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Fase 1 – 	Psicologia basica y psicologia del trabajo
 
 
 
Alumnos:
Nikolas Daniel Lugo
 
 
Grupo: 16
 
 
Universidad Nacional Abierta y a Distancia UNAD
Psicologia basica y psicologia del trabajo
Mayo 2013 
Psicologia basica y psicologia del trabajo
La psicología se ha definido de diferentes maneras. Quizá la definición más sencilla pero la más informativa fue la propuesta hace tiempo por Miller (1966): ”la ciencia de la vida mental”. La vida mental se refiere a tres fenómenos: comportamientos, pensamientos y emociones. La mayoría de los psicólogos actuales estarán de acuerdo en que la psicología incluye los tres. La noción de que la psicología es una ciencia es quizá bastante más controversial. La ciencia implica la recolección sistemática de datos en situaciones controladas, de manera que la teoría y la práctica se basen más en evidencia comprobable que en la intuición del psicólogo. Los objetivos son describir, explicar y predecir comportamientos, pensamientos y emociones. No todos están de acuerdo en que sea adecuado estudiar los comportamientos, los pensamientos y las emociones de forma científica. Hay quien argumenta que la conducta humana es demasiado compleja para ello y que de cualquier Psicología básica y psicología del trabajo forma el comportamiento de los individuos cambia de forma importante cuando están siendo observados o se están sometiendo a un experimento. El enfoque científico ha ejercido una gran influencia en la mayoría de los cursos y la capacitación en psicología, y es tal vez más evidente en el énfasis dado al diseño de investigación y al análisis estadístico en muchos de los cursos universitarios de psicología. La disciplina de la psicología se divide en varias subdisciplinas, cada una de las cuales tiene su enfoque distintivo. Colectivamente puede usarse el término psicología básica. Hay muchas formas de dividir la psicología. Quizá la más útil sea la siguiente: 
■ La psicología fisiológica se refiere a la relación entre mente y cuerpo. Por ejemplo, los psicólogos fisiólogos investigarían la actividad cerebral asociada con determinadas conductas, pensamientos y emociones, o bien, podrían interesarse en los cambios corporales asociados con la sensación de estrés en el trabajo. 
■ La psicología cognitiva se enfoca en nuestro funcionamiento cognoscitivo; es decir, en nuestros procesos de pensamiento, lo cual incluye temas como qué tan bien recordamos información en diferentes condiciones, cómo evaluamos la información al tomar decisiones, o qué tan rápida y precisamente manejamos las preguntas de una prueba psicométrica. ■ La psicología del desarrollo tiene que ver con la forma en que la gente crece o cambia psicológicamente. Incluye cuestiones como cuándo y cómo los niños se vuelven capaces de entender ciertos conceptos, y cómo aprenden el lenguaje. La psicología del desarrollo también está empezando a poner más atención al cambio y al crecimiento durante la vida adulta. ■ La psicología social se ocupa de cómo nuestros comportamientos, pensamientos y emociones afectan y se ven afectados por otros individuos. Los temas incluyen cómo grupos de personas toman decisiones, así como el grado en que las actitudes de una persona hacia grupos de individuos en específico influyen en su conducta hacia ellos. 
■ La psicología de la personalidad se enfoca en la tendencia característica del ser humano a comportarse, pensar y sentir en ciertas formas. Se interesa en cuestiones como la manera en que las personas difieren entre sí psicológicamente y cómo se miden tales diferencias. También reconoce cada vez más que tanto las situaciones como la personalidad influyen en la conducta, los pensamientos y las emociones de un individuo. Por lo tanto, también se pone cierta atención a definir cómo difieren las situaciones entre sí.
Cinco tradiciones en la psicologia
Este enfoque se ocupa básicamente de la medición de las características psicológicas de los seres humanos. Por lo general se supone que estas características, que incluyen el funcionamiento intelectual, son bastante estables. Es decir, la personalidad de un individuo difícilmente cambiará, sobre todo durante la adultez (McCrae y Costa, 1990). Algunos teóricos desarrollaron una tipología de la personalidad, o ”casillas”, donde podría ubicarse a cualquier persona. Un buen ejemplo se remonta a la era de la Grecia antigua, cuando Hipócrates escribió acerca de cuatro tipos de personalidad: flemática (tranquila); colérica (temperamento fuerte e impulsivo); sanguínea (alegre, optimista); y melancólica (triste, depresivo). En la actualidad, los psicólogos a menudo piensan más en términos de rasgos, que en tipos. Un rasgo es una dimensión subyacente en la cual los individuos difieren entre sí. Por lo tanto, en vez de colocar a las personas en una casilla, los teóricos de los rasgos las ubican en un continuo, o mejor dicho, en diversos continuos. Psicólogos de los rasgos, como Eysenck (1967) y Cattell (1965), realizaron un trabajo pionero identificando rasgos específicos a partir de una investigación experimental y estadística cuidadosa. Parte de su trabajo se cubre con mayor detalle en el capítulo 2. Los mecanismos de evaluación preferidos por la psicología de los rasgos son los inventarios de personalidad, que consisten en varias preguntas acerca del comportamiento, los pensamientos y las emociones de las personas. Los mejores cuestionarios son laboriosamente desarrollados para asegurarse de que las preguntas sean claras, y las respuestas dadas a ellas sean estables durante periodos de tiempo corto y mediano (véase también los capítulos 2 y 3). Idealmente, desde luego, uno obtendría información acerca de la conducta real del individuo en vez de mediante informes de su comportamiento. En realidad Cattell, entre otros, lo hizo justo así. Sin embargo, esto suele consumir mucho tiempo. Los inventarios de personalidad son la mejor alternativa y se utilizan ampliamente en la selección y evaluación laborales. La mayoría de los psicólogos de los rasgos argumentan que los mismos rasgos son relevantes para todos, aunque para cualquier individuo algunos rasgos (en especial aquellos donde obtienen puntuaciones elevadas) serán más evidentes que otros en su comportamiento. No obstante, otros psicólogos de los rasgos han tomado una posición bastante más flexible. Hace muchos años, Allport (1937) afirmó que para una persona determinada, algunos rasgos pueden ser cardinales (es decir, dominantes en todas las situaciones), primarios (evidentes en muchas situaciones) o secundarios (evidentes tan solo en ciertas situaciones muy restringidas). Por lo que si queremos predecir la conducta de alguien, sería importante identificar sus rasgos cardinales de personalidad, los cuales serían diferentes para individuos distintos. En los últimos años ha habido un creciente consenso entre los teóricos de los rasgos acerca de que existen cinco dimensiones fundamentales de la personalidad —las llamadas ”cinco grandes” o modelo de los cinco factores (Digman, 1990; véase también el capítulo 2). Estas son: 
1 extroversión, como sociabilidad, autoconfianza; 
2 neuroticismo, como ansiedad, inseguridad;
 3 afabilidad, como conformidad, ayuda a otros; La tradición psicoanalítica trata de explicar por qué la conducta en el trabajo frecuentemente parecería irracional, hostil o autoderrotista. Punto de aprendizaje clave Psicología del trabajo: una guía inicial 11 
4 escrupulosidad, como perseverancia, cuidado, organización; 
5 apertura a la experiencia, como curiosidad, apreciación estética.

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