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EL RACISMO

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EL RACISMO
DEFINICION:
El racismo es una forma de discriminación de las personas recurriendo a motivos raciales, tono de piel u otras características físicas de alas personas, tal modo que unas se consideran superiores a otras. El racismo tiene como fin o como resultado, la disminución o anulación de los derechos humanidad de las personas discriminadas. Apareció en Europa en el siglo XIX con el fin de justificar la supremacía de una supuesta raza blanca sobre el resto de la humanidad.
CONCEPTOS:
El racismo también está relacionado con otros conceptos con los que a veces suele ser confundido, como el etnocentrismo, los sistemas de castas, el clasismo, el colonialismo, la discriminación racial, la xenofobia, e incluso la homofonía.
La discriminación racial es un concepto que suele identificarse con el de racismo y que lo abarca aunque se trata de conceptos que no coincide exactamente. Mientras el racismo es una ideología basada en la superioridad de unas razas, la discriminación racial es un acto que, aunque suele estar fundado en una ideología racista, no siempre esta.
El racismo suele estar estrechamente relacionado y ser confundido con la xenofobia, es decir larepugnancia el odio u hostilidad hacia los extranjeros. Sin embargo existen diferencia entre estos conceptos mientras la xenofobia es un sentimiento de rechazo hacia los extranjeros el racismo está dirigida hacia las razas distintas a la propia.
El Racismo en la Antiguedad
En esencia, el racismo no existía en el pasado, aunque la dinámica social era un tanto complicada. Propiamente dicho, griegos y romanos no practicaron la segregación racial por una razón muy simple: no existía la idea de la raza, de que pueblos tan distantes como los bárbaros en el norte o los persas en el este tuvieran algo en común, que pertenecieran a la “raza caucásica”.
Tampoco consideraban a los blancos como seres superiores. De hecho, cuando miraban al norte donde abundaban las personas blancas de ojos azules, veían a una multitud de bárbaros subdesarrollados. Eso sí, existían ciertos estereotipos étnicos como que “los griegos eran traicioneros”, pero esto no tenía nada que ver con el color de la piel, ojos, cabello o ciertos atributos morales.
Conquistadores y esclavos.
Algo particularmente interesante sucedió en Egipto. Tras la conquista de Alejandro Magno, Atenas dejó de figurar como el centro cultural del mundo occidental y este legado pasó a Alejandría. Al igual que hoy, en aquella época Egipto era un mosaico cultural: personas de tez blanca y negra convivían todo el tiempo. En teoría, las diferencias en el color de piel pudieron provocar algunas comparaciones consideradas racistas. Sin embargo, las cosas no sucedieron así.
En Egipto convivían los nativos, judíos, griegos y personas de África subsahariana, pero jamás ha surgido evidencia sobre una diferenciación entre éstos a partir del color de piel. En aquel entonces, como en cualquier otro lugar, el problema eran los bárbaros: término acuñado para referir a un individuo extranjero de costumbres e idioma distinto.
Sin embargo, la semilla del mal que nos aqueja en la actualidad estaba presente. Invariablemente, el dominio de un pueblo sobre otro se asociaba a la guerra. Los perdedores terminaban convirtiéndose en esclavos de los vencedores, aunque pertenecieran a grupos de la misma “raza”. Es una dinámica social muy cercana a la xenofobia.
Consideraban “inferiores” a los pueblos bárbaros conquistados, destinados a servir como esclavos. Poco importaba el color de su piel.
El origen del racismo.
El racismo hacia los negros apareció más de mil años después. Los grupos africanos recién contactados por los portugueses estaban dispuestos a vender a sus vecinos que esclavizaron en guerras locales. Después, como sucedió con los romanos, la condición de esclavo pasó a ser vista como “inherente” a cualquier persona de raza negra. Así, el racismo surgió a partir del hecho de que los esclavos eran negros, y no al contrario.
En el siglo XIX y XX, diversos científicos buscaron afirmar la superioridad de la raza blanca a través de métodos que hoy pertenecen a la pseudociencia. De hecho, no existen fronteras genéticas claras entre una supuesta “raza” y otra. Desde el punto de vista ciencia y la naturaleza, las razas humanas no existen.

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