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Análisis Literario

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Nació el 11 de abril de 1725 en Ecuador y murió el 15 de junio de 1786 en Italia. Se 
dedicó a ser poeta y sacerdote, sus estudios primarios fueron en el Colegio-
Seminario de San Luis de Quito, ciudad en la cual permaneció más de treinta años, 
fue integrado en la Compañía de Jesús el 11 de abril de 1740 en Pichincha (Quito), 
donde fue ordenado sacerdote en 1754. En el año 1756 fue profesor de derecho 
canónico, retórica y filosofía en la universidad de san Gregorio en Quito. En los años 
1757 y 1759 escribió tres tratados de filosofía y en 1761 un tratado de derecho 
canónico. Partió el 20 de agosto de 1767 a panamá y un año después llegaron a Italia. 
Juan bautista Aguirre fue superior del convento jesuita y rector del colegio en 
ferrara, aquí fue nombrado asesor canónico del arzobispo. El 15 de junio de 1786 
murió a los 61 años de edad en Tívoli (Italia). 
 
 
 
 A una dama imaginaria. 
 A unos ojos hermosos. 
 Breve Diseño de las Ciudades de Guayaquil y Quito. 
 Carta a Lizardo. 
 Décimas a Guayaquil. 
 A una rosa. 
 Soneto moral 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Ojos cuyas niñas bellas 
esmaltan mil arreboles, 
muchos sois para ser soles, 
pocos para ser estrellas. 
 
No sois sol, aunque abrasáis 
al que por veros se encumbra, 
que el sol todo el mundo alumbra 
y vosotros le cegáis. 
 
No estrellas, aunque serena 
luz mostráis en tanta copia, 
que en vosotros hay luz propia 
y en las estrellas, ajena. 
 
No sois lunas a mi ver, 
que belleza tan sin par 
ni es posible en sí menguar, 
ni de otras luces crecer. 
 
No sois ricos donde estáis, 
ni pobres donde yo os canto; 
pobres no, pues podéis tanto, 
ricos no, pues que robáis. 
 
No sois muerte, rigorosos, 
ni vida cuando alegráis; 
vida no, pues que matáis, 
muerte no, que sois hermosos. 
 
No sois fuego, aunque os adula 
la bella luz que gozáis, 
pues con rayos no abrasáis 
a la nieve que os circula. 
 
No sois agua, ojos traidores, 
que me robáis el sosiego, 
pues nunca apagáis mi fuego 
y me causáis siempre ardores. 
 
No sois cielos, ojos raros, 
ni infierno de desconsuelos, 
pues sois negros para cielos 
y para infierno sois claros. 
 
Y aunque ángeles parecéis, 
no merecéis tales nombres, 
que ellos guardan a los hombres 
y vosotros los perdéis. 
 
No sois diablos, aunque andáis 
dando pena a los que vieron, 
que ellos del cielo cayeron, 
vosotros en él estáis. 
 
No sois Dioses, aunque os deben 
adoración mil dichosos, 
pues en nada sois piadosos 
ni justos ruegos os mueven. 
 
Y en haceros de este modo 
naturaleza echó el resto, 
que, no siendo nada de esto, 
parece que lo sois todo. 
 
 
A unos ojos hermosos 
 
 
 
 
Ojos cuyas niñas bellas 
esmaltan mil arreboles, 
muchos sois para ser soles, 
pocos para ser estrellas. 
 
No sois sol, aunque abrasáis 
al que por veros se encumbra, 
que el sol todo el mundo alumbra 
y vosotros le cegáis. 
 
No estrellas, aunque serena 
luz mostráis en tanta copia, 
que en vosotros hay luz propia 
y en las estrellas, ajena. 
 
No sois lunas a mi ver, 
que belleza tan sin par 
ni es posible en sí menguar, 
ni de otras luces crecer. 
 
No sois ricos donde estáis, 
ni pobres donde yo os canto; 
pobres no, pues podéis tanto, 
ricos no, pues que robáis. 
 
No sois muerte, rigorosos, 
ni vida cuando alegráis; 
vida no, pues que matáis, 
muerte no, que sois hermosos. 
 
 
A unos ojos hermosos 
Análisis de las estrofas 
Consonante 
Consonante 
Consonante 
Consonante 
Consonante 
Consonante 
No sois fuego, aunque os adula 
la bella luz que gozáis, 
pues con rayos no abrasáis 
a la nieve que os circula. 
 
No sois agua, ojos traidores, 
que me robáis el sosiego, 
pues nunca apagáis mi fuego 
y me causáis siempre ardores. 
 
No sois cielos, ojos raros, 
ni infierno de desconsuelos, 
pues sois negros para cielos 
y para infierno sois claros. 
 
Y aunque ángeles parecéis, 
no me recéis tales nombres, 
que ellos guardan a los hombres 
y vosotros los perdéis. 
 
No sois diablos, aunque andáis 
dando pena a los que vieron, 
que ellos del cielo cayeron, 
vosotros en él estáis. 
 
No sois dioses, aunque os deben 
adoración mil dichosos, 
pues en nada sois piadosos 
ni justos ruegos os mueven. 
 
Y en haceros de este modo 
naturaleza echó el resto, 
que, no siendo nada de esto, 
parece que lo sois todo. 
 
 
 
Consonante 
Consonante 
Consonante 
Consonante 
Consonante 
Consonante 
Consonante 
 
 
 
Ojos cuyas niñas bellas 
esmaltan mil arreboles, 
muchos sois para ser soles, 
pocos para ser estrellas. 
 
No sois sol, aunque abrasáis 
al que por veros se encumbra, 
que el sol todo el mundo alumbra 
y vosotros le cegáis. 
 
No estrellas, aunque serena 
luz mostráis en tanta copia, 
que en vosotros hay luz propia 
y en las estrellas, ajena. 
 
No sois lunas a mi ver, 
que belleza tan sin par 
ni es posible en sí menguar, 
ni de otras luces crecer. 
 
No sois ricos donde estáis, 
ni pobres donde yo os canto; 
pobres no, pues podéis tanto, 
ricos no, pues que robáis. 
 
No sois muerte, rigorosos, 
ni vida cuando alegráis; 
vida no, pues que matáis, 
muerte no, que sois hermosos. 
 
 
A unos ojos hermosos 
Análisis de los versos 
No sois fuego, aunque os adula 
la bella luz que gozáis, 
pues con rayos no abrasáis 
a la nieve que os circula. 
 
No sois agua, ojos traidores, 
que me robáis el sosiego, 
pues nunca apagáis mi fuego 
y me causáis siempre ardores. 
 
No sois cielos, ojos raros 
ni infierno de desconsuelos, 
pues sois negros para cielos 
y para infierno sois claros. 
 
Y aunque ángeles parecéis, 
no me recéis tales nombres, 
que ellos guardan a los hombres 
y vosotros los perdéis. 
 
No sois diablos, aunque andáis 
dando pena a los que vieron, 
que ellos del cielo cayeron, 
vosotros en él estáis. 
 
No sois dioses, aunque os deben 
adoración mil dichosos, 
pues en nada sois piadosos 
ni justos ruegos os mueven. 
 
Y en haceros de este modo 
naturaleza echó el resto, 
que, no siendo nada de esto, 
parece que lo sois todo. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
El poema se refiere a los ojos traicioneros y hermosos a la ves ya que le 
transmiten luz y aunque no sean soles ni estrellas ni ángeles ni cielo lo 
parecen ya que nunca apagan el fuego del amor que hay en su corazón. 
Habla de cómo estos emiten luz sin ser estrellas, parecen fieles sin ser 
ángeles, sus ojos transmiten tanta luz que no necesitan ser estrellas, ni sol, 
ni cielo, son tan hermosos que, aunque sean traicioneros nunca dejaran de 
emitir luz ni de causar ardores. 
Desde el autor 
El hace referencia a los hermosos ojos de los ángeles que, aunque no lo 
parezcan merecen la adoración de muchos, y que ellos fueron elegidos 
para esto, pero otras personas que, aunque no fueron elegidos al 
parecer merecen todo. El también hace referencia a que muchos nacen 
para ser soles poco para ser estrellas, aquí él se refiere a como personas 
lo son todo, pero nada se compara con tener la naturaleza de ser 
elegidos para ser guardianes. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
En Europa se produjeron grandes conflictos, todos con circunstancias 
sociales, culturales religiosas las cuales acabaron convirtiéndose en 
imágenes o pinturas las cuales representaban a nivel nacional el 
hecho sucedido esto como representación del poder absoluto, en el 
estudio fueron apartándose los nobles ahora tenían oportunidad de 
estudios en universidades y no solo en el empleo laboral militar. Se 
fueron fundamentando los conocimientos humanistas y culturales. 
En América latina fue una época con gran deficiencia económica la 
cual fue causada principalmente por el descubrimiento de América. 
Otro de los grandes factores que provocaron miseria y pobreza 
fueronlas guerras que hubo por el enfrentamiento entre 
protestantes y católicos. Tanto en Europa como en América los 
artistas barrocos utilizaron la diversidad de recursos para sus obras a 
través de metáforas y juegos de palabras y así mismo se fueron 
desenvolviendo con diferentes recursos históricos. 
 
Argumentación comparativa en donde describa tres criterios 
del contexto social (educación, política, arte, etc.) de la época 
barroca entre Europa y américa. 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
XVI -XVIII 
El barroco como estilo 
artístico inicia en Italia y 
se difunde por Europa 
19 de julio 
de 1586 
La orden jesuita llegó a 
Quito, con el propósito de 
hacer una iglesia, un 
colegio y un monasterio 
1587 
El cabildo les cedió a los 
jesuitas un terreno en la 
esquina noroccidental de la 
plaza de la independencia, 
1634 -1 636 
Se realizó el crucero, 
pero las obras cobraron 
impulso con la llegada 
del hermano Marcos 
Guerra 
1770 
La nave central se vio 
abajo con un terremoto 
y fue reemplazado por 
un artesonado barroco

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