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La cultura durante el porfiriato

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La cultura durante el porfiriato 
 
México tras la batallas y calamidades del siglo xix, entra en sincronía con el desarrollo propio de cultura. Existe una idea de consenso, y de nación, al momento de pensar en la cultura mexicana durante el siglo xix, sería un proyecto nación, desde luego con un régimen autoritario. El proyecto ilustrado urbanizador. 
Ramón López Velarde 
 
 Ramón Modesto López Velarde Berumen (Jerez de García Salinas, Zacatecas, 15 de junio de 1888- Ciudad de México, 19 de junio de 1921) fue un poeta mexicano. Su obra suele encontrarse en el modernismo literario. En México alcanzó una gran fama, y llegó a ser considerado "el poeta nacional". 
Fue el primero de los nueve hijos del abogado José Guadalupe López Velarde, originario de Jalisco, y Trinidad Berumen Llamas, de una familia de terratenientes locales. Nace en Jerez de García 
Salinas; posteriormente, su nacimiento será registrado en el Registro Civil de Jerez. El padre, tras ejercer sin fortuna como abogado, había fundado un colegio católico en Jerez. En 1900, Ramón fue enviado al Seminario de Zacatecas, donde permaneció dos años; más tarde, debido a la mudanza de su familia, se trasladó al Seminario de Aguascalientes. En 1905 eligió abandonar el Seminario y su posible futuro como sacerdote, optando por la carrera de Leyes. 
Fue enviado a la corte por un robo a sus padres durante su juventud, López Velarde pasó sus vacaciones en Jerez. Durante su juventud Ramón fue enviado a una escuela de mujeres por sus padres, lo que causó primero su molestia, aunque años después estuvo muy agradecido, pues conoció a mujeres que fueron importantes para él. En esta época conoció a Josefa de los Ríos, pariente lejana y ocho años mayor que él, quien le causó una honda impresión. El primer poema que se conoce de López Velarde, fechado en 1905, parece estar inspirado en ella, a la que luego dará en su obra el nombre de "Fuensanta". 
En 1906 colaboró en la revista Bohemio, publicada en Aguascalientes por unos amigos suyos, con el seudónimo de "Ricardo Wencer Olivares". El grupo de Bohemio tomó partido por Manuel Caballero, católico integrista enemigo del modernismo literario, con ocasión de la polémica que produjo la reaparición de la Revista Azul en 1907. Sus intervenciones, sin embargo, tuvieron escaso eco en la vida literaria mexicana. 
En enero de 1908 López Velarde comenzó sus estudios de Leyes en el Instituto Científico y Literario de San Luis Potosí. Poco después murió su padre, dejando a la familia, que regresó a Jerez, en una difícil situación económica. El autor pudo continuar sus estudios gracias al apoyo de sus tíos maternos. López Velarde continuó colaborando con diferentes publicaciones de Aguascalientes (El Observador, El Debate, Nosotros) y luego de Guadalajara (El Regional, Pluma y Lápiz). La revista Bohemio había dejado de existir en 1907. 
En San Luis Potosí leyó a los poetas modernistas, especialmente a Amado Nervo, a quien llamaría "máximo poeta nuestro",1 y al español Andrés González Blanco, cambiando radicalmente sus opiniones en manera de estética. A partir de este momento se convierte en defensor ferviente del modernismo, y en 1910 preparó para su edición un manuscrito, que no llegó a publicarse, que será el germen de su futuro libro La sangre devota. 
 Apoyó abiertamente las exigencias de reformas políticas de Francisco I. Madero, a quien conoció personalmente en 1910. En 1911 obtuvo el título de abogado y tomó posesión como juez de primera instancia en un pequeño pueblo del estado de San Luis, llamado Venado. Sin embargo, dejó su cargo a finales de año y viajó a la Ciudad de México, pensando que Madero, nuevo presidente de la República, le daría algún puesto de confianza, pero no ocurrió así, quizá a causa del catolicismo militante de López Velarde. 
Murió el 19 de junio de 1921, poco después de cumplir los treinta y tres años. La causa oficial de su muerte, según el certificado de defunción, fue una bronconeumonía, que se le complicó debido también a la sífilis que padecía. Dejó un libro inédito, El son del corazón, que no se publicaría hasta 1932. Un libro de prosa, El minutero, sería también editado por sus deudos póstumamente, en 1923. El 15 de junio de 1963 sus restos mortales fueron exhumados y trasladados a la Rotonda de las Personas Ilustres de la Ciudad de México. 
A su muerte, a instancias de José Vasconcelos Calderón, se le tributaron honores como poeta nacional, y su obra (sobre todo, el poema La suave patria) se exaltó como expresión suprema de la nueva mexicanidad nacida de la Revolución. La apropiación oficial no excluyó otras lecturas de su obra: los poetas del grupo Los Contemporáneos vieron en él, junto a Tablada, el comienzo de la poesía mexicana moderna. En particular, Xavier Villaurrutia destacó la centralidad de López Velarde en la historia de la poesía mexicana, y lo comparó con el francés Charles Baudelaire. 
 
Adamo Boari 
Fue un arquitecto italiano que tuvo una carrera muy activa en México. Se le conoce por la construcción de obras arquitectónicas imponentes en la capital de este país, Palacio de Bellas Artes, el teatro nacional de México. 
Sus estudios sobre arquitectura los realizó en las universidades de Ferrara y Bolonia, donde obtiene el título de ingeniero civil en el año de 1886. Se le conocen varios diseños realizados para la exposición nacional de 
arquitectura en Turín. En 1889 se establece en Brasil, donde trabaja como encargado de los proyectos para una exposición universal, viajando más tarde a Buenos Aires y Montevideo. También trabajó en las ciudades estadounidenses de Nueva York y Chicago. 
Hacia 1903, viaja a México, en donde bajo el régimen del presidente Porfirio Díaz, y por el cual es invitado, realiza varios proyectos, entre los que destacan: La parroquia de Matehuala (1898), el Templo Expiatorio de Guadalajara (1899) y un monumento a Porfirio Díaz (1900). Se le atribuye el templo de San Antonio Limón en el estado de Veracruz. También diseñó su casa, que se ubicaba en la colonia Roma de la Ciudad de México y fue demolida en 1940. 
En la capital del país, trabaja en los proyectos que le dieran fama y reconocimiento, como: La Quinta Casa de Correos o El Palacio de Correos y el Palacio de Bellas Artes. Fue a este último edificio al que más tiempo le dedicó, trabajando en él aún tiempo después de haberse iniciado la Revolución mexicana (1916). 
En 1916 vuelve a Italia y se establece en Roma, viajando a menudo a Ferrara. Se menciona que desde Roma enviaba aportaciones e ideas para la finalización del Palacio de Bellas Artes, y que escribió un libro sobre la construcción y diseño de teatros. Se piensa que apoyó a su hermano Sesto Boari para el proyecto del Teatro Nuevo de Ferrara, que guarda cierta semejanza con el del ya mencionado Teatro nacional de México. 
Adamo Boari murió en Roma el 24 de febrero de 1928. 
Obras destacadas 
· Palacio de Correos 
· Palacio de Bellas Artes 
· Parroquia de Matehuala 
· Templo Expiatorio de Guadalajara 
· Cúpula del templo de San Miguel en Atotonilco el Alto, Jalisco 
 
José Guadalupe Posada Aguilar 
 
Fue un grabador, ilustrador y caricaturista aguascalentense. Célebre por sus dibujos de escenas costumbristas, folclóricas, de crítica socio-política y por sus ilustraciones de calacas o calaveras, entre ellas La Catrina. 
Después de aprender a leer y escribir con su hermano José Cirilo Posada ingresó a la Academia Municipal de Dibujo de Aguascalientes. Posteriormente, en 1868, entró como aprendiz en el taller litográfico de Trinidad Pedroza. Algunas de sus primeras caricaturas de crítica política fueron publicados en El Jicote, periódico de oposición al gobierno de Jesús Gómez Portugal. Comenzó su carrera haciendo dibujos, copiando imágenes religiosas y como ayudante de un taller de cerámica. 
En 1872, Posada y Pedroza deciden instalarse en León, Guanajuato, donde ambos se dedicaron a la litografía comercial. En León, Posada abrió su propio taller y posteriormente trabajó como profesor de litografía en la Escuela deInstrucción Secundaria, asimismo, realizó litografías y grabados en madera que ilustraban cajetillas de cerillos, documentos y libros. En esa misma ciudad contrajo matrimonio con María de Jesús Vela en 1875. Al año siguiente le compró la imprenta a Trinidad Pedroza. De 1875 a 1888 continuó colaborando para varios periódicos de León, entre ellos La Gacetilla, El Pueblo Caótico y La Educación. 
En la revista La Patria Ilustrada, dirigida por Arturo Paz, publicó. A finales de 1888 se trasladó a la Ciudad de México, en donde aprendió el oficio de técnicas de grabado en plomo y zinc. Colaboró para el periódico La Patria Ilustrada y la Revista de México hasta los primeros meses de 1888. 
Comenzó a realizar trabajos con Antonio Vanegas Arroyo, se ha afirmado que trabajaba como su empleado, pero ello no es real, se muestra en la misma fotografía que se conoce a la entrada de su taller, donde se anuncian sus actividades. 
Fueron muchos y muy variados los talleres, imprentas y periódicos en los que trabajó Posada: La Juventud Literaria, de la Revista de México, La Patria Ilustrada y El padre Cobos; Más adelante se integró al grupo de periódicos de Francisco Montes de Oca: El Gil Blas, EL Popular, Argos, El Chisme. Posada emprendió un trabajo que le valió la aceptación y admiración popular, por su sentido del humor, propensión a lo dramático y calidad plástica.8 En su obra, amplia y variada, Posada retrató las creencias y formas de vida cotidiana de los grupos populares, criticando los abusos del gobierno y la explotación del pueblo. Además, ilustró las famosas «calaveras», versos alusivos a la muerte que, junto con sus demás ilustraciones, se distribuían en periódicos y hojas sueltas. En 1893 colaboró de manera irregular para el periódico Gil Blas el cual estaba dirigido a la clase pobre del pueblo y de tintes antiporfiristas. 
Pese a su obra variada y popular el grabador no fue tan reconocido como otros artistas contemporáneos. No fue sino hasta después de su muerte que comenzó la valoración de su estética como verdadero arte popular, y específicamente gracias al reconocimiento de Diego Rivera, quien le dio gran difusión a su obra. 
Falleció en enero de 1913, tendría suerte para no vivir los horrores de la Decena Trágica y del régimen de Victoriano Huerta y no viviría para presenciar la entrada triunfal de Villa y Zapata en diciembre de 1914.

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