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xiv congreso internacional de historia de la medicina, 17 de septiembre de 1945 Las guerras mundiales y otros acontecimientos bélicos no demuestran un progreso en la civilización, parece una regresión al salvajismo primitivo. la clase alta de las civilizaciones griegas y romanas eran las unicas que tenian privilegios. actualmente también se ve gran desigualdad de riqueza pero por ejemplo la tierra está siendo redistribuida y quienes la cultivan tienen participación. Las personas se rehúsan a ser explotadas por un amo extranjero. En oriente se observa liberación de costumbres religiosas y otros tabúes con un florecimiento de la cultura. En occidente se observa un mayor número de personas participantes de las bellas artes, los trabajadores ya no son esclavos y forman uniones que los protegen. Algunos artistas han creado grandes obras aun estando enfermos sin embargo la buena salud de los artistas, obreros campesinos es prerrequisito para una civilización superior. Las condiciones de salud han mejorado. Antes había menos esperanza de vida y morían más personas por enfermedades como tuberculosis, cólera, viruela. En Londres el número de muertes anuales por 1.000 habitantes fue, en término medio, de 42 durante el período de 1681 a 1690. Bajó a 23 de 1846 a 1855, a 14,2 en 1929. Ahora está entre 8 y 15 en los países avanzados. Aún hay un bajo acceso a la salud en grandes sectores de la población. Las enfermedades crónicas ahoran son las primeras causas de mortalidad desplazando a las agudas. La medicina es más eficiente gracias a la ciencia, gracias al renacimiento en Europa. la importancia de la filosofía en el desarrollo de la medicina, la psicologia y psiquiatria. Finalmente, me gustaría mencionar que muchos médicos han hecho importantes contribuciones fuera de su campo médico. Un doctor francés Théophraste Renaudot, fundó en 1630 una Bolsa del Trabajo, y en 1631, el primer diario, la “GAZETTE DE FRANCE”. Guy Patin, llegó a ser famoso no por su trabajo, sino por sus sarcásticas “LETTRES”, publicadas después de su muerte y reimpresas repetidamente. Algunos de nuestros mejores novelistas contemporáneos, hombres como Duhamel, Luc Durtain, Gottfried Benn, son médicos, y su experiencia clínica, física y mental, se refleja en sus obras. Muchos médicos fueron reformadores sociales. Auguste Forel, emprendió la lucha contra el alcoholismo y los hábitos de beber, que embrutecen a grupos sociales enteros, tiempos que tal acción era impopular y requería mucho coraje. Con el mismo coraje luchó contra los tabús sexuales y por una vida sexual normal y saludable. Tranquilizó muchas personas jóvenes que estaban atemorizadas por las imaginarias consecuencias de la masturbación, que el charlatán S. A. Tissot, había descrito en el siglo XVIII, en un libro que desafortunadamente es todavía hoy reimpreso y vendido por debajo del mostrador. Deseo recordarles que el gran patólogo Rudolf Virchow fue, a través de toda su vida, pero particularmente en sus años de juventud, un reformador social y estadista muy activo. Tomó parte en el movimiento revolucionario de 1848, y, aunque su periódico “DIE MEDIZINISCHE REFORM” fue de corta vida, pavimentó el camino para importantes reformas médicas. Fue Virchow quien acuñó la sentencia “Los médicos son los abogados naturales de los pobres, y los problemas sociales caen en gran medida, dentro de su jurisdicción”. Ellos deberían conocer las condiciones sociales mejor que nadie, dado que su profesión los lleva a los hogares de todas las clases sociales y es su obligación trabajar por la mejoría de esas condiciones. Tal es el deber de todos nosotros, en cuanto practicamos no sólo medicina psicosomática sino también medicina social, y como ciudadanos de países democráticos, con una gran responsabilidad hacia la comunidad. La Organización Mundial de la Salud, en el preámbulo de su constitución define la salud como “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de enfermedades”. Postuló además, que “el goce del más alto grado de salud que se puede lograr, es uno de los derechos de todo ser humano sin distinción de raza, religión, credo político o condición económica o social”. Y la aceptación de esos principios por todas las naciones miembros, es una contribución muy grande de la medicina al progreso de la civilización.
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