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UN PARO NACIONAL PARA GUARDAR EN LA MEMORIA… Ensayos de DEMOCRACIA DESCALZA desde la calle Un PARO NACIONAL para guardar en la memoria… Ensayos de DEMOCRACIA DESCALZA desde la calle Colombia, agosto de 2021 Los ensayos que van a leer es el resultado del trabajo de los/las estudiantes de los primeros semestres de La Carrera de Ciencia Política de la Universidad Nacional de Colombia. Es un ejercicio crudo de memoria con énfasis en las motivaciones de cada uno/a, sin ninguna pretensión adicional más que guardar una evocación viva del PARO NACIONAL. TABLA DE CONTENIDO ¡¡¡Un PARO NACIONAL con muchas enseñanzas!!! CARLOS MEDINA GALLEGO Docente investigador Universidad Nacional de Colombia Movilización Fractal y Explosión Popular Una reflexión sobre la protesta legítima en Colombia CARLOS MEDINA GALLEGO Docente – Investigador Universidad Nacional de Colombia PARO NACIONAL: DESPIERTA PUEBLO, ¡DESPIERTA! ALEX SANTIAGO CALDERÓN SILVA Politólogo - Universidad Nacional de Colombia “MARICONEO” EN EL PARO NACIONAL ANDRÉS DAVID PINEDA SUÁREZ Politólogo - Universidad Nacional de Colombia PARO CÍVICO NACIONAL 2021: OPORTUNIDAD HISTÓRICA PARA LA REIVINDICACIÓN DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS ANDRÉS FELIPE OSPINA SUÁREZ Politólogo - Universidad Nacional de Colombia LA PRIMERA LÍNEA: ¿JUVENTUD PERPETUADORA DEL SISTEMA PATRIARCAL? AURA NATALIA CUARTAS PARRA Politóloga - Universidad Nacional de Colombia MÉDICOS DE CALLE Brigadas de rescate y primeros auxilios durante el paro nacional JUAN DAVID LÓPEZ MARTÍNEZ Politólogo - Universidad Nacional de Colombia VEN-SEREMOS: EL FUTURO NOS PERTENECE CATALINA DÍAZ MARTÍNEZ Politóloga - Universidad Nacional de Colombia DESLEGITIMACIÓN DE LA PROTESTA EN COLOMBIA CRIMINALIZACIÓN DEL PARO NACIONAL DANIEL FELIPE GÓMEZ SUÁREZ Politólogo - Universidad Nacional de Colombia LAS DOS CARAS DE LA PROTESTA: EL PARO NO PARA, Y LOS PARAS TAMPOCO PARAN DANIELA GARAY RODRÍGUEZ Politóloga - Universidad Nacional de Colombia ¡QUE NO LES TOQUEN EL BOLSILLO!: LA VERDADERA CARA DE LA “GENTE DE BIEN” JADISON ANDRÉS VARGAS FONCA Politólogo - Universidad Nacional de Colombia EL PARO UNA PERSPECTIVA DE CAMBIO DAVID SANTIAGO GÁLVEZ Politólogo - Universidad Nacional de Colombia UNA DE LAS GANANCIAS DE LA MOVILIZACIÓN NACIONAL ES QUE SOMOS LLAMADOS A IDENTIFICAR EL CAMBIO ESPERANZA PINZÓN ROZO Politóloga -Universidad Nacional de Colombia LA PROTESTA EN COLOMBIA FRANCINE NATHALIA CARRASCAL IBÁÑEZ Politóloga - Universidad Nacional de Colombia PARO NACIONAL: Un proceso desgastado por la falta de organización. GABRIEL RODRÍGUEZ MAHECHA Politólogo -Universidad Nacional de Colombia Estigmatización y represión a la resistencia del Paro DAVID SANTIAGO GÓMEZ DIAZ Politólogo - Universidad Nacional de Colombia JÓVENES AL HABLA, COLOMBIA CON PALABRA: JUVENTUDES UNIDAS CON DIFERENTES NARRACIONES JAVIER DAVID QUINTERO OVALLE Politólogo - Universidad Nacional de Colombia VIOLACIONES A LOS DERECHOS HUMANOS EN EL MARCO DEL PARO NACIONAL. Garantías a las víctimas. JEYDY VANEZA SIERRA CIFUENTES Politóloga -Universidad Nacional de Colombia. PARO NACIONAL Y FÚTBOL: ESPACIO DE RESISTENCIA Y DE PROTESTA JOSÉ IGNACIO RAMÍREZ MONTAGUTH Politólogo - Universidad Nacional de Colombia UN HIMNO DE CRÍTICA AL CIRCO MEDIÁTICO. Una vista gorda ante la realidad del país JOSÉ MIGUEL BUENO MARTÍNEZ Politólogo - Universidad Nacional de Colombia EL PARO NACIONAL DEL 28 DE ABRIL. Un paro para la historia JUAN DIEGO ARIAS Politólogo - Universidad Nacional de Colombia PARO NACIONAL: GANANCIAS Y RETOS A FUTURO JUAN ESTEBAN SUAREZ OCAMPO Politólogo - Universidad Nacional de Colombia MÁS QUE SÓLO UNA MANZANA PODRIDA JUAN PABLO TOVAR MONTOYA Politólogo - Universidad Nacional de Colombia LAS COSAS HAN CAMBIADO JUAN SEBASTIÁN DUQUE RIAÑO Politólogo - Universidad Nacional de Colombia A LA LUZ DE LA RESISTENCIA KAREN YULIANA DELGADO PICO Politóloga - Universidad Nacional De Colombia PARO NACIONAL EN COLOMBIA, ENTRE PIEDRAS Y RIFLES LADY MONDRAGÓN TIQUE Politóloga - Universidad Nacional de Colombia EL CAMPESINADO Y LOS PEQUEÑOS PRODUCTORES Durante el paro cívico nacional (2021) LAURA VALENTINA GUERRERO ROJAS Politóloga - Universidad Nacional de Colombia ¡QUE EL PODER SEA QUERER! LIZETH MILAGROS PIÑEROS BORDA Politóloga - Universidad Nacional de Colombia LOS SÍMBOLOS EN EL PARO NACIONAL MARIA ALEJANDRA HERNÁNDEZ SIABATO Politóloga - Universidad Nacional de Colombia ¡LA NACIÓN EN PIE DE LUCHA! MARÍA ALEJANDRA ROBLES ACERO Politóloga - Universidad Nacional de Colombia EL ESTALLIDO SOCIAL. Donde lo personal es político MARÍA CAMILA PINZÓN CASTILLO Politóloga - Universidad Nacional de Colombia LAS MUJERES EN EL MARCO DEL PARO NACIONAL. Su participación y violencias basadas en género. MARÍA JOSÉ FONSECA CRUZ Politóloga - Universidad Nacional de Colombia PARO NACIONAL. Un pueblo que resiste, lucha y aprende MIGUEL ÁNGEL CORREAL VAQUIRO Politólogo - Universidad Nacional de Colombia EL PARO NACIONAL Y EL RELEVO GENERACIONAL EN EL MOVIMIENTO SOCIAL NICOLAS GÓMEZ PALACIOS Politólogo - Universidad Nacional de Colombia DICOTOMÍA AMIGO-ENEMIGO NICOLÁS ROJAS TORRES Politólogo - Universidad Nacional de Colombia VIOLENCIA MEDIÁTICA Y PROPAGANDA OSCAR EMILIO MORENO BOLÍVAR Politólogo - Universidad Nacional de Colombia COLOMBIA, HEREDERA DEL ODIO PAULA VALENTINA GONZÁLEZ BUSTACARA Politóloga - Universidad Nacional de Colombia ACCIÓN COLECTIVA: RESISTENCIA, SOLIDARIDAD Y ECONOMÍA PAULA ANDREA VALENCIA SALGADO Politóloga - Universidad Nacional de Colombia LOS ESTRATOS SOCIALES COMO MOTOR DE LAS PROTESTAS EN COLOMBIA SANTIAGO ALEXANDER VANEGAS BARAJAS Politólogo - Universidad Nacional De Colombia LOS ESTUDIANTES Y SU PAPEL EN LAS MANIFESTACIONES SANTIAGO GOYENECHE RAMÍREZ Politólogo - Universidad Nacional de Colombia PARO NACIONAL: ENTRE LA ESPERANZA Y LA MUERTE NICOLÁS Y. CAICEDO CARVAJAL Politólogo - Universidad Nacional de Colombia LA TAREA DEL NUEVO HÉROE HAROLD STEVEN MURCIA CADENA Politólogo - Universidad Nacional de Colombia RESISTENCIA SITUADA: ENTRE LUGARES, AFECTIVIDADES Y LUCHAS SERGIO DAVID HERNÁNDEZ SÁNCHEZ Politólogo - Universidad Nacional de Colombia LOS NIETOS DE GAITÁN, EN UN PAÍS DE LAUREANOS VALENTINA STEFANY JAIMES BAYONA Politóloga - Universidad Nacional de Colombia LA RACIONALIDAD CRÍTICA COMO CIMIENTO PARA LA TRANSFORMACIÓN DE PERSPECTIVAS POPULARES VALERY ALEJANDRA GUTIÉRREZ PÁEZ Politóloga - Universidad Nacional de Colombia TRES MESES DE PARO NACIONAL JESÚS SANTIAGO CORREALES VELANDIA Politólogo - Universidad Nacional de Colombia RADIOGRAFÍA DEL PARO NACIONAL EN TIEMPOS DE PANDEMIA NATALIA PIRAQUIVE DIAZ Politóloga - Universidad Nacional de Colombia LA PRIMERA LÍNEA: ¡A parar para avanzar, viva el paro nacional! ESCARLE FERNANDA SÁNCHEZ ESCORCHA Politóloga - Universidad Nacional de Colombia ¡NOS ESTÁN MATANDO! VALERY JOHANNA RODRÍGUEZ GÓMEZ Politóloga - Universidad Nacional de Colombia El escenario del Paro Nacional dentro de un contexto territorial afectado por el conflicto armado. JENNIFER DAYANA DELGADO TRUJILLO Politóloga, Universidad Nacional de Colombia. LAS PROTESTAS SOCIALES EN TIEMPOS DE PANDEMIA La comunidad universitaria y las alternativas para manifestarse en un momento de crisis sanitaria NELSON DAVID CASTRO SILVA Politólogo. Universidad Nacional de Colombia ¿QUIÉN LIDERA EL PARO? HELBER DAVID ÁNGEL MURILLO Politólogo. Universidad Nacional de Colombia EL PARO EN EL EXTERIOR. Manifestaciones y solidaridad con ColombiaJUAN DAVID BARÓN BENAVIDES Politólogo - Universidad Nacional de Colombia AUTODEFENSAS CIUDADANAS. Falsos heroísmos y polarización radical en el marco del Paro Nacional. ANDRÉS NICOLÁS GONZÁLEZ GUALTEROS Politólogo Universidad Nacional De Colombia La descentralización y el paro nacional SEBASTIÁN ALEXANDER HOYOS ARANGO Politólogo. Universidad Nacional de Colombia LAS DESAPARICIONES FORZADAS Y LOS ASESINATOS EXTRAJUDICIALES EN EL MARCO DEL PARO NACIONAL DE 2021. El regreso de La Violencia a Colombia. VALENTINA GONZÁLEZ AYA Politóloga- Universidad Nacional de Colombia Policía Colombiana y Violencia Desproporcionada NICOLÁS VEGA MARTÍNEZ Politólogo- Universidad Nacional de Colombia Paro Nacional 2021. “La gota que rebosó el vaso” FRANCISCO ALEXANDER ARAGÓN MONCAYO Politólogo- Universidad Nacional de Colombia ¿Está justificado el miedo a los Ciclones en el Casanare? PABLO ABRAHAM SALAMANCA FERNÁNDEZ Politólogo Universidad Nacional de Colombia Policía y manifestantes: los rastros de la violencia durante las movilizaciones. JUAN ALEJANDRO JIMÉNEZ LANCHEROS Politólogo-Universidad Nacional de Colombia Nos están matando. Un retrato de la violencia policial en contra de los manifestantes durante el paro nacional 2021. LAURA SOFÍA MORALES LÓPEZ Politóloga. Universidad Nacional de Colombia La tiranía, seña de las mentes insensibles DIANA KARINA MOYANO LESMES Politóloga-Universidad Nacional de Colombia Hechos de violencia en el marco del Paro Nacional MARÍA FERNANDA SÁNCHEZ PÉREZ Politóloga-Universidad Nacional de Colombia Paro nacional: Reconocimiento y crítica ALEJANDRA ROJAS TUTA Politóloga-Universidad Nacional de Colombia Ante El Encanto y el desencanto colombiano LAURA VIVIANA ROSAS MORENO Politóloga-Universidad Nacional de Colombia Paro Nacional: impacto y reflexiones del estallido social JULIÁN CAMILO MERCHÁN JIMÉNEZ Politólogo Universidad Nacional de Colombia Crónicas de la protesta en un platanal sin igual: Un balance de lo que el primer semestre nos dejó DAVID LEONARDO LOMBANA RODRÍGUEZ Politólogo-Universidad Nacional de Colombia La protesta del ayer es la del hoy RUIZ QUIROGA ERICK STEVEN Politólogo - Universidad Nacional de Colombia Guerreros ancestrales en la protesta social LAURA FERNANDA SATOBA HUMO Politóloga - Universidad Nacional de Colombia Estallido social del 28 de abril del 2021 LAURA SOFÍA QUIÑONES LADINO Politóloga-Universidad Nacional de Colombia Paro nacional en Colombia 2021 DANIEL FELIPE MORA BELLO Politólogo-Universidad Nacional de Colombia EL PARO NACIONAL COLOMBIANO: un cambio social hacia la libertad NÉSTOR FERNANDO CORREA MOLANO Politólogo-Universidad Nacional de Colombia Cuando la gente se junta ¡Crece! : Reflexiones sobre la movilización en Colombia RUBÉN DARÍO ARAGÓN LEÓN Politólogo-Universidad Nacional de Colombia Paro Nacional 2021 en Colombia – Cuidado Colectivo en Tiempos de Revuelta LUISA MARÍA VALENCIA HERRERA Politóloga - Universidad Nacional de Colombia Las lógicas de la deslegitimación de la protesta social JUAN ESTEBAN DUPONT CÁRDENAS Politólogo - Universidad Nacional de Colombia ABUSO DE PODER Y LA IMPUNIDAD DURANTE EL PARO NACIONAL 2021 DAVID FELIPE YEPES HERRERA Politólogo - Universidad Nacional de Colombia Estado cómplice en una guerra contra su gente GERMÁN ESTEBAN AMAYA JAIMES Politólogo-Universidad Nacional de Colombia Las dos caras del estallido social MIGUEL ÁNGEL DIAZ DEVIA Politólogo-Universidad Nacional de Colombia ¿REALMENTE ESTAMOS LISTOS PARA EL CAMBIO? JOHAN SEBASTIÁN ROZO OSORIO Politólogo Universidad Nacional de Colombia LA SED INCANSABLE DE UNA VIDA DIGNA CRISTIAN LEONARDO MORENO SEGURA Politólogo- Universidad Nacional de Colombia PARO NACIONAL 2021: Aspectos a destacar JORGE EDUARDO RENDÓN ÁLVAREZ Politólogo Universidad Nacional de Colombia Paro nacional colombiano: ¿las vidas importan? TANIA VALENTINA PEÑA ALARCÓN Politóloga- Universidad Nacional de Colombia Indignación: consecuencia de un régimen ciego, sordo y mitómano SANTIAGO MONCAYO VILLARREAL Politólogo- Universidad Nacional de Colombia EL PARO DE LOS DESESPERADOS SERGIO ADRIÁN OBANDO VEGA Politólogo - Universidad Nacional de Colombia ¿EL CUARTO PODER? IÑAKI ALMANZA MADRID Politólogo- Universidad Nacional de Colombia UN PARO NACIONAL CON DIFERENTES ARISTAS JORGE ELIECER PATARROYO LÓPEZ Politólogo-Universidad Nacional de Colombia ¡¡¡A LA ORGANIZACIÓN COMPAÑERX!!! CÉSAR CHIPATECUA SANTANA Politólogo-Universidad Nacional de Colombia A PARAR DE PARAR DILAN KMILO CÓRDOBA LÓPEZ Politólogo- Universidad Nacional de Colombia ENSEÑANZAS DE LA RESISTENCIA EN EL PARO NACIONAL: HEMOS NACIDO PARA VENCER DIEGO ARMANDO ESCANDÓN FONSECA Politólogo- Universidad Nacional de Colombia ¡¡¡Un PARO NACIONAL con muchas enseñanzas!!! Carlos Medina Gallego Docente investigador Universidad Nacional de Colombia Una movilización que se reinventa a cada momento. El hambre, la pobreza, la desocupación forzada, el reclamo de los derechos fundamentales y el respeto por la vida se vistió de fiesta para celebrar el carnaval de la protesta legitima, los jóvenes universitarios y de los sectores populares se reinventaron la protesta y la movilización cargados de imaginación, cultura y poesía, llenaron las plazas y las calles, de colores y sonidos, de consignas y melodías, de conciertos de indignación y resistencia, territorializaron sus reclamos en bloqueos y barricadas, y se colocaron en la primera línea con escudos hechizos para defender las comunidades y los territorios abandonados por la política social de la violencia institucional y parapolicial. A su lado fueron formando multitud las organizaciones de trabajadores, las comunidades populares, afrodescendientes e indígenas, las mujeres y los ambientalistas, los músicos y los artistas, distintas expresiones de la inconformidad acumulada por décadas en las políticas de incumplimiento de gobiernos que administran y saquean lo publico en favor de corruptos empresarios, nacionales y trasnacionales, que han hecho de los presupuestos y patrimonios públicos un blanco de sus acciones criminales. La multitud salió a la calle cargada de agendas incumplidas, de reclamos que han permanecido en el tiempo engordando en la desesperanza y la incredulidad, salió llena de razones y de rabias masticadas en la soledad de las incertidumbres de futuro, en las angustias de las necesidades diarias. Salieron a confrontar nuevas reformas y ajustes, impuestos por las lógicas neoliberales de privatización y mercantilización del derecho a la salud y a la educación, salieron contra una reforma tributaria impuesta a ciudadanos agobiados por un mar de impuestos directos e indirectos, cada vez mas empobrecidos por sistemas de contratación huérfanos de derechos laborales y prestacionales, salieron a exigir una renta básica digna para los millones de familia que viven en la pobreza a la deriva de sus desengaños e inseguridades padeciendo todo tipo de limitaciones materiales y negados en todos sus derechos, salieron por múltiples y justas razones que concretaron en un modesto pliego de peticiones de emergencia, que el gobierno colombiano del presidente Iván Duque Márquez y su partido y coalición de gobierno ha desconocido y se ha negado a tomar en consideración y negociar. La represión institucional y su balance La respuesta del gobierno a estas demandas ha sido la dilación y la represión. La fuerza pública en su conjunto se colocó en los lugares de la protesta para ejercer de manera criminal el ejercicio de la fuerza; setenta muertos se contabilizaron durante 50 días de movilización, decenas de heridas oculares como si se tratara de una cruzada enceguecimiento de la luchas de resistencia,una ofensiva criminal se dirigió contra las mujeres que fueron víctimas de violación y abuso sexual y un incontable número de detenido y desaparecidos muchos de los cuales seguramente fueron asesinados y arrojados a la impunidad del rio Cauca. Las estadísticas oficiales del Ministerio de defensa muestran la dimensión de la protesta; en los 49 días que van del 28 de abril al 15 de junio de 2021; durante este periodo se registraron 13. 544 actividades de Paro en 864 municipios, en 32 departamentos y en la Capital de la republica la ciudad de Bogotá. Esto da una idea de la magnitud del Paro y de su carácter nacional; de esas actividades, 6977 fueron concentraciones de población en plazas y avenidas, 2412 marchas de manifestantes; 3450 bloqueos; 670 movilizaciones y se realizaron 35 asambleas comunitarias y populares que arrojaron importantes manifiestos y ajustaron agendas y pliegos regionales. Del total de manifestaciones el Ministerio de Defensa señala que 12.005 fueron de carácter pacífico y que solo algo menos del 10% (1339) presentaron disturbios en los que se hizo presente el ESMAD. El reporte de muertos, heridos y capturados se distancia sustancialmente de reportes de ONGs y organismos de derechos humanos. Mientras el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (INDEPAZ) documenta 70 muertes durante el paro con fecha, día hora y lugar, para el Ministerio de defensa solo se produjeron 51 muerte de las cuales solo reconoce 31 en el marco de las protestas y 20 por fuera de ellas. Se tiene unas estadísticas de 1113 heridos civiles y 1364 uniformados lesionados de dentro de los cuales se encuentran 60 mujeres, en hechos de protesta que se dieron principalmente en ciudades como Bogotá, Cali, Neiva, Medellín, Bucaramanga, Pasto, Popayán, Pereira, Tuluá, Cartago, Yumbo, y otros municipios de Valle del Cauca. El número de detenciones fue de 1508 en fragancia, menores de edad o personas con órdenes de captura. La población “desaparecida” reportadas por la fiscalía fue de 422 personas de las cuales se señala que 322 fueron ubicadas, con 91 se activó la búsqueda urgente y 3 denuncias por presunta desaparición forzada. La fiscalía general de la Nación, la Procuraduría y la inspección general de la policía han abierto aproximadamente 209 investigaciones por presuntas faltas disciplinarias a miembros de la policía, 102 por abuso de autoridad, 14 por homicidio, 39 por agresiones físicas en estado de indefensión absoluta, 24 por lesiones personales, 2 por acoso sexual y 28 por otras causas no determinadas. De 498 casos de civiles heridos en manifestaciones priorizados, existen 429 noticias criminales abiertas por presunto abuso de autoridad y lesiones personales. La procuraduría General de la Nación tiene 143 expedientes 139 en indagaciones preliminares y 4 investigaciones disciplinarias. En general las cifras muestras la intensidad de la protesta y la respuesta violenta del Estado frente a la población. Afirmación esta que no desconoce la reacción violenta de la población y los hechos de vandalismo que se han presentado durante las protestas. Enseñanzas y aprendizajes No obstante, la crudeza con la que se ha producido la reacción institucional y la respuesta ciudadana, el Paro ha estado lleno de enseñanzas y de aprendizajes que constituyen su principal logro. Más allá de las conquistas alcanzadas en el proceso mismo y que se concretan en haber echado atrás una reforma tributaria y una reforma a la salud, haber sacado el ministro de hacienda y su equipo, llevar a la renuncia a una canciller que no pudo enfrentar con la mentira contra evidente la comunidad internacional, lograr la renuncia de comandantes de la policía impotentes de confrontar civilizadamente la protesta e involucrados con acciones parapoliciales y criminales, detener el gasto innecesario en aviones de guerra y denunciar el uso de armas letales en el control de las protestas, así como colocar en evidencia el comportamiento criminal de los Escuadrones Antidisturbios ESMAD, frente a la población indefensa y abrir el debate sobre la necesidad de revisar la doctrina militar y pensar en sacar a la policía del ministerio de defensa hacia un ministerio de seguridad y convivencia ciudadana que haga mayor énfasis en una doctrina policial civilista y en la salvaguarda de los derechos humanos. Entre otras conquistas parciales como, por ejemplo, la posibilidad de que los estudiantes puedan gozar de una educación gratuita a través de la figura de matrícula cero o, haber colocado en la agenda de las problemáticas nacionales la lucha por la renta básica y haber hecho evidente el creciente deterioro de las condiciones de vida de las clases medias y populares, colocando a flor de piel el hambre, la pobreza y el desempleo como problemas estructurales que el gobierno del presidente Duque ha agudizado profundizando la crisis social y política que vive el país desde hace décadas y que se une a la crisis económica generada por la pandemia que afecta con mayor fuerza a la pequeña y mediana empresa que son quienes, en la práctica, generan mayor empleo, hay una “victorias” políticas, en el buen sentido de la palabra, que es aquello que tiene que ver con el ejercicio del poder para la construcción del bien común. Los logros políticos “intangibles” del paro nacional. Es importante ponderar en alta estima los logros del estallido popular y sus manifestaciones multitudinarias en el campo de lo estrictamente político que en nada tiene que ver con lo partidista electoral, ni con lo reivindicativo: Primero, emerge con fuerza un nuevo sujeto político que protagoniza desde el interés y los propósitos generales el desarrollo de la protesta legitima y la lucha social reivindicativa, reconociéndose a si mismo como un sujeto trasformador, esto es la juventud de los sectores populares que constituyen la defensa del territorio, que se politizan en la acción y se reinventan, con sus primeras líneas, la protesta, pero que además la territorializan. Surge una generación de nuevos liderazgos juveniles y populares que ya no volverán a ser los mismos porque han entendido el valor de la movilización y de la protesta legitima en el reclamo de sus más urgentes derechos. Segundo, surgen nuevos modelos de organización popular y social que está más allá de las viejos ordenamientos y jerarquías en el ámbito de un modelo de democracia plebeya, de carácter popular y naturaleza asamblearia que se piensa en torno a los problemas locales y estructurales, construye sus propios manifiestos y define sus agendas reivindicativas independientemente de los alcances que puedan tener las mismas. Tercero, se produce un desborde de imaginación en la utilización de las herramientas tecnológicas en el campo de la comunicación que posibilita que cada hecho se reporte al mundo con crudeza y con especial creatividad, despertando redes de solidaridad que alimentan el entusiasmo del movimiento popular y le permite manifestarse en amplitud de posibilidades. Cuarto. Frente al comportamiento institucional surgen las segundas y terceras líneas en materia de una oferta amplia de acompañamiento en las áreas de salud y derechos humanos que blinda de la mejor manera posible la movilización social y la resistencia popular. Pero igualmente, irrumpen las primeras líneas de madres, maestros y sacerdotes para acompañar la protesta y construir las ollas comunitarias desde las cuales se cocina con solidaridad el sentido de lo comunitario y se aplaca las cicatrices del hambre. Quinto, se produce un fenómeno de internacionalización del paro con concentraciones en plazas y avenidas de distintas ciudades del mundo para visibilizar el desarrollo de la protesta y publicitar los objetivos del paro en un discurso que adquiere nuevos contenidos y se enriquece con la inteligencia de quienes participan. Las embajadas y los consulados se constituyen en escenarios de protestas creativas que adquierendiversas formas y per- formas. Sexto, la protesta multitudinaria en su forma de carnaval y de fiesta se nutre de las expresiones artísticas y culturales e involucra sectores institucionales de las artes en conciertos de una gran calidad artística e interpretativa, se adaptan y ejecutan piezas convencionales y conocidas con nuevos contenidos y significados pertinentes a la movilización, en ello, no solo juega un papel fundamental las expresiones musicales cultas, sino, igualmente, la música urbana y étnica, así como los sentires y expresiones populares. Decenas de jóvenes artistas colocan su talento al servicio de la movilización popular y de sus causas legitimas. Séptimo. Resulta significativo y un importante logro político las expresiones de solidaridad de la comunidad internacional, de la comunidad europea, de las Naciones Unidas, incluso de la Comisión de Derechos Humanos del Congreso de los Estados Unidos, así como los pronunciamientos de los intelectuales y de los académicos de prestigiosas universidades del mundo, de personajes, intelectuales y premios nobel de paz. Octavo. La cruzada de legitimación institucional de la acción criminal del gobierno contra la movilización social a través de las cancillerías y de la diplomacia del engaño y la posverdad no pudo evitar la presencia de distintas delegaciones de derechos humanos del movimientos social y político internacional en el país para tomar el pulso en directo de la gravedad de los ocurrido. Todos los obstáculos colocados por el gobierno de la seguridad con legalidad para que no hiciera presencia la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) se vino al piso. La Comisión pudo recibir las distintas versiones sobre el desarrollo del paro en materia de violación a los derechos humanos y el cruce de información sopesa a favor de las comunidades el balance general. El movimiento del PARO NACIONAL ha entrado en un momento de latencia, de valoraciones, de nuevos esfuerzos imaginativos para reinventarse y superar la fatiga natural de una jornada que se fue extendiendo en el tiempo por la terquedad de un gobierno que utilizo la dilación y la mentira para desmontar un movimiento que hace tiempo no le cree porque las comunidades han sido víctimas de todas las traiciones e incumplimientos. El paro respira, toma aire y espera el momento de retornar a las calles con más fuerza e imaginación. Bogotá, miércoles 16 de junio de 2021. Movilización Fractal y Explosión Popular Una reflexión sobre la protesta legítima en Colombia CARLOS MEDINA GALLEGO Docente – Investigador Universidad Nacional de Colombia Movilización fractal y explosión popular Caracterizar el movimiento de la protesta social fractal, entendida está, como una particular forma de la protesta social legítima que, en el marco de los problemas estructurales de la sociedad, repite de manera semejante el mismo patrón de protestas a diferentes escalas y con diferente orientación, dependiente en lo esencial de las especificidades de los territorios y de las poblaciones, así como, de la multitud de agendas reivindicativas y transformadoras expresadas en una coyuntura específica frente a un problema particular que adquiere distintos componentes conforme se va transformando en sus propósitos y en sus dinámicas, es un primer acercamiento para explicar lo que está ocurriendo en las últimas décadas en Colombia y en general en América Latina. Este modelo de resistencia y movilización fractal tiene unas dinámicas particulares que irrumpen con fuerza a través de la movilización multitudinaria y pacífica, acompañada de explosiones de inconformidad popular por fuera de todo ordenamiento que constituye una fuerza de no fácil control y coordinación realizada con desiguales niveles de intensidad en los territorios, por los pobladores articulados a distintas expresiones de organización e intereses y, que se disuelve y reactiva de manera permanente a través de distintas expresiones de movilización pacífica cargadas de imaginación, creatividad, fiesta, arte y poesía, con bloqueos y hechos de violencia aislada. La particularidad de estas formas de la protesta social y la movilización en general es que se expresan de la misma forma o estructura en todo lugar, sin que necesariamente estén bajo un único centro de coordinación y articulación, lo que genera que se den a diferente escala, con distintos propósitos y duraciones. Se expresan como pálpito acumulado de la inconformidad social que explotan a distinto nivel, ligeramente deformados por hechos delictivos o de violencia de naturaleza variada, que van desde el convencimiento que el Estado solo entiende y atiende el lenguaje de la violencia, usada como amplificador comunicativo de la protesta, pasando por violencias de desesperanza y hambre que se expresan en el saqueo a almacenes de alimento y ropas o actos de delincuencia común oportunista que asaltan los propósitos de la movilización y la deslegitiman, hasta la violencia institucional infiltrada de confrontación y ruptura con propósitos dispersores o, la violencia institucional abierta que se expresa en el ejercicio de la brutalidad policial y las prácticas de criminalidad y terrorismo de estado con fuerzas parapoliciales y paramilitares que operan en connivencia. Causas y determinantes de la movilización La legitimidad de la movilización se construye desde las causas y determinantes que la generan, unidas siempre, a la defensa de los derechos fundamentales que garanticen una vida digna de los ciudadanos y sus familias, la defensa de las poblaciones y sus territorios, las luchas reivindicativas de los movimientos sociales y étnicos, las reivindicaciones específicas de los movimientos juveniles, universitarios y populares, la creciente movilización por causas ambientalistas y de género, la conformación de nuevas ciudadanías con sus propias agendas entre un centenar de motivaciones que buscan confrontar las políticas públicas restrictivas de derechos, la conversión de estos en mercancías por la vía de la privatización neoliberal y, cada vez más, la creciente situación de desesperanza e incertidumbre generada por los problemas estructurales de la pobreza multidimensional, el hambre crónica y el desempleo absoluto. Amplios sectores de la población se sienten a la deriva de cualquier posibilidad de vida digna, desconocidos e ignorados por la sociedad y el estado, atropellados por políticas económicas criminales que los arrojan a las redes de la informalidad y la delincuencia, al rebusque diario para la subsistencia, a economías subterráneas de expoliación criminal, a la degradación extrema de sus condiciones de existencia en un modelo moderno de esclavismo indigente. A estos sectores se están sumando trabajadores de las clases medias articulados a los sistemas productivos por relaciones laborales y prestacionales precarizadas que ven derrumbarse en el día a día, entre el endeudamiento y la necesidad, su nivel de vida digna y el espectro de sus comodidades sostenidas con grandes esfuerzos e incertidumbres. Nadie está libre del empobrecimiento creciente que es consustancial a las relaciones de poder económico y político que domina y gobierna el planeta a través del capitalismo neoliberal que ha construido un orden de desigualdad, inequidad y exclusión insostenible. Las condiciones de violencia estructural en que viven las poblaciones con el recorte permanente y sostenido del ejercicio de sus derechos a la vida, alimentación, vivienda digna, educación, salud, recreación y seguridad han alimentado durante años su inconformidad popular y social, que ha sido adormecida por falsas promesas de los gobernantes con la estrategia de engaño y alienación de los medios de comunicación, la instrumentalización emocional del odio contra sí mismos y sus semejantes en una execrable discriminación entre las “gentesde bien” y las “gentes del común”, consideradas como un lastre y desechables. Esas gentes del común han acumulado su inconformidad y sus rabias durante décadas y han madurado en el convencimiento de que el Estado y los gobiernos, no resuelven nada, no atienden sus demandas, no cumplen los acuerdos y cada vez de manera más inaceptable e irresponsable impulsan políticas públicas y reformas profundamente lesivas, que aumentan el empobrecimiento al nivel del hambre extrema obligando a la movilización y a la protesta social y ciudadana como única salida. La explicación de las causas de la movilización y la violencia por parte de la institucionalidad siempre es la misma: atribuir a la movilización una estrategia desestabilizadora, una conspiración internacional contra la sociedad y el Estado; la existencia de intereses políticos ocultos para colocarse contra el orden institucional y legal, entre otro mundo de falacias que desconocen que son sus políticas, sus subordinados planes de desarrollo a las economías extractivistas y a los interés transnacionales los que han ido generando esta bomba de tiempo que explota en las protestas y en la movilización y que cada vez es más difícil de detener porque no existe desde ese modelo de explotación ninguna oferta de salidas. Lo que ha hecho crisis es el modelo neoliberal y que esa crisis se vea reflejada en el espejo de la protesta y la movilización social. El modelo neoliberal es estrecho para esta sociedad y sostenerlo es posible únicamente, a través de la fuerza. Se utilizan las armas de la nación contra la nación misma. No se sabe si es el fin del modelo neoliberal, lo que se sabe es que es el tiempo de la resistencia popular y los cambios urgentes y necesarios. El hambre derrotó los miedos… Cuando la gente del común se pone en la primera línea de la protesta y la movilización popular, se entiende que lo que la motiva es el hambre. No existe otra opción que las vías de hecho para llamar la atención, este es un movimiento que es necesario entenderlo en su propia lógica. Desde luego que hay cientos de agendas, variadas y diversas, pero detrás de todas lo que está en juego es la vida misma, como vida digna, como derechos fundamentales. Estamos en una coyuntura muy particular en la que se mezclan los problemas estructurales con las especificidades de la coyuntura. Hay una expresión de la inconformidad y el hastío de la pobreza y el empobrecimiento creciente en el país, que se articula y se manifiesta frente a un paquete de reformas que sucumben ante las necesidades del hambre y la pobreza. Mas allá de la reforma tributaria, a la salud, laboral o pensional lo que habita en la protesta es la rabia del hambre y esa rabia se ha desprendido de todo miedo, porque cuando la única oferta de vida que existe es la muerte, entonces la muerte pierde el sentido aterrador que tiene y se vuelve causa de vida y de protesta. La instrumentalización criminal de la fuerza pública por el gobierno del presidente Iván Duque y su coalición, no muestra otra cosa que su incapacidad para encontrar salidas distintas a la utilización de la violencia y esto lo ha entendido la población en la protesta, que con la construcción de las primeras líneas ha perdido todo temor a la acción criminal de la fuerza pública y con desproporcionalidad absoluta busca enfrentarla con imaginación. Ha ocurrido algo inédito en la historia de la protesta y la movilización ciudadana, le han traslado el miedo a la fuerza pública que es ahora, una fuerza temerosa actuando con torpeza bajo la dirección de mandos irresponsables que miran el espectáculo desde los puestos de mando unificado o los centros de operaciones, cuando no por los televisores donde los noticieros tuertos, mirando los conflictos desde el ojo de los intereses dominantes. La población que está en las calles estuvo durante décadas rumiando su rabia y desesperanza en la intimidad de los dolores de sus necesidades, el fin parcial de la guerra a través del proceso de paz, dio origen a un periodo de transición cuya característica más sobresaliente es que la gente del común retomó las banderas de la movilización y la protesta y se lanzó a las calles libre de toda estigmatización. Al miedo lo derrotó el hambre. Las movilizaciones son un producto del proceso de paz, porque en el inconsciente colectivo surgió la necesidad de superar el miedo, tomar sus propias agendas reivindicativas y propiciar la lucha política y transformadora. La agenda de los movimientos sociales es independiente de las guerrillas, hay una maduración en la sociedad y la juventud para salir a movilizarse o participar y no optan por la violencia como forma de lucha sino la presencia multitudinaria en las calles. Esa juventud ha generado una esperanza muy grande que, aunque se expresa espontáneamente no se expresa mayoritariamente en torno a formas organizativas convencionales, ni a las prácticas de violencia. Hay una guerra sucia contra la movilización social, criminal y calculada desde el Estado y eso hay que detenerlo. No hay que perder de vista que este es un gobierno ultra neoliberal con políticas exacerbadas neoliberales que la pandemia puso de relieve con todos los indicadores de pobreza y hambre en un proceso de enriquecimiento y acumulación descarada de las élites económicas soportado sobre prácticas de violencia institucional y es contra esto, que se está enfrentando la sociedad movilizada. La corrupción y la guerra son el mecanismo de manejo del poder del Estado en el actual gobierno, es un narcoestado, capturado por las élites emergentes que se sometió a las élites tradicionales corruptas. La estrategia de la guerra contra el narcotráfico se dirige contra la sociedad. Un gobierno débil, autoritario y en declive es muy peligroso porque recurre con más fuerza a la violencia, utilizando todo su potencial criminal de la ley y de la fuerza. La salida: Un laberinto de búsquedas Los que están en las calles son los jóvenes de Colombia y los sectores populares, estamos hablando de una multitud dispersa que se convoca a la movilización desde distintas consignas y a través de distintos medios. Las formas y las maneras en que se organiza la gente son muy diversas, así como las formas de protección que se están construyendo. La protesta se dirige contra símbolos que representan la opresión y son la razón de la inconformidad de los sectores populares. No es una protesta desestabilizadora es una protesta de agendas reivindicativas diversas que han sido incumplidas por décadas y, esta situación hace que no haya una fórmula para resolver este problema, hay incertidumbre en relación con las salidas, porque hay rabia y hastío contra la institucionalidad y hay incredulidad absoluta, en un escenario de usurpaciones de la representatividad legítima. Ahora no funciona la simulación de un diálogo con fuerzas que no representan a nadie, para luego incumplir acuerdos o llenar el imaginario de promesas desmovilizadoras. Es necesario entender a profundidad la naturaleza de la protesta para poderle dar una salida. En las últimos tres décadas en Colombia se han generado unas circunstancias de victimización que fueron reconfigurando las lógicas de la protesta. Las ciudades se han tocado en sus realidades y se han desprendido de la comodidad de lo urbano en un contexto donde la guerra estaba en lo rural. Los medios digitales nos pusieron en tiempo real frente a la movilización y la violencia y han generado una dinámica de solidaridad no solo nacional sino internacional. El volumen de información que circula por las redes pone en evidencia la crudeza del comportamiento institucional frente a la protesta, la barbaridad policial, la presencia militar, los desgarradores hechos de tortura, la violencia y la muerte. Estos hechos han conmovido al planeta. La movilización está regada por el mundo en las principales ciudades de Estados Unidos, Europa, Asia y América latina;se ha manifestado la solidaridad mundial en plazas, calles, sitios emblemáticos y en las puertas de los consulados y embajadas han levantado las banderas de la Colombia enlutada y herida por el terror del Estado. La protesta ha convocado pronunciamientos de la alta comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, de la Comunidad Europea, del responsable de los Derechos Humanos del Congreso de los Estados Unidos, de la comunidad académica e intelectual del mundo, de los premios nobel y ha llenado los más importantes noticieros y periódicos del mundo. El único que no ha entendido la dimensión de la protesta es el gobierno autista, experto en engaño y simulación, del presidente Iván Duque Márquez. La protesta y la comunidad internacional reclama con urgencia la desmilitarización de las ciudades, parar la violencia desbordada y criminal en la ciudad de Cali, llevar la educación política a las calles en el camino de consolidar una nueva cultura política ciudadana centrada en la defensa de los derechos. En las calles están los hijos y las hijas de los éxodos y las desesperanzas. Están los jóvenes de las universidades de todas las clases al lado de los sectores populares, rechazando la época que se les quiere heredar porque es una época de pobreza, hambre, desempleo y deshumanización. Hay una rebeldía urbana-rural que ha coincidido en un mismo propósito de movilización que obliga a pensar en un escenario transformador porque la oferta de solución institucional no es la que reclama la sociedad actualmente. La calle se ha convertido en un lugar para la democracia descalza. El barrio y la vereda están entrando en la geopolítica y las políticas de seguridad global y los escenarios de la disputa política democrática. Hay que releer el mundo y pensar en las lógicas políticas que están asumiendo los poderes económicos y la extrema derecha. Hay que superar la dialéctica de los odios premodernos en la que nos quieren mantener enfrentados y sometidos. Sí, lo que está pasando en el país es un estallido popular, pero este estallido no va a permanecer eternamente en las calles, se va a mover entre la movilización efectiva y la movilización latente, es necesario encontrar una salida que conserve la capacidad de movilización de la gente. El movimiento se aplacará un poco, pero resurgirá con frecuencia contra un Estado social de Derecho que niega los derechos y reprime. Este es un momento difícil, seguramente algunos sectores quieren resolver sus problemas de manera definitiva. Es un momento de crisis crónico de grandes incertidumbres. El gobierno está ganando tiempo para poder enfrentar este proceso. Está buscando impulsar el proceso de refundación de la patria que se planeó desde la década de los noventa entre las clases emergentes, el narcotráfico y el paramilitarismo y se la va a jugar toda por defender ese proceso de captura criminal del Estado. Teniendo presente estas circunstancias es necesario construir una ruta para sortear las demandas en torno a las cuales se mueve el PARO NACIONAL a partir del reconocimiento de todas las fuerzas y agendas que participan en él, que no son solamente de las organizaciones políticas, los movimientos sociales y el Comité Nacional de paro. Para garantizar esa participación amplia es necesario que el estado en su conjunto, esto es, el estado nacional, departamental y municipal, convoque mesas de conversación y acuerdos con los organizadores y representantes de la movilización social en los territorios. No sólo hay que atender la agenda central, sino, igualmente las agendas regionales qué son las que constituyen las reivindicaciones más sentidas de las poblaciones que se han movilizado. Hay que sentar en esas mesas al protagonista central de estas movilizaciones y quién ha puesto la mayor cuota de sacrificio, la juventud universitaria y popular para atender sus reclamos y darles protagonismo en las soluciones. Hay que colocar al centro de la solución tres problemas que son estructurales: la pobreza, el hambre y el desempleo. La situación económica de los colombianos obliga a tomar en consideración la propuesta de RENTA BASICA. Las reformas a la salud, laboral y pensional deben ser el resultado de un larguísimo proceso de conversaciones y de consensos con todos los sectores de la sociedad, trabajadores, empresarios y pensionados. Una reflexión especial y un acuerdo al respecto debe resultar del tratamiento del comportamiento de la fuerza pública frente a la legítima protesta y esto obliga a determinar la regulación efectiva del uso de las armas en el marco del ordenamiento constitucional. De este punto se deriva necesariamente una reforma a las fuerzas militares y de policía que les permita cumplir de manera efectiva con su misión constitucional y la salvaguarda de los derechos humanos en el camino de recuperar el ordenamiento legal la legitimidad de la qué debe gozar, por el reconocimiento que la población hace de su desempeño. Es muy importante mantener en alto el optimismo y el entusiasmo de la movilización legítima y pacífica como un patrimonio de una sociedad que se construye en la ampliación de la democracia descalza y llamar la solidaridad permanente de las Naciones Unidas , el Comité de la Cruz Roja y la comunidad internacional para que actúen en solidaridad con las comunidades y demanden al Estado por la política oficial de abuso policial generalizado que opera en todo el país que ya tiene muertos, desaparecidos, violación sexual y un elevado número de heridos. Las organizaciones de Derechos Humanos tienen la responsabilidad de evidenciar los hechos de violencia institucional y llamar el acompañamiento internacional. La movilización no va a detener sus pálpitos de protesta legítima, se va a mantener de manera constante en los próximos años en la historia del país hasta encontrarse con la satisfacción de derechos fundamentales. Hay una conciencia mayor de la población en las razones de la movilización de las comunidades. Es necesario entender este momento, poder explicarlo e interpretarlo correctamente, para poder actuar adecuadamente conforme a las exigencias del momento concreto. Hay que ponderar en alta estima la solidaridad ciudadana de los profesionales de la salud y la valentía de la juventud. Esta movilización no atiende a ninguna agenda reivindicativa, es la explosión de años y décadas de abusos de la explotación a la que ha sido sometido el pueblo. Este es un movimiento por la dignidad y contra la violencia criminal y opresiva del Estado y las élites políticas y económicas del país. Referencias. Este artículo se escribió con las notas de investigación del autor que han dado origen a varios textos a lo largo de las últimas semanas en particular Colombia: Resistencia y movilización Fractal, publicado por la plataforma analítica de El comején, en Europa; Diez ideas fuerza para construir una salida. Así como las reflexiones realizadas al respecto de la movilización en Aula Libre y en el Centro de Pensamiento. Punto de Encuentro. PARO NACIONAL: DESPIERTA PUEBLO, ¡DESPIERTA! Alex Santiago Calderón Silva Politólogo - Universidad Nacional de Colombia El pasado 28 de abril comenzaría una de las manifestaciones con más participación en los últimos años, dichas manifestaciones duraron más de 1 mes en todo el país; primero resulta necesario entender el contexto, es decir, aquellos antecedentes que conlleva el llamado a un paro nacional. Todo empieza el 5 de abril cuando el gobierno Duque radica un proyecto de ley que buscaba recaudar 25 billones de pesos, una reforma tributaria en todo su esplendor, pero que tiempo después para intentar desviar la atención y calmar ánimos se le otorga el nombre de “Ley de Solidaridad Sostenible”. Como si esto no fuera suficiente razón para el estallido social, unas semanas después del anuncio, el exministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, en una entrevista con RevistaSemana dice que el precio de una docena de huevos ronda los 1800 pesos. Aquel evento del exministro solo mostraba lo poco informado que se hallaba el gobierno y las nulas bases sobre las cuales se sustentaba la reforma tributaria (reforma que sería retirada al 3 día de las multitudinarias manifestaciones). Aunque en las manifestaciones no todo fue color de rosa, los logros conseguidos se vieron opacados por una fuerte represión propiciada por parte de la fuerza pública, además de desaparecidos, asesinatos y faltas a los derechos humanos propiciadas por el gobierno, que se convertirían en una constante durante los más de 2 meses de paro en el país. Las protestas no las podemos dejar o fundamentar tan solo en la reforma tributaria que intentaba imponer el gobierno Duque, el anuncio de la reforma tributaria lo podríamos tomar más como un encendedor, un encendedor que estaba dentro de un cuarto lleno de gas, que explotó al sentir la mínima chispa. Desde el siglo pasado las leyes injustas, la violencia, los abusos y el abandono estatal han sido una constante, luego sumando los abusos por parte de la fuerza pública, abusos que llevarían a su deslegitimación y que solo mostrarían que Colombia es un Estado fallido en cualquiera de los sentidos, que el Estado ya no les garantizará a los colombianos que estaban seguros y que la fuerza pública les protegía solo trajo caos, ira y cansancio. La combinación de los últimos tres es un detonante, ira por parte de aquellos que han perdido sus ojos, de aquellos que han perdido a quienes aman en una lucha que no debería costar la vida, cansancio por parte de aquellos que trabajan por un mejor país y por un futuro, pero que para lograrlo encuentran una traba tras otra. Tenemos que analizar las diferentes cosas que deja el paro nacional, primero la toma de vocería por parte de los jóvenes, quienes decidieron desprenderse del Comité de Paro porque no representaba sus intereses, en gran medida es cierto, el Comité Nacional de Paro está compuesto por personas de edad que no saben ni siquiera cuales son las necesidades reales de los y las jóvenes, seguido de esto está el despertar de muchos de los sectores y la gran decaída que ha sufrido el uribismo por la pésima administración del gobierno Duque, además de los múltiples escándalos que han rodeado a la Policía Nacional, comenzando desde el 2019 con el asesinato de Dilan Cruz Medina por parte del ESMAD, al año siguiente en septiembre la brutalidad policiaca le causó la muerte a Javier Ordoñez y por ultimo este año con el asesinato, desaparición y mutilación que sufrieron los protestantes, esto último causo tanto impacto que a lo largo del mundo Colombia fue primera plana en varios de los periódicos más importantes del planeta, todo esto debido al exceso en el uso de la fuerza, los abusos y la violación de los derechos humanos. Este es un gobierno que siempre se ha jactado de decir que son defensores de la democracia, por desgracia ellos demostraron lo que realmente eran, gente con ansias de muerte. Eran iguales a lo que siempre han jurado destruir, las imágenes de policías disparando a los manifestantes, de gente armada escoltada y protegida por la policía se volvieron algo de todos los días, el gobierno que siempre había pedido a Venezuela respetar el derecho a la libre protesta y los diferentes derechos humanos, le había negado la entrada a la Comisión Interamericana de los Derechos humanos también conocida sus siglas CIDH. Parecía una broma de mal gusto, la clase política tradicional del país miraba hacia otros lados mientras su propia casa se quemaba, mientras hacían el ridículo una vez más a nivel mundial; así lo que se volvía evidente era que el uribismo mostraba los dientes frente a todos como un perro rabioso. Aunque si se es capaz de criticar a un gobierno que hiere, lastima y mata también se debe ser capaz de mirarse al espejo y autocriticarse, se debe ser capaz de identificar cuando se está transformando en lo mismo que se juró nunca ser. La “Primera Línea”, aunque se convirtió en un signo de la protesta y de la resistencia, también tuvo sus cosas malas, en uno de los principales puntos de concentración de la Primera Línea como lo es el Portal de las Américas, la protesta y la resistencia habían pasado a un segundo plano, se vieron opacados por montar una “Olla” como se le conoce popularmente a los expendios de droga y en un punto donde los crímenes estaban a la orden, distintas organizaciones feministas denunciaron violaciones a mujeres en inmediaciones al portal, otros cuantos reportaban atracos y el último punto que fue definitivo el asesinato de un motociclista a manos de ellos. Exacto todo lo que se le criticaba al gobierno y a la fuerza pública como lo es: el tráfico de drogas, violencia contra las mujeres y asesinatos se habían vuelto también del común entre los que eran la resistencia. Las palabras que decían no se reflejaban en sus acciones Tenemos que aprender de lo que dejó el paro, las cosas buenas y las malas, las buenas porque nos dirán cuál es el camino para seguir y de las malas aprender qué es lo que no se debe volver a cometer. Es un pueblo que hasta ahora se está levantando, que hasta ahora da sus primeros pasos en la lucha contra el sistema opresor, eso significa que somos torpes aún, pero también significa que como hasta ahora estamos aprendiendo a andar podemos aprender de los otros y corregirnos para así lograr una mejor sociedad, una sociedad sin discriminación y violencia, una sociedad donde el amor triunfe sobre el odio. Recordando las palabras de Bolívar “Cuando la tiranía se hace ley, la revolución es un derecho”, seguiremos en la lucha por un país más justo para todos y para todas “MARICONEO” EN EL PARO NACIONAL Andrés David Pineda Suárez Politólogo - Universidad Nacional de Colombia FOTO: Twitter @jeison_benavids En una sociedad en la que se ha discriminado, segregado, ignorado, censurado, golpeado y asesinado a los sectores diversos; los gritos, el arte y el mariconeo han sido el arma con el que responden a las balas. El pasado 28 de julio del 2021 se celebraron 3 meses del Paro Nacional que inició a causa del descontento social por la desconexión de los y las dirigentes del país. Han sido más de 92 días en que las manifestaciones, las marchas, las luchas barriales y la violencia se han tomado las conversaciones nacionales e internacionales. El descontento ha venido acumulándose en gran parte de la ciudadanía, principalmente en la juventud, desde hace mucho tiempo y la pandemia sólo ayudó para que este sentimiento estallara en las calles. La Reforma Tributaría solo fue el florero de Llorente de todas las problemáticas que aquejan a la sociedad colombiana: pobreza, abandono estatal, falta de oportunidades de acceso a la educación, desigualdad, discriminación, precariedad laboral, problemas con la salud y el descarado beneficiamiento de la élite del país. Resistencia fue una de las palabras que más se podían oír y leer durante las jornadas de manifestación y ese sentimiento colectivo también fue ocupado por algunos sectores de la comunidad LGBTIQ que clamaban por un país más justo y equitativo por medio del arte y la corporalidad. Para nadie es un secreto que las personas queer han sido una población históricamente violentada en el país a causa de la moralidad religiosa y conservadora, por ello encontraron en sus demostraciones artísticas una herramienta para unirse al paro y luchar mano a mano con quienes lo hacían desde diferentes banderas para hacer visible la violencia de la que son objeto diariamente por parte no solo de la sociedad sino también de las instituciones que, se supone, deberían velar por su bienestar. Y no es para menos, pues hay razones de sobra para salir a las calles a manifestarse: Las personas con experiencia de vida trans continúan siendo asesinadas y olvidadas, como el caso de Alejandra Monocucoque murió luego de que los servicios de salud se negaran a atenderla por ser trans, prostituta y por vivir con VIH; No hay oportunidades laborales para las personas trans; los asesinatos y la violencia a personas en cuestión de su expresión de género, identidad y orientación sexual continúan siendo noticia diariamente; la discriminación en lugares públicos a este sector es permanente; las personas que del sector que se dedican al arte se vieron profundamente afectadas por la pandemia y poca fue la ayuda que se les brindo; los hogares siguen siendo lugares inseguros para las personas LGBTI+ que durante el encierro fueron constantemente atacadas y discriminadas; y, por si fuera poco, los malos tratos por parte de las fuerzas públicas de los que son objeto constantemente las personas disidentes son el pan de cada día. Estas y muchas razones más hicieron que estos colectivos se decidieron a salir a las calles a unirse a la lucha. Uno de los eventos más mencionados en los que participaron estos movimientos fue el del ‘Vogue’ como resistencia, cuando tres artistas trans y queer se subieron a uno de los espacios de la Plaza de Bolívar, epicentro de llegada de las manifestaciones, a bailar frente a uniformados del ESMAD, la fuerza represiva del estado. Este baile ha representado desde sus inicios a las resistencias queer, pues nació en los años 80 en los barrios marginados de New York en la escena ballroom, donde se reunían personas trans, gays, lesbianas, latinas, negras y más para celebrar su existencia y encontrar un lugar seguro dentro de una sociedad conservadora. El Vogue era un acto performativo, presentado comúnmente como un baile, que representaba una forma de expresión dentro de la discriminación, la marginación y que burlaba las expresiones hegemónicas de las clases dirigentes. Así, fue retomado en Colombia dentro del Paro Nacional por Neni Nova, Axid Evony y Piiscis que protestaron desde el arte por la situación del país y que fue reproducido múltiples veces en redes sociales. La lucha no sólo era en las calles, sino que por medio de su cuerpo estaban llegando a los hogares a mostrar que las vidas trans y queer importan. De la misma forma, en el marco del Paro Nacional, el movimiento ‘Toloposungo’ que es un acrónimo de la frase “Todos los policías son una gonorrea” y que resignifica al movimiento internacional ‘ACAB’ (All Cops Are Bastards) se tomó las calles para manifestarse por los asesinatos trans y por la violencia policial. Toloposungo es un movimiento trans-marica que por medio del baile, el performance y su cuerpa buscan la abolición de la policía, dignificar el trabajo sexual y hacer visible la baja esperanza de vida de las personas con experiencia de vida trans. Con ropas verdes fosforescentes, el mismo verde que distinguía a estas fuerzas armadas (antes de su cambio ridículo e innecesario de uniforme) salieron a las calles en varias ocasiones a hacer vogue, twerk y gritarle de frente a los policías. Estas herramientas corporales resignifican expresiones que tradicionalmente son mal vistas por la sociedad. En su camino por las calles armaron un ball (competencia que a través de performances hace críticas a la sociedad, la hegemonía, la segregación y otras cosas más) en el que se desfilaba por categorías que referenciaban a la lucha social que se vivía en el momento. La categoría “Paraco” fue una de ellas, quienes desfilaban actuaban y se vestían como los mayores representantes de la cultura paramilitar en el país: Álvaro Uribe Vélez, Martha Lucía Ramírez e integrantes de las Fuerzas Públicas. Así mismo, dentro del Paro Nacional se inició el debate de la lgbtiqfobia y la misoginia dentro de la movilización social, especialmente en sus arengas. Estas expresiones verbales animan a las personas que marchan y son usadas como denuncia o como sátira hacia la clase política. Sin embargo, durante estas manifestaciones hicieron ruido varios canticos que decían cosas como: “El que no salte es uribista maricón”, “el que no salte es policía y maricón” y otras frases que hacían referencia a que las personas contra las que se marchaba eran “maricones” o “hijos de puta”. Aunque para muchas personas estas frases o palabras hacen parte de la jerga del país y no buscan discriminar o atacar a dichos grupos sociales, lo cierto es que para aquellas personas que han crecido fuera de la heteronorma esos “insultos” no son algo que tomar a la ligera, puesto que han sido armas para denigrar y reforzar la idea de que están mal. Con el tiempo, estos términos han sido re - apropiados para representar la misma lucha que es vivir fuera de lo que es considerado “normal” en la sociedad. Por ello se abrió el diálogo para cuestionar el privilegio heteropatriarcal de aquellos marchantes que ignoraban que dentro de la manifestación había gais, lesbianas, trans, personas no binarias y demás que también se sentían enojo por la situación en la que se encuentra el país. Implícitamente, esas expresiones violentan a las personas disidentes porque hacen creer que dentro de la movilización no hay espacio para las maricas o para las putas, además, de la notoria falta de respeto que se da al equiparar las luchas queer con grupos como el uribismo o la policía que tanto daño le han hecho al país. Porque no es lo mismo atentar contra el pueblo que tener una identidad, expresión u orientación diversa. Ante esto, surgieron expresiones que demostraban que los maricas jamás serán policías o uribistas y que, como lo gritaba el grupo “toloposungo”, las putas no paren tombos. Así, los grupos hetero-disidentes se tomaron las calles junto a las demás personas que marchaban, reclamando el espacio público como suyo y luchando desde la creatividad. Haciendo frente con la sociedad a problemáticas que les atañen a todas, todos y todes; como lo dijo Myth Drag Queen: “protestamos en un país que nos ha invisibilizado”. PARO CÍVICO NACIONAL 2021 OPORTUNIDAD HISTÓRICA PARA LA REIVINDICACIÓN DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS Andrés Felipe Ospina Suárez Politólogo - Universidad Nacional de Colombia Los pueblos originarios de nuestra nación se levantaron durante las masivas jornadas del paro nacional que se han tomado el país desde abril y que hasta el día de hoy han logrado introducir en la conciencia colectiva de la nación preocupaciones por la viabilidad del territorio y del mantenimiento de la vida que han estado escondidas en medio de la nubla burocrática y la habladuría de generaciones de políticos criados en las mejores familias, viviendo las comodidades propias de una clase que reivindica valores coloniales y que se ha mantenido inmóvil frente a las verdaderas problemáticas de esta nación. El objeto de este ensayo es resaltar brevemente la labor de estas comunidades en este estallido popular, su compromiso con el cuidado de la tierra y el reclamo permanente por el respeto a su forma de vivir. Ahora bien, quisiera poner de presente algo un poco alejado del foco de la mayoría de las protestas, pero que está íntimamente relacionado con los principales reclamos de esta. Contextualización Colombia atraviesa un momento crucial de cara a decidir cuáles serán los valores, principios y prioridades frente a un futuro que requiere el más encomiable de los esfuerzos para mantener a flote lo que conocemos como “normalidad” mientras protegemos el único espacio que tenemos para desarrollar la vida. Nuestro planeta, moribundo y ultrajado, no resistirá mucho más si no se hacen cambios profundos. Urge buscar alternativas a la catástrofe, debemos poner sobre la mesa esta discusión, llamar a todos a participar. Ahora bien, la actualidad política y social del país nos arrojan y nos sitúan frente a un desafío que puede superarse si tan solo fijamos nuestra vista en una fuente de conocimiento ancestral y de valor incalculable, olvidada y desprestigiada por los ojos de la academia occidental, las comunidades indígenasnos han estado advirtiendo y han puesto de presente la necesidad de cambios en la forma de relacionarnos con la tierra por décadas. Como es usual en nuestro país, por racismo y arribismo cultural, se han ignorado a estas comunidades y se han apartado del orden nacional, todo esto en pro de mantener intacto el sistema de castas colonial que privilegia a las elites blancas de este país, mismas élites que han controlado y controlan casi todos los medios para el sostenimiento de la vida, desde la tierra hasta la opinión pública. Por eso no es de extrañar que esta sociedad este llena de prejuicios, desde la educación estandarizada donde se extiende el dominio cultural que deja ciego al ciudadano común para que ignore esta violencia estructural que lo empuja a olvidar, o simplemente, a desconocer su pasado y ascendencia, a mirar con asco al indígena y apartarlo. Este precedente es importante, especialmente, porque este paro y, en general, la ola de descontento popular que se ha extendido por todo el territorio nacional apela a un cúmulo inmenso de injusticias que ha vivido cada colombiano desde el momento que nace. Hablamos de un sistema armado para que el statu quo se mantenga indefinidamente y para que aumente gradualmente el nivel de explotación al que puede someter al pueblo. El rol de la Minga en el paro nacional Cuando las poblaciones más vapuleadas se empiezan a levantar es apenas lógico que esta clase dirigente use todos los medios que estén a su alcance para reprimir y apaciguar a la gente, por eso no es extraño el uso de tácticas militares para frenar la protesta pacífica como tampoco lo es la constante desinformación y alteración de la verdad para dividir a la gente, para pintar buenos y malos, héroes y villanos, orden y caos. En medio de esta confusión, brilla la labor que han desempeñado las comunidades indígenas. La minga ha protagonizado una lucha constante por sus derechos y los del campesinado colombiano, en la articulación y organización de las ayudas para los manifestantes y, más importante aún, en la defensa del derecho a la protesta y en la salvaguardia de todos aquellos que participaron en las movilizaciones. Pero su labor no termina ahí, solo hace falta ver el sitio web del CRIC y leer sus comunicados y notas de prensa para evidenciar sus motivos y sus acciones para transformar su realidad, Geraldine Hernández recoge la voz de Eduin Capataz quien de manera breve manifiesta el reclamo de todo un pueblo: “Estamos en un contexto donde los gobiernos han construido una narrativa en torno a las comunidades indígenas. Han constituido un rezago social utilizando el tema de la guerra interna para tapar actos de corrupción que golpean a los más pobres de las zonas rurales. Vivimos una violencia estructural” (Hernández, 2021). Esta guerra interna ha transformado la forma de experimentar la vida de muchas comunidades donde no solo los indígenas sino también los campesinos han sufrido innumerables abusos (el desplazamiento interno, por ejemplo), se ha roto la relación de muchos con la tierra que los vio nacer y de los que deviene la mayoría de sus ancestros, tierras que ahora son parte de los latifundios de los grandes terratenientes de la nación. Una reflexión agridulce Frente a este panorama, cobran sentido muchas de las exigencias que hacen nuestras comunidades indígenas para el ojo del que no ha prestado atención y que se une automáticamente con los esfuerzos de un estado, cada vez más presionado, a salvaguardar su riqueza ambiental. Se unen los cabos y se vislumbra que los pactos y las promesas son palabras al viento, pero que, de fondo, atiende a los orígenes de la crisis, apunta al centro de la injusticia (como diría la gran Violeta Jara) y revela que el sistema capitalista salvaje ha devorado tanto y ha consumido tanto al planeta para el beneficio de tan pocas personas que, en apariencia, ya no queda lugar para nosotros en este planeta. Ni para los que debemos buscar la vida en los restos del que fue un planeta extremadamente fértil ni para los ricos que buscan la vida en las estrellas. No obstante, ahí estuvo la alerta temprana que emitieron los pueblos indígenas y ahí están las soluciones, en el fin de ese colonialismo intelectual, cerrado y dogmático. La esperanza está en la reivindicación de los “descartados”. Bibliografía Hernández, G. (7 de junio de 2021). Paro Nacional en Colombia: la eterna lucha de la minga indígena por una vida digna. Obtenido de C.R.I.C Consejo Regional Indígena del Cauca: https://www.cric-colombia.org/portal/paro-nacional-en- colombia-la-eterna-lucha-de-la-minga-indigena-por-una-vida-digna/ LA PRIMERA LÍNEA: ¿JUVENTUD PERPETUADORA DEL SISTEMA PATRIARCAL? Aura Natalia Cuartas Parra Politóloga - Universidad Nacional de Colombia Bogotá D.C. 14 de mayo del 2021. Foto tomada por Luis Carlos Ayala. En Colombia hemos vivido desde tiempos inmemorables la hostilidad, olvido e indolencia de gobiernos desapegados a las necesidades de sus ciudadanos. Hoy por hoy, en Julio de 2020 seguimos bajo un ambiente tenso donde los resentimientos en contra de los que conforman todo el mandato están a flor de piel. La rabia e indignación que generó las negligentes condiciones socioeconómicas en las que se encontraba más de la mitad de la población colombiana a raíz de la pandemia, motivó a miles de personas alrededor del país a ejercer su derecho a la protesta. Sin embargo, la respuesta del régimen fue la misma: represión. Ante la falta de conciliación con el presidente Iván Duque, la juventud decidió organizarse por medio de líneas; la primera, segunda, tercera y cuarta, cada una con diferentes funciones para amortiguar el paso del Escuadrón Móvil Anti-Disturbios (ESMAD) y, de proteger a los manifestantes. Al ser uno de los conceptos más resonantes en medio de las manifestaciones, el presente escrito pretende resaltar y realizar una pequeña crítica hacia el papel que ocuparon los jóvenes en las líneas organizadas dentro del marco del Paro Nacional. La “Primera Línea” es una forma de organización en la que grupos juveniles de distintas ciudades como Pasto, Bogotá, Cali y otras regiones alrededor del país decidieron ejecutar como forma de lucha y resistencia. Caracterizados por utilizar escudos pintados con las siglas ACAB (All Cops Are Bastards, en español traducido como “todos los policías son bastardos”) o “Nos están matando”, vestir de gafas para soldar, cascos y capuchas. Los jóvenes (hombres y mujeres) partícipes en estos espacios son de origen popular que objetan por el bienestar del resto de civiles, el actuar en defensa propia y resistir a los ataques del ESMAD. Principalmente, existen cuatro primeras líneas con funciones diferenciadas a la cabeza de toda la movilización: la primera, se caracteriza por el porte de escudos que aminoran los ataques de la policía; la segunda, representa los refuerzos y el contraataque; la tercera, brinda apoyo para minimizar los gases utilizando trapos y leche de magnesia; y la cuarta, se encarga de brindar los primeros auxilios y de estar al pendiente de los compañeros heridos. Las líneas recibieron apoyo por medio de colectas y dinero para el mantenimiento de sus campamentos y de su alimentación; cabe resaltar que dichos soportes fueron brindados por el resto de los ciudadanos que vivían en las mismas barriadas. Fue y es una organización que hizo frente a los actos de la fuerza armada gracias al sector popular. Ahora bien, se puede decir entonces que una lucha del pueblo fue aplacada a manos de una fuerza bien equipada con el resguardo del gobierno actual. ¿Fue un choque justo y proporcionado? ¿El ESMAD y los agentes de policía midieron su fuerza frente a unos escudos? Definitivamente, no. En primer lugar, se pudo contemplar la capacidad armamentística que poseen las fuerzas colombianas.El ESMAD, contiene en su poder cartuchos de gas, bolsas de perdigones (llamadas “Bean Bags”), su ropa —un overol, guantes y pasamontañas— son retardantes al fuego y además tienen en su poder camionetas blindadas y tanquetas lanza agua. (Policía Nacional, 2021). Incluso Venom, una de las tanquetas más costosas que contiene el Escuadrón en su poder (cuesta alrededor de 400 millones de pesos) se caracteriza por su innovación y capacidad de alcance “ya que cuenta con tres compartimientos de carga, con capacidad para alojar 10 cartuchos electrónicos cada uno” (El Espectador, 2021). Ahora bien, la policía, que es otro órgano del Ministerio de Defensa, maneja bastones y armas de fuego. Se puede entrever entonces una desmedida entre la fuerza de los manifestantes y de los policías; esta desproporción desembocó en abuso de poder, violaciones a los derechos humanos y masacres. Sobra decir que la protección que disponen los manifestantes no es equiparable frente a todo el equipo arsenal con el que cuentan las fuerzas policiales y, que la Primera Línea fue persistente y tenaz a la hora de defenderse. La ejemplar resistencia y valentía de la Primera Línea en contra de las fuerzas opresoras (criticadas por asesinas, violadoras, y abusadoras de poder) fue objeto de admiración, empero no se puede evitar caer en el juicio de sus acciones que en algún momento tomaron parecida dirección. Es necesario acudir a la desaprobación de actos misóginos que solo dejan en evidencia el sistema patriarcal en el que están sumidas las mujeres. Uno de los casos más conocidos, fue el de la Primera Línea de Suba que violentó a una mujer dentro de uno de sus campamentos; sostuvo que la obligaron a meterse a una laguna sin ropa mientras la insultaban, para después golpearla y violentarla en repetidas ocasiones (Infobae, 2021) y el caso del renombrado Portal Resistencia, antes Portal Américas, donde en medio de un acto de protesta se supo de un abuso sexual, sin embargo el evento continuó si nada hubiese pasado. ¿Realmente es justa la inmortalización de violencia en contra de las mujeres? Si acá en Colombia buscamos un cambio para el bien, se hace necesaria la visión de colectivos feministas que logran mermar a los agentes perpetradores de violencias basadas en género. Es indigna y despreciable la normalización de este tipo de actos que menosprecian a las mujeres como sujetos políticos y de derecho. Los hombres, aunque pertenezcan a las líneas de resistencia, invalidan las opiniones feministas y las “mandan a callar” reproduciendo el mismo sistema hostil que ha sufrido la mujer colombiana a manos de las autoridades. Para condensar, la Primera Línea tuvo un papel importante que llenó de nostalgia a un país incapaz de organizarse de manera efectiva en contra de las fuerzas represivas. Sin embargo, se vuelve imprescindible la concientización sobre las problemáticas que viven las mujeres en las calles y revisar con lupa en mano dichas conductas machistas que recriminamos a los policías pero que tapamos y minimizamos cuando suceden al interior de las manifestaciones, pues es incoherente e hipócrita que sigamos reiterando el mismo sistema patriarcal del que, se supone, estamos en contra. Bibliografía Ayala, Carlos. (14 de mayo de 2021). ARTE Y RESISTENCIA. Ayer en Colombia se denunciaba que una menor de 17 años fue detenida, abusada (por la policía en Popayán) en el marco de las manifestaciones del paro nacional que se adelanta en el país; se suicida luego de salir de la (…) [Fotografía] Recuperado de: https://www.instagram.com/p/CO22M25r-04/?utm_medium=copy_link El Espectador. (5 de Mayo de 2021). Venom: el arma en la tanqueta del Esmad, que causó https://www.instagram.com/p/CO22M25r-04/?utm_medium=copy_link pánico en el sur de Bogotá, en el Paro Nacional. Obtenido de El Espectador: https://www.elespectador.com/bogota/venom-el-arma-en-la-tanqueta-del-esmad- que- causo-panico-en-el-sur-de-bogota-en-el-paro-nacional-article/ Infobae. (06 de Julio de 2021). Joven denuncia a una primera línea de Suba por violencia de género: “me hicieron meter a una laguna sin ropa”. Obtenido de https://www.infobae.com/america/colombia/2021/07/06/joven-denuncia-a-una- primera- linea-de-suba-por-violencia-de-genero-me-hicieron-meter-a-una-laguna-sin- ropa/ Policía Nacional. (24 de Julio de 2021). Medios Técnicos de los Escuadrones Móviles Antidisturbios de la Policía Nacional. Obtenido de https://www.policia.gov.co/especializados/antidisturbios/medios-tecnicos http://www.elespectador.com/bogota/venom-el-arma-en-la-tanqueta-del-esmad-que- http://www.elespectador.com/bogota/venom-el-arma-en-la-tanqueta-del-esmad-que- http://www.infobae.com/america/colombia/2021/07/06/joven-denuncia-a-una-primera- http://www.infobae.com/america/colombia/2021/07/06/joven-denuncia-a-una-primera- http://www.policia.gov.co/especializados/antidisturbios/medios-tecnicos MÉDICOS DE CALLE Brigadas de rescate y primeros auxilios durante el paro nacional JUAN DAVID LÓPEZ MARTÍNEZ Politólogo - Universidad Nacional de Colombia INTRODUCCIÓN Colombia atraviesa un ámbito socioeconómico fuerte debido a la crisis mundial del COVID- 19, adicional a la pésima gestión de gobierno ante la pandemia y su favoritismo ante la situación económica de los entes más ricos y lucrados del país con respecto a la pésima calidad de vida que viven los ciudadanos de baja y media clase, esta pésima gestión, sumado a las pocas y casi nulas ayudas del gobierno a los ciudadanos genero un descontento social el cual era de esperarse, ya que el desempleo subió al 16.1%, 5.6% más que el año anterior, de igual forma se registran más de 21 millones de personas que viven en pobreza y 7.4 millones en pobreza extrema. Durante las protestas sociales llevadas a cabo en el marco del paro nacional del 2021, las cuales iniciaron el 28 de abril, a la fecha del 28 de junio, se registraron un total de 3486 casos de violencia policial, de los cuales 75 fueron asesinatos, 83 víctimas de violencia ocular, 28 víctimas de violencia sexual, 1832 detenciones arbitrarias y 1468 casos de violencia física durante dos meses. Todo esto permite llegar a la pregunta, ¿Quién auxilia a todos los afectados por la fuerza pública durante el marco del paro nacional? MEDICOS CALLEJEROS Colombia ha sido un país donde poco se han frecuentado protestas de gran magnitud. A partir de noviembre del 2019 se empezaron a vivir fuertes concentraciones sociales con el fin de ejercer presión sobre el gobierno de turno, sin embargo, así como se viven protestas se han registrado altas cifras de abuso y exceso de fuerza por parte de las entidades públicas donde los afectados se ven gravemente excluidos de cualquier tipo de “primeros auxilios” por parte de los servicios paramédicos por la dificultad y la restricciones que tienen al ingresar a asistir a los manifestantes afectados. De ahí nace la idea de los médicos callejeros en Colombia, quienes son personas voluntarias las cuales ofrecen su conocimiento y su vida para realizar un servicio paramédico, auxiliando sin excepción alguna a cualquier persona afectada no perteneciente a la fuerza pública, los cuales ya tienen sus propios equipos y están sumamente amparados ante cualquier lesión o afectación física. La idea de los médicos callejeros es un término que se originó en Estados Unidos a partir de las protestas en contra de la guerra de Vietnam y fue esparciéndose por todo el mundo como por ejemplo las protestas de Paris o las protestas en Hong Kong, en las cuales se ve una organización envidiable a comparación de lo que se vive en Colombia. PARO NACIONAL DEL 28 DE ABRIL Durante las jornadas de paro que se vivieron a partir del 28 de abril, el cuerpo médico callejero se ha visto en la obligación de proteger y guiar de cierto modo a los integrantes
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