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Año 1 • No. 4 • Revista de Divulgación de la Ciencia de la Universidad Nacional Autónoma de México Prohibida la reproducción parcial o total del contenido, por cualquier medio, sin la autorización expresa del editor. 3 De entrada 4 De ida y vuelta Cartas de nuestros lectores 5 Ráfagas Noticias de ciencia y tecnología 7 Ojo de mosca Bichos 14 Aquí estamos Sobre lagartijas, vida cotidiana y ciencia 20 ¿Quién es? Silvia Torres-Peimbert 29 Retos Acertínale 30 ¿Qué hacer? ¿A dónde ir? Sugerencias para el tiempo libre 31 ¿Qué leer? Reseñas de libros 32 En broma Humor en la ciencia Secciones 16 Simetrías en la naturaleza Descubre la armonía que existe en el mundo natural. Fotos: Arturo Orta y Eduardo de la Vega Texto: Jesús Valdés Martínez 7 En marcha la Estación Espacial Orbital Paulino Sabugal Fernández 8 El día de Tonatiuh Entérate cuál es el mejor día para recibir la energía del Sol. Sergio de Régules 19 Los nerds, protagonistas de una nueva cultura Las aportaciones de una cultura pop basada en la tecnología. Alicia García Bergua 25 El decálogo del vidrio Descubre las sorprendentes cualidades de un material que todos usamos, más valioso que el oro en la antigüedad. José Antonio Chamizo 22 Las superbacterias Resistentes a condiciones de vida inimaginables, su estudio abre nuevas perspectivas a la ciencia. Agustín López Munguía 12 La insoportable levedad del electrón Crispín era el alumno más racional en la clase de física, hasta que un día... Plinio Sosa Prohibida la reproducción parcial o total del contenido, por cualquier medio, sin la autorización expresa del editor. De entrada Universidad Nacional Autónoma de México DIRECTORIO Los artículos firmados son responsabilidad del autor por lo que el con- tenido de los mismos no refleja necesariamente el punto de vista de la UNAM. Prohibida la reproducción parcial o total del contenido, por cualquier medio, sin la autorización expresa de los editores. ¿Cómo ves?, Publicaciones UNAM, es una publicación mensual nume- rada de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia y de la Di- rección General de Información de la UNAM. Editora responsable: Estrella Burgos Ruiz. Reserva de derechos al uso exclusivo del título ante el Instituto Nacional del Derecho de Autor de la Secretaría de Educación Pública 04-1998-100218414100-102. Certificados de licitud de título y contenido expedidos por la Comisión Calificadora de Publi- caciones y Revistas Ilustradas de la Secretaría de Gobernación en trá- mite. ISSN en trámite. Impreso en: Tipos Futura S.A. de C.V., Fco. González Bocanegra # 47/B, Col. Ampl. Morelos, México, D.F., Tel. 526 10 94, fax 529 05 17.Distribuido por: Casa Autrey Distribucio- nes, S.A. de C.V., Av. Taxqueña 1798, Col. Paseos de Taxqueña, México D.F. C.P. 0425, tel. 624 01 00, fax 624 01 90 Distribución en el D.F.: Unión de Voceadores y Expendedores del D.F., Despacho Enrique Gómez Corchado, Humboldt 47, Col. Centro, México D.F. C.P 06040, tel. 510 49 54. Tiraje: 10 000 ejemplares Toda correspondencia debe dirigirse a: Dirección General de Divul- gación de la Ciencia, Subdirección de Medios de Comunicación, Cir- cuito Mario de la Cueva s/n, Ciudad Universitaria, Delegación Coyoacán, C.P. 04510, México, D.F. • Tel: 622 72 97 • Fax: 622.72.98 Correo electrónico: solange@servidor.unam.mx Año 1, número 4, marzo 1999. Rector Francisco Barnés de Castro Secretario General Xavier Cortés Rocha Coordinador de la Investigación Científica Francisco Bolívar Zapata Director General de Información Gerardo L. Dorantes Director José Antonio Chamizo Guerrero Subdirector Jesús Valdés Martínez Coordinación Editorial Juan Tonda Mazón Editora Estrella Burgos Consejo Editorial Rosa María Catalá, Luis Estrada, Julieta Fierro, José de la Herrán, Agustín López Munguía, Areli Montes, Luis Alberto Vargas Asistente Editorial Isabelle Marmasse Jefa de Redacción Gloria Valek Jefe de Información Luis Felipe Brice Diseño Salvador Gutiérrez Colaboración especial Rosanela Álvarez, Nemesio Chávez Arredondo Publicidad Laura Fischer, Manuel Martínez Suscripciones Solange Rosales La primavera está próxima y en ¿cómoves? hemos querido hacer un peculiar homenaje al Sol, o Tonatiuh, como lo llamaban los az- tecas. En nuestro artículo de portada sigue el recorrido del Sol por la bóveda celeste, a la manera de los astrónomos prehispánicos, y descubre cuáles son las fechas más propicias para reci- bir su energía. En este número también te ofrecemos un tema que ocupa a investi- gadores de todo el mundo: es la historia de las llamadas superbacterias, seres sorprendentes cuya resistencia a las condiciones de vida más adversas puede ser una clave para solucionar problemas tan graves como la contaminación ambiental. El estudio de las superbacterias, además, aporta conocimientos sobre el origen y la estructura de las primeras formas de vida en el planeta. Otros pobladores de nuestro mundo, mucho más grandes y evolucionados, pero que se han hecho notar hace apenas unos cuantos años, son esos jóvenes genios de la computación –los nuevos nerds– que han desarrollado lo que empieza a considerarse como una cultura de la tecnología, que lo mismo se manifiesta en los efectos especiales de las más recien- tes películas de ciencia ficción, que en el laboratorio del científico; en estas pági- nas entérate de quiénes son y la influencia que ha tenido su trabajo. Dos artículos más completan la presente edición de ¿cómoves?, y ambos dan cuenta de la estrecha relación que existe entre la ciencia y la vida cotidiana. En La insoportable levedad del electrón conocerás a Crispín, un estudiante perturbado por lo que observa en la televisión; El decálogo del vidrio es una invitación a mirar de otra manera un ma- terial tan común y corriente que ya no reparamos en sus extraordina- rias cualidades. Estrella Burgos Prohibida la reproducción parcial o total del contenido, por cualquier medio, sin la autorización expresa del editor. ¿cómoves? 4 fdg.lkdsufgoiuioug clonados, todos genéticamente idénticos a una vaca lechera Friesian de alto rendimiento, y tam- bién existen diferencias marcadas en el diseño de las manchas blancas y negras entre los ani- males. Las diferencias observadas en la piel de las clonas y su padre genético no son mayores que aquéllas observadas entre los gemelos idén- ticos que pueden ocurrir ya sea de manera na- tural o artificial siguiendo una simple bisección de un embrión pocos días después de la fertili- zación. Algunas fallas He encontrado a su revista accesible y con te- mas de interés. Sin embargo, encuentro algu- nas fallas que se demuestran en la diferencia de amenidad que tienen los artículos: desde el “De afrodisiacos, Viagra y química sexual”, en el cual el autor logra su cometido, hasta caer en lo te- dioso y mediocre de “¿Quién es?” y “Aquí esta- mos”. “¿Quién es?” me pareció una simple cronología de la vida de Vicente Talanquer, con un recuadro, llamado “Personalmente”, no dig- no de leerse pues creo que debería darse más importancia a los hechos que a las actitudes. “Aquí estamos”, por su parte, me parece que lleva un título comercial: “Los electrones y Luis Miguel”, aunque da consejos, dignos de tomar- se en cuenta. Rodrigo Hernán Sánchez Mazadiego Cuarto semestre. CCH Sur, UNAM Carta resumida Agradecemos tu carta pues son precisamente ustedes, los lectores jóvenes, quienes pueden enriquecer esta publicación. Sugerencias de un filósofo Soy profesor del bachillerato de la UNAM y es- cribo estas líneas para felicitarlos por su proyec- to y platicarles un poco sobre las ideas que se me ocurren al leer su revista. Está muy bien di- señada e impresa; eso merece un diez. Me gus- ¿Tienes comentarios o sugerencias sobre la revista? ¡Escríbenos! Publi- caremos tus cartas en esta sección. También puedes enviar preguntas sobre cuestiones científicas. ¿Cómoves? localizará para ti un experto científico universitario que te dará aquí la respuesta. Un leopardo no puede cambiar sus manchas, pero, ¿puede hacerlouna clona? Disfruté mucho su nueva revista pero quisiera comentar sobre la foto de Lady y Elsie del artícu- lo “Antes y después de Dolly”. Se supone que una clona es la copia genética idéntica de la cé- lula donadora; no obstante, el diseño de las man- chas de Elsie no corresponde al de Lady. El autor observa correctamente los importantes efectos del ambiente y la experiencia en el desarrollo del organismo. Quizá también debió haber discuti- do la posibilidad real de que la misma composi- ción genética puede dar como resultado más de una expresión somática. Dado el debate moral, ético y científico en torno a la clonación, esta posibilidad constituye una aportación interesante a la discusión. Buena suerte con ¿Cómo ves? Es una publicación atractiva e informativa. David Edington Universidad de las Américas Apartado Postal 211 72820 Santa Catarina Mártir, Puebla El doctor David Wells, del Reproductive Tech- nologies Group, de Hamilton, Nueva Zelanda, y quien nos proporcionó la fotografía que publi- camos de Lady y Elsie, responde: Se cree que una clona se verá exactamente igual que su progenitor genético original. Sin em- bargo, éste no es el caso de los animales que tienen piel moteada, como Lady y Elsie, ya que esta característica no se rige por un control genético estricto. La proliferación y migración de las células pigmentadas en la piel de un feto de- sarrollándose en el útero es aleatoria. Aunque extensivos análisis de ADN confirman que Elsie es genéticamente idéntica a Lady, es visualmente única. No habríamos visto este efecto si hubié- semos clonado un animal de color uniforme. Por otra parte, hemos producido diez terneros ta el estilo de los artículos y la publicidad. La sección “¿Quién es?” me parece de lo más im- portante pues es muy difícil orientar, calibrar vocaciones: ¡Uno mismo tuvo problemas para elegir carrera o área!, y creo que si un estudian- te lee el testimonio de un investigador que hace ciencia, podrá encaminarse. Ojalá esa sección fuera más extensa pues es fundamental que los científicos expliquen cómo hacen ciencia. Yo no pertenezco al área de ciencias básicas, sino a la de filosofía y me gustaría poder usar en clase (en lógica, ética, historia de las doctrinas y mé- todos) algunos ejemplos. ¿Podría su revista con- tarme cómo razona un físico, platicarme una decisión entre biólogos y psicólogos? En fin, les escribo para felicitarlos y pedirles ayuda, ya que han emprendido el camino de la divulgación de la ciencia para orientar a los estudiantes. Alberto Fabián Benítez Ponce México, D.F. Carta resumida Por el momento, no podemos dedicar más es- pacio a la sección “¿Quién es?”. Sin embargo, creemos que encontrará elementos sobre cómo se construye el conocimiento científico en va- rios de los artículos y reportajes que publicamos. Compuesto de la fotosíntesis Soy lector de ¿Cómo ves? y quisiera me ayu- daran respondiendo la siguiente pregunta: ¿Cómo se llama el compuesto que se forma des- pués de que el difosfato de ribulosa se une con el bióxido de carbono en la fotosíntesis? Daniel Giacinti Carta recibida por correo electrónico Nemesio Chávez Arredondo, biólogo y colabo- rador de esta revista, responde: El compuesto se llama 3 fosfoglicerato y re- presenta una de las etapas intermedias de forma- ción de glucosa a partir de energía luminosa, agua y bióxido de carbono llamada fotosíntesis, proceso fundamental para la nutrición de la planta. Prohibida la reproducción parcial o total del contenido, por cualquier medio, sin la autorización expresa del editor. 5 ¿cómoves? Conteo de galaxias Investigadores del Instituto Científico del Telescopio Espa- cial Hubble, en Texas, Estados Unidos, anunciaron el 7 de enero que según el último conteo —realizado con la cá- mara de campo profundo del Hubble—, existen en el Univer- so 125 mil millones de ga- laxias. Este cálculo significa que existen 45 mil millones más que lo calculado en 1995, también con el Hubble, pero a partir de una orientación ha- cia el hemisferio norte. Aho- ra, los astrónomos enfocaron el Telescopio Espacial hacia el sur (tomando como punto de referencia nuestro planeta), desde donde fue factible ha- cer observaciones hasta una En México se generan anual- mente casi 192 millones de li- tros de sangre animal, de la cual sólo una mínima parte se aprovecha y el resto se tira al drenaje. Es así como una rica reserva de proteína (alrededor de 40 000 toneladas), no sólo se desperdicia sino que se con- vierte en una enorme fuente de contaminación. Y es que, hasta ahora, la industrializa- ción de la sangre animal re- quería de una tecnología nología sencilla, barata, acor- de con la escala de producción de los rastros mexicanos y con un tiempo para recuperar la in- versión de poco menos de tres años. A partir del conocimiento de las propiedades de coagu- lación de las proteínas de la sangre (las cuales pueden re- cuperarse con calor y eliminar- les gran cantidad de agua), el doctor Pérez Gavilán desarro- lló un método para obtener plasma coagulado. Este pro- ducto contiene 95% de proteí- na y tiene una vida de anaquel de hasta un año en refrigera- ción. Además de valor nutri- cional, dicho plasma ofrece propiedades funcionales que permitirían adicionarlo a ali- mentos para consumo huma- no como los embutidos. El propio doctor Pérez Gavilán ha comprobado que la inclusión de plasma en niveles de 10 gramos por litro en queso tipo manchego y en salchichas no altera el sabor ni el olor de los productos y al enriquecerlos en proteína, disminuye su con- tenido en grasa. Actualmente, el nuevo mé- todo está en proceso de pa- tente y se realizan los trámites necesarios para comercializar- distancia de 12 mil millones de años luz. Esto se logró gracias a la reciente actualización de los sensores del Hubble. Pura sangre altamente costosa y exigía grandes cantidades del líqui- do para ser redituable. Ante esta situación, y a so- licitud de un rastro de cerdos ubicado en Michoacán, el doc- tor Pablo Pérez Gavilán, del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, de- sarrolló un método para el aprovechamiento de la sangre porcina. Sus ventajas: la obtención de un producto al- tamente proteico con una tec- lo tanto en México como en otros países. Por lo pronto, ya se emplea en el rastro men- cionado de Michoacán y se pla- nea la instalación en nuestro país de la primera planta de- mostrativa con capacidad para procesar 600 mil litros de san- gre al año. Durante la reunión anual de la Sociedad Meteorológica Es- tadounidense, celebrada a principios de enero, los espe- cialistas en ese campo seña- laron que la próxima década será revolucionaria en cuanto a la comprensión de nuestro planeta y a la capacidad de los meteorólogos para hacer pro- yecciones a futuro del estado del clima. Los científicos que estudian las condiciones meteorológicas de la Tierra cuentan con tecnologías muy especializadas que combinan el monitoreo con satélites y el uso de supercomputadoras; sin embargo, no pueden ha- cer predicciones con más de Mejorarán las predicciones del clima tres días de antelación y lo- gran hasta 70% de confia- bilidad, y sólo para áreas extensas, de cientos de kiló- metros cuadrados, con muy baja capacidad de detalle. En el encuentro se dijo que para el año 2004 se dispondrá de computadoras mil veces más rápidas que las que actual- mente se usan para estudios climatológicos, las cuales per- mitirán mayor precisión y ha- cer las estimaciones para áreas más pequeñas. Prohibida la reproducción parcial o total del contenido, por cualquier medio, sin la autorización expresa del editor. ¿cómoves? 6 fdg.lkdsufgoiuioug A fines de enero el Museo de las Ciencias Universum tuvo entre sus visitantes a 21 ro- bots, procedentes de varias universidades y centros de educación superior de la Ciu- dad de México. Su asistencia se debió al Concurso de Ro- bots Móviles, organizado porla Facultad de Ingenie- ría de la UNAM. El concurso tuvo como parámetros va- rias pruebas: cada ro- bot debía cubrir un recorrido en una pista con trayectorias con- tinuas o segmentadas y con diversos grados de dificultad según su categoría (básica, me- dia y avanzada). Tam- El Instituto Nacional del Me- dio Ambiente en Estados Uni- dos, organismo independiente no lucrativo, que promueve la creación de un centro para la investigación y la docencia en temas ambientales, acaba de abrir a consulta de los ci- bernautas del mundo una in- teresante página en Internet. Se llama Biblioteca Nacional del Medio Ambiente; su direc- ción electrónica es http:// www.cnie.org, y ofrece al usuario una base de datos sobre población y medio ambiente, que incluye infor- mación sobre la seguridad ali- mentaria en nuestro planeta, los llamados gases inverna- dero y numerosos documen- tos, mapas, fotografías y videos “en línea”. Asimismo, este nuevo sitio ofrece al usua- rio cerca de 400 informes del congreso estadounidense so- bre el tema ambiental, así como textos completos de le- yes y tratados ambientales, noticias ecológicas y el enlace con 300 publicaciones electró- nicas, creadas en diferentes países, que también se dedi- can a divulgar esos temas. Mamuts mexiquenses bién se calificó el tiempo en el que recorrieron las pistas así como la originalidad del dise- ño. Los ganadores fueron, en nivel básico, Francisco Flores, Mauricio Hernández, Juan Ber- nardo Pallares y Vicente Xelajú Torres, con el prototipo “GMB- X”. En el nivel medio, Gonzalo refiere a la causa de su muer- te, pues parte de los restos se encontraron desarticulados, lo cual sugiere que estos mamí- feros fueron arrastrados hasta el lugar en donde se encon- traron. Otros, en cambio, se hallaron completos, lo que podría significar que murieron en ese sitio y poco a poco fue- ron cubiertos por el lodo del antiguo lago de Texcoco. Para responder a estas incógnitas, los doctores Claus Siebe, Jai- me Urrutia y Ana María Soler, del Instituto de Geofísica de la UNAM, realizan algunas inves- tigaciones que sugieren que los mamuts están cubiertos por un material que se depo- sitó durante un solo evento — que podría ser una erupción volcánica— y no durante un periodo largo de tiempo. Aunque en los alrededores del Distrito Federal se han encon- trado restos de mamuts, no es común hallar muchos de és- tos en una sola localidad, como ha sucedido en Tocuila, cerca de Texcoco, Estado de México. En este sitio —uno de los más ricos en restos de fau- na del Pleistoceno tardío des- cubiertos en la cuenca de México y uno de los pocos es- tudiados en forma sistemáti- ca— se han recuperado al menos ocho mamuts entre otros animales que, según el método del radiocarbono, da- tan de hace entre 11 600 y 14 500 años. Coordinado por los inves- tigadores Luis Morett, de la Universidad Autónoma de Chapingo, y Joaquín Arroyo, del Instituto Nacional de An- tropología e Historia, el Pro- yecto Paleontológico Tocuila ha permitido obtener información acerca de cuándo y cómo vi- vieron y murieron los Mamutus columbi, que antiguamente abundaron en el centro del país. Sin embargo, los resul- tados de dicha investigación también han planteado varias interrogantes. Una de ellas se Concurso de robots móviles en Universum García, Julio López, Luis Espar- za y Serafín Castañeda con el robot “AGV-R2” y, en avanza- dos, con el prototipo “Gatito Bebé”, Francisco Adrián Gálvez Castillo. Próximamente se dará a conocer la convocatoria para el Primer Concurso Nacional de Robots Móviles, que probable- mente se lleve a cabo en el Es- tado de Querétaro.Fo to s: D av id A gu ila r Ecología en Internet Prohibida la reproducción parcial o total del contenido, por cualquier medio, sin la autorización expresa del editor. 7 ¿cómoves? En marcha, la Estación Espacial Internacional El caso de los monos esquizofrénicos drogados Martín Bonfil Olivera Comentarios: mbonfil@servidor.unam.mx Bichos Quienes trabajan con microbios usan la palabra “bichos”en un sentido distinto al que se emplea normalmente, pues no se refieren a esos complejos organismos con seis patas, alas, esqueleto externo tipo caparazón y ojos con mu- chas facetas, como la mosca de esta columna. Sus “bichos” son mucho más simples: son organismos formados por una sola célula, en vez de miles o millones. Los biólogos (quizá para darse importancia), los llaman procariontes, o “monera”, pero la mayoría de los mortales los conocemos como bacte- rias. Las células de las bacterias son más simples que las célu- las eucariontes (o sea, todas las demás). A pesar de ello, han logrado colonizar prácticamente todos los ambientes que existen en nuestro planeta, desde el frío del ártico hasta las temperaturas de ebullición de los géiseres, y desde los lagos de aguas saladas hasta el interior de nuestros intestinos. Pero no sólo eso: las bacterias son indispensables para la existencia de los “organismos superiores”: sin ellas los hu- manos no podríamos asimilar varios nutrientes esenciales, las termitas no podrían digerir la madera que comen, las plan- tas no encontrarían en el suelo los compuestos con nitróge- no que necesitan para fabricar sus (y nuestros) alimentos, y los cadáveres de todos los demás seres vivos se acumularían durante años antes de descomponerse. Y eso no es todo. Si las bacterias no hubieran existido, tampoco estaríamos aquí los demás organismos. Las mitocondrias de nuestras células (que liberan la energía de nuestros alimentos) y los cloroplastos de las plantas (que realizan la fotosíntesis y son la principal fuente de alimentos para los animales) son tataranietos de las bacterias. Las pri- meras mitocondrias y cloroplastos fueron absorbidos en el interior de células del tipo de las amibas, hace millones de años, y dieron así origen a las modernas células eucariontes. Así que, además de las molestias que nos ocasionan cuan- do pudren nuestros alimentos o nos enferman del estómago, estos compañeros invisibles son indispensables para la vida en la Tierra. Y un último dato. Según estudios recientes, es posible que en las entrañas de nuestro planeta haya cantidades in- mensas de bacterias que viven de las reacciones químicas entre compuestos minerales, sin necesitar de la energía del Sol. Se cree que la masa de estas poblaciones de bacterias puede superar a la de todos los demás seres vivos que habi- tamos en la superficie de la Tierra y en los mares. Tal vez tendríamos que ser un poco más modestos, ¿no lo crees así? Tuvieron que pasar 14 años y superarse obstáculos políticos, técnicos y financie- ros para que la Estación Espacial Inter- nacional (ISS, por sus siglas en inglés) se convirtiera en una realidad. El 13 de di- ciembre de 1998, los tripulantes del transbordador espacial Endeavour com- pletaron, sin contratiempos, el ensam- blado de los módulos Zarya (de fabrica- ción rusa; lanzado al espacio el 20 de noviembre) y Unity (construido en Estados Unidos; en órbita desde el 3 de diciembre). Éstas son “las primeras piedras” de la gigantesca estructura que formará la ISS y será la más grande jamás construida en el espacio; al terminarse, en el año 2005, tendrá la longitud de un estadio de futbol y 460 tone- ladas de peso. La idea surgió en Estados Unidos en 1984. Se quería establecer una plataforma que permitiera la estancia permanente de astronautas en el espacio para investigar y mejorar las condiciones de adapta- ción del cuerpo humano en ambientes sin gravedad, de cara a viajes espaciales tripulados hacia otros planetas. Otro de los objetivos era desarrollar el uso comercial del espacio a través de la experimenta- ción con nuevos materiales, que eventualmente podrían fabricarse en serie fuera de la atmósfera terrestre. Desde entonces, las críticas al proyecto no se han hecho esperar, lo mismo por parte del Congreso estadounidense, que objetaba la inversión de 8 mil millones de dólaresprevista por la Administración Reagan, como de la comunidad científica. El astrónomo Carl Sagan, por ejemplo, señalaba que “Una estación espacial queda lejos de ser una plataforma óptima de investigación científica... No existen apli- caciones apremiantes o de fabricación que la justifiquen...” Sin embargo, con la próxima “jubilación” de la estación espacial soviética Mir, se puso en marcha el proyecto ISS, financiado por 16 países, con un presupuesto que rápidamente rebasó los 8 mil millo- nes de dólares originales. Hacia 1992, tan sólo en trabajos de dise- ño, la NASA había gastado ya 10 mil millones de dólares y se estima que de aquí al año 2005, el costo total de la estación podría alcanzar los 96 mil millones de dólares. Y éste sigue siendo uno de los princi- pales obstáculos a vencer, pues se planean cerca de 45 lanzamientos adicionales de transbordadores espaciales estadounidenses y de co- hetes Protón rusos para enviar las partes restantes de la ISS, que los astronautas deberán armar a lo largo de 162 “caminatas” en el es- pacio. Como quiera que sea, el módulo de control Zarya (en ruso “ama- necer”), de 20 toneladas de peso, y el módulo conector Unity de 12 toneladas —primeras piezas de la ISS— orbitan ya sobre nosotros a 384 kilómetros de altura. Zarya se encarga de aportar energía eléc- trica, propulsión y comunicaciones al Unity, que no es más que una “sala de estar” a la que habrán de conectarse los siguientes módulos y componentes (100 en total). Si todo sale bien, en abril de este año los rusos lanzarán el mó- dulo de servicio “casa-habitación” para los primeros astronautas que, en grupos de seis o siete, vivirán en la ISS durante 90 días como mínimo. De no ser así —si no se lanza a tiempo y continúan los retrasos por parte de los constructores rusos—, los módulos ya colo- cados por el Endeavour caerán irremediablemente a la Tierra pues, además, el módulo de servicio tiene la función de aportar propul- sión y navegación al conjunto. Paulino Sabugal Fernández Prohibida la reproducción parcial o total del contenido, por cualquier medio, sin la autorización expresa del editor. El día de Tonatiuh Descubre en qué fecha tu ciudad recibe la máxima energía del Sol. (Pista: no es el 21 de marzo) Sergio de Régules Prohibida la reproducción parcial o total del contenido, por cualquier medio, sin la autorización expresa del editor. EL EQUINOCCIO de primavera no siem- pre ocurre exactamente el 21 de marzo. Este año, por ejemplo, será el día 20 y como de costumbre una multitud de ado- radores del Sol vestidos de blanco se dará cita en las zonas arqueológicas de Teotihuacan y Cuicuilco para recibir su energía. Subirán a lo alto de las pirámi- des y extenderán los brazos hacia el cielo en señal de alabanza a Tonatiuh. Es un hermoso ritual, pero si de lo que se trata es de absorber la máxima energía del Sol, el equinoccio de primavera no es el me- jor día para celebrarlo. Cuando te asoleas recibes más ener- gía del Sol mientras menos inclinados in- cidan sus rayos sobre ti (y menos nublado esté, claro). La máxima energía posible la recibes cuando el Sol se encuentra jus- to por encima de tu cabeza, es decir, cuan- do está en el punto más alto del cielo, que se llama cenit. Pero el Sol no pasa por el cenit todos los días. De hecho, al norte del trópico de Cáncer y al sur del de Ca- pricornio el Sol nunca alcanza el cenit, por lo que en este artículo sólo nos ocu- paremos de lo que sucede en lati- tudes tropicales, en el hemisferio norte. La danza de Tonatiuh Si te pusieras a observar la salida y la puesta del Sol durante el año —como hicieron los astrónomos aztecas y mayas—, notarías que Tonatiuh, como llamaban los aztecas al disco solar, no sale ni se pone siempre por los mismos puntos del horizonte. El 21 de marzo, más o menos, lo verías salir exactamente por el este y ponerse exactamente por el oes- te. Los días siguientes verías que el orto y el ocaso (los puntos del horizonte por los que sale y se pone el Sol, respectivamente) se van desplazando hacia el norte hasta llegar a una posición ex- trema, alrededor del 21 de junio. Allí Tonatiuh parece detenerse por espacio de unos días. La pa- labra solsticio quiere decir “el Sol se detiene”, por lo que el 21 de junio se llama solsticio de ve- rano. Pasado el solsticio, el Sol empieza a regresar hacia el sur. Vuelve a salir por el este (y ponerse por el oeste) alrededor del 23 de septiembre y luego se va des- plazando hasta alcanzar su máxima posi- ción sur, el 22 de diciembre, día del solsticio de invierno. Después, Tonatiuh vuelve a emprender la marcha hacia el norte y la danza se repite. Si fueras un astrónomo antiguo, lue- go de observar el recorrido del Sol varias veces, quizá te fijarías especialmente en tres posiciones de salida del Sol (o puesta del Sol, pero para simplificar nos concen- Ilustración: Luis Guerrero Prohibida la reproducción parcial o total del contenido, por cualquier medio, sin la autorización expresa del editor. dría más sentido hacer un homenaje a la energía del Sol, pues son los días en que sus rayos inciden más directamente so- bre nosotros, y por lo tanto, en que más energía solar recibimos. Una ventana al cielo Y aquí es donde entra mi anécdota perso- nal. La ventana del estudio donde escribo da al poniente y tengo una vista muy lim- pia del horizonte porque vivo en la mar- gen occidental de la Ciudad de México. Hace unos años marqué en el antepecho de la ventana las posiciones por las que se metía el Sol en distintas fechas (obser- vándolas siempre desde el mismo lugar, con la espalda pegada al clóset ). El 22 de diciembre el Sol se ponía en el extremo izquierdo de mi ventana, detrás de unos árboles. El centro de la ventana corres- pondía, creo, a un día de febrero y otro de octubre. Los equinoccios ocurrían cerca del extremo derecho y el solsticio de ve- rano se salía completamente del campo visual de mi ventana. Lo mismo hacían los astrónomos de la antigüedad, pero en vez de ventanas usaban alguna característica del horizon- te (una montaña, un árbol lejano) para identificar los puntos de importancia astronómica. Los arqueólogos han descu- bierto muchas construcciones antiguas orientadas con base en mediciones astronómicas. Lástima que, cuando pin- tamos la casa hace dos años, se me olvi- dó pedir que no pintaran el antepecho y mis marcas no perduraron para impresio- nar a los arqueólogos del futuro. Con el experimento de la ventana (que recomiendo fervientemente a quien ten- ga la oportunidad de hacerlo), entendí los movimientos anuales del Sol y también que debía haber dos días al año en que el Sol, saliendo por cierto punto del horizon- te, a mediodía pasara por el cenit. Pero, ¿en qué fechas ocurría? Me pareció evi- dente que las fechas tendrían que depen- der de la latitud donde uno se encontrara. Algunos libros modernos de astronomía no mencionan el paso cenital del Sol. La mayoría fueron escritos en países situa- el punto medio de la trayectoria anual del Sol y su extremo norte, hay en realidad dos días de Sol cenital: el primero cuan- do el astro va hacia el norte, en la prima- vera; y el segundo cuando va de regreso hacia el sur, después del solsticio de ve- rano. Éstas serían las fechas en que ten- Horizonte al amanecer La cantidad de luz que recibe una superficie depende de la inclinación con que inciden los rayos en ella. 1 2 3 traremos en el Sol naciente): el punto más tendido hacia el nor- te (el solsticio de verano), el más tendido hacia el sur (el solsticio de invierno) y el pun- to intermedio (correspondien- te a los dos equinoccios). Los antiguos observadores del cie- lo de nuestro continente iden- tificaron estos puntos y los usaron para orientar algunas de sus construcciones. El día de Tonatiuh Además de estas tres posicio- nes importantes desde el pun- to de vista astronómico, existe otra muy interesante y que también fue observada por los astrónomos precolombinos: el punto de salida del Sol el día en que, a mediodía, pasa exactamente por el cenit. El orto delSol cenital se encuentra entre el este, posición de salida del Sol en los equinoccios, y el solsticio de verano. ¿Dónde? Su posición exacta depende de la latitud en la que te encuentres. Esto quiere decir que la fecha del paso del Sol por el cenit depende de qué tan al norte (o al sur en el hemisferio sur) estés situa- do. No es la misma en la Ciudad de Méxi- co que en las montañas de Chiapas, o en Guadalajara. Y recordemos que al norte del trópico de Cáncer (por ejemplo, en Monterrey, Chihuahua o Tijuana) el Sol nunca alcanza el cenit. Puesto que la posición del orto el día en que el Sol pasa por el cenit está entre Fo to : E du ar do d e la V eg a Prohibida la reproducción parcial o total del contenido, por cualquier medio, sin la autorización expresa del editor. dos al norte del trópico de Cáncer, donde el Sol nunca llega al cenit. El único re- medio, me dije, era buscar yo mismo una fórmula para calcular estas fechas. Que Kepler me perdone De modo que, una mañana de ocio, me puse a hacer dibujos en un cuaderno. Di- bujé la bóveda celeste, los trópicos, el ecuador celeste, la eclíptica (que es el ca- mino aparente del Sol en la bóveda celes- te a lo largo del año) y me puse a hacer cálculos. Después de un rato largo pero muy entretenido, di con la fórmula para el número de días (al que llamé D) que hay entre el equinoccio de primavera y la primera fecha del Sol cenital para una la- titud dada (que denoté por L). Para calcu- lar la segunda fecha basta contar el mismo número de días hacia atrás a partir del equinoccio de otoño. Sergio de Régules es físico, autor de los libros El Sol muerto de risa y El renovador involuntario (edit. Pangea) y escribe la columna de divulgación de la ciencia “Space-Time Chronicles”, en el periódico The News. La fórmula da las fechas con una pre- cisión de tres o cuatro días porque, para hacerla más simple, supuse que la órbita de la Tierra es circular y que el planeta la recorre con rapidez constante: que Kepler me perdone. Dado que la fórmula no es exacta, puedes salir al sol tres o cuatro días antes o después de la fecha indicada en la tabla con el mismo efecto (o casi). Aquí están, pues, las fechas correctas para salir a celebrar la máxima energía del Sol en distintas ciudades de México, sin necesidad de subirse a una pirámide. El Sol es generoso y democrático y nos baña de energía a todos por igual sin hacer distinciones de raza, de sexo o de posición piramidal. Y, por cierto, si de veras quie- res absorber la máxima energía del Sol, no vayas de blanco, sino de negro. El blan- co refleja la mayor parte de la luz que in- cide sobre él; el negro la absorbe. T 360˚ LD= arcsen ( )( ) Fórmula T: duración del año solar en días = 365. 24 días Inclinación del eje de rotación de la Tierra = 23.5˚ L: latitud del observador D: número de días que faltan para el sol cenital a par- tir del equinoccio de primavera : Ciudad* Aguascalientes 21°53' 21.88° 70 días 29-may 15-jul Campeche 19°51' 19.85° 58 días 17-may 27-jul Chetumal 18°30' 18.50° 53 días 1 6-abr 1-ago Guadalajara 20°40' 20.67° 62 días 22-may 13-jul León 21°07' 21.12° 65 días 24-may 20-jul Mazatlán 23°13' 23.22° 82 días 10-jun 3-jul Mérida 20°58' 20.98° 64 días 23-may 21-jul México D.F. 19°24' 19.40° 56 días 15-may 29-jul Oaxaca 17°03' 17.05° 47 días 6-may 7-ago Puebla 19°03' 19.05° 55 días 14-may 30-jul Querétaro 20°36' 20.60° 62 días 22-may 23-jul San Luis Potosí 22°09' 22.15° 71 días 30-may 14-jul Tampico 22°13' 22.22° 72 días 31-may 13-jul Tapachula 14°54' 14.90° 40 días 29-abr 14-ago Veracruz 19°12' 19.20° 56 días 15-may 29-jul Villahermosa 17°59' 17.98° 51 días 10-may 3-ago Zacatecas 22°47' 22.78° 77 días 5-jun 8-jul *Al norte del trópico de Cáncer el Sol nunca pasa por el cenit. Fechas aproximadas de Sol cenital D (redondeado) Latitud norte segundabase 60 decimal primera Fechas aproximadas de Sol cenital calculadas con la fórmula del autor Una forma muy eficaz de describir lo que pasa en el cielo es imaginarse que éste es una gran esfera en cuyo cen- tro se encuentra el observador. Debi- do a la rotación de la Tierra, la esfera, llamada bóveda celeste, parece girar de este a oeste como si estuviera en- sartada en un eje que pasa por su cen- tro. El punto más elevado de la bóveda celeste se llama cenit. Los puntos en que el eje de rota- ción intersecta la bóveda celeste se llaman polos. La altura del polo ce- leste sobre el horizonte (medida en grados, minutos y segundos de arco) es igual a la latitud del observador. Por ejemplo, si te paras en el polo norte de la Tierra (latitud=90 grados Norte) verás el polo norte celeste jus- to en el cenit. Si te paras en el ecua- dor (latitud=0 grados), verás el polo rasando el horizonte. S u r N o r t e Oeste cenit ecuador celeste Este polo norte celeste polo sur celeste nadir h o r i z o n t e h o r i z o n t e 1 2 3 giro La bóveda celeste Salida del sol: 1) solsticio de verano; 2) equinoccios; 3) solsticio de invierno Prohibida la reproducción parcial o total del contenido, por cualquier medio, sin la autorización expresa del editor. ¿cómoves? 12 fdg.lkdsufgoiuioug EL AMOR no era para Crispín más que sus- tancias químicas e impulsos eléctricos yendo y viniendo en el interior del cuer- po. Sin embargo, a pesar de su escepti- cismo y de su racionalidad, se encontraba como todos sus cuates de la escuela, ba- beando frente al televisor, convertido en una hormona gigante, admirando el cuer- po escultural de Pamela Anderson, en el personaje de una bella guardiana de la bahía. Al día siguiente, después de la cla- se de física, los ojos desorbitados de los muchachos, las risitas nerviosas y dos o tres palabras capturadas al vuelo, pusie- ron al día a Marbello, su joven profesor. Cuando Crispín se quedó solo, Marbello se le acercó con toda la intención de ha- cerlo repelar: “Nada de eso es cierto, Crispín. Una ilusión. Nada más. Lo que viste no era Pamela Anderson sino un montón de electrones chocando contra un vidrio”. Crispín se puso rojo. Había sido descubierto por el prof. Además debía defender su imagen de frío y cientí- fico. Buscó una salida airosa: “¿Cuáles electrones, prof?, no me quiera cotorrear. Todo el mundo sabe que son ondas electromag- néticas, que la televisión fun- ciona porque las estaciones mandan las famosas ondas hertzianas hasta las antenas de nuestros televisores”. “¡Cierto! —con- testó Marbello— Pero eso no es todo. Esa radiación, captada por la ante- na, genera un flujo de electrones. Luego, estos electrones se hacen pasar a través de una cámara de vidrio al vacío, el cinescopio, hasta que chocan con una pan- talla fluorescente...” “¡Ah caray! —exclamó distraído Crispín, puesto que aún no había logrado borrar de su mente el color coral de los breves bikinis de Pamela—, de alguna manera, la radiación que llega provoca un impulso eléctrico, ¿no?” “En efecto, Crisp. Si llega radiación hay impulso eléctrico. Es decir, en la te- levisión en blanco y negro, las zonas bri- llantes de la pantalla son zonas donde están chocando los electrones mientras que en las oscuras aquéllos no pegan”. “A ver péreme, prof —se empezó a animar Crispín—. La pantalla de la tele es la parte de afuera del cinescopio, ¿no? Y, sobre ella, chocan unos electrones que son lanzados desde dentro ¿OK?”. “¡Ajá! —respondió Marbello—, el cinescopio es una cámara de vidrio con forma de pirámide acostada. ¿Nunca has estado en algún taller don- de reparen televisores?... Bueno, la parte plana con forma rectangular es la pantalla y está tratada con una sustancia especial que la hace emitir luz cuando inciden sobre ella los electrones. Si la pantalla del cines- copio no fuera fluorescente, entonces, aunque chocaran con ella los electrones, no veríamos nada”. “Fluore... ¿qué?, prof...” “Fluorescentes. Son materiales que al recibir energía emiten luz inmediatamen- te. Pero, volviendo a lo de la tele... del otro lado de la pantalla hay una superfi- ciede donde salen los electrones, éstos atraviesan el cinescopio y, gracias a unos poderosos imanes, el rayo de electrones recorre toda la pantalla formando puntos brillantes y oscuros, blanco y negro”. “No se puede, prof... —interrumpió Crispín— ¡Que los electrones atraviesen el ci- nescopio! No se haga, usted nos lo dijo: los gases, o sea el aire, ¡no conducen la electricidad!” “Pero no hay gases dentro del cines- copio. Está al vacío. ¿En qué supermodelo estás pensando, eh? Al fabricar los cinescopios, con una bomba de vacío, llá- mese aspiradora, se les saca todo el aire y luego se sella rápidamente. Los electro- nes, al no encontrar obstáculos, viajan de un electrodo al otro, en línea recta y a toda velocidad. “Oiga, y eso de los electrodos ¿qué onda?” Plinio Sosa La insoportable levedad del electrónelectrón Crispín, costeño, ceceachero, ligeramente rollizo, tenía fama de matado. Todo lo trataba de llevar hacia la física y las matemáticas hasta que un día... Prohibida la reproducción parcial o total del contenido, por cualquier medio, sin la autorización expresa del editor. 13 ¿cómoves? “Durante los últimos 70 años del si- glo XIX, los físicos se abocaron a la tarea de estudiar la conductividad eléctrica en los gases; a partir de esas investigaciones hoy sabemos que los gases son pésimos conductores. Para ello, utilizaron los que serían los ancestros de los actuales cinescopios, los llamados tubos de des- carga. Era un tubo de vidrio, relleno de algún gas, con dos electrodos en los ex- tremos conectados a una fuente de electricidad. El estudio consistía, básica- mente, en ver en qué condiciones la elec- tricidad podía pasar de un electrodo a otro, atravesando el gas contenido en el tubo. Pronto se dieron cuenta que se requerían dos cosas para lograr la conducción eléc- trica a través de los gases. La primera, al- tísimos voltajes entre los electrodos, del orden de 20 000 volts... Imagínate, una pila normal (de las que usan los walk- mans) genera apenas 1.5 volts. O sea, que para generar 20 000 volts, habría que co- nectar en serie… ¡más de 13 mil pilas doble A!” “¡Charros! ¿Y la segunda, prof?, ¿cuál es la segunda cosa que encontraron para hacer conducir a los gases?” “Como se dieron cuenta que al dismi- nuir la cantidad de gas dentro del tubo me- joraba la conductividad, decidieron sacarle todo el gas que se pudiera. Empe- zaron estudiando la conductividad en los gases y terminaron estudiando algo toda- vía más interesante: ¡la conductividad eléctrica a través del vacío! Entonces, la combinación de alto voltaje y gran vacío dio como resultado que del electrodo ne- gativo, o sea el cátodo, saliera una radia- ción desconocida que atravesó el vacío. ¿Cómo crees que llamaron a esta radia- ción salida del cátodo?... En un alarde de imaginación la bautizaron como… ¡rayos catódicos!”. “Bueno, ya no me esté carneando, prof... Mejor dígame cuándo aparecen los electrones”. “Pues ya aparecieron, son los rayos catódicos. Aquel “día del niño” de 1897, J. J. Thomson demostró que los rayos catódicos no eran rayos, o sea, no eran luz sino unas pequeñas partículas más li- geras que los átomos cargadas negativa- mente. Los rayos catódicos son, entonces, una parte de los átomos: la parte negati- va. Son, pues, nuestros queridísimos elec- trones que nos hacen ver a la Anderson bellamente incrustada en la pantalla de la televisión”. “Pero, ¿y la parte positiva?”, pregun- tó Crispín. “Está aglomerada en el centro de los átomos y, curiosamente, contiene casi toda la masa del átomo —explicó el prof— Mira, si un átomo de hidrógeno es de 1837 unidades de masa, su parte posi- tiva pesa 1836 unidades mientras que la parte negativa solamente una unidad. Los electrones, Crispín, son insoportablemen- te ligeros”. “Ya lo creo, prof. Y entonces, ¿dónde están los electrones? Quiero decir dentro del átomo, ¿dónde están?”. “Rodeando al núcleo —explicó Marbello—, la mecáni- ca cuántica, que es la rama de la física que estudia las partes más pequeñas y li- geras de la naturaleza, ha encontrado que los electrones, aunque ligeros, son suma- mente grandes comparados con los nú- cleos. Es decir, en vez de un puntito, los electrones parecen ser enormes nubes de carga negativa”. “¿Como una especie de durazno que tuviera un huesito; éste sería la parte po- sitiva sumergida en la parte negativa que sería la carne del durazno?”, sugirió Crispín. “Ándale, más o menos —respon- dió el maestro—, aunque más bien sería como un planetita rodeado por una atmosferota. Mira, si un átomo de hidró- geno fuera suficientemente grande como para que su núcleo midiera un milímetro de radio, su atmosferota sería una esfera de 100 metros de radio, o sea, un radio del largo de una cancha de futbol. Bueno, Crispín, pues esos insoportablemente ligeros e increíblemente grandes (para la escala atómica) corpúsculos son los que tú confundiste con la salvavidas de la tele”. “Pus se veían muy bien”, se saboreó el joven. “Eso sí —rió Marbello— Bue- no, muchacho, ya me voy. Luego segui- mos hablando de física y de ilusiones.” “Sale, prof, gracias”. Marbello se ale- jó mientras Crispín trataba de digerir la insoportable levedad del electrón. De pronto, descubrió un papel tirado cerca de donde había estado parado su profesor. Parecía una foto bajada de Internet. La levantó con curiosidad y la vio. “¡Uau! —exclamó— ¡Qué linda eres Pam!”. Plinio Sosa es doctor en química. Es autor de libros de texto para secundaria y de divulgación. Recientemente publicó Bájate de mi nube electrónica, en ADN Editores. Ilu st ra ci ón : D ar ío A rr oy o “Son, digamos, las terminales de una batería. En una se acumula la carga posi- tiva y en la otra, la negativa. En las ex- tensiones que conectamos a la toma de electricidad, es lo mismo. Cada pata de la clavija está conectada a un alambre me- tálico. En uno de ellos se acumula la car- ga positiva y en el otro, la negativa. Al electrodo positivo se le llama ánodo y al negativo, cátodo. Pero, ¿sabes qué, Crispín? Lo curioso de lo que dijiste es que justo así se descubrieron los electro- nes... Fue apenitas hace unos 100 años, el 30 de abril de 1897, para ser precisos”. “¿Quéeee? Pero si la electricidad se conoce desde ¡uf!” “Bueno, es que no es tan fácil. ¿Sabes cuánto pesa un electrón?... Un quintillón de veces menos que un kilogramo... Mira, imagínate un kilogramo de cualquier cosa. Divídelo en un millón de partes. Separa una de ellas y, esa, divídela, a su vez, en un millón de partes. Separa una parte y repite el proceso. Cinco veces en total. Bueno, pues eso que te queda es la masa de un electrón”. “¡Órale! —casi gritó, Crispín— ¿Y luego, prof? ¿Cómo descubrieron el elec- trón?” Joseph John Thomson, descubridor del electron Prohibida la reproducción parcial o total del contenido, por cualquier medio, sin la autorización expresa del editor. ¿cómoves? m a r z o d e 1 9 9 9 14 Sobre lagartijas, vidacotidiana y ciencia Muchos de mis recuerdos sobre la ciencia se remon- tan a cazar bichos y lagartijas, armado con un pequeño frasco de cristal en el cual intentaba crear un ambiente acogedor para mis nuevas mascotas, que iban desde tijerillas y alacranes hasta iguanas y pájaros moribundos que de vez en cuando encontraba. Creo que la ciencia es una inclinación que tiene la gente en general pues somos una especie curiosa y deseosa de entender lo que nos rodea. Enrique Lomnitz Me imagino hoy en día a miles de científicos trabajando diariamente en busca de una sola cosa: el conoci- miento. Y es que desde afuera uno cree que todo ya está descubierto, pero ahora que me he adentrado (casi nada) en este mundo me doy cuenta que la ciencia va mucho más adelantada de lo que los ciudadanos comunes y corrientes pensamos, y ahora sólo tiene un obstáculo: la política. Gabino Rodríguez Me gustaría saber, ¿por qué es complicada la ciencia? Todos deberíamos entenderla; deberíamos conocer lo interesante que puede ser y su relación con todos los aspectos de nues- tra vida. Sergio Martínez Peña Mi experiencia con laciencia siempre ha sido muy conflictiva. En un principio no entendía nada y no me gustaba, pero cuando empecé a tener buenos maestros y amigos que se interesaban en distintas ma- terias científicas, comencé a darme cuenta de que la ciencia es algo que se encuentra en nuestra vida cotidiana y que nos ayuda a entender esas cosas que tene- mos ganas de saber. Citlalli Barberis ¿Ciencia? Sólo tienes que decir esta palabra para que un adolescen- te odie la materia en la cual el ma- estro la mencio- nó. Tal vez no la odie pero sí por lo menos la va a ca- talogar c o m o difícil. J imena Allende En esta ocasión publicamos algunas reflexiones de alumnos del segundo semestre del bachillerato CCH del Colegio Madrid, ubicado en la Ciudad de México. ¿cómoves? 14 ¿Eres estudiante de bachillerato? ¿Te gusta escribir? En- tonces este espacio es tuyo. Aquí puedes publicar tus co- mentarios, reflexiones y experiencias en torno a la ciencia. Envíanos un texto de dos o tres cuartillas de extensión y adjunta tu nombre, dirección, teléfono y el nombre de la escuela a la que asistes. ¿cómoves? seleccionará el mejor texto que haya llegado a nuestra redacción antes del último día de cada mes, para publicarlo en la edición que saldrá al público 60 días después. Manda tus colaboraciones ¡ya! Envíalas a: Revista ¿cómoves? Subdirección de Medios de Comunicación, Edificio de Universum, 3er. piso, Cto. Mario de la Cueva s/n, Zona Cultural, Ciudad, Universitaria, Delegación Coyoacán, CP 04510, México, D.F. ¿Dudas? Llámanos al teléfono 622.72.97 o envía un correo elec- trónico a: solange@servidor.unam.mx Prohibida la reproducción parcial o total del contenido, por cualquier medio, sin la autorización expresa del editor. Si pudieraS pasar por un espejo por la mitad de tu cuerpo, de tal manera que quedaran un brazo y una pierna de cada lado, la imagen reflejada en el espejo completaría tu cuerpo y éste se vería íntegro. Existen objetos que se pueden rotar menos de 360 grados (una vuelta completa) y se ven igual que antes. Por ejemplo, puedes girar un cuadrado 90, 180 y 270 grados y se ve igual. La propiedad de algunos cuerpos, que permite realizar un giro sobre ellos o reflejarlos en un espejo y dejar- los igual que antes, se llama simetría. El cuerpo humano tiene una simetría bilateral y muchas flores tienen sime- tría rotacional. La simetría es muy útil en la ciencia, le sirve a los químicos para describir moléculas y predecir reacciones químicas y los físicos la utilizan para simplificar complejos cálculos matemáticos. Observa las imágenes que aquí se muestran; seguramente podrás encontrar si tienen simetría rotacio- nal, bilateral o ambas. Si lo haces con cuidado, sin duda apreciarás la enorme belleza que está detrás de la simetría. Fotos: Arturo Orta y Eduardo de la Vega* Jesús Valdés Martínez Simetría Prohibida la reproducción parcial o total del contenido, por cualquier medio, sin la autorización expresa del editor. * * * Prohibida la reproducción parcial o total del contenido, por cualquier medio, sin la autorización expresa del editor. 19 ¿cómoves? Pr ot ag on is ta s de u na n ue va c ul tu ra Pr ot ag on is ta s de u na n ue va c ul tu ra Lo s n er d s Lo s n er d s LA DISMINUCIÓN del tamaño, la popula- rización del uso y el abaratamiento de las computadoras, que posibilitó principal- mente el señor Bill Gates, dueño de la empresa Microsoft, hicieron que surgiera un nuevo tipo de profesional que logró darle al conocimiento del lenguaje com- putacional muchas utilidades prácticas, a veces tan cotidianas que ahora casi no nos damos cuenta de lo asombrosas que son. Bill Gates puso a muchas personas, espe- cialmente a los jóvenes, a jugar con las computadoras personales para que con ellas, a partir del conocimiento de un área específica, como la arquitectura, el dise- ño, el cine, el teatro, la ciencia, la conta- bilidad, etcétera, se pudieran realizar actividades muy diversas con mayor ve- locidad y eficacia. A quienes indagaban sobre los distintos usos que podían tener las computadoras y pasaban muchas ho- ras frente a ellas, se les empezó a llamar nerds, pero ya no con una intención pe- yorativa: ser nerd está de moda. Según un artículo de Kevin Kelly, es- tudioso de la informática y su impacto social, publicado en la revista Este País en mayo de 1998, los nerds parecen ser ahora los protagonistas de una tercera cultura (las otras dos serían la científica y la humanística), que si bien es un fruto de la ciencia, su objetivo es distinto al de ésta; la cultura nerd no busca la verdad, sino la novedad. Dice Kelly que se trata de “una cultura pop basada en la tecnolo- gía, para la tecnología”. Es, además, tan internacional como la ciencia; nerds hay en muchos países —desarrollados y en desarrollo—, y aunque ellos no se vean a sí mismos como científicos (que, en rigor, no lo son), están activamente involucrados en el descubrimiento del Universo. El tra- bajo de estos nerds se ha vuelto indispen- sable para científicos y artistas por igual. Entre lo más destacado que han logra- do los nerds, tanto para la ciencia como para el cine, la televisión y, en general, para toda la industria de las artes gráficas y visuales, es que podamos imaginar lo que nunca pudimos ver, o de lo que no hay ningún testimonio visual; por ejem- plo, cómo debieron caminar los dino- saurios u otros seres ya extintos. También hacer modelos y mapas del funcionamien- to del cerebro y la mente, de los climas, de los hábitats y de muchos otros fenó- menos. Mucha gente se preguntará: ¿si tantas actividades dependen ahora de esta tercera cultura, no sucederá que las computadoras terminarán dominándolo todo y restándo- le importancia a lo que la humanidad realizó por mucho tiempo, sin necesidad de ellas? Kevin Kelly no lo cree, pues considera que esta tercera cultura es simplemente una herramienta; eso sí, como ninguna otra en la historia de la humanidad. Las representaciones en computadora de los distintos fenómenos naturales es- tán permitiendo a mucha gente conocer los objetos de estudio de la ciencia, des- de una molécula hasta una galaxia, y con ello propician que nuestra visión de la naturaleza sea más cercana a la ciencia de la que se tuvo en el pasado. Tardamos muchos años en asimilar la visión de la Tierra que surgió de la teoría de Newton y que ésta obrara en nuestra percepción, por ejemplo, del horizonte. Ahora la repre- sentación del Sistema Solar, con sus pla- netas que describen órbitas elípticas es, para las nuevas generaciones, cada vez más natural, tan natural como la visión de un río o de una montaña. Lo mismo sucedió con la existencia de la vida microscópica y, en general, de todas las estructuras que no pueden percibirse a simple vista. Ahora no nos resulta difícil imaginar que una infección puede ser producida por un virus o una bacteria. La unión del microscopio con la computadora ha puesto al alcance de mu- chos imágenes animadas de microor- ganismos y es incluso posible visitar en Internet zoológicos virtuales dedicados enteramente a estas criaturas. El cine se ha servido de ello con gran éxito: los ate- rradores “monstruos del espacio” que pro- tagonizan varios filmes no son sino una reproducción amplificada de los ácaros que viven cotidianamente en nues- tra piel. Las computadoras, además, no sólo son una herramienta personal cada vez más indispensable: gracias a los nerds se han convertido en un instrumento de co- municación muy singular, que pone en contacto a las personas, independiente- mente del país en el que se encuentren, del idioma y de otros factores que antes solían ser una especie de barrera natural. Sin embargo, como toda herramienta po- derosa, también pueden entrañar grandes peligros, o la destrucción, que sólo nues- tra sabiduría y ausencia de prejucios po- drán evitar. Alicia García Bergua estudió filosofía y se ha dedicado por muchos años a la divulgación de la ciencia y a la poesía. Actualmente es editora de larevista Este País. Alicia García Bergua Desde su introducción, el término nerd se aplicó a una variedad de personalidades: desde al “matado”, “machetero” o estudioso hasta al tímido y al ermitaño. Los nerds de los que hablamos aquí son aquellos que han recreado muchas de las maravillas de la ciencia. Prohibida la reproducción parcial o total del contenido, por cualquier medio, sin la autorización expresa del editor. Cuando ingresó a la Facultad de Cien cias de la UNAM, cambió su vida. “No tenía ni idea de que existiera la investi gación científica, y menos en México”. Hoy, a sus 58 años de edad y madre de dos hijos, la doctora Silvia Torres encabeza el Instituto de Astronomía de la UNAM. Recién instalada en su oficina, que ocupará durante cuatro años, admite: “Varias veces tuve el gusanito de dirigir el Instituto, pero no fue posible. Creí que ya había pasado mi momento... pero me dejaron la carga, ¡y estoy encantada!”. No es para menos. Ahora podrá con tribuir decisivamente a construir el TIM (Telescopio Óptico Infrarrojo Mexicano de Nueva Tecnología) —que hará posible obtener imágenes equiparables a las capta das con el telescopio espacial Hubble— y se instalará en el observatorio de San Pedro Mártir, Baja California, uno de los cinco mejores lugares del mundo para la observación astronómica. Pero, ¿cómo es esta mujer que viste un sencillo conjunto de blusa, pantalón y suéter; calza unas modernas botas de agujetas; lleva el cabello negro reco gido en una trenza francesa, adornada con listón rojo, y habla con voz firme? “Nací en la colonia de los Doctores —de la Ciudad de México—, me crié en la Roma y pasé mi adolescencia en la Narvarte”, resume con su estilo directo. “Mi padre fue médico militar, y mi madre, maestra “. Hija de una familia “rígida y formal”, pero también “sin preocupaciones económicas y estable”, Silvia tuvo quizá por ello una niñez “simple, sin grandes tragedias ni gozos ni aventuras ni nada”. Pudo mirar más lejos y comprender las oportunidades que le ofrecía la Facultad de Ciencias, op tar por la carrera de astronomía, asumirse como “alumna espiritual” de Guillermo Haro (uno de los fundadores de la astro nomía moderna en México), adaptarse al ambiente académico de la Universidad de Berkeley, California —donde cursó su doctorado—, entregarse a la investi gación científica con dedicación total y ser la primera astrónoma mexicana. Hoy existen en el Instituto 70 investigadores: uno de cada tres son mujeres. Los estudios de la doctora Torres sobre las condiciones físicas y la composición química de la materia interestelar y del interior de las estrellas —necesarios para comprender la formación del Universo— gozan de • Aficiones. La gente, tengo muchos ami- gos; el teatro moderno; el cine, sobre todo los dramas personales, como El Titanic; el baile, me encantan las cumbias, danzo- nes y todo eso; la costura es mi hobby, además bordo y tejo cuando estoy triste o angustiada; la comida, me gusta toda la que engorda pero trato de moderarme; la literatura, sobre todo las novelas; la poesía, pero me quedé en la del siglo pasado. • Actores favoritos. Todos los chavos guapos como Richard Gere, Tom Cruise y Hugh Grant y algunos del pasado, Humprey Bogart, Clark Gable y también mexicanos, Héctor Bonilla y Pedro Armendariz Jr. • Estilo de su casa. El más desastroso. No la tengo reluciente, pero poca gente le da a su casa tan buen mantenimiento como yo. Lo único que me importa es que funcione. • Qué detesta. La hipocresía, porque no la entiendo. • ¿Y la política? De izquierda crítica. • Manías. Me exalto cuando discuto. Por Miguel Ángel Rivera Ávila un amplio reconocimiento en el mundo entero. Y tanto la Revista Mexicana de Astronomía y Astrofísica, como el Pos grado en Astronomía, conducidos desde su creación —hace 25 y 10 años, respec tivamente— por la investigadora emérita, continúan prosperando. Al evocar su actividad predilecta, la observación astronómica, señala: “Es un trabajo agotador, pero también muy emocionante. Es algo mágico y conmove dor, que lo hace a uno sentirse pequeño. A mí lo que más me impresiona al observar son la belleza y la sorpresa”. Belleza y sorpresa que descubrió con sólo mirar más lejos. Torres-Peimbert Silvia La astronomía: mágica y conmovedora Personalmente Foto: Patricia Aridjis Prohibida la reproducción parcial o total del contenido, por cualquier medio, sin la autorización expresa del editor. ¿cómoves? 22 Los antiguos cazadores de microbios EN 1926, Paul de Kruif escribió uno de los best sellers mundiales de la divulga- ción de la ciencia: Los cazadores de mi- crobios. Se trata de un libro fascinante que describe la vida y obra de un grupo de hombres del siglo pasado que sentaron las bases para conocer y comprender el mun- do de los entes vivientes más pequeños de la Tierra y nuestra relación con ellos. El libro se inicia con la vida de Antony van Leeuwenhoek, quien, después de des- cubrir el microscopio, reportó el primer “avistamiento” de seres desconocidos, abriendo a los seres humanos las puertas del mundo microbiano. El libro incluye a Louis Pasteur, quien demostró la dramá- tica cercanía de los contactos entre esos seres y nosotros: a través de sus estudios sobre el papel de los microorganismos en la elaboración de cerveza y vino, dejó en claro la existencia de ese mundo hasta entonces desconocido, que si bien no “nos vigila” en el sentido estricto del término, sí desempeña un papel fundamental en la vida cotidiana. Podría decirse que los tra- bajos de Pasteur sientan las bases de lo que hoy denominamos biotecnología, que también podría definirse como el arte de obtener beneficios del microcosmos. En Los cazadores de microbios se incluye también la biografía de Robert Koch, quien demostró que la convivencia no siempre es pacífica; existen habitantes en ese mundo que pueden acabar con la vida de los seres humanos. A partir de enton- ces (donde “entonces” es apenas el siglo XIX) se inicia una etapa de convivencia racional; se mantiene a los indeseables alejados con agua y jabón, o de plano apli- cándoles una muerte térmica. Incluso su capacidad para atacarnos desde el interior de nuestro propio organismo fue desman- telada con el desarrollo de las vacunas. A los microbios “colaboradores”, los que nos son útiles, se les premió construyen- do grandes fermentadores donde han po- dido cumplir en paz con su fin único, básico y primordial: reproducirse. Armonía de los mundos Llegamos al final del siglo XX con una relación bastante saludable con los micro- bios. Cada vez hay mayor conciencia de que la vida en el planeta depende de la armonía entre sus diferentes mundos, y el de los microorganismos no es menos importante que los demás. Gran parte de la actividad biológica esencial que permite la vida depende del metabolismo de és- tos, los más pequeños. Y por si no fuera suficiente, buena parte de la actividad en la industria también es consecuencia del trabajo cotidiano de un infinito número de células microbianas. El papel que des- empeñan los microorganismos dentro de la que se ha destacado como una de las tecnologías más importantes de las que dispone la humanidad para enfrentar los retos del siglo XXI, es fundamental. Es- tos retos son gigantescos: entre otros, sa- tisfacer las necesidades de alimentos y medicamentos, solucionar problemas ecológicos de dimensiones nunca antes vistas y encontrar la cura de muchas en- fermedades. Ciertamente, la biotecnología no es la única respuesta, ni sólo con ella Asómate al mundo de las superbacterias, resistentes a condiciones de vida inimaginables y muy útiles para deducir algunas incógnitas de la ciencia. Agustín López Munguía superbacterias Las Un micromundo fascinante ¿cómoves? 22 Bacillus infernus, bacteria que sobrevive a más de 60˚ C. Prohibida la reproducción parcial o total del contenido, por cualquier medio, sin la autorización expresa del editor. 23¿cómoves? de las principales limitantes de las pro- teínas en general y de las enzimas en particular, es su baja estabilidad a la tem- peratura, ya que se destruyen con el ca- lor, cambian su estructura y pierden su función. En este marco, la posibilidad de trabajar a altas temperaturas con proteí- nas estables es muy atractivo para la in- dustria. Además, todo es más rápido con el calor (desde el punto de vista molecular y por lo tanto de la velocidad de reacción). Uno de los primeros hipermófilos aisla- dos fue Thermus aquaticus, una bacteria encontrada en 1968 por Thomas Brock de la Universidad de Wisconsin en Yellows- tone, y actualmente la fuente para produ- cir una enzima muy útil en el análisis del material genético: la ADN polimerasa. La lista actual de hipertermófilos sobrepasa los 50, destacando uno (Pyrococcus furiosus), que crece a 105º C, del cual se han purificado mas de 30 enzimas que tra- bajan entre 90 y 100º C y otro más, (Metallospharea sedula), que crece en medios muy ácidos y a 80º C, y que ade- más para obtener energía no requiere de azúcar o de un chocolate, sino que oxida podrán resolverse todos los problemas. Pero es una herramienta de extraordina- ria utilidad. De hecho, los cazadores de microbios modernos han encontrado que para ello cuentan también con microor- ganismos muy primitivos, que están en el planeta desde hace casi cuatro millones de años, y por lo mismo tienen propieda- des fuera de lo común. Son verdaderas superbacterias, pues para vivir en las con- diciones en que se encontraba la Tierra se requiere de capacidades extraordinarias. Imaginen nada más el calor y la falta de nutrimentos. Se trata de bacterias y de archaebacterias, organismos constituidos de una sola célula clasificada como procarionte. La célula procarionte es la forma de vida más sencilla que existe en- tre nosotros: no posee demasiados com- ponentes en su interior y su material genético no se encuentra confinado den- tro de un núcleo. Con el paso de los años (millones) la vida evolucionó hacia for- mas más refinadas. Apareció la célula eucarionte con sus organelos y sobre todo con el material genético organizado en cromosomas dentro de un núcleo. Es el caso primero de la célula de levaduras, de hongos, de protozoarios...y, más tarde en la evolución, de las células de organis- mos multicelulares: plantas y animales, formas de vida más complejas y también más delicadas y menos tolerantes. Es en parte por esto que las regiones del plane- ta que puede habitar el hombre están li- mitadas por las condiciones ambientales que éste tolera (de hecho hay quienes ya no sobreviven sin el aire acondicionado). Pero no sólo se trata de limitaciones por la alta temperatura o presión atmosféri- ca, sino también de la disponibilidad de alimento; es decir, de agua, energía y nutrimentos suficientes, con la posibili- dad de ser asimilados. De ahí que en con- diciones realmente extremas, el único tipo de vida que sea factible encontrar sea el de las superbacterias. Vida en condiciones de temperatura extrema Existe una clasificación tradicional de los microorganismos basada en su tempera- tura idónea para crecer: se distingue así a los que gustan de bajas temperaturas (psicrófilos), a los tibios (mesófilos) y a los que prefieren el calor (termófilos). Sin embargo, ha sido necesario agregar una nueva clasificación para incorporar a un grupo importante de microorganismos procariontes, que pueden crecer por arri- ba de los 100º C: los hipertermófilos. Cabe señalar que ningún organismo multice- lular (animal o planta) tolera una exposi- ción por tiempos largos a temperaturas superiores a los 50º C. Tampoco se ha en- contrado microorganismo eucarionte al- guno (hongos o levaduras, por ejemplo), que tolere temperaturas mas allá de los 60º C. Los cazadores de microbios moder- nos han hecho concreto el término meta- fórico de Paul de Kruif, para realizar expediciones a la caza de microbios en condiciones inhóspitas. Grupos de cien- tíficos de gran número de países parten con destinos múltiples en búsqueda de or- ganismos que crezcan a temperaturas ex- tremas y con nuevas características fisiológicas: las aguas termales del Par- que Nacional de Yellowstone; los sedi- mentos geotérmicos y las aguas hirvientes de la isla Vulcano en Italia; los famosos géisers en Islandia; y las chimeneas de corrientes hidrotérmicas en la profundi- dad de los océanos, de las cuales surgen fluidos supercalentados con alto conteni- do de minerales que alcanzan temperatu- ras de hasta 350º C. Desde cualquier punto de vista es de sumo interés el conocer cómo es una bacteria que puede vivir a más de 100º C, cuál es su estructura celu- lar y en particular la de sus proteínas. Esto se debe a que las proteínas que funcionan como catalizadores dentro de toda célu- la, acelerando las reacciones que les per- miten crecer y reproducirse, también pueden usarse para múltiples procesos y aplicaciones industriales. La posibilidad de producir enzimas empleando microor- ganismos ha permitido desarrollar la enzimología industrial y la biocatálisis. De las enzimas que se producen indus- trialmente han surgido los detergentes bio- lógicos y los ablandadores de carnes, por citar sólo un par de ejemplos. Pero una 23 ¿cómoves? Fo to : M ic ha el M el fo rd / Im ag e Ba nk Estas imágenes muestran la huella de la actividad de la bacteria Pseudomonas aureginosa en dos medios de cultivo. En los géisers se ha encontrado vida bacteriana. Prohibida la reproducción parcial o total del contenido, por cualquier medio, sin la autorización expresa del editor. ¿cómoves? 24 fierro y azufre, dejando como residuo de su alimentación.... óxido de fierro. Pero la marca sin duda pertenece a Pyrolobus fumarii, quizá salida de los mismísimos infiernos, ya que puede crecer a 113º C, y logra sobrevivir a las condiciones usua- les de esterilización. Pero, cosas de la vida celular: a 90º C no crece, ¡le da frío! En México algunos investigadores han ais- lado bacterias con propiedades inusuales: Gloria Soberón, del Instituto de Bio- tecnología de la UNAM, aisló una cepa de Pseudomonas aeruginosa en los pan- tanos de Centla en Tabasco. Esta bacteria produce una enzima lipasa, ideal para degradar grasa y que bien podría usarse para limpiar residuos de aceites, o bien para producir detergentes que verdadera- mente quiten la grasa, mientras que otra cepa de la misma bacteria fue aislada por el grupo de Sergio Revah de la UAM- Iztapalapa, en tanques de almacenamiento de gasolina, capaz de degradar com- puestos sintéticos nuevos para la natura- leza, como es el MTBE (metil terbutil eter), que se usa en vez de plomo en las gasolinas. En un esfuerzo conjunto entre el IMP y la UNAM, Eduardo Bárzana, Rafael Vázquez y Pilar Bremaunt aislaron del petróleo una bacteria (Aurobacterium tercaromacium), que permite eliminar el azufre. Esto es importante pues los cru- dos mexicanos están subvaluados en el mercado internacional, por su alto conte- nido de azufre. De hecho, en la década de los ochenta, Luis Vázquez creó la empre- sa Bio-Fer en Actopan, Hidalgo, con bac- terias aisladas de suelos volcánicos (Tiobacillus tioxidans y T. ferroxidans), que oxidan azufre inorgánico y producen ácido sulfúrico. Mezcladas con azufre, permiten acidificar suelos de alta alcali- nidad, problema que afecta millones de hectáreas agrícolas en el mundo. Historia de una lata contaminada Si Pyrolobus fumarii o algún otro termófi- lo fuera un organismo común en nuestro hábitat, no sería remoto que contaminara con frecuencia los alimentos pasteuriza- dos o esterilizados. Afortunadamente, por extremoso, es poco frecuente. Sin embar- go fue en un alimento esterilizado donde en 1956, Arthur Anderson de la estación experimental agrícola de Oregon en Corvallis, logró “cazar” a otro microbio con más de 2 millones de años de vida en el planeta: Deinococcus radiodurans, superbacteria que debe su celebridad a una capacidad fuera de lo común para resistir la radiación ionizante empleada en la es- terilización dealimentos. Citada en el Libro de Récords de Guiness, esta célula es capaz de soportar hasta 3 millones de Rads; su increíble resistencia puede apre- ciarse si consideramos que de las terri- bles experiencias de las víctimas de la bomba atómica en Hiroshima y Nagasaki se sabe que una persona expuesta a una radiación de 500 a 1000 Rads, moriría en un par de semanas. El secreto de esta bac- teria estriba en la extraordinaria capaci- dad que tiene para reparar el ácido desoxirribonucleico (ADN) roto como consecuencia del bombardeo de electro- nes expelidos del agua por la radiación gama. En el tiempo que una célula como E. coli repara 2 o 3 fragmentos rotos en su cromosoma, D. radiodurans repara 500. Esto lo hace no sólo gracias a la ex- traordinaria capacidad de la enzima que utiliza para la reparación, sino al hecho de tener entre 4 y 10 copias de su cromosoma en la célula, a diferencia de la mayoría de las células, que sólo cuen- tan con una. El cromosoma de D. radio- durans, además, está arreglado de forma muy peculiar. En otras bacterias el mate- rial genético se encuentra disperso en las células, en D. radiodurans éste se con- centra en un apretado “paquete” con for- ma de dona o como la de los caramelos que llamamos salvavidas. Ambas carac- terísticas, la enzima de reparación y el arreglo del ADN, permiten a D. radio- durans una rápida ubicación y reparación del daño causado por la radiación. Siem- pre se ha especulado que de darse una guerra atómica, sólo las cucarachas sobre- vivirían a la radiación. Ahora sabemos que no estarían solas, pues. D. radiodurans las acompañaría. Pero si tal guerra no ha te- nido aún lugar, ¿para qué desarrolló este microorganismo tales capacidades?, ¿en qué medio vivía el ancestro de esta célu- la, qué lo obligó a volverse tolerante a la radiación? O dicho en el lenguaje de la biología: ¿cuál es la ventaja evolutiva de Agustín López Munguía es investigador en el Instituto de Biotecnología de la UNAM y miembro del Consejo Editorial de ¿cómoves? este microbio rosado con olor a col po- drida? Al tratar de contestar esta pregun- ta, investigadores de la Universidad Estatal de Louisiana, encabezados por John Battista, encontraron que la capaci- dad de resistir la radiación estaba asocia- da a su resistencia a condiciones de extrema sequía, ya que ésta provoca da- ños similares a los que ocasiona la radia- ción. ¿Condiciones extremas que este microorganismo encontró en una etapa de su vida en la Tierra?; o, ¿quizá en un via- je interplanetario? Aunque no resiste más de 45º C, por lo que tendría que haber usa- do para el viaje, como los humanos, una nave espacial. Al menos no hay eviden- cias para descartar esa posibilidad sobre el origen de las primeras formas de vida en el planeta, que dicho sea de paso, ha sido propuesta por científicos de la talla de Watson y Crick, los descubridores de la estructura del ADN. Como sea, D. radiodurans, ejemplar insólito del mi- cromundo, también podría sernos muy útil. De acuerdo con la revista Science News de diciembre 12, 1998, el Departa- mento de Energía de los Estados Unidos espera que D. radiodurans pueda em- plearse para limpiar los miles de sitios de residuos tóxicos existentes en ese país: más de 3000 hasta ahora, contaminados con desechos de la fabricación de armas, pero sobre todo de los reactores nuclea- res. Mediante ingeniería genética podría dotarse a D. radiodurans de la capacidad para degradar compuestos altamente con- taminantes como el tolueno y otros sol- ventes clorados, actividad que entonces podría realizar aun en presencia de radia- ción. El conocimiento genético y fisiológi- co de D. radiodurans y de otras super- bacterias permite, por un lado, avanzar en el conocimiento sobre la estructura y el origen de las primeras formas de vida en el planeta y, por el otro, se suma a las he- rramientas biotecnológicas de las que dis- pone el hombre para resolver problemas graves como la contaminación ambiental. En conclusión y parafraseando un bello proverbio indio, podríamos afirmar: “...pequeños seres, en pequeños lugares, han hecho —y siguen haciendo— peque- ñas cosas que transforman al mundo”. ¿cómoves? 24 Deinococcus radiodurans en proceso de replicación. Prohibida la reproducción parcial o total del contenido, por cualquier medio, sin la autorización expresa del editor. ¿cómoves? 26 fdg.lkdsufgoiuioug Más valioso que el oro en la antigüedad, el vidrio es hoy uno de los materiales más usados por todos nosotros. Descubre sus sorprendentes cualidades. José Antonio Chamizo decálogo El del ¿cómoves? 26 Prohibida la reproducción parcial o total del contenido, por cualquier medio, sin la autorización expresa del editor. 27 ¿cómoves? LA CUARTA es su fragilidad; todos sa- bemos que si golpeamos el vidrio se rom- pe, aunque también los químicos han inventado vidrio prácticamente irrompi- ble: esto es, resistente por ejemplo, al im- pacto de una bala, o aquel que puede ser enrollado y nos permite comuni- carnos a través de las fibras ópticas, que no son sino delgados hilos de vidrio. Así, cuando hablamos por teléfono, nuestra voz, convertida en luz, viaja a través de estas fi- bras de vidrio que vuelve a con- vertirse en voz al otro lado de la línea. LA QUINTA, tal vez la más inesperada, es ¡su sabrosura! Comemos vidrio cuando degus- tamos una paleta dulce o una manzana cubierta por caramelo rojo. Sí, hay vidrios que se comen y aquí los avances pertenecen a los cocineros expertos. o QUIZÁ leas estas líneas a través de un vi-drio, el de tus lentes, si es que los usas.Esto es tan común y tan cotidiano, queparecería que el vidrio ha estado siemprecon nosotros, siempre igual, siempre frío,pero no es así. LA PRIMERA cualidad del vidrio es su transparencia, ilusión de inmaterialidad, que permite la entrada de luz en las habi- taciones, y ver lo que hay dentro de los objetos hechos de este material, las botellas. Por ello fue más valioso que el oro en la antigüedad. LA SEGUNDA es su capacidad de no disolverse en agua, en áci- dos y en bases. Como lo atesti- guan las ventanas de las viejas catedrales, el vidrio es un mate- rial muy resistente a las reaccio- nes químicas, prácticamente inerte. Sin embargo, los quími- cos de hoy saben hacer vidrio que se disuelve en agua: un vaso del cual, lleno del preciado líqui- do, representa ...¡una buena bro- ma a un amigo! Como dice el proverbio: “en este mun- do traidor nada es verdad, nada es men- tira, todo es según el color del cristal con que se mira”. LA TERCERA cualidad del vi- drio es su color. No sólo los hay rojos, azules, verdes y amari- llos, hoy los químicos han aprendido a fabricar vidrios de cualquier color, además de los que cambian de color de- pendiendo de la intensidad de la luz. 27 ¿cómoves? Fo to : A dr iá n Bo de k Foto: Adrián Bodek Prohibida la reproducción parcial o total del contenido, por cualquier medio, sin la autorización expresa del editor. ¿cómoves? 28 fdg.lkdsufgoiuioug LA SEXTA es su constante movimien- to, cualidad compartida con otros mate- riales, pero en el vidrio ligeramente diferente. Un vaso, una ventana, la pan- talla del televisor, una paleta de dulce se están —y valga la expresión— “chorrean- do”. Las ventanas de las viejas iglesias europeas con vitrales centenarios son más gruesas abajo que arriba. Los científicos siguen queriendo explicar este hecho y uno de los argumentos más aceptados es que el vidrio resbala sobre sí mismo, como la miel. La razón es paradójica: el vidrio, aunque lo parezca, no es un sólido. LA SÉPTIMA es su diversidad. Hay vi- drios naturales como la obsidiana, que los artesanos del México prehispánico con- virtieron en punta de flechas, orejeras y máscaras. Y vi- drios artificia- les, que son la mayoría, en más de seis mil varie- dades diferentes. LA OCTAVA cua- lidad del vidrio es su historia, propia e irrepetible como la de cada quien y cada cosa. La fabricación del vidrio es quizá una de las tecnologías más anti- guas. Se inventó en Egipto hace 5000 años al calentar una mezcla
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