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SERIGRAFÍA 
 
 
El proceso de serigrafía se remonta a la antigua China, donde se utilizaban plantillas de papel o 
seda para crear patrones en la tela. Con el tiempo, la técnica se fue perfeccionando y se 
popularizó en todo el mundo. Durante la década de 1900, la serigrafía se hizo aún más 
accesible gracias al desarrollo de materiales como el poliéster, que reemplazó a la seda como 
material de malla. 
La serigrafía se basa en el principio de bloquear áreas específicas de una pantalla para permitir 
que la tinta pase a través de áreas abiertas y se deposite en el sustrato deseado, como papel, 
tela o plástico. La malla de la pantalla se estira sobre un marco y se trata con una emulsión 
fotosensible. Luego se expone a una fuente de luz que endurece la emulsión en las áreas 
donde la luz la atraviesa. Después de este proceso de exposición, se lava la emulsión no 
endurecida y se revela el diseño en la pantalla. 
Una vez que la pantalla está lista, se coloca sobre el sustrato y se aplica la tinta. Se utiliza una 
espátula o una racleta para forzar la tinta a través de las áreas abiertas de la pantalla y 
depositarla en el sustrato. A medida que se mueve la racleta, la tinta se distribuye 
uniformemente sobre el sustrato, creando así la impresión final. 
La serigrafía ofrece muchas ventajas. Por un lado, es una técnica muy versátil que se puede 
utilizar en una amplia variedad de superficies, incluyendo papel, tela, plástico, madera y metal. 
Además, permite una alta precisión y reproducción de detalles, lo que la hace ideal para 
impresiones de alta calidad y arte. También permite la impresión en una variedad de colores, 
utilizando múltiples pantallas y capas de tinta. 
La serigrafía es ampliamente utilizada en la industria de la impresión textil. Es común ver 
camisetas, sudaderas, bolsos y otros productos textiles estampados con diseños serigrafiados. 
La serigrafía también se utiliza en la producción de carteles, pancartas, adhesivos y etiquetas. 
Además, es una técnica popular en el mundo del arte, donde los artistas utilizan la serigrafía 
para crear ediciones limitadas de sus obras. 
Aunque la serigrafía es una técnica relativamente sencilla, requiere habilidad y experiencia 
para lograr resultados óptimos. La preparación adecuada de las pantallas, la elección de tintas 
de calidad y el dominio de la técnica de aplicación de la tinta son aspectos fundamentales para 
obtener impresiones de alta calidad y duraderas.