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4. EL NACIMIENTO DE LA CIUDAD-ESTADO AIUSTÓCRATAS. ESTIltI'ES y I.A FASE «ORWNTALl7..ANTE» D~Jnlllte el siglo VIII a.e. las comunidades del Latium Vetus experimen- taron una transformación gradual. Durante casi toda la fase lacial 111 (c. 770- 730n20 a.e.) no se produjo ninguna ruptura radical en el modelo de villa (o muerte) cotidiana. Cabe hablar de un incremento 'constante del volumen de la poblllcicín y de una consolidación de los as~n~amientos nucl~ares que habían venido desarrolhíndose en los lugares mas Importantes a fmales de la fase anterior. El aumento de la calidad y la cantidad de los materiales encontrados en las necrópolis del Lacio alude a una mejora general de los niveles de riqueza y prosperidad. Debió de darse un incremento de la pro- ductividlld. provocado en parte al menos por la mejora de las técnicas agrí- colas. De este perIodo datan los primeros vestigios de policultura -esto es el cultivo de vides y olivos-, y tenemos testimonios de un incremento d~1 trabajo especializado. A comienzos de la fase lJ I hace ~u .al~aricicín. por vez primera la cerámica fahricada al torno y, llUnque al prmelplo los eJem- plares son bastante raros, a finales del siglo VIII esta técnica se había con- vertido en la habitual, desplazando en huena p .... le al ;"'1'11,\'10 casero. Para entonces la alfarería se hllbía convertido en un oficio especializado inde- pendiente" . '.. . Las líltimas décadas del siglo VIII fueron testigos de una senc de clllllhlOS radicales cn la estructura social, que se hicieron aún m:ís pronunciados du- rante el periodo orientalizante (fase laciaIIV). La aparición en esta época de muestras de riqueza excepcional en algunas tumhas habla de que estamos en los albores de una estratificación social permanente y de la creación de una aristocracia dirigente. Esos cambios nos los documentan, igual que antes, los testimonios procedentes de las necrópolis, las más importantes de Ins cuales son las de Oslcria dell'Osa, La Rustica, Laurentina, la necrópolis del Esqui- lino en Roma y, sohre todo. la de Castel di Decima, yacimiento descubierto en 1953. pero que no fue explorado sistemáticamente hllsta los años setenta, cUlInd(l fueron excavadas cientos de tumbas correspondientes al período oricntali7.ante (1'. 7311-5;ql) a.C.). Los materiales procedentes de Decim:\ toda- vía no han sid" pllhlic:lCloc;. pero alp,unos informes provisionales y la puhlic¡l- ción de las tmubas mas importantes nos permiten vislumbrar la fabulosa ri- queza de su clase dirigente.~ . ' . . Los enterramientos más ostentosos contienen ncas Joyas y tesoros en forma de trfpodes de bronce, calderos, armaduras y carros. También se ,hn~ encontrado fragmentos de platos de oro y plata. Entre los rest?s de ceranll- ca de importación te'nem~s testimonios de vasos p~otocorint~os, bl/ccllero etrusco y :lnforns fenicins. Los énterramientos mÁs ncos han Sido compnra- dos con las (,tumbas principescas» (1OlIIbe prillcipesche) de Prenes!e, ex~av.a das en el siglo XIX y expuestas en la actualidad en el museo de Villa GlUha, en Roma (véase la figura 10).3 , Podelllos efectuar una breve descripción de nlgunn de Ins tumbas mas notahles de Dec .. ima que'ha.n Sid.O. publicadas en su totalidad o ~n. parte. _La I tumba XV es el enterramiento de un guerrero que da.ta de los ulllmos anos. del siglo vli~,J:~j difunto"c'fa Uli hombre relativamente joven tlue fue ent~rra Jo con numerosos ornamentos personales de plata y bronce, armas de hlCrro y un carro. El tesoro que lo acompañaba constab~ ,de dos t.rfpodes, nU~1e~'o sos recipientes de bronce y una importante colecclOn de objetos de cer,uTIlca de importación, entre ellos un ánfora fenicia para vino y cinco vasos griego~. La tumba CUU, en la que estaba enterrada una mujer, es una de las más n- cas que se han descubierto hasta la fecha. Los artículos de bronce ~ de ce~a mica fina ascienden a cerca de noventa objetos, y entre ellos cabe citar vanos juegos de bllcchero sotti/e, especialidad de cerá~ic~ fi~a de barniz negro. El rasgo más singular de esta tumba es la extraordmana riqueza de los adornos personales que llevaba el cadáver, literalmente cubierto de pies a cabeza de joyas de oro, p1ata y ámbar.4 • • ~ La joven enterrada en la tumba q llevaba unos adornos del mismo esta-J lo. ¡mnque un poco menos ricos, y fue' enterrada junto con un carro. Es este uno de los múlliples ejemplos de tumbas de mujer encontradas en el Lacio que contienen carros. El fenó~.~!l.9Jesulta int~resante por cuanto indica que el carro era una señal de rango, y no un mero IIlstrurnen!o de guerra. El arte ctru~~c(}~iillesira procesiones de carros, quc evidentemente tenían una fun- ción ceremonial. También en Roma los carros eran utilizados con m(}tivo de la celebración de los triunfos. Existen asimismo indicios de que el carro era una señal de realeza. Al hablar de la época de los reyes, líto Livio comenta clue las mujeres de la familia real recorrfan la ciudad en carro (Livio, 1.48). Mas tarde el uso del carro dentro de la ciudad se convirtió en un privilegio reservado exclusivamente a las vírgenes vestales, a las que Mornmsen consi- deraba el sucedáneo republicano de las hijas de los reyes.s De ser asr, da la impresión de que se vería confirmado el carácter regio de esta prerrogativa. Partiendo de este presupuesto, los arqueólogos han denominado a la tumba el de Decima «Thmba de la Princesa». Sea como fuer.e, lo importante es que" al parecer. las mujeres gozaban de un estatuto relativamente alto en la so- , ciedad aristocrática de este período, hecho que dejarla rastros en las tradi- I ciones y costumbres romanas de época posterior. ._. En general. la documentación supone la formación de una aristocracia 1 -_ .. - -~. '-'--.. ' . . '. 4. EL NACIMIENTO DE LA pUDAD-ESTADO Allr~llk~'\T'\~, rsrrltr'r:..c:: v .. ,\ I'A5('. "ORII!NTALl7.,\ NTli .. O;lran le el siglo VIII a.e Ins comu niuadcs del Lntium Vetus experilllcn- tnrnn un., trnnsrormnción gradual. Durante casi toda In fnse lacinl 111 (r', 17()- 730f120 a.e.) nu se produjo ninguna ruptura radical en el IHUlJdo de vida (o muerte) colidinnn. Cnbe hahlnr de un incremento 'constnUle del vol limen de la poblnción y de una consolidnd6n de 105 as~n~nmiea los nud~nres que hahían venido dcsnrrnllñndnsc en los lugn res mas unportanles n flnalel\ de 1" fnsc lmte rior. El aumento li t! la calidad y la clln tidlld de 105 materiales encontnulos c-n Ins Ill'c rlipolis del Lacio a lude a una mejora gencnrl de los niveles de riqllcza y prosperidad. Dehió ¡Je darse u.n incremento d.e la pr~ duetividnd. provocado en parte al menos por la mejora de Inl\ t ~cmcas agn- coln.~. De elile perfodu datnn 105 primeros vestigios de policullura -eslll es, el cultivo de vides y olivos-. y tenelllUl\ l('slll11oni"s dc UII in:r~~ncntu del Irnb:lju espcchlli1.ndo. A comie nzos de la fase 111 hace su "paTlcroll pur ve"1. primera In cerfimica fllhricada ni torno y, llunque 111 princi pio los ejem· pla rcli son hastante raros. n finalcs del siglo VIII estn lécnicn lile hnllía CIIII - vertido eu la hahihml , despl:l:l.lUldo en hUClnl parlc 1, 1 ¡"'Im.\.". ca~ru. !'¡Ira en",nec~ 1:1 ¡l lfnrerln li:e hllhfil cunverlidu cn un ofit"io eS[1Ccinli".lldu imlc· 1"lClldicntc.' . ' . Lus li ltilll llli: décndu5 dclsiglu VIII fuertln l e5tl~os de una senc de ClIllIhlfllC radica1c§ en la estruclura socinl, que se hicierOll lHín nu\.~ prUlIUnciadlll\ du- rn nte el pe riodo tlrientnli1.1lntc (rnsc lnciaI IV). L, ap",icic'm en esla épocn de rnuc~trn.~ de riqucza e:tcepcionnl en I'I lgun as tumbas habla de que estamos en 1m nlhtlfcs de una estralificllción social permanente y de la creación de unfl ari!'lh lClacia diri&cl1 te. Esol\ cnmbios nos los documentan, igual que anles, los Ic~t i l\lIIn ill .. ~ procedcntcs ue las necr6polis, las más imrortanlcs de las cuales Sllll l a~ elc Chtl"rin dell'Osa, Lo RlL~ t icn, u urent ina, In necróllOlis ¡Jc l E..'llui- liulI CII RUllla y, suhre Inuo, la de Cnste l di Dedma.y"cimielllo descubierto en I CJ.'iJ, perll ' lile 11 (1 fue explurndo sj~ t ernálicnmenlc Imslu los afias ¡¡c lenla , CllllllclCI fll cn '!I cxt::a\':l lla.~ cientos de lumhali oorrcsr(Jnd ienlc~ al pcrlodu oricnta li7.llllle (1-. 7JtI-.s:·~1I a.c..). Ln.~ IIInteriale~ prncedcnl cs de Dccimn Iflf.llI - vfa nlllr:m ¡:¡, I" I'uhlil':ltln ... pt:rn :11J!,unCls infnfllles provisinrmles y la puhlica- ción eJe las tumbali m~s importantes nos permiten vislumbrar In fnhulosa ri - ' lue1 .. 1 de su clnlle dirigente.~ . . , LOl\ enterramientos más ostentosos contienen rrcas Joyas y leSorOJi en forma dt: trlpode.<¡ de bronce, c81deros, armaduras y carros. Tambi¡l!n se ha~ ellcontrauo fragmentos de pla tos de oro y plata. Entre los n~st~ de ceráml- cn de importación t e'n em~s testimonios. de vasos p~otocorrnt~os, bllccl,trO CITUl\C(l y :\ rrfoml\ fenicia5. Los énlerrllmlcntos mlis nco~ hnn ~Ido compara- dus cun I;ls .. Iulllhas principescas .. (IOm be pri/ldpuclle) dI: Prencste. excava- da~ en el siglo XIX y expuestas en la actualidad en el museo de Villa Giulia, en Romn (v¿ase In figura 10).] , ¡'mJelllol\ efectUAr ulla hreve descripción de algunA de las IIImb:!s mos notobles de Decimn que'han sido publicadas en su totalidad o ~n. pMte. ~ I tu mha XV es el enterramiento de un guerrer~ que data de los ultimas año~ tlel si lu Vlil.-EI difunlo~e'ra un hombre re lativamente joven que fue enterra- o con numerosos ornamentos personnles de platn y hronce, :trOlas dc hierro y un ca rro. El lesoro que lo acampanaba constaba de dos trlpodes, nume~'o · l\t1l\ recipicn tes de hronce y una ¡1llporlan~c. colecci()!1 ue o~jdus de eer~mlC":r de importación, entre ellos un ánfora fe OLcla para VinO y CIOCO vasos gn~go~ La lumba CLlII , en la que estaba enterrada una mujer, es ulla de las más 11- cas que se han descubierto hasta la lecha. Los artlculos de bronce y de cerfi- mica filia ascienden a cerca de noventa objetos, y entre ellos cabe citar val'ios juegos ue bl/ce/leto so//ile, especialidlld de ce rá~ic~ fi~a do! barniz negru. El rasgo mfis singular de esta tumba es la extraordinaria riqueza de los adornos personales que llevaba el cadáver, litera lmente cubierto de pies a cabeza ue joyas de oro, p'la ta y ámbar.~ , .' Ln jovcn enterrm.ln en la tumba Clllcvntra unos adornos del mismo estt-] \11. llunque un poco menos ricos, y fue' enterrada )unto con un carro. Es es~e uno de los múltiples ejemplos de tumbas de mUjer encontradas en el LaCIO ((ue contie nen carros. El !en6'!!~.!!.'Hesulta interesante por cuanto indica que el carrn e ra un a ~ci1a l de rll ago, y no un mero in.~truOlenlo de guc rra. El arte ctiü~c.U"lUe¡¡¡na prucesinnc.'i ue carros, que evidentemente leninn ulla fun · ción cercmonial. Till)\hi~n en Romll los carros eran uliliullJOS coo motivo tle 111 celehraci(m ue los triunfos. Existen 3simismo indicios de que e l enrro era milI l\enlll (le renlc1.a. Al hablar ue la 4!poca de los reyes, lilo Uviu comcnta que Ins nmjcrc5 de la familia real reconlan la ciudatl en carro (Lívio, 1.48). Mfis tarde e l uso tlel carro dentro de la ciudad se convirtió en un privilegio reservado e)(cl u~ivamen te a las v[rgenes vestales, a las que MoOlmsen consi- deraha el sucedáneo republicano de las hijas de los reyes.s De ser asr, da la inrrresiún de que se verla confirmado el carácte r regio de e.sta prerrogativa. Partiendo de este presupuesto, los arqueólogos hlln denonullado a Illtumbn e l de Dccimn .. 1\rmba de la Princesa .. , Sea como fuere, lo imporlflOte es que, \ ni pnrecer. Il1s mujeres p.o1.n han d~ un estatuto rel~tiv[)men te alto en In s~ cieunu nristocrfilicn de e.~ l e periodo, hecho que deJluln raslroll en las trnul- J dones y cOl\lumhres roman"s de epoca pOl\terior, r- En generol, la documeotación su pone In fo rmnci6n de lIon arislocrtl.cla 1 110 I.OS ORfCiENES IJE !lOMA Fu;p,n 1", ()hil'IoS prnl'l'llcnlt's dc 1:1:; .I\IInh<lS rrincirc~c:I~" dc Prcncslc: ti) rihu- la de !Ir,,: /,) ,'lIl'IIt'" ,1.- 1,lal:1 dorada: el l:íl11in;¡ dc Innrril con m,,'livos cgirliznl1lc~ (/l.l\1~co N:lli"nalt, di Villa (¡inlia), " , I I I EL NACIMIENTO DE LA CIUDAD-ESTADO 111 rica que logr6 concentrnr en sus manos el excedent_e~e .I!l comuni~~.sI Y.Rl?r~ pett~1~,~,:"hcieillú¡:¡f'ia trnvés de la- Ilereñda: Uil'rasgo cüríoso de la necróP9¡"'! ~de Decimñ e~ que ¡¡Igun¡¡s tumbas están agrupadas de un¡¡ maner¡¡ que pa- rece deliberada. Se han logrado determinar siete grupos de ese estilo, cada uno de los cuales contiene una medi¡¡ de tres tumbas. Result¡¡ sorprendente que entre algunas tumbas pertenecientes a un mismo grupo haya ¡¡ veces una distancia cronológica de más de veinticinco años; esta circunstancia parece indicar que el recuerdo de los difuntos se perpetuaba en su tumba durante un Inpso de tiempo hmitante considerable. Una situación análoga podemos observar en Laurentinn, donde las tumbas aparecen dispuestas en diferentes grupos, formando aproximadamente círculos, con uno o dos enterramientos especialmente ricos en el centro, rodeados de otros mcts modestos. ~ E!;tos ejcmplos pueden considerarse precursores de la tumba de falsa cú- pula o de cámara, especie de túmulo familiar en el que se depositaban suce- sivos enterramientos. Las tumbas de cámara se generalizaron en Etruria du- rante la segunda mit¡¡d dcl siglo VII, y ahora conocemos también varios casos t'n el I.acio. por ejcmplo, en O~lcrin dell'O!;:t yen Tnrrino. cerca de LUllren- tinn: cn :tmho!; lugares !;c h,m descubierto tumbns que contienen unos doce enterramientos.1 Por lo menos se ha identificado una de esas tumbas de cá- nwra en la propia Roma (tumba 125 de la necrópolis del Esquilino). y otnis varias en Sátrico. entre las que destaca la tumba II (finales del siglo VII). Con- tenfa por lo menos cuatro enterramientos y se hallaba ricamente provista de armas. objetos de bronce y cerámica de importación, por Jo que podrfa aña- dirse a la serie de tumhas principescas del Latium Vetus.R La finalidad de I¡¡s tumbas de cámar¡¡ era poner de relieve y perpetuar la solid:tridad fal11i1i:tr. y su aparición ha ~ido considcrada como una prueba de In importnncia que alcanzaron en esta 'época las familias patriarcales en sen- tido lato o estirpes. En época histórica la estirpe (gens) era un grupo familiar de ascendencia patrilineal cuyos miembros (gentiles) afirmaban descender de IIn antepasado común. Esc antepasado común, ya fuera real o ficticio. que- daha reflejado en el ~istema de nomenclatura. Cada miembro de una gellS te- nía dos nomhre!;: el nombre propio o prnellomen (por ejemplo. Marco, Tito, Sexto. etc.) y un nomhre de familia o IIOlllell genlilicium, que a veces adop- taha la ftlrm¡¡ de patronfmico (o sea. por ejemplo. Marcio, 'ncio, Sextio, etc.). Podcmos asf compararlos con los nombres de los clanes escoceses: MacDo- nald. MncGrcgor. etc." La importancia de las estirpes en la org¡¡nización social de la Italia pri- mitiva es ohjeto de vivo dehate desde hace mucho tiempo, Se trata de uno de esos terrenos en los que el volumen de la hibliografía especializada es des- proporcionadamente mayor que los escasos testimonios con los que real- mente contamos. No es posible ni vale la pena analizar aquí en detalle las modernas teorías existentes a este respecto: baste con bosquejar brevemen- te los puntos que razonablemente cabe considerar mejor fundados. En primer lugar. la institución de la gells no era exclusiva de Roma, ni ~ quiera del L1cio. Muchos pueblos itálicos conlaban también con gen/es. en- ,- '~ -'",,:"" -,~ -' ~ --...,.-~ -~ 110 n , N"CIMIENTO Oll: LA CIIJO"O-EST"OO U1 rica que lu~~~~r~_n"::,!1t~:,r _~n ;o;us l~a.~os_~1 ~~~c:~_~!'l~ ~~}~r,~omu_n¡~~. y pc;r: . pctuar:<iu hegel1mn!a ~ tmvés tic In herencia. Un rasgo cunoso de la necrópo- I ririreÜc-é il1"~ e~ que ~lgunl\:O; tumbas e:<ilfi'n ngrupadns de una manera que p~ rece uelihe,raua. Se hnn logrado determinar siete grupos de ese estilo, cada uno de 10:0; cu"lcs contiene unn media de tres lumbas. Resultasorprendente (lue entre. nlguna!! tumbas pertenecientes a un mismo grupo haya a veces una lli~tancin cnmológicn de má:o; de veinticinco años: esla circun~t .. ncin parece imJicnr que el recuerdo de los diruntos se perpetuaba en su tumba durAnte un l .. p~o tic tiempo h¡t!;lanle considerable. Una situación análoga podemos observnr en t..,urenlinn. donde las tumbas apárecen dispue.<;lns en diferentes grupo!;. formnndo aproximadamente círculolt, con uno o dos enterramientos e:o;pccinlmcnle ricn:o; en el centro. rodeados de otros m~s modestos.~ E:'1lo!\ ejemplo!! pueden considerarse precursorcs de la tumba úe falsa cú- pulil o de c~m"ril. especie de túmulo familiar en el que se depositaban suce- sivm enterTilmientos. I..l\!\ lumbns de cómnfil se genernli1:aron en Elruria du- rnnte la se-gunda mitl\d del siglo VII. y ahora conocemos también varios casos ~'11 el I .ade>. p"r l·jemr!n. cn Osleria lIcIl'OS:1 y cn 'Ihrrino. cercn de I..llmen· ,ilm: en mnlm.~ lugare:<i .~e han dcscubierto Itlmbns que contienen uno:r; doce enlcrramiento~.1 Por lo menos se ha identificado una de esas tumbas de d· mart! en la propíil Rom .. (tumba 125 de la necrópolis del E:<iquilino). y olrus vatia~ en S~trico. entre las que destaca la tumba II (finales del siglo VII), Con· ten! .. por 10 menos cU<ltro enterr .. mientos y se hill1aba ricl\mente provist .. de ilrm(l~. objetos dc bronce y cerámica de importación, por lo que podrfn aña- dirse .. 1<1 serie de lumhas principescas del Latium Vetus.~ L., fin .. lid<lU de I<ls tumhas de cámar<l er<l poner de relieve y perpetuar la ~nlillaritl:ld familiar, y Sil ap<lrición ha sido considcmda como un .. prueba tle , la imporlancin Il\le ¡,1canJ.nTon en esta época las r<lmilias patrimerllc5 en sen· litio l<lt(1 o estirpes, En épOCil hi;o;lóricn la estirpe (gcII.r) em un grupo familiar dc Olsccndeneia p .. t riline,,¡ cuyos miembro. o; (gcllfilf!s) .. finnab"n descender de un :m'epa~adf) cOlmin. E~ <ll1tcpmmdo común, ya fuera re .. l o ficticio, que- daha rencjado en el sislem .. de nomenclatura. Cl\d .. miembro de una gClIs te- nía um nnllllJrcs: el nombre propio o prnellml1CII (por ejemplo. Marco, lito, Se:"lto. cte.) '1 un nmnhre uc: fnmilin o IInlll('1I 1{c!nfi/icium, que a Yece.~ adop· lah .. In r(lr!ll<l de p .. 'ron!mico (o ~ea, por cjemplo. M¡lrdo, 'licio, Sextio, ele.). Podemos ":<i! cmnpMnr10s con los nombres de los clanes escoceses: MacDo- na Id. MacGrcgor. etc." La importanci .. tic ¡m¡ estirpes en la org<lnb:nción sod .. 1 de la Italia pri· mitiva e~ obje-to de vivo dehate desde hace mucho tiempo. Se Irala de uno de cm~ tcrrcntl~ en los que el volumen de la hibliograffn espccia1i7.ada es des- pl"llporcionadolncnte Inayor que los escasos testimonios con los que real- mente cnntnmOli- No es posible ni vale In penn analizar nquf en detalle las I1lmlcrna.<: tcorías cxi.<:tcnte~ a este re~peclo; basle con bosquejar brevemen- te los punto:<i qUe razonablemente cnoe c;on~iderl\ r mejor fundados. En primer lugar. la institución de la gc/U no era exclusiva de Roma, ni:' quiera del L.,óo. Muchos puehlos itálicos contnhM tnmbién con 1{l!lIr(',t. e-n- - 11 .:' {rc ellos los elruscos, cumo demuestran las inscripciones que prueh:1n que la coslulllbre de los dos nombres estaba difundida por toda la penfnsula. En se- ~ulldo lugar, el sislem:1 genlilicio :1barcaba a lodas las clases sociales. Todos ~ los rOlllanus de condición lihre, independienlemenle de su rango, poseían un l b"lilicio. y parece que así era desde el período nrcaico. Algunos especi:1lis- as s(lslienen que hahría habido tina época en la que sólo los plllricios ha- hrían lenido eslirpe. o en la que por lo menos no la h¡¡brran Icnido los ple- heyos: pero no exislen pruehas de ninguna de eslas dos lesis (que no son exaelamenle la misma). En las nhras más recienles solemos enconlrar frases del siguienle tenor: "pleheii genles non hahenl» ("los ph!heyos no lienen es- lirpe»). pero dichas expresiones, ntmque :1pare7.can en laUn, son elahoracio- nes I\lodernas y carecen de loda aulorid:1d IInligua.1U O En lerccr lugar. sabemos tlue lu gens se convirlió en un rasgo hien arrai- gauo de la csiruclur:l social etrusca a comien?-os del siglo VII a.c., fechn de la , que dalan las primeras inscripciones con dos nomhres que se han conserva- ¡ do: para el Lacio, los leslimonios direclos son un puco más recienles. pero '1 podemos cslar razonahlemellle seguros de que la R('II.~ eslah .. ya hien im- i planlada cn la regitín ;mles del año 6(Kl, aproxinwdmucllle. Lo que hay que ..... '; deslacar es que el sislema ononuíslico Upico de la gell.f se difundió, al pnre- ~ cer, juniO con el proceso de urbanización. Este testimonio se opone a la teo- l ríu decirnolHínica, pero todavín bien nrraigada, según la cual la gens surgió 1 como una organización "prepotrtica», que se vio debilitada y ulteriormente ,1 ¡ eclipsada por la aparición del estndo. En renlidad, los teslimonios de los quc ii(lisponcmos implican juslamente lo conlrario.1I Vale lambién la pena señalar que, en los relatos literarios que hablan de la época de Rcímulo, lodos los grandes personnjes poseen un solo nombre (Númilor. Amulio. Fáustulo, ctc.). mientras que n partir de In fund:1ción de la ciudad encontrarnos hnbitunlmcntc el sistemn hillominnl -Numa Pompi- Iio. Ilosto I-Iostilio. Mctio Curcio. elc.-. pUl' cilar s610 unos pocos ejemplos dc los Ill:ís lJlltiguos_ Eslc rasgo de 1:1 lradici(ín parece reflejar c1aramenle un proceso his\¡irico ~cnui\lo. un hecho real que difícilmente cabría 1I1ribuir al aZlIr: s¡',lo pucde signiricar, como sosliene Jan llremmer, que lós principales elementos de la !cyenda de la fundaciÍln exislfan ya en la época nrt~aica, dn- lando «lIiz:í inc!t;"p dc la primera mitad del siglo vI,l2 La aparici(ín de Ins tumbas de cámam a finales del siglo VIII. el desarro- llo de las estructlll'ns g~ntilicias. y la concenlración de la riqueza en manos de ulla dllSt' diri~enle conslituyen el marco en el que se inscribe un imporlanle Illovilllienlo cullllral que los arqueólogos han dad u en IInmur .. orienlalizan- te». Los Icslimonios nuís nolables corresponden a los objetos de lujo encon- trados l'n las 1IIIIlllas principescas de Prenesle. Decima y otros lugares del Lacio. Fslas ramosas tumbas tiencn sus equivalentes en otros plintos de 1:1 Ilalia lirr{onÍ!:a. por t'jclllplo en Vetulouin. lbrquinia y Ce re. En particular la fahulosa tumha Regulini-Ualassi de Cere contenra ohjelos orienlaliz:1nles muy similares a los descuhiertos en 1a lumba Bernardini de Prcneste. 1illn- hién 1<~/IelllnS all'stiglladas lumhas principescas en Cnmpania. e incluso nuís . ~ ni sur, en Ponlecagnano. Los contenidos de estas tumbas son curiosamente Illuy parecidos, y deben considerarse parte de una misma serie_ 13 ¿Cómo po- demos juslificar su aparición en una zona geográfica tan extensa? En olro liempo los arqueólogos estaban convencidos de que esas tumbas eran típicllmente etruscas, y de que los ejemplos del Lacio y de Campania re- velahan la presencia de señores de la guerra o condotieros etruscos en estas rt'~iol1es: incluso cnla' ciudad griega de Cumas, el descubrimiento de una ,tumba principesca de tipo estándard se consideró indicio de la presencia de emigmnles elruscos.14 Pero esta teoría, que en último término se basa en la idea de que los etruscos eran originarios de Oriente, no sólo es dudosa en sí misma (véase.wpra, pp. 66-70), sino que además es innecesaria_ Los descu- hrimientos dc Decima y otros yacimientos han demostrado que las tumbas de Preneste no constituyen un cnso singular en el Lacio, y para explicarlas no hace ralla postular la presencia en estos lugares de señores de la guerra etrus- cos":~ Por último -y este argumento además es decisivo-, en la actunlidad! s:1bemos que el fenómeno orientalizante en Italia fue fruto de la influencia ",¡,"n. 1." "I>jo"" ,"",,",,,,1,,, '" In, '0."1", p,i"dp,~"' d, E"",i •. " 1 ". du y CUlllpanin no son distilltos de los que se han encontrado enyacimien- tos griegos de la mism~ época. Al fin y al cabo, el fenómeno orientalizante afectó a Grecia no menos que a Italia. El arte y la cultura griegas se vieron profundamente influidos desde fi- nales del siglo VIII por los contnctos con Oriente Próximo. Los griegos im- portaban artículos de lujo de Egipto, PaJe'stina, Siria y Mesopotamia. Sc ha llegado a la conclusión de que ese comercio se canalizaba en buena parte a través de Levante, donde los griegos de Eubea habían establecido una facto- rín en Al Mina. a orillas del Orontes, poco antes del año SOU a.C. Este co- mercio ejerció una influencia significativa sobre el arte griego, que empezó a imitar los lllolÍvos y estilos orientales. La decoración de la cerámica pintada helénica empez6 a incorporar diseños naturalistas aislados, especialmente plantas y anilllales eX(ílicos, en lugar de utiliznr Ins vicjos modclos geOlúétri- coSo El m;ís importante de los nuevos estilos cerámicos fue el protocorintio, cuyn nparici6n podemos datar en torno al año 725 a.C,Ih En lIalia el asunto se complica debido a que los pueblos nativos sc vie- ron expuestos 01 mismo tiempo al influjo de la cultura oriental y al de la cul- tura griega orientalizante. Asf pues, el orientalizante itálico es una mezcla de influencias directas e indirectas, que estimularon la imitación local de los es- tilos oriental y griego orientalizante (por ejemplo, con el desarrollo de las ce- rámicas "etrusco-corintia» e .. ítalo-corintia»).n En cualquier caso, 110 hace falta buscar una explicación del camhio al margen de los propios griegos; el comercio que pudiera existir entre Italia y Oriente Próximo prohablemen- le era lIevndo n cabo por mercaderes griegos, al menos en primera instancia. La cuesti6n de si existieron o no contactos directos entre la población itálica naliva y los fenicios durante el perfodo oriental izan te sigue siendo dudosa (véase .wpro, p_ 95). Sea como fuere, es evidente que la llegada de los grie-I gns a Ilalia fue decisivn y provocó toda una revolución cultural. , • • I , ~ Ire l'lIo~ los etruscos, CUIl1I1 demuestran I:lS inscripciones que pruehM (lue In CtJ~lumhrc tic 1m; tlO!\ nOlnhrcs esfaba difundida por 100Ia In pcn'nsulll. En~' ~lIlld(l IIIV.M. el ~istcmn gentilicio abarcobo ti lodns Ins dDsel> ~inles. 'IOdos t Itls rtllllantlS de condición lihre, independientemente dc su r¡¡ng", posefan un \ ¡t'lllilidll. y parece que así enl desde el perfodo arcaico. Algullos especialis- a~ sll~licllt'n tIlle 1I:,hr[;I hahilln tilia época ell 1:. que 5¡jlo lns patricios ha- hri;m Il'l1i{\u l".~I¡rpe. {1 en la que pnr lo mellos nI! la hahrfim ICllidn In,. ple- heyus: pero 110 CXiSICIl pruchm¡ tll' nin!!-un¡I dc elilas dos lesis (quc 1111 son CXlIl'll1lncntc In misma). En ¡as nhrtl!¡ mns recientes snlemlls encontrar {rnses ,lcl siguiellte tenor: "plchei; gentes nOIl hahe nt _ ( .. los pleheyos no tienen cs- tirpe»), pcrn dichas expre:r;i(lnc~. aunque nl\nrel.cnn en Inlrn. :r;01l clnhorndl)- lIe:r; I1lIldcnlll~ y CMecen de lodn nutoridnd 1lllligua.1U O En IL'rccr IlIg<lf, :r;al.lClllclS que In gl!/Is se convirlió ~n un rnsgll hicn nrrni- ¡t;¡ÚO de la csiruclur:I lIucinl etrusen n cOll1ien~os del siglo VII n.C., fecha de hl tlllC d¡llan Ins prilllera~ inscripciones con do~ nmnhres que se hall conserVa- , tllI; pnrn el Lacio. los Ics\111\0ni05 directu ... son un puco más recientes, pero ¡ podemos c:r;tnr rnl,ollnhlemclltc :r;ep.ll rn:r; de que 1:1 f.W!l.f clIlnh:! ya hi('11 ¡m- ¿ pl:mlada ell la regitÍn ,Hiles tleI ;,¡¡o (¡(M). <Ipru;(illlatlalllcltlc, LII 411c Imy ' luC \ destncM eS tlue el :r;istema onunHístico trrico de la gcns se difundió. al pnre- " cer, junlu CO/l el proceso de urhnnizoción, Este testimonio se opone a lo leo- ~ ría decimolllil1ica. pero todaví<l hien nrraigada. según la cual la gells surgió l como ulla nrgani7 .. ,ción «prcpollticalO, que se vio dehilitada y ulteriormente l eclipsad ... por la llparici(1Il del estl1do. En ren lidad. los testimonios oe lus que ",bponcOlo5 implicnll justamente lo contrario.11 Vnle Inmbién la pena sciinlar <lue, en los relatos literarios que hablllll de la épuca oc R{mlUlo. todo,<; los r.randes persnnllje. .. pn.~een un sulo nomhre (Nlltnitllr. Amulio. Fáu:r;tulo, elc,), mientras que a pnrtir tic 1:'1 rUlldación de hl cimlad cneolllnlmus hahi\unll1le1\tc el sislelll:l hiuuminnl-Numn POlllpi- lil1, H(l:r;to I-!ostiliu. Metio Curcio, etc.-. por dttlr sólo un(\,~ poCOIi ejemplos lll' It\~ 1\l,h ullli~uo~ Elite ra~p.1I de la Iradicilin parc~'(' rcn('jllr c1;¡rUllIenle un prnl'CSU histtÍricll v-cnuiuu, un hc:cl1n renlllue diHcilmente cahrln alrihuir 111 aZ:lr; s,-.I" puede 5igniricDr. como sostiene Jan Oremmcr. que lo~ principnlc:r; clcmcntns lle la leyenda de 1:'1 runonci'\n cxi51!all yn en In élMICO nr~~niclI. da- tandu 'l11i7';\ incl¡~"p de In prilllern IlIilntl del siglo VI,I2 La aparicic'U\ oc las lumbn:r; de cámara a Iinnle5 del :r;iglo VIII. el desarm- 110 ¡le la~ cstruclurns g.:;ntilicins. y 111 concentrnción de la riquezn en nultlOS Je 1111:' l'IlISl' diri~cntc (,lIllstituyen e l marco en el que se ¡nscrille un importante IIll\vi.,.ientll cllltural ' lile los ntyue61ugos hnn dadu en IInmar .. oriellln1i7.l1n- k .. , l.u,~ tcst il1lnnins 1111is notahles corre!ipondcn a los objetus oe lujo encun- tradns en las Il1Inlia.~ principescas de rrenesle, Dccima y olrus ll1garc~ del I.ncio, l ~sl:ls rmlll1.';ns III111ba:r; lienen :r;us cquivnlente~ en otros pl1nto:r; de ¡¡, I1l1li:I tin'(ouica. pnr ('jc1I1plo en Vetlllnnia. lhrquinin y Che, F.n particular 101 I':,IIII!tI$;1 t(1l11l". R~'~(llilli - (jlllnssi de Cere cOlltellln ¡I"je tus urielllnli7.:lIIte~ muy ~ il1lil:lrl's a lu:r; ,k':r;cuhierlll:r; cll1n tumbn ncrnrudini Jc Prel1e~te, l'¡¡m- hicn te¡lI'lHns :11l'~ 1¡ r.Ul1(i:l~ tUll\h:l!; principe:r;cllS en Canlplln;a , e inclusu m:í~ - " al sur, en Ponlecagml.no. los contenidos de estas lumbas son curiosamente mUy parecidos. y dehen considerarse parle de una misma serie.ll ¿Cómo po- demos jusI ificar su aparición en una zona geográfica tan exlensa? En Olro tiempo los arqueólogos estaban convencidos de que esas tumhas ernn llpicnmeole elru!iCa5, y de que los ejemplos del Lacio y de Campania re- vehlonn In pre:r;cncia de señores Jc lo guerra o condotieros etruscos en esta .. n'~¡ulle:r;: ¡och!!«.\ en In' ciudad griega de Cuma:r;, el de:r;cubrimieoto de una .Iumha principesca de tipo estántlard se consideró indicio de In presencia de emigrnntes ctrllsCU5,'~ Pero esta teoría, que en último ttrmino se basa en la iden de Que los etruscos eran originarios de Orienle, no sólo es dudosa en 5r mi:r;ma (vén~e mpm, pp. 66-70), sino que ¡¡demás es innecesaria. Los deseu- hrimienlos de Dccima y otros yacimientos han demostrado que las tumhas dc Preneste no constituyen un CEl50 singular en el Lacio. y para explicarlas no bace falta postular la presencia en estos lugares de señores de la guerra etrus- en.'\. Il Por (,ltimo -y elite argumento además es deci:r;ivo-. en la actuillidad[ sahemo:r; Que el fenómeno orientnlizante en Italia rue frulo de la influencia ~f¡e~a. I.o:r; c\hjch¡:r; eocont radt\.~ eu In~ tl1lnhns princire!IC.'~ dc Et rurin. cl I.a· ¡:j" y Cu mp:lIIia IIU sun ¡Jistiutl1~ de In,~ que se hnll encuntrado en yacimien- tos griegos de la misma, tpoca. Al fin y al cabo, el fenómeno orienlalizllute afecló a Grecia no menos que a Italia. El arte y la cultura griegas se vieron profundamente influidos desde Ii- IInle¡¡ del siglo VIII por los contaclos con Oriente Próximo. Los griegos im- portaban arlfculos de lujo de Egipto, Pale'slina, Siria y Mesopotamia. Se ha Ilegodo a la conclusión de que ese comercio se canalizaba en buena parte a través de Levante, donde los griegos de Eubea habían establecido una raclO- rrn ell Al Mina, n orillas del Orontesl poco anles del año 8011 a.e. Esle co- mercio ejerció una influencia significativa sobre el arte griego. que empezó a imitnr los motivos y estilos orientales. la decoración de la cerámica pintada helénicacmpcz6 a incorporar diseños naturalistas aislados, especialmente plauta:r; y :lllimales cx¡'¡licOli, en lup,nr de utilb,nr 11I:r; viejo~ modelus p,eorí,étri- cus. El 1lI;¡~ impnrtantc tic [liS nuevos estilos cerámicos rue el protocurintio. ellyn aparición podemo.<; dalar en lomo ni ano 725 a.C." En Italin el asunto se complica debido a que los pueblns nativos se vie- ri)1I expuclito:r; ni milimo tiempo al inRujo de la cultura orienll1l y al de la cul- tura griegn orienlalizante. As' pues., el orientalizante itálico es una mezcla de innuencias directas e indirectas. que estimularon la imitación local de los es- tilos orientAl y f.riego orientali7.anle (por ejemplo. con el desarrollo de los ce- rámica:r; .. etruseo·corinlíR» e .rtalo-corinti3lO),u En cualquier caso, no hace falla bu~car una explicación del camhio al margen de tos propios griegos: el comercio que pudiera existir entre Ilalia y Oriente Próximo probablemen- te ern lIe ... ndo., cabo pO'r mercaderes griegos. al menos en primera instancia_ L, cuestiiln de si existieron o no contactos directos entre la población itálica nnliva y los renicins durante el perrodo orienla1izAnle sigue siendo dudosa (vé.,~c ,tjlpra, p. 95)_ Sea como fuere, es evidente que la llegada de los grie-I gOl; a Itnlin fue decisiva y provocó toda una revolución cultural. 114 l.OS OR{GENES DI'. ROMA LA CIlI.ONI7.¡\(·U1N CORIEe:" y sus CONSF.CUENCI/\S El primer m;el1lamienlo griego en Jlalia se eslahleci6 'cn la isla dc I~chia. sil nada l'n el cxtremo st'pkl1lrillnal del golfo dc N:il'0lcs. Los allligu\ls la lIa- l11ah<111 l'ilcl'Us<1 n [muia. ""f linos 'l\'cl1lureros cuhcoseslahlccicrol1 un nscnlal11icnlO pernwllcnlc en lorno al año 77n a.e. Una gcncmcilín dcspué~ hahía surgido una wmuniuml norccientc. deuicaua :11 comcrcio con los puc- hlos nntivos uel contincnte. Los nrqueólogos han excavauo millares ue tum- Ims pCrlenecienles n ese ascntamiento. y Imn pouido reconstruir un "ivaz cU:ldro de su "iu:1 cotidi:lI1:l.'" No c:1he uuda UC que el principnl motivo dc es- lablcccr :lllí l:l colonhl fue la htisqueda de metales. de loS cunles Imhln gran de- nmnda en lodo el mundo griego. Etruri:l era un importanlfsimo prouuctor de cohre y estaiio. que sc cncuenlm hícilmenle en elmontc All1iala. los mon- tcs de la Tli!f'l y. sohre todo. en la comarca denominaua Colinas Metallferali: por otrn parlc. el hierro nhundn en la isla de Elha. L:-.:'; excavaciones realiza- das en "ilcensa han rc\'clmlo la c:l:islenda tic fundidmles de hierro V dc cdi· nl'i!l~ llellil'mlos a la elahor:rciljl1 dc los l11elales.'·' ' . r-- I ,os historiadoreli se muestran inuecisos a la hom ue ueterminar si el po- • "lado de Pilecusa dehe considcrarse una colonin (a¡JOikfa) 'o simplemente IInn f:lctorfn (empór¡rJ/l) de Euhen: pero Dnvid Ridgway ha uefendido lÍIIi· mmnellte la lesi~ tic que el asentamiento licne r:1sgos de uria y de otra. y ad- vierle a ~us lectore~ que no dehcn preocuparse demasiado por estahlecer una dislincilÍn que prohnhlel11enle 110 importaha lo más mínimo a sus hnbilan- _~ Ics.211 En cualquier caso. Pilecwm prepnní cl camino de l:l colonización grie- ,.,' ga en el Medilernineo occÍllenlal. proceso quc SUPUS() :llgo.m.;s que la mcra rrvenllln¡ comcrcial. Los griegos que parlicip:lron en c1niovimicnto cololli- 7.ador husc:lhan un:l vid n mcjor. Al igunl que lo!; colono!; gr:lnjeros del si- p.lo XIX. intcntaron crenr un:l versi(ín I1lcjorndn tic l:l socied:ld quc h:lhlnn dc- j:ulo Iras dI.' sí. en ulll11cdin ell cl qul.' l:l licrrn cra ahumlmllc y cn el que po- , 'I~ían :,k:1117.ar un nivel de vida inimagin:lhle en sus p:llses de origen. víctínms 1.:l;: la supcrpohlación y l:l pohreza.21 , M ;;5 (1 menos una gcneracilll1 dcspués ue la lIegad:l de 105 pril11eros g,ric- p.os a I'ilccwm . se hahl:l est:lhlecillo l,":l c(lloni:l en tod:l regl:l cn Cumas. en b l'Osla \Trin:l del continente. La nueV:l fununcitÍn norccitl y pronto superó a Sil predecl.'~(1rn: n;ridamcnlc siguicron sus pasos una multilud de lluevas l'Olonias. l'slahlccidas pm loda l:l cosl:l dcl sur de 1I .. li:1 y de Sicili:l. En el si- glo v l'I sIIr dI.' lIalí:l se lIenominahn y:l M:lgn:l Grcci:l (MrglÍli¡ /lrllrís). L:ls colonias gril"gas .. k.111zrrron um, gmn prospcrid:ld. y Una de ella::;. Sfbaris. se cOl1virliti 1.'11 Si'H'lI1inlO de lujo y opulencia. , . I,a 11c~'.:1da dI.' los Wicgns :l Italia tuvo profunu:1s rq;ercusiones sohre la vid:, ~(ldal . ('1'oIHí111ica y,cullurnl de los puchlos n:llivos. Ln hclenj¡~:lción de Elruria. el I ,:ldo y (':I111P:1I1i .. col1lcl17.6 cn el siglo VIII y ejerció un:l influen- cia fund:lIIlt'nlal sohre los cmnhios cslructurnh:s que se produjeron duranle el periodo orienl:lli7:mlc. y cn cspecial sobre la [ornmción del ordenamiento .":¡ EL NACIMIENTO DE LA CIUDAD-ESTADO 115 arislocrálico. No podemos te1.1er la seguridad de si el contacto con las co- loni:ls grieg:ls fue la cama de l:lestratificación soci:ll y de la aparición de In :lristocmci:l en' Italia, o de si simplemente aceleró un proceso que habrra ncnh:ldo por prouucirse de cU:llquier forma .22 Deberfamos recordar. por ejemplo. que la estructura gcnlilicia de los aristócral:lS itálicos constituye un rm:go que no eompnrll:ln con. 10li griegos. Sin embargo, no c:lbe duda de que) la innuencin gricg:l fue muy importante a l:l hora de configurar la sociednd aristocnílica ue Italia. y de proporcionarle un modelo cultural con el que identificarse. La aristocracia de la Grecia arcaica, como ha demostrado en particular Oswyn M urra y. se car:lcterizaba por sus manifestaciones culturales y su mouo de vida. La pertenencia :l la clase noble era una cuestión de rango y de honor, e iba asociada a una serie de valores y actividades bien delinidos. Los aristócratas griegos alcanzaban su posición de honra porque la heredaban o porque ostentab:ln cierta preeminencia. especialmente en la guerra. L"l sim- ple riquc7.rr (cond ición .fine qua lIon. por supuesto) era menos importante tl"l~ los 111t'dios por los ti"e se nlcnn:t.ahn (1 cn los qlle se ~:lslah:l. r~1 f1lrflS uris- Im:r;i1ico cxigla un gl1sto notable y un estilo ue vida llamativo. El honor y el prcstigio se re:llirmaban a través del mutuo reconocimiento y de una inte- racción constante. Entre esos mecanismos de afirmación ocupaban un papel primordial el banquete. la hospitalidad y el intercambio de regalos.23 Nuestm princip:l1 fucnte de información acerca de Irrs aristocraci:ls grie- gas es Homero. La llíarla y la Odisea. compuestas a finales del siglo VIII a.c., nos ofrecen una animada imagen de la vida cotidiana de los héroes, basada en parle al menos en lo que constituía el mundo de la época. El ambiente so- cial de los héroes queda relrat:1uo con SU,,!l:l nitiucz. y ha proporcionado a los historiauores :lctualcs la oporlunidnd ue efectuar un análisis sociológico bas- tante amplio.I~ Señ:llaremos aquí brevemente algunos de los descubrimien- tos reali7.mlos por l:ls nmLlernas investigaciones que tienen importancia para el lema lI"C l1hora nos ocupa. . Los héroes de Homero viví:ln en un mundo competitivo en el que la honr:l personnl ((imi) constituía el principal objetivo. Esa honra exigla del individuo la contimm ostentación de la propia generosidad a la hora de re- l:lcionarse con sus iguales. El banquete entre' varones constituye una activ.i- dnd import:lnte de los poemas épicos. que ocupaba buena parte del tiempo uc 105 héroes y consum{n casi todos los recursos que les proporcionaba su cxceuente. Pero a lr:lvés de esa generosidad obtenfan apoyos en la guerra y en las incursiones pred:ltorias, que les permitían volver a llenar sus de- pósitos de rique7.a y reafirmar su estatus personal. Los héroes mantenían :luemlÍs una amplia red de contactos y obligaciones. En el mundo homéri- co se urr un:l movilid:ld bastante considerable; Ulises no es el único que via- ' ja. L:l movilid:ld em posihle gracias a la existencia de la hospitalidad, que imponfa :ll héroe la obligación sagrada de ofrecer su hospitalida~ atodo in- dividuo de su clase que ruera a visitarle. La red se reafirmaba a través del intercambio de regalos. que conCerfa honra a una y otra parte. y suponra ' c; .0::: ' .':~~ ~ .c: '0 c. ... ...,. .. c: 0:.. ••• -....... . ~ .. ' 11,1 El primer mielltnmiento griego en Itrtli" ~e e!lOtl1hlecidt:n 1:1 i!101:1 de 11:("lIi:1, !IOi!l1:1d:t l'!l d c:o:lrCIIII' ~(' pl('lllrinl1:11 dd ¡!.olf"lIc N:ipnll'!I. Lel!! "nli~tltl!! 1" 11:,· 111:111,,11 l'ilel'u!lO:I ti [n:lri:1, "ur mHl!lO ;,venlurcro!lO l'U!X'Il!! c!\Iahkcicrnn un a~t'nlnlllicnTtl !'erlllllnenle ell InrllO f1! nntl 7711 n,C', lhw gCl1erncicín dc~pllé~ Imh,,, !IOnrp.ido unll enmuniu:llj noredenle. eleelieaun :11 comercio con 1m pue- hlm nllli\'t1~ úel continenle, Lu!: Ilrqueólog~ h:m exenvnúo mi\l"res úe lum- Im!lO perteneciente!lO " e~e ll!lOenlllmienlo. y Imn poúido tecomlruir un \'ivu cU:ldrn de ~II \'iú:l cotilli:lI1:l ,'K No e:lhe dud:l de qUe el ptindpnl n10livl1 de e!lO- 1:,l>lcccr nll¡ l:l ((11011;:1 fut' In htisquecl:l de l11el<llc$. ele ItI~ cU:lles hnhin (!ra" de- mnmla en todo el munuo ¡triego. ELrl1rin era un importlln!f!:imo productor de cuhre y e~lniiu. qlle!te cnellentr<l f:idlmenle en el nmnte AlII;f1t<l. los mono te!: dt' In 'Ihlra y. !IOobre todo. eo la cumnrcn denominnela Colinn~ Metnlrrer:l~: por "Irn ""rte. el hierro .,hundll ell 1f1 i!lOl., de Elh;'\. L:l!lO exc:lv:lciones re"lizn· chIS t'n l'ih:l'nsa 111111 I'l'\'dmlu l:1l'xi!tll'nl'i:t de f\l1Ic1il'itlnc~ Ile hil'f1'tI y clt, l' di · Ikim Ikd¡nldC1~:' hl c!ahl1r:.dón de Itl~ l11etlllcs.'" r- I.n.~ hi~lurimlore!lO!\c mUe~trnn indecisos ~ la hor;'\ de dele"mill~r ~i el po- ~ hlm[¡' dc Pileells" dche cnn!tiderat!lOe tinA colonin (nflOikrn) ' o 5implemenlC 1111:l fnclutf:l (('1II1"",;,m) de Euhe:.; pero Dnvid Ridgw"y h., defendido lHti- mamcnle la tC!lOi~ de qne el asellt.,micnto liene rll~!!.m de un<l y de otm, y "d- vierte ,,~u~ lectorc.<; II\le nn dellen preocupnr!:c dem,,!:indn por e~l"hleeer unA di~titlCh;11 que proh .. hlell1cnlc 110 import<lh¡¡ lo md!\ m(nimo .. sus h"bitAn-_> 1c~.!It En clmhluier ellm, Pitccll~" prep"rt', d c,1mino de 1., coloni7..,dón grie- g!l e11 el Meditert:inel1 t1ccide,IIal. ptllcc~n que !\Upl1!:11 al¡:u ,nl:;!\ que la mern Ilventnm clllllerci"r. Ln~ &riq~{l~ II"e p.,rlicipnmn en d niovinticntu coloni- 'I.fWtIT h\l~c.,h.,n unll vid" mejor. Al igunl que lo!\ eolono!\ grnnjero!: del si- p,lu XI:(. inteut¡1tI1n erenr un., vcr!:ill" mejnr .. cl:. de 1:. sneicdnd que h<lh¡.,n de- j¡uln hT!~ ,Il' !IOí. t'n un mCl!in en el que 111 tierrn era nh"lItl:lnte y t'n cll[ue pu- l t ~f:m :,lnt111.:lr un nivel de viúll inimn~in.,h!e en su~ p,,¡~e!lO úe origen_ víctill1n!: l..!.!.; 1" ~,.perpnhlndtÍn y 111 pohrezn,11 M:'\1' .. IUCIIU~ unn gencmdt'm de~pué~ de In l1eglld., de 1m: pril1lc.ru!IO f,ric· p.n~ a l'itl' CU~" . ~e h"hr .. c~t.,h!ecido un" e(Jloni" en tml" re!!-I" en Cuma!\' el1 1;, l'tl!lOta 'Trin;1 del continente. L, nuev" fum.!:,ci(m nurecití y pronto ~uperd ;, SI! I'rClh:Cl'~lIri1 ; r;;pidnnlenlc ~iguier(1tl ~Ul; pMO!: unll multituú de nueva~ l'uloni: ts. l'~I:lhkcitl;'\~ pnr tod., 1" ensta del !:ur de 1t"lii1 y de Sicili.,. En el ~i ~In v d sur tle Itali" ,~c l!cnuminahn y" Mngn., Gtcd:l (Ml',l!liftllldllh), L.,~ eolunias ~I' it-!!;l~ "IcIllI1,:uon un" gr.,n pro~pcrid"ú. y un" tic en:!!\, Sfbnri1', ~e l'tllwjrliti ~' n ,~inünin1tl ele lujo y t1plllenci<l . I.a 11l'!~*IH tlt' 1t,~ ,~rie¡!.ns n Itllli., tuvo pwfunúlls rq:crcll1'iones !IOobre 1;1 \·ida <:n!'i:,I, t' t'ucuimk" y.ellllllrll! de lo~ puehlm n:ltivm. Ln hclen;7."eión de ¡;truria. l'I I .:.dl' y ( ':uulmn;a l'Ill1lell7.t) en el siglo \'111 y ejerció unll inrh,en- cii1 rundaHll'lllal ~ulnl' Icl!i cmuhi,r.> t· ~ trllclurí1k!: ti"e se produjeron duranle el pcrrudo urient"lil:111k. y en c~ped,,1 wbre la (orm.,ción del orúenamiento ¡ 1 I ¡ ! • r.L Nr\CIMH;NTO DE. LA ClUDAD-ESTADO 115 Ilri!lOlocr/'itico, No potlemos tel,ler la seguridad de si el contacto con las co· loni.,~ grieg."!IO fue ,,, nlll.tn de 1<1 estrnlificación socinl y de In ap"rición de 1" .,ri~loc(;'ld" en' lt"li", o de !IOi simplemente Dce!eró un proceso que habrfa ncntmdo por producir,;;e de cualquier forma,u Deberlamos recordar, por eíemplo, que In e~ttlletut:l gentilicin de los aristócratns ilálicos constituye un r;1!:go tIlle no compMIf"n con lo~ griego!\' Sin embargo, no 'tibe duda de que) 1., innucncin griega fue muy importante" 1" hora de configurar In socied<ld ari!lOlocróticn ele Italia, y de proporcionarle un modelo cullural con el que identilicArse. La aristocracia de la Greda arcaica, como ha demostrado en particular O~\Vyn Murrny. se cnmcterizaba por sus manifest:!cioncs culturales y su modo úe vid." La pertenencia" la clase noble era una cuestión dc rAngo y de honor, e iba ilsociada a una serie de valores y actividades bien delinidos, Los .,ri~IÓcral¡¡!IO griegos .,Ic.,nz..,bnn su posición de honra porque la herednhan o porque o!:lelllnbnn cierta preeminencia, especinlmellte en J:. guerrn, Ln ~inl pIe rique1.n (conrlici{1O .tillc qlln mm, por supuesto) era meno~ importante 'p'e I,,~ 1I1"I1i{l~ ,,"r tos 'lile lIl' nlcilllZi1hn CI Cl1ln~ tl"e :<:~ ~u:;taha , nI {11.fJ,f nri,~ tocr:Ílict1 exigr., un gil~to I1tltable y un estilo de vida llamativo. El honor y el prestigio se re"firmaban a través úel mutuo reconocimiento y de una lnte- meción eon!:lante, Entre esos mecanismos de afirmación 'ocupaban un pnpe! primordi,,1 el b¡lOquete,ID hospiln]idod y el intercambio de regalos.u Nue!lOlrn princip.,1 rueote de informnción acerca ue los aristocrados grie- S:'l~ e~ Homero, La ffímln y ]" Odi.wm, eompuest!ls a linAjes del siglo VIII a.c.. nos orrecen una Animad¡¡ imagen de la vida colidi:lna de los héroes, basada en p<lrte nI men~ en lo que eonstitura el mundo de la éroc", El "mbiente 50- dnl tic IC1~ hérucs queúll relrntnelo con ~U'11:l oitidez. y h., proporcionado a los hi~tur¡lldore~ "etunlc~ 1., oportunid.,d ue efectuar un análisis sociológico bas- t<lnte nmp1io.l~ Señ"lnremos aquf brevemente algunos de los descubrimien- !tl!1O reIl1i1~,t10!lO por I;¡s nwtlernas investigaciones que tienen importancia para d tClIla tille l1hnr;! ntls !!Cupa. . Lm: héroes de Homero v;vf:ln en un mundo competitivo en el que la hunm person,,1 (,¡mi) con~tituf., el princip,,1 objetivo. Esa honrn é"ig(a del ¡"t1ivilluo la continu" o~tentnción ue la propia generosidad a la hora de re- Illcintmr!lOe con ~u~ iguales. El b.,nquete entre ·varones constituye una "ctiv,l- dncl import"nte de los poemAS épicos, que ocupaba buena pnrte del tiempo ele I Q~ héroes y consumfa c"si todos los recursos que le,~ proporcionaba su exceÚente. Pero n trllvés de esa generosidad obtenfnn apoyos en la guerra y en In!t inem!';iones pred"toriA:\, que Ics permiUan volver a llenar sus de· pósilos dc rique1," '! rcaOrmar su estatus perso""r. Los héroes mantenían aúem:l!: una ¡¡mplia red de contactos y obligaciones. En el mundo homéri- co ~e da una movilidlld b!l!:tante considemble; Ulises 00 es el Iloico que via-· ja. l.n movilid"d era po~ihle gracias" 1" e:dstencia de la hospitalidad, que imponln :\1 héroe la obligación sagrada de ofrecer su hospitalida~ a todo in· dividuo de su cI:.se que (uera a visitarle, La red se reafirmaba a través del intercambio de regalo~ que confeda honra a una y otra parte. y suponf<t ' .::: ~ <; ~ ~ . C: ., .- I I () J.OS ORIGF.NF.S DE ROMA una expresión mnterinl de (;1 relación y la obligación personal existente en- tre los individuos.25 Los bienes muebles, que podfan adquirirse cn la guerra o a través dcl in- tereamhio de regal()~, se cumponían en buena pnrtc de nrtíclll(lli de lujo y de prestigio, espccialmente objetos de metal. Oro y plata, hicrro y bronce: todos estos metalcs lIenahnn los almacenes de los hérocs homéricos, y a ellos re- currfan cunndo neccsitnban hacer regalos. Por lo general, estnhnn elahorados en formn de trípodes, cuencos. calderos, armaduras o armas. Esos ohjetos aparentemcnte funcionales noestabnn hechos pnra ser usados, sino para ser cxhihidos. El valor simhólico y el prestigio dc esos Ohjctoli aumentahn cuan- do eran mms () Il:nían UII aholcngu quc los hacía intcrcsanleli. ,,¡Oh 'IClélllllCO! Idict' Mt'/lt'ltwIZCUs. el esposo "'llUnlc de llera. te cllnced:1 el reg.reso que tú en tus entrañas ansias: voy 11 darte la joya 1Ilá.~ hella y máli rica enlre todas cuanlas luianlll Y conservo en mi casa. Sen\ una cralera de cSlIlcr;¡dll lahor. ticllc el cllcrpll Corjadu de plata tmlu él y un rcmute de bordc!! de oru. 'Ii'utmju , es del Inclito Hefesto; enlregómcla Fédimo el prócer, aquel rey de Sidón que me luvo albergado en sus casas cuando vine de vuelta hacía ac¡\, pero dártela quiero». OtliS{'II, XV.III-119 ~ No es preciso hacer hincapié en la relevancia de Homero para el tema que nos ocupa. Si queremos encontrar un contexto liocial para explicar las tumbas princ~pescali de la lIali? ccntral, no neceliit.~mlis blllicar fuefll dcl mundo dc Uhses. No se trata solo de una comparaclOn perfectamente ade- ) cuada. ~ino que ndemás cOlllitituye el modelo que adoptaron en todo mo- \l1Iento lall aristocracias itálicas. L(lS teli(iIl\Ollios son inequívocos. Las tumhas principescas de Etruria. el Lacio y Campania contienen tesoros que no habrfa despreciado el más or- glllloso héroe homérico. Los ubjetos en ellas gunrdadoli lion de un tipo sor- prendentellll",nte uniforme, aunque los enterrumientoli lie hnllan diseminados por 1111 ¡írea v¡ililíliima que ntmviesa diversas fronteras IingUrsticns y étnicns. La procedencia últimll de esos tesoros varía enormemente, pero todali las tUlllhas principescas tienen en común el mismo «eclecticismo internacio- lIal.).~h Podelllos considerar, pues. que son la expresión material de una cul- tura común (o koill¿. por emplear el término erudito). crenda por In fre- cuente intcraccilín de individuO!¡y grupoli aristocráticos. .. Sahellll!S que en la Italia central existía en aquella época una enorme movilidad en los estratos liocialcs más elevados (véase illfm, p. 191). Los teli- till1onios implican que el mngo liodal gozaha dc un n:collocimiento intcrnn- cillllal. y que los aristócratas podran moverse lihremente de una comunidad a'otra sin all'nt1cr a harreras étnicas o lingiiísticas. Del mismo modo, los hé- roes de J IOlllcro e~pl'ran gozar d~ la hospitalidad y recibir los regalos do- . ! , EL NACIMIENTO DE LA CIUDAD-ES1ADO H/ quiera que vayan, independientemente de que sus anfitriones sean griegos, troynnos. licios. sidonios o fenicios. Las leyes de la hospitalidad son univer- lialcs. Si hien es cierto que son desohedecidas por el Cíclope, se trata de un personaje completamente al margen del común de los mortales, que desde luego desconocía las normas más elementales de comportamiento. Es la ex- cepción que confirma la regla.27 No cahe duda de que Ins redes de ohligación y hospitalidad eran el nexo que unfa u los áristoi de las colonias griegas con sus iguales nativos, y que la circulación de hienes de prestigio por Italia hubo de producirse por medio del intercamhio de regalos. Esta conclusión parece verse corroborada por las "inscripcioncli de regalu» que podemoli observar en numerosos objetos en- contrados en las tumbas etruscas del siglo VI.lR Aunque se ha puesto en tela de juicio el valor de estos testimonios, podemos tener por segur~ la realidad efectiva del intercambio de regalos en la sociedad aristocrática de la Italia ti- rrenn. Igualmente seguro es que los bnnquetes y simposios constituían un ele- mento importanlc de la vitl:1 I.'olidillllll dc los cCrclllos lIohiliarios. Los ohjc- tos de cen\mica que inundaJi tantas tumbas principescas ¡tálicas,no son mera quincallerfa viejn, sino que pertenecen a un tipo específico de «utensilios simposfncos", el:!re los que se encuentran numerosos recipientes utilizados en los banquetes y simposios. Dichas ceremonia's se celebraban no sólo en los funemles, como cahrfa ~uponer por el contexto en que han sido descubiertos. ,. También se han encontrado recientemente fragmentos de una vajilla de ban- quete completa entre los escombros de una mansión aristocrática de Ficann (figura 11). prueba inequívoca de que el bnnquete formaha pnrte de la vid n cotidiana de In nohleza latina.2~ Respe«to al origen de esta costumbre, se hu señalado que muchos préstamos griegos del etrusco son términos técnicos que designan recipientes y vasos (por ejemplo, askós, ky/ix, ó/pe, /ékytl/Os, etc.), que vienen a confirmar que el hnnquete, raligo sobresaliente de In cul- lura etrusca del perCodo nrcaico. se inspin.') en mot.leloli griegos.:II' Por último. hoy dfa podemos afirmar que las propias tumbas prillcipe~ cas fueron modelndas a partir de prototipos griegos, y que la paradójica cos- tumbre de hacer ostentación de la propia riqueza en la pompa de los fune- mies se inlipiró en el ejemplo de los áristoi griegos. La rica tumba de Fondo Artiaco, en Cumas, excavada a comienzos de este siglo, ha sido datada últi- mamente en c. 720 a.e. y podemos decir con toda seguridad que es la más an- tigua de la numerosa serie de tumbas principescas de Italia. Otras excava- ciones llevadas a cabo recientemente en Eretria, en In isla de Eubea, han sacado a la luz seis tumbas de un estilo muy parecido al de aquélla, demo::J trándose ns( que liUli orfgenes dehemos buscarlos en Grecia.ll Alif pueli.la lIegnda de los griegos provocó una serie de camhios muy pro- fundos cn los h¡¡hitos socinles d~ la Italia tirrena a finales del siglo VIII a.e. Pero eliO no fue más que el principio. En adelante, el helenismo se converli- ría en una influencia que lIegarfa a todos los niveles, en el factor más impor- tante de los cambios y la evolución de la historia de, Roma (y de Italia). De llfl I.OS ORIGF.NFS DF. ROLI ..... I1na c:o:prc!'itiu Ilult erial de la relación y la ohligación pe rsonal eJt i ~ten le cn- Ire los i ndividuos.1.~ Los hienes muehles, que pu,.!rnn "dquirirse en la guerra o n Iravés del in- left:::unllin tic re~nlm. lie cOlllponfl'UI en Imena rn rte tle tHtlcl1 l~lli tle lujo y de prcsligio, especialmente o hjelos dé metal. Oro y p1<l la, hierro y bronce : tooos estm lIIelOllcs lIenabnn 10.'1 almacenes de 10.<: hé rocli hom~ricm, y ti ello.'l re- currrnll CUnlIt.lo nccc .<: italmn Imcer regalu!\. Por 1(1 ,(!.cnerlll . e!'tabal1 e¡¡¡borndos en rnrllla de trfpm.1c.'I, cuencos. c:llderos. armaduras o armas. Esos ohjetos :lpllrCJllemenle runcionnles no estabnn hechos para !le f usndo~, sino rar:! ser e~hihido!\. El vnlor sinlMlien y el rrc1ili!!itl dc C)iI)S l,hjCIU!I nLlmentnha cuan· du el :1I1 l'arllS ti leuí¡1I\ 1111 ahnlcngu tlue In.~ hacia iul Cl'elOllllt e!l "IUh ·1;"lclll:'lfOII/IiC'l· ¡lfrll('/III'1 z.:u~ el ~III\I\O t¡'IIUllh! t.k IIc:ri\, le clIllccJa el rcgn:slI tille Iv en Iw eltlralias :II~I¡'\J.; ~tly o tl¡,\rle la joya m;1,., helln '1 nlá.~ r¡CI\ cnln "lilas fuan la~ ¡!.Ú¡If\JIl '1 CUI1~erv(l en mi cau.. Será una cralera ,le c~lt\enlllll 11ItO/lr,IicIlC el cuerflil Illrj:ulu Jc flt:llll I!>tln I!I y 1111 renlole tic Imrdc' ue nru. Trnllllju u tlcllnc1i\o I~ereslt); enlrególlIela Ft!tlimo el prócer. ¡1l~Uel rey tle Sitlón que me Iu~o nlberg.1uo len sus ell511S ctllllldil ~ine tle \luelta Imc1a lid, perll uflrlela IluierCII., 0,1;.1(,('. XV.I I 1.1 11) No es preciso hacer hincarit en la relevnncia de Ho mero para el lema que no~ {)Curn. Si queremos enconlrar un conlex.to !IOCinl rArn eltplicr¡r Ins IUlllbll~ rrincipc..<:eas de In IIlIlia cClltr:ll, no nccc~itnn1os hUM:nr rueru tic! mundo lle Ulises. No se tr:lI11 sólo de una cnmpa ración perfectamente nde- cuad:I , ~illo que ademas COIl~l¡lUye el modelo que ndoplaron en todo mo- 1I.elllll 1;1!( arisl(lCrllcin~ il ll l it:n~. I.II~ l e1ililllll"ill~ SOll inequl\lll(,'t)!\. L:!s lumh:l!I Jlril\cipC!ICII~ tic Etrurla, el Lacin y Cn mp:mia eonliellen tesoros que no Imhrfa Je~rrecindo el m~s ur- l!,III1IlJill h':l'He hUIl1~rico. loas uhjelos en ellnJi gt1ardadu~ lion de UII lipo sor- PI·cl.denlellll"lIteuniforme:,lIun4uc los enterramielltm se hallan diJicminados pnr 1111 ¡¡ret1 \ll\!lIÍ!lhna que ntra\liesn diversns rr(lnteras IingUrslicns y ¿tnicn,,- L.l. prucedcncin liUil1la de esos tesoros \I¡¡rír¡ enormemente, rero loda!l hu IUlllha~ prillcipCl\Cll!l tienen el! común el mismo ocecleelicisl1Io internr¡cio- 11111_ .:'10 I'mJcmm: cOll5iderur. pues. que son la ex.presi6n mAter;nl de una cul· tUn! CUlluill (u koill¿, pnr emplear e l I ~rmin() erudito), crenda r o r In rre· C"Cllte in tl.'l"llcdlin dc intlividuul¡ y grupm nrislucrático!\' Salx·.m!S tlue ell Ir¡ lIalia cenlrol ex.istía en aquella épncn una enorme lIIo\l ilidad cn In:; c~lralm Jiuciales m~!I elevados (véaJie ¡1I{m. r . 191). Lus te!'· t;\IIt1lljos i1llptknn ,¡UC cI rall~(I !i>t1cial gl17.n"'lI dl~ UII r~'Clluocimicnto interna· dUllal, y 'ItlC lo.~ ;Iri ~hkrata~ pmll:m moverse lihremcnt c de una comuniuad a'u\ra ~i .. al l' lIt1cr a h:lfrcra~ élnicll~ n linp.ilr~ticlls. Del mismo modo, 1m. hé· InCli tic .1lntlle ril c~pt' r;1I1 f:!.tli'nr tk \tI huspilalid:ld y recibir lo., regalos do· • I , , I EL NACUUI!NTO DE LA CIUO ... O·ES1· ... OO JJ'J quier:l que \lay:ln, independientemente de que sus anfildones sean griegos., troyanos. licius, Jiidnnios o renicios. Las leyes de la hospitalidad son univer- Jia\cs. Si hien es cierto 4ue son desohedecidas por el Crelope. se Irala de un rc rwnaje cOOlplelllmenle al margen del común de los mortales, que desde luego desconocfa Ins normas mAs e lemenlales de comportamiento. Es la eJ(· ecpcii\n que confirmll 111 regla." No cabe duda de que la~ redes de obligaciÓn y hospitalidad eran el nexo que unfa Il los dr;.uoi de Ins colonias griegas con sus iguales nativos, y que la circulAción de hienes de prestigio por !lalia hubo de producirse por medio del intercnmhio de regalo!\' E.o; tn conclusión parece \lerse corroborada por las .. inliCr1pciulleJi de rccaln .. quc podemo~ ohse rvar en numerosos objelos en- con trndo.<: en In ~ tumhns elruscas del siglo VI .lA Aunque se ha puesto en tela de juiciu el vnlor dc eslos te!ltimonios. podemos tener por segur~ la realidad efectiva del intercambio de rega los en la sociedad arislocnUica de la Ital ia li- Hcnil. Iguahnenle se~uro eJi que los brmqueles y simpo.~ios con!llituran un ele- llIellln impnrlanlc Ilc la \lilla clltldiulIll tic IIIS cC"cllh~o,¡ Itllhiliarills- I .IIS IIhje- tos dc cefl\micu que inundatj lonllls tumbas rrincipesCBs itálicas no son mera quincollerfa vieja. sino que pertenecen a un tipo especffico de .ulensilios simpndacos .. , el:!re los que se encuent ran numerosos recipientes ulilizados en 10$ banquetes y simposios. Dichas ce remonias se celebraban no sólo en los funcra les. como cabrfn ~uponer por el contexto en que han sido d~scubierIOs. También se han encontrndo recientemente fragmentos de una \lajilla de bao- quele eomplela entre los eiCombros de una mansiÓn aristocrática de Ficana (figu ra 11). pruehil inequf\loca de que el banquete rormaba pllrle de: la vidn c(llidiilna de la nllhle7.a lutina.'" Respeclo al origen de esta coslumbre. se ha señalado que muchos prestamos griegos del etrusco son Itrminos lecnicos que desigllrm recipientes y \lasos (por ejemplo, D~k64 kyli:r, 6/pt. Ukytl,o~, ele.). 'IUe vienen n cunfirmar que el banquete, rasgo sohresnlienle de la cul· turtl et rusca del perludH arcaicn,lK: il\Jipir(¡ e n Il\(lJellI,~ gricgtlJi.·'u Por último. huy dfn podemos afirmar que las propias tumbas prindpe'i':l cas fueron modeladas a porlir de prototipos griegos, y que la raradÓjica coso tumbre de hacer oSlentaciÓn de la propia riqueza en la pompa de los fune- rales se in!lpirÓ en el ejemplo de los {frutoi griegos. La rica tumba de Fondo Artiaco, en Cumas. eXCAvada a comienzos de este siglo. ha sido datada úlli· mamen le en c. 720 a.e y podemos decir con toda segu ridad que es la más ano tigua de la numerosa serie de lumbas principescas de lIalia, Otras eItCB\la- cioneJi IIcvadas :1 callo recientemenle en Eretria, en In isla de Eubea, han s:lcndo a la luz seis tumbas de un eslilo muy parecido al de aquella, dem~ Idndose nJi( que JiUS orfgenes debemos buscarlos en Orecill.l l Asf pue!l. la Jlcf:óldn dc lO!> griegos rro\locó una serie de camoios muy prn· fundm cn In.o; h¡loitm snciale~ dc In lIalin lirrena a finales tlel siglo \1111 a.e. Pero e!'o 110 fue m~JI que el principio. En adelanle, el helenismo se con\le rti · rla cn una innuencia que llegarla a lodos los niveles, en el factor ",áJl impor- t:lOte de los camhios y la e\lolución de la historia de. Roma (y de lIalia). De .' .. IIX a r==:1 hr"'" :~~ 1 I I , i 1 , 1 I.OS OR(r;ENE~ 01: JlOMA "";"",\ ,1. \ llcn~i'i,,<; ~illll'lI~r: H: Il~ rroccdt:ntc~ de nC:1na: 11) rcclln~truccÍlín de un Id"" .I.,' .f" hr .. "l .... l'" "ahh- : /.) clln;unln de \':1,0<;, I i • I I 1 I I ! 1 I I b EL NACIMIENTO DE LA CIUDAD-ESTADO ,.. '1f ' , ~, ' e i c:::;, ~~, :;::";::,::~,;:;::: .. ,=,::::,,: , ::;:;, ,, ~¡¡;=a e - _______ : _, _'~ n <> 119 .. .. .. " ,. , . , ,.. II ~ , 1==1 tñ· .. ·",~ , I , i I I I I F,,;I'~ \ 11. I !ll' II ~¡ I¡' .~ ~ i !ll I ",~f:lCo~ rrt!ccdCl\h:~ de T'ican¡I: al rcc"I1~"UCcilí" lit un 11 11,,,.1,· ,1 ,. 1orl'''l"l' 1.1. ""hk: "1 co"jl'l1 ll1 dc \.:l~" ~. b ,Cf!: , , ! ' r:.I .. NACIMIENTO DE LII CIUDIID-ESTADO ? 119 b • ~=c,-____________ "-__ Cc==::>' ( , ,.". ' h " " , " . .. " ," 120 LOS ORI(iENES DE ROMA IlIllInento ya hemos seíialado sus repercusiolles en el est ¡lo de vida y el f.,!Jo.r de la aristocracia. Pero a lo largo del período arcaico, las ideas griegas afec- laríall a lodos los aspectos vitales en todos los niveles de la sociedad. El arte, I:l arquitectura y In religión cmpeznron ya a transformarse durante el perfo- ( ' do oricntaliznllte. Pero el cmnhio müs profundo se produciría en la esfcra po- lítica dur:lIlle la segunda mitad del siglo VII. Ese cambio ser(n la formaci(ín de la ciudad-estado. LA URIIANt7.ACaIÍN lIlIo de los signos Ill:ís importantes del desarrollo lIe las ciudades-estado de la Italia central es el camhio 'Iue podemos ohservar en el aspecto físico de los aS!.'lItalllientlls. Fue este un proceso lar~o y paulatino que sc inicÍll a C(l- miellzos de la Edad del Hierro (siglos IX-VIII a.c.), cuando el sistema de pe- queíios pohlados sit uados en la cima de las colinas empezó a unificarse y dar pa!\o a grandes asentaJllientos nucleares. El fcn(;lIIeno denominado "proto, urbano» se encuentra especialmente bien documentado en la Etruria me- ridional. En Tarquinia, por ejemplo, unos cuantos pequeños poblados de chozas, separados unos de otros por una distancia de unos pocos kilómetros, provisto cada uno de una o vnrias necrópolis, dieron paso a lo largo del si- glo VIII a un único centro nuclear en la llamad:, mcseta de Civita: mientras tanto, los cementerios aislados de las aldeas fueron reemplazados por una única necnípolis general situada en el vecino cerro de Monterozzi. Y pode- mos rastrear unn evolución parecida en Cere y Veyes,32 En el Lacio la situación no esl¡i tan clara, pero cs pnlhahle que tamhién ~"uí se produjera un proceso similar, con el desarrollo de pob/¡Idos concen- trados en lugares ocupados hasta entonces por nldeas aisladas, Así parece que ocurrió enRoma n finales de la faseJIR (comienzos del siglo VIII a.C), UII poco después en (¡ahios (prohahlelllcnte después dc 7SIl), y quizlí tam- hiéll cn otros ccntros como Lavinio, Árdea y Ancio, aunque en estos lugares tallto el proceso en ¡;f como la fecha en que se produjo sigucn siendo conje- turales .. ' ·'I~a estructura de estos poblados nucleares resulta difícil de imagi- 11:11': \(ldll .i. qUl' pIl(k'mns allrmar es "ue, a jm:g.ar por los tl'stimonios dispo- nibles hasta el lIlomento, estaban forl\llldos por gnll\dcs concentraciones de cahaiias. sin que e'xistan signos evidentes de planificación u organización for- llIal del espacio. . I 11:;sta mediados del siglo VII a.e. noempieznna hacerse patentes los cam- I hios. En es!.' momento la naciente clite aristocrática empezó a hacer ostcnta- Cillll dL' Sil ri""L'za y su prestigio con la construcción de tumhas de cámara \l101l1lInentalL's. relllatadas por hímulo!\ gigantescos y situadas majcstuosa- llIenlL' lejos lIe las necn'lpolis generales, a menudo a lo largo de la princip:11 vía lIL' al't:l'SII al ast:ntmniento.·\1 Una novcdad aún más notahle es la que su- pIIII(' la ap:lridlíll L'II Ftruria de palacios lllolllllllcnt;¡lcs o «casas solariegas» 1'\1 l' II·:lIIII'0. I :1I1a arlllalidatlrOJlOCl'IIIOS dos cjemplos, la villa de Murlo, Cll -:: ! . I F,r.UIIA 12. Cervcteri, necrópolis de la Banditaccia. las proximidadesde Siena, y la de Acquarossa, al sur del lago de Bolsena.35 El descuhrimiento de estos. lugares hace unos treinta años más o menos supuso toda ulla sorpresa, y tOl.lllv(a nos rcsuU., dificilupreciar plenamente su signi- ficación. Amhos complejos palaciales fueron reconstruidos en el siglo VI a .e. y decorados con hermosas terracotas arquitectónicas; pero sus predeceso- res del si!!.lo VII, aunque escasamente atestiguados, representan los primeros ejelllplos dc arqllitectura lllonullIcntal rClllizada con matcriales no perecede- rus que han salidu a la luz en Etruria. Ambos lugares, podemos afirmar, fue- ron destruidos violentamente durnnte las úllimas décadas del siglu vi, vícti- mas de In agitllci6n política que ASoló a la Italia central en esta época (véase il/¡m, p. 341). En los principales ce~trus de población el desarrollo de una arquilectu- ') ra monumentíll en materiales no perecederos y de una planificación urbana se pr~~ujo un poco más tarde, durante la segunda mitad del siglo VII a.e. Fue ~ tamlnen por entonces cuando empezaron a aparecer las grandes necrópolis plani~icad~s, La m:l~~~_?~~~~~II~~ ,~~ la de Cereo cuyo cementerio de 19 1 ~~~~i~~k~~~;~~~~s~~~~:fg,:·~~.~li~~~~;:~~~n~~ ·~~~~~i~~~~ea\oJ~.~:t~ r (figura 12). El otro ejemplo famoso de necrópolis «urbanizada», el cemente- rio de Crocefisso del Tufo, en Volsinii (la moderna Orvieto), data del siglo VI. Pero es en Roma donde tenemos los testimonios más claros y más anírJ guos de desarrollo urhano dentro de la propia zona habitada. Los testimo- • 1 • • ~ -, ~ ~ - ~ - ~ :\ :lo ~ - 9 r 120 I.IIS o lll {mNflS f)fl IIUW\ Il\nmenlo ya hemos se~nlndo !:u ~ (epercu~i(lne~ ell el cslil(1 de vidn y el f.,hll.f de In ari~ l ocracia , Pero a 1(1 I:lrgo clcl flCrlodo nrcaico, las i,lcas gricl!as urec· tarrall ¡¡ luclos los a~pec los villlles en lodos los niveles de In sociedad, El arle, la :lrIlui lcClul'n '! la religión Clllpc1~1ron )'ó! a lronsforlllnrse dumule cl perlo- ( dU uricn l:lli1,atl le, Pero el c:Hnllio m¡b: prorundo se produciría en la esfera pt .. IUie:! dumnlc la seguncla milad del siglo VII, E. .. e camhio !'CrIó! la (ormacitín de la ci udad-cslntlo, LA UR IIAI"17.ACllíN l/ncl de IIIS ~ignnlO mns iHl l14lrlnnlcs tlel del\:lrrnllo de las ci ududcs-eslado lle la Il alia ce nl ,'ul es el C111lChi11 que I'IIJelllll." clhscrvar en e l aSlleelu ffsic(1 de lcl.~ Ilsenl,unicLlIIIs. Fue eslc 1111 prnccsn l ¡¡r~1I y p:lulathlll que se ¡llichi IL CH- lII icll7.IlS de la EdnJ Jd l-licrr(! (siglos I X-VIII a,C), cuandu el 5islema de pe- (l uci\ns pnhl:ulm silLladns cn la ciOln de las enlinas empe7.o a Ullificnrse y dar pliSO ¡¡ gnllldclO IIsCLllnmienllls l1udeares.. El renc-lIIlcnll IlcnUllliuadn "I\flllll' urt'mnn .. se cncuentrn especiulmellte hicl1 dllculllenlatlo en la Etru r;'1 lIIe- riÚional. En Tnrquinia, por ejemplo, unos cuantos pequeños pohlados de ch(lzn~, separados unos de otros por una distancia de unos pocos kil6metros, pruvislll cndn lUlO de una o vnrias necrópolis, dieron pOlSO n lo largo cJel si· (!11l \' 111 IL un úllicn centro nuc!cOl( en la IInmntlll mcseta de C'ivitn; llIicntmlO lantn, lus cemellterio~ nisl¡¡dos de las aldeas fueron reemplazados por uoa unien lIecnipolis gcne ral 5ilu¡¡da en el vecino cerro de Monterozzi. Y pode- mus (¡ISlrcnr ulla evolución pareciun en Cere y Veye¡¡"ll En l'l Lncin 1:1 si!LInción nn esln 14111 dara , pem e!\ prnhil hlc (Iue IUl1lhién fH lll i lOe prO(lujern UII jlnICe50 similar, con el desarrollu de pobhlcJos COOl::en- IracJus en lultares ocu\lndo~ hnst:1 entonces por altlef!s nislatl!1¡¡" Así parecc que Clcurrili en Roma ti (jnnles J e In rase IIR (cumicnzO!i de l siglo VIII n,(',), 1111 poen dl.'Spués en (j:ahins (pruhahl,elllenle dc¡¡pués l!c 7:"11), Y IjUi7Jí lam· hien en olnlli ccntros como L:lvinio, Ardca y Andn,lIunljue en eslus lu{!.ares lanln el jlrtlCeS(1 en ,;1 eClmn la rec!llI en que sc produjn sigllc n siendo ctmje- l ur;¡k~\J '.n eslruclnrn de ,.'s l l~ pllhl:llJ¡1ll nLlcleares rcsll lla diffcil de imagi- n:lr: LI'\ltl 1\' clul' I'c'lklLltlS .. firmar ~'s 'lue. a jm:g:u por !lIS It's tinlllll ios disll'l- nihIL's hasl:, cllllnl1lCLlIlI, e!ij¡lhun rormadus por grande!li cunccntmcinnes de eahaiias, ¡¡in (lile cxisln n S¡ItLllI!O evidente5 de planificación u ('rgn nización fo r- mal del espadu, I llastn LIIt'dindns clcl ~¡~In VII a,c' no cmric7 .. 1n a !tilcersc piLlentes los c¡¡m· !lios. Eu ese nUHllcntoln n"cicnle e lite aristocrática emrezó n hacer ostcntll- ci(lIl lle Sil rillllC7,II y Sil I"re~ ligjn con la cOll st rucción de lumha~ de cámara IlICllIllIl,~' nl.,k~ re ma ladas pClf tL¡muICl~ Itignntcscos y silu:ld;¡s mnjclOl uma- Im'nk kjus dc las nccr(¡polis gcncrll les, tI mcnudu ti In Inrgu de la prillcip;11 vCa lilo m'\.'\'so at HSl.'lltalllicnlo,,\1 lIua nllvednd nü n l1ub Iwl a llle es 1 .. que ~u pCIIIl' In II pnridl'ill l' lI F. lruria de palaeins monllmclltale,~ n "Cll!;;,!S snlnrie~n,~" ,'11 d C':lII IIIoI, I :LI la at' II L:llic l:ull'lllllln'l lu's litIS cjemplc1s.. In vi lla de Murlll, e ll = ==. I I I I I I F,CiU." 12, Cervclen, necrópolis de 111 Dnndilaccia, Ins pro:<imidades de Siena, y la de Acquarossa, al su r deltago de Bolsena,lS El descuhrimiento de e~los lugares hace unas Ireinta anos más o menos SUpU50 lud" uua smpresa, y tudavla \lOS resullll JiCfcil upreciar pleuallIen le IU signi- ficación, Amhns complejos palaciales f~eron reconst ruidos en el siglo VI a,e. y decorados con hermos.,s terracotas arquitectónicos; pero sus predeceso- r:s del siv.lll VII , ~unCJuc escnsamenlc atesliguados, represenltln los primeros eJemplos ,le :m lllll ectur:1 IUIl11UIIlcnlal reuli'l'Jlda cun malcrinle~ un pcn:ccdc- ros que han sa lido a 1;1 luz en Etruria, Ambos lugares. podemos afirmar, rue- mn tlcSlruidclli vinlenlnmente durnnte las últimas década¡; del siglo vi, vícli- mas de 111 agitnción pnlflica lJue 1I!IiOló a la !lalia centrAl en esla época (véase ;lIfm, p, 3-41), En los principnle5 cenl (05 de población el desarrollo de una arqUileCIU- ) ra monu~llenl;, 1 en male riale5 no pe rececleros y de un a planificación urbana se prodUjO un poco más tardc, duran le In segunda milad del siglo VII a,e. Fue Inmbitn por cnlcmces cuando empezaron a aparecer las grandes necrópolis plani~cad~s. La má0~m~.a ~? ~II,~~ ,~~ la de Cere, cuyo ce menterio de I!J 1 ~I.~I:!: ~,I, quém¡¡~ ~ ,~P!9~.!!fl~_ ~ ~~ _~e~~i,:!~!" ~c¡,}~~i~~!\~ ~~ !o~ ~u~f: lus>!, empe7.ü ti levanlar~ en Ig" n60s inmediatamen te anteriores al 600 a e. (11!!urn 12) ,- Ef7;(ro ejcnlp l~ filmo~ de' necr6polis .. urbnniznda .. ; e l ~eme n;e cio cle Crncefi~so del Tufo, en Volsinii (la mode rna Orvieto), dala del siglo VI. Pero es cn Rom:! donde tenemos 105 testimonios más claros y más anti-l Ituos de dcsarrullo urbano denlro de la propia zonn habi lada, Los teslimo- ." , 122 LOS OR(G1oNES DE ROMA nios arqueológicos siguen eslnndo hnslnnle disper~m;; pero en In nclll11lidnd lellenl\ls suficientes datos pnrn ofrecer unn imugen eSlfuel11lÍ1ica de la noln- ble transformnción que se produjo n finnles del per(odo orientnli7.nnte. El ~~~· ,.:~iJ~'!5!~I!:~~I1 .~~~l . ~~~~~!~'~1.iP.:"~ J~r.(1dujo n, I1Jetl i 111 los, del ~iglo VII n.~ ~~, CJ!t~~~dl!~ C.;ll.~¡;i~~}.S!ll-'~~.:1~.-El'_,I:~s.}~~Ü~dinci("~cs de. InIIamnda Vln Sncnl): -TT /- :.~)~quus OOIl"tl11l11 fuerondcmohdas y en su IIIgnr qued(í una especie de sol~::~' Aquf estu~o el E?!.\..~f~I~' Unos niios mñs tnrde, qui7.ñ en lorno ni fíí5' n.t .. se re novo el pnv,",enlo y en esln ocasión se 'cxlendió hacin el noro- este COII el fin de dnr cabidn ni Comicio.'" Aproxill1mlnmente de esn mismn épocn dntnn los primeros testimonios que tenemos de cnsns construitll1s con mnlerinles 110 perecedero~, de piedra y con techumbres de tejn: los mnleria- 1 ~~I e,~ cueslión hnn sid.o encontrn~os en In Velin. Los edilic.i~~. n.~~,I?~?:~~e~ L.!::llntmn dntnn de comIenzos del s)glo y!. ' El edHicio púhlico m:ls nntiguo que se hn idenliliendo hnsln In fecha es la Regia, misleriosn construcción situndn en el exlremo orient:!1 del Foro. que ell ¿pocn rcpuhlicnnn era un snntunrio de Marle y Ops Consiva, pero que en tiempos de los reyes prohnhlemenle rormnrn pnrte de un complejo m:ís !!ran- de en el que resÍLHa el 111onarca. Est:l interpretncÍt'I11. :lcorde con In tradición lilerarin (por ejemplo. el diccionnrio de Pnulo-Feslo. en el nrtfculo «Regin" dice: «residencin del rey"), se ve respaldada por In compnrnci6n con los pn- Incios de Murlo y Acqunrossn. con los que In Regin presentn nlgunns simili- tudes (vénse ill.{m. pp. 2H2-2H3). En In otrn pUl1tn del Foro se levanló un edificio en el extremo norte del Comido. que dnln del niio (i(KI n.c., nprmtimndal11ente; hn sitio identilicndo de modo hnstnnte plnusihle con In Curin Hoslilin. el primer palncio del Se- mulo. que In Irndiciún "trihuye n 'n,Io Hoslilio (dc ahl su nOl11hre) .. Vl IIacin 5HIl n.e rue rcestructurndo cl Comicio. construyéndose en su pnrle meridio- mi un s:1nlunrio 1110nument,,1. EnlR1J1J Gi"como 130ni descuhrió los restos del s:1I1tunrio situndo debnjo dc un pnvil11ento de l1uírmol negro. que eviden- lemenle cm la "I'ietlm Negra del Comicio" mencionndl1 en Ins ruentes nnti- guas (Festo p. I H4 L: «niger Lapis in ('omitio"). El santunrio contcnfn un al- Iar. la parle inferior de ul1n columnn (que originl1rimnente qui7.:l sosluviern una estat ua), y un I rol.O de un hlolJue de piedra con lIIm inscripci6n en Inlfn arcaiw (ri!!l1r:J 1:1). En la époen de su deseubrimienhl causó grnn sensnci6n porql1t' en ella aparecía la pnlahrn /'('cr!Í (= /'C'~; en lalfn c1:ísico. dativo de H!X. «rey") y. por lo tanto. vino a turhar n los defensores de la teorfn. ~nlonces lI1uy t'n ho!!a. de que la monnrquía romnnn crn un milo .... ' l .. oI"I',·noli,·nll·"'I'''''· ,1" '«' <Jl"- dii{'r:l d ""I:!t" l'!,r 't' r('"'~c ~~" ' ~r:-!"1~'" ' l' tllI.llll:rd" ,,, parle conscnada resulta !'UI11i1mcnte difícil de interpretar. y el reslo súlo pllcde reconstruirse medinnte conjelur:Js-. los esludios m:ls re- l'Íenlcs han cI:lIiricmlo el significndo del contexto mOI1l1111enl,,1.411 Se trnta del .~anlllari(l qllc Ips rom:II1l1S dt'nominnhnn Volcnnnl (esto es. templo de Vulcn- '\(1 l. rdal'iPlwdll p{'r di\'crS{l~ cnnduclos con In rigura tic R(ímulo. Algunas fUCl1lt'" It'n'rc c"a~. al pnreCl'r. Varnln) ereínn que era la lumha del rllndndor lk la cilldad. Fstc hCl'h(l lt'slllla haslante cxlr:lIio por cII:lnlo no cxio;te lum- EL NACIMIENTO DE LA CIUDAD-ESTADO 123 r'OURt\ 13. S:lntullrio del Niger Lllp;~: inscripción :lrca;clI. h" nlgllnn en dicho sitio: ndem:ís Iris diversns leyendns d"n ti entender que el cuerpo de Rúmulo desnpmeció y, por lo tan lo, no habrla podido existir nin- guna tUll1ba suyn.~1 Quiz:í lo que quisiern decir Vnrrón es que se trataba de un cenotario o «heroon». Otras ruentes lo describen no como su lumba, sino como el lugnr en el que Rómulo encontró la muerte.42 En cuanto a la ramo- sa inscripción, prob¡1blemente sea In misma mencionada por Dionisio de Ha- licl1rn"so (11.45.2). quien afirma que Rómulo dedicó una estatua suya a He- , resto (esto es, Vulcano) y que colocó una inscripción «en cnracteres griegos» ' (esto es. en "Irabeto arcnico) relatnndo sus gestas. Un depósito volivo enconlrndo dehnjo del Niger Lnpis contiene mate- riales que se remonl"n n la primera mitnd del siglo VI. y nos proporcionan .- 'Z ." "" ..... , ... 122 nio!; :1ttIU CC1 I "I~iclI~ :'i il!!lell C:'i lnnuu haslnnle dil\r{' r:'io~ IYtn en la nr.(UillilhHJ ICI1 l'11111:'i lIHl"icicnlc.c: tlnl~ p:Hn u rrcrcr UII1I i llln~CII c:'it)ucm:llic¡¡ tic lil noln- hlc Irat1:'ir"Tmaclón que .c:c pnx.lujo :l rinnlcs del rcr!mln micnta1i7.:lntc. El C!.~** ~tgn() tldiuitln oc cmnhiu ~ JUlltlujo n tII clli ¡"ltl~ ,Iel !Oói¡! ln VII :l.e: ~'-cl!~~;:-t!~c.~~~~"lf.f~ll ü~~~[Cii -¡;~~ ín!!!cdi;¡cilll! c.<;" tic, In nii/l1;ula Vfa S:lCt;l ~ .., -- ~,ª"quu.c: Domit inni rueron JCñ,ulilJml y en su hrgllf qucdtí un;] csrccic úc Ji:1,l;lt.-'" Allltf c:o; IUvII el ~l;!!.cr !:2J~. Uno!'> ailm mlb ':l rdc. qUi7 .. í en lorno ni [8ñ1" .. :'i1! rcnuvJ el pnvlmCn!u y en c!li ln "c".c:iÓn sc extendió had " el IInTO- C:'i lc COl! el fin dc U¡u cubid .. 111 Comicio . .I1 Aprolthlliulnmente de C:'in mismo érmc:l tl;lI rm los primerN IC:'it imonios que tenemos eJe en!in!> constf1ti Ll:l .~ con nmlcrinle.c: 11 0 pcrcceue ro~ uc piedr" y con tcchumhrc.'i dc tejn : to.~ nl"leri,, - , ~~~I c .~ cuc~lión h,," ~¡d.o enco"I"'~~ en lo Veli" . Los edilic.¡~~;¡.~~,I~~o~ .. ~~~ ~Ialmn 11 ... I.,n uc com len7.U~ dd siglo VI. . . El c.liricin púhlico nl~S onli[tuo IIIU: sC ha iuentilicl1tlo hn~1111n kchn e!l l3 Hcg;lI , mi :o; lc rio:o;n con~l rucciún ~itunua e n el extremo o ricnt¡.1 uel Foro, que ell é poca rc puhlicnnn ern un snntunrio de Marte y Ops Cou:o;iva, pero que en I;emp\l~ de I n~ rcye~ prohnhlcl1Ienle (orlnarn pnrlc de 1111 cOll1plcjn m!i~ j!r"n- Ile CII cI IIuC re~idfa el mlmarca. E.~ I:l ;nterprc tncicill, ¡lctlnle clln In trndidl)n lil crntin (por ejemplo. el dicclon;¡rio de Pn\llo-Fe~ lo. en e l nrHculo "Regi;¡,. (fiel': .. re:O; ;llcncin del rey .. ), ~c ve re~rAldtlúa por In rompn r¡¡ci(¡n con 10:0; P"- l;1cill~ de Mudo y Acqu:lto:o\:\:I. con lo~ que 1;1 Reg;;¡ prel\enla nlgunn~ liimili- Imlcl\ (ve:. :o;c ;/I{m, pp. 2M2-2M3), En 111 IIlr;1 plllll;l ud Foro :o;e levlll1ló UI1 ed ificio en el eX lremo norle del {'¡llllkitl. quc 11,,10 del "t10 (¡( 1I.1 a .C. nptmdm¡¡dmnente: hn sitio itle ntilic;¡do de 11111110 hn~lnnl e plnu~ih l f' con 1., Cur;t1 Hrn: lili tl, el primcr p.,lncio del Sto lindo. tille 1" Ir l1dicici" ... trihuyc :1 'ntlt, H tI~ lilio (tic nhf ~ 1I nUlllhrc ).·VC Il ncin :'iRC I ",e fil e lee~l tllcl\lrndo e l Comicio, conliltuyéntl~e e n i';U pnrt e meritlio- lnl un ~;¡n llll"l ri(1 monllmcnl,, 1. 1;11 IRtW Gi;tcomo n on i de¡;clLhr ill lo~ relilo.~ dr l 1':,,,1 !ll"Irin ~i lu"do t!(' h;¡ju tle IIn pl"lvimenlo uc mlÍ rmol negro. que eviden· temente t' r;1 1" .. I';c tlm Ne!!-r:, del Comicio .. mencillnl"ltln en 1m.; rlle nle:¡ l"In¡j- f!lIa¡¡ (Fe.,¡;ftl!l. 1M 1...: .. nif.e r Lnpi:o;;n ('l1mllio .. ). El ~nt Ul"lrio contenrn un al· I¡cr, la ,,;cric infc rinr tic Ulm culumnA « IUC originnrirttnenle (IU;1.~ so~tuvie fll ulla ~'~I:tllla). 'Y I II11ruZtl tic UI1 hluIIUC tic piedr:, con unn i ,, ~ripci~in en 1:1Ifn arca;cII (fiJ.!1Ifn I J). En 111 épncn tic i';U de.~cubrimienlll (,1111;(1 {!.riln :o;cl1lincitin P0 I"Illl\'I.' l1 clh, :l1'¡II"{:dn I¡~ p:cl;thrn '1'(.,.; ('" n"K; en ¡¡¡Un eI:bien. tla livn de '·c,r . .. .. c'Y .·) ~' , (1m In Iml lo. Vic IO :1 IUfhar n I II~ ddcnsore~ de In lemfn. ~n ItII\CC 1; muy \' 1\ ho)!.a. tic que In nlll1lrtrt lufa rHmalla cr ;c 1111 mill l. N 1 .. ,l"",·",1i,· " " , c", · .... , ,Ic' tc' 111 ' " ,1i;('I':1 et t,'"rc' I'!'" 11, r!f"":-\" ~ ~" '!"":"!!"'l!"Tl , h' HHC"bth . la l':c1"1 <: cll.N: c·\;td;t n:.511113 sum¡¡mcnle difícil tic interpre (¡" . y d rcsh , .~(,1u !,Ul'clc I ·l'C"I1 I1 :\ tn, ir.~e metli¡¡nle ct1njc l\lt:l ~-. lo~ es l\ldio~ m:1!! re- cÍl'n lcs hall d arifiC:ltln el .~i~n ifk"do del c(lnlcxl n mnl1umenl aL.II1 Se Iralo del ~: tntl' :'I in 'IIIC le ... rnm: lI1C l~ t!l'nnmin;¡hnn Vt,Ic,tnnl (e¡¡lo es, te mplo de Vulen - 11.' ). ,daópu:"I" por cli"~'r~c'~ Crl lld l1c ll~ cun In figura dc RI'lllIuln. A lguna~ rll c"t
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