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felicidad

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Relación entre cerebro y felicidad 
 
La felicidad es el estado emocional de una persona feliz; es la sensación de 
realización que se experimenta cuando una persona cree que alcanza sus metas, 
deseos y propósitos; es un momento duradero de satisfacción, donde no hay 
necesidades que apremien, ni sufrimientos que atormenten, esta definición es la 
que socialmente se le otorga a la palabra “felicidad”. Etimológicamente, la palabra 
felicidad proviene del latín felicĭtas, felicitātis, que a su vez se deriva de felix, 
felīcis, que significa ‘fértil’, ‘fecundo’. 
Desde el punto de vista Neuroquimico la definición de felicidad se trata de 
los momentos en los cuales nos sentimos bien, momentos de bienestar. Nuestro 
cerebro es capaz de producir hormonas las cuales son responsables de producir 
felicidad, las regiones cerebrales involucradas en el proceso de generar felicidad y 
enojo son prácticamente las mismas en el sistema límbico, estructuras como la 
amígdala cerebral, el núcleo accumbens, así como el hipotálamo y los ganglios 
basales, asociando a la corteza prefrontal y el giro del cíngulo. Todas estas 
estructuras están en íntima relación con la dopamina y las orexinas, ya sea 
liberándolas o porque tienen receptores para estos neuroquímicos. Una alteración 
en el hipotálamo puede inducir desde narcolepsia (incremento de sueño), cambios 
en el peso (obesidad), personalidad irritable, hasta epilepsias de difícil manejo. 
Las orexinas se incrementan en el cerebro igualmente cuando tenemos un ataque 
de ira que uno de risa. 
Otra hormona responsable de la felicidad son las endorfinas las cuales se 
liberan a través de la medula espinal y se almacenan principalmente en el 
hipotálamo. Las endorfinas producen en el cerebro sensaciones muy similares a 
las de la morfina, el opio o la heroína, pero, sin sus efectos negativos. Existen 
unos 20 tipos distintos de endorfinas, que son las que se encargan de transmitir 
comunicaciones entre ambas neuronas, estos químicos naturales producen una 
anestesia natural, y estimulan los centros de placer en el cerebro que dan 
sensaciones felices y alivian de los dolores y del malestar. Además, también 
protegen contra los virus y las bacterias que invaden el organismo. Las endorfinas 
tienen una vida corta, ya que ciertos enzimas pertenecientes al organismo las 
liquidan y de este modo, se mantiene un equilibrio interior en el cuerpo. 
Según estudios realizados a través de un de scanner, se le pide al paciente 
que piense en algo alegre y ahí puede verse cómo estas moléculas se trasladan a 
una zona del cerebro llenándose de un color rojo. Entonces, a través de estos 
últimos estudios de neuro imágenes se ha podido avanzar en la investigación de 
estos elementos. Dichos estudios se han realizado con el fin de ver cómo las 
emociones influyen en el organismo, a través de la visualización se pudo 
contemplar que las emociones placenteras producen una gran descarga de 
endorfinas. 
Según el doctor Rodrigo Alcázar (2011) afirma que las endorfinas se 
llaman así porque son moléculas parecidas a la morfina y la sensación 
que producen es de bienestar y placer. Además dice que comer sano 
también permite secretarlas y que alimentarse de chatarra disminuye 
su producción. 
Las endorfinas se fueron descubiertas en 1975 de una forma intencionada, 
ya que como se tenía la constancia de que el cerebro tiene receptores 
autoproducidos para captar las sensaciones gratas de la morfina. La morfina es 
una droga exterior al cuerpo, en cambio que las endorfinas se producen de modo 
natural y beneficioso y una forma de producirlas es la siguiente: 
Hacer ejercicio físico 
Tener relaciones sexuales placenteras 
Comerse una barra de chocolate 
Mirar una puesta de sol 
 Reírse un poco más 
El tai chi 
El yoga, el reiki, y las flores de bach 
 Los nervios de la piel también pueden liberar endorfinas, por eso los masajes 
suaves, las caricias, una ducha caliente o tomar el sol ayudan a las personas a 
sentirse mejor, así como los abrazos, las palabras amables, o incluso acariciar a 
un perro o gato. Si se privara por completo a una persona de endorfinas, no 
sentiría placer por nada, ni por la comida, ni el sexo, ni las actividades placenteras, 
el alcohol o las drogas; ni siquiera al ver a la gente que ama, las personas con 
pocas endorfinas son especialmente sensibles, se ven muy afectadas por los 
reveses de la vida, las decepciones o los traumas y no pueden superarlos 
fácilmente, sino que se ven atrapadas por ellos durante mucho tiempo, son 
personas que lloran con frecuencia porque se sienten rebasadas fácilmente.

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