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SOBREVIVIR PARA CONTARLO Este libro relata la historia de una estudiante universitaria llamada Immaculée Ilibagiza de Ruanda en 1994, este año dio lugar a uno de los genocidios más impactantes de la humanidad consecuencia del conflicto etnico- racial entre los hutus y los tutsi que se venía produciendo hace muchos años atrás La autora relata que en su infancia no tenia presente las diferencias entre etnias y razas dado que ella pensaba que todos eran iguales, sus agresores eran personas que ella conocía y así mismo la mayoría de las victimas de este genocidio eran varones y los hutus incentivaban generar más odio y sed de sangre, incentivaban a quedarse con las tierras y sus mujeres por cada asesinado; los muertos oscilaban entre 800.000 personas en un tiempo de 3 meses. En este relato se detalla cómo fue la experiencia de la protagonista y la lucha constante contra el temor de ser descubiertas y asesinadas. Ella se encontraba escondida en un baño junto a otras siete mujeres mientras la violencia aumentaba y el conflicto no daba esperanzas de cesar durante tres meses, al salir, estás siete mujeres deben enfrentarse al desastre que dejó el conflicto en donde para Immaculée las consecuencias fueron la muerte de todos los miembros de su familia y la de sus amigos más cercanos. Sin embargo, Immaculée aprendió a vivir con este dolor, perdonó a sus agresores, los aprendió a amar, su resiliencia y valor emocional fueron pilares fundamentales para su supervivencia, está reconciliación que Immaculée expone se traduce a la esperanza que tienen algunas personas frente a situaciones similares en las que el perdón y el amor parecen no ser suficientes para superar los daños que puede dejar una guerra o un conflicto del que fue víctima nuestra autora. Este relato pretende demostrar la capacidad humana de resistencia y perdón frente a la adversidad de la perversidad y la crueldad humana, la historia de Immaculée nos muestra cómo el perdón es posible para personas como lo agresores que le quitaron su familia, sino como el perdón es una herramienta para sanar este tipo de heridas para alcanzar la paz interior y liberarse del dolor dado que este solo nos lastima a nosotros mismos, y es un proceso difícil hacer esa racionalización en nuestro interior, es decir una lucha nosotros mismos y en el caso Inmmaculee ella sobrepuso los principios de Dios sobre todo para llegar a conseguir dicho perdón y así mismo seguir adelante después de experimentar tanto dolor tener la capacidad de sobrellevarlo y no llegar a llenarse de venganza o simplemente no tener ganas de vivir y eso solo se consigue con la fe verdadera y constancia en Dios.
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