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Universidad de Guadalajara. Centro Universitario de Ciencias de la Salud. Licenciatura en cirujano dentista. Materia: Genética Craneofacial. Nombre del profesor: Mariaud Schmidt Rocío Patricia. Nombre del alumno: Guerrero Alcaraz Edgar Elizardo. Código de alumno: 212581246. Historia del velcro. Copiar buenas ideas funciona. Y si la naturaleza ha dado con una solución que perdura en el tiempo, emularla es ir por buen camino. Así lo hizo Georges de Mestral, quien, para inventar el velcro, se inspiró en unas semillas pegadas a la piel de su perro tras un paseo por los Alpes de su Suiza natal. Georges De Mestral nació en Suiza en 1905. Con tan solo 12 años inventó y patentó un avión de juguete. Al finalizar sus estudios, empezó a trabajar en una empresa de ingeniería. En 1941, al regresar de uno de sus paseos por los Alpes suizos, observó los frutos de bardana adheridos a la piel de su perro y de sus pantalones. Georges de Mestral sintió curiosidad por saber cómo era posible que la bardana quedara de manera tan efectiva pegada a la piel del perro. De Mestral observó en las bolas miles de pequeños ganchos que se agarraban de manera muy eficiente a casi cualquier tejido. Enseguida se dio cuenta del enorme potencial de este mecanismo: reproducir esta idea en algún tejido sintético permitiría otra forma de abrochar cosas, como alternativa a cremalleras, botones o a coser. Su idea consistía en disponer, por un lado, una tira de tejido con minúsculos ganchos (como los de la bardana) y, por otro, de otra con pequeños lazos para conseguir la adhesión deseada. Dio a su invento el nombre de velcro, combinación de las primeras sílabas de las palabras francesas ‘ velour’ (terciopelo) y ‘ crochet’ (gancho). Llevó su idea a Lyon, donde consiguió la ayuda de un tejedor que, usando dos tiras de algodón, resolvió el problema. Sin embargo el algodón se desgastaba muy rápidamente, y no era una opción válida y optó por el nailon tras observar, por ensayo y error, que este forma los deseados ganchos cuando se trata con luz infrarroja caliente. El espaldarazo vendría del sector espacial, ya que se empezó a usar en los trajes de los astronautas (permitiéndoles una forma más sencilla de desenvolverse con ellos). Rápidamente, y por los mismos motivos, se adoptó en las vestimentas de esquiadores y buceadores. Y de ahí a la fama internacional. La patente expiró en 1978, pese a los intentos infructuosos de De Mestral en renovarla. Bibliografía: Ángel Gavín. (2018). "El velcro, aprendiendo de la madre naturaleza". recuperado el 31 de Agosto del 2022, de Heraldo Sitio web: https://www.heraldo.es/noticias/sociedad/2018/12/01/el-velcro-aprendiendo- madre-naturaleza-1280500-310.html
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