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ANÁLISIS DE CONCEPTOS - copia

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Celeste Alehlí Arenas Martínez
Grupo: 1-02 No. De lista: #02
ANÁLISIS
“CULTURA Y DOMINACIÓN DE CLASES”
Para Pierre Bourdieu, las clases sociales ocupan un papel fundamental, analizando en base a ellas los distintos estilos de vida, pues bien, dentro de estos hay un beneficio a una población dominante dentro de cualquier lugar donde existiera una sociedad; un ejemplo es dentro de las instituciones escolares, donde se dice ser igual la educación para todos cuando existe un privilegio a aquellos individuos de sectores con mayor ventaja que la media y, de igual manera, coexiste una dominación en las relaciones de género, donde el hombre es quien predomina en la sociedad.
A partir de esta, se generaliza a las prácticas culturales en las que se termina normalizando; y si bien, son culpables que la lucha de clases sea una lucha por estilos de vida debido a que los capitales que posean en el presente y la herencia social determinaban los habitus, gustos y estilos de vida; por ello, Bourdieu decía que los campos de socialización son dinámicos y producen una jerarquización en la cual estos funcionan para las relaciones sociales donde se unen grupos y vaya, se relacionan. A esto llamó como “Espacio social”, donde parte de la existencia de, vaya la redundancia, un espacio social formado por distintos campos a los que corresponden respectivos capitales para diferenciar las clases sociales, las cuales divide en 3: capital económico, capital social y capital cultural; sin embargo, para conocer cada aspecto de la capital, hay que conocer el concepto de capital.
Bourdieu representaba al capital como el producto de una relación social, donde recibe un valor y eficacia en el campo en el que se produce, ya que el capital global es desigualmente distribuido y determina las oportunidades de los individuos. De ahí, parte los diferentes campos de vida social, es decir, los capitales, los cuales son establecidos por el sociólogo francés y que por ella se abre el estudio de la estructura social, los cuales cada uno tiene su propio concepto:
Capital económico: Es comprendido por la percepción de Marx, donde existe la relación del carácter del trabajo con el valor de la mercancía.
Capital cultural: Para Bourdieu, hay 3 formas de este, como lo son: 
Estado incorporado: Aquella que es durable y que no es material
Estado objetivado: Son los bienes culturales que constituyen con un valor económico y cultural.
Estado institucionalizado: Es la “forma de objetivación”, es decir, todo que está ligado con lo académico
La acumulación del capital cultural exige una incorporación que cuesta tiempo e inversión personal, es decir, trabajo de adquisición. El capital cultural deviene una propiedad del cuerpo, una parte integrante de una persona, un habitus.
Capital social: Conjunto de recursos actuales o potenciales que está estrechamente vinculado a la posesión de una “red durable de lazos o relaciones”, es la pertenencia de un grupo y la relación de este por medio de propiedades comunes.
Dentro de la teoría de Bourdieu, su concepto central son los “habitus”, que son definidos como una serie de esquemas internalizados por medio de los cuales se percibe, comprende y evalúa el mundo social; también como “estructuras mentales y cognitivas” mediante las cuales los agentes manejan el mundo. Los habitus son “sistemas de disposiciones duraderas y transferibles”, producto de los condicionamientos asociados a una clase particular de condiciones de existencia, ellos se adquieren como resultado de la ocupación duradera de una posición dentro del mundo social, y es por esto por lo que “a cada clase de posición corresponde a una clase de habitus”
Con lo anterior, podemos adentrarnos en las luchas de clases sociales, las cuales tiene consecuencias para los dominados, puesto a que el campo de poder está restringido para las clases dominantes, debido también que los dominados piensan con las categorías mentales heredaras de los dominantes, es decir, que si se encuentran en dicha posición de privilegios es porque son “mejores” o “más preparados” que el resto.
De ahí nace la violencia simbólica y física por parte del Estado en la que usan las formas de poder para poder ejercer esa violencia donde realizan una estructuración en la mente de la sociedad por medio de esta y la hegemonía y de la cual causa desigualdad ante todo pero, retrocediendo; esta manera de percibir la sociedad misma, inicia en la infancia, con el adiestramiento que debe tener cada individuo para funcionar en la bendita sociedad y recordando que en el capital cultural, interviene la educación; el sistema escolar está adaptado a los que poseen una determinada cultura, haciendo que los de las clases más desfavorecidas socialmente también se encuentren ante una posición desfavorable del saber académico y por ende, en la vida.
ANÁLISIS
“LOS SIETE SABERES NECESARIOS PARA LA EDUCACIÓN DEL FUTURO”
Nacido en la capital de Francia, el 8 de junio de 1921, Edgar Morín es un sociólogo y antropólogo francés, es considerado como uno de los grandes pensadores franceses actuales, además que en los 50’s ocupó un lugar destacado en la sociología francesa, siendo así, que formó parte del llamado grupo de los 10, dirigido por el doctor Jacques Robin y que reunía a biólogos, cibernéticos, físicos y renombrados expertos en diversas áreas.
En su libro, “Los 7 saberes necesarios para la educación del futuro” explica dentro de 7 capítulos, los puntos esenciales que considera necesarios para la educación misma y exponer los problemas ignorados que se deben tratar para así realizar una buena educación. Cada capítulo es el desarrollo de cada saber, y de los cuales se dará a conocer en este análisis.
En el capítulo 1, titulado como “Las cegueras del conocimiento: el error y la ilusión”, trata sobre que la educación debe permitir el error y la ilusión como parte del conocimiento, pues este no puede estar amenazado por ninguna de estas 2, ya que no sólo están sujetos al error, sino protegen los errores e ilusiones que están enganchados en ellos porque el conocimiento es una interpretación de una realidad, puesto a que estos sufren una reconstrucción continua a medida que nuestras ideas evolucionan y nos cerramos a la interpretación de nuevas ideas, por ello la necesidad de la autojustificación.
Sin embargo, el ser humano es complejo y multidimensional porque el conocimiento para que sea pertinente debe reconocerlo, pues es inevitable no enfrentar la complejidad, es decir, cuando son inseparables los componentes interdependientes de un todo. El aprendizaje por disciplinas impide ver lo global y lo esencial y diluye la responsabilidad individual en la resolución de problemas. A todo esto, lo explica el capítulo 2 “Los principios del conocimiento pertinente”, donde bien, ocupamos generar métodos que faciliten el conocimiento de las relaciones y complejidades de lo que aprendemos para poder contextualizar en algo más global que cobre sentido.
Para esto, dice Edgar Morín en el capítulo 3 “Enseñar la condición humana”, que la educación del futuro debe acompañar a conocer la identidad individual del ser humano y al mismo tiempo la pertenencia al colectivo humano, pues está nuestra identidad individual, asociada a nuestra identidad como especie y la identidad social conforman la realidad humana, debido a que la identidad compleja es lo que se nos asocia como ser único, mientras que la común, es el de la sociedad. 
No obstante, no sólo hay una identidad individual y otra común, pues vivimos ignorando el mundo en el que habitamos y que esta la compartimos entre todos; cuyo destino planetario de los seres humanos es una realidad clave, hasta ahora olvidada por la educación; por lo que en el capítulo 4 “Enseñar la identidad terrenal” y debido a ello, destruimos nuestro planeta y a nosotros mismos porque no entendemos la condición humana ni tenemos una conciencia que nos ligue a nuestra Tierra. Por ello, se llega a la conclusión que la muerte de esta puede ser causado por un arma nuclear y que la solución es la unióny amor que como seres humanos podemos proporcionar pero que principalmente debemos estar educados para así, evitar la extinción humana
Durante toda la vida, tal vez en innumerables momentos y ante infinidad de situaciones, hemos sentido esa sensación de incertidumbre; pues lo inesperado, lo incierto, nos hace sentir inseguridad, vulnerabilidad, nos encontramos en un estado de desequilibrio e inestabilidad; para esto el capítulo 5 “Afrontar las incertidumbres” dice que, vaya la redundancia, afrontar las incertidumbres, las inseguridades y enseñar a nuestra mente para esperar lo inesperado y desarrollar un pensamiento que reconozca lo incierto.
Finalmente, en los capítulos 6 “Enseñar la comprensión” y capítulo 7 “La ética del género humano” habla de la comprensión está ausente en las aulas, cuando en realidad es medio y fin de la comunicación humana. La comprensión nos debe servir para poder mirar y asentir a la realidad del otro construyendo la base más segura de la educación para la paz, porque este debe ser un proceso de empatía ya que se ve amenazada por las diferencias de pensamiento donde todos estén en contra de todos; si bien, la ética debe formarse de la conciencia de que el ser humano es individuo, parte de una sociedad y a la vez parte de la especie; teniendo en cuenta estos tres aspectos, generamos una ética personal, social y terrenal que abre nuevas posibilidades de comunidad, de igual forma la exigencia en la democracia y política, regula la solidaridad e igualdad en la sociedad.

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