Descarga la aplicación para disfrutar aún más
Vista previa del material en texto
La otra muerte Introducción Siempre nos preguntamos ¿Qué hay después de la muerte?, ¿hay otra vida? y si es así entonces, ¿hay otra muerte? Somos seres que nacimos en contra de nuestra voluntad, nadie decide si quiere nacer o no. Pero todos los que logramos atravesar un difícil camino en el cual morimos por primera vez en nuestra niñez y renacemos en un ser más maduro, un ser con conciencia suficiente para tomar sus propias decisiones, para poder manifestar lo que queremos ser el resto de nuestras vidas. Nuestras muertes En el principio de nuestro camino (nuestra infancia) somos ayudados por los seres que decidieron unirse y darnos vida, es lo mínimo que podrían hacer, al fin y al cabo fueron ellos los que tomaron la decisión de crear a un nuevo ser; una vez morimos en nuestra inocente infancia y renacemos en la adolescencia somos capaces de sobrevivir sin esa vital ayuda inicial. Aclarando que podremos sobrevivir de una manera mental, una emocional, gracias a que en una parte de nuestra evolución en la que se nos inculcan unos valores unos principios que nos serán útiles en nuestra nueva vida. Y es eso a lo que llaman vida, que para mí es un ciclo en el que nacemos y morimos una y otra vez y que en cada renacimiento nos quedan enseñanzas que muy probablemente nos harán ser mejores en la nueva vida. Siendo así entonces, muere el niño, nace el joven; muere el joven, nace el adulto; muere el adulto, nace el viejo. Pero, aunque esto suceda, no conocemos cuando ni donde ocurrirá, las acciones de las demás personas y nuestras propias acciones provocaran la muerte de nuestro antiguo ser y el renacimiento de un nuevo hombre con más experiencia, lo que llaman por ahí “un hombre maduro”, y muy posiblemente nuestra muerte y renacimiento provocara lo mismo en otro ser y este en otro como en efecto dominó. E repentinas muertes y renacimientos ocurren muchas veces en nuestras vidas, lo he denominado muerte mental pues no es más que eso, morimos mentalmente y renacemos con otra mentalidad nueva, por supuesto que esto es tan recurrente que hasta se vuelve aburridor y no es interesante nuestros cambios mentales sino nuestros cambios físicos. Es aquí donde he querido llegar, pues nuestros cambios de mentalidad ya no nos importan, nos interesa más nuestros cambios y nuestra muerte física pues no sabemos de nadie que haya podido regresar de esta, mientras que todo hemos sobrevivido a la muerte mental. Aunque, un cambio o una muerte mental puede hacer que dejemos de preocuparnos por lo físico y busquemos una muerte física, resignarnos a esta, pero ¿cómo es esto posible? Una enfermedad, una perdida física de un allegado o hasta un cambio mental tan fuerte, constituyen factores muy convenientes para una inminente resignación a que tendremos que morir físicamente, al final tendrá que ocurrir ¿o no? ¿será diferente si ocurre hoy o mañana?, no nos preguntamos esto en situaciones normales, pero cuando el dolor mental y emocional es tan fuerte, resulta más atractivo considerar la muerte física como una escapatoria, pues esto aliviaría inmediatamente tanto sufrimiento.
Compartir