Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
División de Ciencias Biológicas y de la Salud Departamento de Ciencias de la Salud Campus Cajeme Licenciatura en Medicina “TAREA 7” Materia: Taller de Integración 1 Maestro: Martha Leticia de Jesús Ortega López Alumno: Diego Joel Padilla Benítez Grupo 1, Semestre 4 Ciudad Obregón, Sonora, 02 de marzo de 2022 Hepatoesplenomegalia Definición: Se denomina hepatoesplenomegalia al aumento simultáneo objetivable del tamaño del hígado y del bazo. Etiología: La causa más frecuente es la hipertensión portal con transmisión de la misma a los senos venosos esplénicos. En la infancia, la hipertensión portal se produce fundamentalmente por causas extrahepáticas. Por frecuencia, las principales causas de esplenomegalia son la hipertensión portal por enfermedad hepática crónica, linfomas, leucemias y neoplasias mieloproliferativas, infecciones, congestión o inflamación y la trombosis de la vena esplénica. Inflamación: Las infecciones causadas por virus, bacterias, hongos y parásitos inducen hepatomegalia secundaria, igual que los tóxicos, las radiaciones y las enfermedades autoinmunes. Depósito excesivo: En el hígado puede almacenarse un exceso de glucógeno (glucogenosis, diabetes mellitus), grasa (esteatosis), metales (cobre en la enfermedad de Wilson) y proteínas anormales (déficit de alfa-1-antitripsina). Infiltración celular: Puede existir infiltración celular por un tumor hepático, metástasis o quistes parasitarios. Congestión del flujo sanguíneo: Se produce si hay una obstrucción suprahepática (por insuficiencia cardíaca congestiva, pericarditis) o intrahepática (cirrosis, enfermedad venosa oclusiva en trasplantes de médula). Obstrucción biliar: Atresia biliar, quiste de colédoco, colestasis, colelitiasis o problemas similares de salud. Epidemiología: La hepatoesplenomegalia es un hallazgo clínico que es más frecuente en niños menores de 1 año, las causas infecciosas seguido de las oncológicas fueron respectivamente las más frecuentes. Cuadro clínico: Dolor abdominal, cansancio, náuseas, vómitos, color amarillento en la piel y la parte blanca de los ojos (ictericia). Laboratorio: Se analiza una muestra de sangre para determinar los niveles de enzimas hepáticas e identificar virus que pueden agrandar el hígado. Gabinete: La técnica de imagen más útil para el diagnóstico de la hepatoesplenomegalia es la ecografía abdominal con flujo Doppler, la ecografía determina el tamaño y la estructura hepática y esplénica, permite visualizar masas sólidas o quísticas de hasta 1 cm de diámetro, definir la anatomía biliar y detectar cálculos y barro biliar. La tomografía axial computarizada o la resonancia nuclear magnética pueden ser superiores a la ecografía para detectar o definir pequeñas lesiones focales como tumores, quistes o abscesos. La colangiografía permite visualizar el árbol biliar intra y extrahepático, lo que es útil para definir la causa, la extensión y el grado de obstrucción biliar. En ocasiones puede ser necesario realizar una biopsia. Tratamiento de los padecimientos: El tratamiento está encaminado a tratar la causa subyacente, por ejemplo, si hay una infección, habrá que recetar los fármacos adecuados para acabar con la bacteria o microorganismo causante, menos en el caso de los virus. Si hay una obstrucción biliar, se debe eliminar. En los lactantes con atresia biliar extrahepática se debe realizar una operación antes de los 2 meses de edad para mejorar la supervivencia del pequeño. El trasplante hepático estará indicado en aquellas situaciones de insuficiencia hepática, cirrosis o tumores no resecables. En la esplenomegalia masiva, o cuando esta se produce por una mononucleosis infecciosa o una hepatitis, se debe aconsejar evitar excesiva actividad física y deportes de contacto ya que puede haber una rotura. En algunas enfermedades hematológicas es necesaria la realización de esplenectomía, es decir, extirpar el bazo, pero debe retrasarse lo más posible por el mayor riesgo de sepsis grave en los niños menores de 5 años. Previamente a la esplenectomía han de administrarse vacunas frente a Haemophilus influenzae, neumococo y meningococo. Hepatitis Definición: Las hepatitis son un grupo de enfermedades caracterizadas por producir inflamación del hígado, cuando esta inflamación ha aparecido recientemente hablamos de hepatitis aguda y a los procesos que duran más de seis meses les llamamos hepatitis crónicas. Etiología: La hepatitis puede ser causada por Células inmunitarias en el cuerpo que atacan el hígado Infecciones por virus (como las hepatitis A, B o C), bacterias o parásitos Daño hepático por alcohol o tóxicos (venenos) Medicamentos, como una sobredosis de paracetamol Hígado graso La enfermedad hepática también puede ser causada por trastornos hereditarios, como la fibrosis quística o la hemocromatosis, una afección que consiste en tener demasiado hierro en el cuerpo. Otras causas incluyen la enfermedad de Wilson, un trastorno en el cual el cuerpo retiene demasiado cobre. La hepatitis A generalmente se propaga por contacto con heces contaminadas o al comer alimentos contaminados, aunque es poco común, también puede propagarse al tener contacto sexual con una persona infectada, la mayoría de las personas se recuperan de la hepatitis A sin ningún daño permanente en el hígado. La hepatitis B se propaga por contacto con sangre, semen o líquidos del cuerpo infectados, algunas personas se recuperan rápidamente de una infección por hepatitis B, en otras, el virus puede causar enfermedad del hígado a largo plazo, crónica. La hepatitis C se propaga generalmente por contacto con sangre infectada, generalmente al compartir agujas hipodérmicas, aunque es poco común, también puede propagarse al tener contacto sexual con una persona infectada, muchas personas con hepatitis C tienen enfermedad crónica del hígado y cirrosis. Epidemiología: Durante 2019 se registraron 10,079 casos de Hepatitis A en México, con una tasa de incidencia nacional de 7.96 casos por cada 100,000 habitantes, y 803 casos de Hepatitis B, con una tasa de incidencia nacional de 0.63 casos por cada 100,000 habitantes. Cuadro clínico: Hepatitis A - Náuseas y vómitos repentinos, dolor o malestar abdominal, especialmente en la parte superior derecha debajo de las costillas inferiores (en la zona del hígado), evacuaciones intestinales de color arcilla, pérdida de apetito. Hepatitis B - Dolor abdominal, orina oscura, fiebre, dolor articular, pérdida del apetito, náuseas y vómitos, debilidad y fatiga, color amarillento en la piel y en la parte blanca de los ojos (ictericia). Laboratorio: Prueba de hepatitis, incluye análisis de anticuerpos y antígenos de la hepatitis. Los anticuerpos son proteínas que el sistema inmunitario produce para combatir infecciones, los antígenos son sustancias que causan una respuesta inmunitaria, los antígenos y los anticuerpos pueden detectarse antes de que aparezcan los síntomas. Gabinete: Ecografía hepática, una ecografía especial llamada elastografía transitoria, puede mostrar la extensión del daño hepático. Biopsia de hígado. Ultrasonido abdominal. Tratamiento de los padecimientos: La hepatitis A usualmente no necesita tratamiento ya que es una enfermedad de corta duración, se puede recomendar reposo en cama si los síntomas causan mucho malestar. La hepatitis B crónica se trata con antivirales. La hepatitis C requiere antivirales, cuando es crónica se combinan tratamientos con fármacos antivirales, las personas que desarrollan cirrosis (cicatrización del hígado) o enfermedad hepática como resultado de la hepatitis C crónica pueden ser candidatas para un trasplante de hígado. Cirrosis Definición: Lesión hepática crónica ocasionada por una variedad de causas que lleva a la formación de cicatricesy la insuficiencia hepática. La cirrosis es una etapa tardía de la cicatrización (fibrosis) del hígado producto de muchas formas de enfermedades hepáticas, como la hepatitis y el alcoholismo crónico, cada vez que el hígado sufre una lesión, ya sea por enfermedad, consumo excesivo de alcohol u otra causa, intenta repararse a sí mismo, en el proceso, se forma un tejido de cicatrización, a medida que la cirrosis avanza, se forman cada vez más tejidos de cicatrización, y hacen que el hígado funcione con dificultad (cirrosis descompensada), la cirrosis avanzada es potencialmente mortal. Etiología: Una amplia variedad de enfermedades puede dañar el hígado y provocar la cirrosis, entre las causas se incluyen Abuso crónico de alcohol Hepatitis viral crónica (hepatitis B, C y D) Acumulación de grasas en el hígado (enfermedad de hígado graso de causa no alcohólica) Acumulación de hierro en el cuerpo (hemocromatosis) Fibrosis quística Cobre acumulado en el hígado (enfermedad de Wilson) Vías biliares mal formadas (atresia biliar) Déficit de alfa-1 antitripsina Trastornos hereditarios del metabolismo del azúcar (galactosemia o glucogenosis) Desorden digestivo genético (síndrome de Alagille) Enfermedad del hígado causada por el sistema inmunitario del cuerpo (hepatitis autoinmunitaria) Destrucción de las vías biliares (cirrosis biliar primaria) Endurecimiento y cicatrización de las vías biliares (colangitis esclerosante primaria Infección, como sífilis o brucelosis Medicamentos, incluidos el metotrexato o la isoniacida Epidemiología: Se estima que la cirrosis se halla detrás de 800.000 muertes anuales en todo el mundo, en Europa y Estados Unidos tiene una prevalencia de alrededor de 250 casos anuales por cada 100.000 personas, en los varones la prevalencia es dos veces mayor que en las mujeres. Cuadro clínico: En las fases iniciales, los pacientes pueden estar asintomáticos, progresivamente, el paciente se encuentra cansado, sin energía, sin apetito, puede tener molestias digestivas y perder peso y masa muscular. Cuando la enfermedad está avanzada, el paciente se encuentra siempre enfermo, no puede llevar vida normal y aparecen, entre otros, los siguientes síntomas: Ictericia. Coloración amarillenta de la piel por la incapacidad del hígado de eliminar la bilirrubina de la sangre. Cambios en la piel. Dilataciones vasculares, sobre todo en mejillas, tronco y brazos. Además, puede aparecer enrojecimiento de las palmas de las manos y pulpejos de los dedos. Las uñas tienen un tono más blanquecino. Retención de sal y agua. Acúmulo de líquido en las extremidades inferiores (edemas) y en al abdomen (ascitis). Facilidad para el sangrado. Al fallar el hígado, es frecuente el sangrado por las encías, por la nariz y la aparición de hematomas con golpes suaves. Algunos pacientes presentan hemorragias internas graves, sobre todo en el aparato digestivo por rotura de varices en el esófago o el estómago. Estas hemorragias son graves, pueden ser mortales y requieren ingreso en un hospital para su tratamiento. Cambios en la conducta y en el nivel de consciencia. El hígado retira de la sangre sustancias tóxicas para el cerebro. Si el hígado fracasa, estas sustancias producen una intoxicación cerebral manifestada por insomnio nocturno, somnolencia diurna, cambios en la conducta y en el humor y desorientación y progresiva disminución del nivel de consciencia, que puede llegar al coma. Esta complicación es grave y requiere ingreso hospitalario. Cambios en la función sexual. Debido a cambios hormonales y a la desnutrición, es frecuente la pérdida del deseo y la potencia sexual en los varones y de la menstruación y de la fertilidad en las mujeres. Además, en los varones, pueden producir aumento del tamaño de las mamas, a veces dolorosas. Desnutrición. El hígado es muy importante en la absorción y aprovechamiento de los nutrientes que ingerimos. Por ello, en fases avanzadas, los cirróticos se hallan desnutridos y pierden mucha masa y fuerza muscular. Otras complicaciones. La cirrosis es el factor de riesgo más importante para la aparición de cáncer de hígado Laboratorio: Prueba de sangre, panel de función hepática donde se busca un aumento en las concentraciones de las enzimas hepáticas alanina transaminasa, aspartato transaminasa y fosfatasa alcalina, un aumento en las concentraciones de bilirrubina, una disminución en las concentraciones de proteínas en la sangre. Gabinete: Se puede recomendar la elastografía por resonancia magnética (ERM), esta prueba de imagen avanzada no invasiva detecta el endurecimiento o la rigidez del hígado, biopsia, también se pueden realizar otras pruebas de diagnóstico por imagen, como IRM, TC y ecografía. Tratamiento de los padecimientos: El tratamiento para la cirrosis depende de su causa y de la medida del daño al hígado, los objetivos del tratamiento son de hacer más lenta la progresión del tejido cicatricial en el hígado y de prevenir o tratar los síntomas y las complicaciones de la cirrosis, si el daño al hígado es grave, quizás se necesite un trasplante de hígado, el médico podría tratar los síntomas causados por la cirrosis recomendándole al paciente cambios en el estilo de vida, medicamentos antivirales, o un desvío portosistémico intrahepático transyugular. Gastritis Definición: La gastritis y la gastropatía son afecciones que afectan el revestimiento del estómago, conocido también como mucosa. Cuando hay gastritis, el revestimiento del estómago está inflamado. Cuando hay gastropatía, el revestimiento del estómago está dañado, pero hay poca o nada de inflamación presente. La gastritis y la gastropatía pueden ser crónicas, desarrollarse lentamente y durar mucho tiempo, o pueden ser agudas, desarrollarse repentinamente y durar poco tiempo. Algunas formas son erosivas, es decir, que desgastan el revestimiento del estómago y causan roturas superficiales (erosiones) y úlceras, y otras no. Etiología: Gastritis por Helicobacter pylori (H. pylori). La infección por la bacteria H. pylori causa gastritis por H. pylori. Los investigadores aún están estudiando cómo se infectan las personas. La bacteria H. pylori puede propagarse de persona a persona a través del contacto con el vómito, las heces o la saliva de una persona infectada. Los alimentos o el agua contaminada por el vómito, las heces o la saliva de una persona infectada también pueden propagar la bacteria de persona a persona. Gastropatía reactiva. La causa de la gastropatía reactiva es el contacto a largo plazo con sustancias que irritan el revestimiento del estómago, con mayor frecuencia son los medicamentos AINE (antiinflamatorios no esteroides), el alcohol y el reflujo biliar. Gastritis autoinmunitaria. Se presenta gastritis autoinmunitaria cuando el sistema inmunitario ataca las células sanas en el revestimiento del estómago. Gastropatía erosiva aguda. Los problemas de salud importantes, como lesiones o quemaduras graves, enfermedades críticas o septicemia, reducen el flujo de sangre al revestimiento del estómago y causan una forma de gastropatía erosiva aguda, conocida como gastritis por estrés. Otras causas menos comunes: Enfermedad celíaca. Quimioterapia y radioterapia. Enfermedades como el Crohn y Sarcoidosis. Alergia a algunos alimentos. Infecciones por virus, parásitos, hongos y bacterias distintas a H. pylori, suceden en personas con sistemas inmunitarios debilitados. Hipertensión portal. Epidemiología: Aproximadamente la mitad de la población mundial está infectada por la bacteria H. pylori, y esta infección es más común en los países en desarrollo que en los países desarrollados. Alrededor del 35 por ciento de la población estadounidense tiene infección por H. pylori. Cuadro clínico: En algunos casos, la gastritis y la gastropatía causan síntomas de indigestión,conocido también como dispepsia. Los síntomas podrían incluir: Dolor o molestia en la parte superior del abdomen. Náuseas o vómito. Sensación de llenura demasiado pronto durante la alimentación. Inapetencia. Adelgazamiento. Si la gastritis o la gastropatía causan erosiones o úlceras, el revestimiento del estómago podría sangrar. Si una persona tiene síntomas de sangrado en el estómago, debe buscar atención médica de inmediato. Los síntomas de sangrado en el estómago podrían incluir: Heces color negro o con aparencia del alquitrán o sangre color rojo/marrón. Calambres y molestias en el abdomen. Sensación de cansancio, falta de aliento y mareos. Vómito con sangre roja o vómito con apariencia de granos de café. Laboratorio: Análisis de sangre y heces. Gabinete: Endoscopia gastrointestinal, tránsito de la pared superior del aparato digestivo, análisis de aliento con urea. Tratamiento de los padecimientos: Los médicos tratan la gastritis por Helicobacter pylori (H. pylori) con una combinación de medicamentos para matar la bacteria H. pylori. Estos medicamentos incluyen con mayor frecuencia: Dos o más antibióticos. Un inhibidor de la bomba de protones (IBP). Subsalicilato de bismuto. Si el paciente tiene gastritis autoinmunitaria, el médico puede recomendarle suplementos de hierro, ácido fólico y vitamina B12 para prevenir la anemia perniciosa. Si la gastritis autoinmunitaria causa anemia perniciosa, los médicos podrían recomendar inyecciones de vitamina B12 para tratar esta afección. Para los pacientes con lesiones graves o enfermedades críticas, los médicos podrían recetar medicamentos que reducen el ácido gástrico, como inhibidores de bomba de protones (IBP), bloqueadores H2 o sucralfato (Carafate) para prevenir o tratar la gastritis por estrés. Colecistitis Definición: La colecistitis es una inflamación de la vesícula. La vesícula es un órgano pequeño, con forma de pera, ubicado en la zona derecha del abdomen, debajo del hígado. La vesícula contiene líquido digestivo (bilis) que se libera al intestino delgado. En la mayoría de los casos, la colecistitis se produce por cálculos biliares que obstruyen el tubo que sale de la vesícula. Esto se da como consecuencia de una acumulación de bilis que puede causar inflamación. Etiología: La colecistitis ocurre cuando la vesícula se inflama. Las causas de la inflamación de la vesícula pueden ser: Cálculos biliares. Con mayor frecuencia, la colecistitis se produce a causa de partículas duras que se forman en la vesícula (cálculos biliares). Los cálculos biliares pueden obstruir el tubo (conducto cístico) por el que fluye la bilis cuando sale de la vesícula. La bilis se acumula y causa la inflamación. Tumor. Un tumor puede evitar que la bilis drene de la vesícula de forma adecuada, lo que causa la acumulación de bilis que puede provocar colecistitis. Obstrucción de las vías biliares. La torsión o la formación de cicatrices de las vías biliares pueden causar obstrucciones que provoquen colecistitis. Infecciones. El sida y ciertas infecciones virales pueden ocasionar la inflamación de la vesícula. Problemas en los vasos sanguíneos. Una enfermedad muy grave puede dañar los vasos sanguíneos y disminuir el flujo de sangre hacia la vesícula, lo que da lugar a la colecistitis. Epidemiología: Se estima que la colecistitis litiásica aguda es 3 veces más frecuente en mujeres que en hombres antes de los 50 años; después de los 50 años, es solamente 1,5 veces más frecuente (Halpin). El riesgo también aumenta 2 veces en pacientes con antecedentes de litiasis biliares en familiares de primer grado. Cuadro clínico: Los signos y síntomas de la colecistitis son: Dolor intenso en la parte superior derecha o en el centro del abdomen. Dolor que se extiende al hombro derecho o la espalda. Dolor en la palpación del abdomen. Náuseas. Vómitos. Fiebre. Los signos y síntomas de la colecistitis ocurren generalmente después de las comidas, en especial si son abundantes o con alto índice de grasas. Laboratorio: Análisis de sangre. Tu médico puede pedirte análisis de sangre para buscar signos de infección o de problemas en la vesícula biliar. Gabinete: Pruebas por imágenes que muestren tu vesícula biliar. Se puede utilizar una ecografía, una ecografía endoscópica o una exploración por tomografía computarizada para obtener imágenes de la vesícula biliar que puedan revelar signos de colecistitis o cálculos en los conductos biliares y en la vesícula. Una exploración que muestre el recorrido de la bilis por el cuerpo. La gammagrafía hepatobiliar con ácido iminodiacético registra la producción y el tránsito de la bilis desde el hígado hasta el intestino delgado y revela la presencia de obstrucciones. Tratamiento de los padecimientos: Por lo general, el tratamiento de la colecistitis requiere una estancia hospitalaria para controlar la inflamación de la vesícula. A veces, se necesita una cirugía. Antibióticos para combatir la infección. Si la vesícula está infectada, es probable que el médico te recomiende antibióticos. Analgésicos. Estos medicamentos pueden ayudar a controlar el dolor hasta que disminuya la inflamación de la vejiga. Un procedimiento para extraer cálculos. El médico puede realizar un procedimiento denominado colangiopancreatografía retrógrada endoscópica para extraer los cálculos que estén obstruyendo las vías biliares o el conducto cístico. La cirugía de extracción de la vesícula se denomina colecistectomía. En general, es un procedimiento mínimamente invasivo que comprende unas pocas incisiones diminutas en el abdomen (colecistectomía laparoscópica). Infección Vías Urinarias Definición: Una infección de las vías urinarias es una infección que se produce en cualquier parte del sistema urinario: los riñones, los uréteres, la vejiga y la uretra. La mayoría de las infecciones ocurren en las vías urinarias inferiores (la vejiga y la uretra). Etiología: La mayoría de las veces una infección de la vejiga es causada por bacterias que normalmente se encuentran en el intestino. La vejiga tiene varios sistemas para prevenir la infección. Por ejemplo, por lo general, al orinar se expulsan las bacterias antes de que lleguen a la vejiga. A veces el cuerpo no puede luchar contra las bacterias y las bacterias causan una infección. Epidemiología: Las infecciones de la vejiga son comunes, especialmente en las mujeres. Las investigaciones sugieren que al menos del 40 al 60 por ciento de las mujeres tienen una infección urinaria alguna vez en su vida, y la mayoría de estas infecciones son infecciones de la vejiga. Es probable que una de cada cuatro mujeres tenga más de una infección en su vida. Cuadro clínico: Las infecciones de las vías urinarias no siempre causan signos y síntomas, pero cuando lo hacen, estos pueden incluir lo siguiente: Necesidad imperiosa y constante de orinar. Sensación de ardor al orinar. Orinar frecuentemente pequeñas cantidades. Orina de aspecto turbio. Orina color rojo, rosada o café (hematuria). Orina con olor muy fuerte. Dolor pélvico en mujeres, especialmente en el centro de la pelvis y alrededor de la zona del hueso pélvico. Laboratorio: Análisis de una muestra de orina. El médico puede solicitar una muestra de orina para evaluar mediante análisis de laboratorio la presencia de glóbulos blancos, glóbulos rojos o bacterias. Para evitar la posible contaminación de la muestra, te pueden indicar que primero limpies la zona genital con una compresa antiséptica y recolectar la orina en la mitad de su curso. Gabinete: Urocultivo, luego de los análisis de laboratorio, se hace un cultivo de orina para revelar qué bacterias están causando la infección y administrar los medicamentos más efectivos. Endoscopia en vejiga, esta prueba es para pacientes con infecciones de vías urinarias recurrentes, se observa elinterior de la uretra y vejiga en busca de alteraciones. Tratamiento de los padecimientos: Los medicamentos que suelen recomendarse para las infecciones simples de las vías urinarias son, trimetropina/sulfametoxazol, fosfomicina (monurol), nitrofurantoína, cefalexina, ceftriaxona. En algunos casos, como en una infección de las vías urinarias con complicaciones o una infección renal, es posible que el médico te recete un medicamento con fluoroquinolona (ciprofloxacino, levofloxacina) si no existen otras opciones de tratamiento. Cálculos Definición: Las piedras en los riñones son trozos de un material sólido parecido al de una piedra, que se forman en uno o ambos riñones cuando hay niveles altos de ciertos minerales en la orina. Las piedras en los riñones rara vez causan daño permanente si un profesional de la salud los trata. Etiología: Las piedras en los riñones se forman cuando hay niveles altos de calcio, oxalato y fósforo en la orina. Estos minerales normalmente se encuentran en la orina y a niveles bajos no causan problemas. Epidemiología: Las piedras en los riñones son cada vez más comunes. Alrededor del 11 por ciento de los hombres y el 6 por ciento de las mujeres en los Estados Unidos tienen piedras en los riñones al menos una vez en su vida. Cuadro clínico: Entre los síntomas de las piedras en los riñones están Dolor agudo en la espalda, el costado, la parte baja del abdomen o la ingle. Presencia de sangre (color rosado, rojo o café) en la orina (hematuria). Necesidad constante de orinar. Dolor al orinar. Incapacidad de orinar o sólo orinar una pequeña cantidad. Orina turbia o maloliente. El dolor puede durar un periodo corto o largo de tiempo, puede ir y venir en oleadas. Junto con el dolor, es posible que estén presentes: Náuseas, vómito, fiebre, escalofríos, Laboratorio: Análisis de orina, para buscar indicios de sangre o concentraciones altas de minerales, también buscamos la presencia de glóbulos blancos o bacterias que pueden indicar infección en vías urinarias. También se puede utilizar un análisis de sangre, buscamos altos niveles de ciertos minerales en la sangre, lo que puede ocasionar piedras en los riñones. Gabinete: Radiografía abdominal, tomografía computarizada, ultrasonido de riñón. Tratamiento de los padecimientos: Litotricia por ondas de choque. Con esto rompemos los cálculos en trozos pequeños que puedan pasar a través de las vías urinarias. Cistoscopia y ureteroscopia. Se utiliza para saber la ubicación exacta de la piedra con el ureteroscopio. Una vez vista, se rompe en pedazos pequeños o se saca completamente. Nefrolitotomía percutánea. Con un nefroscopio se inserta directamente en el riñón por un ligero corte en la espalda, se localiza y se saca la piedra de los riñones. Medicamentos orales. Alopurinol para bajar los niveles de ácido úrico en la sangre y orina. Tamsulosina para dilatar los uréteres y que la piedra transite sin problema hasta salir por la uretra. Colitis Definición: La colitis ulcerosa es una enfermedad intestinal inflamatoria que provoca inflamación y úlceras (llagas) en el tracto digestivo. La colitis ulcerosa afecta el revestimiento más profundo del intestino grueso (colon) y el recto. Por lo general, los síntomas aparecen con el paso del tiempo, no se presentan súbitamente. Etiología: Aún se desconoce la causa exacta de la colitis ulcerosa. En el pasado, se sospechaba de la alimentación y del estrés; sin embargo, los médicos actualmente saben que estos factores pueden agravar la colitis ulcerosa, pero no causan dicha enfermedad. Una posible causa es el mal funcionamiento del sistema inmunitario. Cuando el sistema inmunitario intenta combatir una bacteria o un virus invasor, se produce una respuesta inmunitaria anormal que hace que el sistema inmunitario también ataque las células del tubo digestivo. Además, los factores hereditarios parecen intervenir, ya que la colitis ulcerosa es más común en las personas que tienen familiares con esta enfermedad. Sin embargo, la mayoría de las personas que padecen colitis ulcerosa no tienen este antecedente familiar. Epidemiología: Investigaciones indican que alrededor de 600 mil a 900 mil personas en los Estados Unidos tienen colitis ulcerativa. Cuadro clínico: Los síntomas de la colitis ulcerosa pueden variar, según la gravedad de la inflamación y el lugar donde se produzca. Estos son algunos de los signos y síntomas Diarrea con sangre o pus. Dolor o cólicos abdominales. Dolor en el recto. Sangrado rectal. Necesidad imperiosa de defecar e incapacidad de hacerlo pese a la urgencia. Pérdida de peso. Fatiga. Fiebre En niños, puede causar retraso en el crecimiento. Laboratorio: Análisis de sangre, para controlar que no haya anemia ni signos de infección. Análisis de heces, para buscar presencia de glóbulos blancos y para identificar virus, bacterias o parásitos. Gabinete: Los procedimientos endoscópicos con biopsia de tejidos son la única manera de diagnosticar con total certeza la colitis ulcerosa, como la colonoscopia, la sigmoidoscopia flexible. Existen otros exámenes que pueden ayudar a descartar complicaciones u otras formas de la enfermedad intestinal inflamatoria, como la enfermedad de Crohn. Tratamiento de los padecimientos: Antiinflamatorios como: Azulfidina, dipentum o corticoesteroides (prednisona y budesonida). Supresores del sistema inmunitario como: Azatioprina, mercaptopurina, ciclosporina y/o tofacitinib. Analgésicos: Acetaminofén. Antiespasmódicos y suplementos de hierro. Pancreatitis Definición: La pancreatitis es una inflamación del páncreas. El páncreas es una glándula grande detrás del estómago, cerca de la primera parte del intestino delgado, llamada duodeno. El páncreas tiene dos funciones principales: producir insulina y producir jugos digestivos, o enzimas, que ayudan a digerir los alimentos. Estas enzimas digieren los alimentos en el intestino. La pancreatitis se presenta cuando las enzimas dañan el páncreas, lo que causa inflamación. La pancreatitis puede ser aguda o crónica. Cualquiera de las dos formas es grave y puede causar complicaciones. Etiología: Las causas más frecuentes tanto de la pancreatitis aguda como de la pancreatitis crónica son Cálculos biliares (aguda). Consumo excesivo de alcohol (crónica). Trastornos genéticos del páncreas (crónica). Algunos medicamentos. Otras causas que podrían causar pancreatitis son: Infecciones por virus o parásitos. Lesiones en el abdomen. Cáncer de páncreas. Tener antecedente de colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE). Páncreas divisum. Epidemiología: La pancreatitis aguda se ha vuelto más común, por razones que no están claras. Cada año, ocurren en los Estados Unidos unas 275,000 hospitalizaciones por pancreatitis aguda. Aun cuando la pancreatitis es poco común en los niños, la cantidad de niños con pancreatitis aguda ha aumentado. La pancreatitis crónica es menos común, con aproximadamente 86,000 hospitalizaciones por año. Cuadro clínico: Dolor en la parte superior del abdomen que puede extenderse a la espalda, comienza lentamente o de manera súbita en la parte superior del abdomen, puede extenderse a la espalda. En la pancreatitis aguda, además, los síntomas pueden incluir: Fiebre. Náuseas y vómito. Latido rápido del corazón. Inflamación o sensibilidad en el abdomen. En la pancreatitis crónica, el dolor se da en la misma región anatómica, pero puede ser agudo y empeorar después de la ingesta de alimentos. Los síntomas pueden incluir: Diarrea. Náuseas. Heces oleosas y de mal olor. Vómito. Adelgazamiento. Laboratorio: Análisis de sangre para observar los valores de la amilasa y lipasa, buscar alta concentración de glucosa y lípidos en sangre y buscar signos de inflamación de conductos biliares, páncreas, vesícula biliaro hígado. Análisis de heces para buscar una malabsorción de grasas. Gabinete: Ecografía, tomografía computarizada, resonancia magnética colangiopancreatografía, ecografía endoscópica, prueba de función pancreática. Tratamiento de los padecimientos: Una hospitalización para tratar la deshidratación con líquidos intravenosos (IV) y, si el paciente puede tragarlos, líquidos por la boca. Analgésicos y antibióticos por vía oral o intravenosa. Una dieta baja en grasas o alimentación por sonda si el paciente no puede comer. Colangiopancreatografía retrógrada endoscópica (CPRE) Comprimidos de enzimas. Tratamiento para la diabetes, pues la pancreatitis puede llegar a causarla. Cirugía para tratar de aliviar el conducto pancreático. Diabetes Definición: La diabetes es una enfermedad que se presenta cuando el nivel de glucosa en la sangre, también conocido como azúcar en la sangre, es demasiado alto. La glucosa en la sangre es la principal fuente de energía y proviene de los alimentos. La insulina, una hormona que produce el páncreas, ayuda a que la glucosa de los alimentos ingrese en las células para usarse como energía. Algunas veces, el cuerpo no produce suficiente o no produce nada de insulina o no la usa adecuadamente y la glucosa se queda en la sangre y no llega a las células, hay diabetes tipo 1, 2 y diabetes gestacional. Etiología: La diabetes tipo 1 ocurre cuando el sistema inmunitario, que combate las infecciones, ataca y destruye las células beta del páncreas que son las que producen la insulina. La diabetes tipo 2, la forma más común de la enfermedad, es causada por varios factores, entre ellos, el estilo de vida y los genes. Suele comenzar con resistencia a la insulina, una afección en la que el músculo, el hígado y las células grasas no usan adecuadamente la insulina. Como resultado, el cuerpo necesita más insulina para que la glucosa pueda ingresar en las células. Los científicos creen que la diabetes gestacional, un tipo de diabetes que se presenta durante el embarazo, es causada por cambios hormonales que pueden causar resistencia a la insulina. Epidemiología: La diabetes afecta a 1 de cada 4 personas mayores de 65 años de edad. Alrededor del 90-95 por ciento de los casos en adultos corresponden a la diabetes tipo 2. Cuadro clínico: Aumento de la sed y de las ganas de orinar. Aumento del apetito. Fatiga. Visión borrosa. Entumecimiento u hormigueo en manos y/o pies. Úlceras que no cicatrizan. Pérdida de peso sin razón aparente. Laboratorio: La mayoría de los profesionales de la salud suelen usar la glucosa plasmática en ayunas o la prueba de hemoglobina glicosilada para el diagnóstico de la diabetes. En algunos casos, pueden ordenar una glucosa plasmática aleatoria o una prueba de tolerancia oral a la glucosa. Gabinete: La prueba de tolerancia oral a la glucosa ayuda a los profesionales de la salud a detectar la diabetes tipo 2 y la prediabetes mejor que la prueba de glucosa. Tratamiento de los padecimientos: Insulina, metformina, glibenclamida, mejorar hábitos alimenticios, eliminar toxicomanías.
Compartir