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La imagen del inmigrante en la literatura 
argentina entre 1880 y 1910 
Graciela Villanueva 
Graciela Villanueva , « La imagen del inmigrante en la literatura argentina entre 1880 
y 1910 », Amérique Latine Histoire et Mémoire. Les Cahiers ALHIM, 1 | 2000, [En 
línea], Puesto en línea el 14 janvier 2005. URL : http://alhim.revues.org/index90.html. 
consultado el 30 mai 2012. 
 
El proceso de integración de esa figura de la alteridad que un extranjero inevitablemente 
representa sólo es posible a partir de la construcción de una experiencia compartida de 
manera relativamente homogénea en la memoria colectiva de un pueblo. En esta 
construcción de una memoria común, la literatura -entendida en un sentido amplio- 
desempeña un papel fundamental. En las tres décadas que van desde 1880 hasta 1910 la 
polémica sobre el extranjero en la literatura argentina se lleva a cabo no sólo en el 
ensayo y en el debate público (parlamentario, periodístico o de otro tipo), sino también 
en los textos de ficción que, en forma un poco menos directa pero igualmente 
importante, participan en los combates que se libran en el campo de las ideas. Los textos 
significativos que pueden estudiarse para comprender este proceso pertenecen, en 
efecto, a géneros discursivos muy diversos: narrativa (cuentos y novelas, editados a 
menudo en forma de folletín en periódicos de la época), teatro (obras largas y sainetes), 
textos descriptivos y argumentativos (ensayos, crónicas periodísticas, artículos de 
opinión y cuadros de costumbres), textos de leyes que reglamentan el estatuto jurídico 
del extranjero (desde la ley de “Inmigración y Colonización” de 1876 hasta la ley de 
“Defensa Social”, promulgada en 1910 para proporcionar un instrumento legal que 
permitiera expulsar al extranjero indeseable en forma expeditiva). 
2Como resulta imposible presentar aquí la complejidad del corpus literario argentino 
producido en aquellos años en torno a la figura del inmigrante, vamos a limitarnos a 
elegir algunos ejemplos de ficción narrativa y dramática sobre el extranjero y vamos a 
mostrar cuáles fueron los puntos de vista sobre el tema que estos textos dejaron oír, es 
decir de qué manera la novela, el cuento y el teatro participaron en el debate público 
sobre la cuestión inmigratoria entre las últimas décadas del siglo XIX y la primera del 
siglo XX en Argentina. 
Una literatura de tesis 
3Hablar de intervención de la ficción en un debate público supone considerar que 
ciertas obras de la literatura argentina sobre el extranjero fueron obras “de tesis”. Pero 
¿Qué es la “literatura de tesis”? Para definir un género que, históricamente, ha sido con 
mucha mayor frecuencia objeto de pasión y de condenas encendidas que de análisis 
sistemático y refutaciones argumentadas, retomemos la caracterización, voluntariamente 
intuitiva y formal, que Susan Rubin Suleiman da al comienzo de su trabajo sobre la 
novela de tesis: 
• 1 SULEIMAN, Le roman à thèse ou l’autorité fictive, 1983, p. 14. 
Je définis comme roman à thèse un roman “réaliste” (fondé sur une esthétique du 
vraisemblable et de la représentation) qui se signale au lecteur principalement comme 
porteur d’un enseignement, tendant à démontrer la vérité d’une doctrine politique, 
philosophique, scientifique ou religieuse1. 
• 2 « La novela de tesis -dice SULEIMAN- presenta una axiología clara, un sistema 
de valores sin fisura(...) 
• 3 “Reconnaissons simplement que le projet de la fable, comme de tout récit 
exemplaire, est un projet(...) 
4Desgajamos de esta primera definición dos elementos: a) la inscripción del texto 
dentro del canon realista y b) el hecho de que la ficción sea, ante todo, portadora de 
doctrina. He aquí lo esencial, pero más allá de estos dos rasgos fundamentales, para 
completar la definición de los géneros de tesis es preciso señalar que el tercer rasgo 
fundamental es la ausencia de toda ambigüedad (es decir por la voluntad de reducir la 
pluralidad de significaciones inherente a la obra de arte, de alcanzar un sentido 
virtualmente único), algo que se busca conseguir a través de la redundancia, la 
presentación de un mundo dominado por el maniqueísmo (en el cual la separación entre 
los buenos y justos y los malos y pecadores resulta siempre clara2) y la interpretación 
casi sistemática de la acción desde el interior del propio texto de ficción. Si se tienen en 
cuenta todos estos elementos, resulta evidente que una obra de tesis tiene un sentido que 
va más allá de los hechos que evoca y de los personajes que presenta: en tanto el 
objetivo fundamental de un texto es la transmisión de una enseñanza, la historia relatada 
o puesta en escena sólo existe para dar lugar a una interpretación. Y dicha 
interpretación, en realidad, es sólo un modo de llegar al verdadero objetivo de toda la 
estrategia discursiva: la exhortación final, la inferencia de una regla de acción a partir de 
lo que acaba de leerse3. 
El crisol de razas como tesis defendida o condenada en la novela y en la vertiente 
mayor del teatro 
5En el período comprendido entre 1880 y 1910, las historias que la ficción argentina 
narra o pone en escena tienen que ver con la vida del extranjero en la tierra en la cual ha 
decidido intalarse, con sus éxitos y fracasos, con sus proyectos y sus relaciones, 
amistosas o conflictivas, con los nativos. De este esquema surgen lógicamente dos tesis 
contrapuestas: o bien que la presencia del extranjero es positiva para el país (de lo cual 
se infiere que el nativo debe hacer todo lo que esté en sus manos para ayudarlo), o bien 
que dicha presencia es nociva y que la decisión de abrir las puertas al extranjero 
constituye un gran error (de lo cual se infiere que el nativo debe hacer todo lo que pueda 
para dificultar su integración). La tesis xenófila presenta una variante más idealizada (en 
la cual la paz impregna cada instante del encuentro fraternal entre nativos y extranjeros 
y el crisol de razas se realiza como por arte de magia) y una variante más dura (en la 
cual el encuentro da lugar a múltiples conflictos y el crisol de razas se logra sólo a partir 
de la superación de las tensiones y de los recelos del enfrentamiento inicial)4. Ejemplos 
que ilustran una versión más o menos idealizada de la tesis xenófila en la literatura 
argentina de aquellos treinta años son Bianchetto de Adolfo SALDÍAS (1896), Promisión 
de Carlos María OCANTOS (1897), Libro extraño de Francisco SICARDI (1894-1902) y 
Los gauchos judíos de Alberto GERCHUNOFF (1910). Ejemplos que ilustran en cambio la 
tesis xenófoba son ¿Inocentes o culpables? de Antonio ARGERICH (1884), En la sangre 
de Eugenio CAMBACERES (1887) y La Bolsa de Julián MARTEL (1891). Entre los 
ejemplos que mejor ilustran la tesis del crisol de razas que resulta de la superación de un 
conflicto previo podemos citar dos obras de teatro: La gringa de Florencio SÁNCHEZ 
(1904) y Marco Severi de Roberto PAYRÓ (1905). 
• 4 Esta descripción es válida sólo en líneas generales, pero no debe olvidarse que 
hablar simplemente(...) 
6Los cuatro textos citados como ejemplos de la ideología xenófila cuentan historias de 
inmigrantes que triunfan en Argentina. En Bianchetto de Adolfo SALDÍAS, un niño 
huérfano deja los suburbios de Génova para transformarse en un verdadero gaucho 
argentino, virtuoso y patriota, en un campo presentado como tierra de trabajo, 
prosperidad y realización plena del crisol de razas. Promisión de Carlos M. OCANTOS 
cuenta la historia de varios inmigrantes europeos (varios franceses, varios ingleses y un 
alemán) que consiguen en Argentina (“tierra de promisión”, “tierra de redención”) la 
justa recompensa a sus esfuerzos. Acerca del Libro extraño, larguísima novela de 
Francisco SICARDI, diremos que concluye con la historia de un inmigrante vasco y de su 
hijo, hombres honestos y laboriosos presentados como figuras de síntesis capaces de 
proponer una solución a la oposición entre aquellos católicos y anarquistas que, con sus 
interminables disputas, impedían que seconstruyera un futuro venturoso para la 
Argentina. Los gauchos judíos de Alberto GERCHUNOFF narra las peripecias de los 
colonos judíos en un país presentado como una nueva Tierra Prometida para los 
exiliados de Europa del Este, un país en el que reina la armonía, en el que los judíos 
podrán dejar los oficios a los que la diáspora los ha condenado para volver al trabajo de 
la tierra y en el que lograrán, por fin, integrarse. 
7En el otro polo del espectro ideológico ¿Inocentes o culpables? de Antonio ARGERICH 
narra la vida de un inmigrante italiano que pasa de la estupidez a la locura, de una 
esposa (también hija de italianos) que pasa de las ensoñaciones futiles al adulterio y de 
un hijo que, tras haber pasado de la vagancia al vicio, desemboca en el suicidio. En la 
sangre de Eugenio CAMBACERES cuenta la historia de un hijo de inmigrantes 
napolitanos que, a fuerza de engaños, robos y mentiras, asciende en la escala social para 
incrustarse en el mundo de los aristócratas criollos, crédulos y virtuosos, y 
contaminarlo. La Bolsa de Julián MARTEL desarrolla tesis antisemitas en un período en 
el que la inmigración judía en Argentina era prácticamente inexistente: las desventuras 
de un protagonista que, en un país gobernado por funcionarios corruptos y manipulado 
por usureros judíos, se entrega a la especulación para plegarse a las tendencias de su 
época y que termina ganado por la demencia, se leen entonces como una historia 
ejemplar que busca alertar a los argentinos acerca de los riesgos de una apertura 
indiscriminada del país a los inmigrantes europeos. 
8La tesis del crisol de razas que se logra gracias a la superación, más o menos trabajosa, 
de un conflicto inicial entre nativos y extranjeros es la que con mayor frecuencia 
aparece en el teatro. La gringa de Florencio Sánchez pone frente a frente a una familia 
de colonos italianos y a una familia criolla. El hijo del gaucho y la hija del inmigrante 
italiano se enamoran. Su unión, al final de la obra, presagia el nacimiento de una nueva 
raza. El planteo de Marco Severi apunta en el mismo sentido, pero tiene más que ver 
con lo político. El protagonista es un inmigrante italiano de ideas progresistas a quien la 
justicia de su país de origen persigue porque en el pasado, en un momento de 
desesperación, Severi cometió delito de falsificación con el fin de procurarse el dinero 
necesario para curar a su madre enferma. La Argentina aparece como un país en que el 
inmigrante italiano podrá, a pesar de la oposición de algunos, realizar sus sueños: fundar 
una cooperativa para compartir con sus empleados la propiedad de la empresa en la cual 
todos -nativos o extranjeros- trabajan codo con codo y en armonía. 
El crisol de razas como presupuesto en la narrativa breve y en el sainete 
9Si la novela argentina suele caer en planteos maniqueos y si la representación del 
conflicto entre nativos e inmigrantes en el teatro parece apuntar a exaltar mejor el crisol 
de razas, el mundo postulado por otros géneros literarios -los cuentos, las nouvelles y 
aquellos sainetes que fueron tan populares desde fines del siglo XIX en Argentina- 
presenta algunos otros matices. Se trata de un mundo en el que, si aparece el conflicto, 
los personajes logran, a pesar de todo, convivir. Un mundo en el que el punto de vista y 
la voz del extranjero tienen mayores posibilidades de ser oídos. Un mundo en el que 
conflicto e integración son las dos caras de una misma moneda. El humor es un 
elemento esencial en este universo, tanto en los cuentos como en las nouvelles como en 
el sainete. 
10El planteo típico de la narrativa breve queda claro si evocamos el argumento de El 
casamiento de Laucha, nouvelle de Roberto PAYRÓ: un joven acosado por la miseria 
abandona su provincia natal y lleva una vida errante de pueblo en pueblo hasta que 
logra que hacerse contratar por doña Carolina, una viuda italiana que posee un almacén 
de ramos generales en el campo, cuya simpatía sabe ganarse el pícaro Laucha. Carolina 
empieza por ceder al joven criollo un porcentaje sobre las ganancias de su comercio y, 
más tarde, le pide que se case con ella. El protagonista, para quien casarse con una 
gringa constituye un motivo de vergüenza, encuentra en un cura napolitano instalado en 
la región el cómplice ideal para fingir una boda sin que la novia se dé cuenta. Una vez 
“casado”, Laucha se dedica a dilapidar la fortuna de su mujer y, cuando ya no queda un 
céntimo, huye, después de revelar a Carolina la verdad (o mejor dicho la mentira) sobre 
su casamiento. 
• 5 Además de El casamiento de Laucha de Roberto Payro (1906), podemos citar 
Cuentos de Fray Mocho de 1(...) 
11Como podemos constatar a través de este breve resumen de la nouvelle de PAYRÓ, es 
imposible oponer aquí nativos a inmigrantes y/o clasificar a unos y otros en un sistema 
maniqueo de buenos y justos contra malos y pecadores. En efecto, los cuentos y las 
nouvelles de la época (géneros cuyos ejemplos más logrados provienen siempre de la 
pluma de aquellos dos grandes escritores argentinos que fueron FRAY MOCHO y Roberto 
PAYRÓ5) presentan un mundo en el que hay nativos corruptos y nativos honestos, 
inmigrantes corruptos e inmigrantes honestos. Y, como en la vida, puede suceder que 
los corruptos no sean sólo (o no sean siempre) simplemente corruptos y que los 
honestos no sean sólo (o no sean siempre) simplemente honestos. 
12El sainete presenta también un punto de vista particular. Mientras que en las obras de 
teatro tradicionales (obras “largas”, de la llamada “vertiente mayor”) que plantean el 
tema del encuentro entre nativos y extranjeros, la voluntad de defender una tesis está 
casi siempre presente, el objetivo -más modesto- del sainete es mostrar simplemente 
cómo se mezclan personajes de toda índole y de todo origen, para deleite de un público 
tan heterogéneo como quienes desfilan por el escenario. En los sainetes, así como en la 
narrativa breve, el crisol de razas parece ser un presupuesto más que una tesis: no se 
trata simplemente de una posibilidad que se desea y en pos de la cual se milita, sino de 
un hecho, de la consecuencia inevitable de algo que se presenta como un proceso que ya 
nada ni nadie pueden detener. Entre los cientos de sainetes de aquella época en los que 
la presencia del inmigrante ocupa un lugar fundamental citaremos Don Pascual de 
PARDO y PRIETO (1894), Los disfrazados de Carlos M. PACHECO (1906) y Los 
inquilinos de Nemesio TREJO (1907). 
13Don Pascual pone en escena a un estanciero criollo rústico e incapaz de adaptarse a 
las modas de Buenos Aires que su esposa y sus hijas se esfuerzan por imponerle, que 
termina confundiendo al pretendiente de una de las muchachas con el futuro cochero de 
la familia, y al aspirante al puesto de cocinero (cojo y bizco, pero francés) con el 
diplomático al que ama su segunda hija. Los disfrazados presenta un ambiente mucho 
más popular: la circunstancia (el carnaval) y la peripecia amorosa de engaño y venganza 
sobre la que se articula la acción dramática sirven sobre todo para que desfilen por el 
patio del conventillo diversos y pintorescos personajes del pueblo y, naturalmente, 
muchos inmigrantes -especialmente italianos- que se expresan en aquella particular 
mezcla de español e italiano bautizada en Argentina con el nombre de cocoliche. Al 
igual que en Los disfrazados, la acción de Los inquilinos también tiene lugar en un 
conventillo donde se cruzan el tano verdulero, el gallego administrador y el judío que 
especula. La obra parte de un episodio real, la huelga de inquilinos de Buenos Aires en 
1907, en protesta contra los altos precios de los alquileres. Después de una 
manifestación durante la cual los inquilinos exponen sus argumentos ante el propietario 
y ante el administrador del conventillo, la obra culmina en la espera de una decisión de 
la justicia. 
14Como podemos constatarlo a través de estos tres ejemplos, los sainetes presentan el 
punto de vista de las clases populares y entonces, al menos parcialmente,el punto de 
vista de los inmigrantes. El mundo que bosquejan es a menudo caricatural, pero las 
oposiciones y tensiones entre los personajes no están en absoluto planteadas en términos 
de una oposición nativos vs. extranjeros. 
Textualidad y transtextualidad en la construcción de una ideología 
15Hemos resumido las líneas esenciales de los argumentos de ciertas obras 
representativas de la ficción argentina sobre el inmigrante. Hemos mostrado cómo 
dichos argumentos funcionan no sólo en un nivel argumental, sino también en un nivel 
argumentativo. Es preciso recordar, sin embargo, que los hechos que una obra narra o 
pone en escena no son más que un aspecto -esencial por cierto, pero un aspecto entre 
otros- de un texto de ficción. Si buena parte de los ejemplos elegidos pueden ser 
considerados como obras de tesis es porque los rasgos esenciales del género (adopción 
del canon realista, transmisión de una doctrina, ausencia de ambigüedad, redundancia, 
presentación de un mundo dominado por el maniqueísmo e interpretación casi 
sistemática de la acción desde el texto mismo) se verifican. Esta coherencia es lo que 
explica la fuerza de la imagen del extranjero en la ficción argentina y la fuerza de la 
ficción argentina en el debate sobre la cuestión inmigratoria. Todas las obras de las que 
hemos hablado se inscriben dentro de un canon realista6. Es evidente también que el 
mensaje doctrinal de los textos en los que puede desgajarse una tesis a favor o contra el 
extranjero es un elemento fundamental de su lectura. Ahora bien, en las obras de tesis 
(que son fundamentalmente novelas y obras de teatro “largas”) la ausencia de 
ambigüedad sólo puede lograrse en la medida en que todos los niveles de construcción 
del texto apuntan en el mismo sentido. De la historia ejemplar que los personajes 
inmigrantes viven o padecen se desprenden ciertas significaciones, pero ellas adquieren 
fuerza de tesis en la medida en que los factores constructivos refuerzan su sentido. En 
otras palabras: los factores constructivos tienen una clara dimensión ideológica. Esta 
ideología de la forma (una dimensión que subvierte radicalmente la tradicional 
dicotomía fondo/forma), menos evidente que la ideología de los hechos narrados, dista 
mucho de ser un elemento aleatorio en el funcionamiento de un texto literario. Los 
procedimientos del nivel textual y aun los del nivel que Genette denomina transtextual7 
constituyen, en efecto, verdaderas estrategias de argumentación, estrategias que pueden 
ser estudiadas tanto en las obras que hemos citado como en todo el corpus de la 
literatura argentina sobre el extranjero. Dado que resulta imposible realizar aquí un 
análisis ideológico detallado de todos estos procedimientos, nos contentaremos con 
señalar algunos rasgos generales del funcionamiento del nivel textual (los nombres 
propios, la representación del habla de los personajes extranjeros, las imágenes 
utilizadas para describirlos) y algunos rasgos del nivel transtextual (las referencias 
intertextuales, el tono, la opción por determinados géneros literarios, los títulos o 
subtítulos elegidos para introducir o puntuar el relato). Aspiramos a que a través de 
estos ejemplos quede claro que, por importante que sean los hechos presentados por 
textos que se postulan a sí mismos como “realistas”, el análisis argumental no basta para 
explicar la fuerza de la ficción en el debate sobre la cuestión inmigratoria. 
• 6 Suleiman reconoce que la definición del realismo plantea problemas, pero su 
objetivo no es resolver(...) 
• 7 Gerard Genette elabora una primera tipología de las relaciones entre textos en 
la introducción a su(...) 
• 8 En En la sangre, Genaro hace referencia a lo genérico, lo que se lleva “en la 
sangre”; su apellido,(...) 
• 9 Sobre los nombres propios y las imágenes en la construcción de la imagen del 
extranjero entre 1880(...) 
• 10 Ocantos, Promisión, p. 28, 34 y 174 y Sicardi, Libro extraño, volumen I, p. 
297. 
• 11 Ocantos, Promisión, p. 181. 
• 12 Argerich, ¿Inocentes o culpables?, p. 13 y 22. 
• 13 Cambaceres, En la sangre, p. 90 y 153. 
• 14 Argerich, ¿Inocentes o culpables?, p. 136. 
• 15 Martel, La Bolsa, p. 149. 
16En la ficción argentina sobre el extranjero los nombres propios en general y los 
nombres de los extranjeros en particular tienen una importancia capital, ya que el 
procedimiento que podemos llamar de motivación onomástica se verifica una y otra vez. 
Dicho en términos muy simples: no es lo mismo llamarse Máxima o Crescencia que 
Genaro o Angustias, ni es lo mismo ser Severi que Pelagatti8. Y algo similar puede 
decirse de las diversas imágenes, comparaciones y metáforas empleadas para designar o 
describir al personaje extranjero en la ficción argentina9. La imagen del inmigrante será 
completamente distinta si éste es comparado a una ninfa, una diosa o un angelote10 o si 
se lo identifica con una mariposa o con una luciérnaga11 que la ficción se obstina en 
destacar su parecido con cerdos o sapos12, reptiles o perros13, microbios o llagas 
infectadas14, vampiros o culebras15. 
• 16 Por una mera cuestión de verosimilitud, el acento extranjero del inmigrante 
es más frecuente en el(...) 
• 17 La creencia de que el “tú” siempre había sido la norma en la Argentina y que 
el retorno del voseo f(...) 
• 18 En el teatro la cuestión del voseo se plantea en términos absolutamente 
distintos, ya que -en tanto(...) 
17La representación del habla de los personajes extranjeros tiene también una 
dimensión ideológica. En este ámbito es preciso considerar, en primer término, el 
acento particular del español hablado por el personaje inmigrante16 y, en segundo 
término, la cuestión del voseo en boca de un extranjero. Para sintetizar el primer aspecto 
diremos simplemente que la torpeza del inmigrante que habla español con acento 
extranjero, en tanto por lo general hace reír, resulta mucho más frecuente en la literatura 
xenófila que en la literatura xenófoba: la risa es placentera y, aun si se la concibe como 
un medio para degradar al personaje inmigrante, se corre el riesgo de que se vuelva un 
fin en sí misma, empañando la redundancia, que es conditio sine qua non en un texto 
que aspira a demostrar una tesis. Para resumir lo esencial del segundo aspecto (la 
cuestión del voseo) es preciso aclarar previamente que si durante muchos años los 
personajes originarios de toda la zona del llamado litoral argentino (es decir los 
hablantes del dialecto rioplatense del español) en la literatura casi siempre dijeron “tú”, 
en la realidad exterior a los libros siempre dijeron “vos”, aunque algunos intelectuales 
se hayan obstinado en negarlo con argumentos supuestamente científicos y aunque la 
academia y el sistema escolar se hayan empeñado durante muchos años en presentar al 
voseo como un rasgo de inferioridad del idioma de los argentinos17. Este matiz 
desvalorizador (que no es el único, pero que es muy frecuente en la percepción del 
voseo) aparece en la literatura de tesis contra el extranjero cuando personajes 
degradados y, en particular, inmigrantes o hijos de inmigrantes dicen vos (es lo que 
ocurre en un pasaje de ¿Inocentes o culpables? de Argerich y en varios pasajes de En la 
sangre de Cambaceres)18. 
• 19 Sobre este aspecto de la obra de Gerchunoff, cf. Villanueva, 1998: 297-306. 
18Para ejemplificar la dimensión ideológica del nivel transtextual, hablaremos 
brevemente de las referencias intertextuales, del tono (elemento hipertextual), de la 
opción genérica (elemento arquitextual) y del título (elemento paratextual) en uno solo 
de los textos de ficción ya presentados: Los gauchos judíos de Alberto Gerchunoff 
(1910). En este libro de estampas y relatos breves que presenta a la Argentina como 
tierra bendita, lugar soñado donde el encuentro entre nativos y extranjeros se resuelve 
pacíficamente en un mágico crisol de razas, se reiteran espacios y personajes y no hay 
prácticamente hilos narrativos que hilvanen las diversas historias referidas.La opción 
por el tono serio y el uso de ciertos recursos arcaizantes (tales como el adjetivo 
antepuesto, el léxico rebuscado, las comparaciones épicas y el pronombre enclítico con 
verbos conjugados en indicativo) evocan, además de las citas directas, el intertexto del 
relato bíblico. Imitar el texto sagrado es, para Gerchunoff, una manera de conferir 
autoridad suplementaria tanto a su propio texto como a la tesis del crisol de razas en él 
defendida. La opción por lo descriptivo, el estilo arcaizante y el desplazamiento a un 
segundo plano de los lazos temporales y causales forman parte de una estrategia que no 
sólo es estética sino fundamentalmente ideológica: erigir un mundo sin tiempo, el 
cuadro de una paz y una plenitud exentas de las vicisitudes de lo cotidiano. Lo 
descriptivo (lo inmóvil, lo estático) contiene y fija la dinámica de la narración, como 
para reprimir la aparición de tensiones y conflictos y plasmar artísticamente la 
equivalencia entre Argentina y la Tierra Prometida. Por otra parte el título (elemento 
fundamental del paratexto de autor), a través de la unión inesperada del sustantivo 
gauchos y del adjetivo judíos, apunta en la misma dirección, puesto que parece postular 
la existencia efectiva de lo que nombra. Voluntarismo de un escritor nacido en el seno 
de una familia inmigrante, de un autor que, aunque no ignora las dificultades y las 
tensiones reales entre los nativos y los extranjeros de carne y hueso de la Argentina de 
principios del siglo XX, prefiere afirmar que la fusión entre el criollo y el extranjero ya 
se ha llevado a cabo y que ya ha surgido una nueva figura, la del “gaucho judío”, 
condensación y materialización, en su eficaz brevedad, del éxito del proceso de 
integración19. 
19Los argumentos a favor o en contra del inmigrante pueden leerse no sólo en las 
historias narradas o puestas en escena por la literatura argentina, sino también en los 
factores constructivos con que los escritores levantaron sus edificios narrativos o 
dramáticos. A través de la lectura de los textos que trataron la cuestión del inmigrante 
entre 1880 y 1910, el lector de hoy -separado del contexto en el cual estas obras fueron 
concebidas, publicadas y leídas por todo un siglo de historia y todo un siglo de 
literatura- puede reconstruir el apasionante debate de un país que, hace apenas cien 
años, estaba tratando de saber qué era, qué había sido y qué había dejado de ser. Un país 
que procuraba definir lo que quería, lo que debía o, simplemente, lo que podía ser y 
hacer. En este nuevo fin de siglo en que pululan xenofobias de toda laya y en que 
globalización suele rimar con marginación y miseria, rememorar la historia de los 
extranjeros del pasado y reflexionar sobre ella se vuelve una práctica necesaria. Para 
desarrollar nuestra tolerancia. Para defender el derecho a la diferencia. 
 
Bibliografía 
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la Plata, 1884. 
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Sudamérica de Buenos Aires), edición consultada: Buenos Aires: Colihue, 1988. 
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Tor, 1947. 
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1982. 
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Aguilar, 1984. 
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en La Nación de Buenos Aires), edición consultada: Buenos Aires: Plus Ultra, 1975. 
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PARDO, E. A. et PRIETO, R., Don Pascual, 1894, edición consultada: Breve Historia del 
teatro argentino, Buenos Aires: Eudeba, 1963, volumen II. 
PAYRÓ, Roberto, Cuentos de Pago chico, 1908, edición consultada: Buenos Aires: 
Losada, 1985. 
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Marco Severi, 1905, edición consultada: Roberto J. PAYRÓ, Teatro completo, Buenos 
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SALDÍAS, Adolfo, Bianchetto, 1896, edición consultada: Buenos Aires: Felix Lajouane, 
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SÁNCHEZ, Florencio, La gringa, 1904, edición consultada: Buenos Aires: Kapelusz, 
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SICARDI, Francisco, Libro extraño, 1894-1902, edición consultada: Buenos 
Aires/Barcelona: F. GRANADA y Cía. Editores, s/f, dos volúmenes. 
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SZTRUM, Marcelo, “Esta debe ser, es, deseo que sea otra lengua: evolución de la idea 
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et ibéro-américain II, Paris, Presses de la Sorbonne Nouvelle, 1993. 
TREJO, Nemesio, Los inquilinos, 1907, edición consultada: Breve Historia del teatro 
argentino, Buenos Aires: Eudeba, 1963, volumen VI. 
VILLANUEVA, María Graciela, “Metamorfosis de la imagen del extranjero en las novelas 
de Eugenio Cambaceres” (en: Cambio y Permanencia, Paris: revista Río de la Plata Nº 
17-18, CELCIRP 1996-1997), “La imagen del extranjero en la literatura argentina de 
1910: Manuel Gálvez y Alberto Gerchunoff”, en: Los poderes de la imagen (textes 
réunis par Jacqueline Covo), Lille: Université Charles-de-Gaulle Lille 3, 1998) y 
“Transgresión y deconstrucción de la imagen del extranjero civilizador en la ficción 
argentina (1880-1910)” (Angers, Discursos transgresivos en Europa y América Latina, 
1999). 
 
Notas 
1 SULEIMAN, Le roman à thèse ou l’autorité fictive, 1983, p. 14. 
2 « La novela de tesis -dice SULEIMAN- presenta una axiología clara, un sistema de 
valores sin fisuras que no deja ninguna duda acerca de cuál es el buen camino y cuál el 
malo ». Le roman à thèse simplifie la réalité, en effaçant les divergences au sein des 
bons et assimilant tous les méchants entre eux: “la structure actantielle [...] “binarise” le 
réel, réduisant ses complexités à des simples dichotomies. [...] On est bel et bien dans 
un univers mythique” (Ibid., p.145-146). 
3 “Reconnaissons simplement que le projet de la fable, comme de tout récit exemplaire, 
est un projet utopique: infléchir les actions des hommes (et des femmes) en leur 
racontant des histoires.” (Ibid., p. 69). « Una obra de tesis -agrega SULEIMAN- 
pertenece, en verdad, a un género retórico en sentido literal (retórica: arte de la 
persuasión), pero en la literatura de tesis, a diferencia de un discurso en el cual se 
exponen en forma ordenada los argumentos que apuntan a convencer al destinatario, se 
cuenta una historia ». 
4 Esta descripción es válida sólo en líneas generales, pero no debe olvidarse que hablar 
simplemente de tesis a favor o en contra del extranjero supone reducir la complejidad de 
la realidad de los textos y de la opinión común. En la Argentina de hace un siglo 
existieron importantes diferencias -o discriminaciones- entre extranjeros de diferente 
origen (la imagen de un francés o un inglés fue en general mucho más positiva que la de 
un gallego o un napolitano) y las tesis xenófobas o xenófilas se articularon a menudo 
con doctrinas que, desde el punto de vista ideológico, planteaban innumerables matices. 
5 Además de El casamiento de Laucha de Roberto Payro (1906), podemos citar Cuentos 
de Fray Mocho de 1906, los relatos de Violines y toneles y los Cuentos de Pago chico, 
ambos de Roberto Payro, ambos de 1908. 
6 Suleiman reconoce que la definición del realismo plantea problemas, pero su objetivo 
no es resolver una cuestión teórica y filosófica infinitamente compleja, sino construir 
una descripción aceptable de los géneros de tesis (en particular de la novela de tesis), 
por lo cual para enfrentar la cuestión del realismo partede una definición 
voluntariamente aproximativa: “... le roman tel qu’il nous a été legué par le XIXe siècle: 
fondé sur une esthétique du vraisemblable et de la représentation, il met en scène et suit 
le destin de personnages fictifs comme réels, qui évoluent dans un monde qui 
correspond, au moins virtuellement, au monde de l’expérience quotidienne du lecteur” 
(Suleiman, 1983 :. 21). 
7 Gerard Genette elabora una primera tipología de las relaciones entre textos en la 
introducción a su Palimsestes, cuando define como objeto de la poética la 
transtextualidad (“trascendance textuelle du texte, [...] tout ce qui met [le texte] en 
relation, manifeste ou secrète, avec d’autres textes”) y distingue, como formas de la 
misma, 1) la intertextualidad, 2) la paratextualidad, 3) la metatextualidad, 4) la 
hipertextualidad y 5) la arquitextualidad (Genette, 1982 : 7-13). 
8 En En la sangre, Genaro hace referencia a lo genérico, lo que se lleva “en la sangre”; 
su apellido, Piazza, hace pensar en la “plaza”, el “lugar” que Genaro aspira a ocupar, 
cueste lo que cueste, y, en el polo opuesto desde el punto de vista de la escala de valores 
implícita en el texto, Máxima connota la posición social y moral de la esposa del 
protagonista, bello retoño de la oligarquía criolla. Crescencia Barbado y Angustias 
forman parte de la familia española cuya vida cuenta Promisión de Carlos María 
Ocantos: Crescencia es una inmigrante que trabaja y triunfa, mientras que su tía 
Angustias se pasa la vida quejándose y se muestra absolutamente incapaz de sacar 
partido de las posibilidades que Argentina brinda. Marco Severi es el protagonista de la 
obra homónima de Roberto Payro, severo por la inflexibilidad de sus valores morales, 
que demuestra cuando se entrega a la policía aunque sabe que su arresto constituye una 
terrible injusticia. Si pelagatos es en español un “hombre insignificante o mediocre, sin 
posición social o económica.”, el apellido Pelagatti se adapta perfectamente a uno de los 
personajes de Los disfrazados de Carlos Pacheco. 
9 Sobre los nombres propios y las imágenes en la construcción de la imagen del 
extranjero entre 1880 y 1910, cf. María Graciela Villanueva, 1999. 
10 Ocantos, Promisión, p. 28, 34 y 174 y Sicardi, Libro extraño, volumen I, p. 297. 
11 Ocantos, Promisión, p. 181. 
12 Argerich, ¿Inocentes o culpables?, p. 13 y 22. 
13 Cambaceres, En la sangre, p. 90 y 153. 
14 Argerich, ¿Inocentes o culpables?, p. 136. 
15 Martel, La Bolsa, p. 149. 
16 Por una mera cuestión de verosimilitud, el acento extranjero del inmigrante es más 
frecuente en el teatro que en la narrativa, ya que la narrativa, incluso cuando 
retranscribe el discurso directo de un extranjero, tiene la posibilidad, en virtud de una 
convención literaria tácita y universal, de renunciar a la transcripción de todo acento 
particular y de hacer hablar a todos los personajes -nativos o extranjeros- en la lengua 
en la que el texto está escrito, es decir, en este caso, hacerlos hablar en un español 
neutro o, en todo caso, en un español “argentino” (que es lo que sucede en el corpus de 
texto que hemos estudiado, en un 80% de los casos). 
17 La creencia de que el “tú” siempre había sido la norma en la Argentina y que el 
retorno del voseo fue producto del advenimiento de Rosas (tesis que Arturo Capdevila 
sostuvo en 1926 como científicamente probada) fue moneda corriente hasta 1968, 
momento en que quedó demostrado que tal afirmación era pura invención de Capdevila. 
En un artículo publicado en La Nación de Buenos Aires en diciembre de 1926, 
Capdevila define al voseo en términos de “verdadera mancha del lenguaje argentino” y 
de “ignominiosa fealdad”. En un artículo de 1944 (de su obra Castilla, la tradición, el 
idioma), Ramón Menéndez Pidal habla del “degradado y degradante voseo”. Diferencia, 
tacha o mancha que el porteño lleva en esa segunda sangre que es la lengua, el “vos” fue 
lo que la escuela y la literatura siempre se empeñaron en ocultar. Muchos años habrían 
de pasar para que la literatura primero, y el sistema escolar mucho más tarde, llegaran a 
asumir el “vos”, hecho que revela la dimensión social y hasta política de la cuestión. Cf. 
Marcelo Sztrum, 1993: 261 y 269. 
18 En el teatro la cuestión del voseo se plantea en términos absolutamente distintos, ya 
que -en tanto se trata de lengua hablada y de teatro realista- la exigencia de 
verosimilitud impone el voseo como única posibilidad. En la narrativa breve de Fray 
Mocho o Payró, ideológicamente progresista y, por otra parte, cercana al cuadro de 
costumbres, el voseo no tiene ningún matiz desvalorizador, sino que es simplemente 
reflejo de la lengua que efectivamente se habla. Sobre el voseo en la obra de 
Cambaceres cf. Villanueva, 1996-1997 :. 487-497. 
19 Sobre este aspecto de la obra de Gerchunoff, cf. Villanueva, 1998: 297-306.

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