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REVAPA19722902p0217Zac

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Cómo se originan las lnterpretaclones en el analista *
Joel Zac **
.Eneste trabajo. planteo una.teotla rsobre. cómo se .origina la',inter-,
pretación en el anatista, las distintas .tunclcnes.presentes y su modalidad:
de ínteracclón.: , "_" ,
Señalaré previamente.una .lmportante. .dtstlnclón 'entre los .aspectos
"explicativos" (el "potqué"). y,el: "usojnsttumental" (el "para qué")'. de
la im~rpre\aGión. ) ." .. " '"., .. ' ,.. . !
.. Lo~~explicativo" ..permite.al anaüsta.ta.comprenstón de la conducta
del-paciente; le .faci lita .conleturar: ,1:1 ípótesls -teérlcas referentes a dicha
conducta, como pauta, gen,er.a!,.o 'seapredeelr 'su futuro comportamiento.
El "uso instrumental" alude al modo de actuar de la interpretación
sobre el paciente, ~!:In,que,,~e,$de.-el;,P,lJn1q..J~t~;yista'~',explicativo""IJna in-
terpretaclón puede- s~r. adecuada¿ de~q~el,I?lJ.r.tQ, ~d~vista de la acclón
específica puede ser inadecuada (ineficaz): El "uso instrumental" implica
el desarrollo de hipótesis sobre: cómo se originan, cómo actúan y cómo
se valoran las interpretacion~es~, "
Estos tres aspectos (origen, valoración y acción de la interpreta-
ción) ptanteanproblernas .metodolóqlcos .dlterentes yiporlotanto factores
qe corrección especítlcos.:' Esta~comunlcaclón incluye de alguna manera
los tres aspectos !)eñaICl90,S,Pe~9,esíar.á centrada muy especialmente so..:
bre el. o!ig~~, de [a .Interpretaclón QenV9 .del analista,
. .. . .
'. ..': _ _ j •• ". ....~ • t ' \" :'1 ,," " . . L 0..~: =-,
Concept,o' clásico ~e,!las ,d,i,soc:iaciones ,'~,m9iol1ales :
. .• -, -, ....•.....• 11-,-,,' •
, . , ", ' '" .s ',' ' i: .' ,"
'Sterba descrlbió' 'en :1934 10 'üna disocfación específica en .el Yo .del
paciente que se estableclá, en' él' proceéo "analttlco, entre' una parte en
consonáncla 'con la' realidad ,y 'otr¡;lparté' yoica 'caracterizad~ .como' "ac-
tuadora'; (acting out): Esta hipótesís esclareció muchos aspectos dé la
teoría de la técnica 3; 4, ", ya' qué·é:li'chadisociación y la capacidad del pa-
ciente para identificarse con el terapeuta posibilitaban lograr una altanza
, , '
• Trabajo presentado en el XXVIII, Congreso Psicoanalltico Internacional, Viena. 1971,
•• -' Direéci6n: "Anchorena 1476, 119;' Buenos' 'Aires. A"rgeniiñá,' ,
217
Joel Zac
del paciente con el analista. Luego fueron emergiendo nuevas aportacio-
nes a esta teoría técnica inicial de la disociación yoica. Una línea de inves-
tigación teórica relacionó la parte "racional" del Yo del paciente con la del
analista cada vez en un nivel rnás profundo hastaconfigurar.la "alianza te-. .
rapéutica" la O la "alianza de tr:abajo" 6. Otra línea de orlentaclón.coricep-
tualizó en términos de fantasía inconsciente con ansiedades. y defensas
tempranas, la relación. del analista con la parte "adulta", colaboradora de
la personalidad del paciente, para enfrentar los· aspectos infantiles de la
personalidad del paciente (oor ejemplo: las partes omniscientes del self 7,
etcétera):
La interpretación transferenclal en. el marco de un encuadre esta-
ble· afianza el vínculo analítico y conduce al paciente al logro del insight.
El Yo "privado": otro aspecto disociado funelonalmente
Me ocuparé ahora 'de la disociación yoica 'del analista en. el pro-
ceso analítico; en-uh Yo '!racional" Y' otro "irracional"; concepto que
hasta la actualidad e's un ptlnclplo técnico aceptado en forma universal.
Sin embargo, como resultado' de mi investlqaclón, surge la necesidad de
replantear esta hipótesis.
Me refiero a la acción de otro aspecto yoico funcionalmente diso-
ciado, que denominaré provlsorlamente Yo "privado" que interactúa con
los anteriores (el Yo "racional" Y el llamado Yo "irracional"). Incluye una
serie. de tactores y estructuras no totalmente definidas, que agruparé se-
gún los roles prevalentes que emergen de cada circunstancia: familiar,
social, económica, cultural, ética, política, ideológica, etcétera, roles que
son íos que el analista trata de "suprlmlr voluntariamente" durante. su
tarea terapéutica. _...., .: ..
A mi juicio, el Yo se cónfigúra como una totalidad funcional que
218 se estructura y desestructura continuamente, pero algunos de los dife-
Cómo se originan las interpretaciones en el analista
rentes aspectos disociados funcionalmente del Yo pueden asumir predo-
minancia.
Para facilitar la comprensión y ofrecer una versión didáctica y más
'clara, me referiré a los aspectos disociados funcionalmente del Yo por
separado; y)uego a ciertas generalizaciones 'sobre su interacción, o sea
al Yo como totalidad.
ELconcepto del Yo "racional". (observador-crítico) (1)
Diferentes autores denominaron de distinto modo al aspecto "ra-
cional" del Yo que colabora con el analista. Fenichel lo llamó Yo "razo-
nable" 1. A. Freud lo designó como "Yo observador" 2. Otros autores lo
designaron como Yo "enjuiciador", Yo "perceptivo", Yo "sano", etcétera.
Considero que conceptual y operativamente, para este aspecto yoico di-
sociado del analista la denominación "observador-crítico" es más ade-
cuada y precisa a sus funciones. Metodológicamente centraré el estudio
de las tres funciones yoicas: "observador-crítlso", "irr.~c,ipnal" y "privado"
en relación con la interpretación, tomando en cuenta pos factores ínter-
actuantes: la "acción específica" y la "ideología" * -de la función yoica
correspondiente.
La acción específica del Yo observador-crítico (además de mante-
ner el encuadre 12), consiste en: 1) observar y registrar la conducta del pa-
ciente (campo externo) y la del analista (campo interno) en cuanto ambos
proporcionan importantísima información directa que el analista tiene que
manejar; 2) comprender y elaborar el material, o sea elaborar una "ex-
plicación"; 3) producir interpretaciones que actuarán sobre el paciente;
y 4) testear posteriormente estas interpretaciones en la sesión, si. fuera
factible.
• Según Starek 9 la Ideolog la está integrada por ideas o sistemas de Ideas, en cuyo origen psicológico
desempeña un papel importante algún interés o deseo '(personal o de grupo). ideas que habrlan síd\)
diferentes de no exlstlr tal interés o deseo. Ellnterés.,se.refiere a su sentido, especifico de nacional,
profesional, clasista, etcétera (no es el. senti do. vocacional, musical, etoétera). 219
.Joel.Zac-
. -."'c:" L~¡,igeol,og{a,¡!i'~c~>nfjgur~íp~ra cada: anausta.rccmo ~ni9él, aunque
habría que distinguir 'entre: a) ideología del "rol analítico", o sea lo que
vaactuar "proteeíonalrnente", sobre ~I paciente, y.l;» ideología personal,
.reconocida y ªdmltida pO;'~I: analista, o sea ,SU, filosofía de la .vida, su
.~mbjto ,f~rpi(¡"r,~oQjal, polttlco, etcétera. '.
___ ,. . ,., ..... . . .
El analista trata de evitar que emerja en el campo §!J jd~oJogíél per-
sonal consciente, y generalmente puede lograrlo. Sin embargo, a veces
la ideología personal aparece, en forma de prejuicio, que puede ser con-
trolado o no.. Otras ve9~s.:$.~,'iqeología "profesional'! es int~rf.erida por
aspectos de su "idé6logía personal". El analista puede evitar o no las
.pertu rbaciones. pyoyqca,9é!-!?'por-esos :aspectos de -su .ideología personal,
porque.sontactores muy fluctuantes de su vida.
, '
. ¡ ,
.~I. ~~n~eptQ.efe·Yo. "lrraelcnal'' (II) *
';j' .~ -"., "", .
~EL se9.'y'~d().aspecto -funcional yolco -corresponderla al Yo. deno-
minado por ·(;jj~!'llt.Q~..autorés "lrracional'". "exportador", "que siente",
-"que ex,p~r.!rller.tél,"que: vivencla", .etcétera, y que pr9pongo denominar
".exRlprpdQr.,~xp,eri~ncial": .La acciÓ~ especlflca.es "explorar" :y conocer
';;vivéncialmerlte;'al paciente, a la vez que al propio Yo-del: analista (la
propié! reaccfón emoclcnal, ~n la tarea analítica). Por-Introyecclón, iden-
·t¡ficaéiqn,~o.'iqél1tificación prQyectiva,.en el.sentldo que-leda M. Kleln, e,l
,ªrH;¡.j¡~ta,.pO,rja función "é?<Plor:élqora-experienciaf';(II)" se convlente. en el
p.9:~ie~te'("e~" el paciente). Percibe, ,~apta, "vivencia" en, parte o total]-
qg(;t lél fantª~Ja ínconsclente tral1~ferencial. . '. .. , . .
,- " ->, ~I analista instrumenta.eata-tunelón yolca P(lI)'para "acompañar"
al.paciente en su regresión traristerenclat, mlentras F(I) cumple su rol.,es-
pecíñco. F(II) puede ser atraído y' contaminado por la regresión del pa-
ciente y hasta pcdría arrastrar a F(I) (ejemplo clínico: acting out del pa-
.:?20 • De aqul en más designaré.a las funciones yolcas "observador-critico" (1'). "explorador-experienclal'
(11) y '''privado'' (111) como F (1). F (11) Y F (111) respectivamente:
Cómo se originan las interpretaciones en er::-anafista
. . -~ .
ciénte que induce un actirig out del analista). 'F(Il) puede exténderse; 'pór~
la 'regresión transterenclal, pero puedeeer ¡imitado p'or el encuadre 'i Ii~'
"persona real del analista" 12. ' ,,' " ,
Si la acción terapéutica es adecuada';' F(I) -puede rescatar a F(II)' de
la' regresión no útil. Por F(II) el analista' puede "sentir" al, paciente, al
, mlsmo tienipo que por su Yo observador-crítico 'F(I} lo' evalúa, hace hipó-
tesis acerca de la modalidad de intercambio dinámico' con el paciente
(mecanismo de intuición, simpatía, empatla.vetcétera). El analista. general':
mente. adquiere, por la experiencia, la capacidadde controlarla 'acclón de
la función yoica F(II) para evitar ciertos peligros.
La ideología profesional en 17(11) -se diferencia suficlentemente de
la de F(I). Algunos factores que originariamente no eran 'constantes,' con
el 'desarrollo del analista, su experiencia, el pasodel tiempo; el aumento'
de sus conocimientos técnicos, fueron transformándose, a partir de, un,
momento dado, en características constantes .. Corresponden; pues, a,F(II);
y en general pueden ser manejados casi sistemáticamente. Otros factores
más fluctuantes de la "ideología personal" podrían ser manejados par-
cialrnente (transformados en pertinentes]. ,Et:1,cambio enla "ideología per-
sonal", los factores ñuctuantes pueden lIega~ a ser intrusivos e lncontro-
lables, y, en ocasiones, interfieren la acción de F:(II) e incluso la de f(l).
. - " "
Elcóncepto dél' Yo '''privado'' (111)
, )
, Existen diversos tipos defactor:es. personales, .entre los cuales des-
tacaré algunos que son relevantes y que' tienen cierta constancia, mien-
tras que la mayoría son más fluctuantes (porque la.vida privada' no esuna ,
constante y tiene, incidentes y/o accidentes que hacenva la' historia: del
analista) .
. F(lII) incluye .aspectos de 'lasrealizaciciriés'delYo'eñ lo: social: lo
cultural, lo ético, etcétera.Jdeales y valores 'de diversos campes. Poi"otra
parte, incluye la acción de los sistemas "cleqos" (puntos no resueltos: del, 221
Joel Zac
analista). De tal modo coexisten los objetos internos y partes del Yo en
diferentes niveles evolutivos, desde los vínculos arcaicos y primitivos hasta
los más integrados. Esta conjunción da lugar a reacciones manifiestas y
latentes de gran intensidad y variación.
Los factores personales constituyen un conjunto de variables cir-
cunstanciales que interactúan con la estructura típica de cada analista.
Podemos describir tres tipos de factores: 1) factores que son cons-
tantes; 2) ciertos factores que son variables, de intensidades diferentes;
3) losIactores que no están presentes, pero que pueden, irrumpir cuando
la situación está acondicionada de alguna manera. '
, Hay algunos aspectos de similitud entre F(I) y F(ill);- serían 'los as-
pectos más evolucionados de F(III), 'ya citados; pero también hay seme-
janzas entreF(lII) y F(II), ya que ambos están en interacción (resonancia)
con el mundo externo él través de mecanismos de automatismo, intuición,
etcétera, aunque el quantum y la forma de reaccionar son distintos para
cada' uno.
La ideología analítica e':l F(III) está subordinada a laacción lrrup-
tiva de factores circunstanciales: En el caso "ideal" de que fuese' fac-
tible detectarlos a todos, se podría estudiar la correlación gene~al que
existe entre la irrupción de factores ideológicos y la forma en que un
analista actúa.
Resumiendo: en la vida privada del analista, 1) ciertas estructuras
se mantienen constantes y se correlacionan adecuadamente con la fun-
ción terapéutica; 2) otras estructuras son más fluctuantes y podrían (o no)
ser 'manejadas. Por ejemplo, ciertos prejuicios que se podría dominar son
los que están relacionados parcialmente con el- gusto estético, cómo ocu-
rre' cuando al analista no le gusta el 'color de la' corbata del paciente,
etcétera.
r:Ó '. 'Si.los factores de' F(lII) fuesen invariantes 'podrían ser manejados,
pero 'lo lrnprevlsto o variable' es más difícil de controlar y esto dificulta: la
222 obtención de cortetaciones.tlpióas. 'Por ejemplo; una sesión diaria común
Cómo se originan las interpretaciones en el analista
es diferente a sesiones de un día de conmocron política nacional (por
ejemplo, revolución), o de un día de un acontecimiento luctuoso ocurrido
al paciente.
Cuando irrumpen estos factores circunstanciales, no se los puede
manejar porque son muy fluctuantes y no hay correlaciones conocidas.
En otros casos ni siquiera son detectables, pero pueden originar pertur-
baciones notables en las interpretaciones y dan lugar al surgimiento de
marcadas perturbaciones en el campo.
Algunas generalidade,s sobre las funciones yoicas
(I, 11 Y 111)en el Yo como totalidad
Las tres F del Yo total interactúanentre sí, asumiendo cada una,
en distintos momentos' y circunstancias, un rol predominante en lo que se
refiere-a cómo surgen las interpretaciones en el analista. Los problemas
metodológicos se relacionan especialmente con aspectos. explicativos e
instrumentales .de la interpretación. Por ejemplo, la determinación de
cuáles, son, entre los factores presentes, los predominantes para la elec-
ción de hipótesis explicativas; el estudio de la acción de las interpreta-'
ciones sobre el paciente, etcétera.
Teórica y técnicamente se plantean varios problemas:
a) 'Cómo elige cada analista, o sea cómo I.e surgen las interpre-
taciones.
Un problema importante se refiere a-cuáles y cómo son las leyes
que rigen y regulan la acción de los factores entre sí; qué es lo determi-
nante' para que en un momento dado se elijan ciertas interpretaciones y
no otras; para que' en un momento se atienda a un material y no a
otro, etcétera.
Lleqarnos .a la conclusión' de que en cuanto a la elección de las
interpretaciones cada analista elige a su manera, pero este aparenté
"azar" está Vinculado a toda la teoría analltlca, a la historia del analista y 223
Joel Zac.
asu relación con el paciente 8. En relación con el aspecto instrumental,la
elección de la interpretación puede o no ser adecuada; lo mismo es válido
para la interpretación en sí misma.
, b) Las consecuencias de la acción. interpretativa: debemos distin-
guir los emergentes de la .acción interpretativa en totalidad, de los que
aparecen en el momento en que "se emiten las interpretaciones" 11.
Metodológicamente haremos ciertas distinciones concernientes a
las funciones del Yo. Al asumir el rol soclal determinado, los factores de
personalidad se reordenarán en varios centros polares que delimitan tres
tipos diferentes de función.
1) En F{I) se reúnen de algún modo factores racionales, de' voca-
ción científica, intención crítica, corroboración o refutación (testeo), capa-
cidad 9 disposición para la lnvestlqaclón, capacidad para formular hipó-
tesis científicas. .,'
En los otros dos polos o centros hay ciertas leyes de conducta más
o menos automática, que empiezan a desarrollarse en una situación de-
terminada y que pueden ser influidas po~ factores racionales ..
2) En F(II) se reordenarán todas las variables que comienzan a
configurarse en el Yo, que son automáticas pero pertinentes (relevantes) a
ia situación pslcoanalttica misma, donde no 'entran aspectos observacio-
nales críticos, etcétera, sino ~n tipo de relación causal. .
3) En torno de (FollI)' se reordenan los factores episódicos y pri-
. vados que carecen de la necesaria constancia como para volverse pa-
rámetros.
Cada función yoica puede "infiltrarse", actuar y provocar pertur-
baciones en las otras.
Usaré el término "porosidad" para referirme alas tendencias de
las funciones yoicas para "infiltrarse"o ser "infiltrada" por otras.
La distinción entre F(I) por un lado y F(II) Y F(lII), por el otro, es un
tanto' nítida. La "porosidad" es gobernable'y poco significativa: En cam-
bio la distinción. entreF(II). y F(lII) resulta más difícil: ambas constituyen
2,2.4 un 'agrupamienfo:co'n clerta.t'porosldad" permeable yñuctuante.
Cómo se originan las interpretaciones en el. analista
" Desde.otro punto de vista podrta.dectrque la personalidad, en el
aspecto no crítico, comprende '10 ·que .descríbtré . como .las: formulaciones
del "cómo, soy" y. ','cómo. estoy".: La prlmera' se define. coniofunción
constante correspondiente a .la personalidad total y. su .relación con el
ambiente, sus factores son, permanente (constantes); no son. nicircuns-
tanciales ni fluctuantes. La última se refiere a una función circunstancial;
son parámetros accesorios, no gObernabJes .que no corresponden a la
estructura de la, personalidad. ' Son-tfactores aleatorlos incidentales y
accidentales los. que hacen y danuna idea del "cómo estoy".
. Los factores del "cómo soy" comprenden dostiposcpertlnentes y no
pertinentes -aIa sestón. EnF(II) los factores corresponden a 'reacciones
más o menos tiplcasque empiezana construirse en: la, personalidad. Son
automáticos pero hacen el papel; hay, variables constantes 'i pertinentes,
y otras nleiqulera pertinentes. En F(III) 'los factores -pueden ser pertl-
néntes-yconstantes o- no, pero-perturban ,'el·proceso:' debieran sér corre':
gidos para ser evaluados pbrF(I),..' ,
J'
Sobre el origen de las: Interpretaciones
a) En F (1) el analista reúne observaciones y .experlencias clínicas
pasadas, suyas y de otros, coleqas; hace; inducclones, forja hipótesis que
luego va comparando, testeando y corrigiendo si es necesario. Construye
explicaciones para comprender la conducta del paciente y su personali-
dad como totalidad. El campo de la-tarea es' a la vez explicativo e
instrumental, lo que permite inferir y predecir la conducta futura.
Metodológicamente" la idea básica .es 'que la interpretación cons-
tituye una explicación como' cualquier otra explicación científica, que se
ajusta a las reglas del método cientrfico:"
, En síntesis; el. analista opera ccmo-unclentíñco usuario del método
científico. 225
JOel Zac
b} .En, F(II) las' lnterpretaclones surgen por mecanismos latentes a
través .de 'intercambios dinámicos' entre analista y paciente; tiene poco que
ver 'con el 'método científico; que es' sustltuldo por mecanismos automá-
ticos o irracionales como la intuición, la simpatía; la empatía, etcétera. Es
decir que hay una fuente :de conocimiento interpretativo que debe ser
criticado. por ;:F(I}.'
S'eparando el material significativo del, que no lo es, pueden formu-
larse interpretaciones bastante adecuadas.' Un 'problema metodológico
que se plantea es cómo el analista' puede por' F(I} diferenciar entre el ma-
terial significativo yel distorsionado (el' acting out,' etcétera). Un buen
, adiestramierito facilita' a cada analista manejar dichos factores en su' mo-
mento oportuno; Dejará que 'actúe libremente un mecanismo de detec-
ción, como si F(II} funcionara a la, manera de una especie de brújula cu-
yas mediciones tienen que someterse a otro' tipo de mediciones (contro-
les) que realiza' F(I}. Su obje,tivo consiste en descubrlr las leyes corre-
lacionadoras que facilitan la diferenciación del material que se obtenga en
interpretable o no.
La tarea se dificulta porque si bien F(II) tiene una ventaja: detectar
privilegiadamente el material latente del paciente,' puede encerrar un pe-
ligro: que los elementos distorsionado res perturben al analista en su com-
prensión del material. ' '
, El, anallsta.. a' través de lo .que llamaremos. "ojo clínico", constl-
tuteo- predominantemente: por, elementos de F(II}- y algunos aspectos de
F(I) y' (111) pero tnstrumerrtados operativamente ..por F(/), puede recibir la
información y "corregir" lo distorsionado. e,)
Solamente una gran experiencia del 'analista como científico per-
mitirá aprender algunas leyes sobre estos hechos Y separar, aunque con
dificultad, el material apto.para ser interpretado.'
En síntesis: el analista operacoino 'un ,'científico cuya ideolog'ía
puede, en distintos grados,' contaminar el campo, aunque ,el "ojo clínico"
226 podría evitarlo.
Cómo se originar) las interpretaciones en el analista
C) EnF(lII) en general encontramos Jactores más fluidos, nosiste-
matizados, variables, indefinidos (manifiestos 'Y.latentes)..
Algunos factores pueden ser relativamente éaracterísticos y típicos
de ciertos analistas y otros 'son circunstanciales. Otros factores, en deter-
minado grado de cantidad o calidad, pueden ¡legar a irrumpir violenta y ma-
sivamente, distorsionando la interpretación y provocando perturbaciones.
Esto impide establecer leyes' y correlaciones fijas para solucionar
·Ias alteraciones, o sea que se interfiere con gran. intensidad la selección
del material útil para una interpretación operativa.
En consecuencia en F(lII) las interpretaciones surgen como en
F(lI), pero hay muchas más perturbaciones. Los mecanismos obrarían' de
manera automática, irracional: por resonancia, etcétera, 'como en F(lI),
pero en F(III) se diferencian en cantidad y calidad por sus caractérístlcas
propias.
Por I~ tanto, en F(lII) es más difícil descubrir las series de corre-
laciones y leyes que pueden esclarecer el material para Interpretar, que
en F(I) y F(II). Las diferencias son: a) con F(I) en que el método defini-
torio del psicoanálisis facilita la clarificación del material para interpretar
más científicamente, b) con F(II) en que la experlencla.vel-t'o]o clínico",
puede sustituir parcialmente la carencia de .una metodología reglada..
La semejanza parcial entre interpretaciones surgidas de F(II) y de
F(lII) dificulta en ocasiones diferenciar el origen de ambas. Se plantean
dos posibilidades: a) que el analista pueda diferenciar las de F(lII) de las
de F(II) pero no las puede instrumentar adecuadamente. Metodológica-
mente serán interpretaciones inoperantes; b) que el analista se confunda
y tome las interpretaciones originadas en, F(lII) como si fueran prove-
o '., •
nlentes de, F (11). Metodolóqlcamente estas Interpretaclones se transfor-
man ~n .inadecu~das, con vartaclones en ~u slqnlflcadoy orientación (per-
secutorias, aplacatorias, cómplices, etcétera).
El mundo privado del científico está integrado por sus intereses,
sus problemas, sus intenciones, etcétera, configurando aspectos que son 227
Joel-Zac -
perttnentespara la',tarea ,·tEmipéutica;·rnlentrasr otrO$<fáéf¿ir.es~'séríanlos
acontecimientos privados de.!.arialísta..« " " -.¡ .::',;.;,
. De·tal modo la función. F(III) .se.puede-caractertzaf como un con-
[untode factores que .intervienen en :la,aparición .y selección de material
y-en la for.mulación de: hipótesls, Sus acciones se 'deben a la presión de las
estructuras del Yo, pero .no son relevantes r.especto a,l proceso psicoana-
lítico mismo. Los acontecimientos personales, movilizados en el campo
• - • ¡ .' '. •
analítico .deberían quedar fuera.:f's~pr.imidos") de la situación analítica.
La atención que el analista. presta a·.un material .por cierta presión del pa-
ciente (resonancla con el paciente) es, sin. empargo, diferente de -la aten-
ción que 'puede prestar a: un material, por influencia .de un suceso privado
del 'mismo' analista. E~tos' factores personales pueden ser controlados,
pero: ennumerosas ~o'casioné~ no pueden ser "suprlrnldos" corno sería
deseable. . . . .'. " - . . . -
. Desde .otro ángulo, eJan~!i~ta desempeña el papel de un observa-
dor clentíñco.. en Un lugar .y un momento determinado. En consecuencia,
puede entrar. en resonancia con. factores que ·~rnergen de la sociedad en
que vive (problemas sociales, luchas generacionales, etcétera) que pue-
den conmocionar su función.
. En síntesis:· el. analista funcionará como un científico .amblcloso. . -. ' . - -..
(polltico). que ,"fuerza" conclusfones. previas, .fiJas,:en"resultados cien-
tíficos" .
l'
: •...
,
Ejemplo .clí~lC?o
.,fJ
',.'
A conttnuaclónIntentaré presentar un '~modeio,. lo titá,s comprlrnl-
do poslble, d~ la tarea "del ar{~frsta.! Llii' ~esi6n' está "resumida en -forma
tal que seplfede deilinHar qué se' le' asfgna' a' cada funci6n' del Vo: F(I),
F(II) Y F(lII). .: , . -:' . ') . : ".¡ ,_ .
'.. ' ." - r.,
228 t., ,_ ••... .»
Cómo se originan las interpretaciones en el. analista
Sesión del lunes
." ~ I '
• .' . ~., . ,. I • '. 1', :
1. El' paciente ~lIegóveinte minutes tarde.
2. ~~ estaba habl~~do' conel pedlatra que me decia que la tem-
• , ••. .,# '_,J' ' l.: I,.·¡, ...,. .' '
peratura de mi hija lo preocupaba, pero que de cualquier ma-
nera debíamos esperar. Me sentía mortificado. por haber hecho
esperar! al paciente cinco minutos más. ,
: ,3. ~~I-p:~~i,e~~~,I?~~t~stópor mi d~lw?r~•..~~ ,~n,:tório hostil. (Sus
acusaciones eran exageradas. Yo tenía "vistazos" de mi htja.)
4. Silencio. , ,.'.
5. El paciente se quejó por lnii' falta de afecto. (Yo pensaba que el
paclente-éstabaeutrtendc; debido arnt. demora, al abandono
,-del fin. de semana.. etcétera.) " ,: .
6.Elpaciente:dijó quel, yo! era 'desconside~ad~ 'y agresivo con él.
(Yo no lograba entender todavía el material con suficiente cla-
ridad.)
7. Silencio, "',
8:' :Comprend¡:rri~jo¡: la. relación de 'transferencia y traté de eva-
luar crttícamente «irmaterial. (Interpreté mis reacciones y tas
del paciente.) (~:'•
1-2.
F(II) F(lll)
Yo estaba. preocupado por-
que r10P9~Uaver a' .ml hija.
, Yo me sentía preocupado\ 1"_.•,.~
por haber hecho esperar ~I pa-
ciente 5 minutos. . .. - .-
l. 229
Joel Zac
F(I)
Pude observar lo siguiente: a) Estaba preocupado por la tempera-
tura de mi hija y por la falta de un diagnóstico definitivo; .b) estaba in-
tranquilo por haber hecho esperar al paciente.
3..
F(II)
: sentr que ·sus acusaciónes
hostlles eran 'exageradas ... :
F(J 11)
Tuve "vistazos" de mi hija.
F(I)
Pude observar lo siguiente: a) El paciente tenía razón al protestar
sobre mi demora; b) su hostilidad era exagerada; e) el paciente omitió
mencionar su. propia demora (20 minutos); d) tuve "vistazos".
4-5.
F(II)
Sentí que su tono era más
depresivo.
F(lII)
Sentf que mi hija necesitaba
ser atendida.
F(I)
Pude observar que el paciente estaba sufriendo y necesitaba
afecto.
6.
230
F(II) ..
Sentí. que su enojo era in-
tenso y que no me permitía pen-
sar con claridad sobre lo que
tenía lugar en la sesión.
F(III)
.Sentí que el paciente no era
justo conmigo porque me acu-
saba de ser hostil sin tener en
cuenta su propia demora.
Cómo se originan las interpretaciones en el analista
F(I)~..
Observe que: a} Eí enojo delpaciente -me recordaba 'su demora;
b) esto in'e hacía pensar enuna 'serié de' abaridoncsct) mi demora de
cinco minutos; 2) era lunes después de un fin .q~semana, etcétera.
. 1,
7-8.
F(II) FOil)
Estaba preocupado por la
temperatura de mi hija y por el
enojo del paciente.
Yo sentí que la hostilidad del
paciente era una especie de
venganza.
F(I)
En ese momento comprendí con mayor claridad su hostilidad. Apa-
rentemente se sentía maltratado (mi "agresividad" y "desconsideración")
al hacerlo esperar, y más profundamente ("explicación") su llegada tarde
era una contrapartida de su sentimiento de abandono y rechazo, lo que
despertaba su enojo y su agresividad.
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232 ". -.. ~ •• !;:: •••
Comentarios y contribuciones
José' Bleger
. ,IEI 'trabajo ..del doctor Zac -entoca un tema relativamente poco tratado en la lite-
ratura: pslcoanalltlca y que tiene -no obstante-vJndlscutlble importancia: nada menos
que el, cómo se originan -ías 'interpretaciones en él'~arialistai En este sentido,amplfa la
célebre y reconocida: "dlsoclaclón olnstrumental" del 'analista auna triple disociación
y al aporte de un "Yo privado" o también llamado "F'III",
Este aporte tlene interés, :vigencia y -validez metodológica y ,creo que este último
es' uno de Jos sentidos: fundamentales .de dicho, estudio; lo veo cuando ya desde el co-
mlenzo recuerdaIa importante ,diferencia .entra.Ia interpretación como comprensión-expli-
cación .y-,Iainterpretación .como instrumento, :e Involucra fmpllcitamente la discriminación
entre..adecuación O validez y eñeactao ineficacia.
,El .desarrol!o inmediato que .se-haee de :esta cuestión no resulta, sln embargo,
totalmente .claro y.a que, contra , lo prevlsto, ~I autor no, .se dlspone a examinar cómo
$1,Hgeel. aspecto el.<pJica!iv.od~ la intexp.r,etación.sinoul)a ,de las implicaciones del
"uso instrumenta]". Por el curso que sigue,'jm.e,.¡:¡¡:¡re~e)Il.dudable que :e,1propósito es ,
el~d~ i.r¡dag.a,rcómo-se origina en el -.l¡Inli.li~taJ~ cOl)1prer:!~iónque él a!can.z.a.<;Iela con-
du~tad!?1 papie.n~I:;,ynoel "uso instr!-!rT1~n~al".de I¡:¡ .in'terpret¡:¡ción.La cuestión daría
roda la -razón al 'autor si .hlclera .tarnblén..unadiferencia ,entre la comprensión-explicación
qúe"logra ,el pslcoanallsta y Ja .inte'~pretación.que :forrriúia. É.st~s cuesttones tienen, a
'mi entender, metodológicamente" mucha' importáñéiá' 'yen - 'esto coincido con Zac. En
sfntesis, en lo que ¡:¡este punto respecta, nó veo, con claridad que el problema (cómo
se brig¡!1a la interpretación en él analista) corresponda al "uso instrumental" de la
Interpréiaclón, Más: 'bien' parece todo lo contrario. .
: La lectura total del ~po'rte deja la impresión de un ajuste de cuentas, balance,
l·' . "
categorización y ordenamiento de los múltiples y compíelos factores que 'intervienen en
'el analista en cuanto persona con su vida propia, -privada o personal y en cuanto al rol
o funció~' que ejerce. Pero más 'que' cÓmo se 'óriginanlas interpretaciones parece plan-
tearse dónde.' Zac d~scribe -ei,,'icampo' de 'juego" y: las: "piezas" que 'intervienen en el
complicado '''jüeg'o''deHnterpretar: o, mejor dicho,: del comprender-explicar que forma
parte del interpretar.
. : Posiblemente~la' 'falta de -tiempo o espacio .justifica que se dejen sin desarrollar
algunos problemas muy correlacionados y .desumo .tnterésque, aveces, se rozan en ,el
trabajo, tates .corno, por ejemplo, .cómose insertan 'en ese "tablero" .formado por las .dlso-
claclones ..'del'"Yo,'la contratransferencia, la -contraldentlñcaclén.: el insight del ana-
lista, stcétera.. , ,.. .
, Aunque da problemática' está; .en; este .aporte, .centrada .en. el analista, meparece
que :habrfa ique. insertar el. "tablero" sen el. campo total de .la. situación analltica, .porque
la vida, Rr.ivadadel. ian.alista.Jntervlene orqanfzando.cet.campo .de.ja relación .terapéutlca 233
Comentarios y contribuciones
234
pero al mismo tiempo constituye un emergente: se activa algún aspecto de su vida pri-
vada en tanto elemento significativo de la situación del aquí y ahora. Tomando el ejem-
plo cHnico que aporta, la sttuaclén privada previa Interviene pero al: mismo tiempo -lo
específico que íntervlene-« es, indicador .deun significado del. campo presente. La se-
leccíón no es solamente .una selección. del analista con evitación de. otros aspectos, sino
una selección hecha por el campo actual. A mi entender, no se la puede tomar, en la
relación terapéutica, como un hecho externo que "tiñe" de, manera particular el material
presente o como una adición molesta (aunque subjetivamente pueda molestar).
No creo que corresponda a la realidad teórico-técnica el formular que el analista
trata de "suprimir voluntariamente" los diversos .roles que corresponden a lo que se
designó como "Yo privado". El aprendizaje 'i el asumir el' rol de analista no -significan
"suprimir" otros roles ni tampoco implica que' el psicoanalista (tal como todo ser hu-
mano) no pueda tener en un momento dado un conflicto de roles. Cuando el psicoanalista
trabaja como tal, el rol de psicoanalista se inéluye entre 16s roles que forman 'parte del
"Yo privado". Todo lo que incluye el "Yo privado" puede servlsto en función del propio
psicoanalista en sí mismo'; pero,' en tanto origen de las interpretaciones, F 111no puede
ser considerado fuera' del campo' presente de la interacción analista-paciente. No puedo
coincidir con Zac cuando hablando de F m afirma que "los acontecimientos personales
que son movilizados en el campó analítico, deberán quedar fuera (suprimidos), de la sí-
tuaclón analítica". Pienso que 'no se debe tender a suprimirlos sino' a utilizarlos, lo cual
no quiere decir que sean "cohfesados" al paciente.'
." '.
.No me resulta 'dJ¡ todo convincente la hipótesis de que el. Yo observador, ra-
-' " ,';1" ,
cional u observador-crítico sea el que comprenda y elabore el material, según lo carac-
teriza Zac. Más bien veo que este Yo 'es un Yo que razona,' que justifica y racionaliza,
pero 'no que piensa y por 'lo tanto, tampoco que comprende. Este mismo Yo, d'Ice Zac,
"observa y, registra la conducta del paciente (campo externo) y la. del analista (campo
'interno)"" pero para mí, la observación y el registro de datos en el campo de trabajo
son 'posteriores a la intuición y a la comprensión global; el trabajo ,de observar y re-
'9istr~rsehace sobre la comprensión intuitiva ya alcanzada., aunque la didáctica de la
exposición pueda exigir un camino diferente.
En esa, misma afirmaclóntranscripta, me resulta muy difícil poder admitir una
descripción del campo en el aquí y ahora desde el ángulo de la comprensión y al mismo,
tiempo ,dife~enciar:un' "campo externo" y un "campo interno". Esta última es una des-
-cripción naturalista de la tarea del terapeuta, una tarea que se realiza. desde y con la
comprensión fenomenológica (no fenoménica). Por eso entiendo que Zac . incluya como
primero el registro y la observación de datos y luego (y como: consecuencia) la com-
'prensión, ya que está utilizando, un punto de vista-»naturallsta (casi' empirista, diría),
mientras que la comprensión de la comprensión no puede sino 'ser fenomenológica.
Comentarios, y contribuciones
De igual manera, el factor "ideología" queda en el trabajo de Zac muy limitado
en su definición, ya que no incluye la ideología implícita en cualquier rol y en' todo
comportamiento,' y sólo, involucra la ideología en tanto "ideas o sistemas de ideas".
Queda claro, talcomo, lo dice ,el mismo trabajo, que se habla de "ideqlogía personal
conecíente" (el destac~~o es mio). Y. en esto radica la limitación que objeto. Este ca-
pítulo merecería una discusión en sí mismo, yª, que no concuerdo con que únicamente
la ideología "profesional" es la que existe en el campo de trabajo y que la "ideología
personal", aparezca -sólo como interterencla o ..prejuicio. Todo lo contrario: el. analista
evita la, explicitación de su ide~logía o i~eqlogías (ytécnlcamente es lo que corres-
ponde), pero esto no quiere decir ,que s~ ideología o Ideoloqías no se hallen implícita-
mente involucradas en su quehacer, en sus ifl.terpretaciones, en el contenido y la forma
de 'las mismas, en lo que toma y, omite..del material, etcétera. Justamente Zac omite
este factor (ideología) cuando examina rápidamente e¡ "azar" aparente, de 'la elección
de la interpretación que queda vlnculada '''a toda la teoría analítica, a la historia del
analista y a su relación con el paciente", y lo rnlsmo ocurre cuando se define que "el
analista opera como un científico, cuya' ideología' puede, en distintos' grados, contaminar
el campo", Es decir, otra 'vez la id,e:ologiaaparece. como "contarnlnando" y se deja sin
considerar la ideología implícita de la CUElI ,ningun~ actividad' está Íibre (ni la del psi-
coanalista). • '
Hay en el trabajo :algunos desarrollos' que son muy difíciles de entender, ya
sea porque 'no están bien formulados, ya sea porque faltan otras aclaraciones que no se
exponen; así, no puedo '--Elntre -otros=- comprender el párrafp .que se refiere al "cómo
soy" y al "cómo estoy". De igual forma, su conclusión no'. me resulta comprensible
cuando dice: "En síntesis: el. analista' funciona como un ciehtífico ambicioso (político)
que 'fuerza' conclusiones previás, fijas, en'resulíados científicos'" (el destacado es
del autor).
No puedo sustraerme' a exponer mi diferencia de opinión cuando Zac recluye
el método clentñlco a FI mientras que en FII los "mecanismos latentes, a través de
intercambios dinámicos entre analista y paciente", según el autor, tienen "poco que ver
con el método clentltlco que es sustituido por mecanismos automáticos o irracionales
como IaIntulclón, la simpatía; :la empatía, etcétera". He' desarrollado en otros escritos
, justamente todo lo contrario: n9 se puede en 'ningún campo investigar sin la presencia
de lo que aqul Zac llama Fil. '
Planteado globalmente, veo en el .aporte de 'Zac una sistematización didáctica y
metodológica de la comprensión que lleva aTa interpretación. Creo que estará de
, acuerdo conmigo eh considerar que la teoría que expone tiene un valor heurlstico, o
sea, es una hipótesis de trabajo.
235
Comentarios ~ycontribuci()nes
L. A; 'Chiozza
El trabajo de Joel Zac enfoca un tema de importancia fundamental para la teoría
de la técnica: el origen de las Interpretaclcnee. Hace algunos años estudiamos ese
tema con- otros colegas y con especial dédicación 1, 4,5, 6, '1, 8; por eso me resulta par-
ticularmente, grata la oportunidad de volver sobre el mismo a través de la lectura y el
comentario de este interesante articulo de Zac.
Dados los límites naturales de .un comentario como el que nosócupa, elegiré
para efectuarlo dos problemas entre las numerosas cuestiones que puede despertar un
tema que está situado en el epicentro de la técnica.
La primera 'cuestión que deseo comentar atañe al uso del perisamiento racional
mientras se origina o se construye la interpretación en el ámbito de la actividad cllnlca
psicoarialitica *. '
Procuremos comprender, a la luz de los conceptosfreudianos, cómo se originan,
en el analista, las interpretaciones.' .
Usando ·palabras de Freudpodemos decir .queparapoder interpretar, "debemos
suspender -nuestro juicio y prestar atención ,imparcialmen'tea cada cosa que aparezca" 1.1,
que el analista "no ha de tolerar 'en sí .reslstencla ninguna que aparte de su conciencia
lo que ha percibido por medio de lo inconsciente" 12. El analista debe "orientar su in-
consciente hacia Jo inconsciente del paciente" 12 ya que "el ,p,siquismo lnconsclente del
médico está capacitado para reconstruir, con los productos del inconsciente que le
son comunicados, este.: inconsciente, mismo que ha .determinado las ocurrencias del
sujeto"12.' " "
La interpretación, 'o por io menos aquello que podemos considerar su .núclso
básico, surge en la consciencia del analista medlante un mecanismo análogo al de la
formación de los sueños, y ante una condición de "regresión" creada por la regla de
abstinencia, según la cual el analista no actúa y se limita a interpretar. Esta última
condición ha, sido conceptual izada por Freud 10, cuando afirma que el bloqueo de la
acción imprime una dirección 'retrógrada a los procesos de excitación, reactivando de
esta manera las huellas mnémicas asoclatlvamente conectadas.
Integrando las afirmaciones de Freud acerca de la atención flotante, con los
conceptos vertidos en "Lo inconsciente", "La represión" y "La dinámica de la transfe-
rencia", podemos afirmar que la interpretación surge en, la consciencia del analista
,236
Utilizaré, con ese fin, la transcripción casi textual de algunos párrafos o conceptos vertidos, en dos
trabajos',5 que fueron escritos 'en 1966, luego 'del tiempo 'transcUrrido. 'lnslstlrla menos en el mo-
delo económico (aunque lo, considero útil) y subrayárlamás '(influido .por el pensamiento delacan)
el valor de la palabra por su función estructurante del orden soclal :o(ysu cambio) en el ámbito Indi-
vidual. Insistiria también con más énfasis, a partir del estudlos realizado por Cesio y colaboradores,
en el papel que desempeña la interpretación verbal como frustración del cumplimiento de deseos que
la transferencia implica. Sin embargo estoy de acuerdo, en lo esencial, con el contenido de esos
trabajos realtzados en 1966. Para facilitar la lectura de 'este comentario omitiré las comillas y las
continuas referencias al lugar de origen cuando se trate de los dos articulas menclonados.
Comentarios y contribuciones
-como un derivado asociativamente conectado con algunos' elementos de su: propio in-
consciente. Estos elementos, reactivados por su ldentlflcaclóri con el paciente y slml-
tares 'a los que el paciente reprime; continúan reprimidos en,'el analista y desplazan su
carga sobre 'el derivado que constituye la interpretación" Pero en virtud de la mayor
permeabilidad de su aparato' psíqulco, o sea su menor' grado' de represión, el analista
logra unarepreseritación' más "cercana" a los elementos 'lnconsclentes reprimidos, que
el derivado que constituye el contenido manifiesto en' él material del paciente,
, A este .rnécanlsmo alude' Freud cuando 'expresa; refiriéndose. al análisis de los
süeños.: que en algunos casos 16. (pág. 109): "en Jugar del sujeto es el analizador el que
a ellos" asocia bien' definidas ocurrencias".
" 'El derivado, que penetra en la consciencia' del analista 'como: una "bien definida
ocurrencia" constituye lo que' hoy denominaríamos una ocurrencia contratransterenclat ir,
cuyas, vinculaciones' con el paciente permanecen -todavla oscuras. Este 'derivado puede
adquirir tambléri la, forma de una más' 'acabada interpretación,' en el, sentido de poseer
desde, uñ -prtnclplo "caractertstlcas 'que nos llevan a sentir' que el' contenido que hemos
expresado en palabras corresponde a lo latente del' enfermo. Esta última característica,
sin embargo, puede ser 'vista como el'emergente de una determinada posición contratrans-
terencíat 11 y, en ese sentido esta' variante no es ni más' ni menos' "objetiva" que la
anterior,
.t ", parecerianiás prudente afirmar que el derivado que surge en nuestra consciencia
constituye el material' o núcleo de la interpretación, pero no la interpretación misma.
Ferenczfexpresa que: "el médico debe examinar lógicamente 'el material proporcionado
tanto por el paciente como por él mismo, y en sus relaciones y comunlcaciones debe
'dejarse' guiar exclusivamente por los resultados' de' este esfuerzo mental" (destacado
por, el autor) 9~ ,
~ . - o:: Aunque no 'sé si Zae "suscrlblrla totalmente esta' formulación de' Ferenczi, su
pensamiento, cuando nos habla de la función' yoica que caracteriza como' "observador-
cntlcó", parece por momentos' coincidir con la misma. Cito; por ejemplo, tres párrafos
que pertenecen a! apartado titulad'61' "Sobre' el origen de las interpretaciones": "la' in-
terpretación es una explicación como cualquier otra explicación clentítlca", "el analista
opera como un clentítlco usuario del método científico", "hay' una fuente' de conocl-
miento interpretativo que debe ser criticada", Estoy' de acuerdo en que el conocer que
se '1o'graa través del' psicoanálisis participa de los caracteres de la Ciencia, Estoy de
acuerdo' también con la descrlpclón que hace Zac del ,Yo "observador-crítico" y con
las distintas funciones parctates: que lo integran, Es' decir, mantener el encuadre, obser-
var y registrar la conducta del paciente y del analista, comprender' y elaborar el ma-
,terlal, producir' interpretaciones: que actúan sobre el, paciente y testearlas posteriormente
en sesión. Mi duda se centra en el grado de consciencia que debe alcanzar esta actividad
en el momento de la terapéutica pslcoanalltlca, Cabe' dudar, en efecto; de que durante '237
-Comentarios y centrlbuclones
238
el origen yla formulación' de la tnterpretactén, en el-momento en que' se' ejerce la ac-
tividad clínica, las cosas deban- ocurrir de acuerdocon la postulación' de' Ferenczi. Aunque
Zac no' se pronuncia explfcitamente 'sobre el partlcular.ila- lectura de su trabajo deja la
impresión dauueau pensamiento coincide con lo expresado por Ferenczl. El tema me
ha parecido. lo suficientemente interesante como para incluir aquí algunas reflexiones que
'nos permitirán continuar' internándonos -otro poco, . llevados de lamano por Freud, en el
proceso mediante el' cual se "Originan las" interpretaciones. ". ;:'
Tal .como ocurre' con 'el contenldo'v manifiesto' del sueño, en el. material" brindado
por 'la atención flotante participan la elaboración primaria y la elaboración secundaria,
combinadas en distinta proporción en cada casó; La 'primera; Según 'lo expresa Freud:
"No piensa, calcula .nl .juzga;. se limita 'a transformar" 10 (pág. 512). La 'sequnda, equi-
parada por Freudcon 'el, pensamiento "despierto" ,'o . raclonal .preconsclente, 'opera de
tal, manera que "elsueño pierde su- primitivo .aspecto absurdo e incoherente '.y se apro-
xima aua 'contextura de"lln"suceso: rácional"lO'(pág:' 504);: Médlante-esta velabora-
ción .secundarla: "la' instancia"psiquica q'UÉ!ejerce> la censura participa también regu-
larmente en la ,formación de los sueños" 10 (pág. ·503).. A: esto' podernos añadir que du-
rante .Ia -formulaolón de 'la lnterpretaclón se cumple el' mismo proceso;' de manera que
la intervención del pensamiento racional' preconsclentevasequra la 'participación 'del
proceso secundario en el emergente de la atención flotante.
Cuando construimos una interpretación a partir del -materlal -brlndado por la
atención flotante, que puede lmpreslonarnos como .incoherente y absurdo, tendemos, por
impulsos -de- la 'resistencia, a someter· ·prematuramente ese material a una. elaboración·
secundaria, consciente.
Freud expresa: "Unafimclón intelectual que nos es inherente,' exige de todos
aquellos objetos de nuestra percepción o nuestro pensamiento de los que 'llega 'a apo-
derarse un' mlnlmo-de-unldad-vde coherencia y de; lntellqlbllldad,. y no teme establecer
.relaclones inexactas cuando- por circunstancias "especiales' no consigue aprehender las
verdaderas".15 (pág .. 470). En .la "Interpretación de los, sueños'! dice: "la, instancia' psi-
.qu lea 'que aspira-va hacer comprensible :el. conterii90,;¡lma,nifiesto.y lo~ somete con -ese
.ñn ·a' una primera interpretación, a consecuencia de la cual- queda más dificultada -que
nunca su exacta inteligencia, no' es otra, que. nuestro 'pensamiento normal'~ (pág.· 509).
La "exacta, inteligencia" a la cual' Freud alude se ,obtiene, según los' cánones
que, nos transmite con respecto- al análisis de los sueños,' cuando la "abollclón de! re-
chazo intelectual" logra la atluencla de un número 'suficie.nte. de- derívados que, aso-
.clados entre, si, cobran.un- "sentido latente inteligible" queríeshaceIa primera aparlencladel contenido' manifiesto. t-,
.:....-, Esta-"exacta' 'inteligencia"¡ éomo es inevitable dentro del inacabable "reticulo"
'de 'contenidos latentes.e es' una nueva representación sustitutiva .en la cual la resistencia
participa.' precisamente con - esa elaboración! securidarla ique: le 'brinc;\ael pensamiento
Com~ntar.io,s.y eontrlbuelones
racional. Pero es importante tener en cuenta-,queFreud: hace 'una distinción entre una
prematura. interpretación 'dictada por' el pensamiento" racional .y ,esta "exacta inteli-
gencia" que surge luego de una -Iase previa y suficiente de..abolición del rechazo ínte-
lectual consciente.
-Con-esto llegamos al punto nodal ele la cuestión planteada.
Podemos .preguntarnos cuándo es prematura la intervención de nuestro pensa-
miento .raclonal y cuándo es suficiente' la fase previa de abolición del rechazo intelec-
tual. Pero el problema fundamental surge cuandoynos preguntamos si en ese "cobrar
sentldo jlntellqlble", según el cual adquiere coherencia el material mediante la inter-
vención del pensamiento; racional, es deseable O' no. que participe el. pensamiento ra-
cional consciente. '
, ': Nuestra conclusión, expresada en 1966, insistía en que debemos mantener la
"abolición del rechazo intelectual" todo, el tiempo que sea posible, y centrar nuestro
esfuerzo en mantener' en la consciencia los derivados que en, ella van surgiendo. Apo-
yándonos en 'la' metapslcoloqla . postulada por Freud sospechábamos que el material
cobra un sentido inteligible desde nuestro preconscJenle de una manera, espontánea
inevitable,. y .que .este espontáneo sentido inteligible constituye ya casi. totalmente la
formulac,ión de: I~ .Interpretaclón., ' , " . , .
. Pensamos entonces que si la interpretación as! surgida no logra, por. obra de la
contrarresistencia, atravesar .la represión en un graqo suficiente, la intervención de nues-
tro pensamiento I?gico es incapaz de, mejorar la situación, y que. esto último puede lo-
grarse mediante la reinstalación de la atención flotante y el centrar nuestro esfuerzo en
conservar en la censelencla los deriyados que en ella van surgiendo, según la técnica
descripta por Freud en la .interpretaCión de los sueños. Encontramos en él un pensa-
miento 'semejante cuando ~fi':ma "puedo asequrar que 'nunca tenemos que arrepentirnos
de habernos decidido', a ~onfiar en nuestras propias afirin~éiones teóricas y habernos
forzado a no disputar a lo' .inconsciente la dirección de' la s!ntesís" 14 (pág. 320).
Así, desde este enfoque, 'la intervención del pensamiento racional consciente
durante 'la formulación de la interpretación, en el sentido 'que postula Ferenczi cuando
nos jnvlta a examinar lógicamente y con un esfuerzo mental' el material surgido de la
atención' flotante, se revela como una función que dificulta la "exacta inteligencia" que
s~jicit~ba Freud y constituye una expresión de la contrarresistencia inconsciente.
Sostener que la intervención del pensarnlento racional, mediante el esfuerzo de
razonar de manera intencional y consciente, durante el proceso' en qué se' gesta y se
formula la jnterpretaclón. en el tratamiento, es inconveniente, repugna, en primera ins-
tanela, a nuestro intelecto, y parece un planteo' ilógico y absurdo. Repasemos', por lo
tanto, los puntos que configuran la concfuslón de la hipótesis expresada. '
'1)' Cuando decimos ,que el preconsciente del terapeuta se halla dotado de una
, . especial . permesbllldad que es producto de su formación psicoanalftica 2, 239
Coméritáriós y contribuciones:
afirmamos implícitamente que esta fórmación lo dota también, a través de
su entrenamiento prácticó y dé sus' conocimientos teóricos, de una especial
modáiidad' dé' censura "preéonsciel'lte; cOdefermii1áda, entre otros factores,
por la regla de la abstinencia.
2) Hay casos' eñ que' la cenéura to represión que 'obra a través del pensamiento
raclonal precoñsclente :es capa'i 'de - proporcionar, al emergente espontáneo
as la atendÓri"flótarile,aqüel grado de 'coherencia 'suficiente para constituir
una adecuada' interpretación: '" 1"
3) 'Esta capacidad del ptécóhsciénte aumenta en 'Ia .medida en que progresa
adecuadamente' la formación del analista, y -proporclona las interpretaciones
que consideramos mejor ubicadas en el punto de urgencia, '
4) Aquéllos detectes' dé' 'fofñ1'aciÓnque' estructuran escotomas o modalidades
neuróticas' en el précdnsclente ' del 'analista, y qué aparecen en el emergente
de la átención flotante, se trasladan 'por' lo general a la interpretacIón, a
pesárdééjué .se .iñtenté -modificarlos' mediante el ejercicio de la reflexión
coñsciente'Clurante-is"fórmuláción de la misma. . . ..
5) Durante er: transcurso d~ u'~a ~esión trsóüentemente logramos 'cambiar de
una manera adecuada el contenido o la forma di algunas' lnterpretaclones
lnoperantes, 'Esté 'cambio: qu~súele átribuir~e á la acción dé nuestra reflexión
consciente, ~urge' ~~ la mayoría de los casos, cuando se realiza durante la
mi~rfta sesiÓh, como' resultado de 'una núevaintervención' de nuestro pre-
consciente.' :- ': - '.' .. .<. '.. . ~ - -' - , - . - .. - -
6) El pensamiento .racion,al,!=onsciehte, cuando adqulere la ..forma de un . razo-
namiento .lógico de,.c,ar$,cter,SIepuct¡vo,:por ejemplo, también pUf1deintervenir
en interpretaciones, adecuadas 'y exitosas" pero no constituye sin embargo
, ,_ .un elemento esencial durante la formulación' de. la interpretación, sino que
po~el contrario.sufi/e coloc~rse, al 'servicio de. .una _contrarresistenci~ exce-
siva. Puede entonces' ser equlparado .al, proceso de la elaboración secundaria
consciente de los sueños.
7) A partir de las consideraciones anteriores puede decirse que el análisis de
.Ia situación transferencial se halla.a "mitad de camino" entre la comunicación
de la ocurrenóiacontratransferencial y su elaboraclón consciente a través
del pensamiento lógico.
240
El segundo. punto que deseo ,com~ntar ,se refiere a la conceptualización que hace
Zac acerca de' lo .quadenomtna- "Yo .prlvado". .
Racker 17 (pág. 41), cuando se refiere al consejo de Freud de que el analista
debe ser: solamente "espejó" ,exp'resa: que este consejo fue 'dado en oposición a la
costumbre de algunos analistas de aquéliáépoca del cómlenzo,: de: contar .hechos de su
Comentarios y 'contribuclones
propia' vida a los' anallzandos. En este concepto éncontramos una primeradeHnición de
lo que debe entenderse por la vida: privada, del. .anallsta, Estamos de acuerdo en que
los recuerdos, las asociaciones, las sentlmlentos.: los intereses que surgen .en la mente
del analista frente al material de un paciente, 'adquieren a veces' una cualidad que los
coloca dentro de 'lo que configura la intimidad de una persona, el mundo que se del-
nomina privado porque habitualmente se priva a los demás del acceso a esta esfera del
-.Yo, Podemos ponernos de acuerdo' 'también en que el encuadre dentro del cual debe
tránscurrlr el prooesc tpslcoanalltlco vamplla' los, Ilmltes de . esta esfera privada del Yo,
y que, además, en determlnadas condiciones,' aquellas vivencias "privadas": que, surgen
en el analista durante Su trabajo clinico, 'pueden perturbar, el proceso. Freud sostenía
que el análisis didáctico encontraba su finalidad en disminuir este peligro. Racker des-
arrolló la teoría de la: técnica, y amplió' el terreno del psicoanálisis clinico, al demostrar
que la contfatransferencia, aun en el caso de ser neurótica, también podía ser utilizada,
mediante 'su inclusión en el campo observado, en beneficio del proceso.
, si, blen comprendo, basándome' en el concepto de "vida privada", la diferencia
que ,laí:: 'establece entre el "Yo privado;' y el "Yo lrraclónal'', mi dificultad consiste en
comprender la distinción que Zac parece postular' en cuanto 'a' la utilización técnica de
las viven9ias que pueden ser clasificadas 7~ una' u otra esfera. Su afirmación según la
cual: "Estos factores personales [se refiere a un suceso privado del analista] pueden
ser controlados pero no' pueden ser,' 'suprimidos' como' sería deseable", me parece dis-cutible, no sólo porque podemos preguntarnos acerca del sentido que, tiene desear lo
imposible, sino porque un analista que, dé acuerdo con lo que escribe Zac, Intentara
dejar fuera de la situación analitica los acontecimientos personales que son movilizados
en el campoanalftico, se encontrarla limitado en :su posibilidad de, comprender todo uri
sector del d'es~rrollo de 'la treneterencla-cóntratransterencla .. Recordemos a Freud cuan-
do' dice'i3: "Señálese un I~gar con derecho de asilo' e'n una ciudad y veremos lo 'que
tarda en reunirse en 61 toda la gente maleante por-ella dispersa" (pág. 341). En este
caso particular; y siguiendo su pensamiento, todo aquello que,' a' impulsos de la con"
trarreslstencla, intente permanecer lnconsclente, quedará sustraído del análisis mediante
e! recurso de adquirir la forma de un derivado preconsclenteretérldo a la vida privada
del analista, Creo que lo que venimos comentando es válido 'aun para el caso en que,
como lo expresa Zac, "La atención que el analista presta a un material" por cierta presión
del paciente (resonancia con el paciente), es sin embargo, diferente a la atención que
pueda prestar a un material por influencia de un suceso privado del mismo analista,",
Deseo aclarar más este planteo. Estoy, de acuerdo' en lo que podría llamarse
falta de' un "equilibrio objetivo" en ia atención que el analista presta a un determinado
rnaterla]. Lo que me interesa subrayar no es' solamente' que este equilibrio configura un
ideal en última instancia ímpcslbte, sino que precisamente los sucesos, privados del ana-
lista, presentes o pretéritos, forman parte del órgano de que éste dispone para captar 241
Comentsr¡Os':,y contribúcioneS'
242
la realidad: Si se trata de un .sucesc privado 'que por 'su carácter, de reciente y cualidades
pattlculares' .puede: perturbar el', proceso' -Icomo 'podría haber llegado a suceder con la
preocupación -por la' enfermedad 'de la, hija en el: ejemplo de Zac), configurando un esco-
toma en la percepción o un defecto en 'Ia, atención del analista, la idea de que puede
"suprimirse" el' recuerdo de' eS,te'suceso; dejándolo: fuera, de la consciencia o de la si-
tuación analítica;' no 'parece ser..pertlnénte. O .se trata de -uneuceso que por su natu-
raleza: determina que' el analista' suspenda esa' sesión" como es' el caso, por ejemplo,
constituido pór la muerte de un :familiar del 'terapeuta, 'o éste considera que el, grado
dé compromiso libidinoso que .le 'exige el .suceso "privado" es compatible con la pro-
sscuslón de 'su labor, y en 'esta 'última situación lo' más conveniente parece ser no dejarlo
fuera del "comerclo=asoclatlvo del analista >ni' excluirlo del 'campo ·de observación psico-
analítica¡'Alguien .podría tal vez objetar esto, dlclendor-ei hecho' de 'que permanezca en
la' mente' deb analista; durante su trabajo, el recuerdo de un/suceso privado, o -hecho de el
que aflore un interés determinado. no siempre 'es -contratransterencla, Si estudiamos en
función: de la totalidad -del campo.iel, proceso, mediante el cual se, excitar¡ (o perma-
necen, excitadas) .Ias _representaclonee-preconsclentes del·: analista; esta objeción no se
mantiene. Así .como admitimos -que- el ,material del .:paciente está codeterminado por su
relación con. el médico, debemos' ~dmiÜr Q4e, en todos los casos, en cada uno de
los conjuntos de 'representaciones. del ..anallsta- habrá algo,en, forma, contenido o se-
cuencia;que -corresponde a la lnfluencla- .querecibe del paciente., El mismo elemplo
que Zac nos aporta nos muestra cómo ,los distintos. derivados excitados en .la consciencia
del analista 'por la situación i'in ,toto;"confluyen por fin. en la interpretación "explicativa:~
sin que durante el .procsso de gesta~iórl- se.iexcluyera ninguno, Un razonamiento .aná-
logo 'parece-válldo -para los acontecimientos. privados del .anallsta que conflquran situa-
ciones menos' agudas que. la mencionada, entrando dentro, del .campo de los intereses
o ideoloqlas-personales de cada. analista. :Si este .últlmo considera que la situación creada
es incompatible-con el desarrollo de su labor, puede suspender o no ini~iar esta labor,
pero si por el contrario -consldera su labor. como viable, debe estar plenamente cons-
ciente de que sus intereses ,y su -orlentaclón Jdeolóqlca intervendrán permanentemente
en el .carnpo, .y su propósito' ha de ser lnclulr.este material en el proceso interno, (igual-
mente '''privado'') que realiza 'para construlr la. interpretación con .los emergentes de la
, aténclónflotante-. sin hacer en ese 'sentido, distinción alguna entre este y cualquier otro
tipo de derivado contratransferencial.
Dada+lá índole "de' este' .comentarlo he preferido utilizar el espacio disponible
para plantear mis dudas 'y las' reflexiones .en las, cuales se basan, dejando de lado, los
puntos de acuerdo, que son .numerosos. Deseo finalizar agradeciendo a, Zac y a la ini-
ciativa de la Revista de Psicoanálisis, la opcrtunldad-de-reetlzar este intercambio de ideas
acercade un' tema, que no sólo .es-tnteresante sino también fundar;nental.
',' .-,',
Comenta'rios' y .contribuciones
Bibliografía ,..1':' ". ¡ ~
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_ "."\ • _~ r '-~~: •
,o' • :. . ~. ; :.; ', .-: ~.'
">.1:" . . ~ " - 1; -- .,- -(
David Liberman'
244
"Comenzaré"mi 'partlclpaclóruren 'esta 'discusión dirigiéndome en la primera parte
al "lector" del volumen XXIX'é1el a'ño'1972'de la Revistá déPslccanállsls; A lo largo de
su .evotuclón el pensamiento pslcoanalltlco. argentino '"desarrolló ideas propias sobre
determinados aspectos deljrslcoanállsls.: Es ur:t¡proceso que ocurrió, y que continúa en
torma-Inlnterrumplda. Puedo ubica.r"altr§lbajo,;de~Zac,:.en ElI que busca responder a la
pregunta de "cómo se originan las lnterpretaclones-en .. el analista", -en 'una de las dis-
tintas vertientes que, como ,dije .caracterfzan al pensamiento psicoanalítico argentino,
Como prueba' d~_ lo.que af!rm'o' mencionaré una ,d,e'las tant,a's,que pueden, encontrarse
si se examina nuestra producción 'psicoanalítica,-en los diferentes volúmenes de la Re-
vista de Psicoanálisis. ;,.. .
:'1. " .~ -. r.,... • •...". ,-.•.•' . ,.- ,-",.- • ~~ -:- ''''.,.
ASí,pór ejemplo, si el lector examina ei tomo XIV, 1-2, de 1957, en el que
aparecen las comunícaclones y ,discusi,onfls del simposio eíectuado en 1956 sobre "Téc-
nica ,psi,c()analítica';'-eri,41J~' d,e',I~:>,seis' ,se9cloné~ ,de ~ic,hcÍs¡mposi~ se trató el tema
"El analista y laInterpretación", En·coQtramos.allí un comú;':den'ominador con esta pu-
blicació'ndé Zac.' , .' . ., . .' ,
El 'lector quizá se pregunte pór qué he-dlcho" tódo' ésto, Considero ~ue en mi
respuesta puedo justificar ampliamente a esta supuesta pre'glúita,
El perisarnlento pslcoanatltlco' argentino tiene identidad. Dejando a un lado, todo
juicio de valor, considero .que 'dicha identidad" tiene que ser" explicitada de tanto en
.tanto puesto que tenemos quejuchar contra: dos, circunstancias' adversas: una que es
permanente y que consiste en que nuestra producción .se .da-en idioma, .español; la
-otra es ocasional yse refiere 'al momento-ipartlculan del psjcoanállsls en la Argentina,
ya que la trascendencia que tuvo la renuncia de varios rnlembrosen la: prensa en general
puede, ser un factor más 'que:contrlbuyf);-a,',di~torsionaf¡y negar-cla ,existenc,ja de un, pen-
samiento psicoanalítico argentino, que está en plena evoluclon, del: cualee habla muy
-poco pero que- sí existe' y:'que está ampliamente: -expuesto por nuestra producción
bibliográfica y en .la Revista de Psicoanálisis que ',I'!qs representa .',:
Comentarios y contribuciones
Una tecturadetaüadaoetc-que Zacexpuso acerca de "Cómo 'se ongman Ias
interpretaciones'! me lleva a la siguiente conclusión. En determinados momentos el
estado del proceso psicoanalítico sufre una alteración cualitativa. En el ejemplo que
da el autor. 'esta alteración conslste en una -ímbrlcaclénuados 'sucesos actuales. UiOjO
por parte det-paclente (veinte -mlnutos de demora) -y otro por 'Parte del' terapeuta (cinco
rntsutosmás tarde.: sumadoe -a ia demora- delpaéiente). Ocurren . cambios en el estado
mental del terapeuta que se trasuntan por una modificación en su disposición como
"observador crítico .(F I)".y como. "explorador exper.iencial .(F11)·"para captar el estado
de la transferencia. del paciente. Ocurre entonces ...,-.':yesto .es a mi juicio lo más Inte-
.resante. de esta.comunicación--,un· cambio en el centro. de. gravedad de la captación
de dicho estado actual de la transferencia; el .oríqen de la interpretación proviene desde
otro punto. gue no e§. habitual. .~u~ge entonces de las "ocurrenclas espontáneas". que'
Zac denominó "vlstazos" .en_~1pU.!lto 3:q~la, ~e_s!óndel lunes. El contenido manifiesto
de ese material ~stá cQ~P'u~~to.por :elementos <!!'! su,vida privada; una vez captado por
la ccnsctencia .<;l~1iter.ªp_eut~ Y., sometido aLJIl. "autc?a..nllli.sis•••.es .encarado de esta otra
manera: .10 que ~L"a~a!Lst~,captó .de su paciente :\rascie..ndesu funcionamiento "obser-
vador crítico" y "explorador e!<p~rienc¡al"•. F .1:y.F..t1 respectivamente, Y emerge desde
F 111.que es lo que Zac denominó el "Yo privado". To'mado de esta manera•. podemos
considerar al "Yo. prlvado" como el lugar de origen y de toma de consciencia de dicho
lugar de origen dé -la~iniEirpietaéión. Si se acepta todo lcaniertor la "ocurrencia espon-
tánea" es un signlficante"manifiéstode ·Ia.~vida. privadadei'ierapeuta. pero también es
un~sequndo sig~.ificánteq-¡¿eJ)e'rmYt~_[a:t?~ade -con~cieñci~~e.la interpretación: Esto
es así porque en es~e.últi!l:l0. se .d.esli~ii ~I significad9 .del estado transferencial de ese
momento. gue .~ma ye:z de.sel)!ra~ad9, I')<?s permitirá .torrnutar .la .interpretación.
En efecto, si examinarnos 'el .punto .3 de la..sesión.del lunes. podemos correlacionar
el. "Yo tenía vistazos de .mihija". enel, mom.ento en .el cual el paciente "protestaba por
rTli demora en un tono hostil •.•.con este otro suceso perteneciente a la. vida privada del
terapeuta: el pediatra de su .¡hija Ie dijo que .le .preocupaba. la temperatura de su hija
pero quede cualquier manera ...era necesario esperar; .esto .aparece en el enunciado
2 que precedió al "vistazO::.que aparece en eLpunto ,3.
Por lo tanto, si yo tengo .que vexpedlrtne y-contestar -cuál es el aporte de Zac
a "cómo ese originan las interpretaciones'.' -puedo concluir. qúe .a veces un aconteci-
miento .personaí, privado. provocaccamblos cualitativos .en mis capacidades ·de captarme
a mí·mismo como "observador-crítico'.' (F .1)Y "!explorador experimenta'''(F 11).y que una
vez sabido esto. si puedo soportar ta .incertldurnbre, es· probable (y quizá posible, si
puedo esperar) que surja alguna ,"ocurrencia espontánea" cuyo significante manifiesto
sea .algopersonal; completamente ajeno alapersona.del .paciente. La toma de cons-
..ciencia de dicha ocurrencia y. 'la. consideración de dicho significante .como .algo que
puede ser referido a. un .aspecto determinado del estado de .latransterencla, hacen que 245
Comentarips y contribu.c!o~~~
dicha ocurrencia, emanada de.,F I!I, pase a ser un otro significante en el cual se desliza
el significado de la lnterpretaclón de ese momento y correspondiente a ese' estado, de
la transferencia.
Ocurre, aquí lo mismo que cuando ElI análisis de algunos de nuestros sueños
nos' permite esclarecer, un aspecto del análisis de un paciente dado. El autoanéllsls- de
nuestros sueños nos permitirá rescatarnos como científicos usuarios del método cien-
tífico.
'246
.Zac nos da un ejemplo de cómo es posible efectuar un "autoanállsia" dentro del
proceso psicoanalítico, y cómo,' instaurado dicho proceso, es posible reconocer que la
toma de consciencia de la interpretación puede hacerse en F " con el auxilio de F 11,
pero que el lugar de origen se encuentra en F 111.
Esto se puede generalizar para todos los momentos en. los que ocurre una' im-
bricación de sucesos actuales que están incidiendo 'en' ambos participantes del proceso
,psicoanalítico. Encarilbio, el origen y la toma de consciencia de dicho lugar de origen
ocurre de otras maneras cuando las circunstancias, por una parte, y las características
personales del terapeuta son distintas. Más' aún, a veces en el' contexto de la sesión
todo este proceso se da en el paciente; es' el paciente el científico usuario del método
clentltlco.. '
Este tema ha sido muchas veces encarado entre nosotros: si se examinan
las' 'contribuciones de Racker sobre contratransterencla, encontraremos muchas ana-
logías, pero que solamente' se refieren a la mariera en que él también registraba el
material propio y el de sus' analizados. Zac, en cambio, muestra una forma más actua-
lizada en lainanera de trabajar conl'dlchos datos. Mi desacuerdo con Zac es que se
restringió al extraer las concluslones' que van al fondo del problema. El' elemento per-
turbador constituye a mi juicio la concepclón del término "ideologíá" según Starck; su
utilización interfiere con todo el interés metodológico que su trabajoencierra. Creo que
quedan 'dos camlnos.: Uno sería el de renunciar al término ideología del científico, ya
sea 'para' el caso del pslcoanallsta como para el de cualquier otro científico. Se trata
de un' término cargado semánticamente de elementos emotivos que cambian el punto de
mira de toda una labor. Pero ese camino creo que no es' válido. En cambio si utilizamos
el término ideología dándole una extensión' más ampñajcreo. que evitaremos plantear
problemas tales como sltas-cosas "se debieran dar de esta u otra manera". De este
modo el analista opera como usuario de un método científico (F 1) que, con el caso del
psicoanálisis, puede ser reenccntrado como "ojo cHnico" y' remitido de Fila F 1. Esto
es más importante aún cada vez que emerjan "ocurrencias espontáneas" en situaciones de
perturbación como las que nos toca vivir en esta época; quizá en un primer momento
pareciera que podrían afectar nuestra comprenslón del paciente; sin embargo elpsi-
coanalista se encuentra en una situación bastante privilegiada. El sí puede reencontrar
otros significantes en los 'significantes del "Yo privado" que se le aparecen durante su
, ,. ,Comentéltios" y contribuciones
tarea cuando en la :misma se imbrican las perturbaciones del encuadre. El autoanálisis
de Freud puede ser considerado, tomando este criterlo.vactual.: como una utilización de
F 111revertida a su' tarea, que le permitió subsistir como científico mucho más allá de lo
que nos dejó como obra escrita. . t-. .
. ,
Emanuel Windholz
El autor llama nuestra atención sobre los peligros que surgen de los, prejuicios
personales del analista, El "Yo privado" de éste incluye aquellos aspectos de su perso-
nalidad' que representan sus "logros y valores sociales, culturales, éticos". Zac nos ad-
vierte acertadamente que también, son reflejos de. "conñlctos no resueltos". Intenta se-
parar estos dos aspectos' que coexisten-y se vuelven conscientes (."manifiestos".) o per-
manecen Inconscientes ("latentes")., Las. reacciones del analista están .expuestas a
influencias desde, distintos. niveles, ,desde el- más arcalco hasta ,eUnás integrado.
Es muy difícil e importante .manejar. Jos. peligros que este.. "Yo ..privado" repre-
senta. El autor previene contra. ellos .y trata de separarlos de otras dos fuentes, que in-
fluyen sobre la capacidad del analista para realizar sus exploraciones con objetividad.
Ellas son el "Yo racional" del analista y su "Yo irracional". Su interacción, la experiencia
de empatía, la intuición, son peligrosas, pero pueden ser corregidas por una "sólida
formación científica". Ello permitirá al analista actuar "como un científico", con todos
los riesgos de grados variables. : :(, .
La teoría de Zac constituye un intento de. definir estos tres factores y relacio-
narlos con distintas. funciones yoicas. Puesto que trata con la personalidad total del
analista, algunos de los conceptos de distintas "funciones yoicas" son antropomórtlcos,
pero sirven para construir 'un modelo útil.
El autor ofrece un ejemplo .que demuestra la lucha del analista con- sus senti-
mientos personales provocados por' una-entermedad de la hija 'y que obstaculizan su
labor analítica. Demuestra de qué-modo los' diversos aspectos de los datos encajan en
su modelo. Empero, no deja' de percibir el hecho de que no 'podemos aprender mucho
más de este "modelo simplificado".
Sin duda, el tópico. de esta presentación es de gran-importancia y merece ser
objeto de cuidadosa -investigación., Se podrían· sugerir estudios sobre los apuntes del
analista o de. las .observaclones de supervisores. El modelo del autor deberla aplicarse
a datos .cuidadosamente seleccionados.
.J ~_ ••• ., .• , '! .• :247
Respuesta a los ccmentarlcs y las contribuciones
Deseo comenzar esta respuesta manifestando mi aqradeclmlento hacia los co-
mentaristas, por el cuidado e interés' en su lectura de mi artículo, que se expresan en
el. alto ,nivel de sus .cuestlonamlentos e interrogantes. Esta circunstancia me permite,
a mi vez, replantearme algunos puntos y enriquecer mi propia -perspectlva,
Quisiera. recordar que este trabajo es una versión destinada a ser leida en un
congreso, en un marco temporal fijo. Por otro lado, constituye una parte de una serie
de trabajos personales en curso en esta misma dirección. Además, las diferentes divi-
siones o tratamientos parciales de los temas tienen por finalidad llevar a cabo, en lo po-
sible, un. estudio más comprensible de cada punto (por ejemplo, las funciones yoicas),
pero luego trato también de integrarlos utilizando el-rnlsrno ejemplo. A partir de m¡
exposición creo que sUrge claramente la noción' de que los tres factores, funcionalmente
disociados' constituyen en realidad un todo unitario, aunque en cada momento uno de
los factores -predomlne en especial sobre los otros,'
Me dedicaré ahora a respuestas más específicas, Como algunas son comunes a
varios trabajoe," las :ag'ruparé a los fines de tratar el tema más globalmente, Otras, en
cambio, correspondientes a algún comentarista en especial, serán aclaradas en mi res-
puesta a dicho autor. Seguramente algunos de los múltiples planteos quedarán sin
respuesta.
. ,
Sobre el Yo "privado"
248
Este· es quizás el punto -más examinado por loscomentarístas del trabajo y tam-
bién:el .que les ha suscitado los mayores interrogantes. Por ejemplo,Slege!' señala que
no cree qúe corresponda a "la realidad teórico-técnica formular que el analista trata de
suprjmlr ,voluntariamente los diversos roles del Yo .privado. Sostiene, por el contrario, que
F 111no puede ser conslderado fuera del campo presente de la interacción analista-pa-
ciente, .y que debe tenderse a .utilizar a..F 111,en lugar de suprimirlo, :
Chiozza, por. suparte,:parece concordaren esta observación y sugiere además
que si ocurren sucesos privados que son incompatibles con el desarrollo de la' labor
analítica, -debe 'suspenderse la sesión. De Jo contrario, si la labor analítica es viable,
el terapeuta d~betener consciencia de que sus intereses y su orientación ideológica in-
tervendrán enel campo -. En -talcasoidebeInclulr este material en el proceso interno de
construir la interpretación con los emergentes de .Ia atención flotante, sin distinguir .entre
este y cualquier otro tipo de derivado contratransferencial.
A mi vez, comenzaré señalando que cuando aludo a que' sería preferible que
F 111fuera "suprimido" en cada analista en tanto se desempeña en este rol, me refiero
a una situación ideal y, al mismo tiempo, al modo de manejo habitual de FIII en las
Réspúesta a 'los' coménterlos y las contribuciones
situaciones normales, en que 'existe' un mínimo' de' iriterterancias -por parte del "Yo prl-
vado" del analista.
Cuando uno está desempeñando un rol socia¡' determlnado, de hecho está ex-
cluyendo, atenuando, reprimiendo, etcétera; otros roles. La función del analista no es
fácil de 'asumir. La participación' del ánalista en el, diálogo' analítico es de una calidad
especial: un participante habla de lo que le pasa (paciente), el otro interviniente (analista)
escucha. y habla del paciente. También habla de, sí, mismo,. pero, en función de lo que
pasa entre el paciente y él. De hecho, un rol natural en un dláloqo.vccnslstente en hablar
de sí mismo, está suprlrnldo voluntariamente para que se configure un tratamiento ana-
lítico. Para que el analista pueda ser deposltarlo de. la conducta objetiva del paciente,
toda una serie de hechos de su vida privada (económica, política) no son "hablados" al
paciente: son "suprlmldos" voluntariamente como roles que, aunque están implícitos, no
se juegan,
, Precisamente afirmo que esta situación. es la que determina que el analista en
su fantasía pueda querer introducir sus otros, roles de alguna manera subrepticia, pero
el examen más detenido de este' problema lo dejaré para otro artículo.
Por lo' demás,' cuándo' J. Bleger señala que uno no puede "confesar" al paciente
acontecimientos personales, está aludiendo con otras palabras a lo que en mi trabajo
he denominado "supresión" de aspectos de F. 111.

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