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Vías anatómicas Cuarta edición DEDICATORIA A Edward, por el don del lenguaje. A Julia, por la tenacidad para darle forma. «Todo acto del cuerpo es un acto del alma.» William Alfred1 «No sé nada, pero sí sé que todo es interesante si se profundiza lo suficiente en ello.» Richard Feynman2 Página deliberadamente en blanco 1 Alfred W. The Curse of an Aching Heart. Descatalogado. 2 Feynman R. Six Easy Pieces. New York: Addison Wesley; 1995. Cuarta edición Thomas W. Myers Licensed Massage Therapist (LMT) Nationally Certified in Therapeutic Massage and Bodywork (NCTMB) Certified Rolfer® (ARP) Practitioner and Lecturer Director, Anatomy Trains LLC Maine, USA Ilustraciones en color Graeme Chambers Debbie Maizels Philip Wilson Vías anatómicas Meridianos miofasciales para terapeutas manuales y profesionales del movimiento Avda. Josep Tarradellas, 20-30, 1.°, 08029, Barcelona, España Anatomy Trains. Myofascial Meridians for Manual Therapists and Movement Professionals, 4th edition Copyright © 2021 by Elsevier, Ltd. All rights reserved. Previous editions copyrighted 2014, 2009 and 2001 The right of Thomas W. Myers to be identified as author of this work has been asserted by him in accordance with the Copyright, Designs and Patents Act 1988. V.S. Elbrond and R.M. Schultz retain copyright of their original figures in appendix 5. ISBN: 978-0-7020-7813-2 This translation of Anatomy Trains. Myofascial Meridians for Manual Therapists and Movement Professionals, 4th ed., by Thomas W. Myers, was undertaken by Elsevier España, S.L.U. and is published by arrangement with Elsevier, Ltd. Esta traducción de Anatomy Trains. Myofascial Meridians for Manual Therapists and Movement Professionals 4.ª ed., de Thomas W. Myers, ha sido llevada a cabo por Elsevier España, S.L.U. y se publica con el permiso de Elsevier, Ltd. Vías anatómicas. Meridianos miofasciales para terapeutas manuales y profesionales del movimiento, 4.ª ed., de Thomas W. Myers © 2021 Elsevier España, S.L.U. 2015, 2010. ISBN: 978-84-9113-725-2 eISBN: 978-84-1382-049-1 Todos los derechos reservados. Reserva de derechos de libros Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70/93 272 04 45). Advertencia Esta traducción ha sido llevada a cabo por Elsevier España, S.L.U. bajo su única responsabilidad. Facultativos e inves- tigadores deben siempre contrastar con su propia experiencia y conocimientos el uso de cualquier información, método, compuesto o experimento descrito aquí. Los rápidos avances en medicina requieren que los diagnósticos y las dosis de fármacos recomendadas sean siempre verificados personalmente por el facultativo. Con todo el alcance de la ley, ni Elsevier, ni los autores, los editores o los colaboradores asumen responsabilidad alguna por la traducción ni por los daños que pudieran ocasionarse a personas o propiedades por el uso de productos defectuosos o negligencia, o como consecuencia de la aplicación de métodos, productos, instrucciones o ideas contenidos en esta obra. Revisión científica: Josep Ferrer Anglada Terapeuta manual, fundador y director del centro de masajes y salud global CANVI GLOBAL, Terrassa (Barcelona). Profesor de Masaje Avanzado en la Escuela de Masaje Superior Quirotema, Barcelona. Formado en Terapia Estructural con Thomas Myers en el Kinesis Myofascial Institute. Formado en Cadenas Musculares y Articulares Método GDS. Colabora con el equipo docente del Kinesis Myofascial Institute como traductor y asistente de los seminarios de Anatomy Trains. Servicios editoriales: DRK Edición Depósito legal: B. 2.880 - 2021 Impreso en España v Índice de capítulos Prefacio, vi Prefacio a la primera edición, vii Agradecimientos, ix Cómo utilizar este libro, xi Índice de vídeos, xii 1 Colocación de los raíles, 1 2 Normas de tráfico, 19 3 Línea posterior superficial, 29 4 Línea frontal superficial, 53 5 Línea lateral, 73 6 Línea espiral, 93 7 Líneas del brazo, 113 8 Líneas funcionales, 137 9 Línea frontal profunda, 147 10 Vías anatómicas en el entrenamiento, 175 Con la colaboración de James Earls y Karin Gurtner 11 Lectura corporal: análisis estructural, 219 Apéndice 1 Lectura fascial, 245 Apéndice 2 Comentario sobre los meridianos de latitud: el trabajo del Dr. Louis Schultz (1927-2007), 323 Apéndice 3 Integración estructural, 327 Apéndice 4 Meridianos miofasciales y medicina asiática, 339 Apéndice 5 Vías anatómicas en cuadrúpedos: investigaciones iniciales, 347 Por Rikke Schultz, DVM, Tove Due, DVM y Vibeke Elbrønd, DVM, PhD Terminología de vías anatómicas, 355 Índice alfabético, 357 vi Desde su primera publicación en 2001, el alcance y la puesta en práctica de las ideas contenidas en este libro han sobrepasado con creces las expectativas del autor. Se nos ha invitado a presentar estas ideas y sus aplicaciones en todos los continentes (a excepción de la Antártida) a una gran diversidad de profesionales, incluidos ortopedas, médicos rehabilitadores, cirujanos orales y maxilofaciales, fisioterapeutas, quiroprácticos, podólogos, osteópatas, psicólogos, entrenadores deportivos y personales, asesores de rendimiento, matronas, instructores de yoga, profesionales de las artes marciales, masajistas terapéuticos, bailarines, músicos y educadores somáticos de todo tipo. El libro se ha traducido ya a 15 idiomas. Una sencilla búsqueda de la expresión vías anatómicas en Google arroja cerca de 13 millones de entradas, ya que multitud de terapeutas y educadores han encontrado apli- caciones útiles que sobrepasan nuestras ideas originales. Esta cuarta edición incluye numerosas actualizaciones y correc- ciones leves, producto de la práctica y la docencia continuada, así como las primeras evidencias a partir de disecciones fasciales y los pocos estudios disponibles sobre la transmisión de la fuerza miofascial más allá del origen y la inserción de los músculos. Hemos incluido algunos de los últimos descubrimientos que se han hecho en el campo de las fascias y las miofascias desde la tercera edición y completado otras áreas, rectificando así nuestra ignorancia inicial de tan amplio mundo. Para facilitar su comprensión, los conocimientos actuales sobre la fascia se han resumido en esta edición en un amplio apéndice después del último capítulo. Quienes busquen un cuadro detallado de los trabajos sobre el sistema fascial pueden consultar esta re- elaboración organizada que corresponde al capítulo 1 de las ediciones previas. Este apéndice incluye numerosas referencias para quie- nes deseen profundizar más en el tema. Además, estamos encantados de haber incluido en esta edición un análisis de las continuidades miofasciales en los cuadrúpedos, en particular caballos y perros, llevado a cabo por veterinarios daneses. El apéndice en el que se resume nuestro protocolo principal (la serie de 12 sesiones de integración estructural de las vías anatómicas) se ha ampliado para reflejar nuestra experiencia creciente con la docencia de esta progresión en las distintas culturas. Esta edición actualiza y corrige ilustraciones realizadas por Grae- me Chambers, Debbie Maizels y Philip Wilson. También estamos encantados de incluir algunas fotografías preliminares del proyecto en ciernes Fascial Net Plastination Project, que utiliza las técnicas descritas inicialmente por Gunther von Hagens en BodyWorlds para producir imágenes que expresen la belleza, la complejidad y la ubicuidad del sistema fascial. Esperamos con impaciencia más imágenes y modelos reveladores de esta técnica. El libro está diseñado para facilitar una rápida comprensión de los conceptos más relevantes para cualquier lector ocasional o un análisis detallado para los más curiosos.Puede hojearlo para hacerse una idea general. Siga las ilustraciones y lea sus leyendas para guiarse a través de los conceptos a un nivel asequible. Profundice en el texto, que está codificado con iconos según los diversos intereses de los lectores, para obtener unos conocimientos más completos. Como la mayoría de los tratados actuales, esta edición hace un uso cada vez mayor de los medios electrónicos. El texto está salpicado de direcciones web donde ampliar la materia; además, nuestra propia página web www.anatomytrains.com se encuentra en constante actualización. También hay referencias a las decenas de programas en vídeo que hemos elaborado para respaldar la apli- cación profesional de los conceptos de las vías anatómicas. Expert Consult proporciona acceso a muchas horas de conte- nidos, incluidos clips de vídeo de nuestra técnica, disecciones y programas en vídeo de evaluación visual, representaciones gráficas informatizadas de las vías anatómicas, seminarios web, fotografías adicionales de pacientes para practicar la evaluación visual y otros vídeos de interés. Los contenidos de Expert Consult están ínte- gramente en inglés. Tanto el conocimiento de la función de la fascia como las impli- caciones y aplicaciones de las vías anatómicas se están desarrollando rápidamente. Esta nueva edición, con sus numerosos enlaces a internet, asegura un enfoque actualizado de la fascia, elemento en gran parte olvidado del estudio del movimiento. Thomas W. Myers Clarks Cove, Maine, febrero de 2020 Prefacio vii Prefacio a la primera edición Me siento absolutamente maravillado ante el milagro de la vida. Mi asombro y curiosidad han ido en aumento durante las más de tres décadas que llevo profundizando en el estudio del movimiento humano. Nuestro cuerpo, en cons- tante evolución, puede haber sido modelado por el omnisciente aunque malicioso Creador o por un gen básicamente egoísta que escalaba a ciegas el monte Improbable1-3, pero, en cualquier caso, la ingeniosa variedad y la flexibilidad mostradas en el diseño y el desarrollo del cuerpo dejan al observador negando con la cabeza mientras mantiene una pasmada mueca de asombro. Uno busca en vano, en el interior del óvulo fecundado, el feto de un billón de células en el que se convertirá. Incluso la explora- ción más somera de las complejidades de la embriología nos deja perplejos ante la frecuencia con la que produce un bebé sano. Al sostener a un bebé lloroso e indefenso parece casi imposible que tantos esquiven los posibles obstáculos del camino y se conviertan en adultos sanos y productivos. A pesar del éxito biológico, el experimento humano en su conjunto muestra algunos signos preocupantes. Cuando leo los periódicos, confieso que tengo dudas sobre si la raza humana puede, o incluso si debería, permanecer en el planeta, dado nuestro efecto acumulativo sobre la flora y la fauna terrestre, y la forma en la que tratamos a nuestros semejantes. Sin embargo, mi compromiso con el potencial humano se renueva cuando sostengo a uno de esos bebés (vídeo 4.12). Este libro (y los seminarios y cursos de formación de los que ha surgido) está dedicado al resquicio de esperanza de que noso- tros, como especie, podamos superar nuestra actual dedicación a la avaricia colectiva (y a la tecnocracia y la alienación que de ella se derivan) y alcancemos una relación más humana y colaboradora con nosotros mismos, nuestros semejantes y nuestro entorno. Uno espe- ra que el desarrollo de una visión «integral» de la anatomía, como la que se presenta en este texto, sea de utilidad para los terapeutas manuales a la hora de aliviar el dolor y resolver las dificultades de los pacientes que buscan su ayuda. No obstante, la premisa intrínseca de esta obra es que un contacto más sensible y global con nuestra «sensación sentida» (esto es, nuestro sentido cinestésico y espacial de la orientación y el movimiento) es un frente de importancia vital desde el que librar la batalla por una condición más humanizada del ser humano y una mejor integración con el mundo que nos rodea. La progresiva desaparición de esta «sensación sentida» en nuestros niños, ya sea por simple ignorancia o por voluntad educativa, lleva a una disociación colectiva que, a su vez, conduce al declive social y ambiental. Hace tiempo que conocemos el cociente intelectual (CI) y, más recientemente, hemos descubierto la inteligencia emocional (IE). Únicamente recuperando el alcance y el potencial educador de nuestra inteligencia cinestésica (IC) tenemos alguna posibilidad de encontrar una relación equilibrada con los extensos sistemas del mundo que nos rodea para cumplir lo que Thomas Berry denominó «el sueño de la Tierra»4,5. La visión mecánica tradicional de la anatomía, aunque útil, ha cosificado las relaciones de nuestro interior en lugar de huma- nizarlas. Esperamos que la visión relacional propuesta en este trabajo inicie el camino hacia el establecimiento de un vínculo entre la visión de Descartes del cuerpo como una «máquina blanda» y la experiencia vital de existir en un cuerpo que crece, aprende, madura y, por último, muere. Aunque las ideas de las vías anatómicas constituyen únicamente un pequeño detalle en la imagen global del desarrollo humano mediante el movi- miento, la consideración de la red fascial y del equilibrio de los meridianos miofasciales puede contribuir de forma definitiva a nuestra percepción de nosotros mismos como seres integrales. Esto, combinado con otros conceptos que se presentarán en futuros trabajos, conduce a una educación física más acorde con las necesidades del siglo XXI6-9. En este sentido, Vías anatómicas constituye un trabajo artístico inmerso en una metáfora científica. Este texto trasciende la ciencia para proponer un punto de vista que aún está tomando forma y definiéndose. Mis estudiantes y mis colegas me han reprendido con frecuencia por formular mis hipótesis sin rodeos, con algunos adjetivos calificativos que, si bien son necesarios para la precisión científica, restan fuerza a un argumento. Como Evelyn Waugh escribió: «La humildad no es una virtud favorable para el artista. A menudo son el orgullo, la emulación, la avaricia y la malicia (todas las cualidades odiosas) las que llevan a una persona a completar, elaborar, definir, destruir y renovar su trabajo hasta obtener algo que satisfaga su orgullo, su envidia y su codicia. De esta forma, enriquece el mundo más que una generosa y bondadosa. En esto consiste la paradoja del logro artístico»10. Sin ser un académico ni un investigador, solo puedo esperar que este trabajo de «artificio» sea útil para aportar nuevas ideas a aquellos individuos que sí lo son. Por último, espero haber honrado a Vesalio y al resto de exploradores que me antecedieron presentando correctamente la anatomía. Thomas W. Myers Maine, 2001 viii Prefacio a la primera edición Bibliografía 1. Dawkins R. The Selfish Gene. Oxford: Oxford University Press; 1990. 2. Dawkins R. The Blind Watchmaker. New York: WB Norton; 1996. 3. Dawkins R. Climbing Mount Improbable. New York: WB Norton; 1997. 4. Csikzentimihalyi M. Flow. New York: Harper & Row; 1990. 5. Berry T. The Dream of the Earth. San Francisco: Sierra Club; 1990. 6. Myers T. Kinesthetic dystonia. J Bodyw Mov Ther. 1998;2(2): 101-114. 7. Myers T. Kinesthetic dystonia. J Bodyw Mov Ther. 1998;2(4): 231-247. 8. Myers T. Kinesthetic dystonia. J Bodyw Mov Ther. 1999;3(1):36-43. 9. Myers T. Kinesthetic dystonia. J Bodyw Mov Ther. 1999;3(2): 107-116. 10. Waugh E. Private letter, quoted in the New Yorker, 1999. ix Agradecimientos Quisiera expresar mi gratitud más sincera a varias personas que me han guiado y me han ayudado a llegar al concep-to de «meridianos miofasciales». A Buckminster Fuller, cuyo enfoque del diseño por sistemas y su amplia visión de la manera en la que funciona el mundo ha documentado mi trabajo desde el mismo comienzo, y que me instó a no modificar al individuosino al entorno que lo rodeaba1. A la Dra. Ida Rolf y al Dr. Moshe Feldenkrais, quienes marcaron el camino hacia formas literales y prácticas de modificar el entorno más inmediato del individuo, su cuerpo y su percepción de este2,3. Tengo con estos pioneros una gran deuda de gratitud por el regalo de tan valioso trabajo. Al Dr. James Oschman y a Raymond Dart, por transmitirme la inspiración original acerca de las cadenas cinéticas conectadas a nivel fascial4. Al difunto Dr. Louis Schultz, primer director del Departamento de Anatomía del Instituto Rolf, muchas de cuyas ideas se evidencian en nuestra obra5. El Dr. Schultz me introdujo en el más amplio de los campos conceptuales en el que jugar al iniciarme en el camino del aprendizaje de la anatomía fascial. A mis colegas del Departamento de Ciencias de la Vida del Instituto Rolf y, en especial, a Robert Schleip, quien aporta una crítica cálida pero firme a estas ideas y, de esta forma, las mejora6. A Deane Juhan, cuya completa visión de la funcionalidad humana, tan elegantemente expuesta en Job’s Body, ha sido una inspiración para mí y para muchos otros7. A Michael Frenchman, mi viejo amigo, quien desde el principio demostró fe en nuestras ideas dedicando muchas horas a plasmarlas en vídeo. Al innovador Gil Hedley de Somanautics y a Todd Garcia de los Laboratories of Anatomical Enlightenment, cuyas habilidades en la disección pueden apreciarse en este libro gracias a la cámara de Averill Lehan y al microscopio de Eric Root. Quisiera reconocer la dedicación de todos ellos para exponer la naturaleza real de la morfología humana, comproban- do nuevas ideas, como las expuestas en este volumen. Reciban también nuestro reconocimiento los donantes, cuya generosidad hace posible estos avances del saber. Muchos otros instructores del movimiento, a una cierta distancia de los anteriores, son también merecedores de crédito por inspirar este trabajo: el yoga de Iyengar, tal como lo aprendí de algunos de sus hábiles estudiantes, como Arthur Kilmurray, Patricia Walden y Francois Raoult; el trabajo tremendamente original de Judith Aston sobre el movimiento humano mediante el Aston Patterning, las con- tribuciones de Emilie Conrad y Susan Harper, con su trabajo sobre el continuo, y Bonnie Bainbridge-Cohen y su escuela Body-Mind Centering8-11. Estoy en deuda con Caryn McHose por hacer más comprensible parte de este trabajo y, también, con Frank Hatch y la difunta Lenny Maietta, por su síntesis del movimiento durante el desarrollo, plasmado en su programa único, Touch-in-Parenting12,13. De todos ellos y otros tantos he aprendido mucho, aunque cuanto más sé, más profundo parece el horizonte de mi ignorancia. Se dice que robar ideas de una persona constituye un plagio, de diez, erudición y de cien, investigación original. Pues bien, no hay nada completamente original en esta muestra de espléndido latrocinio. No obstante, aunque todos estos profesionales son responsables de transmitir ideas excitantes, nadie excepto yo es responsable de los errores, que espero subsanar en futuras entregas de este trabajo. A mis ávidos estudiantes, cuyas preguntas han impulsado mi aprendizaje, más de lo que hubiera sido posible solamente por mí mismo. A la difunta Annie Wyman, por su apoyo inicial y sus contribuciones marítimas a mi salud mental. A mis profesores de la escuela de vías anatómicas y, por su apoyo inicial, especialmente a Lou Benson y Michael Morrison, cuya tenacidad al manejar mis ex- centricidades y mi tratamiento poético del hecho (así como mis retos electrónicos) contribuyó en gran medida a la edición original. A los profesores actuales: gracias a todos y cada uno de vosotros por vuestro trabajo al viajar por el mundo para informar a una amplia variedad de profesionales sobre los conceptos de la anatomía conectada. El eficaz trabajo de todo el personal, especialmente de Mel Burns, Stephanie Stoy, Erin Sproul y la indomable Becky Eugley, ha posibilitado que nuestra influencia haya llegado a ser mucho más generalizada. En esta edición, honramos al difunto y magnífico Dr. Leon Chaitow, quien incitó, alentó y fomentó eficazmente (como hacía con muchos otros) mi exposición inicial de estas ideas en el Journal of Bodywork & Movement Therapies en 1996. El personal editorial de Churchill Livingstone, incluida mi primera editora, Mary Law y todos los que siguieron, aportando su paciencia para aguantar mi prolija prosa y mi deseo de incluirlo todo. A Debbie Maizels, Philip Wilson y Graeme Chambers, los cuales dieron vida al concepto de forma artística y meticulosa con sus ilustraciones. A mis correctores, Felicity Myers y Edward Myers, cuyo oportuno e incansable trabajo ha aumentado el sentido y la sensibilidad de este libro. A mi hija Mistral y a su madre, Giselle, que han tolerado con humor y entusiasmo mi fascinación por el mundo del movimien- to humano, que con frecuencia me ha alejado de casa y me ha robado un tiempo que, en otras circunstancias, hubiera sido suyo. Y, por último, a la propia Naturaleza, cuyas reglas generosas pero inexpugnables han permitido el desarrollo de los flujos silentes, pero poderosos del amor, la profundidad y una conexión con una realidad mayor que discurre bajo la superficie de este libro y de toda mi obra. Bibliografía 1. Fuller B. Utopia or oblivion. New York: Bantam Books; 1969 www.bfi.com. Se pueden conseguir información y publicaciones adicionales del Buckminster Fuller Institute.. 2. Rolf I. Rolfing. Rochester VT: Healing Arts Press; 1977. 3. Feldenkrais M. The Case of Nora. New York: Harper and Row; 1977. 4. Oschman J. Energy Medicine. Edinburgh: Churchill Livingstone; 2000. 5. Schultz L, Feitis R. The Endless Web. Berkeley: North Atlantic Books; 1996. 6. Schleip R. Talking to Fascia, Changing the Brain. Boulder, CO: Rolf Institute; 1992. 7. Juhan D. Job’s Body. Tarrytown, NY: Station Hill Press; 1987. 8. Iyengar BKS. Light on Yoga. New York: Schocken Books; 1995. 9. Silva M, Mehta S. Yoga the Iyengar Way. New York: Alfred Knopf; 1990. 10. Cohen B. Basic Neurocellular Patterns. El Sobrnte VA: Burchfield Rose Pub; 2018. 11. Aston J. Aston Postural Assessment. Edinburgh: Handspring; 2019. 12. McHose C, Frank K. How Life Moves. Berkeley: North Atlantic Books; 2006. 13. Hatch F, Maietta L. Role of kinesthesia in pre- and perinatal bonding. Pre- Peri-Nat Psychol. 1991;5(3). xxx Agradecimientos xi V ías anatómicas está diseñado para permitir que el lector asimile rápidamente la idea general, al tiempo que ofrece la posibilidad de una lectura más detallada sobre cada área determinada. La obra contiene numerosas introducciones a diversas cuestiones relacionadas, señaladas en el margen de los encabeza- mientos con distintos iconos: Técnicas manuales o notas para el terapeuta manual. Técnicas del movimiento o notas para el instructor del movi- miento. Herramientas para la evaluación visual. Ideas y conceptos relacionados con la educación cinestésica. Material audiovisual (en inglés) integrado en Expert Consult (los números indican los vídeos específicos). Material audiovisual disponible en www.anatomytrains.com. Volver al texto principal. Los capítulos se acompañan de un código de color. Los dos pri- meros explican el enfoque de las «vías anatómicas» en las estructuras anatómicas del cuerpo. Los capítulos 3 a 9 profundizan en cada una de las 12 «líneas» corporales principales que se observan en los pa- trones posturales y del movimiento. Cada uno de los capítulos sobre «líneas» comienza con ilustraciones, descripciones, diagramas y tablas que resumen lo que el lector necesita saber para enten- der rápidamente el concepto. Los últimos dos capítulos aplican el concepto de «vías anatómicas» a algunos tipos habituales de movimiento y proporcionan un método para analizar la postura. El final del libro cuenta con cinco apéndices. En el nuevo apén- dice 1 se analizan la fascia y el concepto de meridianosmiofasciales, mientras que en el nuevo apéndice 5 se aporta información sobre las vías anatómicas en los cuadrúpedos. Los otros recogen una dis- cusión sobre los meridianos de latitud del Dr. Louis Schultz, una explicación del modo en que el planteamiento de las vías puede aplicarse al protocolo de integración estructural de Ida Rolf y una comparación entre los meridianos de la acupuntura y estos meri- dianos miofasciales. Dado que los músculos individuales y otras estructuras pueden aparecer en diferentes secciones, utilice el índice para encontrar todas las menciones a una estructura en particular. También se incluye un glosario de las vías anatómicas. La bibliografía completa está disponible en Expert Consult. Los materiales disponibles online en Expert Consult incluyen muchos vídeos, podcasts y animaciones útiles para los lectores, pro- fesores o conferenciantes interesados. Aunque en el texto se citan las referencias a muchos de los vídeos, los lectores encontrarán elementos adicionales online, con varias horas de contenido de vídeo. Contenido adicional: Vídeo B1 : Introduction to fascia and biotensegrity. Vídeo B2 : Anatomy Trains Lines overview. Vídeo B3 : Feeling the Anatomy Trains Lines (palpation guide). Vídeo B4 : How fascia moves (fascial properties webinar). Vídeo B5 : Interview clips with Tom Myers discussing fascia. Cómo utilizar este libro xii Índice de vídeos Conceptos introductorios 1.1 Fascial Embryology 1.2 Fascial Tensegrity: Part 1 1.3 Shoulders and Arms Introduction 1.4 Anatomy Trains Concept Review 1.5 Kinesthetic Intelligence 6.9 Superficial Front Line Belly 6.11 Fascial Tensegrity: Part 2 6.15 SBL: Application of Anatomy Trains Concept B1 Introduction to Fascia and Biotensegrity B2 Anatomy Trains Lines Overview B3 Feeling the Anatomy Trains Lines (Palpation Guide) B4 How Fascia Moves (Fascial Properties Webinar) B5 Interview Clips With Tom Myers Discussing Fascia Técnicas de liberación fascial 3.1 SFL Neck Technique 3.2 SFL Ankle Retinaculum 3.3 SFL Pectoral Fascia 3.4 SBL Plantar Fascia 3.5 SBL Plantar Technique 2 3.6 SBL Neck Work 3.7 SBL Pelvic Lift 3.8 Lateral Line Iliac Crest 3.9 LL Iliotibial Tract 3.10 LL Lateral Abdominal Obliques 3.11 SL Foot Arch Sling 3.12 SL Serratus Anterior Release 3.13 Arms SBAL Integrating Move 3.14 Arms DFAL Brachialis Release 3.15 Latissimus Dorsi 3.16 BFL-FFL Spiral Sequencing 3.17 DFL Balancing the Psoas 3.18 DFL Quadratus Femoris 6.1 Abdominal Spiral Line 6.2 Arm Lines Trap Peel 6.3 DFL Inner Leg 6.4 Functional Line Rotation Assessment 6.5 Lateral Line Breathing X 6.6 Pelvic Ligaments in Walking 6.7 Superficial Back Line Heel 6.8 Scalp 6.10 SFL Retinaculum Evidencia de disecciones y de la observación in vivo 4.1 Fascial Microscopy 1: Latissimus 4.2 Fascial Microscopy 2: Subscapularis 4.3 Superficial Back Line 4.4 Spiral Line 4.5 Upper Spiral Line: Fresh Tissue 4.6 Shoulder: Fresh Tissue 4.7 Deep Front Arm Line 4.8 Superficial Front Arm Line 4.9 Ipsilateral Function Line 4.10 Deep Front Line 4.11 Deep Front Line With Jaw 4.12 Tom’s Thoughts 6.12 Living Fascia 1: Surrounding Tendon 6.13 Living Fascia 2: Milieu of Body 6.14 Superficial Front Line 6.16 Linea Alba Dissection 6.17 Glenohumeral Joint: Fresh Tissue 6.18 Glenohumeral Joint and Rotator Cuff: Fresh Tissue 6.19 Fascial Microscopy 3: Plantar 6.20 Fascial Microscopy 4: Erector 6.21 SFL Extra ‘Double Bagged’ 6.22 DBAL: Fresh Tissue Infografía 2.1 Superficial Front Line 2.2 Superficial Back Line 2.3 Lateral Line 2.4 Spiral Line 2.5 Superficial Front Arm Line 2.6 Deep Front Arm Line 2.7 Superficial Back Arm Line 2.8 Deep Back Arm Line 2.9 Front Functional Line 2.10 Back Functional Line 2.11 Deep Front Line Seminarios web 6.23 Introduction to Fascial Release 6.24 Balancing Feet and Legs 6.25 Introduction to BodyReading 6.26 BodyReading the Spiral Line xiiiÍndice de vídeos Agradecimientos Elsevier quiere expresar su sincero agradecimiento a las personas que se mencionan a continuación por permitir el uso del siguiente material disponible en www.expertconsult.com: Dr. Jean-Claude Guimberteau MD, cirujano plástico y de la mano, y Endovivo Productions por proporcionar los vídeos 6.12 (Living fascia 1: surrounding tendon) y 6.13 (Living fascia 2: milieu of the body). Las fuentes originales son: Guimberteau JC (ed.). New ideas in hand flexor tendon surgery. Aquitaine Domaine Forestier; 2001 (www.livres-medicaux. com). Guimberteau JC. Promenades sous la peau. Strolling under the skin. Elsevier Masson; 2004. Idioma: francés. Eric Root por proporcionar los vídeos 4.1 (Fascial microscopy 1: latissimus), 4.2 (Fascial microscopy 2: subscapularis), 6.19 (Fascial microscopy 3: plantar) y 6.20 (Fascial microscopy 4: erector). Michael Frenchman y Videograf por proporcionar las imágenes infográficas. The Laboratories of Anatomical Enlightenment, Inc. & Singing Cowboy Productions por proporcionar el vídeo 4.4 (Spiral Line). Extracto de Anatomy Trains Revealed: Early dissective evidence. • Fig. 1.1 (A) «Mapa de ruta» general de las vías anatómicas superpuesto en una imagen familiar de Albinus. Esta era nuestra forma inicial de mostrar las vías. (B) Las versiones informatizadas más recientes permiten una mayor diversidad a la hora de representar las líneas en acción. (C) Esta plas- tinación asombrosamente detallada de una sección transversal de la pierna guarda muchos tesoros y recompensa a quien la estudie con detenimiento. Comience por la tibia y la fíbula en azul y observe la delgada y resistente membrana interósea dispuesta entre ellas. A cada lado de la membrana, los vasos se agrupan entre los músculos en sus túnicas adventicias. Observe cómo la malla fascial se extiende a modo de filigrana hacia el músculo, dirigiéndose a todas las estructuras como las nervaduras de una hoja. De hecho, sus elementos constituyen las vías de nutrición y drenaje para las hambrientas mitocondrias musculares. Los tabiques intermusculares situados entre los grupos musculares se dirigen desde los bordes de los huesos hasta la fascia profunda circundante, que rodea toda la pierna y mantiene los músculos compactos, mientras que sin ella estarían flácidos. La fascia profunda se continúa con la que discurre por la capa adiposa, envolviendo los vasos visibles y los nervios invisibles, hasta la piel y su zona posterior delgada, resistente y elástica adherida a la grasa. Imagine que se retiran todos los elementos de color rojo y se deja solo la red fascial, una tela de araña húmeda tridimensional que mantiene todo en su sitio, a la vez que permite su movimiento, flexión y adaptación. 1© 2021. Elsevier España, S.L.U. Reservados todos los derechos 1 Colocación de los raíles Filosofía La base de la curación radica más en nuestra capacidad de escuchar, ver y percibir que en la aplicación de técnicas. Esto constituye, al menos, la premisa de este libro (vídeo B1). Todas las intervenciones terapéuticas o formativas de cualquier tipo son una conversación entre dos sistemas inteligentes. No es nuestro trabajo favorecer una técnica por encima de otra, ni siquiera postular un mecanismo para explicar el modo en que funciona una técnica. No es de incumbencia para nuestro argumento si el meca- nismo de los cambios miofasciales es consecuencia de una simple relajación muscular, la liberación de un punto gatillo, un cambio en la química sol/gel de la sustancia fundamental, la viscoelasticidad entre las fibras de colágeno, la resolución de los patrones del sis- tema nervioso central, la reestructuración de los husos musculares o los órganos tendinosos de Golgi, un aumento de la tolerancia al estiramiento, un desplazamiento de energía o un cambio de actitud (fig. 1.1A). Se debe utilizar el mapa de las vías anatómicas para com- prender el amplio patrón de relaciones estructurales de los clientes y, a continuación, aplicar las técnicas de las que se disponga para moldear el cambio (fig. 1.1B-C). El reconocimiento de patrones es la habilidadclave, no la técnica utilizada. El reconocimiento de patrones en la postura y el movimiento es una habilidad central de lo que podríamos llamar «medicina espacial», el estudio de cómo nos desenvolvemos, cómo nos mante- nemos erguidos, manejamos cargas, nos movemos a través de nues- tro entorno y ocupamos el espacio, así como el modo de percibir nuestro yo corporal. Mucho de lo que creemos «saber» sobre el movimiento humano será revisado en las próximas décadas. Toda la terapia manual y los métodos de enseñanza del movimiento intervienen a la hora de elaborar este marco conceptual coherente y más amplio de la medicina espacial tanto si somos conscientes de ello como si no. La medicina espacial (o como quiera que se acabe llamando) formulará los nuevos principios para lograr que el entrenamiento del movimiento se acople con el trabajo práctico en una rama muy potente de la curación y la educación. (Para más información sobre medicina espacial, véase el apéndice 1, pág. 289.) Entre las técnicas de terapia manual para la reducción del dolor, el aumento del rendimiento y el bienestar global están los campos tradicionales de la fisioterapia, la rehabilitación y la ortopedia, así como las manipulaciones osteopáticas y quiroprácticas (vídeo 1.5). Más recientemente, se dispone de una amplia variedad de métodos para los tejidos blandos, que van desde el rolfing hasta el reiki. El entrenamiento del movimiento es un aspecto esencial de la medicina espacial y existen muchos métodos de entrenamiento, desde los más meditativos como el yoga, pasando por el perfecto pilates o las artes marciales, más combativas. Los entrenadores personales y deportivos de todo tipo tratan de hacer que el movi- miento sea «funcional». La medicina espacial en un sentido más amplio podría incluir todo lo que ahora se denomina educación física, danza, movimiento del desarrollo, acupuntura y fisioterapias con base somática. Todos estos campos pueden aportar algo a nues- tra biblioteca de reconocimiento de patrones y de utilización del movimiento para fomentar la salud y combatir el desajuste evolutivo de un estilo de vida cada vez más sedentario1,2. Cada día surgen nuevos nombres en estos campos, muchos de ellos recién bautizados como «fasciales», aunque, en realidad, pocas cosas son realmente nuevas bajo el sol de la manipulación o el movimiento. Hemos visto que pueden ser beneficiosos distintos enfoques, independientemente de si la explicación que justifica su eficacia prevalece en última instancia. En este momento no son tan necesarias nuevas técnicas, sino más premisas nuevas que conduzcan a novedosas estrategias de apli- cación. Por desgracia, resulta mucho más difícil encontrar nuevas premisas útiles que técnicas aparentemente nuevas. La aplicación de un nuevo punto de vista, de una nueva lente a través de la cual observar el cuerpo, abre a menudo el camino de un importante desarrollo. El concepto de vías anatómicas es una de esas lentes: una forma global de observar los patrones musculoesqueléticos que da lugar a protocolos interconectados a nivel de todo el cuerpo (fig. 1.2). ¿Qué podemos aprender si miramos las relaciones sinérgicas, juntando nuestras partes en lugar de compartimentarlas aún más (fig. 1.3)? Gran parte de la terapia manipulativa de los últimos 100 años, como la mayoría del pensamiento occidental durante al menos la mitad del milenio, se ha basado en un modelo reduccionista y mecánico: la lente del microscopio (fig. 1.4). Seguimos examinando las cosas desmenuzándolas en partes cada vez más pequeñas para 2 2 CAPÍTULO 1 Colocación de los raíles analizar la función de cada una de ellas. En el campo de la fisio- terapia y la rehabilitación, el enfoque reduccionista, introducido por Aristóteles, consolidado por Isaac Newton y René Descartes, y aplicado a la biomecánica sobre todo por Borelli, ha dado lugar a libros llenos de ángulos goniométricos, palancas y fuerzas vectoriales que buscan acercar la inserción del músculo individual a su origen (fig. 1.5)3. Aunque debemos agradecer a muchos investigadores por sus análisis brillantes y las subsiguientes terapias para músculos espe- cíficos, articulaciones individuales e implicaciones particulares en el siglo XX, el XXI está a la espera de un método más integrado de evaluar el movimiento4–7. Si se le da una patada a un balón, tal vez la forma más interesante de analizar los resultados sea empleando las leyes mecánicas de fuerza y movimiento. Los coeficientes de inercia, gravedad y fricción son suficientes para determinar la reacción del balón a su patada y el sitio donde irá a parar. Pero si alguien es tan cruel como para dar una patada a un perro de gran tamaño, es posible que este análisis mecánico de los vectores y las fuerzas resultantes no se corresponda con la reacción global del perro. Del mismo modo, el análisis biomecánico de los músculos individuales proyecta una imagen incompleta del movimiento humano (fig. 1.6). A comienzos del siglo XX, gracias a Einstein y Bohr, la física evolucionó hacia un universo relativista, un lenguaje de asociaciones en lugar de una relación lineal de causa y efecto, que Jung a su vez • Fig. 1.2 Un análisis del acortamiento o de la debilidad de cualquier meridiano miofascial dado, asociado con la relación de ese meridiano con los otros, lleva a las estrategias de todo el cuerpo para mejorar la función postural y del movimiento. (A) Una vista lateral muestra la relación entre la línea posterior superficial (mostrada en C) y la línea frontal superficial (D). En A, se recoge una lista simple de la direccionalidad en los planos fasciales, y las áreas de probable hiper- e hipotonía en el control del plano sagital. (B) Lista de la estrategia para remediar el patrón mediante manipulación miofascial y enseñanza del movimiento. 3CAPÍTULO 1 Colocación de los raíles • Fig. 1.3 Utilizando el tipo de estrategias mostradas en la figura 1.2, es posible realizar cambios significativos posturales (y de la función, pero en un libro hay que limitarse a las fotografías). Este estudiante reciente de nuestras clases formativas muestra unos cambios significativos de alineación. (www.anatomytrains.com – vídeo ref.: BodyReading, 101; v. también cap. 11.) (Fotografía por cortesía del autor.) • Fig. 1.4 (A) Leonardo da Vinci, libre del prejuicio generalizado de la visión mecánica para el estudio de la relación músculo-hueso, realizó en estos cuadernos anatómicos algunos dibujos similares a las vías anatómicas. (B) Algunos anatomistas modernos, como el maravilloso John Hull Grundy, también han aplicado el pensamiento de sistemas a la anatomía musculoesquelética. (A, Leonardo da Vinci/ Shutterstock. B, reproducido con autorización de Grundy 1982.) 4 4 CAPÍTULO 1 Colocación de los raíles aplicó a la psicología y muchos otros a áreas muy diversas. No obs- tante, fue necesario todo un siglo para que este punto de vista se difundiera y llegara a la fisioterapia y la rehabilitación. Este libro es un modesto paso en esta dirección, sistemas generales de pensa- miento aplicados al análisis de la postura y el movimiento (fig. 1.7). No resulta muy útil decir sencillamente «todo está conectado» y dejarlo ahí, puesto que incluso aunque estos físicos afirmen que esto en esencia sea verdad, esta premisa deja al profesional en una nebulosa, incluso un vacío, sin nada para guiarle excepto la tradición o la «intuición». La teoría de la relatividad de Einstein no negaba las leyes del movimiento de Newton, sino que las incorporaba a un esquema más amplio. Del mismo modo, la teoría de los meridianos miofasciales no resta valor a las múltiples técnicas y análisis basa- dos en la individualidad de los músculos, sino que simplemente los contextualiza en el conjunto del sistema. El concepto de vías anatómicas no sustituye los conocimientos existentes sobre los músculos. Aún se puede considerar que el esple- nio de la cabeza rota la cabeza y extiende elcuello, además de actuar, como se verá, como parte de las cadenas miofasciales espiral y lateral para amortiguar cualquier alteración de los teleceptores (ojos, oídos y sistema vestibular) debida al movimiento de la porción corporal situada por debajo de ellos (fig. 1.8). • Fig. 1.6 (A) Los músculos individuales se describen de forma universal como los motores del movimiento. El método habitual empleado para definir la acción de un músculo consiste en aislarlo sobre el esqueleto y determinar lo que pasaría si los dos extremos se aproximaran, como en esta representación del bíceps. Aunque desde luego se trata de un ejercicio muy útil, difícilmente es definitivo, ya que deja de lado el efecto que el músculo puede tener en otros músculos y ligamentos adyacentes al tensar su fascia y empujarlos o traccionarlos. Del mismo modo, al cortar la fascia en ambos extremos se eluden los efectos de esta tracción sobre las estructuras proximales o distales. Estas últimas conexiones constituyen el tema de este libro. (B) El bíceps también se puede considerar parte de una continuidad miofascial desde el esqueleto axial hasta el pulgar, que aquí se denomina línea frontal profunda del brazo (v. también fig. 7.1). (A, reproducido con autorización de Grundy 1982. B, fotografía por cortesía del autor.) • Fig. 1.5 Aplicado a la anatomía humana, el concepto de mecánica ha aportado mucha información sobre las acciones de los músculos indivi- duales en términos de palancas, ángulos y fuerzas, pero ¿qué más aporta este enfoque de aislamiento? (Historic Images/Alamy Stock Photo3.) 5CAPÍTULO 1 Colocación de los raíles Estas líneas fasciales presentes en el sistema musculoesquelético solo constituyen un pequeño patrón en el seno de toda nuestra red neuromiofascial que, a su vez, es uno de los innumerables patrones armónicos y rítmicos que participan en todo el organismo vivo. Como tal, las vías anatómicas son una pequeña parte de una re- visión mayor de nosotros mismos, no como una «máquina blanda», según decía Descartes, sino como un sistema integrado de infor- mación, lo que los matemáticos dinámicos no lineales denominan sistemas autopoyéticos (que se crean a sí mismos)8–12. El sistema fascial está constituido por fractales complejos situados entre el orden y el caos, pero que están constantemente remodelándose y autorregulándose para enfrentarse al reto de las fuerzas de nuestro interior y las que nos rodean. El intento por incluir las relaciones en nuestro marco con- ceptual puede parecer vago inicialmente si lo comparamos con la afirmación tajante «si… entonces…» de la visión mecánica. Sin embargo, en última instancia este punto de vista relativista da lugar a unas estrategias terapéuticas integradoras potentes, muchas de las cuales se explican en estas páginas, mientras que otras se enseñan en nuestros cursos de formación y seminarios web. Estas nuevas estrategias incluyen la biomecánica, pero también van más allá para ofrecer conocimientos útiles sobre la sinergia, las propiedades sistémicas emergentes del cuerpo como un todo impredecibles por la suma de los comportamientos de cada músculo o articulación individual. Descubrimiento Un hecho paralelo a esta aplicación moderna de la teoría de sistemas al diseño de nuestro cuerpo es el descubrimiento relacionado del papel que tiene la malla fascial en la postura y el movimiento cor- porales (fig. 1.9). Aunque todo el mundo sabe algo sobre los huesos y los músculos, el origen y la disposición de la fascinante red fascial que los une son mucho menos conocidos (fig. 1.10; v. fig. A1.10). Se puede afirmar tajantemente que, en 500 años de tradición ana- tómica occidental, todo un sistema corporal ha permanecido casi totalmente invisible y, ciertamente, infravalorado. La fascia, deno- minada por el investigador sobre este campo Dr. Robert Schleip «la Cenicienta de los sistemas corporales», se ha considerado durante mucho tiempo como un «material de embalaje», que debía disecarse • Fig. 1.7 Al tomar en consideración las conexiones fasciales surgen nuevas estrategias. Esta disección de la porción inferior de la línea espiral (v. cap. 6) muestra cómo, al variar el ángulo del bisturí, es posible demostrar la acción integrada no de una única unidad miofascial (músculo), sino de varias consecutivas. Esta pieza comienza desde la cadera en la parte inferior derecha, gira bajo el arco plantar a la izquierda y asciende hasta la tuberosidad isquiática con el bíceps femoral en la parte superior derecha. (www.anatomy- trains.com – vídeo ref.: Anatomy Trains Revealed) (Fotografía por cortesía del autor.) 6 6 CAPÍTULO 1 Colocación de los raíles y desecharse para ver los tejidos más interesantes. Las nuevas inves- tigaciones realizadas desde varios ángulos diferentes confirman que la fascia es un sistema muy interesante y comunicativo presente en todo el cuerpo (v. apéndice 1). La fascia no es inerte, realiza una función importante y reguladora como los sistemas nervioso y circulatorio, con implicaciones profundas para el deporte, la rehabilitación, la educación física y, lo que resulta importante para todos aquellos que peinamos canas, para envejecer con elegancia. La inmensa mayoría de la población, e incluso la mayoría de los terapeutas y formadores, aún basan su pensamiento en la idea limitada de que hay músculos individuales que se insertan en los huesos que nos mueven mediante una acción de palancas mecánicas. El propio término «sistema musculoesquelético» excluye la com- plejidad de los tejidos mediante los cuales los músculos y huesos están entrelazados: la malla fascial. Cuando se escribió este libro por primera vez, el modelo acepta- do era (y, en gran parte, sigue siéndolo) que movemos la estructura esquelética mediante músculos que ejercen tracción a través de los tendones sobre las articulaciones, cuyos movimientos están limi- tados por la forma de los huesos y la restricción de los ligamentos. • Fig. 1.9 Esta ampliación de la miofascia (el «algodón de azúcar») es tejido perimisial que envuelve cada fascículo (unidad neuromotora). La fascia se entrelaza de forma intrincada con las fibras musculares más carnosas (y cardadas). (Reproducido con autorización de Ronald Thompson.) • Fig. 1.8 El músculo esplenio de la cabeza, considerado de forma aislada, rota y extiende la cabeza. En condiciones funcionales, actúa formando parte tanto de la línea lateral como de la línea espiral para mantener la estabilidad de la cabeza y de los ojos al correr, al cazar o al inclinarse hacia abajo para dirigirse a los niños. • Fig. 1.10 Pieza plastinada reciente de una porción de la región superior del muslo que muestra la fascia lata circundante y los dos tabiques fasciales principales. La pared lateral a la izquierda separa el cuádriceps de los isquiotibiales, discurriendo desde la superficie hasta el periostio en la línea áspera. El tabique medial separa el cuádriceps de los aductores y también llega a la línea áspera. Además, protege el paquete neurovascular, conservado en esta preparación. (© Fas- ciaResearchSociety.org/Plastination.) 7CAPÍTULO 1 Colocación de los raíles Este modelo de palancas resulta ser demasiado simplista cuando intenta explicar los movimientos del desarrollo embriológico o de los deportes extremos, aunque es demasiado complejo para poder explicar con facilidad problemas frecuentes como el dolor de los tejidos blandos, las anomalías de la marcha o los patrones de reclu- tamiento defectuosos. La integración de los nuevos hallazgos sobre la fascia en nuestro pensamiento estratégico sobre la terapia y la formación no es tan fácil como simplemente añadir una capa fascial a lo que ya sabemos. Requiere modificar nuestro punto de vista13. Aunque numerosas investigaciones en los últimos 20 años han ampliado nuestros conocimientos y, pese a que existen muchos libros, congresos, conferencias y cursos con la palabra «fascia» en su título14–17, lasimplicaciones del «descubrimiento» de la fascia aún se están dando a conocer e, incluso en su cuarta edición, este libro sigue siendo un trabajo provisional. En cualquier caso, la fascia ha sido investigada por unos pocos investigadores marginales, pero sin comprender toda su importancia18–23. Se está empezando a comprender que todos estos árboles podrían constituir un bosque, que todas estas fibras individuales actúan como parte de un todo sensible, un «sistema radicular» similar a un micelio en el cuerpo humano. Este descubrimiento tiene unas implicaciones profundas para nuestra idea del cuerpo y para la educación física, la rehabilitación y el entrenamiento deportivo de todo tipo. Junto con los trabajos sobre la mecanotransducción celular en el extremo microscópico24, estamos en el umbral de una comprensión totalmente nueva e integrada de cómo nuestro sistema biomecánico se extiende sin interrupciones desde dentro de cada célula hasta el organismo biopsicosocial. El apéndice 1 de esta edición del libro es un compendio sobre los conocimientos actuales de la función fascial, en el que los «fas- cieros» (estamos cansados de que nos llamen «fascistas») pueden repasar unos conocimientos más detallados de la matriz, la dis- posición, las propiedades, las capacidades y las limitaciones de la fascia. Este apéndice incluye investigaciones más recientes sobre la remodelación después de la lesión, la respuesta elástica a los nuevos desafíos del entrenamiento, nueva información sobre la percepción interoceptiva en la fascia, además de exponer la historia recientemente revelada de la perfusión intersticial entre los geles y las células de todos los demás sistemas corporales. Hay que tener en cuenta que este libro presenta un punto de vis- ta, una serie particular de argumentos orientados hacia el concepto de vías anatómicas. De ningún modo constituye la historia completa sobre los papeles o la importancia de la fascia. En estas páginas nos centramos en la geometría, la mecánica y la disposición espacial y dedicamos mucha menos atención a los aspectos químicos relevan- tes. Nos ocupamos del papel de soporte fisiológico de la fascia en la postura y el movimiento, sin entrar en ninguna descripción de la patología. Se ofrecerán numerosas y excelentes referencias a lo largo del todo el texto para los lectores que tengan interés25,26. En términos sencillos, la fascia es el entramado del cuerpo que mantiene nuestros trillones de células húmedas y con un abundante contenido lipídico juntas. Es básicamente lo que solíamos llamar las «ternillas» y forma una red unitaria, resistente y fibrosa que puede encontrarse en todo el cuerpo (fig. 1.11; v. fig. A1.9B). Si pudiéramos hacer que todos los tejidos del cuerpo humano fuesen invisibles, salvo los elementos fibrilares del tejido conjuntivo (colá- geno, elastina y reticulina), veríamos todo el cuerpo, por dentro y por fuera, de un modo similar a las redes neurales y circulatorias con las que estamos más familiarizados. (Para consultar una descrip- ción de las redes de comunicación holísticas, véase el apéndice 1, págs. 244-322.) Las distintas áreas presentarían densidades diferentes. Los huesos, los cartílagos, los tendones y los ligamentos serían densas con fibras correosas, de modo que cada articulación estaría especial- mente bien representada. Cada músculo estaría envuelto por fascia y atravesado por una red similar al algodón de azúcar rodeando cada célula muscular y cada fascículo de células (v. figs. A1.19 y A1.20). La cara presentaría una menor densidad, al igual que los órganos más esponjosos, como la tiroides o el páncreas, aunque incluso estos estarían revestidos por envolturas más densas. Aunque se dispone en múltiples planos plegados, insistimos de nuevo en que ninguna parte de esta red está individualizada o separada de la red en su • Fig. 1.11 Estas imágenes de microscopia electrónica muestran que nuestra nomenclatura del sistema miofascial es un intento de imponer categorías a una red que es continua, ininterrumpida y que constan- temente se está autorreparando para adaptarse a las fuerzas que se ejercen sobre ella. (Reproducido de Journal of Bodywork and Movement Therapies, Vol. 14, Purslow PP, Muscle fascia and force transmission, pp. 411-417, Copyright 2010, con autorización de Elsevier.) 8 8 CAPÍTULO 1 Colocación de los raíles conjunto, más allá de lo que ciertos grupos aislados de nervios o una isla de capilares constituyen un elemento separado por sí mismos. Cada una de estas envolturas, bandas, láminas y redes correosas se entremezclan entre sí formando una red, desde el nacimiento hasta la muerte y de la cabeza a los pies (fig. 1.12). Lo cierto es que la red fascial está tan imbricada en el cuerpo que forma parte del entorno inmediato de todas las células. Sin su soporte, el cerebro tendría una consistencia de natillas, el hígado se desparramaría por toda la cavidad abdominal y acabaríamos formando un charco a nuestros pies. Las luces abiertas de los tractos respiratorio y digestivo son los únicos lugares donde la red de fascia encargada de unir, reforzar, conectar y separar está ausente. En resumen, para incluir la fascia y los nuevos descubrimientos sobre cómo actúa en el movimiento es necesario que contemplemos el cuerpo de un modo diferente. Este libro representa el intento del autor para lograr este cambio de mentalidad, entre el concepto de «músculo aislado» y la perspectiva del sistema fascial, sin caer en descripciones aburridas. Hipótesis Con independencia de sus funciones individuales desde el origen hasta la inserción, los músculos también influyen a lo largo de los continuos corporales que desempeñan una misma función dentro de la red fascial. Estos planos y líneas siguen el entramado del tejido conjuntivo del cuerpo humano, formando «meridianos» de miofascia que pueden seguirse (fig. 1.13). Los músculos se contraen en estas líneas como los peces en una red, transmitiendo la fuerza miofascial para crear una estabilidad resiliente o, con menos eficacia, para fomentar la tensión crónica y la fijación. Algo que resulta más pertinente para este texto es que los patrones resultantes de compensación postural pueden «leerse» mediante estas líneas. (Por cierto, en la obra no se reclama la exclusividad de estas líneas. Las • Fig. 1.13 Disección de la línea posterior superficial, obtenida en una única pieza de tejido no tratado por Todd Garcia de los Laboratories of Anatomical Enlightenment (www.LofAE.com). (Fotografía por cortesía del autor. Obsérvese que esta muestra se explica en vídeo en la página web acompañante.) • Fig. 1.12 El sistema fascial se representa generalmente con una estructura en capas, como en esta disección de las capas en la cabeza, donde se observa la piel, una delgada capa adiposa, la galea aponeu- rótica, una capa laxa que permite movilizar el cuero cabelludo sobre el hueso o, en realidad, sobre el pericráneo (una envoltura fascial resis- tente que rodea cada hueso), antes de llegar a las otras capas que rodean y protegen el cerebro. Aunque la estratificación fascial es un hecho evidente en el cuerpo, se debe señalar que, desde el punto de vista histológico, siempre existe una transición entre las capas y solo los espacios abiertos de las articulaciones sinoviales y las luces de los conductos vasculares están desprovistos de fibras de colágeno. Dicho de otro modo, todas estas distintas capas están unidas entre sí con fibras de colágeno que transmiten las fuerzas. (Fotografía por cortesía de Science Photo Library.) 9CAPÍTULO 1 Colocación de los raíles líneas miofasciales funcionales señaladas por autores previos que se describen más adelante en este capítulo, así como las inserciones musculares en el lecho ligamentoso descrito como el «saco interno» en el apéndice 127 y el reparto latitudinal de la tensión por los mús- culos contiguos detallado en el trabajo de Huijing28, tambiénen el apéndice 1, son todas ellas vías alternativas para la distribución eficiente de las fuerzas miofasciales.) Básicamente, el mapa de las vías anatómicas proporciona una «anatomía longitudinal», un bosquejo de las largas correas y bandas musculares del cuerpo que ofrece un complemento (y, en algunos casos, una alternativa) al análisis convencional de la acción muscular. El análisis anatómico convencional podría denominarse la «teoría de los músculos aislados». Prácticamente todos los textos presentan la función muscular aislando un músculo esquelético concreto escindido por sus conexiones superiores e inferiores, sepa- rado de sus inervaciones y vascularizaciones y divorciado de las estructuras adyacentes de la zona29–37. «¿Qué sucedería al esqueleto si este fuese el único músculo del cuerpo?»: la función de un mús- culo se define exclusivamente por lo que sucede al aproximar sus inserciones proximal y distal o al resistir su separación (v. fig. 1.6). El punto de vista masivamente aceptado plantea que los músculos se insertan solo en los huesos, mientras que en realidad: 1) ningún músculo se inserta en un hueso en ninguna parte del cuerpo. El músculo sería una «hamburguesa» sin su fascia de inserción, y 2) la mayoría de los músculos tienen varias inserciones clínicamente relevantes en los tejidos blandos aparte de su origen y su inserción (v. figs. 1.6 y 1.13). En ocasiones, se describe la función de la miofascia en relación con las estructuras circundantes, como el papel que desempeña el vasto lateral a modo de «amplificador hidráulico» al empujar y, por tanto, pretensar el tracto iliotibial. De hecho, esta amplifica- ción hidráulica sucede constantemente en todo el cuerpo (v. descripción de la tensegridad en el apéndice 1). Casi nunca se mencionan las conexiones longitudinales entre los músculos y las fascias, ni se explica su función (como, por ejemplo, la fuerte unión entre el tracto iliotibial y el músculo tibial anterior; v. fig. 1.7). El dominio absoluto de nuestra forma actual de definir los músculos es en gran medida un artefacto de nuestro método de disección. Con el bisturí en la mano, es fácil separar los músculos individuales de los planos fasciales circundantes, lo que no significa que esto constituya el modo en el que el cuerpo esté biológicamente ensamblado o cómo organiza el movimiento. Uno podría preguntar- se si el «músculo» es tan siquiera una división útil para la cinesiología del cuerpo humano. Nadie ha encontrado una representación del «deltoides» en el cerebro. El cerebro «piensa» en términos de uni- dades neuromotoras individuales, por lo que divide el deltoides en al menos siete unidades de accionamiento diferentes38. Si se ofrece una presentación aislada de cada músculo como la primera y la última palabra en la anatomía muscular (junto con la visión reduccionista e ingenua de que la complejidad de la estabilidad y el movimiento humanos pueden explicarse por la suma de la acción de todos los músculos individuales) hace que sea poco probable que la actual generación de terapeutas conciba el movimiento de forma diferente. La eliminación del músculo como una unidad fisiológica puede resultar demasiado radical para que la mayoría de nosotros la acepte en la actualidad, pero podemos al menos afirmar que los terapeutas actuales deben cambiar su manera de pensar con respecto a este concepto de músculo aislado (v. fig. A1.6). Las investigaciones que apoyan este tipo de pensamiento globalizador se irán citando a medida que tratamos de superar la «acción» singular de un músculo para revelar su función sistémica. En este libro se reúnen las estruc- turas miofasciales conectadas en esta imagen de los «meridianos miofasciales». Debemos dejar claro que las «vías anatómicas» no representan una ciencia confirmada (este libro supera los límites de la investigación) pero, al mismo tiempo, estamos muy satisfechos del modo en que estos conceptos funcionan en la práctica clínica y en la enseñanza del movimiento39,40. Una vez reconocido el patrón específico de estos meridianos miofasciales y comprendidas sus conexiones, pueden aplicarse con facilidad para la evaluación y el tratamiento en una gran diversidad de técnicas terapéuticas y educativas, con el fin de favorecer el movimiento (fig. 1.14). Los conceptos pueden presentarse con dis- tintos grados de detalle. El libro puede hojearse para hacerse una idea general, utilizando las ilustraciones junto con sus leyendas para recapitular la historia. El propio texto trata de lograr un equilibrio que cubra las necesidades del terapeuta instruido al tiempo que se mantiene al alcance de los deportistas, pacientes o estudiantes interesados (vídeo 6.25). Visualmente, la comprensión del esquema de las vías anatómicas conducirá a una apreciación tridimensional de la anatomía mus- culoesquelética y de los patrones corporales compensatorios en la actividad diaria y el rendimiento. La «percepción» de las vías ana- tómicas se acepta con más facilidad entre los bailarines, luchadores y deportistas, porque viven en movimiento. Desde el punto de vista clínico, la familiaridad con los meridia- nos miofasciales ofrece unos conocimientos directamente aplicables del modo en el que los problemas dolorosos en un área del cuerpo pueden estar relacionados con otra área totalmente «silente» muy alejada del síntoma de presentación. De la utilización de esta pers- pectiva de la «anatomía conectada» en los desafíos diarios que surgen durante la práctica de la terapia manual y de movimiento emergen nuevas e inesperadas estrategias de tratamiento, sobre todo para el dolor crónico. Aunque en esta edición se presentan algunas pruebas promete- doras de disección, aún le queda a la investigación mucho camino por recorrer antes de poder afirmar la realidad objetiva de estas líneas. Sería especialmente necesario un examen más detenido de los mecanismos de comunicación a lo largo de estos meridianos fasciales, incluidos los efectos inmediatos en términos de estabilidad articular en el deporte, así como a la hora de medir el resultado de las tracciones estructurales sostenidas sobre la postura. Por tan- to, presentamos las vías anatómicas simplemente como un mapa alternativo potencialmente útil, una visión sistémica de algunas conexiones longitudinales en la miofascia parietal. Vías anatómicas y meridianos miofasciales: ¿qué hay detrás del término? «Vías anatómicas» es un término descriptivo para el conjunto del planteamiento y una forma de hacer más divertido un tema bas- tante denso, mediante una metáfora equiparable al conjunto de continuidades que se describen en este libro. La metáfora de las vías, las paradas, los exprés y los locales, entre otros, se usan a lo 10 10 CAPÍTULO 1 Colocación de los raíles largo de todo el texto. Una vía anatómica es un término equivalente a meridiano miofascial. La palabra «miofascia» transmite la idea de conjunto, la natura- leza inseparable del tejido muscular (mio-) y su red acompañante de tejido conjuntivo (fascia), de la cual aparece una completa discusión en el apéndice 1 (vídeo 6.20). La manipulación de las miofascias ha tenido una amplia difu- sión entre los masajistas terapéuticos, osteópatas y fisioterapeutas desde diversas fuentes modernas. Entre ellas se incluye el trabajo de osteópatas, fisioterapeutas y mi primera profesora, la Dra. Ida Rolf (fig. 1.15)41, así como de otros autores, muchos de los cuales reclaman la originalidad de sus trabajos42. Todos ellos, en realidad, forman parte de una cadena continua de sanadores experimentados que se remontan hasta Esculapio y sus primeros «hospitales» en la antigua Grecia y desde ahí hasta las nieblas de la prehistoria43,44. Aunque el término «miofascial» ha ganado aceptación en los últimos 20 años, reemplazar el término «muscular» en algunos textos, mentes y marcas comerciales aún lleva a confusión. De hecho, en la aplicación de muchas terapias «miofasciales»,las técnicas impartidas se centran en los músculos individuales (o unidades miofasciales, para ser más exactos), y no abordan espe- cíficamente el aspecto comunicativo de las miofascias a través de las largas líneas y los extensos planos del cuerpo45,46. El enfoque de las vías anatómicas añade la dimensión de conectividad a nues- tras consideraciones visuales, motrices y de palpación durante la valoración y el tratamiento que cubre una necesidad actual de una visión global de la estructura y el movimiento humanos (fig. 1.16). En cualquier caso, el término «miofascial» es únicamente una innovación terminológica, ya que siempre ha sido imposible, sea cual sea la denominación que se le dé, establecer contacto con el tejido muscular en cualquier momento o lugar sin contactar también con el tejido conjuntivo o fascial que lo acompaña y, por tanto, influir en él. Incluso esta afirmación es incompleta, ya que casi todas nuestras intervenciones entrarán también en contacto necesariamente con las células y los tejidos epiteliales, vasculares y nerviosos, y afectarán a su función y perfusión. No obstante, el enfoque detallado en este libro ignora en gran medida los efectos sobre estos otros tejidos para concentrarse en un aspecto concreto de los patrones de organización (o del diseño, si así lo prefiere) del «cuerpo fibroso» en el adulto humano erguido. Este cuerpo fibroso está constituido por toda la red de colágeno, que incluye todos los tejidos de revestimiento y fijación de los órganos, así como el colágeno de los huesos, cartílagos, tendones, ligamentos, la piel y las miofascias. El término «miofascias» define nuestra visión de las fibras mus- culares incluidas en sus fascias asociadas (como en las figs. 1.9, 1.11 y A1.19). Siguiendo el principio básico de este libro (la naturaleza unitaria de la red fascial), podría hacerse referencia a este tejido en su forma singular: miofascia. No habría necesidad de utilizar el • Fig. 1.15 La Dra. Ida P. Rolf (1896-1979), creadora de la integración estructural, un tipo de manipulación miofascial. (© Tom Myers, por cortesía de Marvin Solit.) • Fig. 1.14 El acortamiento en los meridianos miofasciales o su des- plazamiento se puede observar en bipedestación o en movimiento. Su evaluación conducirá a estrategias terapéuticas con un enfoque global. ¿Puede observar las imágenes (A)-(C) y ver el acortamiento de la línea lateral izquierda y los desplazamientos del plano fascial, sobre todo en la columna vertebral y el cuello, después del tratamiento de integración estructural en (D)-(F)? (www.anatomytrains.com – vídeo ref.: BodyReading, 101; para una explicación de las líneas, v. cap. 11) (Fotografías por cortesía del autor.) 11CAPÍTULO 1 Colocación de los raíles plural, ya que se forma como una única estructura y se mantiene como tal. Únicamente un bisturí genera el plural. El término «continuidad miofascial» describe la conexión entre dos estructuras longitudinales adyacentes y alineadas dentro de la red estructural. Existe una «continuidad miofascial» entre los músculos serrato anterior y oblicuo externo del abdomen (v. fig. 1.6). La locución «meridiano miofascial» describe una serie interconectada de estos tractos de fibras y músculos. En otras palabras, una continuidad miofascial es una porción local de un meridiano miofascial. El serrato anterior y el oblicuo externo del abdomen forman parte de la banda más extensa que constituye la región superior de la línea espiral que envuelve al torso (fig. 1.16, y v. cap. 6). La palabra «meridiano» suele emplearse en el contexto de las líneas de transmisión de energía en el ámbito de la acupuntura47–49. Para evitar confusiones: las líneas de los meridianos miofasciales no son los meridianos de la acupuntura, sino líneas de tensión basadas en la anatomía occidental clásica, líneas que transmiten tensión y retroceso elástico, facilitando así el movimiento y pro- porcionando estabilidad a lo largo de la miofascia que se dispone alrededor del esqueleto. Aunque claramente guardan una cierta similitud con los meridianos de la acupuntura, no son equiva- lentes (para una comparación, v. apéndice 4, pág. 339). Para el autor, el uso de la palabra «meridianos» tiene más relación con los meridianos y paralelos que rodean la Tierra (fig. 1.17). De la misma manera, estos meridianos rodean el cuerpo, definiendo su geografía y geometría dentro de la miofascia, la geodesia de la tensegridad móvil del cuerpo. Este libro plantea el modo en que estas líneas de tensión influ- yen en la estructura y la función del cuerpo en cuestión. Aunque pueden definirse múltiples líneas de tensión y los individuos pueden establecer tensiones y conexiones únicas como resultado de altera- ciones del desarrollo, lesiones, adherencias o actitudes (vídeo 1.4), este texto define 12 continuidades miofasciales que se emplean habitualmente en lo relativo a la estructura humana. Incluiremos las «reglas» para la construcción de un meridiano miofascial para que el lector experimentado pueda construir otras líneas, lo que puede resultar útil en ciertos casos. La fascia corporal presenta una versatilidad omnidireccional y puede resistir otras líneas de tensión, además de las que se enumeran aquí, generadas por movimientos inusuales o extraños; lo que se aprecia fácilmente en cualquier niño inquieto. Aunque nos encontramos razonablemente seguros de que puede elaborarse un completo plan terapéutico con las 12 líneas que hemos incluido, estamos abiertos a las nuevas ideas que otras exploraciones o investigaciones más exhaustivas saquen a la luz (v. apéndice 3, pág. 327). En el capítulo 2 se establecen estas reglas y el ámbito de apli- cación para construir un meridiano miofascial. En los capítulos 3 a 9 se presentan las vías anatómicas y plantean algunas de las implicaciones de cada línea en el movimiento y en el tratamiento. El capítulo 3, «Línea posterior superficial», se presenta con todo detalle para clarificar el concepto de vías anatómicas. Los capítulos siguientes sobre el resto de los meridianos miofasciales emplean la terminología y el formato desarrollados en este capítulo. Su lectura previa puede resultar útil, sin importar cuál sea la línea de interés. En el capítulo 10 se abordan las aplicaciones a la práctica del movimiento, y el capítulo 11 se centra en la evaluación global y los aspectos estratégicos; ambos tratan de ser útiles a la hora de aplicar el concepto de vías anatómicas, con independencia del método de tratamiento. Después de los capítulos sobre las «líneas», en el apéndice 1 se recogen más detalles sobre varios aspectos del entramado fascial, • Fig. 1.16 El esplenio del cuello (izquierda) está conectado, a través de las apófisis espinosas, con el romboides del lado opuesto, que, a su vez, se encuentra firmemente ligado al serrato y se continúa con la fascia abdominal hasta la cadera homolateral. Esta serie de conexiones miofasciales que, por supuesto, se repiten en el lado opuesto, son bási- cas en la capacidad de rotación del tronco que poseen los mamíferos y se detallan en el capítulo 6, «Línea espiral». (www.anatomytrains.com – vídeo ref.: Anatomy Trains Revealed) (Fotografía por cortesía del autor.) • Fig. 1.17 Aunque los meridianos miofasciales coinciden en cierta forma con las líneas meridionales de la medicina asiática, no son equi- valentes. Piense en estos meridianos como los que definen la «geo- grafía» del sistema miofascial. Compare el meridiano del pulmón que se muestra aquí con la figura 7.1: la línea frontal profunda del brazo. Véase también el apéndice 4. 12 12 CAPÍTULO 1 Colocación de los raíles con actualizaciones sobre las vías de investigación actuales. Entre ellas hay investigaciones recientes sobre la remodelación después de la lesión y la respuesta elástica a los nuevos desafíos del entre- namiento, además de exponer la historia recientemente revelada del «intersticio»: el modo en el quela perfusión actúa entre los geles y las células de todos los demás sistemas corporales. Otra novedad de esta edición es un intento inicial de mapear estas líneas en un cuadrúpedo, así como un esquema mejorado del protocolo que se enseña en nuestro curso de certificación sobre integración estructural de las vías anatómicas. Historia El concepto de vías anatómicas surge de nuestra experiencia en la enseñanza de la anatomía miofascial a distintos grupos de profesio- nales de terapias «alternativas», incluidos profesionales de la inte- gración estructural en la escuela de Ida Rolf, masajistas, osteópatas, psiquiatras, matronas, bailarines, profesores de yoga, fisioterapeutas, especialistas en rehabilitación y entrenadores deportivos de todo el mundo. Lo que empezó literalmente como un juego, una ayuda para la memorización de los estudiantes, se transformó lentamen- te durante la década de 1990 en un sistema que merecía la pena compartir. Animado a escribirlas por el difunto Dr. Leon Chaitow, estas ideas vieron la luz por primera vez en el Journal of Bodywork and Movement Therapies en 1997. Partiendo de los círculos anatómicos y osteopáticos hacia el más amplio mundo de la terapia de las partes blandas, el concepto de que la fascia conecta la totalidad del cuerpo en una red interminable (The Endless Web)50 ha ido ganando terreno. No obstante, también por dicha generalización, el estudiante puede estar razonablemente confuso con respecto a si se debe abordar un hombro rígido rebelde trabajando sobre las costillas, sobre la cadera o sobre el cuello. No existe una respuesta específica para las preguntas lógicas que surgen a continuación: «¿cómo se conectan exactamente?» o «¿están unas partes más conectadas que otras?», pero este libro constituye un intento de responder a estas y otras preguntas formuladas por mis estudiantes. En 1986, el Dr. James Oschman51,52, un biólogo de Woods Hole que ha llevado a cabo una exhaustiva búsqueda bibliográfica en campos relacionados con la curación, me entregó un artículo del antropólogo sudafricano Raymond Dart sobre la relación de doble hélice que presentan los músculos del tronco53. Dart no había desenterrado este concepto de terrenos del australo- piteco de las llanuras de Sudáfrica, sino de su experiencia como un estudiante de la técnica Alexander54. La disposición de las interconexiones musculares que Dart describió se incluye en este libro como parte de lo que he denominado la «línea espiral», y su artículo fue el detonante de un viaje de descubrimiento que condujo a las continuidades miofasciales que presentamos aquí (fig. 1.18). El estudio de las disecciones, la aplicación clínica e interminables horas de enseñanza y estudio de libros antiguos (incluida la fascinante biblioteca de la Universidad de Padua, por cortesía de la Dra. Carla Stecco) ha refinado el concepto original llevándolo a su estado actual. En esta década, hemos buscado formas eficaces de representar estas continuidades para facilitar su comprensión y observación (vídeo 2.2). Por ejemplo, la conexión entre el bíceps femoral y el ligamento sacrotuberoso está bien documentada, mientras que la interconexión fascial entre los isquiotibiales y el gastrocne- mio, que podemos apreciar en la parte inferior de la figura 1.19 se representa con menos frecuencia. Estos forman parte de una continuidad que se extiende de la cabeza a los pies, denomi- nada línea posterior superficial, que hemos extraído intacta en disecciones tanto de tejido fresco como de tejido fijado (v. fig. 1.13). La forma más sencilla de representar estas conexiones es mediante una línea geométrica de tensión que pasa de una «para- da» (inserción muscular) a otra. Esta visión unidimensional se incluye en cada capítulo (fig. 1.20). Otra forma de plantearse estas líneas es como parte de un plano fascial, especialmente las hojas superficiales y la «malla» fascial de la hoja profunda; esta «área de influencia» bidimensional también se incluye en las líneas superficiales (fig. 1.21). Por supuesto, estas cadenas musculares y sus fascias acompañantes constituyen un volumen tridimensional, y esta visión volumétrica se recoge en tres vistas al principio de cada capítulo (fig. 1.22). • Fig. 1.18 Aunque el artículo original de Dart no contenía ilustracio- nes, este dibujo de Manaka muestra el mismo patrón discutido por el primer autor, parte del cual corresponde a lo que llamamos la línea espiral. (Reproducido con autorización de Matsumoto K, Birch S, Hara Diagnosis: Reflections on the Sea. Paradigm Publications; 198833 con autorización.) 13CAPÍTULO 1 Colocación de los raíles Se han desarrollado vistas adicionales de las vías anatómicas en movimiento y se siguen desarrollando para nuestros vídeos (fig. 1.23). Se han utilizado instantáneas de estas fuentes donde se ha considerado que arrojan luz sobre el tema. Del mismo modo, hemos empleado imágenes de acción y bipedestación sobre las que se han superpuesto las líneas para transmitir una idea de su estado in vivo (figs. 1.24 y 1.25; v. fig. 10.1; vídeo 6.25). Aunque no he visto las continuidades miofasciales descritas en profundidad en ningún sitio, me sentí a la vez desilusionado (al afirmar que mis ideas no eran completamente originales) y aliviado (al afirmar que no andaba muy desencaminado) al descubrir, des- pués de haber publicado una primera versión de estas ideas55,56, que algunos anatomistas alemanes, como Hoepke y Benninghof- Guertler, en la década de 1930, en gran parte ocultos tras el Tercer Reich (fig. 1.26)57, habían realizado trabajos similares. También existen ciertas similitudes con las chaînes musculaires de Françoise Mézière58,59 (ampliadas por Leopold Busquet), a quien me pre- sentaron antes de finalizar este libro. Estas chaînes musculaires se basan en conexiones funcionales (pasando, por ejemplo, desde el cuádriceps a través de la rodilla hasta el gastrocnemio y el sóleo, que están conectados funcionalmente en un salto) mientras que las vías anatómicas se basan en conexiones fasciales directas. Los diagramas del difunto anatomista alemán Tittel, más modernos, también se basan en conexiones funcionales, más que en vínculos tisulares reales (fig. 1.27)60. Todos estos «mapas» coinciden en cierta medida con las vías anatómicas y desde aquí se reconocen y agradecen estos trabajos pioneros. Desde su publicación inicial, también he descubierto el trabajo de Andry Vleeming y cols. sobre las «bandas fasciales» y su parti- cipación en la fuerza de cierre de la articulación sacroiliaca61,62 y, especialmente, la aplicación clínica de este trabajo llevada a cabo por la incomparable Diane Lee61,63 (fig. 1.28). En términos generales, • Fig. 1.21 Línea posterior superficial en un plano bidimensional: su área de influencia. • Fig. 1.19 Los isquiotibiales tienen una clara continuidad fascial con las fibras del ligamento sacrotuberoso. También existe una continuidad fascial entre los tendones distales de los isquiotibiales y las cabezas del gastrocnemio, pero, a menudo, esta conexión se secciona y rara vez se representa. (Fotografía por cortesía del autor; disección de los Laboratories of Anatomical Enlightenment.) • Fig. 1.20 Línea posterior superficial en una sola dimensión: única- mente la línea de tensión. 14 14 CAPÍTULO 1 Colocación de los raíles • Fig. 1.23 Imagen del programa en DVD-ROM Primal Pictures sobre las vías anatómicas. (Imagen por cortesía de © Informa UK Ltd (trading as Primal Pictures), 2020. Primal Pictures, an Informa business www. primalpictures.com, www.anatomy.tv) • Fig. 1.22 Línea posterior superficial mostrada como un volumen tridimensional: los músculos y las fascias participantes. • Fig. 1.24 Líneas en acción durante el ejercicio (v. cap. 10). En esta imagen, la línea frontal superficial está elongada, tonificada y estirada por la flexión de la espalda, la flexión de la rodilla y la flexión plantar del pie. La línea posterior superficial
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