meramente descriptivo, que en este caso sólo ha sido 
utilizado así. 
Fundamentalmente, en Francia hay dos grupos de trabajos o escuelas que han acentuado mucho la importancia del 
sufrimiento. Uno de ellas es la que está encabezada por el psicoanalista René Käes, que tiene su lugar de trabajo en 
Lyon, que es la segunda ciudad de Francia. 
Hay un libro que ha sido publicado en castellano hace un año, y que se llama “La institución y las instituciones”. Aquí se 
incluyen una serie de trabajos compilados por René Käes, está publicado por Paidós, y está en biblioteca y tiene un tema 
específico en relación a lo que estamos hablando y está en el apartado que se llama “Sufrimiento y psicopatología en las 
instituciones”. El primer capítulo del libro que es del propio compilador es muy interesante y se llama “Realidad psíquica y 
sufrimiento en las instituciones”. Es interesante que en este libro figura un trabajo de un psicoanalista argentino, José 
Bleger, a quien estos autores lo reconocen como el precursor en los estudios psicoanalíticos institucionales. 
Käes señala lo siguiente. Él dice que hay tres dimensiones del sufrimiento institucional, tomando este concepto del 
sufrimiento desde el lenguaje común. Que si bien en parte lo es, necesita de un mayor trabajo conceptual para poder 
vincularlo con un tema que tiene bastante trabajo dentro del psicoanálisis y que lo ha desarrollado el mismo Freud, que es 
el malestar. 
Esta relación de conceptos entre el malestar y el sufrimiento es lo que queda por ver aún. 
Bueno, volviendo a Käes, él propone tres tipos o niveles de sufrimiento dentro de las instituciones u organizaciones -aquí 
estarían dadas como sinónimos-. El título del libro de Käes es un poco ambiguo, al decir ”La institución y las 
instituciones”. Pero ustedes ya en sus clases prácticas han trabajado un poco las diferencias, pueden ver cómo “la 
 
1 Teórico N 12 dictado por Malfé el 23-06-90. Desgrabado originalmente por Fabio Frontelli. Retipeado por Érica Gunther en Julio 2013. 
Universidad de Buenos Aires- Facultad de Ciencias Sociales- 
Equipo de cátedra del Prof. Ferrarós 
Ricardo Malfé “Malestar y sufrimiento en las instituciones y organizaciones” 
 
institución” se refiere al sentido amplio de la palabra, en el sentido socio-antropológico y cuando se refiere en plural a “las 
instituciones” está refiriendo a las organizaciones. 
Un nivel que se podría considerar universal en la cuestión, tiene que ver con el hecho de que en toda institución por 
implicar un conjunto de constricciones, eso ya implica un sufrimiento, muy particular o específico para los sujetos 
humanos. Si tomamos las instituciones en sentido amplio y nos referimos a las grandes instituciones -como ya se ha 
venido haciendo a lo largo del cuatrimestre-, como por ejemplo, el lenguaje, la familia, que son las que se han visto más 
detalladamente, dado que también se ha visto el derecho, la moral, etc. Pero desde esta perspectiva es comprensible que 
el hecho institucional mismo como hecho cultural, socio-antropológico, político, etc., al restringirnos u obligarnos a seguir 
los rodeos que ese conjunto de restricción se impone sin duda genera sufrimiento, en un sentido universal, es este 
sufrimiento institucional. El lenguaje, por ejemplo, cuando un niño en su proceso de socialización, en su proceso 
evolutivo, sabemos que en el momento en que empieza a verse obligado a usar el lenguaje hay en él un sufrimiento muy 
particular que algunos lo expresan concretamente como pueden ser dificultades 
-sintomáticas-. A veces hay retrasos en el momento que se espera que el niño exprese su lenguaje y él insiste en usar 
otros recursos para conseguir lo que desea, pero finalmente cede porque se ve (…) por la compulsión lingüística que lo 
atraviesa y que lo configura como sujeto precisamente y así empieza a recurrir al discurso para pedir aquello que desea. 
Sabemos que este es un proceso sufriente, y además a los adultos, a nosotros mismos y ahora mismo estamos en una 
situación por el hecho de venir a estudiar o incurrir en estos temas. Y es una situación que es patente el relativo 
sufrimiento que nos provoca el tener que discursivizar una cuestión a la que intuitivamente podemos pensar que tenemos 
acceso ilusoriamente. Por ejemplo, en esta mera crítica que yo hice que sufrimiento no puede ser para nosotros una mera 
palabra como viene ocurriendo, y por eso estoy planteando la necesidad de un trabajo conceptual que en sí mismo es 
peligroso, laborioso y por lo tanto ese esfuerzo que los autores han esquivado espontáneamente, es una de las (…) en 
las que aquellos que estamos trabajando dentro de una forma de trabajo interdisciplinario como puede ser entre 
psicólogos, docentes en este caso yo, como estudiantes ustedes, ahí hay un esfuerzo e intento de discursivizar la 
cuestión. Esto implica una definición del concepto, una explicitación del mismo, desplegar el término, etc. Bueno, a todo 
este trabajo nos obliga la lengua como institución por excelencia, la que nos da forma, nos constituye como sujetos, y 
también nos hace sufrir y nos obliga a una penosa y laboriosa tarea. La familia es otra importante institución que también 
es fundamental para nuestra constitución como sujetos humanos, pero, y creo que ni hace falta dar ejemplos hasta qué 
punto es sede de sufrimientos muy concretos para todos sus miembros. Este sería un nivel en el que las instituciones 
determinan un tipo de sufrimiento al que podemos considerar genérico o universal, genérico en la medida en que el 
género humano y a esta altura de su desarrollo histórico pasa por yugos o soportes de yugos. 
Y “en” y “a través de” las instituciones nos constituimos como sujetos, con lo cual aparece la otra vertiente que será la que 
destaca la posibilidad del marco institucional, sin el cual no nos hubiéramos humanizado.Lo particular del sufrimiento 
institucional, Käes lo refiere a las organizaciones específicas en las que se puede estar trabajando, viviendo -en este caso 
me refiero a lo que luego tratará el Lic. Alberto Farías sobre las instituciones totales, que son aquellas donde se desarrolla 
toda la vida del sujeto, como por ejemplo cárceles, hogares de ancianos, etc. donde la gente vive todo el tiempo en la 
misma institución-. Pero no sólo allí hay sufrimiento y donde es comprensible que lo encontremos, sino que también en 
las instituciones donde se estudia, se trabaja, hay sufrimiento. Particularmente, en las organizaciones donde se desarrolla 
el trabajo humano tenemos que destacar la emergencia de otra escuela en Francia que está trabajando como concepto 
pivot con sufrimiento, también sin definirlo, que es la escuela llamada de “Psicopatología del trabajo” y tiene como su 
iniciador y como principal figura a un psicoanalista que se llama Christophe Dejours, donde en gran medida ha dado 
origen a esta subdisciplina que se conoce con el nombre de “Psicopatología del trabajo”. Justamente, la Facultad con la 
colaboración de la Secretaría de Ciencia y Técnica y otras entidades, han publicado un libro que se presentó hace un 
mes y está en venta en publicaciones y el libro se llama “Trabajo y Desgaste Mental” -estudio de Psicopatología del 
Trabajo-. Aquí está a un precio accesible y si después van a cursar Psicología del Trabajo se los recomiendo y les va a 
ser necesario. 
En el desarrollo que hace Dejours muy claro en su libro, muestra cómo en cada ámbito específico del trabajo plantea 
sufrimientos particulares. Nosotros podríamos generalizarlo y referirnos a organizaciones de otro tipo también como las 
educativas. Esta misma facultad, por ejemplo, y donde todos somos conscientes de las diferentes formas de sufrimiento 
que genera el tener que participar en las actividades de una organización o institución. Pero de todas maneras, aquí no 
Universidad de Buenos Aires- Facultad de Ciencias Sociales- 
Equipo de cátedra del Prof. Ferrarós 
Ricardo Malfé “Malestar y sufrimiento en las instituciones y organizaciones” 
 
sólo están implicados los no-docentes y nosotros los docentes, sino que sin duda están implicados ustedes como 
estudiantes y participan con un nivel de sufrimiento importante, que se acentúa en algunos momentos, que disminuye en 
otros y así permanentemente. Hay otros conflictos que generan sufrimientos específicos y no nos olvidemos que estamos 
hablando ahora de la dimensión del sufrimiento particular que se genera en cada organización diferente, no es ya la 
cuestión universal del sufrimiento institucional en la medida en que toda institución impone repeticiones, etc. Ahora 
estamos hablando de las instituciones que generan sufrimiento por su tipo de actividad específica que se lleva a cabo en 
este lugar. Por lo tanto, ya no se puede generalizar, sino que hay que prestar atención, hay que escuchar cómo se 
manifiestan en ese contexto organizacional específico las diferentes formas de sufrimiento que se producen en los 
distintos estamentos de la institución: es muy diferente el malestar docente o el sufrimiento de estos trabajadores con el 
sufrimiento de los trabajadores mineros, por ejemplo. En relación al tema docente, se está tratando tanto en EEUU como 
en Francia, España. Se está tomando mucho el tema del sufrimiento docente pero generalmente en otros términos. Por 
ejemplo, en EEUU lo llaman desgaste docente -burnout- es una forma de deterioro que produce este trabajo. 
Dejours no toma específicamente el desgaste docente y en cambio se preocupa por otro tipo de trabajadores, los de parte 
más productiva. Analiza, por ejemplo, casos concretos como él toma en su libro los obreros de la construcción, las 
telefonistas, etc. El año pasado estuvo aquí un discípulo de Dejours, y dio una clase en la facultad y nos comentó que 
están trabajando actualmente con obreros ferroviarios y obreros de la empresa de energía francesa que allá es estatal y 
abarca lo que acá es SEGBA y las usinas nucleares. Estos trabajadores están siendo abarcados en un estudio que llevan 
algunos discípulos de Dejours, donde se estudia el tipo de sufrimiento y las formas de defensas que estos trabajadores 
tienen. El tema de las defensas es muy trabajado por esta escuela porque sostiene que lo característico o particular de 
cada gremio o ámbito de trabajo, que es la constitución de defensas ideológicas, que él las llama “ideologías defensivas 
del gremio” y que tienen como función defender, minimizar o impedir la percepción consciente de aquello que genera 
sufrimiento en ese ámbito de trabajo. Por ejemplo, los trabajadores que están en lugares que implican riesgo permanente, 
por ejemplo, trabajos de altura, o lo que habrán escuchado ayer de esos dos trabajadores de Gas del Estado que 
murieron asfixiados porque están en un pozo trabajando y se perforó una cañería y murieron por asfixia. También puede 
ser los que trabajan en líneas de alta tensión, en fábricas de productos químicos, los que trabajan en seguridad como 
policías o bomberos, etc. 
Las defensas características de cada ámbito de trabajo son diferentes, cada gremio o sector, o como se dice en francés -
metier-. Aquí una buena traducción podría ser oficio. Entonces, serían las ideologías defensivas del oficio, que también 
los psicólogos, psicoanalistas también las tienen, porque tienen un nivel de sufrimiento particular también. Estas 
ideologías defensivas permiten al trabajador no estar todo el día con el sufrimiento a flor de piel, sino que así se genera 
una cierta insensibilidad que les permite soportar ese estado cotidiano. Por lo cual, necesitan incorporarse o suscribirse a 
través de un proceso de socialización, porque en los primeros tiempos su acceso a esa actividad, se va aprendiendo con 
recursos defensivos como por ejemplo, se aprende a no pensar permanentemente en los riesgos y a quedar copado con 
determinadas ilusiones colectivas o propuestas con ideales muy específicos. En estas cuestiones hay siempre que 
rastrear los liderazgos, aquellos que funcionan como aquellos que se los llaman líderes de opinión, y son los 
anunciadores y los soportadores concretos de estos discursos defensivos. Por ejemplo, en los trabajos de altura o los del 
personal de seguridad -policía- es bastante notable, no sé si de modo universal, habría que hacer un estudio comparado 
transcultural. Pero en algunos países se ha notado que en estos casos se recurre a ideologías defensivas en términos de 
“machismo” para decirlo de algún modo: “…nosotros los policías no tenemos miedo, el miedo es de las gallinas, los 
maricones…” y de este modo no se menciona el tema del miedo. 
Alumna: Pasa con los médicos también esto. 
Profesor: Sí, pero de otra forma, en ese caso pasa más bien por la acción permanente, por el estar permanentemente 
ocupados, siempre corriendo, etc. Los psicólogos tenemos recursos algunos (…) funcionales como la posibilidad de 
supervisión, de discutir con otros colegas, pero otros son de índoles creenciales, es decir que se sostienen por las 
creencias en las que se suscribe, aquí se comienzan a compartir ciertas maneras particulares comunes entre los colegas. 
En el caso de los médicos sería una hipomanía -manía leve-, que marca muchas actividades durante todo el (…) ya sea 
en el consultorio, el hospital, otro consultorio, etc. y esto los mantiene en una continua distracción de lo que se 
encuentran permanentemente en cada caso y muchas veces la muerte misma. Es una forma particular de defensa que 
algunos llaman aturdimiento. 
Universidad de Buenos Aires- Facultad de Ciencias Sociales- 
Equipo de cátedra del Prof. Ferrarós 
Ricardo Malfé “Malestar y sufrimiento en las instituciones y organizaciones” 
 
En algunas actividades muy estresantes, por ejemplo, la gente del mundo del espectáculo que tienen que continuamente 
estar en situaciones de protagonista y esto sin duda genera tensión. Por esto tienen un tipo particularde sufrimiento y 
defensas específicas que se van construyendo en este ámbito y que forma parte casi de la cultura de cada oficio. Eso en 
cuanto a las formas particulares de sufrimiento que están referidas a formas específicas de cada situación específica y 
dentro de cada ámbito de trabajo o en cada organización. En cada organización, además, tiene su sesgo o rasgo 
particular y en ellos se vive una forma particular de desgaste, tensión, sufrimiento. Por ejemplo, los docentes. Ustedes 
pueden ver el clima, que es un término que se usa mucho en los estudios de psicología y antropología organizacional o 
ecología, también lo llaman algunos a éste “clima organizacional”. Yo particularmente prefiero hablar de cultura porque 
tiene una tradición más interesante que esta metáfora meteorológica. Pero, bueno, el clima, por ejemplo, en los docentes, 
si ustedes ven cada escuela tiene su propio clima particular y en algunas escuelas los docentes se sienten mejor y en 
otras peor y esto se debe a múltiples factores. Aquí influye mucho lo que algunos sociólogos organizaciones definen 
como clientela organizacional, es decir, no es lo mismo trabajar en una escuela de alto riesgo que trabajar en una escuela 
en un barrio de gente rica. Aquí sin duda el clima es diferente, los conflictos son diferentes, y el sufrimiento que 
experimentarán los docentes en una escuela y en otra sin duda será diferente. La dimensión cultural también marca 
determinadas tradiciones que hacen que el clima o la interacción que se da tenga formas particulares y distintos defectos. 
Por ejemplo, quien conoce varias facultades de la Universidad de Buenos Aires sabe que la convivencia que hay aquí no 
es igual en Ingeniería, en Abogacía de la misma Universidad de Buenos Aires. Aquí hay una tradición cultural de mejor 
comunicación, los estudiantes de algún modo son más considerados generalmente -aunque cada cátedra tenga su forma 
particular-, pero en términos generales hay mayor participación de los alumnos. Es muy común que se proteste por algo 
que no les guste, que vayan a Secretaría Académica si no les gusta lo que pasa con tal o cual docente o cátedra, etc. Es 
decir, que dentro de ciertos límites que toda organización tiene hay mayor flexibilidad y tolerancia que en otras 
organizaciones de la misma Universidad. Aquí hay una cultura muy diferente y esto tiene consecuencias muy concretas 
en la forma en que se vive acá. Sufrimiento siempre existe, pero es distinto. Pero muchas veces aparece una queja sobre 
cierta actitud poco normativizada a diferencia de otras organizaciones totalmente normativizadas, como hoy decíamos 
Abogacía, Ingeniería y otras. 
Bueno, vamos a terminar con lo que propone Käes, él habla de un sufrimiento singular que está referido a la historia 
personal de cada sujeto que en función de sus conflictos… y aquí podríamos pensar en las series complementarias de 
Freud donde confluyen constituciones y la serie de accidentes y circunstancias por las que el sujeto ha pasado en su 
historia que hacen a determinadas personas sensibles a ciertas dimensiones de conflictos que en otros sujetos no existen 
en su vida institucional. A esto, en ésta como en toda institución se puede ver. Aquí mucha gente se puede llegar a 
descompensar, por ejemplo, ante un examen, mientras para otros no es ningún conflicto esta situación e incluso puede 
llegar a ser placentera o presentarse como una situación de aprendizaje. 
Bateson G. cuenta que un empleado del correo que se descompensó, sufrió un brote psicótico, porque él trabajaba con 
piezas postales que tenían dos tamaños y él clasificaba y en un momento dado apareció un tercer tamaño o forma 
diferente y no lo pudo tolerar. Aunque parece un poco sin sentido o raro, se puede ver cómo la dimensión singular 
atraviesa, por un lado, el sufrimiento institucional y ver cómo cada persona pueda padecer según su historia cosas que 
para otros puede llegar a ser divertida o más entretenido. Separar tres tipos de cartas que dos sería más monótono. 
Bueno, tendríamos que abocarnos a relacionar el sufrimiento con el malestar. 
Alumna: ¿Cuál sería entonces el tercer nivel que no me queda claro? 
Profesor: El tercer nivel sería o es el del sufrimiento singular que experimenta cada individuo en función de su historia, 
dado que esto le determina que se haga insoportable algún trabajo específico. Por ejemplo, hay gente en cualquier 
institución educativa -y les va a tocar de cerca a ustedes- que no tolera los exámenes, que se angustia mucho, no los 
puede enfrentar, que abandona una carrera por este motivo. Para esto hay que buscar ayuda o asistencia, que en 
nuestro caso la facultad brinda un servicio para los estudiantes, que inicialmente tenía muchas consultas de este tipo, 
actualmente no estoy informado. En general, puede aparecer como una situación no grata, pero depende de cada sujeto 
e indudablemente su historia, mientras a otros les puede servir para englobar o cerrar la materia o una situación misma 
de aprendizaje. Es decir, aquí aparece claramente la situación de lo singular, que es el tercer nivel. 
Universidad de Buenos Aires- Facultad de Ciencias Sociales- 
Equipo de cátedra del Prof. Ferrarós 
Ricardo Malfé “Malestar y sufrimiento en las instituciones y organizaciones” 
 
Bueno, volviendo al término “malestar”, podemos decir que este término propuesto por Freud en su obra “Malestar en la 
cultura” -unbehagen en alemán-tiene una cierta tradición dentro del psicoanálisis y yo creo que hay una cierta obligación 
en las personas que proponen nuevos términos o conceptos, que tienen que vincularlos con los ya existentes, ésta es la 
crítica que hago a estas escuelas. Ellas toman el término “sufrimiento” y no perciben la necesidad de vincularlo con el 
“malestar”, no se plantean si es lo mismo o no. Da la impresión que sufrimiento es un término descriptivo de aquello que 
pueda aparecer en la conciencia sino fuera que existen defensas específicas para no experimentarlo, pero está en el 
orden de los sentimientos, como dice Freud, que son sentidos, experimentados. Justamente aquí Freud habla de la 
paradoja que está hablando de un sentido de culpabilidad inconsciente, y sale al paso de esta situación que él mismo se 
plantea de cómo se puede hablar de un sentimiento inconsciente. ¿No es una contradicción en los términos? Porque si es 
un sentimiento no tendría posibilidad de ser inconsciente. 
También se habla de la angustia, que pueda ser inconsciente. La angustia que también aparece en la conciencia ya sea 
considerada como señal de alarma o no, y no importa la teoría que pensemos pero es indudable que se experimenta una 
angustia como un sufrimiento. 
El malestar, en cambio, ligado a este paradójico sentimiento de culpabilidad, no se experimenta claramente. Sino que es 
algo oscuro, difuso, que corroe la vida colectiva como una especie de sutil gusanillo que va pudriendo la psicología de los 
pueblos o las organizaciones. En otros textos como por ejemplo “Moisés y la religión monoteísta”, vuelve a aparecer esta 
concepción de un malestar colectivo no del todo consciente, sino a través de sus efectos cuando habla de lo que pasaba 
en los pueblos de la cuenca del Mediterráneo poco antes después de la aparición del cristianismo, que había un sordo 
malestar. Aparece un término extraño que es distinto -que serían los afectos inapropiados-. Aquí Freud explica a través 
de su concepción de la historia, sólo recurriendo a las tesis que había comenzado a elaborar en “Tótem y tabú” y que 
retoma en este texto, puede encontrarse este malestar colectivo. La tesis en cuestión, como ustedes ya lo saben, tiene 
que ver con el sentimiento de culpabilidad inconsciente por un acontecimiento histórico, que consiste en el asesinato del 
padre de la horda y todos sus representantes anteriores. Que uno de ellos fue para él Moisés, que según él fue inmolado 
por sus seguidores generando aquí un sentimiento de culpabilidad inconsciente que atraviesa toda la tradición monoteísta 
judeo-cristiana.La variante del cristianismo, señala Freud en ese último capítulo del texto que se llama “El desarrollo 
histórico”, señala que el cristianismo consigue otras fórmulas de transacción para manejar colectivamente el sentimiento 
de culpa inconsciente a través de inmolación redentora de una persona que siendo Dios empieza a hablar de su hijo y 
entonces permite -podríamos decir, matar dos pájaros de un tiro-, volver a conectarse con el hecho del parricidio 
originario porque de hecho se está sacrificando nuevamente a ese Dios, pero al mismo tiempo liberarse de la culpa que 
ese asesinato ha generado a través de esta redención que esa religión propone. 
Bueno, yo creo que el tema del malestar no puede quedar fuera de la concepción psicoanalítica de la historia, que puede 
ser también de las historias, pero no podemos pensar abstractamente fuera de una historia en una organización. Inclusive 
una de las formas que yo iba a proponer como novedad es enriquecer la concepción del sufrimiento en las instituciones u 
organizaciones y en esta condición y perspectiva de lo que sería la concepción psicoanalítica de la o las historias. Yo 
desarrollo en una ficha “Fantasía e historia” que ustedes ya seguramente han visto o leído, ahí básicamente mi propuesta 
teórica consiste en poner en primer plano una perspectiva que es interesante tener en cuenta que es una de las series de 
transformaciones que surge de la estructura libidinosa en un ámbito recortado que puede ser una institución, una 
comunidad o toda una civilización, como en el caso de Moisés que Freud desarrolla. 
Los avatares y las transformaciones de la estructura libidinosa pueden ser abarcados por una concepción que las 
considera como parte de una lógica o secuencia de transformaciones esperables que yo en esa ficha propongo que se 
entienda desde un primer momento en el que todavía la estructura libidinosa -término que incorporó Freud en “Psicología 
de las masas y análisis del yo”-, lo propone como un modelo un tanto abstracto porque lo da como fijado en un particular 
momento en el cual la estructura tiene vigencia más rotunda, lo que se podría diagramar como un cono donde hay un 
círculo de personas que serían los seguidores y en un vértice ubicada la figura del Ideal del Yo colectivo llamado allí “el 
líder”. Ese es un momento de la estructura libidinosa, inclusive lo podríamos considerar como la constitución plena de la 
estructura, y desde la práctica de la psicología institucional lo vemos muy bien. Es necesario trabajar desde el momento 
previo en el cual la estructura libidinosa no se ha constituido y que yo llamo en ese trabajo un momento de “a-versión”. 
Este guion tiene la intención de darle un carácter más técnico al concepto y que no coincida con el significado vulgar de 
aversión, si bien lo que le da el espesor afectivo o los sentimientos que los sujetos se relacionan con los otros, pueden 
Universidad de Buenos Aires- Facultad de Ciencias Sociales- 
Equipo de cátedra del Prof. Ferrarós 
Ricardo Malfé “Malestar y sufrimiento en las instituciones y organizaciones” 
 
coincidir con lo que vulgarmente se llama aversión. Esto se ve en todo grupo que se inicia, en un grupo que está en sus 
primeras etapas, en un grupo terapéutico, en grupo de estudios, de trabajo, donde los miembros individuales del grupo 
sienten -aunque dura a veces algunos segundos y en otros casos más tiempo, incluso que se instala como estadio 
insuperable- algún rechazo a vivir en esa estructura libidinosa, donde la gente no quiere saber nada con la integración 
con los otros, que inicialmente no sólo son desconocidos sino que aparecen como odiosos, hostiles, por distintos motivos. 
Recuerden que en el trabajo de Freud de la negación señala que primordialmente lo tomado, lo externo y lo ajeno, 
coinciden, y entonces, esta forma de categorización tan grosera y primordial siempre es susceptible que aparezca y se 
transparente en distintos momentos de la vida de un sujeto socializado, ya sea en su vida de trabajo, etc. Habría un 
primer momento en el cual el otro es para mí alguien ajeno y desconocido y por lo tanto, siguiendo el texto de Freud, 
aparece como malo, de lo cual nada quiero saber. Cuando se coordinan grupos en organizaciones o grupos de reflexión 
sobre temas que tienen que ver con el trabajo -se puede ver en los estudios de Psicopatología del Trabajo que antes 
mencionaba-, donde se reúnen grupos de trabajadores que están en la misma tarea pero en distintas organizaciones y 
circunscripciones, aquí inicialmente esos grupos de reflexión encuentran seguramente un momento resistencial hacia la 
integración en una comunidad. Hasta que aparece la figura como líder o ideal del yo que aparece de golpe como la que le 
otorga a ese espacio nuevo y aparece como (…) y prometedor y entonces, la gente se convierte al grupo, del modo 
análogo que se podría convertir a una religión o ideología. 
Esta etapa sería de “conversión” y allí comienza toda una secuencia de transformación que yo en ese trabajo “Fantasía e 
historia” describo someramente. Pero la estructura libidinosa no queda en esa forma canónica en la que el líder está 
ubicado en el vértice de esa pirámide o cono y quedaría ahí por siempre, sino que ésta es una concepción en la que hay 
un corte sincrónico de un proceso que desde la perspectiva diacrónica se nos revela como una secuela. Porque en este 
mismo momento está trabajada y corroída la estructura y aquí aparece el concepto de malestar con gran utilidad. Aquí, ya 
sea que acudamos a la concepción freudiana del parricidio originario o si recurrimos a Bion cuando se refiere a la 
dinámica de grupo, que él llama experiencias en grupos, y aquí se ve la marca en el orillo empirista de la concepción de 
Bion, que se coloca frente a lo que está sucediendo en el grupo en esa actitud tan ligada a lo que caracterizó a los 
desarrollos de la escuela inglesa, que es el aquí y ahora. Y aquí observamos que la estructura libidinosa está siendo 
carcomida por la ambivalencia y por la misma agresividad que ella necesariamente genera. Si hay una relación de 
fascinación con esta persona que se ha ubicado en el lugar del líder, produce necesariamente en su contracara o sombra 
la agresividad, y por lo tanto, un sentimiento de culpabilidad inconsciente y malestar. 
Entonces, habrá un tipo particular de sufrimiento cuando esta estructura, por razones que casi siempre tienen que ver con 
la cohesión externa -Freud ejemplifica con la estructura del ejército donde no se permite al sujeto salirse de la estructura, 
y en los lugares de trabajos también hay cohesión externa, dado que la gente no puede salir o entrar cuando quiere de su 
trabajo- y entonces cada sujeto queda prisionero o atrapado en la estructura y experimentando un sufrimiento particular 
que estaría referido entonces a la coerción de la estructura que tiende a persistir aún en contra que aquello que el 
movimiento histórico en función de esta dimensión latente a la que estamos accediendo a través del psicoanálisis 
impulsaría como una transformación requerida por la misma estructura. El insistir de la estructura en su forma piramidal o 
la que fuera, con la situación de dependencia que lleva implícita para todos los sujetos individuales o los subgrupos 
dentro de la estructura u organización, genera un tipo particular de sufrimiento. 
En algunos trabajos institucionales con organizaciones específicas esto se puede ver con muchos detalles. Hay un 
trabajo que está relatado por mí y otros autores que figura en uno de los módulos que publicó el Centro de Estudiantes 
(“Psicología Institucional Psicoanalítica: un caso institucional”) donde se trata el relato de una experiencia en un servicio 
asistencial donde trabajaba un conjunto de profesionales y consultan porque se encontraban como paralizados, y sentían 
algo como un letargo, como que no podían funcionar bien como en otras épocas lo habían hecho en forma más creativa. 
Era como una especie de paralización colectiva, y luego del análisisreveló que estaban ligados significativamente a la 
existencia de una estructura vertical aun cuando los miembros de la organización habían llegado a un punto en su 
desarrollo profesional en el que podían trabajar ya en forma más independiente e individualmente creativa. Es decir, que 
el insistir en una relación de dependencia desde la estructura organizacional cuando la gente está en condiciones 
personales de trabajar de otro modo, genera un tipo particular de malestar y de sufrimiento y esto sale a la luz a través de 
distintos síntomas. Por ejemplo, aquí aparece como síntoma el sentimiento de parálisis y de no producción de la gente en 
su trabajo, el desinterés, etc. 
Universidad de Buenos Aires- Facultad de Ciencias Sociales- 
Equipo de cátedra del Prof. Ferrarós 
Ricardo Malfé “Malestar y sufrimiento en las instituciones y organizaciones” 
 
Aquí en esta situación, por ejemplo, tomando el aquí y ahora, porque la clase ha durado demasiado el momento de 
convergencia de ustedes en relación con mi discurso, mi discurso monopoliza y a partir de cierto momento y hace 
insoportable y genera un sufrimiento. 
Todos: (risas) 
Profesor: Sí, soy consciente de esto y veo que empiezan a hincharse, a aburrirse, a sentir una especie de rebelión, 
malestar y no porque lo que diga no sea interesante sino porque simplemente estoy hablando yo solo y luego de cierto 
momento genera malestar, por eso intenté aunque no prosperó, establecer un diálogo en algún momento. Bueno, este 
ejemplo aparte de resultar gracioso para ustedes creo que es muy gráfico y claro, que se puede hacer consciente. 
Pero hay materias o cátedras donde esta situación es permanente, y si es válido que tomen notas, se enriquezcan, pero 
más allá de cierto límite esta situación necesariamente genera sufrimiento, genera malestar, que puede estallar de golpe 
en ocurrencias tipo crisis focalizadas que a veces se producen como el año pasado fue en Psicología Social, donde se 
rebelaron todos los alumnos en el aula magna y no rindieron un parcial. Esto es un ejemplo de situaciones de malestar 
institucional, donde se manifiesta lo que la estructura tiende a acallar, a mantener dormido de algún modo la problemática 
particular. 
A veces, en las organizaciones que nos consultan la gente está en una situación de letargo, donde no pueden producir, 
los trabajadores se enferman, no pueden pensar y es muy angustioso. Ustedes están acá dos horas por semana, pero 
qué pasa cuando estas situaciones tienen lugar en el lugar de trabajo donde necesariamente tienen que estar ocho, diez 
o hasta doce horas diarias y donde hay una estructura donde la pirámide está tan vigente que finalmente resulta 
aplastante, que atenta, quita vitalidad a la situación de los sujetos y provoca sufrimiento. 
En estos casos, lo que se suele recomendar es que empiece a circular -a partir del profesional que interviene la 
institución- este proceso de transformación de la estructura libidinosa y en ese trabajo institucional que se relata en la 
ficha hubo que hacer algo concreto, que fue impedir que ese jefe siga teniendo a la gente atrapada en esa relación de 
sometimiento fascinado. Fue muy difícil y dramático, pero a partir de ese momento surgieron subgrupos y se organizaron 
de una manera más creativa, y donde cada uno de los sectores profesionales pudo formar su grupo de trabajo, su propia 
estructura, organizar sus propios proyectos de trabajo y pudieron zafar de esa paralización. 
Ahora, en la actualidad, estamos haciendo un trabajo con una organización que ha demandado asistencia al programa de 
“Salud, trabajo y vida cotidiana”, que yo coordino y está abierto a la participación de los estudiantes y a las demanda de la 
comunidad. Una demanda de una institución con la que estamos trabajando, y ahí nos encontramos con una situación 
parecida a la anterior, pero quizás más grave, porque la gente no está paralizada a una estructura que tiene esta forma 
sino que está como en un momento previo en que las personas que tendrían que liderar la situación no lo hacen de forma 
muy clara, sino que generan situaciones difusas donde nadie sabe bien lo que tienen que hacer como tarea específica, o 
lo que tienen encomendado, y están como en una especie de líquido -ésta es la metáfora que circula- y es algo que los 
envuelve, que los ahoga, que los traga. Ellos han comparado con los jugos de las amebas. 
En la última reunión aparecen e incluso de forma bastante terrorífica -hubo gente que se puso mal, se sintieron 
espantados-y una persona lo verbalizó diciendo eso es horrible, yo me voy, yo me escapo. Por supuesto que hubo que 
desdramatizar y llevarlo al plano de la metáfora, porque era algo como que estaba ahí presente la ameba, se sentía 
corporalmente. Esta especia de indefinición nos mantiene como a la fuerza en este momento previo de la a-versión, 
donde son un montón de personas juntadas por la compulsión institucional pero sin que realmente formen un grupo de 
trabajo, e inclusive nunca se pueden reunir todos juntos, había gente que no se conocía entre sí. Esta situación borrosa 
genera un tipo muy especial de malestar. 
También y para terminar la clase quisiera referirme a un tipo de malestar que surge cuando el grupo ya ha seguido con su 
desarrollo histórico y se encuentra en un momento de diversidad, o sea, que cada distinto subgrupo y hasta inclusive al 
final de la historia cada individuo singular tiene claramente perfilado su capacidad de representar valor libidinal. Cada uno 
ha emergido como potencialmente creador, como alguien escuchado, que es tenido en cuenta, que ha salido de esa 
especie de desfiguración en la que se encontraba ubicado en las etapas iniciales de la etapa del grupo, pero puede 
ocurrir que la organización puede llegar a resentirse por una cierta falta de ejecutividad o por déficit de lo que sería la 
coordinación de los esfuerzos de los distintos individuos. Esto lo he visto el año pasado cuando trabajé en una 
Universidad de Buenos Aires- Facultad de Ciencias Sociales- 
Equipo de cátedra del Prof. Ferrarós 
Ricardo Malfé “Malestar y sufrimiento en las instituciones y organizaciones” 
 
organización que era muy democrática y que había llegado luego de diez años de existencia a una forma de trabajo y de 
convivencia que era de una forma realmente ejemplar. En esa institución se elegían las autoridades democráticamente, 
eran renovables cada tanto tiempo, no se ejercía ningún tipo de violencia y si había era resistida sobre los miembros 
individuales que podían hacer su tarea de manera muy creativa y muy libre, pero ¿cuál era el problema aquí? Lo que 
pasó aquí es que esta forma de trabajar llegó a resentir la eficacia de la institución, porque faltaba coordinación inclusive 
y comenzó a surgir un tipo muy particular de malestar y de sufrimiento, que pocas veces yo había visto esto en 
instituciones democráticas porque inclusive no son así la mayoría. Luego de esta experiencia, me pude percatar que 
estas instituciones democráticas también tienen sus conflictos y son muy dramáticos. Las instituciones democráticas por 
su forma de trabajo generan un sufrimiento muy particular y consiste en la añoranza de una nueva convergencia, como 
que fuera necesario que aparezca alguien nuevamente y yo a este momento lo llamo de reconversión. Periódicamente, 
es como que se añora que vuelvan a converger en un espacio unificado y existe esta famosa añoranza del líder que 
Freud explica en “Tótem y tabú” y en “Moisés y la religión monoteísta” como una de las consecuencias de una distimia 
que es producida por el (…) del acontecimiento que él representa como parricidio. 
Si uno desde la estructura y desde la ideología, porque aquí es importante que el psicólogo como lo propone Max Payés -
en el texto “La vida afectiva de los grupos”- que él lo llama respuesta móvil. O sea, que el psicólogo o el psicoanalista no 
tendrían que tener preconceptos acerca de cuál es la forma adecuada de estar organizado en grupos. En términos de su 
ideologíalo tendría que poner entre paréntesis, lo que él propone como deseable, por ejemplo, una forma de 
organización más democrática y más horizontal. Si bien tiene que conectarse con lo que hay de requerimiento de esa 
forma por parte del grupo en su desarrollo histórico, también tiene que poder percibir cuando hay un reclamo de una 
nueva reconversión y del surgimiento de un nuevo liderazgo y no hacer obstáculo en su ideología, sino señalarlo y 
hacerlo consciente y que esos individuos se den cuenta de las raíces de su sufrimiento y que ellos mismos puedan 
calcular cuáles serían los recursos para superar esta situación actual. Si no lo hiciéramos yo creo que estaríamos 
favoreciendo un tipo de sufrimiento y malestar que yo llamaría inédito, porque es muy poco frecuente encontrarse con 
organizaciones en las que el sufrimiento se eleva a un exceso de vida democrática. 
Bueno, dejamos acá porque no quiero que sigan sufriendo. Gracias.

Continuar navegando