Medios de comunicacion, amigos o enemigos

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Medios de comunicación, ¿amigos o enemigos?
Por: Raúl Martín Hernández Juárez
“El pueblo siempre tiene lo que merece” es una afirmación que se hace constante a lo largo del tiempo y el espacio geográfico en que habitamos; afirmación que aunque puede ser cuestionada llega a ser comprobada en muchos de los países en que los medios de comunicación toman parte fundamental en el pensar y actuar cotidiano de la población. La respuesta a este actuar cotidiano llega a verse en el nivel de vida de una sociedad, a las oportunidades de empleo y mejora de vida, y cómo iba a dejarse a un lado el gobierno.
México es, tristemente, uno de los más claros ejemplos de esta teoría (si es que se le puede llamar así), cada que sales a la calle se ve a más gente preocupada por la vida de las personas que salen en la “caja tonta” que por su propia vida; y es que las personas que ahí salen se encargan de hacértelas ver como semidioses que todo lo pueden y que con una cara bonita (muchos ni si quiera eso) pueden suplir la inteligencia. Todo esto también llega a ser causa de una monotonía en el hogar que llega a ser que tu vida se torne aburrida y tengas que buscar un pasatiempo fácil como es ver televisión.
“La televisión es un animal de compañía”, mejor no lo pudo haber dicho Carmen Rigalt en su artículo de opinión publicado en el periódico español “El mundo”. Y es que en cada hogar ya es casi imposible que no haya una televisión, solo en hogares de muy bajos recursos, que sigue habiendo desafortunadamente. Al levantarse la prenden para ver las noticias, a la hora de comida para poder sentirse acompañados y en la noche incluso para poder dormir. Es un ritual tan arraigado que ya ni si quiera lo notan, pero la tele se mete tanto en sus cabezas que la gente ya no se permite pensar por sí sola, y es que al menos en mi opinión es más difícil pensar y hacerte de un buen juicio, que solo tirarte a una actividad rudimentaria en la que solo eres un espectador más. 
Uno de los ejemplos más claros y sobre los que más se toca y en el cual se crea una controversia es sobre el mundo creado por Walt Disney. Aquellos que están en contra de la ideología y manera de actuar de Walt Disney son considerados por muchos traicioneros de la patria e incluso inmorales, porque están en contra de todo lo bueno, que este mundo creado por Walt, tiene para los niños. Son atrevidos en cuestionar el trasfondo que puede tener todo este mundo inventado por Disney, ¿realmente es un bien para los niños? ¿Son conscientes de lo que leen y son capaces de hacerse un juicio o simplemente imitan lo que ellos creen correcto?
En el manual “Para leer el pato Donald” se nos dice que esta narrativa (la de Disney), es realizada por adultos, completamente conscientes de lo que escriben, y que de esa manera pueden, mediante los libros, cuentos y demás material, orientar a los pequeños a actuar como un estereotipo muy bien fijado y que solo pertenece a una “realidad ficticia”. Los escritores buscan en sus escritos crear un mundo en el que ellos mismos quisieran estar, un lugar donde puedan escapar de todo lo que la vida adulta implica.
De ese modo, los niños buscan integrarse a una sociedad que les ha exigido (como ha sido en el transcurso de la historia en las diferentes culturas) comportarse de cierta manera para que puedan ser “aceptados” por una sociedad moralmente correcta. Pero, me pregunto yo ¿qué tiene de correcta esa sociedad? Una sociedad que te cuestiona todos y cada uno de los actos que haces, que siempre está buscando que hagas y seas lo que ella espera, y que si no eres capaz de lograrlo está lista para señalarte con el dedo crítico más grande que pueda haber. Sociedad que busca que actúen como robots, y que cada vez deja el pensamiento y razonamiento a un lado para que puedas ocupar un buen lugar en el capitalismo y la globalización actual. ¿Dónde quedaron esos valores recíprocos de la humanidad, si es que alguna vez los hubo? Yo… no lo sé.
Todo este proceso es un ciclo, ciclo en el que los padres siguieron los pasos de los abuelos, así como los hijos seguirán los pasos de los padres. La misma historia se repite. El hijo de un doctor crece en un ambiente lleno de doctores, conceptos relacionados con la medicina, siempre escuchando de la madre o de algún pariente cercano “tú vas a ser un gran doctor”, cosa que el niño termina por creerse, aunque no tenga la más mínima idea de lo ser doctor implica o algún interés por esa profesión, y así se repite por varias generaciones, hasta que uno de entre tantos se decide a cortar con ese ciclo, cosa que sucede cada vez con menos frecuencia. Esa persona es un valiente porque, mira que atreverse a desafiar a la familia es un reto en la sociedad, más cuando la familia ha sido un gobierno autoritario; pero la familia no es la única a vencer, ahí se encuentran también nuestros “amigos” los medios de comunicación que tanto nos ayudan a estar informados sobre los acontecimientos de nuestra sociedad, que nos dicen oportunamente lo bien que nuestro gobierno ha actuado y que poco a poco van moldeando nuestra mentalidad para hacerla “mejor” y más productiva a nuestro sistema.