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Consumo, ahorro e inversión
En el Ecuador
La suspensión de las actividades productivas en el país debido a la pandemia del covid-19 afectó negativamente a la economía ecuatoriana. Según datos del Banco Central del Ecuador (BCE), en el segundo trimestre de 2020 el Producto Interno Bruto (PIB) decreció en 12,4% con respecto a igual período de 2019, la mayor caída trimestral observada desde el 2000. El PIB totalizó USD 15.790 millones en términos constantes[1] y USD 23.550 millones en valores corrientes.
Gasto de consumo final de los hogares
Este rubro presentó un decrecimiento de 11,9% en el segundo trimestre del presente año en relación con igual período de 2019. Incidieron la reducción del 61,6% de las importaciones de bienes de consumo y la disminución de 16,3% de las remesas recibidas, que pasaron de USD 809,6 millones en el segundo trimestre de 2019 a USD 677,5 millones en el segundo trimestre de 2020. A esto se suma el decrecimiento del 44,7% de las operaciones de crédito de consumo (ordinario y prioritario) otorgadas por el Sistema Financiero Privado y de la Economía Popular y Solidaria.
Gasto de consumo final del gobierno
Los gastos de consumo que realiza el Gobierno General experimentaron una baja de 10,5% respecto al segundo trimestre de 2019. Esto se debe, principalmente, a la disminución del 5,1% en remuneraciones, que totalizaron USD 2.073,1 millones, USD 110,8 millones menos que en el segundo trimestre de 2019. Esto se explica por la disminución interanual del 3,2% en el número total de empleados públicos. También hubo una reducción de 50,1% en la compra de bienes y servicios, que pasó de USD 666,7 millones en el segundo trimestre de 2019 a USD 333,0 millones en igual periodo del año 2020.
Inversiones
La inversión registró una disminución de 18,5%, en el segundo trimestre de 2020 respecto a igual periodo de 2019, lo que se debe principalmente al desempeño negativo del sector de la construcción (-12,7%). Este sector representa alrededor del 70% de la estructura de esta variable.
Exportaciones e importaciones
En el segundo trimestre de 2020 las exportaciones de bienes y servicios disminuyeron 15,7% respecto al segundo trimestre de 2019. Cabe destacar que, pese al impacto del covid-19 en el contexto internacional, algunos productos ecuatorianos tuvieron un desempeño positivo en sus ventas externas anuales: camarón elaborado, 8,1%; banano, café y cacao, de 3,2%; otros productos alimenticios diversos, de 0,2%, entre otros.
En cuanto a las importaciones, estas decrecieron en 20,8%. Entre los productos que presentaron una mayor caída destacan: aceites refinados de petróleo, -22,6%; productos químicos básicos, -11,7%; maquinaria, equipo y aparatos eléctricos, -18,5% y productos de metales comunes, -5,8%.
En Australia.
El consumo de hogares para este indicador, El Banco Mundial proporciona datos para Australia desde 1960 a 2020. El valor medio para Australia durante ese período fue de 56.49 por ciento con un mínimo de 52.94 por ciento en 2020 y un máximo de 59.03 por ciento en 1983.
En 2019 se registró un superávit por cuenta corriente de 7740 millones de USD, en contraposición al déficit que tradicionalmente se venía registrando los últimos años. Esto fue debido al gran aumento en las exportaciones de mercancías, cuya balanza mantuvo un saldo positivo de 52.000 millones de USD en 2019, frente a los 21.253 millones del año anterior. Por su parte, la balanza de servicios redujo su déficit en un 55%, hasta 1.796 millones, frente a los 3.996 millones de 2018. La balanza de renta primaria mantiene un déficit similar al de 2018, con una reducción del 8%, en total 42256 millones en 2019. La balanza de renta secundaria por su parte, aumentó su déficit en 116 millones (más de un 16%), registrando un total de 805 millones en 2019. La cuenta de capital registró en 2019 un déficit de 586 millones de USD, superior al de 2018, de 368 millones. Dentro de la cuenta de capital, la balanza de transferencias de capital arroja un déficit de 588 millones USD. El saldo de las cuentas corriente y de capital presentó un resultado positivo de 7.153 millones en 2019, frente al saldo negativo de años anteriores. Es decir, la economía australiana registró una capacidad de financiación por importe de 7.153 millones en 2019. El saldo de la cuenta financiera se situó en -6.071 millones en 2019.
La aportación de la inversión directa a este saldo bajó un 46% respecto a 2018, hasta 33.247 millones. La inversión de cartera, prácticamente triplicó su saldo negativo, hasta alcanzar 	37.080 millones. “Otras inversiones” sin embargo, arrojó en 2019 un saldo positivo de 3.310 millones.
Las Inversiones en Australia.
Las condiciones de la economía australiana siguen atrayendo la inversión extranjera directa (IED). Tanto es así que la IED se ha convertido en uno de los principales motores del crecimiento de la economía nacional, sobre todo en el sector servicios, que representa más del 70% del PIB australiano. Australia ocupa la 9ª posición en el ranking mundial de países más atractivos para la IED, según el informe de A.T. Kearney’s 2019 sobre el Índice de Confianza para la Inversión Extranjera (baja un puesto respecto a 2018). El informe destaca la sólida economía del país con la sucesión más larga, 29 años sin recesión, entre los países de la OCDE. Además, lleva cerca de una década dentro del top 10 del ranking. Sin embargo, el informe señala el cierto riesgo que pueden generar las presiones bajistas del dólar australiano y la ralentización del mercado inmobiliario. Los flujos IED aumentaron un 39% del 2017 al 2018, de acuerdo a United Nations Conference on Trade and Development (UNCTAD), lo que ha supuesto que Australia sea el octavo destino con mayor inversión en términos de IED total. Ocho del top 25 de inversiones en el país estuvieron relacionadas con el sector energético y la minería. Además, Australia es considerada por los inversores internacionales como el 5º país en el que las expectativas optimistas superan a las pesimistas con mayor margen.
Según datos del Australian Bureau of Statistics, en 2019 el nivel de inversión extranjera acumulada en Australia alcanzó los 2.900.000 millones de USD. En este periodo esta inversión ha crecido en 210.000 millones USD, lo que ha supuesto un 8% más con respecto al 2018. El principal país de origen de la inversión es EEUU con una inversión de 74.000 millones de USD (26% de los flujos totales), seguido de Reino Unido con 516.000 (18%), Bélgica con 262.100 millones de USD (9%), Japón con 181.100 millones de USD (6%) y Hong Kong con 105.700 millones de USD (4%). De acuerdo con el Departamento de Asuntos Exteriores y Comercio, en el nivel de inversión extranjera directa acumulada por sectores, destaca la minería con 270.500 millones de USD (35,3% del total) seguido a gran distancia por la industria manufacturera con 99.000 millones de USD (12,9%), y los servicios financieros con 85.200 millones de USD (11,1%).
4. Politica Fiscal y sus repercusiones.
El principal objetivo del gobierno federal australiano en materia fiscal ha sido la paulatina reducción del déficit presupuestario hasta alcanzar su equilibrio y, posteriormente, el superávit de las cuentas públicas. En particular, la estrategia a medio plazo anunciada en abril de 2019 consistía en alcanzar un superávit presupuestario para el año fiscal 2019-20 (del 0,4% del PIB) y generar excedentes presupuestarios a partir de entonces (0,5% en 2020-21, 0,8% en 2021-22 y 0,4% en 2022-23). Además, en el presupuesto para ese ejercicio se identificaban cuatro prioridades: lograr el superávit de las cuentas públicas, crear más puestos de trabajo, reducir la carga impositiva y garantizar los servicios públicos fundamentales como Medicare, educación, hospitales y transporte. Por el lado de los ingresos, el gobierno preveía una simplificación del Impuesto sobre la Renta (se contemplaba una reducción de tramos de cuatro a tres para el ejercicio 2024-25) y en el ejercicio 2019-20 se incluía una bajada de impuestos para las rentas bajas y medias(de menos de 95.000 USD) con un ahorro de hasta 811 USD. Con el propósito de disminuir la carga fiscal de las PYMEs, el gobierno contemplaba asimismo la continuidad de las deducciones sobre la base imponible que se venían aplicando y se esperaba que el tipo aplicable se redujese del 27,5% actual hasta el 25% en el ejercicio 2021-22. Además, se amplió el límite de facturación máxima para ser considerada pequeña empresa desde 25 a 50 millones AUD (entre 18 a 37 millones de USD). Por el lado del gasto, se estimaba que éste se situase en torno al 25% PIB.
Además del mantenimiento de los servicios públicos fundamentales (sanidad y educación), así como otras medidas previstas en el ejercicio, es destacar especialmente el gasto en inversión y, en particular, el programa de gastos en infraestructuras. En el ejercicio 2019-20 el proyecto de presupuestos incluye 17.000 millones de USD para inversión en infraestructuras de transportes y un incremento de este gasto hasta los 75.000 millones de cara a los próximos 10 años. Sin embargo, esta estrategia se ha visto interrumpida por la propagación del coronavirus en el país, situación que ha obligado a las autoridades gubernamentales a adoptar un potente paquete de 14 medidas para hacer frente a los efectos de las actuaciones sanitarias adoptadas para contener los contagios.
Si bien la economía australiana se ha caracterizado por su flexibilidad y capacidad de resistencia, ésta ha venido enfrentándose a una serie de desafíos de carácter estructural como son su modelo productivo –en fase de transición tras el boom de la minería-, la alta concentración de su base exportadora en pocos productos de bajo valor añadido y la alta dependencia de sus exportaciones a China, o el lento crecimiento de la productividad. Se espera, además, que tras los shocks se produzcan cambios estructurales que afecten al comportamiento de los agentes económicos y a la estructura productiva del país. A este respecto, el gobierno federal australiano ha venido avanzado algunas de las reformas para sentar las bases de la recuperación económica del país a medida que vaya revirtiendo el programa de estímulo fiscal articulado para hacer frente a la paralización de la actividad económica durante la pandemia. Esta agenda de reformas quedará plasmada en el denominado JobMaker Plan cuyo principal objetivo es generar empleo. Según anunció el Primer Ministro australiano, las reformas contempladas en el plan afectarán a ámbitos como la política energética e industrial, I&D, educación superior, economía digital, infraestructuras, desarrollo regional, reforma tributaria para apoyar la creación de empleo e inversión, reforma de las administraciones y, sobre todo, a ámbitos como la formación profesional y el marco de funcionamiento de las relaciones laborales (industrial relations).
	En el Ecuador. 
Propender hacia la ruta de la sostenibilidad fiscal, a medida que se afianza la recuperación económica, ayudará a recomponer los márgenes y espacio fiscal, para la aplicación de políticas y a reducir la carga de la deuda sobre las generaciones futuras. La desaceleración de la economía interna, la falta de liquidez, además del aumento del desempleo, determinaron restricciones para una demanda normal de productos de consumo que no sean alimenticios. De igual manera las empresas, por la menor demanda interna y la incertidumbre sobre la duración de la emergencia, redujeron o suspendieron inversiones y compras externas, lo que se refleja en la contracción de las importaciones de equipo de transporte (72,4%), materiales de construcción (53,7%) y bienes de capital agrícola (29,6%) e industrial (28,7%).
La Cuenta Servicios presentó un déficit de USD -286,1 millones, mayor al observado en el segundo trimestre de 2019 (USD -140,9 millones). Este resultado se produjo porque el flujo de las exportaciones de servicios se redujo en USD 645,4 millones y las importaciones en USD 500,3 millones, debido principalmente a la emergencia sanitaria por covid-19 a escala mundial. A pesar de que todos los rubros de servicios se vieron afectados, la cuenta Viajes registró un mayor impacto debido a la disminución del ingreso de turistas extranjeros al país. Según cifras del Ministerio de Turismo, en el segundo trimestre 2020 el ingreso de turistas al país se redujo en 98% respecto a igual período de 2019.
A partir del año 2021, se aplicará un plan financiero, para mejorar la gestión de la caja y el endeudamiento público, mismo que será conservador en su preparación, para mitigar los riesgos asociados a los frenos repentinos de los flujos el financiamiento. Esto, a la par de una reversión oportuna del gasto, priorizando las erogaciones derivadas de la pandemia, se constituyen en un elemento esencial para reducir la deuda hacia el umbral de deuda del 57% del PIB para finales de 2025. Una reforma fiscal progresiva, equitativa y eficiente, enfocada en la movilización de ingresos permanentes hacia el mediano plazo, será parte de una estrategia fiscal creíble para los siguientes años, en la medida en que el gasto, alcance niveles que permitan la reducción de las presiones de liquidez y fortalezcan la solvencia de las finanzas públicas.
Las estrategias que realizará Ecuador para poder cumplir con los retos de mejoramiento de la política fiscal según el Ministerio de Economía y Finanzas: 
1. Establecer una estructura deseable y factible del stock de la Deuda Pública a partir de un análisis de costo y riesgo y definir el camino para el alcanzar dicha composición objetivo. 
2. Obtener recursos en condiciones de plazos y costos favorables, enmarcados en riesgos tolerables y controlables. 
3. La estrategia toma en cuenta las alternativas y costos de acceso al crédito en los mercados de capitales, préstamos bilaterales y organismos multilaterales, y debe guardar consistencia con las necesidades de fondeo derivadas del programa fiscal y macroeconómico y el manejo adecuado de la liquidez del Gobierno.
Una parte importante de la gestión de deuda es la administración de obligaciones financieras ya contraídas, atendiendo al perfil de vencimientos de la deuda pública. Para ello, se busca optimizar el perfil por plazos y tasas del portafolio de deuda soberana a través de operaciones como las de manejo de pasivos, que reduzcan el riesgo de refinanciamiento y el costo promedio de la deuda, se dará principalmente en el apoyo a la crisis de salud, la protección social y que tienen grandes cuentas por pagar a otras entidades públicas, como los gobiernos sub- nacionales. 
La estrategia de endeudamiento en el corto plazo, se enfoca en la aplicación de medidas de consolidación fiscal y reformas estructurales que permitan al país, el retorno a mercados de bonos internacionales, hacia el año 2022, de una manera predecible y ordenada.
Basado en el análisis entre Australia y Ecuador, podemos determinar que Australia tiene una mejor política fiscal, basado a la apertura de sus mercados hacia el exterior y teniendo como aliado estratégico a China que es actualmente la mayor importadora de los productos Autralianos, se tiene una mejor cobertura de los servicios básicos como Salud, Educación y MEDYCARE (seguro médico), trabajando en prevención de la salud, adicional tiene una política de cambio de la matriz productiva activando los productos con un valor diferenciador; sus subsidios están bien enfocados para sus ciudadanos; tiene una fuerte política de migración, a pesar de la gran apertura de sus fronteras para la atracción de nuevos ciudadanos, los mismos deben de cumplir varios factores para ingresar a Australia, a diferencia que en Ecuador que tiene una floja politica de migración y poca focalización de subsidios, con respecto a la política de cobertura de servicios básicos en Ecuador ha fracasado en la cobertura por la corrupción, adicional del poco trabajo en prevención de salud.

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